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LA FUSIÓN DE DOS CULTURAS

Para poder abordar este importante tema, voy a recurrir a un pequeño


fragmento de nuestra historia, en lo que respecta a la época de la conquista,
relacionándose con la captura del Inca Atahualpa; como sabemos, cuando los
españoles llegaron al Perú en 1532, después de pasar por Tumbes, se dirigió
una comisión a la ciudad de Cajamarca, el 16 de noviembre donde el Inca
Atahualpa y se presentó ante él, el padre Fray Vicente de Valverde, se acerca
ante el Inca y le da una Biblia y le dirige unas palabras, el Inca como no entiende
nada y menos conoce la Biblia, inmediatamente la arroja al suelo, a lo cual al
grito de ¡Santiago!, aparecieron los soldados españoles y haciendo uso de sus
armas de fuego, empezaron a embestir con sus caballos a todos los indios que
se encontraban en el lugar, logrando causar el pánico y por lo tanto el desbande
de los indígenas, quienes inmediatamente optaron por abandonar a su suerte a
su soberano. Seguidamente, les voy a comentar una anécdota que sucedió el
día del inicio del Año Académico 2014, en la plaza principal del pueblo, la verdad
que me quedé impresionada, sorprendida, llena de dudas y de una honda
preocupación, al oír como un profesor, haciendo uso de la palabra ante tantas
personas reunidas en dicha ceremonia, se expresaba incoherentemente y de
manera incorrecta, haciendo uso de un vocabulario lleno de barbarismos y
palabras mal pronunciadas. Al llegar a nuestra institución educativa, hicimos un
comentario con algunos profesores y ellos nos dijeron que eso había pasado,
porque en ese profesor, primaba, todavía, su lengua materna.

En el primer ejemplo, podemos entender la actitud del indígena, ya que al


observar a personas que nunca habían visto, les causó admiración al comienzo
pero después, al escuchar las detonaciones de las armas de fuego y el atropellar
de los caballos, conducidos por hombres blancos y barbudos, se produjo en los
indígenas un pánico total, por lo que optaron por abandonar a su jefe. Ésta fue
la primera intromisión de una cultura desconocida, como era la española que
pertenecía al continente europeo. Pero, sin embargo, con el transcurso de los
años, el indígena se acostumbra a convivir y a trabajar por su patrón en las
haciendas, pasando el caballo a ser un animal muy útil, al ser utilizado como
medio de transporte, de carga o en la chacra; tan igual como otros animales
traídos por los españoles como le toro y la vaca, dándose una mezcla de usos y
costumbres que al final son de gran beneficio para ambos, equivale a decir, que
la incursión de estos animales trajo la mejora en el agro, el campesino vio en
ellos el sustituto ideal para el tratamiento adecuado de la tierra, usando menos
sus instrumentos ancestrales. El yugo pasó a ser para el toro, así como la brida
para el caballo. José María Arguedas Altamirano, fue el gran defensor y
reivindicador del indígena, enalteciendo el bagaje cultural de éstos, poniendo en
evidencia a la cultura quechua, tratando de impulsar el resurgimiento de su
cultura y costumbres ancestrales, como herederos de un gran imperio: El imperio
de los Incas.

Además, conocedores que nuestros antepasados usaban como idioma oficial


el quechua o runa simi, el mismo que se hablaba con bastante naturalidad en
todo el territorio incaico. En la actualidad, mayormente se habla o escucha el
quechua en las zonas andinas o rurales, en cambio, en la ciudad, pocos son las
personas que todavía mantienen el quechua, más hablan el castellano aunque
con alguna dificultad por la interferencia del idioma materno. Por ejemplo, lo que
puedo notar entre mis compañeros, es que según ellos, nadie sabe hablar el
quechua ni lo entienden, a pesar que son hijos de campesinos quechua
hablantes, dándome cuenta que tienen vergüenza de hablar en quechua, como
dicen ellos: ¡Que palta!, ¡Que dirán!, ¡Tas loco!, etc., para mí son prejuicios
tontos, pero esa es la realidad en los jóvenes actuales. En lo que respecta al
profesor, creo que tiene que tener más cuidado al expresarse, para no quedar
mal, porque nosotros decimos en un estudiante es un error, pero en un profesor
es un horror.

Algo que también podemos resaltar es la migración de la sierra a la costa,


impulsados a veces por los excesos cometidos por los blancos o hacendados,
en busca de nuevos horizontes, de mayores oportunidades, de un mejor
estándar de vida. El campesino, ya se cansó de doblar la espalda sobre la tierra,
de tirar pico y lampa en su chacra, ahora quiere conocer otras formas de salir
adelante en este mundo moderno, donde la tecnología está más arraigada en
las ciudades que en las zonas alto andinas. Sólo el campesino rural, es el que
continúa con su labor agrícola, por falta de medios económicos y ayuda del
estado, porque están lejos de las ciudades, ellos todavía mantienen los usos
ancestrales, utilizan la chaquitaclla, la minca, la tinya, la quena, etc. La llegada
del indígena a la costa, trae como consecuencia, el encuentro de dos mundos
inconciliables: entre el serrano-andino y el costeño-criollo. El costeño, trata de
serrano al de la sierra, tratando de minimizarlo, haciéndolo sentir como si fuera
un ser inferior, al comienzo quizá se da esta figura, pero a medida que el serrano
va aprendiendo las cosas del costeño, asimila más rápido éstas y se vuelve más
despierto y más astuto que el mismo costeño. Ahora, en lo que respecta al
trabajo, el serrano está considerado, como mano de obra calificada, porque es
más fuerte, trabajador y responsable, asume los retos más difíciles, rudos y
pesados; en cambio el costeño, es más débil y poco le entra al trabajo pesado,
pues, se cansa rápido, pero eso sí, es más hablador y bromista. Al final, el
serrano, da un paso adelante, porque de lo que sólo sabía sembrar, cosechar,
cultivar, cuidar su chacra y su ganado, ahora está inserto en la producción
industrial, metido en el uso de maquinarias y enseres modernos que están
acorde con el avance tecnológico y así como también económico de nuestra
patria, es un elemento valorable dentro de las empresas nacionales y
particulares, así como son trabajadores independientes de gran experiencia y
trayectoria, gracias al aprendizaje y a las exigencias de la vida en la urbe
moderna, donde a diario convive y frecuenta a todo tipo de personas, así tenga
problemas con el habla o la forma de vestir.

Hay algunos compañeros que tienen vergüenza de decir: es mi padre o mi


madre, por el solo hecho de no pronunciar bien el castellano, vestirse a la usanza
campesina o tener un aspecto físico según ellos, malo, más que todo lo hacen
por no ser víctimas de la mofa o burla por parte de sus compañeros, así como
también niegan su lugar de origen, porque quieren ser parte de su nuevo entorno
social, pero negando su propia identidad. Hay padres que por aparentar ante sus
amistades blancas o mestizas, tratan de influir en sus hijos, a fin de que se
olviden de su pueblo, sus tradiciones, de sus costumbres de la sierra, porque
según ellos, serán apartados de ese vínculo social; esto para mí es
completamente falso, porque estoy seguro que si se investiga bien, ellos también
son procedentes de familias provenientes de la sierra, sino que, como ya están
buen tiempo viviendo en la costa, se creen costeños, la convivencia con los
criollos, les ha cambiado y les ha hecho perder su identidad, lo que para mí es
absurdo, ya que en nuestro interior siempre latirá lo nuestro.

Para terminar, si bien es cierto que el encuentro de dos mundos, sugiere la


pérdida de la identidad parcial de uno de los lados, también es cierto, que esto
es un proceso largo, a través del cual, ambos se van nutriendo, uno del otro,
pero como quiera que uno de ellos se maneja más en las ciudades, entonces
vemos con un poco de nostalgia como lo nuestro se va perdiendo poco a poco y
hasta nos sentimos alienados por las costumbres ajenas a lo nuestro. Este
proceso, pese a que al comienzo, nos parece una intromisión, una invasión, un
modo de tratar de romper usos y costumbres de las personas y pueblos, al final,
vemos con agrado que también es un factor preponderante para el avance de la
cultura; o sea que la transculturización nos guste o no nos guste, es un proceso
significativo y de gran valía para todos, pero que nos hace cada día mejores y
más competitivos en nuestro diario vivir, es decir, que viene a ser la
modernización del mundo andino.

Creo que tomando lo mejor del mundo antiguo y lo mejor de lo nuevo,


podemos obtener un producto mejor o superior que nos llevará a estar acorde
con los avances de la modernidad. Pero, todo esto no quiere decir que nos
vamos a olvidar de lo nuestro, de nuestra cultura ancestral, pienso que lo nuestro
siempre se debe valorar y respetar, así como seguir cultivando, por ejemplo, el
amor a nuestra patria, a nuestros símbolos patrios, a nuestra riqueza natural,
etc., defendiendo lo nuestro cuando las circunstancias lo ameriten. ¡Viva el Perú!.

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