Vous êtes sur la page 1sur 5

Conjunto de piezas de metal articuladas con que los guerreros se protegían el

cuerpo o parte de él.

En los tiempos de la Biblia, los soldados usaban


armaduras muy pesadas. De hecho, cuando David fue
a combatir contra el gigante Goliat, no pudo ponerse la
armadura porque era demasiado pesada. En la
actualidad, los soldados no usan armaduras, pero tal
vez te parezca interesante saber que muchos
Cristianos usan armadura todos los días y sería una
buena idea que tú también la usaras.

¿Cómo puedes usar armadura? Esta en particular es


formidable, ¡es como tener poderes especiales que
son invisibles! Cuando te imaginas colocándote la
armadura de Dios cada día, te ayudará contra el
demonio y las cosas que no debes hacer. Pero la
única forma en la que la armadura funciona es si Jesús
vive dentro de ti.

El demonio quiere que fallemos y que hagamos las


cosas que Dios no quiere que hagamos. Puede
hacerlo logrando que te intereses en video juegos,
programas de televisión o películas violentas que
muestran personas haciendo cosas que son
pecaminosas y que tratan de hacerlas parecer
divertidas. Tal vez también otros chicos te presionen a
hacer cosas que sabemos que Dios no quiere que
hagamos.

Estas son algunas de las formas en las que el demonio


trata de engañarte para que hagas cosas que no
deberíamos (esto se llama pecado). Cuando te pones
la armadura de Dios, podrás resistirte a estas cosas y
hacer lo que es correcto. La armadura te dará la
ayuda de Dios para luchar en contra del mal en el
mundo.

Vamos a comenzar con el Cinturón


de la Verdad. Necesitamos ponerlo primero para ser
honestos y recordar la verdad que sabemos sobre
Dios. Podemos conocer la verdad al leer la Biblia, o
cuando el Espíritu nos la revela (nos da la conciencia),
o a través de otras personas que creen en Dios como
nosotros.

Luego está la Coraza de la Rectitud. Si juegas


hockey, probablemente tengas algo que protege la
parte del cuerpo entre tu cuello y el estómago. Esta
pieza también protege tu corazón. Podemos proteger
nuestro corazón si confesamos los pecados que
tenemos, o cuando pedimos perdón a Dios por las
cosas que hemos hecho mal.

Ahora nos ponemos las Sandalias de la Paz. Primero


necesitamos proteger nuestros pies, yendo donde Dios
quiere que vayamos. Si camináramos sin zapatos nos
dolerían los pies, así que debemos evitar los sitios a
los que sabemos que no debemos ir para mantener
puestas nuestras sandalias protectoras.

Segundo, debemos estar en paz con los demás. Si


hay alguien con quien estés peleando o si has herido
los sentimientos de alguien, debes ir a pedirle perdón,
o perdonar a aquellos que te han hecho mal. Tercero,
si te parece que las cosas son un poco agitadas, Dios
es el pacificador, y si se lo pides, Él puede darte toda
la paz que necesitas.

La siguiente pieza de la armadura no es una que te


pongas, sino una que sostienes. Es el Escudo de la
Fe. Solo imagina lo que podrías hacer con un escudo
real. Si alguien te lanza una bola de nieve, puedes
levantar el escudo para que esta no te
golpee. Podemos usar el escudo de la misma forma
cuando debemos enfrentar cosas malas como las
tentaciones o las dudas.

Algunas veces el demonio tratará de hacernos pensar


que Dios no existe, o que no nos ama porque hemos
cometido algún error. Cuando esto sucede, debemos
sostener nuestro escudo y detener estos
pensamientos y recordar que Dios nos ama
incondicionalmente.

El Casco de la Salvación es la siguiente pieza. Lo


usamos para proteger nuestras mentes. Algunas
veces necesitamos recordar que somos hijos de Dios y
que Él nos ama y nos ayudará. También debemos
recordar lo que hemos leído en la Biblia, lo que hemos
aprendido de nuestros padres y de la iglesia sobre
Dios. Esto nos ayudará a tomar las decisiones
correctas.

La siguiente pieza de la armadura que sostenemos es


la Espada del Espíritu. La espada es la Biblia, es tener
al espíritu de Dios actuando en nosotros. Podemos
renunciar a cualquier cosa que no es buena en
nuestras vidas. Y al recordar la palabra de Dios (la
Biblia) podremos saber lo que es bueno y lo que es
malo.

La oración es la última pieza de la armadura. Esta no


es una pieza particular de la armadura sino que es
algo que sostiene toda nuestra armadura. Cuando
hablamos con Dios, podemos hacer cosas
increíbles. Nada es demasiado grande o imposible
cuando oramos porque Dios puede hacer cualquier
cosa que quiera. Esto no significa que Él siempre
responderá a nuestras oraciones de la forma en que
queremos, sino que lo hará de la forma que sabe que
es mejor.
Cuando oramos, debemos recordar que no siempre
necesitamos pedir cosas. Dios también quiere que
oremos por otros (por las personas que no lo conocen,
por aquellas que no nos agradan, por los enfermos,
etc.). Dios también quiere que le demos gracias por
las cosas por las que estamos agradecidos (por ser
buenos en algo, por la familia, los amigos, los
juguetes, etc.) Él nos bendice con estas cosas, así
que deberíamos agradecerle.

Una buena manera de ayudarte a recordar la


armadura es colocándotela cada día cuando te
levantas de la cama, o antes de ir a la escuela. Ora
para que Dios te ayude a recordar que la armadura
está allí y cuál es su función, para que puedas
combatir el mal con el bien.

Vous aimerez peut-être aussi