Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Pertenece al libro “20 poemas de amor y una canción desesperada” de Pablo Neruda.
La estructura es libre, no tiene rima, pero los versos son alejandrinos, es decir, de 14 sílabas
cada uno.
El tema del poema es el amor perdido y la tristeza que provoca.
El poema se abre con un verso que refiere a esa tristeza. También alude a la noche,
momento del día que se asocia con el amor y el encuentro con la pareja. Pero si los versos
son tristes suponemos que es porque esa noche estará en soledad, pues la noche es el
momento en el que más duele la soledad. Este primer verso también refiere al mismo acto
de escribir, curiosamente es un verso que habla de escribirse a sí mismo. El poeta habla de
su oficio de escribir, diciendo que en su poesía traslada los sentimientos que tiene.
Este verso, además se repite textualmente en los versos 5 y 11, por lo que decimos que hay
un paralelismo. Un paralelismo es una figura que consiste en la similitud de forma o
contenido entre dos o más elementos. En este caso es un paralelismo sinonímico,
porque la similitud es total, los versos son exactamente iguales.
Los versos 2 y 3 dan un ejemplo de esa poesía que dice poder escribir, se repite la imagen de
la noche, que será muy recurrente a lo largo del poema. Se nos muestra una noche calma,
estrellada, ideal para el amor, y que por lo tanto al no tenerlo, se hace más triste. Se da una
personificación de los astros diciendo que “tiritan”, sensación que nos dan las luces lejanas
que a veces parecen intermitentes. Pero la personificación no es azarosa, el tiritar nos
sugiere la sensación de frío y las estrellas representan lo lejano, inalcanzable, se nos da la
idea de que su amor es frío e inalcanzable.
En el verso 4 se da otra personificación, esta vez del viento, al decir que “canta”, se repite
nuevamente la noche. Para que se escuche el ruido que hace el viento, la noche debe estar
muy silenciosa. Todo continuamente indica la soledad, pero aún no se ha hablado de una
persona.
Recién en el verso seis se habla de una “ella” y del cariño, sugiriéndonos que él considera
haberla querido más que ella a él, tal vez podemos adivinar un cierto resentimiento en esta
afirmación. Este verso establece un paralelismo con los versos 9, 23 y 27, pero en este caso
no es un paralelismo sinonímico, pues los versos dicen cosas contradictorias. Se trata de
un paralelismo antinómico, pues los versos son de similar forma, pero el contenido es
opuesto.
Ya vimos el paralelismo que constituye este verso, está diciendo lo opuesto esta vez,
sugiriendo que ella la quiso más que él a ella. Lo recurrente y contradictorio de este verso
parece responder a la naturaleza del recuerdo, que como ya vimos en La niña de
Guatemala, es desordenado, repetitivo, vuelve una y otra vez. Vemos aquí otra
característica del recuerdo, sobre todo el recuerdo amoroso, lo contradictorio, no
recordamos todo con una claridad muy precisa, sino que los recuerdos se van corrigiendo,
ampliando, borrando. Estos versos nos hablan también de la poca certeza del amor. El
sentimiento no siempre es claro, indudable y obvio, sino que muchas veces nos deja lugar a
dudas, y lo seguimos cuestionando tiempo después, pues el amor es imposible de definir, y
siempre cambia, pues cambiamos nosotros, y cambian los demás.
Se reitera el sentimiento de tristeza, esta vez directamente relacionado con la pérdida del
amor, mostrándonos también su naturaleza posesiva. Es muy común asociar el amor con el
“tener” a una persona, que se puede “perder”.
Con su típica redundancia, Neruda sigue reiterando la imagen de la noche asociada con la
soledad y el silencio; lo infinito de la soledad, si ella no está. Retoma también la mención a
su tarea de poeta hablando del “verso” y haciendo una comparación con el rocío. El verso
llega al alma del poeta con la misma delicadeza que cae el rocío en el pasto. Podemos pensar
que es un verso que habla de la delicadeza de la inspiración del poeta, o también se puede
interpretar que está hablando de cómo llega la poesía al alma del lector. De cualquier manera,
la reflexión sobre la poesía viene a interrumpir la expresión de la tristeza, como buscando
cambiar de tema y apaciguar el dolor.
La noche aquí se presenta como si fuera la misma que aquella en la que estuvo con ella, y los
árboles que quedan blancos a la luz de la luna también son los mismos. Mucho desearía que
esa noche igual, fuera la misma, pero no puede ser, por lo que ya habíamos comentado, el
tiempo pasa y la gente ya no es la misma que antes. Aunque sean los mismos, el tiempo nos
cambia, y cambia a los demás, y por lo tanto, las relaciones, aunque persistan, no son las
mismas, se modifican, maduran, o terminan. Esa apreciación sobre el tiempo nos hace
estimar que nuestro yo lírico probablemente no sea juvenil, pues habla del tiempo pasado, y
muy pocas veces alude a lo físico, su sentimiento, incluso el de tristeza, no es pasional sino
calmo y resignado.
Se repite este verso, esta vez haciéndonos suponer un autoengaño, me permito dudar de ese
“ya no la quiero”, como un intento fallido de autoconvencimiento. Habla nuevamente de los
contactos físicos que se pueden establecer a distancia, y de cómo la busca de esa manera, la
busca con la voz, la busca con la mirada, ambos pudiendo ser más poderosos que el tacto.
Se da una sinalefa, una conjunción de sensaciones, en este caso oído y tacto, la voz
puede ser tan poderosa que parecería tocar el oído.
Hay un tono de suave resignación ante la idea de que ella “sea” de otro, repitiendo la idea de
la posesividad del amor, pero no parece resignarse del todo, pues recuerda que antes de ese
otro fue de los besos de él, como diciendo que la tuvo primero.
La imagen de la muchacha permanece vaga, se nombran rasgos generales, sin describir con
detalle, podría ser cualquier mujer.
Finalmente reconoce que tal vez la quiere aún, pero sigue siendo vago e impreciso, y hace la
reflexión más memorable del poema y de su poesía, ese lamento de que sufrimos tanto tiempo
por algo que fue tan breve, haciéndonos pensar también en lo relativo del tiempo, que parece
pasar volando para los felices enamorados, pero para quien está olvidando se vuelve eterno.