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EL ARRENDAMIENTO DE COSAS
I. Concepto y caracteres
NORMAS DE REFERENCIA: Concepto legal de arrendamiento de cosa: arts. 1542 y 1543 CC.-
Legislación aplicable: arts. 1546 a 1582 CC, Ley 29/1994, Ley 49/2003, arts. 188 y ss. LNM.
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Contrato de renting. Es un contrato de arrendamiento de bienes muebles en el que el
arrendatario recibe no solo el uso del bien, sino también una serie de servicios
necesarios para su óptimo disfrute (mantenimiento, seguros, bien de reemplazo, etc), a
cambio de una cuota fija periódica. Suele referirse a bienes sometidos a una rápida
obsolescencia o a un constante desgaste.
1. Las partes.
NORMAS DE REFERENCIA: Capacidad de arrendador y arrendatario: arts. 271.2º y 1548 CC, y 17.3
LPH.
2. El objeto arrendado.
Bien inmueble o mueble no consumible. El objeto sobre el que recae el contrato puede
ser un bien mueble o inmueble. Las partes son libres para fijar cuál es el bien arrendado,
pudiendo recaer también sobre un conjunto de bienes. Sin embargo, no puede recaer
sobre bienes consumibles (art. 1545 CC), es decir, sobre bienes que se consumen con su
uso natural. La regla es lógica, pues si el arrendatario usara la cosa ésta desaparecería, y
ya no podría restituir esa misma cosa tras la extinción del contrato. Si se pacta que el
arrendatario puede usar y consumir el bien cedido, debiendo devolver otro tanto de la
misma especie, no hay arrendamiento, sino préstamo. Sin embargo, se admite el
arrendamiento de un bien consumible en dos casos: cuando el bien tiene varios usos y el
uso no consumible es el uso pactado (p. ej., se arriendan unas botellas de aceite para su
exposición en una feria agrícola) y cuando se trata de un arrendamiento de empresa o de
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universalidades que incluyen elementos consumibles (como un rebaño). El arrendatario
debe devolver la universalidad recibida, sustituyendo los concretos bienes muebles
consumidos por otros de la misma especie. Por otra parte, los bienes arrendados no han
de ser necesariamente cosas materiales. Por eso, pueden arrendarse algunos derechos; p.
ej., los derechos de explotación de obras intelectuales o las acciones de una sociedad
anónima. Lo decisivo es que estos derechos tengan contenido patrimonial y no sean
personalísimos. De ahí que, por ejemplo, no se pueda arrendar el derecho de uso y
habitación.
3. El precio.
NORMAS DE REFERENCIA: Precio determinado o determinable: arts. 1543 y 1741 CC.- La falta de
prueba del precio convenido en los arrendamientos verbales: art. 1547 CC.
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inadecuada. Si las partes han fijado un precio (aunque no pueda después probarse), el
contrato debería ser válido. Y si no puede averiguarse la cuantía del precio, se
determinará conforme al precio común, usual o de mercado, como a veces sucede en los
arrendamientos de obra y especialmente en la prestación de servicios profesionales.
NORMAS DE REFERENCIA: El pacto sobre la duración del contrato: art. 1543 CC.- Ausencia de
pacto sobre la duración: arts. 1577 y 1581 CC.
Ausencia de pacto sobre la duración. Si no hay pacto sobre la duración del contrato,
no se aplica el artículo 1128.I CC (la duración la fijará el juez), sino que el Código
contiene tres reglas: (i) si el arrendamiento recae sobre una finca rústica (y está excluido
de la LAR) y se destina a obtener una utilidad agrícola, se entiende celebrado por todo
el tiempo necesario para la recolección de los frutos que toda la finca arrendada diere en
un año, o pueda dar por una vez, aunque pasen dos o más años para obtenerlos (art.
1577.I CC); (ii) si el arriendo es de tierras de labrantía divididas en hojas (son las tierras
que se labran para obtener fruto de ellas y que necesitan descansar –dejarlas en
barbecho- para recuperar sus nutrientes tras el cultivo anual de la simiente utilizada), se
entiende celebrado por tantos años como hojas existan (art. 1577.II CC); (iii) en defecto
de las dos reglas anteriores, el contrato se entiende hecho por días, meses o años, en
función del período que se ha elegido para fijar la renta (art. 1581.I CC). El criterio de
referencia es la retribución pactada, y no el pago de esa retribución, que puede atender a
un criterio distinto (p. ej., si la renta se fija en cómputo anual, aunque se pacta su pago
en doce meses, el contrato durará un año, y no un mes). En todo caso, terminado el
tiempo de duración contractual o legalmente previsto, procederá la tácita reconducción
(v. epígrafe V).
NORMAS DE REFERENCIA: Entrega del bien arrendado: art. 1554.1º CC.- Realización en la cosa de
las reparaciones necesarias para su conservación: arts. 1554.2º, 1558 y 1559.II y III.- Saneamiento por
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vicios ocultos: art. 1553 CC.- La obligación de reparar el bien puede obligar al arrendador a
reconstruirlo: art. 1555.4º CC.- Saneamiento por vicios ocultos: arts. 1553 y 1484 y ss. CC, y 118
TRLGDCU.- Mantenimiento del arrendatario en el goce pacífico de la cosa: art. 1554.3º CC.-
Actuaciones (perturbaciones) que no puede llevar a cabo el arrendador: arts. 1554.3º y 1557 CC.-
Perturbaciones de derecho causadas por un tercero: arts. 1560 y 1559.I y III CC.- Saneamiento por
evicción: arts. 1553.I y 1474 y ss. CC.
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porque en determinados casos el arrendador sí debe reponer el bien al estado en que se encontraba antes.
A estos efectos, hay que tener en cuenta la cuantía económica de la obra que sería necesaria para reponer
el bien a su situación anterior, su relación con la renta pagada por el arrendatario y la conducta del
arrendador. Así, si el bien arrendado se destruye o está muy deteriorado por causas ajenas al arrendador,
el arrendatario no podrá reclamar que se reconstruya el bien (el contrato puede considerarse extinguido
por pérdida de la cosa; arts. 1561 y 1568 CC). Pero si las obras que requiere el objeto se deben no solo al
paso del tiempo sino también a la desidia del arrendador, que ha venido incumplimiento su obligación de
conservación, el arrendatario podrá exigirle la reconstrucción del bien con apoyo en el artículo 1554.2º
CC.
Saneamiento por vicios ocultos. Son aplicables al arrendamiento las normas sobre
saneamiento de la compraventa (art. 1553.I CC). Por lo tanto, el arrendador está
obligado al saneamiento por los vicios ocultos de la cosa arrendada (regulado en los
arts. 1484 y ss. CC; v. Lección 1 XX Completar). En consecuencia, si en el momento de
celebrarse el arrendamiento la cosa presenta algún vicio oculto que la hace impropia
para el uso al que se destina o disminuye su uso de tal modo que, de haberlo sabido el
arrendatario, no la habría arrendado o habría dado menor renta por ella, y si el vicio se
manifiesta en el plazo de seis meses desde la entrega, el arrendatario podrá resolver el
contrato (acción redhibitoria) u obtener una rebaja de la renta (acción quanti minoris).
Si se resuelve el contrato, el arrendador no tendrá que devolver la cuantidad de renta
proporcional al tiempo en que ha disfrutado de la cosa (art. 1553.II CC), para lo cual
hay que tener en cuenta el periodo de tiempo en el que el vicio no se manifestó y aquel
en el que, a pesar del vicio, la cosa reportó alguna utilidad al arrendatario. Por otra
parte, cuando el contrato lo celebran un empresario y un consumidor, la remisión del
artículo 1553 CC a las disposiciones sobre saneamiento hay que entenderla realizada a
los artículos 114 y ss. TRLGDCU (garantías en la venta de bienes de consumo). En tal
caso no cabe acudir a las acciones edilicias, sino a las acciones que nacen de la falta de
conformidad del bien (reparación, sustitución, rebaja del precio y resolución, conforme
al art. 118 TRLGDCU).
Saneamiento por evicción. Como al arrendamiento son aplicables las normas sobre
saneamiento de la compraventa (art. 1553.I CC), el arrendador responde en caso de
evicción (regulado en los arts. 1475 y ss. CC); esto es, responde cuando el arrendatario
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es privado de todo o parte de la cosa por sentencia firme y en virtud de un derecho
anterior al arrendamiento. En tal caso, el arrendatario tendrá derecho a reclamar al
arrendador las partidas enumeradas en el artículo 1478 CC. Además, en caso de
evicción hay incumplimiento de la obligación del arrendador de mantener al
arrendatario en el goce pacífico de la cosa arrendada, por lo que el arrendatario podrá
pedir la resolución del contrato y los daños y perjuicios que correspondan (art. 1556
CC). Pudiendo el arrendatario obtener una plena satisfacción de su interés por esta vía,
no tiene ningún incentivo para acudir al saneamiento por evicción, lo que provoca que,
en la práctica, sea de escasa aplicación.
NORMAS DE REFERENCIA: Obligación de pagar el previo: arts. 1555.1º, 1558.II, 1574 y 1575 CC.-
Obligación de uso de la cosa con la debida diligencia: art. 1555.2º CC.- Obligación de pagar los gastos
de escritura del contrato: art. 1555.3º CC.- Obligación de tolerar las reparaciones urgentes en la cosa:
art. 1558 CC.- Obligación de devolver la cosa arrendada tras la extinción del contrato: arts. 1561, 1562,
1565, 1568 y 1578 CC.- Responsabilidad por deterioros en la cosa: arts. 1561, 1563 y 1564 CC.-
Mejoras efectuadas por el arrendatario: 1573, 487 y 488 CC.
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prolongado, faculta al arrendador para resolver el contrato (STS de 15 de julio de 2009;
art. 1969.4ª CC). La obligación de usar la cosa tiene una doble faceta. En primer lugar,
respecto a qué uso ha de darse a la cosa, hay que estar a lo que las partes hayan pactado,
y en su defecto, “al que se infiera de la naturaleza de la cosa arrendada según la
costumbre del lugar” (art. 1555.2º CC), lo que remite al destino económico que tienen
cosas del mismo tipo y de la misma clase en la zona en que están situadas. En segundo
lugar, el arrendatario debe usarla “como un diligente padre de familia”. Este deber de
usarla con diligencia impone al arrendatario la obligación de custodiar la cosa, pues solo
de este modo podrá cumplir su obligación de restituir la cosa tal y como la recibió al
finalizar el contrato (art. 1561 CC). Esta regla es la que justifica la responsabilidad del
arrendatario por el deterioro o pérdida de la cosa producidos por dolo o culpa suya o de
las personas de su casa (arts. 1563 y 1564 CC).
Obligación de pagar los gastos de escritura del contrato. Salvo que se pacte otra
cosa, el arrendatario está obligado a pagar los gastos que ocasione la escritura del
contrato (art. 1555.3º CC). La documentación del contrato en escritura pública no es un
elemento esencial del contrato, pues el contrato se perfecciona sea cual sea la forma en
que se preste el consentimiento. Pero al arrendatario le puede interesar la inscripción del
contrato en el Registro de la Propiedad (vid. arts. 1549 y 1571 CC), y para ello es
necesario que antes conste en escritura pública. Por eso se le imponen a él los gastos de
la escritura, si no se pacta otra cosa.
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tal naturaleza que hace inhabitable la parte que el arrendatario y su familia necesitan
para su habitación, o hace inservible la cosa para el destino pactado en el contrato.
Aunque el Código utiliza el término “rescisión”, es más apropiado el de resolución,
aunque no se trata de una resolución por incumplimiento (art. 1124 CC).
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gastos en que incurrió para realizar la mejora; pero sí podrá compensarlos con los
desperfectos de la cosa a él imputables (arts. 487 y 488 CC).
NORMAS DE REFERENCIA: Extinción por transcurso del plazo de duración: art. 1565 CC.- La tácita
reconducción: arts. 1566, 1567, 1577 y 1581 CC.- Resolución del contrato por incumplimiento: arts.
1556 y 1568 CC.- El desahucio: arts. 1569 CC, 249.1.6º y 250.1.1º LEC.- Pérdida de la cosa arrendada:
arts. 1561, 1563 y 1568 CC.- Enajenación de la cosa arrendada: arts. 1549, 1571 y 1572 CC.
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realidad, para que prospere la resolución del contrato no basta con el incumplimiento de
cualquiera de estas obligaciones, sino que es necesario que este sea grave o esencial, lo
que debe entenderse en el sentido de que determine una frustración de la finalidad del
contrato. Según el Tribunal Supremo, el impago de un solo mes de renta autoriza al
arrendador para resolver (SSTS de 18 de marzo de 2014 y 27 de marzo de 2014). Tras la
resolución del contrato, el arrendatario está obligado a restituir el bien al arrendador, y
queda liberado de abonar más rentas (pues el contrato se ha extinguido). Pero como se
trata de un contrato de tracto sucesivo, el arrendador no debe restituir las rentas ya
recibidas (STS de 22 de diciembre de 2006), pues esas rentas retribuyen el tiempo
durante el que el arrendatario sí pudo usar la cosa correctamente. Por otra parte, el
arrendatario no tiene derecho de retención sobre la cosa en caso de incumplimiento del
arrendador.
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similar, se extingue la obligación del arrendatario de restituir la cosa arrendada si se
pierde sin culpa suya antes de haberse constituido en mora. Lo que hay que restituir es
una cosa específica (la misma que el arrendatario recibió), por lo que cabe la extinción
por pérdida fortuita (sobe esta causa de extinción de las obligaciones, y en particular
sobre sus requisitos y los efectos de la pérdida, v. Lección 14 IV del Derecho de
obligaciones y contratos en general, 2ª ed.). Además, se presume que el arrendatario es
responsable de la pérdida de la cosa, salvo que pruebe haberse ocasionado sin culpa
suya (arts. 1563 y 1183 CC). En sede de arrendamientos, los casos más habituales son la
pérdida por ruina o incendio (pérdida física) o por la expropiación del inmueble
(pérdida jurídica). En ocasiones no resulta fácil averiguar si hay pérdida de la cosa, con
efecto extintivo, o el arrendador está obligado ex art. 1554.2º CC a reparar la cosa
(reconstruirla) a fin de conservarla en estado de servir al uso al que se destina (v.
epígrafe IV 1).
NORMAS DE REFERENCIA: El subarriendo: arts. 1550 a 1552 CC.- Cesión del contrato: art. 1205
CC.
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objeto de un segundo arrendamiento, en el que el arrendador (subarrendador) es el
arrendatario del primer arriendo. Aunque exista un subarriendo, el arrendatario sigue
estando obligado frente al arrendador. El subarriendo existe en la medida en que hay un
arrendamiento; por eso, la extinción del arrendamiento por cualquier causa provoca la
extinción del subarriendo. El Código le dedica tres preceptos (arts. 1550 a 1552). Salvo
que en el contrato de arrendamiento se prohíba, el arrendatario puede subarrendar en
todo o en parte –subarriendo total o parcial- la cosa (art. 1550 CC). Si existiendo esta
prohibición el arrendatario subarrienda, el arrendador podrá resolver el contrato de
arrendamiento (con la consiguiente extinción del subarriendo) o mantener el contrato
pero reclamando al arrendatario los daños causados. Por otra parte, el subarrendatario
está obligado a destinar la cosa y a usarla conforme a lo pactado entre arrendador y
arrendatario (art. 1551 CC). Si el subarrendatario incumple estas obligaciones el
arrendador podrá reclamarle una indemnización de daños (también al arrendatario),
además de poder resolver el arrendamiento (quedando extinguido también el
subarriendo). Si el subarrendatario no conocía la existencia de pactos especiales en el
contrato de arrendamiento sobre el uso o el destino de la cosa, podrá exigir
responsabilidad al subarrendador, por no haberle informado de ello. Por último, el
arrendador tiene acción directa contra el subarrendatario para cobrarse las cantidades
que el arrendatario deba al arrendador en cualquier concepto derivado del contrato de
arrendamiento (renta, indemnizaciones, etc.), pero solo hasta la cuantía adeudada por el
subarrendatario al subarrendador (art. 1552 CC).
Cesión del contrato. El Código Civil no regula la cesión del contrato de arrendamiento,
aunque contempla un caso (comprador de cosa arrendada que no pone fin al
arrendamiento; art. 1571 CC). Se trata de un supuesto concreto de cesión del contrato
(v. Lección 12 V del Derecho de obligaciones y contratos en general, 2ª ed.). Se
produce cuando una parte del contrato (arrendador o arrendatario) transmite a un tercero
su entera posición contractual. El cedente (p. ej., el arrendatario), que era
simultáneamente acreedor y deudor, sale de esa relación obligatoria y entra en su lugar
otro sujeto (cesionario), que pasa a ser el nuevo acreedor y deudor (el nuevo
arrendatario). La cesión del contrato es una novación subjetiva activa y pasiva, por lo
que para que opere es imprescindible que la otra parte del contrato consienta ese cambio
(art. 1205 CC). En el caso del arrendamiento, nada impide que las partes pacten
inicialmente en el contrato la facultad de ceder el contrato a un tercero, o que así lo
acuerden una vez celebrado el contrato.
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compraventa sea elegido previamente por el usuario, y que este reciba directamente del
proveedor el citado bien. Por otra parte, el establecimiento a favor del usuario de una
opción de compra es inherente al contrato de arrendamiento financiero (SSTS de 15
junio de 1997 y 20 de julio de 2000). Si no se ha pactado la opción de compra, el
contrato no será de arrendamiento financiero, sino de otro tipo; si se pacta que al
finalizar el contrato el usuario queda obligado a restituir el bien, se tratará de un simple
contrato de arrendamiento; si se pacta, en cambio, que cuando finalice el contrato el
usuario se convertirá automáticamente en propietario, el contrato será una venta a
plazos.
REGLAS JURÍDICAS
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la cosa (hay un nuevo contrato, y no la prórroga del anterior).
- La Ley de Enjuiciamiento Civil establece procedimientos judiciales para
conseguir el desahucio del arrendatario. En particular, regula un proceso
sumario (el juicio verbal sumario) para que el arrendador obtenga la rápida
recuperación del inmueble cuando ha terminado el plazo de duración
establecido o cuando el contrato se resuelve por impago de la renta o de otras
cantidades debidas por el arrendatario.
- Si el arrendador vende la cosa arrendada, el comprador podrá poner fin al
contrato de arrendamiento, salvo que en el contrato de compraventa se
establezca lo contrario o en el momento de la venta el arrendamiento esté
inscrito en el Registro de la Propiedad. Si el arrendamiento se extingue, el
arrendatario podrá reclamar al arrendador los daños causados por la terminación
anticipada del contrato.
- Salvo que en el contrato de arrendamiento se prohíba, el arrendatario puede
subarrendar en todo o en parte la cosa. En tal caso, el arrendador tiene acción
directa contra el subarrendatario para cobrarse las cantidades que el arrendatario
deba al arrendador en cualquier concepto derivado del contrato de
arrendamiento, pero solo hasta la cuantía adeudada por el subarrendatario al
subarrendador.
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