Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
¿Qué es la depresión?
Primero debemos entender que la depresión es distinta de las
variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas
emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. La diferencia
radica en su intensidad y duración. Puede convertirse en un problema
grave y causar gran sufrimiento al alterar las actividades laborales,
escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar a la
muerte.
Los síntomas principales que los define son: Estado de ánimo irritable
o bajo la mayoría de las veces, Dificultad para conciliar el sueño o
exceso de sueño, Cambio grande en el apetito, a menudo con
aumento o pérdida de peso, Cansancio y falta de energía,
Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa, Dificultad para
concentrarse, Movimientos lentos o rápidos, Inactividad y retraimiento
de las actividades usuales, Sentimientos de desesperanza y
abandono., Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio. Pérdida de
placer en actividades que suelen hacerlo feliz, incluso la actividad
sexual.
Se considera incapaz de dar amor o afecto, lo culpa aumenta sus
sentimiento de culpa. El sujeto se torna apático, no tiene ganas de
nada, ni si quiera de vivir y nada le procura placer.
Recuerde que los niños pueden presentar síntomas distintos a los de
los adultos. Vigile especialmente los cambios en el rendimiento
escolar, el sueño y el comportamiento. Si usted cree que su hijo podría
estar deprimido, vale la pena consultarlo con el médico. Su médico
puede ayudarle a aprender más sobre cómo ayudar a sus hijos si
padecen depresión.
Tipos de trastornos relacionados
Trastorno afectivo estacional (TAE). Ocurre con mayor frecuencia durante las
estaciones de otoño e invierno y desaparece durante la primavera y el verano, muy
probablemente debido a la falta de luz solar.
Factores fisiológicos
Migraña
Diabetes
Hipertiroidismo
Síndrome de Cushing
Enfermedad de Adisson
Factores personales
Factores ambientales
La depresión se caracteriza por dejarnos sin ganas, sin ilusión, sin fuerzas y sin
esperanza, por lo que es fácil adivinar las consecuencias de atravesar un estado
depresivo por un tiempo prolongado. En los casos más graves, una persona con
depresión puede llegar hasta el intento de suicido, por lo que no estamos hablando
de un simple periodo de tristeza. Esa desilusión, pero también esa falta
de autoestima, ese creer que no valemos nada y ese dejarnos abandonar pueden
hacer que nos aislemos socialmente, lo que puede empeorar el sentimiento de
soledad que suele ir asociado a la depresión. Desde perder amigos, parejas rotas,
relaciones familiares destrozadas hasta quedarnos sin trabajo y con un montón de
problemas económicos, es el abanico de consecuencias que puede dejar una
depresión.
Además, la depresión se deja notar también en el plano físico. A los dolores de
cabeza, a los dolores musculares o al cansancio se le suman los efectos secundarios de
los antidepresivos, cuando finalmente nos ponemos en tratamiento. Además, la
depresión debilita nuestro sistema inmunitario, por lo que también está asociada a
numerosas enfermedades, infecciones y hasta problemas cardiovasculares.
Pero es que a nosotras nos gusta ser optimistas y ver el lado bueno de las cosas
porque, indudablemente, todo tiene su parte positiva. Si las consecuencias de sufrir
una depresión son tan negativas como aterradoras, las consecuencias de superar esa
depresión se convierten en un tesoro repleto de beneficios.
Porque superar una depresión cuesta mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucho
tiempo, pero al final, merece la pena. Y merece la pena no sólo por liberarnos de ese
lastre que nos paraliza, sino que generalmente, al superar una depresión, nos
transformamos en personas más fuertes psicológicamente, más preparadas para
afrontar cualquier adversidad.
Superar una depresión supone aprender a mantener el equilibrio emocional, subir
los niveles de autoestima y ser más conscientes de las cosas buenas que nos ofrece
la vida. En definitiva, tras superar una depresión aprendemos a disfrutar más de la
vida y a ser más felices. Y tampoco podemos olvidarnos de la oportunidad que
supone caer hasta el fondo a causa de una depresión, para resurgir con más fuerza
y empezar una nueva vida.
TRATAMIENTOS
Una vez diagnosticada la depresión, el paciente debe iniciar el
tratamiento, siendo en casi todos los casos una acción combinada de
terapia farmacológica con apoyo psicológico. Es muy importante que
antes de que el paciente comience cualquier terapia, sea informado
por su médico de la duración del tratamiento de la depresión, los
beneficios que se van a intentar alcanzar, y los efectos secundarios
que se pueden desarrollar a lo largo del tratamiento.