DOCTRINA DE LA IGLESIA.

I. ¿QUE ES LA IGLESIA?
1. Iglesia Universal:
2. Iglesia local

II. LA MISION DE LA IGLESIA.

1. La Naturaleza de la Misión de la Iglesia.
a) Misión Evangelizadora
b) Misión discipuladora

2. El método de la misión de la iglesia.

a) Por medio de su ministerio público.
b) Por medio del trabajo personal.

III. EL INICIO DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA

1. Por su relación única con Jesucristo
2. Por su relación especial con el espíritu Santo

IV. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA

1. El bautismo en agua
2. La Cena del Señor.

V. LA ADORACION EN LA IGLESIA
1. Carácter de la adoración en la iglesia
2. Contenido de la adoración o culto congregacional
3. El día para adoración de la iglesia

VI. LA ORGANIZACIÓN BASICA DE LA IGLESIA

1. El gobierno de la iglesia
a) congregacional
b) Presbiteriano
c) Episcopal o Jerárquico

VII. EL DESTINO ETERNO DE LA IGLESIA

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DOCTRINA DE LA IGLESIA

Objetivo: tener bien definido que es la iglesia y cual es su propósito en

la tierra.
LB: Hechos 2:43-47. VM: 1 Corintios 1:2.

I. ¿QUÉ ES LA IGLESIA?

La palabra griega, ekklesía, significaba una asamblea y se usaba en

un sentido político, no religioso. No se refería a las personas sino a
la reunión; en otras palabras, a las personas no se les consideraba
una ekklesía cuando no estaban formalmente reunidas. La palabra
se usa en este mismo sentido secular dos veces en el Nuevo
Testamento (Hechos 19:32, 41).
En el NT el vocablo ekklesía se constata 114 veces, y suele referirse
a los redimidos y fieles por Cristo, estén reunidos en un lugar
determinado o no. Por tanto debemos tener en cuenta el concepto
de iglesia en dos sentidos, la iglesia local y la iglesia universal.(1
Corintios 1:2-3)

1. Iglesia Universal: La totalidad de los que han sido, son y serán

redimidos por la fe en Cristo, sin fronteras de tiempo ni espacio,
tanto en la tierra como en el cielo (1 Co. 12:13; Ef. 1:22–23; Heb.
12:23). También le llaman La Iglesia Invisible.
El término «Iglesia de Dios» (1 Co. 15:9; Gal. 1:13; Flp. 3:6),
aunque referido en principio a la Iglesia de Jerusalén, pronto
adquirió connotaciones universales.

2. Iglesia local: Algunas veces se le llama iglesia local, a una casa

como se ilustra en el Nuevo Testamento. Pero la iglesia en Corinto
(1 Co. 1:2) tiene que haber incluido varias iglesias en casas. Sin
embargo era “local” en que estaban ubicadas en la ciudad de
Corinto y no incluía a otras iglesias que había en Grecia, como la
iglesia en Tesalónica (1 Tes. 1:1).
Pero la “iglesia”, en singular, se usa para designar varias iglesias
en una región (Hch. 9:31). Aquí “la iglesia” incluía a grupos por toda
Judea, Galilea y Samaria. Cuando Pablo persiguió a la iglesia en
los días previos a su conversión, él no se limitó a una iglesia local
(1 Co. 15:9). Así que, el concepto de la iglesia local puede incluir un
grupo en una sola casa, los varios grupos en una ciudad, o aun los
muchos grupos en una región.

Conclusión:
De un concepto general y básico de lo que es la iglesia:
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II. LA MISION DE LA IGLESIA.

1. La Naturaleza de la Misión de la Iglesia.

La principal misión de la iglesia consiste en continuar la obra que
Cristo realizó durante su ministerio terrenal. Por eso, el Señor dijo a
sus discípulos: “como me envió el Padre, así también yo os envío” (Jn.
20:21). Por medio de la iglesia que es su cuerpo, el Señor
Jesucristo continúa realizando su obra de extender el reino de Dios
en el mundo.
La iglesia ha sido salvada, equipada y preparada por el Señor
Jesucristo para cumplir la misión de extender el reino de Dios aquí
en la tierra. (Mt. 28:18-20; Mr. 16:15-18; Lc. 24:44-49; Jn. 20:21; Hch.
1:8).

a) Misión Evangelizadora: Mar. 16:15-16, 1 Pe. 2:9.

La iglesia tiene que ir en busca de los perdidos para predicarles
el evangelio, de tal modo que éstos se conviertan en discípulos
de Jesús; luego debe bautizarlos como una demostración
pública de su experiencia con el Señor y su identificación con el
cuerpo de Cristo, la iglesia. Dios nos ha revelado su plan de
salvación y nos ha dado el Espíritu Santo para cumplir
eficazmente esta misión.

b) Misión discipuladora: Mat. 28: 19-20, Ef. 4:11-13.

Consiste en enseñar todo lo referente a la fe cristiana al nuevo
discípulo. En Hechos 2:40-42 vemos que la iglesia de Jerusalén
cumplió con esta misión, haciendo nuevos discípulos por medio
de la evangelización, bautizándolos y enseñándoles la doctrina
de los apóstoles. Dios no sólo ha dado a su iglesia la misión de
extender el reino de Dios en el mundo, sino que también le ha
provisto del don del Espíritu Santo, los dones espirituales, su
Palabra escrita, ministerios y otros recursos más con los que ella
puede cumplir eficazmente esta misión.

2. El método de la misión de la iglesia.

Hay dos maneras básicas de llevar a cabo la misión que Cristo dio
a su iglesia:
a) Por medio de su ministerio público.
En el día de Pentecostés fue el testimonio público de los
creyentes y el sermón público de Pedro lo que indujo a los
pecadores a arrepentirse. Fue el ministerio público de Pablo, de
los otros apóstoles y de los demás discípulos lo que motivó a la
gente por todo el imperio romano y condujo al establecimiento
de iglesias en cada lugar. La predicación del evangelio en forma
pública es el método de Dios (1 Co. 1:21).

b) Por medio del trabajo personal.

Este es otro método que Dios usa; cada creyente tiene un don,
por lo menos, y ocupa un lugar en el cuerpo de Cristo (Ro. 12:6-
8). El trabajo personal se puede ver en el testimonio, la oración,
la participación financiera, etc. de cada uno de los cristianos.

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Conclusión:
 Reconocemos que la misión de la iglesia es esencialmente
evangelizar y discipular a los nuevos creyentes para continuar la
obra que Cristo inicio en la tierra.
 Toda actividad, proyecto o propósito que la iglesia realice no debe
desligarse de su misión principal.

III. EL INICIO DE LA MISION IGLESIA.

La Iglesia es revelada en el Nuevo Testamento como cuerpo de

Cristo visible con una misión especial. No era visible en los tiempos
del antiguo testamento pues era un misterio, es revelada a raíz de la
muerte y resurrección de Jesús, cuando el Espíritu Santo es
derramado sobre los discípulos el día de Pentecostés. La unción del
Espíritu Santo sobre la Iglesia es un don del Cristo resucitado (Jn.
7:38–39). La iglesia como cuerpo de Cristo, tiene una relación
singular y especial con Cristo y el Espíritu Santo que la hace única
en la historia.

1. Por su relación única con Cristo:

a) Porque él es su fundador (Mt. 16:18).
b) El es su piedra fundamental (Ef. 2:20).
c) El es su cabeza (Ef. 1:22–23).
d) El es su esposo (2 Co. 11:2; Ef. 5:25 ss.).
e) El es su juez (Ap. caps. 2 y 3).

2. Por su relación especial con el Espíritu Santo:

a) El «bautizó» con fuego a quienes había les prometido(Hch. 1:5,
Lc. 3.16); a partir de Hch. 2:41-42, en relación con Hch. 10:44-48;
11:15–16; 19:1–7, se puede asegurar que en el día de
Pentecostés comenzó el bautismo cristiano propiamente dicho,
no en Jn. 4:1–2, pues entonces no había sido dado el Espíritu
Santo.
b) Además de bautizar en el cuerpo de Cristo (1 Co. 12:13), el
Espíritu Santo habita en el creyente individual (1 Co. 6:19), en la
iglesia local (1 Co. 3:16) y en la Iglesia universal (Ef. 2:22).
c) El Espíritu Santo, obra la regeneración en la iglesia y transmite
a la Iglesia la vida de comunión con El (Jn. 3:5; 2 Co. 13:14), el
amor del Padre (Ro. 5:5) y la verdad entera del Hijo (Jn. 14:26;
15:26; 16:13–15), así como el poder que tal vida requiere(Lc.
24:49; Hch. 1:8; 9:31), y Él es quien reparte los dones a la
Iglesia según su voluntad.(1 Co. 3:11)

Conclusión:
 La iglesia es revelada como cuerpo de Cristo e inicia su misión en
la tierra el día de pentecostés y se fundamenta en la muerte y
resurrección de Cristo.
 Esencialmente la misión de la iglesia es evangelizar al mundo y
discipular a los nuevos creyentes para continuar su misión.

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IV. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA

Son ritos u observaciones simbólicas externas ordenadas por

Jesús, que presentan verdades cristianas esenciales. Las
ordenanzas pueden ser definidas como “la señal visible de una
obra interior”, o “la señal visible de una obra de gracia invisible.”
Así la ordenanza en si misma no tiene ningún poder inherente para
cambiar a los que la practican. Las ordenanzas observadas por las
iglesias evangélicas son dos: el Bautismo en agua y la Cena del
Señor.

1. El Bautismo en agua.

A. Es un testimonio público de la obra salvadora de Jesús en la

vida del creyente (Ro. 6:3-4), de nuestro arrepentimiento (Hch.
2:38) y un compromiso de tener una buena conciencia para con
Dios.(1 Pe. 3:21)
b. En los primeros tiempos aquellos que confesaban el nombre del
Señor eran bautizados en el acto (Mt. 28:19; Hch. 2:37–41; 8:36–
38; 10:44–48, etc.). Si el rito inicial se demora en nuestros días es
por la dificultad en que nos hallamos de discernir entre la
confesión falsa y la verdadera, y no porque el creyente haya de
ganar madurez espiritual para estar en condiciones de bautizarse.

c. La forma del bautismo en agua, es por inmersión del creyente

y bajo confesión de fe, así lo mandó el Señor (Mt. 28:19)

d. Su significado espiritual se expone en Romanos 6:1–10, cuyo

simbolismo se representa adecuadamente tan sólo por el
descenso del creyente al «sepulcro» de las aguas, lo cual se
evidencia, por la separación del creyente de todo lo antiguo de su
vida mundana y pecaminosa, puesto que, a la vista de Dios, su
vida ya es «nueva» en Cristo resucitado.

2. La Cena del Señor.

Los términos: «el partimiento del pan», «la mesa del Señor» y «la
cena del Señor» son sinónimos de la misma ordenanza que fue
instituida por el Señor en la víspera de Su pasión.
Aparece el relato en los Evangelios según Mateo, Marcos y Lucas,
confirmándose también por revelación especial al apóstol Pablo (1
Co. 11:23).
Es un recordatorio del sacrificio del Señor, quien se entregó a sí
mismo por nosotros. (1 Co. 11.24). Es un «proclamar su muerte»
como hecho central de la vida de la Iglesia.

a. Simboliza nuestra comunión y participación con todo el

significado de su muerte, (1- Co. 11:28).
b. Ilustra la unidad de la Iglesia universal en Cristo (1 Co. 10:16 y
17)
C. Anticipa la venida, en persona, de nuestro Señor para
recogernos. (Mat. 26:29).

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Conclusión:
 Las ordenanzas son representaciones simbólicas de verdades
profundas y esenciales de nuestra fe, las cuales tienen su
fundamento en la muerte y resurrección de Cristo.
 Las iglesias cristianan bíblica observamos dos ordenanzas, el
bautismo y la santa cena.
 El Bautismo es la expresión simbólica de haber muerto a nuestra
vida pasada y al mundo junto con Cristo y vivir una vida nueva por
el poder de la resurrección de Cristo.
 La Santa cena es la expresión simbólica de nuestra comunión con
Cristo y la iglesia, así como de nuestra esperanza de la pronta
venida del Señor.

V. LA ADORACION DE LA IGLESIA

Consiste en el servicio individual, corporal o grupal, público y/o

privado para el Señor, lo cual se produce por reverencia y
sumisión a Quien es completamente digno de recibirlo.

1. El Carácter de La Adoración (Juan 4:24)

Tenemos dos aspectos básicos de la adoración verdadera, esta
tiene que ser en espíritu y en verdad.

a) “En espíritu” incluye tres cosas en cuanto al centro de adoración.

 La adoración puede y debe efectuarse en cualquier lugar y en
todo lugar, puesto que lo espiritual no está confinado a un
lugar o un tiempo determinado.
 La adoración proviene del espíritu del hombre (Hebreos 4:12).
No es algún rito meramente superficial.
 La adoración genuina es una experiencia de persona a
Persona, honrando con nuestro espíritu a Dios, quien se
reveló por medio del Señor Jesús, en todo tiempo y en todo
lugar.

b) “En verdad” significa que el carácter de la adoración ha de ser

genuino y sin pretensiones egoístas. Dios aborrece la adoración
no sincera (Isa.1:10–17; Mal. 1:7–14; Mat. 15:8–9). La adoración
falsa es aquella que no está de acuerdo con la Palabra de Dios
revelada. Por lo tanto, para adorar en verdad se necesita un
conocimiento creciente de la Palabra, lo cual también aumentará
nuestra estimación del valor del Dios que adoramos.

2. Contenido de la adoración o culto congregacional:

a) La Palabra:
Desde el principio la iglesia concedió primera importancia a la
doctrina (Hechos 2:42).
 Debe ser estudiada.(Hch. 6:2, 2 Tim. 2:15, 3:15)
 Debe ser leída. (Col. 4:16, 1 Tes 5:27, 1 Tim. 4:13, Ap. 1:3)
 Debe ser predicada. (2Tim. 4:2)

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b) Oración:
La oración se practicaba tanto individual como colectivamente
(Hechos 4:24; 6:4; 10:9; 12:5; 13:3; 1 Timoteo 2:1–8).

c) El canto:
Los cánticos como parte de la adoración en las Iglesias, se
daban tanto en privado como en público. Cuando alguno está
alegre, debe cantar (Santiago 5:13). Pablo y Silas cantaron
himnos de alabanza en la cárcel (Hch. 16:25). Era parte de la
adoración colectiva (1 Co. 14:26, esto probablemente se refería
a un solo; Col. 3:16). Salmos posiblemente se refiere a los
salmos del Antiguo Testamento, aunque quizás con adiciones
cristianas. Himnos pueden ser alabanzas dirigidas a Dios (pero
quizás incluyan el uso de los salmos, Hch. 16:25). Y los
cánticos espirituales incluían una variedad más amplia de
temas. La música es una parte importante de la adoración,
alaban el carácter de Dios y Sus obras con un lenguaje rico, no
pobre y redundante. El Nuevo Testamento no da indicación
alguna de las formas musicales que se empleaban.

d) Dar a otros y para Dios.

El dar a otros sirve como prueba clara del amor de uno para con
Dios (Stg. 2:15–17; 1 Jn. 3:17–18); debe hacerse voluntariamente
(2 Co. 8:11–12), liberalmente, aunque uno sea pobre (v. 12), con
alegría (2 Co 9:7), y de acuerdo a la medida de prosperidad que
Dios le da uno (1 Co. 16:2). Según la revelación del Nuevo
Testamento, el dar era el área principal en la cual había un
esfuerzo cooperativo entre varias iglesias (Hch. 11:27–30; 2 Co. 8-
9). El dar para la obra de Dios es un privilegio y bendición, y no
una carga para la iglesia. En el Antiguo Testamento
encontramos variadas expresiones de cómo dar para la obra de
Dios, como ofrendas por diferentes motivos, diezmos, primicias
y otros.

e) Comunión:
La iglesia primitiva perseveraba en la comunión (Hechos 2:42).
Es decir, tenían una estrecha relación unos con otros. Este
acercamiento consistía en su lealtad doctrinal común, su
disposición a compartir las cosas materiales, la experiencia de
comunión en la Cena del Señor, y la participación en las
oraciones. Su fin es aumentar la salud, la fortaleza, la
responsabilidad, y la cantidad numérica del cuerpo o familia de
Cristo (He. 10:24-25, Efesios 4:12–16).

3. El día para la adoración de la iglesia.

La iglesia del nuevo testamento empleaba el domingo(1ª día de la
semana) como su día de adoración o culto como cuerpo de Cristo,
a pesar de que no era un día festivo o feriado de la semana en el
cual las personas estuvieran de asueto. En esos tiempos gran parte
de los miembros en las iglesias eran esclavos quienes estaban en
la obligación de trabajar todo el día y cada día; pero aún así se

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daban tiempo para la adoración corporativa o culto publico.

a) El origen del día del Señor
 Los primeros cristianos no se hicieron problemas con el sábado
o con el día del Señor en Hch. 15:29, Co. 2:16. La idea de un
día especial para la adoración no estaba relacionado con el
sábado, pues aunque iban al servicio de la sinagoga el sábado,
lo hacían para evangelizar (Hch. 13:14, 17:1-3, 18:4, ). Pero era
el domingo cuando se reunían con otros creyentes.
 La única explicación de por qué la iglesia primitiva estableció
un nuevo día de adoración, sin relación con el sábado, es que
el domingo fue el día de la resurrección del Señor (Mat. 28:1;
Mar. 16:2, 9; Lu. 24:1; Jn. 20:1), y se registran seis apariciones
que hizo después de su resurrección también ocurrieron en
domingo, y el día de Pentecostés, cuando se formó el cuerpo
de Cristo, cayó en domingo. Casi siempre el día se designa
como el primer día de la semana (Jn. 20:19; Hch. 20:7; 1 Co.
16:2). En Apocalipsis 1:10 se le llama el día del Señor. El día
del Señor, entonces, es el primer día de la semana, el día de
Su resurrección, y el día usado por los creyentes para celebrar
el evento más grande de la historia.

b) Las actividades del día del Señor

 Recordar y celebrar la resurrección de Cristo.
 Reunirse para la adoración corporativa o culto publico (He.
10:25).
 Determinar cuánto dar (1 Corintios 16:2).
 Observar la Cena del Señor (Hechos 20:7).

VI. LA ORGANIZACION BASICA DE LA IGLESIA

Encontramos poca información detallada sobre la organización y

estructura de la iglesia, pero sí tenemos abundante revelación
sobre la misión de la iglesia, por tanto si conocemos cual es
nuestra misión, podremos organizarnos de la manera que mejor
nos permita cumplirla.

Una iglesia siempre tiene algún tipo de organización, y en el

Nuevo Testamento vemos que al fundarse una iglesia, se la
organizaba lo más pronto posible (Hch. 14:23). Una iglesia existe
para un propósito: para hacer la voluntad de Dios. Esto incluye
varias cosas: observar las ordenanzas, evangelizar, edificar a los
creyentes, adorar, dar, ministrar a grupos de todas las edades,
etcétera y para poder cumplir con todo esto necesita una
organización. Las formas específica de organización no está del
todo clara, se nos dice poco acerca del lugar donde reunirse,
cantidad de reuniones, frecuencia de las ordenanzas, o estructuras
para llevar a cabo el ministerio, pero es indiscutible el hecho de
que sí estaban organizadas.

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Al comienzo llevaron de alguna manera la contabilidad de la

cantidad de personas que se convertían (Hch. 2:41; 4:4). Pronto
tuvieron que escoger ayudantes para los apóstoles (6:1–7).
Actividades de socorro a los pobres se tuvieron que organizar
temprano (4:32–37). Los ancianos fueron reconocidos como
líderes (Hch. 11:30). En su recorrido de regreso del primer viaje
misionero de Pablo, él ordenó ancianos en las iglesias recién
establecidas (Hch. 14:23).

1. Gobierno de la iglesia:
Sistema administrativo que tiene por objetivo dirigir los asuntos de
la comunidad cristiana con relación a sus miembros y a los
poderes constituidos. Básicamente, durante el desarrollo e historia
de la iglesia encontramos los siguientes sistemas de gobierno en
la Iglesia: congregacional, presbiteriano y episcopal. Estos o la
combinación de estos, es lo que encontramos en las diferentes
iglesias en nuestro tiempo.
a) Congregacional: La soberanía la ejercen los miembros de la
iglesia reunidos en asamblea.
Argumentan que los apóstoles sí ejercían autoridad sobre más
de una iglesia local en los tiempos del Nuevo Testamento, no
así los ancianos y diáconos. Por lo tanto, puesto que el
ministerio apostólico ha cesado, hoy en día las iglesias locales
son autónomas, tanto en la selección de sus líderes, como lo
parece indicar ciertos pasajes (Hch. 1:23, 26; 6:3, 5; 15:22, 30; 2
Co. 8:19). Pero encontramos otros como Hechos 14:23 y Tito 1:5
parecen abogar en contra de la participación de la congregación
en la decisión de escoger.

b) Presbiteriano: En este sistema, representa a la iglesia una

junta de presbíteros, o ancianos, elegidos libremente entre los
miembros de la comunidad. En Hebreos 13:17 se les ordena a
los miembros que se sometan a sus líderes; así la autoridad se
les da a los líderes, no a los miembros.
En algunos casos está muy claro que los líderes eran
nombrados, no elegidos. Hch. 14:23 y Tito 1:5, así como la
“ordenación” se efectuaba por la imposición de las manos de los
ancianos (1 Tim. 4:14).

c) Episcopal o Jerárquico: La autoridad la ejerce el obispo o el

pastor, está organizado en órdenes o rangos, cada uno de los
cuales se halla subordinado al que esté por encima de él.
El respaldo a este concepto se basa (a) en la primacía de los
apóstoles, especialmente Pedro, y (b) en la línea ininterrumpida
de sucesión apostólica hasta hoy. Mientras que es cierto que los
apóstoles constituyeron el fundamento sobre el cual la iglesia
fue edificada (Ef. 2:20), y también es cierto que Pedro era
prominente aunque no tenía el primado (Gá. 2:11), pero el
apostolado desapareció para el fin del primer siglo y no ha
habido ninguna clase de línea ininterrumpida de sucesión de
obispos (los sucesores de los apóstoles) hasta el tiempo presente.

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Conclusión:
 De una forma o de otra, lo que se nota hoy en día es que, en
todos los gobiernos, hay una combinación de los tres
sistemas.
 Pero lo más importa es que los negocios del reino de Dios
sean administrados con eficiencia, dinamismo, sabiduría y,
sobre todo, temor a Dios

VII. EL DESTINO ETERNO DE LA IGLESIA.

 En esta tierra, la Iglesia es aún imperfecta, incompleta y

menospreciada; no es del mundo y marcha, como su Señor, por
el camino de la cruz (Lc. 12:32; Jn. 15:18, 20; 17:14–18). Su tarea
es dar testimonio de Jesucristo y ganar almas para su nombre (1
Pe. 2:9–10; Fil. 2:15–16).
 Tiene que crecer en la santidad (Ef. 4:12–16); pues inminente el
momento en que se cumplirá el número de los elegidos (Ro.
11:25) y en que Cristo la hará comparecer ante Sí, a su esposa
perfecta, gloriosa e irreprensible (Ef. 5:27).
 Para ello, su esposa habrá sido arrebatada al cielo al encuentro
de su Señor (1 Ts. 4:14–17; cfr. Mt. 25:1–13), purificada y unida a
Él en las Bodas del Cordero (Ap. 19:7-9). Sentada con Cristo en
su trono, reinará con El por los siglos de los siglos (Ap. 3:21;
22:3–5).
 Entonces, aquellos que han sido salvos por la fe del Evangelio,
gozarán de su felicidad sin adversidad alguna, en la presencia
del mismo Dios, en aquella ciudad que tiene fundamentos, cuyo
arquitecto y constructor es Dios, gozando de una comunión
entrañable con Cristo y con el Padre, en una unión eterna por el
Espíritu (He. 11:10; Jn. 14:1–3; Ap. 21:9–22:5).
 Las últimas palabras de la Biblia retumban con la esperanza de
la Iglesia alimentada por el Espíritu: «Y el Espíritu y la Esposa dicen:
Ven … El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en
breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús» (Ap. 22:17, 20).