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2. La ética aristotélica Arist6teles era hijo de Nicomaco, médico del rey de Macesionia, y habia nacido cen Estagira en 384 a. C. En un principio, deslumbrado por Platén, su maestro, ad~ hiri6 a su postura filosofiea, pero, mas tarde, fue separindose de esta y elaboran- do su propio sistema. A la muerte de Platén dejé Atenas y vigé a Macedonia, don- dle el rey Filipo Ile propuso que fuera el educador de su hijo Alejandro. Cuando este lego al trono, Aristoteles volvi6 a Atenas y funds su propia escuela, lamada peripaétca o del Liceo, cedicdndose exclusivamente a escribir y-ensedar. Acusado de impiedad en 323 a. C. por miembros del partido nacionalisia ateniense, AristS- teles no quiso que se cometiera un nuevo crimen contra la Filosofia y, a diferencia de Socrates, acept6 el exlio, abandonando Atenas einstalandose en Calcidia, don- de fallecis al ato siguiente. Entre sus obras cabe mencionar Organon -ala que ya rnombramos en la Unicad 2-, Ret6rica, Poética, Politica y Fisica Analizaremos ahora la respuesta aristotélica a la pregunta “zQué es el bien?” 1 fildsofo comienza reflexionando que toda actividad, dentro de cualquier cam- po, ha cle tener necesaria,imprescindiblemente, un fn; para aquel que realiza una accién, esta se le presenta, aclemas, como capaz de reportarle un bien, Asi se lega en el primer parrafo de Etica a Nieémaco -libro que, seytin parece, Aristteles de- dicé a su hijo Nicémaco-, a la identificacién ce ambos conceptos: toda actividad tiende a un fin que es ala vez un bien “Tado are y toda investigacion cientifica, lo mismo que toda accisn y elecién, parecen tender a wn bien y por ello deinieron con tada puleritud el bie los qu der ser agye- Hoa que toes las casas aspiran.? i Siendo, como son, muy numerosas las actividades humanas, también lo son los fines que nos podemos proponer. Aristoteles da algunos ejemplos relacionados con las artes y la ciencias: “el fide la medicinn es la sac, ef de ia construceién na- tual, el vio”. Ademas no todos los fines son jerarquicamente iguales; algunos son mas importantes que los demas y, asi los primeros subordinan a los segundos. Advertimos entonces que se presentan ante el hombre verdaderas cadenas de fi- nes cuyos eslabones no constituyen, en tltima instancia, sino medios. Sin embargo, no es suficiente hablar de fines “finales” en el sentido de fines que se persiguen por si mismos. Para que nuestro dlesear tenga un sentido es impres- cindible que todos nuestros fines converjan hacia un fin tltimo que valorice alos demas: a ese fin iltimo lo denomina Aristoteles “Bien Supremo” -0 Sumo Bien y Jo compara con el blanco al que deben apuntar los arqueros* Pero zcual es y dande esta el Sumo Bien? Aristoteles sefiala que tanto el vulgo como la gente culta lo identifican con la flicicad ~en griego, “‘eudaimonia™, nocibn que ineluye tanto lace comportarse bien como la de vivir bien, pero no todos coin- ciden sespecto de aquello en Jo que reside. {Cémo se puede reconacer al Sumo i Ni 3. 7 ARSTOTEUS 6 159 UNIDAD 5 160 Bien? (Qué requisitos debe reunir para ser tal? El primero: “ser siempre apetecible por si mismo y no por otra cosa”, esto es, ser absolutamente final; y el segundo, “tornar vida amable por si solo", es decir, ser autosuficiente®, Esta itima nocién se relaciona con las de perfeccién y autarquia: el Bien Supremo tendra que ser el mas elevado y,como tal, permitir al hombre gobernarse a si mismo. A continuacién, Aristdteles analiza los distintos géneros de vida en los que los seres humanos han creido encontrar la felicidad: 1) el placer, 2) los honores, que corresponden a la vida politica, y 3) la riqueza. Con respecto al primero, si bien es final, ya que no se busca con miras a otra cosa, a) no vuelve al hombre autérqui- 0, ya que lo lleva a depender del objeto de placer, como ocurre en el caso del al- cohol, el tabaco o las drogas, por ejemplo, yb) no es digno del hombre dotado de un alma racional. “Al elegir wna vida adecuada al ganado” ~dice-" la mayoria se mues- tra totalmente abyecta.” Con respecto al segundo, tampoco es admisible, ya que: 2) “los howores estén més en quien los da que en quien ls Fecite"; como tales, podriamos afiadit, pueden ser entregados y/o quitados arbitrariamente, mientras que "el ver ddadero bien debe ser algo propio y dificil de arrancar del sujeto", y b) los que los persi- guen lo hacen para persuadirse a si mismos de su propia virtud, “con fodo lo cual dejan ver claro que aur en su propia estimativa la virtud es superior a a honra”. Final- mente, tampoco es aceptable la riqueza, porque: “a) la vida de lucro es antinatural (los negocios, o sen los procedimientos' usados para adguirir riquezas, destruyen et ocio nec otium= que es el tiempo libre dedicat a Ia reflexion) y ) es claramente medio y no {fir-en si mismo." Se, Sine Seeree ; 2, Trabajando en grupos de cuatro 0 cinco, escriban un dislogo entre Aristételes y al ‘in personae fctici o eal a partir del sc uientecomienzo propuest: “Dende resi- di a flicidad sino ena carer politica la carrera de los honores por excelencia? Sélo ella nos permitréalcarzar el poder y este ri querido amigo, esl més preciado donal que puede aspirar un ghudadano.” 3, Realicen una encyesta entre amigos y/o conocidos preguntindoles en qué reside la felicidad. Y lego, dentro del grupo -puede ser el mismo grupo del ejercicio anterior, comparen las respuestas obtenidas con las ue aporta Arstoteles (en cada geupo debe ran tener por lo menos veinte respuestas) En este punto nos preguntamos nuevamente: zen qué consiste la felicidad? Pa- raestablecerlo mejor, Aristoteles comienza pregunténdose cuales la actividad es- peeificaente humana, Da por supuesto que la hay, ya que 1) cada parte del cuer- po tiene para él una funcién determinada -asi, por ejemplo, el ojo, la mano y el pie- yb) cada miembro de la sociedad tiene, dentro de esta, la suya -ast, por ejem- 5 ARSTOTEES, op cl Te pie 10 ARISTOTELES, op, iro p56 : i plo, el escultor,elalbafil y el zapatero-. Hay que dejar de lado las funciones ve- ‘getativas ~nutricién y reproduccién- pues estas las comparte el hombre con todos, -los Seres vivos. Tampoco podré ser puramente humana la vida sensitiva, com- puesta de sensaciones y sentimientos porque también los animales poseen ese co- ‘nocimiento aportado por la sensacion y esas conmociones afectivas que producen placer 6 dolor. Lo tnico que falta considerar, dice Aristoteles, es la parte racional, y, como esta es privativa del ser humano, ha de ser, por lo tanto, su funcién propia. El hombre, segiin la concepei6n aristotéliea, es raz6n; toda su excelencia reside en su capa- cidad de pensar. Pero hay dentro de la actividad racional dos partes: una, pura- ‘mente tedrica, especulativa, ‘cognoscitiva, inmortal, “que posee-ta-razin” y otra practica, que no sobrevive a la corrupcién del cuerpo y “que obedece ala razin”. Es- ta altima dirige la vida apetitiva, la que a su vez escucha Sus consejos y se torna mesurada, equilibrada. Para que tsa funcién propia del hombre que, a su vez, engendra una actividad constituya el Sumo Bien, basta agregarle una cualidad: la excelencia. Asi, Arist6- teles ha llegado a proporcionar las notas determinantes del Fin sltimo 1, Funcién propia del hombre. 2. Bjercicio o actividad. 3, Excelencia 0 perfeccién. Deellas resulta que el Sumo Bien es el ejercicio perfecto de la funcién propia del hombre. ¥ al hablar de “excelencia”"nos estamos‘refiriendo a la nocién de" ‘ud’ (Yarelé" en griego es el equivalente de “vrtus” en latin y ambos términos com” notan un modo viril de excelencia). Acara todavia Aristteles respecto del Sumo Bien que es la actividad racional segein la més alta vietud y a través de toda la vi- da ("segrin la mas alta virtud” pues hay muchas virtudes, algunas superiores a otras, y “durante toda la vida” porque “asf como una golondrina no hace verano, un neve licmpo de felicidad no hace al hombre bienswenturado"). La excelencia es, enton- ces, un tipo de habito que tiene que.ver con la repetcion de acciones virtuosas.® Siena dos las actividades racionales del hombre, as virtudes han de clasiicas se a su vez en clos grupos -y esto lo propone Aistteles en el libro I-.a) virtues irhues dianoticas ointelectuaes ‘morales, ticns o de caricter y b) Las del primer grupo son las que resultan de la obediencia impuesta porla.ra- 226m. los instintos; provienen, por lo tanto, dela parte practica de la misma y cons {ituyen el término- medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto. Aris- {6teles senala ademas que son “habitos de eleccién”. La mayor dificultad estriba en evitar cacr en un extremo (que es, segiin el fil6sofo, lo que sucede generalmente en Ja juventud, que es la “edad de los excesos”), pues una vez en este es casi inevita- ble caer en el opuesto. Asi, por ejemplo, se pasa con relativa faclidad de la humil- dad a la presuncion. Hay tres virtudes morales que Aristoteles destaca: Fy AnsroreEs 12 ARSTOTELES UNIDAD 5 161 UNIDAD 5 162 1. El valor, equilibrio entre la cobardia ~exagerada sensacién de miedo- y la temeridad ~inconsciencia ante el peligro 2. La templanza, que media entre el libertinaje ~entrega total del hombre al placeé=y'Tai sisibilidad ~carencia absoluta de inclinacién hacia é!-, 3. La dulzura o mansedumbre, que est4 entre un exceso -la c6lera, la irvitabi- lidad~y un defecto -la flema, la impasibilidad- ‘Tambign se refiere a otras virtudes étcas: la generosidad, equidistante del despil- farro y la avarcia, la ver 1d, que media entre la disimulacion y la fanfarroneria, y la amabilidad, que se encuentra entre la adulacién y la aspereza. Podemos acota,fi- nalmente, que la virtud ética més elevada es la justicia, que se relaciona irectamen- te con la nocion de término medio, ya que la idea de justicia implica la de equilibrio. Las del segundo grupo provienen de la parte sei dela razén y tienden a lo- grar un conocimiento. Son, por orden cred de cia. a). ol arty que"nos Parodie Geet eas belle splenhd hobiidadae yan a ayaa devegiag Wis ia, que nos permite conocer las leyes naturales, la sabiduc cia, que nos permite discriminar adecuadamente el justo medio ¥ conducitnos ri prictca. 0 pruden- tamente en la vida, d) la razén intuitiva, por la que captamos los axiomas matemé- ticos y los principias logicos, y,finalmente, elo més elevado, la sabiduria tesrica.0 sofia, que nos permite descubrir las primeras causas y los primeros principios fe) 5, Enel siguiente ejemplo, boren'uncundo Snide as vir 2 seal cud sel fn final del protagonis- hides sen Arsttelesyselacinenlas con tay marquen tres fines medios. b.Telacionen las nociones de fin y bien a través de dos de los fines sefialados. "A. Lincoln, de origen humilde y autodi- dacta, tuvo que esforzarse para alcanzar su titulo de abogado en 1836. Como le intere- saba la carrera politica, se presenté a elec- ciones para diputado en varias ocasiones, y en los de ella obtuvo triunfos. En 1880 se presents como candidato a presidente y gan6 las elecciones. Desempers este cargo hasta 1865, aio en que fue asesinado. Nunca dispuso de mucho dinero, pero siempre colocé lo que tenia al servicio de _ Jas buenas causas.” Complete un cuadro de doble entrada cdande se comparen ls partes del alma te niendo en cuenta qué fincin le es propia a cada una y que ers vivos la poseen las partes del alma, 8. Enel siguiente ejemplo sefialen qué vir- tud ilustrael protagonist, justificando su eleccin: "Juan es un socorrista que esté trabajando para rescata als vetimas de un terremoto. De pronto oye débiles golpes; logra enviar ‘un mensaje ala victima sepultada y obtiene respuesta mediante nuevos golpes. Juan sa be que si trabaja apresuradamente se podra deerumbar parte de la estructura que apri- siona a la vietima y a él mismo pero, a la vve2, que la resistencia de aquella es limita da Juan empieza a cavar en forma lenta pe- 10 Sistematica sin detenerse para comer 0 dlescansar hasta haberla rescatado”. 9, Enel eerccio Sse puede infer, a partir de 1a ima oracin, una virtud del protagonis- ta, Digan cual es y a qué tipo pertenece. ———0 A Estamos ya en condiciones de decir cual es la mas alta virtud y en qué consiste la vida feliz. para Aristoteles: es la vida dedicada a la biisqueda de la sabiduria El fil6sofo justifica lo anterior de la siguiente manera: “EL solo afin de saber, la Filosofia, encierra, segiin se admite, deleites maravillosos por su pureza y su firmeza; y siendo asi, es razonable admitir que el goce del saber adquirido sea mayor aiin que el de su nueva indagacién, A mis de esto, la autosuficiencia o indepen- ddencia de que hentos hablado puede decirse que se encuentra sobre todo en Ia vide contem- plativa. Sit duca que tanto el flésofo como el justo, no menos que los demés hombres, han ‘menester de las cosas necesarias para la vida; pero supuesto que estén ya suficientemente provistos de ellas, et justo necesita adems de otros hombres para ejercitar en ellos y con ellos la justcia y Io mismo el temperante y el valiente y cada uno de los representantes de las demés virtudes morales, mientras que el filésofo, aun a solas consigo mismo es capaz de contemplar, y tanto més cuanto mds sabio sea. (..) Asimismo, puede sostenerse que la vida contenplatioa es la tinica que se ama por si misma porque de ella no resulta nada fue- ra de la contemplacién, al paso que en la accién prictica nos afanamos més 0 menos por algiin resultado extrait a la acci6n, La felicidad ademas parece consistir en el reposo, pues trabajamos para reposar y guerreamos para vivir en paz. Ahora bien, los actos de las vir- tudes pricticns tienen lugar en la politica o en la guerra y las acciones en esos campos pa- recen ser sin descanso. (..) si, por eude, Ia independencia, el reposo y la ausencia de fatiga ¥ todas las dems cosas que acostumibran atribuirse al hombre dichoso se encuentran con evidencia en esta actividad resulta que es ella en conclusi6n la quee puede constituir la fe- licidad perfecta del homibre con tal que abarque ta completa extensién de la vida, porque nada de lo que atane a la felicidad puede ser incompleto. Una vida semejante, sin embar- 480, podria estar quizé por encima de la condicién humane, porque en ella no vivir el hom. bre en cuanto hombre, sino en cuanto que hay en él algo divino {la inteligencia). (..) Mas no por ello hay que dar ofdos a quienes nos aconsejan, con pretexto de que somes hombres ¥y mortales, que pertsemos en las cosas humanas y mortales sino que en cuanto nos sea po- sible hemos de inmortalizarnos y hacer todo lo que en nosotros esté para vivir segtin lo me- jor que hay en nosotros, y que por pequefio que Sea el espacio que ocupe, sobrepasa con mui- cho « todo el resto en poder y dignidad."" Se han dirigido varias criticas a la propuesta aristotélica: 1. "La existencia de la escasez material, de los peligros fisicos y de las aspiraciones com- petitions ponen en juego tanto la valentia conto la justicia 0 equidad, Ante hechos semejan- tes, estas virtutes parecen pertenecer a la forma de vida fnumana como tal (..) Pero hacia ef ‘otro extremo de la escala hay virtudes ris 0 menos optations, por ast decirlo, que pertene cen a formas sociales particulares y contingentes, 0 que caen dentro del dmibito de la elec- ign puranente individual, Las virtudes no aristotélicas y eristianas del amor a los enemii- gos y de la huumildad, con ta préctica de ofrecer la otra mejilla, pertenecen, al parecer, a la primera categoria, mientras que la virtud inglesa y mucho mis aristotélica de ser un ‘caba- Hero" cae dentro de tn tltimea. Aristételes no advierte estas diferencias, y por eso encontra~ mos, lado a lado en su enumeracién, virtudes que dificilmente dejarian de ser reconocidas com tales y pretendidas virtudes que no son fécilmente comprensibles fuera det propio con- texto social de Aristételes y de las preferencias de este dentro de ese contexto, TF ARISTOTELES, op. cit bw pp. 940. UNIDAD 5 163 168 Las dos virtudes aristotéicas que atraen nuestra atenci6n al respecto son a) la del ‘hom- bre de alma noble’ y b) lade la justicia, El hombre de alma noble ‘pretende mucho y me- rece mucho. Para Arist6teles, pretender menos de lo que se merece es un vicia, en la mis- ma forma en que lo e3 un exceso en las pretensiones. El hombre de alma noble pretende y merece mucho particularmente en relacién con el honor. Y como el hombre de alma noble es el que més merece, tiene que tener también todas las dems virtudes. Este modelo es en extremo orgulloso. Desprecia las honores ofrecidos por la gente contin, y es benigno con los inferiores. Devuelve los benefcios que recibe con el fin de no encontrarse ante una ob _gacién, y ‘cuando devuelve wn servicio lo hace con interés, porque asi el benefactor origi- nal se convierte a su vez en beneficario y deudor’. Expresa sus opiniones sin temores ni parcialidades, porque tiene una pobre opinion de los demds y no se preacupa por disimu- lar su opin (..). Aristételes no atribuye al hombre de alma noble ningiin sentimiento de su propia fal- bilidad en la medida en que to concibe como carente de defects. Las actitudes caracteris ticas del hombre de alma noble exigen una sociedad de superiores¢inferiores en la que pue- «da exhibir su particular condescendencia, y en este tipo de sociedad se basta a si mismo y es independiente." 2. "iQué critica podemos hacer a esta curiosa, aungue muy influyente, comcepcin de la vide humana? Su premisa bésicaes correcta y ha sido demasiado descuidada por las mo rales basadas en ‘otro mundo’: a vida buena para los seres humanos debe ser un ideal fun- dado firmemente en ta naturaleza humana. Lo que debemos hacer esté limitado por lo que somos capaces de hacer y esto, a su vez, depencie de nuestra naturaleza (.). Ciertamente, 1a ingenua identificacin de Aristteles de la naturaleza especifion dl hombre con sus ca- pacidades racionales y del bien con su ejercicio no nos leoa my lejos: Sin embargo, esta ‘ereencia de que la éticn debe estar de alguna manera basada en la naturaleza del agente mo- ral es importante. (..) Pero, en contraste con este aspecto positivo, debemos indicar algu- ros serios defectos. Bastard elegir dos de los ms importantes. En primer lugar, podemos razonablemente poner en tela de juicio la suposicion de Aristteles de que hay un iltimo bien y solo uno hacia el cual estén finalmente dirigidas todos las actividades fnumaanas: la eudaimonta, felicidad o bienestar humano. Ciertamente, si se elige A como medi para lo- rar B, B como medio para lograr C, et., esta cadena debe concluir tarde o temprano con algo que se lige por si mismo y no meramente como peldaiio para llegar a algtin otro bien. Pero gpor qué todas las cadenas de accién semgjantes terminan con el mismo bien autosi- {ficiente? Es evidente que en este caso la experiencia acerca de la conducta humana no da ‘apoyo « la tesis de Aristételes. Diferentes personas cligen cosas diferentes de tado tipo co- ‘mo fines en st musmos. Y 1a misma persona puede elegir, en momentos diferentes, el ali- ‘mento el repos, el ejercicio, la conversacién o tocar el piano, por ejemplo, como fines au tosuficientes de ta accibn, El error de Aristételes tiene varias fuentes. Primero, del hecho de que a felicidad acompafe a todas esas actividades autoswficientes no se deduce en mo- do alguno que se las ela como un medio para lograr Ia felicidad. Se ha observado a me- nado que es imposible lograr la felicidad persiguigndola (..). En segundo término, Arist6- teles subestima seriamente la inmensa variedad de la naturaleza humana y le diversidad de los talentes y fempertmentos de los hombres (..) Decir que toda rata tiene una cola no vtncoesaniommisamaten 3 lo mismo que decir que hay una cola comin a todas las ratas. Andlogamente decir que toda accién tiene un fin iltimo no es lo mismo que decir que hay uno y el mismo fin para vi que Ast rechazaré por sts 182008

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