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Artículo 2, inciso 9:

A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar


investigaciones o registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato
judicial, salvo flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Las
excepciones por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.

La inviolabilidad del domicilio supone tres restricciones para cualquiera, sea


persona individual, institución o aún autoridad pública: ingresar al domicilio de
otro, efectuar investigaciones en él, y registrar su interior.

Sin embargo hay cinco excepciones a estas restricciones. Ellas son:

- Que haya mandato judicial autorizando cualquiera de las tres actividades


anteriores.

- Que se esté cometiendo delito flagrante. Esto supone aquella situación en la


que se lleva a cabo un ilícito penal. En el Derecho Penal este procedimiento es
conocido como iter criminis, esto es, la acción criminal propiamente dicha. En
este caso no se necesita permiso alguno para ingresar: cualquiera puede hacerlo
para solucionar la situación delictiva y solo en la medida en que ello sea
necesario.

- Que haya peligro inminente de la perpetración de un delito, esto es, que en la


situación dada se presenten conductas que hagan prever la comisión inmediata
de un ilícito penal. También en este caso se puede ingresar al domicilio sin
permiso y la exclusiva finalidad de ello es la de conjurar el peligro grave presente.
Caben los comentarios sobre el estado de necesidad hechos en el párrafo previo.

- Que se presenten razones de sanidad. Estas son aquellas circunstancias en


las que el domicilio de alguien se convierte en una amenaza para la salud de
quienes lo rodean o, inclusive, de quienes habitan en él. Según la Constitución
es la ley la que establece las condiciones en que dicho ingreso se realiza.

- Que se presenten motivaciones de grave riesgo. Ello implica la presencia de un


conjunto de posibilidades de ingreso al domicilio de otro, para conjurar peligros
existentes. Indudables situaciones de este tipo son, por ejemplo, las de un
incendio, un accidente de personas, el peligro de caída de una construcción que
puede afectar a los vecinos. Según la Constitución, la ley regula esta excepción.

Algunos ejemplos públicos son:

-Los allanamientos a los locales de Fuerza Popular por el caso Odebrecht, el 7


de diciembre del 2017. La medida fiscal contó con la autorización del juez
Richard Concepción Carhuancho, titular del Primer Juzgado de Investigación
Preparatoria Nacional.

-El allanamiento a la casa de Ollanta Humala. La Fiscalía de la Nación, en


coordinación con la Policía Nacional del Perú, realiza un operativo de
allanamiento de un grupo de viviendas vinculadas al expresidente Ollanta
Humala Tasso y su esposa Nadine Heredia.
El allanamiento de la vivienda forma parte del proceso de investigación que
tienen Humala y Heredia por el supuesto delito de lavado de activos.

-Allanamiento a las casas de PPK con la autorización del juez Sánchez


Balbuena. El fiscal Castro subrayó que en los pagos de Odebrecht hay sospecha
de actos de criminalidad pues Kuczynski pudo utilizar su cargo público para
favorecer a la constructora brasileña en relación con los proyectos Olmos e
Interoceánica.

Artículo 2, inciso 10:

Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados.

Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo pueden ser


abiertos, incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del
juez, con las garantías previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al
hecho que motiva el examen.

Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no tienen efecto
legal. Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos están
sujetos a inspección o fiscalización de la autoridad competente, de conformidad con
la ley. Las acciones que al respecto se tomen no pueden incluir su sustracción o
incautación, salvo por orden judicial.

El derecho al secreto y a la inviolabilidad de comunicaciones y documentos


privados protege a la persona contra la intromisión en ellos de otros particulares
y también de funcionarios o autoridades. Está relacionado con el derecho a la
intimidad, en la medida que impide que se tome conocimiento de las
informaciones u opiniones emitidas por uno mismo a un destinatario
determinado, o inclusive registradas en documentos no destinados a circulación
para el propio uso futuro.

El segundo párrafo autoriza excepciones a los derechos de secreto e


inviolabilidad en relación a las comunicaciones, telecomunicaciones o sus
instrumentos. Si medio mandamiento motivado del juez y se cumplen las
garantías previstas en la ley, entonces pueden ocurrir las siguientes
circunstancias:

- Es posible "abrir". Ello se puede hacer con los documentos en general y,


particularmente, con los contenidos en sobres y otras envolturas. Otras
comunicaciones no pueden ser "abiertas", como no sea que se trate de una cinta
grabada o de un disco de computadora que sea retirado de su envoltura. Sin
embargo, en estos casos el abrir no es sino un fenómeno físico; no estrictamente
la violación del secreto o la comunicación, pues ello sólo ocurrirá cuando el
mensaje grabado sea decodificado en el aparato correspondiente.
- Es posible "incautar". Ello puede ocurrir con los documentos, pero también con
los instrumentos que permiten comunicarse: pantallas, computadoras, teléfonos,
radios, transmisores, etc.

- Es posible "interceptar". Esto se refiere tanto a los documentos como a las


comunicaciones por ondas electromagnéticas.

- Es posible "intervenir". La intervención normalmente es la conexión de un


receptor a una línea de transmisión de información (por ejemplo un teléfono).

Desde luego, los casos a los que se refiere el inciso 10 son todos de
comunicaciones privadas. No trata de las comunicaciones correspondientes a
los medios de comunicación masiva, que se rigen por el artículo 2 inciso 4 y los
demás que les son específicamente aplicables 107.

El texto establece que se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que
motiva su examen. Esta norma está diseñada en base al principio de que la única
forma de incumplir con el secreto y la inviolabilidad de comunicaciones son
mediante mandamiento judicial.
Por consiguiente, el juez será quien reciba la información así obtenida y, por
consiguiente, puede administrar su uso en función de las necesidades
jurisdiccionales.

El texto continúa diciendo que los documentos privados obtenidos con violación
de estas normas no tienen efecto legal; es decir, que no importa qué contenido
tengan: no podrán ser utilizados como prueba, ni considerados en ningún
procedimiento ni resolución judicial. La Constitución exige que la información así
obtenida se tome como si no existiera.

El último párrafo establece la inspección y fiscalización de los libros,


comprobantes y documentos contables y administrativos por la autoridad
competente y de conformidad con la ley. Esto se refiere fundamentalmente al
control tributario. Sin embargo, ni aún la autoridad tributaria puede sustraer o
incautar la información. Como ha sido establecido antes, ello sólo puede ocurrir
por mandamiento judicial.

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