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epistemología y lenguaje
Volumen 8
Volumen 8
David Hilbert y los fundamentos de la geometría (1891-1905)
Eduardo N. Giovannini
Eduardo N. Giovannini
© Individual author and College Publications 2015. All rights reserved.
ISBN 978-1-84890-175-9
College Publications
Scientific Director: Dov Gabbay
Managing Director: Jane Spurr http://www.collegepublications.co.uk
Prefacio XI
Introducción 1
0.1. David Hilbert y el método axiomático formal . . . . 1
0.2. Las notas de clases para cursos sobre geometrı́a . . 4
0.3. Objetivos y alcance de la investigación . . . . . . . 5
vii
viii Índice
Conclusiones 282
Bibliografı́a 292
xi
xii Prefacio
Berkeley, California
Diciembre 2014
Introducción
1
Freudenthal (1962, p. 619) describe de un modo similar la importancia y la
novedad de la monografı́a de Hilbert.
1
2 Introducción
mitad del siglo XIX. Sin embargo, en la medida en que esta nue-
va concepción formal del método axiomático incluı́a una filosofı́a
de la matemática, ésta no fue una filosofı́a que el propio Hilbert
se ocupó de exponer, al menos en este perı́odo inicial y en textos
publicados.
su monografı́a en 1899, diversos fueron los autores que señalaron que la ima-
gen de la geometrı́a allı́ esgrimida coincidı́a en lo esencial con la ‘aritmética
formal’ de Thomae (1898), para quien la aritmética consistı́a en la manipu-
lación formal de signos o sı́mbolos gráficos sin significado, de acuerdo con
reglas estrictamente prescriptas (Cf. Thomae 1898, p. 3). Por ejemplo, esta
identificación fue promovida por la célebre controversia, inicialmente episto-
lar, entre Hilbert y Frege respecto de la naturaleza del método axiomático.
Frege señala allı́ que el objetivo del abordaje axiomático de Hilbert es “se-
parar a la geometrı́a de la intuición espacial y convertirla en una ciencia
puramente lógica como la aritmética” (Frege 1976, p. 70). E incluso más
concretamente, Frege llega a sostener que la concepción axiomática de la
geometrı́a de Hilbert comparte con la aritmética formal de Thomae la idea
de que la matemática podrı́a ser bien considerada como “un juego de signos
vacı́os, carentes de significado, y cosas por el estilo; como rigurosa asociación
legal de las proposiciones no precisa de ninguna otra ‘dignidad’ especial”
(Frege 1906b, p. 317).
Posterioremente, Hermann Weyl (1885–1955) fue uno de los principales
promotores de la interpretación formalista extrema, repitiendo en diversos
lugares la metáfora de la matemática como un ‘mero juego de fómulas’,
al momento de describir la concepción de la matemática propugnada por
Hilbert (Cf. Weyl 1925; 1944; 1949; 1951; 1985). Finalmente, esta lectura fue
impulsada por Jean Dieudonné – vocero del mı́tico grupo de matemáticos
francés Nicolas Bourbaki – en un artı́culo muy difundido, en donde afirma
que un corolario de la nueva concepción del método axiomático de Hilbert
es que “la matemática se vuelve un juego, cuyas piezas son los sı́mbolos
gráficos que se distinguen unos de otros por sus formas; con estos sı́mbolos
hacemos grupos que puede llamarse relaciones de términos de acuerdo con
sus formas, en virtud de ciertas reglas” (Dieudonné 1971, p. 261).
8 Introducción
La temprana concepción de la
geometrı́a
13
CAPÍTULO 1
Antecedentes en la geometrı́a
del siglo XIX:
Hilbert y la tradición de la
geometrı́a sintética
1.1. Introducción
14
1.1. Introducción 15
1. Geometrı́a de la intuición.
2. Geometrı́a axiomática.
3. Geometrı́a analı́tica.
16
Estos dos teoremas serán analizados en el capı́tulo 6.
17
Además del éxito abrumador inmediato de la geometrı́a analı́tica, la escasa
repercusión que tuvieron los trabajos de Pascal y Desargues se debió a
que las obras originales se perdieron, y por lo tanto, sus resultados sólo
fueron conocidos indirectamente. Véase la introducción de Desargues (1987)
y Andersen (2007).
30 Capı́tulo 1. Hilbert y la geometrı́a sintética
18
Dos figuras son homólogas si es posible derivar una de ellas a partir de la otra
mediante una proyección y sección – lo que se denomina perspectividad, o
mediante una serie de proyecciones y secciones – lo que se conoce como
proyectividad.
19
El “principio de continuidad” de Poncelet ha sido intensamente analizado
en la literatura. Véase, por ejemplo, Gray (2006).
1.3. Los métodos sintético y analı́tico en geometrı́a 31
35
Sobre la filosofı́a de la matemática de Pasch, véase Schlimm (2010b).
36
La identificación de la filosofı́a kantiana como la filosofı́a de la matemática
putativa de Hilbert es más visible en el perı́odo dedicado a los fundamentos
de la aritmética. Sin embargo, algunas alusiones en este perı́odo a Kant,
por ejemplo su célebre epı́grafe en Fundamentos de la geometrı́a (“Todo
el conocimiento comienza ası́ con intuiciones, procede luego a conceptos, y
termina en ideas”) han sugerido la existencia de ciertas coincidencias de la
concepción de la geometrı́a defendida por Hilbert con la filosofı́a kantiana.
Especialmente, estas coincidencias han sido enfatizadas por Majer (1995;
2006). Corry (1997; 2006) ha señalado además que en alguna medida la
noción de intuición en Hilbert, en este perı́odo, debe ser interpretada en
clave kantiana.
1.5. La conferencia de Wiener (1891) 47
41
Estos temas serán abordados en detalle en el capı́tulo 6.
CAPÍTULO 2
La temprana concepción
axiomática de la geometrı́a
2.1. Introducción
53
54 Capı́tulo 2. La temprana concepción de la geometrı́a
Por otra parte, el lenguaje utilizado por primera vez aquı́ por Hil-
bert, y que luego se volverá habitual en sus presentaciones axiomáti-
cas, denota la influencia de Dedekind; especialmente, de su libro
¿Qué son y para qué sirven los números? (Dedekind 1888). En
efecto, los términos ‘cosa’ [Ding] y ‘sistema’ [System] son de gran
importancia en esta obra. Dedekind se ocupa de aclarar su signifi-
cado en los primeros parágrafos: “En lo sucesivo entiendo por cosa
todo objeto de nuestro pensamiento” (Dedekind 1888, p. 105); y res-
pecto de la noción de sistema aclara: “Sucede con mucha frecuencia
que distintas cosas a, b, c . . . , consideradas por cualquier motivo
bajo un mismo punto de vista, son reunidas mentalmente, y se di-
ce entonces que constituyen un sistema S” (Íbid ). De este modo,
aunque el término ‘cosa’ pueda parecer muy vago, Hilbert mienta
con ello – siguiendo a Dedekind – que los tres sistemas de obje-
tos, postulados como los objetos primitivos del sistema axiomático,
son de una naturaleza totalmente indeterminada. En la medida en
que su concepción axiomática vaya evolucionando, Hilbert comen-
zará a emplear el término ‘cosas del pensamiento’ [Gedankendinge],
para aclarar que aquellos elementos que tomamos como básicos en
una presentación axiomática pertenecen exclusivamente a un nivel
conceptual.11
A– Axiomas de existencia
B– Axiomas de posición
C– Axioma de continuidad
D– Axiomas de congruencia
= A0 B 0 . Si AB = A0 B 0 , entonces también A0 B 0 = AB y AB
= BA.22
2. Si dos segmentos son iguales a un tercero, entonces son iguales
entre sı́.
3. Si AB = A0 B 0 y AC = A0 C 0 y A se encuentra sobre la linea
a = ABC, y además A0 se encuentra sobre la linea a0 =
A0 B 0 C 0 y entre B 0 y C 0 , entonces también BC = B 0 C 0 y se
llama la suma de ambos segmentos.
4. Si AB = A0 B 0 , AC = A0 C 0 y B, C se encuentran sobre la lı́nea
a = ABC y sobre el mismo lugar respecto de A, y si B 0 , C 0 se
encuentran sobre la linea a0 = A0 B 0 C 0 y sobre el mismo lugar
respecto de A0 , entonces BC = B 0 C 0 y se llama la diferencia
entre los segmentos AB y AC. (Figura 2.2)
6. Si AB = A0 B 0 , AC = A0 C 0 y además BC = B 0 C 0 , entonces
∠BAC = ∠B 0 A0 C 0 , y recı́procamente: si AB = A0 B 0 , AC =
A0 C 0 , ∠BAC = ∠B 0 A0 C 0 , entonces BC = B 0 C 0 .
35
Veblen (1904) es un ejemplo de una construcción axiomática de la geo-
metrı́a elemental, en donde se utiliza a la noción de ‘punto’ y ‘orden’ como
los únicos términos primitivos del sistema. Asimismo, en la última década
del siglo XIX y en la primera del siglo XX, varios matemáticos italianos lle-
varon a delante un programa de investigación, cuyo objetivo fundamental
era presentar a las distintas teorı́as geométricas como teorı́as “hipotético–
deductivas”, en donde se intentaba reducir lo más posible el número de
conceptos primitivos y axiomas. Dentro de este contexto, uno de los auto-
res más importantes fue Mario Pieri (1860–1913), quien en 1900 presentó un
sistema de postulados para la geometrı́a euclı́dea elemental, sobre la base
de sólo dos nociones primitivas: punto y movimiento (Cf. Pieri 1900). Sobre
las contribuciones de Pieri, véase Marchisotto y Smith (2007).
2.2. El primer abordaje axiomático (1894) 77
46
Hilbert comenzó a ver a la lógica tradicional aristotélica como problemática
a partir del descubrimiento, en 1903, de las paradojas de Russell.
2.3. Hacia Fundamentos de la geometrı́a (1899) 87
51
El ejemplo que comentamos a continuación ha sido analizado por Hallett
(2008, pp. 239–247), aunque en relación a la cuestión de la “pureza del
método”. Hallett menciona además otros ejemplos de investigaciones meta-
geométricas sobre independencia, llevadas a cabo por Hilbert en estas notas
de clases (Hilbert 1898/1899b) y (Hilbert 1898/1899a).
2.3. Hacia Fundamentos de la geometrı́a (1899) 91
96
CAPÍTULO 3
3.1. Introducción
97
98 Capı́tulo 3. Una imagen de la realidad geométrica
20
El tema de la completitud es abordado detalladamente en el capı́tulo 7.
21
Véase infra, sección 3.6.1.
3.5. Los axiomas de Hilbert y las Bilder de Hertz 113
25
Cf. (Hertz 1894, pp. 39–40).
118 Capı́tulo 3. Una imagen de la realidad geométrica
27
Cf. (D’Agostino 2000, p. 194).
28
El problema fundamental que encuentra Hertz en la concepción mecánica
clásica, cuya exposición más acabada se encuentra para este autor en las
obras de Newton y Lagrange, tiene que ver con el concepto básico de fuerza.
En particular, para Hertz, en la imagen clásica de la mecánica el concepto de
acción y reacción aplicado al movimiento circular y, en general, a la relación
entre fuerzas externas e internas (inerciales), es lógicamente confuso. Sobre
las crı́ticas de Hertz a la imagen de la mecánica clásica véase (Hertz 1894,
pp. 6–16).
29
Es posible argumentar que ésta no serı́a una razón suficiente para mante-
ner que la imagen de la geometrı́a de Hertz es más simple. Por ejemplo,
el sistema para la mecánica clásica de Kirchhoff contaba ya de sólo tres
conceptos básicos (espacio, tiempo y masa). Cf. Kirchhoff (1877). Sobre la
presentación de la mecánica clásica de Kirchhoff puede verse Passos˜Videira
(2011).
30
Para una discusión sobre el rol de estos agentes ocultos en la mecánica de
Hertz véase (Lützen 2005).
3.6. Elementos ideales y masas invisibles 121
4.1. Introducción
128
4.1. Introducción 129
2
Frege recibió un ejemplar del curso “Elemente der Euklidischen Geometrie”
(Hilbert 1898/1899a) a través de Heinrich Liebmann, matemático y docente
en aquel momento en Göttingen. En una carta fechada el 29 de julio de 1900,
Frege le agradece a Liebmann el envı́o del manuscrito de Hilbert. Cf. (Frege
1976, pp. 147-149).
3
Véase Hilbert a Frege, 15 de enero de 1900; en (Frege 1976, p. 76).
4
Sobre Korselt puede verse (Frege 1976, p. 140).
5
Cf. Frege (1906b).
6
Este artı́culo de Frege ha sido el centro de una importante discusión por
parte de los intérpretes. En particular, las ideas allı́ vertidas han planteado
la cuestión de si la concepción fregeana de la lógica admite una perspectiva
metateórica. Sobre esta cuestión puede verse (Tappenden 2000), (Antonelli
y May 2000) y (Ricketts 2005).
7
La literatura que se ha ocupado de la controversia entre Frege y Hilbert
es extensa. Entre estos trabajos cabe mencionar a Blanchette (1996), Boos
(1985), Chihara (2004), Coffa (1986; 1991), Demopoulos (1994), Hallett
(2010; 2012), Peckhaus (1990), Resnik (1974; 1980), Shapiro (1997; 2005),
Torretti (1984) y Wehmeier (1997).
130 Capı́tulo 4. La polémica con Frege
36
Es habitual señalar que el papel que las constantes no lógicas desempeñan
en los lenguajes formales es similar a la función de los indexicales en el len-
guaje ordinario – i.e. pronombres demostrativos o expresiones como ‘hoy’,
‘ayer’, etc. Ası́, si bien estas expresiones no tienen una referencia determi-
nada – a menos que se especifique un contexto espacio–temporal – no puede
decirse sin embargo que carecen de significado. Por el contrario, estas pala-
bras tienen un significado bien determinado por las reglas del lenguaje en
cuestión. Sobre el “significado” de las constantes no–lógicas véase Hodges
(1985/1986) y Demopoulos (1994).
146 Capı́tulo 4. La polémica con Frege
40
Frege reconoce precisamente este punto es su respuesta a Hilbert:
Coincido también con Ud. en que las definiciones de ‘punto’ que lo
parafrasean en términos de ‘sin extensión’ son de poco valor; sin
embargo, no estarı́a dispuesto a confesar sin más que un ‘punto’
4.5. Axiomas y definiciones implı́citas 149
Uno percibe claramente que, si una frase contiene una única pala-
bra cuya significación nos es desconocida, la enunciación de esta
misma frase podrá bastarnos para revelar su valor. Por ejemplo,
si a alguien que conoce las palabras cuadrilátero y triángulo, pero
nunca ha escuchado pronunciar la palabra diagonal, se le dice que
cada una de las dos diagonales de un cuadrilátero lo divide en
dos triángulos, entonces aquel comprenderá en el acto qué es una
diagonal. (Gergonne 1818, pp. 22–23)
Método axiomático,
formalismo e intuición
5.1. Introducción
167
168 Capı́tulo 5. Formalismo e intuición
geometrı́a que presenta Hilbert en sus cursos poco tiene que ver con
estas posiciones formalistas extremas; sin embargo, sostendré nue-
vamente en este capı́tulo que la temprana concepción axiomática
de la geometrı́a se opone claramente a este tipo de lecturas.
Por otro lado, el término “formalismo” ha sido utilizado de un
modo diferente para caracterizar la posición de Hilbert, en esta eta-
pa geométrica. El formalismo hilbertiano en este segundo sentido,
que podrı́amos llamar moderado 2 , afirma que toda teorı́a matemáti-
ca axiomatizada consiste en un entramado o esquema de relaciones
lógicas entre conceptos, que no está ligado a un determinado do-
minio fijo, sino que diversos dominios de objetos pueden tener en
común. Un sistema de axiomas no constituye ası́ un conjunto de
proposiciones verdaderas acerca de un dominio particular de obje-
tos, sino que las proposiciones o teoremas de una teorı́a axiomática
deben ser entendidos en un sentido hipotético, esto es, como siendo
verdaderas para cualquier “interpretación” de los términos y rela-
ciones básicas en las que los axiomas son satisfechos.3
Hemos visto que tanto en sus cursos sobre geometrı́a desde 1894,
como en su polémica con Frege, Hilbert formula de este modo la
tesis fundamental de su nueva concepción abstracta del método
axiomático. Esta manera de caracterizar la empresa hilbertiana
describe entonces correctamente el “giro metodológico” que éste
le imprime a la idea de axiomática, en este perı́odo inicial. Sin em-
bargo, en este capı́tulo me centraré en otros aspectos de su abordaje
axiomático a la geometrı́a, que considero relevantes para alcanzar
una imagen más equilibrada y mejor contextualizada de su concep-
ción del método axiomático formal en esta etapa temprana. Pun-
tualmente, estos elementos están vinculados tanto a su concepción
4
Las notas de clases para este curso poseen dos versiones, una a cargo de Max
Born (Hilbert 1905c) y otra redactada por Ernst Hellinger (Hilbert 1905b).
Los contenidos de ambas versiones son prácticamente idénticos.
170 Capı́tulo 5. Formalismo e intuición
La intuición que sirve como guı́a y que debe ser tenida como
una meta [Zielpunkt] en el proceso de la construcción de un siste-
ma axiomático formal para la geometrı́a (elemental) es la intuición
geométrica que es ejercitada en el razonamiento geométrico basado
en diagramas 18 que tiene lugar originalmente en el contexto de la
axiomática material, en donde los objetos y relaciones básicas de la
geometrı́a están ligados a su significado ‘intuitivo’ habitual.19
Esta relevancia epistemológica de la axiomática material para la
axiomática formal, determinada a través del papel significativo que
se le atribuye a la intuición geométrica, no es un elemento que se
circunscribe a su temprana concepción axiomática de la geometrı́a,
sino que es un aspecto que Hilbert resalta explı́citamente en una
etapa posterior de sus trabajos sobre los fundamentos de la ma-
temática:
Metageometrı́a
191
CAPÍTULO 6
Aritmetizando la geometrı́a
desde dentro
6.1. Introducción
192
6.1. Introducción 193
2
Cf. capı́tulo 1, sección 1.3.1.
3
La razón cruzada o anarmónica de cuatro puntos colineales A, B, C, D es la
CA DA
cantidad CB / DB , donde la lı́nea en cuestión está dotada de una ordena-
ción, de modo que esta cantidad sea positiva o negativa de acuerdo a dicha
orientación. Desargues fue el primero en observar que la razón cruzada es
un invariante proyectivo. Sin embargo, definido de esta manera, este con-
cepto proyectivo básico suponı́a la posibilidad de medir la distancia entre
dos puntos cualesquiera antes de calcular la razón cruzada, con lo cual un
concepto métrico se colocaba en la base de la geometrı́a proyectiva.
4
Von Staudt llama formas fundamentales uniformes o de la primera especie
a la recta, considerada como un conjunto de puntos, al haz de rectas (en el
plano) y al haz de planos.
5
Cf. (von Staudt 1847, §13).
196 Capı́tulo 6. Aritmetizando la geometrı́a desde dentro
28
Axioma de continuidad : Sea P1 , P2 , P3 , . . . una sucesión infinita ordenada
de puntos sobre una recta. Si todos los puntos se encuentran de un mismo
lado respecto de un punto A, entonces siempre existe un y sólo un punto
P tal que todos los puntos de la sucesión se encuentran de un mismo lado
respecto de P , y al mismo tiempo no existe ningún punto entre P y todos
los puntos de la sucesión. P se llama el punto lı́mite. (Hilbert 1893/1894b,
p. 92).
Hilbert reproduce nuevamente este axioma en una carta a Klein, fecha-
da del 14 de agosto de 1894, y publicada más tarde en los Mathematische
Annalen (Hilbert 1895). Una versión similar de este axioma – conocido tam-
bién como principio de Bolzano–Weierstrass sobre la existencia de puntos
lı́mites – se encuentra previamente en (Pasch 1882, pp. 125–126), de quien
Hilbert probablemente tomó el axioma.
206 Capı́tulo 6. Aritmetizando la geometrı́a desde dentro
por Hilbert, sino que más bien está reservada para el nivel me-
tageométrico, en donde constituye una herramienta imprescindible:
31
(Rowe 2000, p. 68).
32
Para una comparación de la estructura de los Elementos de Euclides y
los Grundlagen de Hilbert, pueden verse (Hartshorne 2000, cap. 1–4) y
(Greenberg 1994, cap. 1–4).
212 Capı́tulo 6. Aritmetizando la geometrı́a desde dentro
(n + 1)a ≤ nb
33
Sobre el origen de la teorı́a de las proporciones del libro V véase (Heath
1956).
34
Elementos, V, def. 5.
6.4. Aritmetizando la geometrı́a desde dentro 213
o bien,
a ≤ (b − a)n.
nd ≥ a,
c = a + b.
a : b = a0 : b 0
46
Cf. (Hilbert 1899, pp. 34–35).
47
Véase (Hilbert 1899, §16).
48
(Hilbert 1899, p. 36).
6.4. Aritmetizando la geometrı́a desde dentro 223
ab0 = a0 b.
a : b = a0 : b 0
54
Cf. (Hilbert 1899, pp. 38–39).
55
El axioma de completitud no está presente en la primera edición de Funda-
mentos de la geometrı́a (1903), sino que es incluido en ediciones subsiguien-
tes. Este tema será abordado en detalle en el capı́tulo 7.
56
Hilbert prueba estos resultados en el capı́tulo V de Fundamentos de la
geometrı́a (Hilbert 1999). Allı́ demuestra, entre otras cosas, que en una
6.5. Método axiomático y unidad de la matemática 227
60
En la misma conferencia de Parı́s, Hilbert destaca además que otras
analogı́as entre el pensamiento geométrico y el pensamiento aritmético fue-
ron reveladas por Minkowski en su reciente trabajo sobre la Geometrı́a de los
números (1986). Cf. (Hilbert 1900b, p. 296). Un estudio de las observacio-
nes de Hilbert respecto del trabajo de Minkowski se encuentra en (Smadja
2012).
CAPÍTULO 7
La (temprana) metateorı́a de
los sistemas axiomáticos
7.1. Introducción
231
232 Capı́tulo 7. Metateorı́a de los sistemas axiomáticos
método axiomático.
Ahora bien, la caracterización de las mencionadas propiedades
‘metalógicas’ ofrecida por Hilbert en esta etapa inicial, sólo pu-
do haber tenido un carácter impreciso o informal. Para definir con
precisión estos requerimientos era necesario contar al menos con las
nociones de deducción formal, deducibilidad y consecuencia lógica;
y por supuesto ello era algo con lo que Hilbert no contaba todavı́a
en 1900. Más aún, a pesar de que sus investigaciones metageométri-
cas sobre la independencia de los axiomas son de una naturaleza
próxima a lo que se llama hoy “teorı́a de modelos”, existen claros
indicios que nos llevan a pensar que, en esta etapa temprana, Hil-
bert no contaba con un clara distinción conceptual entre sintaxis y
semántica.4
Dadas estas limitaciones conceptuales, en sus manuscritos Hilbert
tampoco ofrece una caracterización rigurosa de las propiedades ‘me-
talógicas’ de un sistema axiomático. Sin embargo, en este capı́tulo
intentaré mostrar que estas fuentes aportan consideraciones y obser-
vaciones muy valiosas para evaluar cuál fue efectivamente el lugar
que estas propiedades ocuparon en sus investigaciones geométricas
correspondientes a este perı́odo inicial. El objetivo de este último
capı́tulo será utilizar este valioso material para reexaminar el trata-
miento que las nociones ‘metalógicas’ de completitud, independen-
cia y consistencia recibieron en los primeros estudios axiomáticos
de Hilbert en el campo de la geometrı́a. Argumentaré que esta cues-
tión puede ser fructı́feramente abordada cuando se analizan, sobre
la base de estas nuevas fuentes, las vicisitudes que rodearon a la
inclusión del axioma de completitud [Vollständigkeitsaxiom] en el
sistema de axiomas hilbertiano para la geometrı́a euclı́dea.
El capı́tulo se estructura de la siguiente manera. En la sección 7.2
analizo la noción de consistencia. Por un lado, señalo que Hilbert
fluctúa, en este etapa, entre una especie de definición semántica
de consistencia, esto es, como satisfacibilidad, y una especie de no-
ción sintáctica, que concibe la consistencia como la imposibilidad
de deducir una contradicción por medio de un número finito de
inferencias lógicas. Esta definición, sin embargo, es presentada sin
hacer ninguna referencia a un sistema lógico especı́fico. Por otro
lado, afirmo que la consistencia de la geometrı́a euclı́dea, o más
4
Zach (1999) ha señalado que la primera distinción explı́cita de Hilbert entre
sintaxis y semántica se encuentra en un curso de 1917. Cf. (Hilbert 1917).
7.1. Introducción 233
7.2. Consistencia
iv. X + Y ≡ Y + X
v. X + (Y + Z) ≡ (X + Y ) + Z
vi. X · Y ≡ Y · X
vii. X · (Y · Z) ≡ (X · Y ) · Z
viii. X · (Y + Z) ≡ X · Y + X · Z
ix. X + X ≡ 1 x. X · X ≡ 0
xi. 1 + 1 ≡ 1 xii. 1 + X ≡ X.
ramente inadecuado para cumplir tal fin.10 Es por ello que cuando
más tarde, en un curso de 1917, Hilbert retomó esta misma ta-
rea, lo hizo sobre una base sustancialmente diferente. En efecto,
Hilbert recibió con gran entusiasmo a los Principia Mathematica
(1910–1913) de Whitehead y Russell, y elaboró un nuevo cálculo
proposicional basado en el sistema de los Principia, que constituye
además el antecedente inmediato para el sistema lógico de Hilbert
y Ackermann (1928).11
En cuanto a la segunda de las limitaciones advertidas, un ejem-
plo de la ausencia de una clara distinción conceptual entre sintaxis
y semántica, se observa en el hecho de que en este perı́odo inicial
Hilbert parece confundir, e incluso identificar, lo que actualmente
entendemos por las nociones de consecuencia sintáctica o deducibi-
lidad y consecuencia lógica o semántica.
La idea de consecuencia lógica está presente implı́citamente en las
pruebas de independencia de diversos axiomas de la geometrı́a, lle-
vadas a cabo por Hilbert in extenso durante este perı́odo.12 Ello se
observa en el procedimiento empleado por Hilbert para demostrar
la independencia de un axioma A cualquiera, que consiste preci-
samente en mostrar que hay una interpretación que hace a todos
los axiomas verdaderos, y a A falso. Por otro lado, es posible tam-
bién indicar una serie de referencias textuales en donde esta noción
“informal” de consecuencia lógica estarı́a presente.
En primer lugar, y tan tempranamente como en 1894, Hilbert pa-
rece aludir a ella en sus notas de clases para el curso “Fundamentos
de la geometrı́a” (Hilbert 1893/1894b). Se trata de un pasaje que
ya hemos citado en un capı́tulo anterior:
20
Este hecho, a menudo pasado por alto, ha sido advertido por (Rowe 2000,
p. 69) y (Corry 2006, pp. 142–143).
244 Capı́tulo 7. Metateorı́a de los sistemas axiomáticos
7.3. Independencia
7.4. Completitud
32
(Cf. Hilbert 1899, §13).
7.4. Completitud 255
fundida al respecto.
La explicación que ofrecen estos autores advierte lo siguiente. Es
necesario reconocer que, para presentar una caracterización de la
geometrı́a analı́tica “cartesiana” como la realización de sus axiomas
para la geometrı́a sintética, Hilbert debı́a ofrecer una descripción
en detalle de la estructura del sistema de los números reales. Sin
embargo, esta tarea suponı́a un esfuerzo considerable, puesto que al
momento de la publicación del Festschrift, Hilbert no disponı́a to-
davı́a de una caracterización axiomática de los números reales. En
este sentido, el célebre matemático alemán percibió con inteligencia
que, si su sistema axiomático incluı́a al axioma de Arquı́medes co-
mo el único axioma de continuidad, entonces esta dificultad podı́a
ser evitada. Es decir, si el axioma de Arquı́medes figuraba como
único axioma de continuidad, era posible construir una realización
aritmética para el sistema axiomático a partir de un cuerpo numéri-
co más pequeño, como por ejemplo, un cuerpo numerable formado
por números algebraicos. Luego, de acuerdo con esta interpreta-
ción, la negativa de Hilbert de trabajar en la primera edición de
Fundamentos de la geometrı́a con la geometrı́a analı́tica cartesiana
como ‘modelo’ único de sus axiomas, se explica en virtud de las
dificultades que conllevaba tener que dar cuenta de las propiedades
del sistema de los números reales.
Por otra parte, señalan estos autores, esta estrategia era a su vez
totalmente coherente con los intereses que se dejan traslucir en las
investigaciones axiomáticas de Hilbert en el campo de la geometrı́a.
Es decir, según hemos indicado en una sección anterior, el problema
de la consistencia de la geometrı́a euclı́dea, o mejor, la cuestión de
probar la consistencia de la geometrı́a mostrando que su sistema
de axiomas podı́a ser reducido a los axiomas de los números reales,
no era en este momento de ningún modo una preocupación cen-
tral. Luego, la caracterización axiomática de los reales presentada
en (Hilbert 1900c), donde el axioma de completitud era el encar-
gado de asegurar la propiedad de completitud del conjunto de los
números reales, fue el factor detonante para que Hilbert decidiera
casi inmediatamente trabajar con el continuo de los números reales
como única realización aritmética de sus axiomas para la geometrı́a.
Ahora bien, aunque en mi opinión esta explicación es en gran
medida correcta, existen no obstante otros aspectos que pueden ser
ahora tenidos en cuenta. En particular, esta tarea puede ser em-
256 Capı́tulo 7. Metateorı́a de los sistemas axiomáticos
56
Véanse Baldus (1928a; 1930).
57
Cf. (Efı́mov 1984, pp. 197-201).
272 Capı́tulo 7. Metateorı́a de los sistemas axiomáticos
71
El primero en observar esta dificultad fue (Hahn 1907, §3).
72
Poco más tarde, Paul Bernays – activo colaborador de Hilbert a partir
de la sexta edición (1923) de Fundamentos – llegó a sostener que, dada
esta “complejidad lógica” del axioma de completitud, el axioma de Cantor
de intervalos encajados era preferible por sobre aquél (Cf. Bernays 1935,
p. 198). Presentaciones axiomáticas más contemporáneas de la geometrı́a
elemental, que pretenden seguir en espı́ritu al sistema de Hilbert, utilizan
el axioma de Cantor en lugar del axioma de completitud. Véanse (Efı́mov
1984) y (Guerrerro 2006).
Conclusiones
282
Conclusiones 283
o Hausdorff.74
Finalmente, otro de los objetivos centrales de este libro ha si-
do utilizar la concepción axiomática de la geometrı́a, presentada
en las dos primeras partes de la investigación, para contextualizar
y destacar la importancia de algunas de las contribuciones técni-
cas y resultados más novedosos de Fundamentos de la geometrı́a.
Podemos concluir que la importancia epistemológica que Hilbert
deposita en su aritmetización interna de la geometrı́a y en sus in-
vestigaciones de independencia permiten apreciar un rasgo funda-
mental de su temprana concepción del método axiomático formal.
Sin lugar a dudas, la búsqueda de mayor rigor y precisión en las
demostraciones matemáticas es un aspecto muy importante de su
nueva concepción del método axiomático. En efecto, Hilbert men-
ciona constantemente la vinculación entre el método axiomático y
la búsqueda de rigor – particularmente en su conferencia “Poble-
mas matemáticos” (1900)–, destacando su construcción “puramente
lógica” de la geometrı́a elemental, en donde la ausencia de “lagu-
nas” en las demostraciones geométricas estaba garantizada por la
naturaleza formal – y las propiedades metalógicas – del sistema
axiomático. De esta manera, ésta ha sido una de las caracterı́sticas
más valoradas a la hora de referirse a la nueva concepción axiomáti-
ca formal de la geometrı́a de Hilbert, como se puede notar en la
siguiente descripción de Feliz Klein:
292
Bibliografı́a 293
Cantor, Georg (1872). ((Über die Ausdehnung eines Satzes aus der
Theorie der trigonometrischen Reihe)). Mathematische Annalen,
5, pp. 123–132.
Bibliografı́a 295
—— (1857). Beiträge zur Geometrie der Lage, II. Verlag von Bauer
und Raspe, Nürnberg.
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Índice de nombres y temas
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