Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado
por un acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742. El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.
I. Relación con el Código Civil. Fuentes del nuevo
texto
El Código Civil no hacía responsable al autor de un
hecho involuntario. Según el originario art. 907 respondía en la medida en que se hubiese enriquecido con el hecho. Luego la ley 17.711 agregó un segundo párrafo en el que fijó a favor de la víctima un resarcimiento de equidad. Para concederlo había que tener en cuenta el patrimonio del responsable y la situación de la víctima. Fuentes del código, Proyecto de 1998, arts. 1652, 1653.
II. Comentario
1. El daño involuntario El acto para ser voluntario debe
ser ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior, art. 260. Es involuntario por falta de discernimiento, según el art. 248: a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón; b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez (10) años; c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece (13) años, sin perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales. Se trata de una responsabilidad objetiva porque no hay necesidad de demostrar la culpa. El inimputable no puede incurrir en culpa porque no tiene discernimiento ni voluntad. Si bien la responsabilidad es objetiva, porque no requiere culpa, el factor positivo de atribución es la equidad. Pero además puede ser involuntario el acto de quien no tiene voluntad, como quien actúa bajo fuerza irresistible, art. 276. En ambos casos la obligación de indemnizar sufre algunas modificaciones. 2. Resarcimiento de equidad El resarcimiento de equidad se contrapone al resarcimiento pleno. La remisión al art. 1718 debe entenderse como referente al inc. c) último párrafo donde dice que la indemnización a favor del damnificado por un acto necesitado será valuada en cuanto el juez la considere equitativa. A diferencia del art. 907 segundo párrafo que fijaba algunas pautas para otorgar el resarcimiento de equidad, el nuevo código deja totalmente librado al criterio del juez las pautas a tener en cuenta para cuantificarla. Es requisito que el acto del privado de discernimiento tenga relación causal con el daño. Por más que no haya sabido lo que hacía, no por eso debe cargar con daños que no causó. La prudencia del juez, sin embargo, aconseja seguir las pautas del artículo sustituido, es decir tener en cuenta el patrimonio de la víctima y la situación del responsable. Esto quiere decir que la responsabilidad del inimputable puede llegar a ser total, si la equidad así lo aconsejara. También deberá tener en cuenta si hay posibilidad de cobrar a algún responsable indirecto, que tendrá responsabilidad plena, como por ejemplo el curador del incapaz. 3. Fuerza irresistible A diferencia del acto involuntario por falta de discernimiento, el acto involuntario por falta de voluntad no genera ninguna obligación indemnizatoria a cargo de quien no puede resistir esa fuerza o amenaza. Si la violencia no fuere irresistible, sino relativa, esto es vencible, la responsabilidad debería ser de equidad y no plena. Sin perjuicio de que la responsabilidad del autor personal de la violencia irresistible es plena, art. 276 y última parte del 1750. Responde también solidariamente, según el mismo art. 276, " la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento de la fuerza irresistible o de las amenazas del tercero. " Se entiende que es la parte que tuvo conocimiento y no actuó pudiendo hacerlo.