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Seis tascas auténticas para comer rico y

barato en Lisboa
Platos sabrosos en la capital portuguesa por 10 euros o
menos
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Ampliar foto Terraza del restaurante Pão de Canela, en la plaza de las Flores (Lisboa).
H. Poncini
Helena Poncini
 Twitter

10 ENE 2018 - 13:01 CET

El caldo verde, las sandes, las bifanas o los platos de influencia africana se sientan a la
mesa de los lisboetas diariamente y, sin embargo, son pocos los viajeros que los
incluyen en sus experiencias gastronómicas. Descubrir la verdadera forma de vida
lisboeta puede ser una tarea complicada cuando se visita la capital lusa, cada vez más
plagada de establecimientos faltos de autenticidad y dirigidos exclusivamente al turista.
Si quiere comer codo con codo con un portugués, aquí va una lista de seis sitios en los
que disfrutar de la sencilla comida local a buen precio.

ampliar foto Comedor de la


tasca lisboeta A Merendeira. H. Poncini

Sabroso y popular

Pan con chorizo. Esta combinación fácil y sabrosa es, también, una de las más populares
de la gastronomía portuguesa. En los hornos de barro de A Merendeira (avenida del 24
de Julho, 54) se fabrican, desde hace 35 años, unos de los mejores de la capital. Al
contrario que la mayoría de tascas tradicionales, la amplitud del local permite comer sin
agobios y, aunque la decoración no sea demasiado acogedora, ofrece un aspecto
renovado de estilo rústico. Pero lo mejor, sin duda, es el precio. El menú completo vale
5,50 euros e incluye caldo verde —una tradicional crema a base de patata y berzas—,
un recién horneado pão com chouriço y arroz con leche de postre. Todo ello
acompañado de bebida y café.
ampliar foto Interior del
comedor de A Provinciana, en Lisboa. H. Poncini

La autenticidad escondida

Después de atravesar una calle atestada de camareros a la caza del turista, adentrarse en
A Provinciana (Travessa do Forno, 25) es volver a tomarle el pulso a la Lisboa
auténtica. A la entrada, un cartel improvisado de papel anuncia los platos del día, que
rara vez superan los seis euros. En el interior, las mesas atestadas de trabajadores de la
zona se agolpan bajo una característica colección de relojes de madera. Si las
estrecheces no son un problema, este es el lugar ideal para comer un pescado a la
parrilla o un cocido con el portugués como único sonido de fondo. Todo ello regado, a
ser posible, con una copa de vino verde. Dada la gran afluencia es probable que toque
hacer cola, por lo que se recomienda llegar con tiempo.
javier belloso

Codearse con diputados

Además de con turistas y vecinos del barrio, en el Pão de Canela (plaza de las Flores,
25-29), uno puede en ocasiones compartir espacio con diputados del Parlamento
portugués, situado a pocos metros del local. Algunos lisboetas aseguran, incluso, haber
visto al primer ministro, António Costa, en su agradable terraza. En la carta, además de
especialidades portuguesas, se puede encontrar una amplia variedad de ensaladas, tostas
y bocadillos. Mención aparte merece el brunch del fin de semana, uno de los mejores
de la ciudad. Por poco más de 20 euros se puede disfrutar de un bufé libre que incluye
todo tipo de dulces y platos salados como los huevos benedictinos.

Muy cerca de la tasca Casa das Bifanas está la Pastelaria Suiça, perfecta para tomar de
postre un pastel de nata
Herencia colonial

Tres siglos de pertenencia al imperio portugués han conseguido que platos como la
cachupa de Cabo Verde, un estofado con alubias, sea una opción habitual en las mesas
de todo Portugal. Uno de los sitios más auténticos donde probarla es la Associação
Caboverdeana (Rua Duque de Palmela, 2). Casi oculta en el séptimo piso de un
edificio de oficinas, la modesta sala de comidas ofrece buenas vistas de la ciudad con
música en directo los martes y jueves. El menú diario ofrece tres platos para elegir
por unos ocho euros la media ración —suficiente para una persona—, e incluye
algunas recetas de la gastronomía lusa como el arroz de pulpo. Solo hay que tener en
cuenta su reducido horario: abre de lunes a viernes de 12.00 a 15.00.

ampliar foto Mostrador de la


Padaria Beira Tejo, en el barrio lisboeta de Príncipe Real. H. Poncini

Comer en una panadería

De sus cafeteras y planchas salen, cada mañana, decenas de bicas —así se llama al café
solo en Lisboa— y tostadas con mantequilla, pero muchas panaderías portuguesas son,
además, la opción elegida por cientos de lisboetas para comer. Situada en uno de los
enclaves más exclusivos y turísticos de la capital, el barrio de Príncipe Real, la Padaria
Beira Tejo (Rua da Escola Politécnica, 41) es una de ellas. La fórmula es básica: sopa
del día acompañada de un bocadillo, sándwich o un salgado —empanadillas y
hojaldres— por menos de cinco euros. Para los que prefieren algo más contundente,
también se sirven platos del día. El local solo tiene tres mesas, pero existe la opción de
pedir la comida para llevar y disfrutarla en los jardines de Príncipe Real.

A cualquier hora

A simple vista, la bifana puede parecer un simple bocadillo de cinta de lomo, pero
existen tantas versiones de la salsa en la que se marina la carne como establecimientos
que la preparan. La jugosidad de las de la Casa das Bifanas (plaza de Figueira, 6)
convierten a esta tasca lisboeta en uno de los mejores sitios para probarlas por
menos de tres euros. El local es modesto y algo ruidoso, pero cuenta con una pequeña
terraza con vistas al Castelo de São Jorge y gracias a su amplio horario —desde las 6.00
hasta medianoche— se pueden evitar las horas punta. Muy cerca se encuentra la
Pastelaria Suiça (plaza de Dom Pedro IV, 96), perfecta para rematar con un pastel de
nata de postre, y A Ginginha, para cumplir con la tradición local de bajar la comida con
un chupito de licor de cereza.

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