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Introducción

Padre o madre:
Hoy estamos convocados aquí, donde nuestra Comunidad
parroquial se suele reunir para celebrar la fe en Jesucristo. Y
nos hemos reunido para celebrar en familia el bautismo de
nuestra hija Ángela.
Por esto, nos queremos dirigir, en primer lugar, a nuestra hija.
Aunque en este momento no lo perciba, sin embargo, en el
futuro podrá conocer por qué estamos aquí hoy, y qué sentido
puede tener la celebración que viviremos con ella y para ella.
Cuando pase el tiempo podrías pensar que, si te vamos a
bautizar hoy, es para restar tu libertar.
Por eso, desde hoy queremos decirte: No, hija, no es para
mandarte o dirigirte, para marcarte o imponerte un camino.
No te bautizamos para controlarte.
Te bautizamos para que puedas sentirte no sólo hija nuestra,
sino también hija de Dios. Para que tengas, junto a nuestra
pequeña familia, una gran familia, la Iglesia.
Sí. Te bautizamos para que el Espíritu de Jesús pueda ser tu
guía y tu fuerza, en los días de duda e incertidumbre, que
vendrán; cuando no sepas qué hacer, a dónde ir o qué camino
elegir.
Te bautizamos para que seas una luz de esperanza en la noche
angustiosa del mundo. Para que seas una gota de agua en el
desierto y en el camino árido de la vida.
Te bautizamos pensando en que puedas compartir con los
demás la alegría y el amor que todos necesitamos.
Te bautizamos para que vivas la espléndida aventura de
sentirte hija de un Padre que te ama desde siempre y por
siempre.

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Presentación de la niña

Sacerdote:
Acabáis de expresarnos vuestro deseo de que sea bautizada
vuestra hija. Queréis que se sienta querida por Dios y
reconocida como miembro de la Iglesia. ¿Sabéis que, al pedir
el bautismo para vuestra hija, asumís el compromiso de
educarla en la fe, para que ame a Dios y al prójimo, como
Jesucristo nos ha expresado en el Evangelio?
Padres:
Sí, lo sabemos.

Sacerdote:
Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres
en esa tarea?
Padrinos:
Sí, estamos dispuestos.

Sacerdote:
¿Qué nombre habéis elegido para esta niña?
Padres: Ángela

Sacerdote: Pues, para significar que Dios ama a Ángela, que su


Hijo Jesucristo ha muerto y resucitado por ella; que es acogida
por la Comunidad cristiana; y afirmar que ella podrá un día
responder a este amor con la ayuda de la comunidad;
Ángela, yo te marco con la señal de la cruz, † para que acojas
el amor de Dios en ti, y respondas a Él, amando a todos y
experimentando en ti una nueva vida en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Signa a la niña en la frente. Después invita a los padres, y si parece oportuno a los
padrinos, para que hagan lo mismo.

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1 DIOS NOS HABLA
1ª. LECTURA
Lectura del profeta Jeremías (1, 5-8)
- Antes de formarte en el vientre, te escogí.
Antes de que salieras del seno materno, te consagré:
Te nombré profeta de los gentiles.
Yo repuse:
¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un
muchacho.
El Señor me contestó:
- No digas «soy un muchacho»,
que a donde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás.
No les tengas miedo,
que yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor.
Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL. (Salmo 70)


R. Protégeme, Dios mío, me refugio en ti.
A ti, Señor, me acojo:
No quede yo derrotado para siempre;
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí y sálvame.
R. Protégeme…
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
R. Protégeme…
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti;
en el seno, tú me sostenías.
R. Protégeme…

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2ª LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan (4, 7-12)
Queridos hermanos:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios,
y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene:
en que Dios envió al mundo a su Hijo único
para que vivamos por medio de Él.
En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que El nos amó y nos envió a su Hijo
como propiciación por nuestros pecados.
Queridos, si Dios nos amó de esta manera,
también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros
a su plenitud.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Juan (15, 9-12)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo:
permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo
mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y
vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo
os he amado. Palabra de Dios.
Homilía.

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2 PEDIMOS A DIOS
Sacerdote: Hermanos: oremos ahora por Ángela, que va a ser
bautizada; por sus padres y padrinos, por toda su familia y el
pueblo santo de Dios.
Lector: Por Ángela, para que la alegría de pertenecer a Cristo
y a su Iglesia le ayude a vivir con emoción la gran aventura de
ser cristiana. roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos, óyenos.
Lector: Para que el Bautismo y la Confirmación la haga fiel
discípula de Cristo y dé testimonio de su amor en el mundo,
roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos, óyenos.
Lector: Para que sus padres y padrinos sean ejemplo de fe
viva y cercana para ella, roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos, óyenos.
Lector: Para que nuestra familia permanezca siempre en el
amor y se abra a las necesidades de los demás, roguemos al
Señor.
Todos: Te rogamos, óyenos.
Lector: Para que se renueve en todos nosotros la gracia del
bautismo, la justicia, la libertad, la verdad, la sabiduría y la
paz, roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos, óyenos.
Sacerdote: Te pedimos, Padre, que escuches estas oraciones
que te hemos presentado con fe, por Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor. Amén.

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Invocamos juntos

Sacerdote y todos:
 Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros
 San Juan Bautista, ruega por nosotros
 San José, ruega por nosotros
 Santa Eulalia, ruega por nosotros
 Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros
 San Pedro y San Pablo, rogad por nosotros
 San Francisco y Santa Clara de Asís, rogad por nosotros
 Santa Ángela de la Cruz, rogad por nosotros
 Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Oración y unción prebautismal

Sacerdote:
Dios, Padre nuestro, que has enviado a tu Hijo al
mundo, para llevarnos al Reino de tu luz admirable; te
pedimos que Ángela, sea siempre templo tuyo y que el
Espíritu Santo habite en ella. Por J.N.S. Amén.

Para que el poder de Cristo Salvador te fortalezca, te


ungimos con este óleo de salvación, en el nombre del mismo
Jesucristo Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.

La niña es ungida en el pecho con el óleo de los catecúmenos.

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3 RENUNCIAS Y PROFESIÓN DE FE

Sacerdote: Queridos padres, padrinos, familiares y amigos: En


el Bautismo, esta niña que habéis presentado a la Iglesia va a
recibir, por el agua y el Espíritu Santo, una nueva vida que
brota del amor de Dios.
Vosotros, por vuestra parte, debéis esforzaros en educarla en
la fe y dando ejemplo, de tal manera que esta vida divina
quede preservada del pecado y crezca en ella, día a día.
¿Estáis dispuestos a ello?
Todos: Sí, estamos dispuestos.

Sacerdote: Así, pues, si estáis dispuestos a aceptar este


compromiso, recordando vuestro propio bautismo, renunciad
al pecado y confesad vuestra fe en Cristo Jesús.

Sacerdote: ¿Renunciáis a creeros superiores a los demás: a


vivir en el abuso, en la discriminación racial, el cinismo, el
egoísmo y el desprecio a los diferentes?
Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote: ¿Renunciáis a inhibiros ante las injusticias del


mundo, lejanas y cercanas, por cobardía, pereza, comodidad o
ventaja personal?
Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote: ¿Renunciáis a comportamientos donde el dinero se


pone por encima del servicio y del bien común, o donde sólo
preocupe la felicidad individual y el puro negocio?
Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote: ¿Creéis en Dios, Padre Todopoderoso, creador del


cielo y de la tierra?
Todos: Sí, creemos.

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Sacerdote: ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado,
resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del
Padre?
Todos: Sí, creemos.

Sacerdote: ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia


católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Todos: Sí, creemos.

4 BENDICIÓN DEL AGUA


Sacerdote:
Dios Padre, que te sirves del agua para significar la vida nueva
y la limpieza de quienes queremos seguir los pasos de Jesús, te
pedimos, ahora, que el poder del Espíritu Santo descienda
sobre el agua de esta concha.

Que esta agua realice en este Bautismo lo que significa:


Sumergirse en los lazos de la muerte y salir de ellos para una
vida nueva, como la de Jesús, limpia y verdadera. Por J.N.S.
Amén.

5 BAUTIZO

Sacerdote: ¿Queréis, por tanto, que vuestra hija Ángela, sea


bautizada en la fe de la Iglesia que juntos acabamos de
proclamar?
Padres: Sí, queremos.

Ángela, yo te bautizo, en el nombre del Padre, y del Hijo y


del Espíritu Santo. Amén.

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6 EL ACEITE CONSAGRADO
El sacerdote la unge con el crisma

Sacerdote: Dios Padre, que te ha dado el Espíritu de la


libertad, te incorpore a su pueblo de creyentes, y te sientas
siempre un miembro más en igualdad y dignidad, participando
en sus tareas. Por J.N.S.
Todos: Amén.

7 VESTIDURA BLANCA
Después, el sacerdote impone a la niña una vestidura blanca.

Sacerdote:
Eres ya nueva criatura y has sido revestida de Cristo. La
vestidura blanca y limpia que llevas sea signo de tu dignidad
de cristiana. Ayudada por la palabra y el ejemplo de los tuyos,
vístela sin mancha hasta la vida eterna.
Todos: Amén.

8 CIRIO DEL BAUTISMO


Sacerdote: Recibe la luz de Cristo.
El padre o el padrino enciende la vela en el cirio pascual

A vosotros, padres y padrinos, se os invita a haceros luz y a


iluminar el camino de vuestra hija y ahijada. A toda la
comunidad cristiana se le pide comportarse como hijos del
día, desterrando todos los comportamientos oscuros.
¿Estáis dispuestos a ello?
Todos: Sí, estamos dispuestos.

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9 ORACIÓN DEL PADRENUESTRO
Sacerdote: Hermanos: Esta niña, nacida de nuevo por el
Bautismo, se llama y es hija de Dios y, cuando sea mayor, ella
misma podrá invocarle como Padre en medio de su Iglesia.
Ahora nosotros, en nombre de esta niña, oremos juntos,
como Cristo nos enseñó.
Padre nuestro que estás en el cielo.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. Amén

10 BENDICIÓN FINAL
El Señor bendiga a esta madre, para que siga haciendo posible
la vida de su hija.
El Señor bendiga a este padre, para que, junto a su esposa,
transformen su hogar en una comunidad de amor.
El Señor bendiga a estos padrinos, para que allí donde vivan
sean ejemplo de vida cristiana para Ángela, que hoy
apadrinan.
El Señor bendiga a esta comunidad con la abundancia de su
gracia.
Y la bendición de Dios misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu
Santo descienda sobre vosotros. Podéis ir en paz y realizad
vuestros compromisos aceptados en el Bautismo.

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Presentación a la Virgen
El celebrante coge a la niña y la presenta a la Virgen, mientras uno de los padres dice:

Oración
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra,
te presentamos a nuestra hija Ángela
que Dios nos ha dado;
la ha confiado a nuestro cuidado y protección,
como os confió a José y a ti el cuidado de Jesús.
Nuestra hija, por el Sacramento del Bautismo,
se han hecho hija de Dios,
hermana de Cristo, miembro de su Iglesia
y templo del Espíritu Santo.
Te la consagramos con todo nuestro corazón,
y la entregamos confiadamente
a tu ternura y vigilancia maternal.
Que, por tu poderosa intercesión,
Dios la proteja en su alma y en su cuerpo,
y la preserve de todos los males.
Ayúdanos a nosotros, sus padres,
a cumplir fielmente nuestras obligaciones con ella,
así como el compromiso
que hemos contraído delante de Dios.
Que con nuestra palabra
y especialmente con nuestro ejemplo
le enseñemos a creer
y practicar las verdades de la fe,
el amor al prójimo
y el cumplimiento de la ley de Dios.
Virgen María, en ti confiamos.
Guarda nuestra familia. AMEN

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