Vous êtes sur la page 1sur 9

EL CONCEPTO DE PUESTA EN VALOR. FUENSANTA LUQUE.

El concepto de puesta en valor

Ha servido en los últimos años para conservar parte de nuestro patrimonio artístico y cultural,
para incentivar el mantenimiento y a veces la creación de costumbres populares. Ha sido
válido a veces a un nivel muy superficial, seguimos manteniendo una cultura en la que no se
valoran ciertos aspectos de la vida cotidiana.

Numerosos pueblos de nuestra geografía están perdiendo sus señas de identidad, quizás esto
no sea algo negativo, desde mi punto de vista es cierto que debemos evolucionar o progresar,
pero también que debe hacerse de forma razonada y consciente de que los cambios que
realicemos ahora podrán tener ciertas consecuencias en el futuro.

Cuando se restaura un monumento hay que saber que pierde parte de sus señas de identidad,
hay que conservarlo pero no intentar rehacerlo, este tipo de situaciones se dan en lugares
concretos donde el turismo es una fuente de ingresos importante y hay que promocionarlo
cueste lo que cueste, aunque acabemos con alguna de las características del lugar.

Hay que ser conscientes que cuando se explica en historia o historia del arte los rasgos de una
cultura o civilización la arquitectura y los vestigios materiales de ésta son muy importantes
tanto para el estudio histórico como para comprender si una sociedad respetaba su
patrimonio o no.

Podemos citar varios ejemplos: la civilización griega o romana construyó para conservar para
que perdurasen en el tiempo, las catedrales medievales seguían la misma pauta, son solo
alguno de los numerosos paradigmas histórico-artísticos; tenemos constancia de restos
arquitectónicos pertenecientes a instituciones o poderes económicamente fuertes, sin
embargo las edificaciones populares o humildes cuya presencia es escasa, queda relegada al
desconocimiento, no se les presta atención ni tienen importancia histórica, a pesar de lo cual
debemos considerarlas como el eje de la sociedad o cultura que estudiemos puesto que la vida
diaria en la que suceden los hechos y acontecimientos históricos quedará influenciada por
estas personas anónimas que no aparecen en los manuales ni enciclopedias.

Esa historia “vulgar", ha sido olvidada por los historiadores, ahora podemos desempeñar la
tarea de no olvidarnos de nuestra historia más reciente y considerar a esos anónimos
personajes que día a día van creando historia.

Podemos empezar a implicarnos subjetivamente en la historia más inmediata y recordar a los


que nos rodean que cuando re-construimos un monumento sólo quedará plasmada parte de la
sociedad a la que representa, que cuando construimos un edificio (sea la sede de alguna
institución, viviendas, zonas comerciales, etc.) estaremos dejando constancia arquitectónica e
histórica de nuestra sociedad actual.

Hagan un ejercicio de traslación al futuro tras una catástrofe natural similar a lo que sucedió
en Pompeya, de repente queda, como en una instantánea, nuestros pueblos y ciudades tal y
como se encuentran hoy día: numerosas construcciones elevadas, avenidas y carreteras con
vehículos que saturados se agolpan unos contra otros, centros comerciales con multitud de
personas consumiendo sin descanso, las viviendas de pequeñas dimensiones y mala calidad
muchas de ellas en reparación, los centros educativos con numerosas obras y repletos de
personas.

Aquel historiador o arqueólogo que tenga que sacar unas conclusiones sobre la sociedad
actual pensaría que hacinados en cualquier lugar somos una sociedad destructiva o muy pobre
en cuanto a conocimientos técnicos o materiales constructivos, a la que gustaba las
aglomeraciones, y dependiendo en que pueblo o ciudad pensarían que no conocíamos
ninguno de los estilos artísticos precedentes, digo por el mal gusto. De este modo tan
particular pretendo generar en los lectores de esta revista una opinión sobre el mundo que
nos rodea, que cada cosa que hacemos o dejamos de hacer puede ser relevante en el futuro y
que las culturas que nos precederán conocerán nuestros pequeños defectos.

Analizar críticamente qué estamos poniendo en valor hoy día, qué consideramos que deberá
ponerse en valor en el futuro, si hoy no valoramos lo que tenemos, no lo conservamos, las
generaciones venideras no podrán hacerlo por nosotros. El pasado se puede estudiar y
conservar desde el presente, para ello debemos trabajar el concepto de cuidar lo que estamos
desarrollando ahora, en este momento.
Arq.

María Estrada Farfán

Definimos la ARQUITECTURA HOSPITALARIA a partir del concepto de ARQUITECTURA, sobre el


que hay muchas definiciones, las principales han sido dadas por los grandes maestros de la
arquitectura del Siglo XX: Mies Van Der Rohe, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Louis Kahn,
Bruno Zevi o Alvar Aalto, quienes han enfocado su finalidad de manera diferente.

El reconocido arquitecto historiador y crítico italiano Bruno Zevi en su libro Saber ver la
Arquitectura, Barcelona, 1948 dice: “La arquitectura no deriva de una suma de longitudes,
anchuras y alturas de los elementos constructivos que envuelven el espacio, sino dimana
propiamente del vacío, del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven
y se mueven”.

La Arquitecta contemporánea Silvia Adriana Bueno sintetiza lo dicho por muchos arquitectos
en todas las épocas y da la siguiente definición:

“La arquitectura se define como aquel arte en el que se proyectan y construyen edificios de
todo tipo y para todo uso. Se le considera una de las Bellas Artes ya que implica también una
búsqueda constante de la estética”

Con este marco se define la ARQUITECTURA HOSPITALARIA como una especialización dentro
del campo de acción de la arquitectura, como profesión dedicada a la generación de espacios y
su resolución técnica, estética y funcionalmente apropiadas para la atención de la salud.

Conceptualmente, en la actualidad, se entiende por hospital al establecimiento público o


privado, legalmente autorizado, destinado a la atención de personas enfermas o lesionadas,
por personas capacitadas, y que además cuenta con los recursos físicos necesarios para una
adecuada atención de la salud

Jorge Daniel CZAJKOWSKI reconocido arquitecto hospitalario internacional en su libro


EVOLUCION DE LOS EDIFICIOS HOSPITALARIOS. APROXIMACION A UNA VISION TIPOLOGICA,
explica que actualmente “Se está transitando por un nuevo periodo de cambios en la
concepción de los espacios hospitalarios, donde hay una mayor participación de los usuarios,
haciéndose notorio un mayor nivel de educación y de información por parte de los ciudadanos
desde la promoción y la prevención de la salud, conllevando a una disminución en la necesidad
de hospitalización. Esto trae como consecuencia el mayor número de diagnóstico haciendo
notorio el cambio en los modelos de atención ambulatoria, entre otro tipo de avances que
paulatinamente harán que disminuya ostensiblemente el tiempo necesario de
hospitalización”.
En este contexto y debido a la velocidad con que este tipo de modificaciones se producen en la
perspectiva de la salud de la población, se exige necesariamente una respuesta adecuada del
desarrollo de la ARQUITECTURA HOSPITALARIA que contemple e incorpore en los edificios de
salud nuevos estándares en los siguientes conceptos:

La flexibilidad espacial, técnica y funcional que la haga capaz de adaptarse a los cambios
tecnológicos y epidemiológicos.

La organización articulada de los espacios al interior de la edificación con claras relaciones


espaciales entre los servicios.

La armonía y calidez del color.

La Humanización, privacidad, calidad y confort de los espacios tanto para el paciente como
para el personal.

El ahorro hídrico, de energía, la climatización y el adecuado tratamiento del entorno.

La innovación de las redes de comunicación e informática y tecnología adecuada para la


telemedicina, entre otros.

Las nuevas tendencias se orientan a atender los requerimientos del futuro con hospitales
amigables que contribuyan a resolver los cambios en el campo de la salud.

Por su parte, el Perú ha incorporado los diez últimos años nuevos hospitales de alta y mediana
complejidad a la Red Nacional de Servicios, donde se observa interesantes cambios
tecnológicos y propuestas plásticas de Las formas arquitectónicas que no las alejan de las
funciones específicas para las que han sido creadas, con una mirada de HOSPITALES DEL
FUTURO, en el marco de la denominada ARQUITECTURA HOSPITALARIA.
Conceptos y definiciones

Los monumentos coloniales y republicanos pueden ser de propiedad pública o privada, y su


adecuada conservación y restauración es responsabilidad de los propietarios. Éstos son sus
custodios y están obligados a velar por la integridad y conservación de su estructura, motivos
arquitectónicos, ornamentación y demás elementos que forman parte integrante de la obra.
Precisamente por esta razón, los propietarios no pueden alterar los monumentos sin
autorización.

¿Qué es un monumento?

Un monumento es toda obra, sobre todo arquitectónica, que tiene un valor cultural, artístico,
histórico y social. De acuerdo con el Reglamento Nacional de Edificaciones, “la noción de
monumento abarca la creación arquitectónica aislada, así como el sitio urbano o rural que
expresa el testimonio de una civilización determinada, de una evolución significativa, o de un
acontecimiento histórico. Tal noción comprende no solamente las grandes creaciones sino
también las obras modestas, que con el tiempo, han adquirido un significado cultural.” Por su
valor arquitectónico, histórico, artístico, tecnológico, científico, simbólico, tradicional deben
conservarse, sea parcial o totalmente.

Zonas monumentales

Son zonas monumentales los sectores o barrios de la ciudad cuya fisonomía debe conservarse
porque:

Poseen valor urbanístico de conjunto

Poseen valor documental histórico-artístico.

En ellas se encuentra un número apreciable de monumentos y/o ambientes urbanos


monumentales

Ambientes urbano monumentales

Son ambientes urbanos monumentales los espacios urbanos (plazas, plazuelas, calles, etc.)
cuya fisonomía y elementos por poseer valor urbanístico de conjunto, deben conservarse total
o parcialmente.

Inmueble de valor monumental

De acuerdo con la Norma A.140 del Reglamento Nacional de Edificaciones, los inmuebles de
valor monumental “son aquellos inmuebles que sin haber sido declarados monumentos
revisten valor arquitectónico o histórico”.

Tipos de patrimonio histórico inmueble


Arquitectura religiosa. Son las edificaciones destinadas a usos religiosos, como son catedrales,
iglesias, conventos, santuarios, monasterios, seminarios, capillas, catacumbas, entre otros.

Arquitectura militar. Son las edificaciones destinadas a usos militares, como son fuertes,
fortalezas, castillos fortificados, murallas, entre otros.

Arquitectura civil pública. Son las edificaciones destinadas a uso civil público, como son
palacios, monasterios, municipalidades, hospitales, colegios, edificaciones de propiedad,
puentes, entre otros.

Arquitectura civil doméstica. Son edificaciones destinadas a uso civil doméstico, como son
casas, mansiones residenciales de haciendas, entre otros.

Arquitectura industrial. Son las edificaciones destinadas a la producción industrial, como son
fábricas, molinos, tiendas, plantas de producción, talleres, entre otros.

Categorías

El patrimonio histórico de nuestro país está conformado por el patrimonio mueble e inmueble
de las épocas colonial y republicana que forman parte del patrimonio cultural de la Nación.

Patrimonio histórico mueble

El patrimonio mueble está conformado por todos los bienes que puedan ser transportados de
un lugar a otro (artefactos, utensilios, materiales artísticos y todo tipo de objetos de uso
militar, litúrgico o doméstico).

Patrimonio histórico inmueble

De acuerdo con la Ley 28296, el patrimonio inmueble “comprende de manera no limitativa, los
edificios, obras de infraestructura, ambientes y conjuntos monumentales, centros históricos y
demás construcciones y evidencias materiales resultantes de la vida y actividad humana
urbanos y/o rurales (…)”.

Estos bienes están ligados a la memoria colectiva, tradiciones y costumbres de los pueblos y
constituyen el marco en que estas se reproducen

El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Patrimonio Histórico, Colonial y


Republicano, se encarga de su identificación, registro y estudio, así como de su preservación,
conservación, puesta en valor y uso social. También se encarga de los planes de manejo de los
centros históricos y del patrimonio cultural de la humanidad vinculado a estos.

Patrimonio edificado de las épocas colonial y republicana

El patrimonio material inmueble colonial y republicano comprende edificaciones de carácter


religioso, como templos, capillas, conventos; construcciones civiles de uso doméstico como
casonas, ranchos y haciendas; de carácter público como cabildos, escuelas, puentes, mercados,
hospitales, hospicios; de carácter industrial como fábricas, minas, transformadoras; de
carácter militar como fortalezas, murallas, bastiones, recintos defensivos, entre otros; las
calles y alamedas constituyen ambientes urbanos monumentales, todos ellos trazados y
edificados a partir de 1532 luego de producida la conquista del territorio por los españoles,
hasta el presente.
RECUPERAR PARA INTERPRETAR

Cada vez más existe cierta sensibilización por proteger el legado cultural e histórico de los
pueblos y ciudades. Los gobiernos son conscientes de que es ahí donde radica el verdadero
valor y la verdadera señal de identidad. En la cultura y la historia de los pueblos y sus gentes.
Señas de identidad que los diferencian del resto del mundo y que los hacen realmente
apreciables.

Por eso, es responsabilidad de las administraciones públicas establecer planes para la puesta
en valor de los bienes culturales pues, al ser patrimonio de toda la ciudadanía, deben ser
protegidos por los gobiernos.

La tarea de puesta en valor del Patrimonio Cultural se realiza con el fin de que estos bienes
estén disponibles para su disfrute, de ofrecerlos en buenas condiciones a la sociedad y que se
aprecie. Para esto, se debe llevar a cabo un estudio minucioso de los bienes y establecer
medidas de actuación que serán diferentes en cada caso.

La recuperación del Patrimonio deberá ir destinada a resaltar la originalidad del mismo,


establecer medidas de protección y difusión para fomentar su perdurabilidad. Pero en su
recuperación no termina la puesta en valor.

puesta en valor

INTERPRETAR PARA DISFRUTAR

Hay que conseguir que ese patrimonio recuperado pueda ser entendido y disfrutado por la
sociedad. Para que esto ocurra, se debe trabajar en su interpretación. Algunos tipos de bienes
no necesitan de explicación. El antiguo edificio de la Lonja, el Conservatorio Narciso Yepes o el
Ayuntamiento son edificios que pueden formar parte del Patrimonio inmueble del pueblo que
son de sobra conocidos por todos.

Sin embargo, hay otro tipo de patrimonio que sí necesita de una explicación más profunda
para entenderlo. Tal puede ser el caso del Patrimonio Arqueológico. “Un montón de ruinas”
puede ser poca pista para una persona que sea ajena a la Arqueología.

Si quieres saber más sobre el Patrimonio Arqueológico ve a este artículo.

Para interpretar debemos estudiar el bien y adaptar el discurso histórico a la realidad social.
Consiste en acercar el Bien a las personas y no alejarlo, tratando de despertar en ellas cierto
sentimiento de cariño. De este modo, la gente estará en disposición, ahora sí, de disfrutar de
su patrimonio, apreciarlo.

DIFUNDIRLO PARA QUE SE CONOZCA

Otra de las tareas de la puesta en valor tiene que ser la de su difusión. ¿Si no lo conozco cómo
voy a apreciarlo? Tarea fundamental ya que tras haber realziado todo el trabajo anterior,
tenemos que intentar ahora que el Bien Cultural sea conocido por la sociedad. De hecho,
forma parte de las medidas de protección.

[Tweet “La mejor forma de proteger el #Patrimonio es dándolo a conocer #lovepatrimonio”]

En resumen, la puesta en valor del Patrimonio cultural conlleva identificarlo, protegerlo,


recuperarlo, interpretarlo y difundirlo. Siguiendo este plan conseguiremos poner en valor el
Patrimonio Cultural y estaremos fortaleciendo la cultura e identidad del pueblo.

Vous aimerez peut-être aussi