Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El filósofo-anacoreta.
Tabla de contenido.
Tabla de Contenido..................................................................................................1
Palabras preliminares………………………………………………………….... 5
1.4. La peste............................................................................................................52
1.5. El incendio.......................................................................................................68
1|Página
2.1. El pensamiento universal.................................................................................86
Ilícitos de la vocación......................................................................................152
Hipócritas.......................................................................................................208
2|Página
A todo lo creado.............................................................................................219
sujeto particular.
3|Página
Capítulo 8: ¿Qué hacer en la posteridad?
8.1. Desaparición............................................................................................403
4|Página
Palabras preliminares.
Dicen que todo libro debe tener una presentación antes de escribir la primera palabra
[aquella que abrirá un universo nuevo para el lector y que pondrá al escritor en el ojo del
huracán, pues sabe que su obra es imperfecta y no podrá satisfacer los deseos del lector que
desea sumergirse en una nueva aventura intelectual]. Pero esta será la excepción que confirme
la regla. Ante la imperfección de las páginas que siguen, presentarlas sería mucho más
imperfecto. El hecho de pensarlo tiene algo ya de monstruoso. Tan solo pienso dejar meramente
indicada en estas palabras iniciales algunas de las dudas que me han asaltado para la escritura
de un libro tan largo y tan tedioso como el que se tiene en este momento en las manos. La
cualquier otro medio, en ocasiones mucho más eficaz, para mostrar a los demás una historia
más entre tantas que se puede encontrar uno en una buena librería.
¿Por qué escribir? He ahí la gran pregunta. Todo escritor debe enfrentarse a este
interrogante y todo intento por responderlo será siempre insatisfactorio. Jamás habrá una frase,
una expresión, un axioma si se quiere, que dé cuenta de la totalidad de esto y que, al mismo
tiempo, satisfaga por completo lo que se quiere expresar. Además, la respuesta siempre es
personal y remite a las experiencias que cada cual haya tenido en su pasado. Estas pueden ser
positivas o negativas, pero siempre habrá que remitirse a sus acciones y actividades particulares
para saber el porqué de esta pregunta. Escribir es algo que hace el autor en su soledad con el
papel vacío. Allí se desahoga y deja algo de sí mismo dentro de la narración que construye, sin
importar que sea otro el que narre la historia. Y allí se entra en otra discusión bastante compleja
y que podría arrojarnos a nuevos debates e, incluso, podremos dedicar una tesis de maestría a
esto sin haber encontrado una solución posible: ¿Autor y narrador son la misma persona?
5|Página
Tal vez el segundo sea la invención del primero pero por muy lejanos que sean algo
tienen en común. En algún punto ellos han compartido una vida, una existencia, y podremos
decir que en un pasado muy remoto pudieron ser la misma persona. Pero ese no es nuestro
dilema por el instante. Debemos centrarnos en las razones que llevan a una persona a dedicarse
a la escritura y no a algún otro oficio que bien podría enriquecerlo más fácilmente. El autor, o
escritor, como se le prefiera llamar, debe preferir siempre la soledad como una forma de vida
posible. Al menos la mayoría lo prefiere, pues dedicarse a este noble oficio desde el bullicio de
una sociedad que clama para sí el desarrollo profundo del sistema económico y de los excesos
en los carnavales, es complejo organizar las ideas y escribir algo decente. Algunos lo hacen,
pero ellos cuentan con un talento excepcional que le permite una aventura como esta.
Pero la mayoría de los hombres que se dedican a la escritura prefieren habitar en una
pequeña cabaña en un bosque con vista a un lago silencioso que permanecer en una ciudad
ruidosa con sus carnavales y sus problemas de siempre. Yo hago parte de esas personas que
carecen de amigos y que la mayor parte del tiempo permanece solo enfrentándose a su
santo ni nada que se le parezca. Antes bien, he preferido la soledad para purgar todos los errores
pasados que he cometido: es un sacrificio necesario para calmar las heridas provocadas por las
decisiones que en algún punto de la existencia he cometido. Si alguna vez has de buscar al peor
de los hombres posibles que hayan aparecido a lo largo de la historia, ese soy yo.
Pues bien, la escritura es algo que uno siempre hace consigo mismo. Es una
conversación que uno tiene con su ser interior y que le permite comprender mejor cuál es su
lugar en el mundo, aunque esto sea doloroso. Ella requiere tiempo, esfuerzo y dejar plasmado
una parte de sí en las líneas que se escriben. Aparte de ello uno tiene que ser consciente de que
6|Página
por más que se dedique a su obra, es muy difícil que al final ella sea perfecta. Uno siempre va
a encontrar algún vicio por ahí expresado o va a mencionar el hecho de que a cierta edad de la
vida podría expresar de un mejor modo lo que se dijo en la juventud soñadora. Para cada cual
He aquí una historia, la cual no es mía, pero que he debido leer una y otra vez porque
encierra una parte de los deseos que tuve alguna vez. No soy yo el que escribe, pues mi
formación no alcanza para comprender las cuestiones dichas ni los silencios dejados en ciertos
momentos. Yo soy un simple hombre solitario que vive su vida intentando dedicarse
exclusivamente a los libros, pues no sé hacer otra cosa que leer las historias que alguien más ha
escrito. Una vez quise ser un autor, pero por esas cuestiones de la vida tuve que dedicarme al
sostienen una familia, he debido dedicarme a la enseñanza para ver si algún día encuentro la
¿Por qué escribir? Porque lo tengo todo en mi vida: una familia, un empleo, hablo más
de un idioma y mi futuro económico parece abrirse con fuerza. Pero algo en mi interior me hace
falta y esta carencia me duele. Mi corazón está vacío de algo que no puede ser llenado con
dinero. Si alguna vez me ves en la calle, salúdame, eso no te hará daño y a mí me calmará un
Tienes una larga historia que leer. Si al final estás persuadido que esta es demasiado
mala, puedes olvidarte de ella y, de paso, de quien la ha escrito: échame al olvido: no hay peor
condena para un ser humano que el ser olvidado por sus contemporáneos. Ni siquiera los
insultos ni las bombas pueden lograr lo que hace el olvido. ¡Que terrible y aterrador destino ser
7|Página
olvidado hasta por sus amigos! Si no te agrada esta historia que sea el destierro y el silencio
perpetuo para su autor lo único que merezcan. Tómala, yo ya no quiero saber nada más de ella.
Finalmente y antes de que comiences a juzgarme por las imperfecciones que aquí
encontrarás debo mencionar un par de cosas. Hay dos personas que estuvieron a mi lado desde
el principio de mis deseos de dedicarme por completo a la escritura y a quienes debo mencionar
harás conmigo apreciado lector cuando termines de leer una historia que no es mía. Ellos son,
a saber: Luis Enrique Pérez Ramos y Cristina Álvarez. El primero fue mi profesor de ética en
el colegio, y quiso apoyarme en la escritura de un libro, pero nunca pudo llevarse a cabo porque
ha fallecido en 2008 a causa de un ataque cardiaco. Ahora, casi dos años después de haber
recordarlo a él mencionado su nombre como uno de los primeros que confió en mí y que me
motivó a este hermoso ejercicio de la educación. La segunda persona fue profesora mía
también. Con ella participé en varios talleres de escritura en el 2006 y 2007 y me enseñó a amar
la literatura. Si no hubiera sido por estas dos personas no sé qué remedio hubiera encontrado
proceso de esta historia, la cual no terminará aquí. Mi madre ha estado siempre a mi lado
escuchando las noticias de una narración que no nos pertenece. Gracias a ella por su paciencia
obra para su juicio y ya sabe cuál será la condena para su autor. Hasta la próxima.
8|Página
Capítulo 1: Los inicios de una historia.
Voy a contar esta historia solo una vez. Y preciso lo haré inmerso en la más profunda
de las soledades, con todas y cada una de las cavilaciones que han hecho de mi espíritu la
entendimiento, limitado al conocimiento propio de los libros, pudo haber visto. Jamás
volverán a pronunciar mis labios, ni escribir mis manos, las palabras que a continuación se
presentan. He resultado herido en lo más profundo de mi más sagrado ser interior por haber
vivido con quien hoy es el protagonista de la leyenda negra del pueblo X, situado en alguno
de los confines de este departamento montañoso llamado Antioquia. Tal vez alguien más
tenga la disposición de ánimo para introducirse en esta narración, pero yo, por el instante,
debo procurar liberarme de todo lo que me ata al pasado, pues he sentido cómo las sombras
que van en contra de mis principios morales. La escribo como mi última confesión, pues
ahora, con el cabello blanco y mi piel arrugada por la carga de tantos años y daños que llevo
a cuestas, parece que estoy más próximo de la muerte que cualquier otro mortal sobre esta
tierra de nadie. Pero, para ello, debo remitirme a un lugar apartado en el tiempo, pero que aún
se encuentra tan vivo en mi memoria que pareciera que lo he vivido ayer. No sé cómo vivir el
día después de mañana si no cuento lo que encuentro en todas partes de esta ermita que habito,
la cual excede mis necesidades de albergue, pues, para mí cualquier edificio es demasiado
grande para habitar, pues jamás he necesitado más de dos metros en dónde pueda caer en los
brazos de Morfeo en las épocas lluviosas del año. Ahora me encuentro habitante de las tierras
9|Página
de aquél miserable hombre que solo acumuló miserias en su existencia y que podría ser el
primero en encontrar un camino para vincularse con la partícula que «antecede», en caso tal
de encontrarle alguna vez. Vamos, tú no quieres escuchar lo que este viejo tiene por decirte.
Cierra la página y continúa tu vida como si nunca hubieras visto esto, pues sé que tienes
muchas cosas más importantes que hacer, que dedicarte durante algunas horas a esta historia.
cómodo para conocer aquello que está vedado a cualquier humano, siéntate y disfruta del
Cuento la historia tal como ha sucedido, no como hubiese querido que fuese. ¿O acaso
piensas que tu vida ha sido un cuento de hadas en donde todo ha sido rosa, felicidad y
bienaventuranza? El dolor y la oscuridad se han adueñado del corazón del hombre y no hay
modo de regresar a un pasado inmemorial para cambiar algo que nadie sabe qué ha pasado.
He de decir que este hombre solía responder al nombre Joaquín Alberto Escudero
Gonzales. Digo esto, porque es complejo que bajo esta denominación del lenguaje pueda
esconderse la sabiduría de uno de los más grandes filósofos que haya parido esta tierra
antioqueña. Pero como suele suceder con quienes han dedicado su vida a la intelectualidad y
no al fútbol ni al narcotráfico, en esta nación del sagrado corazón de Jesús, ha quedado sumido
en un olvido inenarrable. Era partidario de aquella visión socrática de que es mejor padecer
una injusticia que cometerla. Y expresaba esta sentencia con tal prosa y tales decoros que
nadie hubiera sido capaz de estar en contra de él. Pues, a diferencia de los comentarios
platónicos acerca de la poesía, Juaco, pues así lo bautizamos en el pueblo X para no decir su
10 | P á g i n a
nombre eclesiástico, era filósofo y poeta al mismo tiempo. Del nombre casi nadie se acuerda,
pero la historia existente tras ese nombre, no es desconocida para muchos. He aquí lo
concerniente a mi maestro.
Comenzó sus estudios de filosofía a una edad prematura. Tenía solo catorce años
sino buscar las explicaciones ulteriores de todas las cosas. Poco comprendió en esa época de
la vida acerca de esta filosofía. Se le presentó como una asignatura compleja e incierta, pero
poco a poco, en su mente se introdujo la idea de que no podía dejar de luchar por la
comprensión profunda de todas las teorías y sistemas filosóficos que habían existido hasta ese
momento. «Solo así podré construir un nuevo sistema de pensamiento que sea mío. Marcar la
historia de la humanidad por mi intelectualidad y que la posteridad me vea como uno de los
que le estaba desbordando en capacidades. Desde pequeño mostró que su espíritu estaba
dominado por la obstinación y nadie podría cambiar una sola de sus ideas luego de que estas
se asentaran en su mente. Poco a poco fue avanzando en el estudio de la filosofía hasta que,
un día cualquiera, al borde de cumplir la mayoría de edad establecida por el estado --pues
sabría mucho más tarde que este concepto no llega en un solo día sino que es algo mucho más
por muchos una de las mejores instituciones de educación superior, quizá la mejor del
departamento en el cual vivía, no solo por la calidad de los estudiantes y los doctores que en
ella enseñaban, sino porque era uno de los principales centros para la disidencia y el
pensamiento crítico.
11 | P á g i n a
Decidió ingresar a ese claustro, fundado por los franciscanos al principio del siglo XIX
y al borde de una revolución que libertaría casi todo un continente, por el hecho de que allí
podría aprender muchas más cosas acerca de la filosofía, o, por lo menos, de lo que él
comprendía que era eso. Aparte, podría conjugar ese conocimiento con su función social. Pues
antes de ingresar a ese lugar, había conocido ciertos datos de algunos estudiantes insignes de
esa Universidad como Fernando Gonzales o Estanislao Zuleta. Estos personajes, poco
estudiados por él pero bien mentados en ese país, le hicieron pensar que allí podría dar inicio
vacíos conceptuales que había adquirido en su adolescencia y que hasta ahora se había
dedicado a leer filosofía como leyendo notas de periódicos escritos por los peores fanáticos
religiosos, o pseudo pensadores. Creyó que en los pasados cuatro años hubo aprehendido
cerca de tres milenios de tradición y que estaba autorizado para hablar de todos los temas y
de todos los filósofos aunque no los conociera. Muchas cosas pasaron por su mente en esos
años. Pero lo importante para él fue empezar a ver el cambio que produjo en su interior el
verdadero estudio de la filosofía. Aprendió francés, latín, griego antiguo, inglés, hebreo y
alemán. Con más propiedad comenzó a leer a los filósofos en su lengua original.
Para él no fue lo mismo el hecho de leer un Cicerón en latín que en español y siempre
gozaba en decir el quousque tandem abutere, Catilina, pacientia nostra? y que todos lo
tuvieran por sabio al hablar en una lengua antigua. O, cuando iba a la iglesia con su madre, se
persignaba y hacía una oración a todo pulmón en griego antiguo, y solo el sacerdote podía
comprender que siempre decía el mismo pasaje bíblico: Juan 1,1. Y la gente pensaba que
debía ser algún genio, pues no se explicaban como una persona tan joven tuviera tantos
conocimientos en su cabeza. Y no daba para más, pues, pasaba cerca de catorce horas diarias
12 | P á g i n a
encerrado en su habitación rodeado de libros, los mejores textos que cualquier persona hubiera
trilingüe, y la biblia la tenía en hebreo y griego. Se estimuló tanto en el estudio que al poco
tiempo de estar allí ya era reconocido por ser uno de los mejores estudiantes del instituto de
filosofía de la Universidad de Antioquia y no tardó más de tres semestres en ser uno de los
Pero, a pesar de que en algunas ocasiones se daba a la tarea de ser una de las personas
más odiosas con el conocimiento, la mayor parte del tiempo era enaltecido por su
conocimiento y la humildad que poseía. Eso era, en términos concretos, una de las cuestiones
por las cuales consiguió seguidores y casi le instauran un club de fans dentro de sus
animaban en sus proyectos y le incitaban a ser mejor cada día, hasta que lo fue. Pero, en medio
de la fama de la cual gozaba en aquella institución, cada día se convertía en una persona
diferente. Ser una celebridad no lo hizo más arrogante y soberbio, sino que hizo de él alguien
más humilde y el cambio del cual gozó fue insuperable, pues sus deseos de ser reconocido
fueron cambiando por el servicio a los demás, y pronto fue admitido algo de él: ya no podían
decir que era el mejor ser humano con el cual se hayan encontrado, o el intelectual por
excelencia, sino que decían que cumplía con ambos requisitos y que en un futuro sería
En medio del grupo de personas que fueron concretando su más íntimo equipo, se
encontraba una chica, una dama que lo ponía a temblar cada vez que lo saludaba o le daba un
13 | P á g i n a
abrazo. Para él ella representó el ser más hermoso que pudo haber conocido en su vida pero
no se lo dijo de forma directa. Prefirió tenerla como amiga y verla a menudo que procurar una
novia, una amada a la cual se entregara en diversas noches de pasión, de romance, de armonía
perfecta entre dos cuerpos que se atraían con ardor. De dos desconocidos, se convirtieron en
los mejores amigos que jamás haya podido tenerse noticia. Algunos intentaron comparar su
amistad con la Historia calamitatum de Pedro Abelardo, pero ambos sabían que nada de eso
podría ser cierto. Era una hermosa amistad con pretensiones de ser algo más pero que nunca
desbordó la esfera de la privacidad de los sentimientos de cada uno. Ninguno confesó su amor
al otro, a pesar de morir en sus interiores por decirlo en voz alta, o probar los labios de quien
hasta ese momento solo aparecía como un buen amigo. Pero actuaban conforme a sus
sentimientos: se cuidaban como hermanos, se celaban como un par de esposos, jugaban como
niños, y platicaban como los compañeros más allegados, como si se hubieran conocido toda
la vida. Era tal el conocimiento que tenían el uno del otro que podían predecir cuándo estarían
enfermos, o con qué estado de ánimo se levantarían un día determinado. Crecieron en amor y
en conocimiento de filosofía.
Ella era una dama. No es posible otra definición ni concepto para expresar lo que una
para satisfacer sus instintos más bajos. Ella era la encarnación de la feminidad, pero sin dejarse
apabullar por lo masculino. Estudiaba una carrera que, por tradición, solo ha sido de hombres,
pero sabía poner en su lugar, con las palabras más hermosas, hasta el hombre más machista.
Era, en definitiva, un encanto de mujer. Aquella con la cual todos los varones sueñan, pero
que no puede ser dominada por nadie, pues su corazón y dignidad vale más que el peso de la
14 | P á g i n a
tierra en oro. Provenía de una familia de intelectuales: padres escritores y comerciantes,
abuelos artistas, tíos cantantes. Era hija única y, a pesar de ser consentida en todo por toda la
familia, su humildad era incomparable. Quizá por ello se acercó tanto a Joaquín, pues cuando
dos almas tienen un mismo horizonte y un mismo modelo de vida, se atraen de forma
inevitable. Ganar el amor de esta dama era conquistar el mundo. Y si el interior de su alma
era de esta manera, su exterioridad representaba una figura angelical. Jamás ha habido mujer
más hermosa que Diana, era tan bella que su sola presencia hacía temblar los corazones más
endurecidos.
permanecer solteros, no tener ningún compromiso que no fuera el ser los esclavos de esta.
Allí radicaba la felicidad. Pero cuando intentaban justificar esa idea, ambos sabían que se
engañaban y que una parte de sus corazones gritaba que esto no era cierto. Habían nacido para
morir y revivir en el corazón del otro. La mística del amor que había entre ambos parecía
expresar lo más profundo del amor mutuo. Ambos renacían en el otro puesto que sabían que
sus emociones eran correspondidas por ese otro amado, en un principio tan ajeno, pero luego
tan conocido para ambos que no les permitía la más mínima duda de la fidelidad de su amigo-
hubiera muerto para renacer en el otro y no hubiera encontrado esa correspondencia por el
amor sentido, hubiera muerto para siempre. Cuando se ama de verdad no se busca la felicidad
propia sino la ajena: ese otro lo ha de representar todo y si el amante no siente el amor de su
amado, perderá su vida en pos de otro mortal. Y el amado debe ser condenado a no obtener
nada, ni el más mínimo aprecio de alguien más, pues, ha asesinado al amante que lo dio todo
15 | P á g i n a
Pero en el caso de Juaco con Diana había una correspondencia que los había elevado
por encima de los demás y mientras se perdían el uno en la mirada del otro, parecía que el éter
se apoderara de ellos y los transportara hacia un lugar efímero en el cual no necesitaban más
que sus ojos para sobrevivir a un mundo cambiante. Compartieron muchos intereses, y
Media. Aunque muchas veces por mera distracción leían a otros autores que a ambos les
encantaban: Arthur Schopenhauer, y algunos místicos orientales. Pero lo que más les
apasionaba eran los escritos acerca del ser, la temprana ontología medieval que hablaba acerca
del Ser-Uno súper abundante. Se dieron cuenta que este concepto, dentro de las religiones
teístas, se reemplazaba por el de Dios. Y esto los llevó a tener muchos acercamientos a la
religión organizada y a realizar estudios comparados entre esta idea de Dios y la del Ser-Uno
sin segundo, de la cual hablaron algunos medievales, sobretodo de ese último período que,
para bien o para mal, alguien ha bautizado como escolástica. Todo fue una alegría
incomparable para ambos, y lograban vivir aventuras intelectuales que solo ellos
comprendían. Pero esta felicidad fue suspendida por un breve instante. Cuando ambos
terminaron todas sus materias en la universidad, ocurrió algo inesperado: los padres de
momento a otro su vida se vio derrumbada por el acontecimiento que creyó que nunca llegaría.
«Los padres tendrían que ser eternos. Ningún hijo debería quedarse sin ese apoyo fundamental
que representan los padres, pues yo debo considerar que los míos son los mejores», dijo
envuelto en lágrimas el día del entierro. Por primera vez en su vida se había quedado solo.
Jamás se había hecho del todo responsable por sus actos, pues sabía que sus padres estarían
allí para sacarlo de las más oscuras calamidades a las cuales se podría enfrentar. Y ahora,
16 | P á g i n a
huérfano a los 24 años, sin saber qué hacer con su vida, sin haber aprendido ningún oficio, y
con la única certeza de poder leer en varios idiomas la obra de los doctores de la Iglesia, sabía
que su vida no tendría futuro. « ¿Qué debo hacer el día después de mañana? ¿Cómo conseguiré
los elementos indispensables para mi humana subsistencia? ¿A quién acudiré ahora, en los
interrogante parecía escupir mierda y un escalofrío recorría su espalda. Fue acogido por la
familia de Diana, quienes conmovidos por el estado lamentable de Joaquín decidieron echarle
una mano y llevarlo hasta dónde pudieran o hasta dónde él lo permitiera: que aprendiera un
oficio, que se enfrentara al mundo y tuviera un trabajo como los demás humanos mortales y
Vivía más en las nubes que en la tierra y ahora que se había visto enfrentado al
realismo trágico de la existencia intentó lo inevitable: al tercer día de estadía en casa de Diana,
y ante la desolación de no encontrar respuesta a su nuevo sentimiento en los libros que tanto
como un cadáver, como un hombre sin nombre atrapado por una consciencia desesperada y
un corazón herido.
El impacto por la imagen fue más grande que el amor de Diana por su amado. Cuando
lo vio allí arrojado en el suelo, pues fue ella la primera en verlo como inmerso en un exilio
prohibido, torturado por seres de otro mundo que reclamaban su existencia como el pago por
el amor que sintió por sus padres, se desmayó. Cayó al suelo como una avalancha, y más que
eso, como el volcán Nevado del Ruiz en plena actividad, arrasando con él decenas de hectáreas
17 | P á g i n a
llevó a un lugar distante, uno donde nadie había llegado. En su revelación pronosticó la muerte
para muchas personas. Se vio a sí misma caminando por calles que le eran conocidas aunque
no pudo identificar cuáles eran. Pensó en un déjà-vu, pero no estuvo segura. Se dio cuenta
que no caminaba sino que levitaba. No se asustó por ello sino por el hecho de haber visto estas
calles llenas de muertos. Los cadáveres arrojados en todas partes, como si una gran desolación
hubiera acabado con la vida de todas las personas que habitaban aquellos lares. Muchos de
arrojados en esos lugares esperando ser reclamados por alguien. Muchos ya estaban hinchados
y otros eran verdes o tenía moho. Se acercó a uno que todavía no tomaba el mismo color de
los demás aunque ya tenía una apariencia de otro mundo, y se dio cuenta que estaba tibio.
Continuó con su recorrido y en ese, sin saber cómo, entró en su casa de nuevo y se
encontró con su eterno amor. Pero este, a diferencia de todos los demás, estaba sano por
completo. Lo vio más hermoso que nunca, y sus labios se tornaron provocativos. Intentó
besarlo pero él la rechazó. «Ya te he dicho que mientras estés enferma no podrás besarme»,
le dijo él con dulzura y no pudo hacer otra cosa que abrazarla. Mientras él fue a traerle algo
de beber, ella se vio en el espejo y tenía el mismo aspecto que los demás cadáveres que recién
había visto en la calle. Al verse de esa forma, despertó. Estaba en una camilla de urgencias
del hospital del pueblo X. « ¿Qué ha pasado?», preguntó ella. «No te preocupes princesa,
Dos días pasó en ese centro hospitalario y Joaquín pasó unos diez días. Casi logra su
objetivo al intentar suicidarse. Había llegado con muy pocos signos vitales. «Si hubieran
18 | P á g i n a
pasado dos minutos más, hubiera muerto, eso es seguro», había afirmado el médico. La
recuperación de sus heridas fue rápida comparada con las heridas de su alma, las cuales, nunca
pudo superar del todo. Aunque en alguno de sus diarios escribió que si no hubiera tenido a la
chica a su lado, no hubiera contado el cuento. Muchas cosas pasaron en esos meses. Joaquín
vendió la casa de sus padres y la mayoría del dinero la donó a una fundación que luchaba por
el bienestar de los niños con cáncer. «Eso es lo que hubieran querido ellos», afirmó el día en
que lo hizo.
Y sucedió aquello que es inevitable cuando dos se aman. Una noche en navidad, dos
meses después de haber recibido su título de la universidad, el cual, según él, no le servía para
nada pues el conocimiento ya lo llevaba en la cabeza, dejaron expresar sus sentimientos y, por
primera vez en sus vidas, practicaron el acto carnal, dejando que sus impulsos más bajos
hablaran por ellos aquellas cosas que por las palabras se habían negado. Existen ciertos actos
que hablan mejor que cualquier lengua. Y eso lo comprobó Joaquín aquel día. Cuando se ama
19 | P á g i n a
1.2. El consumo de la relación: un hijo no esperado.
Caídos en la tentación de la carne, los amantes encontraron el placer sexual como una
pasión. Todas aquellas defensas y discusiones acerca del celibato para el filósofo cayeron en
el olvido. Cambiaron la pluma con la que escribían el autoexamen al anochecer por un condón.
Y los días en los cuales los instintos más bajos les ganaban por su ligereza y les incitaba a no
demorar en romances o preparaciones previas del acto, el uso del preservativo quedó relegado
a un lado y lo cometían al natural, como lo pudieron haber hecho aquellas antiguas parejas de
cínicos en las plazas públicas de la antigua Grecia. « ¿Y qué más da? Solo hasta ahora puedo
reconocer el inmenso amor que ha nacido en mí por ti durante estos años y ahora no puedo
dejar de cometer actos de lujuria contigo. Nadie más tiene un lugar para mi corazón que no
seas tú mi valioso amor. ¡Cuánto tiempo he perdido en negar lo que por naturaleza he estado
destinado a cumplir! Te amaré para toda la eternidad. ¡Tú eres mi reina, mi cielo, mi querido
amor! ¡Oh Diana, jamás podré amar a alguien que no seas tú y no sabes cuánto agradezco que
hayas aparecido en mi vida! ¡Si has de marcharte, llévate mi corazón contigo, pues no
soportaré la separación de tu regazo!», esto y otras cosas le decía Juaco a ella, en medio del
No volvieron a ser los mismos. Ahora se habían convertido en una sola carne.
Dedicaron sus esfuerzos a construir un nuevo sistema filosófico entre ambos. Para ellos, esto
cambiaría el destino de la humanidad y les llevaría hasta la cumbre más alta que hubiera
alcanzado cualquier hombre en la historia. Sin embargo, el destino les traería una fortuna
distinta representada en un nuevo ser. Cuando dos que han defendido el celibato comienzan
20 | P á g i n a
a jugar con el fuego ardiente de la pasión y el deseo sexual, pueden caer en la naturaleza de
alcanzar diferentes puntos de la fertilidad. Claro está que esta no es la única manera de ver la
sexualidad, solo que esto ha sido lo que la tradición ha aceptado y mostrado a la sociedad,
bien sea por un prejuicio religioso, un conservadurismo absurdo o, porque nuestra mente se
encuentre cerrada a nuevas formas de interpretación del mundo y nos quedemos atados a un
narcicismo descarado en el cual nuestra opinión sea la única verdad aplicable al género
humano, o simplemente porque hemos visto que eso es lo «natural» desde una edad tan
temprana y no aceptamos algo diferente. Pero todos los seres humanos portamos en nuestro
interior una partícula de amor tan pequeña, pero que puede movernos a grandes acciones en
nombre del amado, que bien podríamos enamorarnos de alguien de nuestro propio sexo o de
uno ajeno a nosotros. Esto se debe a que no amamos el sexo propiamente dicho, sino que
reduce solo a esto está ciego y pretende confundir el amor con las pasiones más bajas del
hombre. Sexo y amor jamás serán lo mismo. El primero puede ser practicado para la
satisfacción de una eventualidad carnal e incluso puede ser satisfecha por una relación de uno
consigo mismo, puede ser saciado con algún desconocido en un momento de lujuria una noche
de copas, o puede ser construido en la intimidad con aquella persona que significa para
nosotros un complemento, o un ser en el cual completamos nuestro más sagrado ser interior.
El sexo es una satisfacción de una pasión animal que tenemos todos los hombres sin excepción
alguna. Desde el sádico más desconocido, hasta el santo más aclamado portan en sí la
21 | P á g i n a
expresión y el deseo de la sexualidad. Lo curioso del asunto es que el primero intenta
explotarla a toda costa y el segundo ha logrado llevarla o practicarla de una manera moderada
y justa o, en definitiva, ha intentado anularla para darle a su espíritu un elevamiento más allá
un deseo de muchos. Se presenta de una manera tan intensa que desborda a quien lo posee y
dentro de ella jugaron a la unión de sus cuerpos materiales. Su intimidad era tímida y
descarada al mismo tiempo. Jamás vieron esta práctica como una necesidad o como la mera
satisfacción de sus instintos animales sino como el momento ínfimo de su amor, como la
consagración de todo lo que habían vivido juntos, y todo lo que les restaría de vida, pues, en
sus mentes no concebían sus existencias alejados del otro. Jugaron al incursionar en la
sexualidad durante las noches y no proyectaron las consecuencias de sus actos. En ciertas
intimidad y timidez, dos de sus semillas se unificaron para permitir que la naturaleza
continuara con sus fines y propagara una nueva criatura para esta tierra carcomida por la
corrupción, la hipocresía y la indiferencia. Como fruto de su amor más íntimo, Diana quedó
en embarazo. La noticia causó en ellos una conmoción más profunda que el intento de suicidio
de Joaquín.
22 | P á g i n a
Como en toda pareja que ha decidido establecer un proyecto de vida juntos, en dónde
humanidad, y que, en el fondo del corazón quisieron practicar el sexo pero sin querer tener
hijos, y preciso pasa lo inevitable de jugar a las prácticas sexuales sin protección, negaron el
asunto una y otra vez. Consultaron varios médicos, varias pruebas, diversas maneras de
comprender que todo era un malentendido o una broma de alguien externo a ellos pero todos
estos procedimientos solo comprobaban la certeza del evento. Lloraron como nunca lo habían
hecho en sus vidas. «Hasta aquí llegamos Juaco con todo... se acabó... ya no hay vida después
de esto... ¿qué estamos pagando?... ¿en qué nos hemos equivocado?... ¡Oh Dios, que has
permitido unirnos en la más grandiosa historia de amor, permite que esto sea solo una
pesadilla!... ¿qué haremos Juaco?... vamos a ser padres en vez de filósofos...», decía ella
llorando y revolcándose en la cama que tantas faenas había registrado. Mientras tanto él estaba
pálido en un rincón de la habitación, con sus manos en la cabeza y escupiendo mierda por no
Y no había más solución en esto, según ellos, que la vida o la muerte de la criatura que
ahora crecía en el hermoso vientre de la madre. «Si queremos continuar con nuestra existencia
como la hemos planeado, el bebé tiene que morir lo más pronto posible», dijo Joaquín
tembloroso. Pero la sola idea desató en el rostro de Diana una agonía. También pensó lo
mismo que su amado pero no se había dignado en decirlo en voz alta. Pero se dio cuenta que
todas aquellas teorías morales que habían leído y defendido hasta ahora se habían destruido
con sus pensamientos. «Tomar una decisión que pueda establecerse como un referente moral
para la posteridad, de tal manera que cualquier persona que se encuentre en una situación
23 | P á g i n a
similar pueda tomar el mismo camino sin arrepentimiento», dijo ella luego de un largo
silencio.
«Vida o muerte», decían ambos, mientras sentían que sus fuerzas se marchaban.
Cayeron al suelo y durante mucho tiempo permanecieron en silencio. Los padres de Diana no
estarían durante tres días en la ciudad, pues se encontraban cerrando algunos negocios fuera
de ella. Tendrían el tiempo necesario para asistir a una clínica clandestina y practicar el asunto
y que nadie se diera cuenta. Pero, en medio de sus cavilaciones, se preguntaban si en verdad
podrían declararse jueces de una criatura que ni se había formado todavía y que era producto
La posibilidad real del hecho los asustó y les obligó a recordar la historia de los dos
últimos asesinatos que hubo en el pueblo X y la profecía que corría las calles debido a estos.
Ninguno de los dos había nacido cuando sucedieron los hechos que a continuación se relatan,
pero la historia era bien conocida por todos los habitantes de aquel lugar, pues causó un
revuelo tan profundo que nadie quiere que algo como eso vuelva a repetirse. Sebastián
Monsalve Aguirre fue el origen de aquella tragedia y hoy su nombre produce escalofríos en
la mente de todos los pequeños que son amenazados con la venganza de esa persona si no
hacen las tareas o si no se portan bien en la iglesia. Su historia se remonta algunos años atrás,
unos cincuenta antes del nacimiento de ambos [el cual se produjo el mismo día]. Cuando
Joaquín comenzó a estudiar filosofía y se convirtió en alguien tan cercano de Diana, las
personas no hicieron más que temer que algo como lo sucedido hacía tantos años, pues
24 | P á g i n a
Sebastián era uno de los chicos más queridos en ese tiempo. No había nadie que no lo
conociera y que no apreciara a tan insigne representante del pueblo X. Era hermoso como
nadie: ojos azules, cabello rubio, labios rojos, su cuerpo fortalecido por el ejercicio que a
diario realizaba: todo ello hacía de él la persona más deseable de aquél humilde pueblo. Su
inteligencia que sobresalía por encima de todos. Las mujeres enloquecían por él en secreto y
algunos hombres le hicieron algunas propuestas serias para llevarlo a la cama. Pero él quiso
universidad y enloqueció a muchas nenas cuando lo hizo. Su escritura era envidiable y muchas
damas se rendían a sus pies intentando conseguir, por lo menos, un beso de él. Pero fue una
chica la que lo sedujo. Una dama que le igualaba en belleza y talento. Andrea Lotero era su
nombre. Se volvieron amigos tan inseparables que ya todos pensaban en que se volverían
esposos en algún momento y que serían felices para siempre como en todos los cuentos de
Comenzaron a defender el celibato como manera de vida, pero luego de algún tiempo,
sostuvieron relaciones sexuales, lo cual les unió más como pareja. Para nadie fue un secreto
este asunto y nadie se oponía a ello, pues era un amorío tan puro y encantador que a todos
inspiraba ternura. Pasó algún tiempo y Andrea quedó en embarazo. Pero nadie se había dado
cuenta de ello. Fue un secreto entre ellos dos y decidieron hacer algo para que nadie se enterara
del asunto: cuando ella comenzó a engordar, por la acción propia de su estado, se escaparon
del pueblo asegurando que irían a la ciudad a comprar algunos libros que necesitaban pero
solo fue una coartada para realizar un aborto. El procedimiento fue un desastre. Se llevaron la
vida del bebé y con él casi se llevan a la madre. La noche en la cual se realizó ese asunto,
25 | P á g i n a
violaron a Andrea. La habían llevado a la sala donde le extraerían el cuerpo sin vida del feto,
pero antes de ello, siendo ella consciente de lo que pasaba pero sin las fuerzas necesarias para
defenderse, fue violada por el supuesto médico y otros cuatro asistentes de este.
Cuando todo estuvo consumado, y Andrea pudo ver a Sebastián, casi moribunda le
contó lo sucedido. Él se marchó a hacer el reclamo y he ahí que comenzó la tortura para
ambos. A él le propinaron varias puñaladas para silenciarlo y los arrojaron lejos del lugar, en
un lote vacío y abandonado desde hacía mucho tiempo. Casi mueren en el lugar. Pero una
persona ajena a ellos, un hombre que durante algún tiempo estuvo enamorado de Sebastián y
que pertenecía a un pasado oscuro de este, pues entre ambos hubo algo más allá de una
amistad, pasó por el lugar y vio a quien representó en algún momento el amor de su vida,
arrojado en tal inhóspito lugar y decidió ayudarlo, a pesar de que su corazón estaba lastimado
por todo el daño que su amor le había causado. Como pudo los llevó a un hospital y luego de
una temporada pudieron salir de allí recuperados. Al llegar al pueblo se dieron cuenta que
todos pensaron que habían muerto y los lloraron, pues durante mucho tiempo no habían sabido
nada de ellos. Intentaron justificar su ausencia con incontables excusas, las cuales nadie creyó
pero les permitieron el ingreso a sus vidas como si nada hubiera sucedido. Pero la huella de
la desconfianza se había apoderado de muchos. Como en casi todos los pueblos de Antioquia,
Los encararon para que pudieran defender o justificar el hecho pero ellos fueron
incapaces de hacerlo. En ese momento, Maryori Julieth García Correa, la pitonisa que vivía
desde hace más de cien años en aquellos lares, los maldijo. «Habéis quitado la vida a un
26 | P á g i n a
inocente, decía con un tabaco en su mano y la mirada de una bruja, estaréis malditos. Que el
oprobio por lo que habéis realizado caiga sobre vosotros y todos los que en el futuro tengan
una vida como la vuestra». Ellos intentaron hacer todo lo que estaba en sus manos para pagar
su culpa y borrar su remordimiento y salvarse de esa maldición, pero todos sus esfuerzos
fueron en vano. No importaba lo que hicieran ni a dónde salieran, todos los señalaban como
Vivían más encerrados que libres y cada vez que salían, procuraban estar disfrazados. Pero
las cosas no terminaron allí. Los habitantes del pueblo tomaron vías de hecho contra ellos y,
una noche cualquiera entraron al hogar, los violaron a ambos y quemaron la casa mientras
ellos continuaban con vida. Nadie supo lo de la violación: fue un secreto que perduró por
muchos años hasta que el último de los que perpetraron el acto lo confesó. Pero en ese instante,
Varios años más tarde sucedió una historia similar. Y todos pensaron que era por culpa
del primer hecho. De nuevo involucraba a dos estudiantes de filosofía bajo las mismas
circunstancias de la anterior pareja. Solo que esta permitió nacer al niño. Todos pensaban que
con ese hecho se calmaría todo, pero no fue así. El hombre, muy a su pesar, consiguió un
puesto de trabajo en la única librería del lugar, extinta ya por el miedo a que se repitiera la
profecía, y comenzó a conseguir libros y dinero para el bienestar de su hijo. Todos pensaron
que un buen padre como ese no sería digno de ser víctima de lo que había dicho la pitonisa.
Pero su destino ya estaba marcado con antelación. Su esposa, asegurando que se aburría en el
hogar, comenzó a tener relaciones sexuales con dos vecinos suyos, uno de los cuales era primo
de su esposo. Fornicaron todo lo que quisieron hasta que ella se cansó. Ellos comenzaron a
27 | P á g i n a
llamado Dany y se encargarían de presentarla en el pueblo como la ramera que era. Ella no
quiso esto y durante algún tiempo siguió teniendo estas prácticas, asegurando que tras cada
una se sentía más sucia. Ella decía que su esposo no se merecía tenerla, pues era tan bueno
con ella que seguro le perdonaría esto y mucho más. Pero temía por la vida de su hijo.
sus dos captores. A ellos no les gustó el asunto y la empalaron. Al niño, de tan solo cinco
años, lo violaron y lo arrojaron en una guarida que el pequeño había construido en los
momentos en los cuales su madre tenía sexo. Pues él, inocente de lo que ocurría a su alrededor,
jugaba al explorador cada vez que su madre hacía eso. Este hecho provocó la desgracia para
el hombre quien intentó tomar venganza por lo sucedido al conocer el relato de su esposa,
pero lo único que le pasó fue que su primo y su vecino incendiaron su casa mientras él dormía.
Por una gracia divina no murió, pero sus heridas ocuparon el ochenta por ciento de su cuerpo
y para siempre tuvo que andar con una máscara. El pueblo intentó capturar a los responsables
del hecho, pero ambos fueron encarcelados en el exterior a causa de sus relaciones con el
mando del proletariado, pero, a pesar de los deseos de los habitantes por cortar de una vez y
para siempre con esa profecía-maldición de la pitonisa, no tuvo ningún resultado. Al final el
pasado erróneo. «Vivir o morir» habían dicho. Y también aseguraban que no debían
convertirse en jueces de nadie en ese asunto, pero ahora que recordaban esos sucesos, serían
28 | P á g i n a
ellos la encarnación de esa profecía. Sus vidas se habían desarrollado en circunstancias
similares a ese pasado que hasta ahora habían tenido por una simple especulación, pero que
ahora tendrían que vivir en carne propia. Ahora menos que sabían qué hacer. Pensando en lo
que harían, cayeron en un profundo sueño. Más de catorce horas más tarde se levantaron.
Primero lo hizo ella, quien empezó a gemir. Joaquín se levantó pensando que todo había sido
una pesadilla, que no había embarazado a su novia, confidente y mejor amiga. Pero no fue
así. Todo estaba allí tal como se dejó y una fuerza oprimía su pecho. No hablaron más del
asunto hasta la llegada de los padres de Diana. Estos se enojaron y pusieron el grito en el
cielo. Quisieron expulsar a Joaquín de la casa, pero no lo hicieron puesto que debía responder
por la vida de ese nuevo ser. Para ellos esa era la solución. La vida debía prevalecer por encima
de cualquier capricho. Pero todos sintieron miedo por la profecía. Se fueron a hablar con la
pitonisa y lo único que ella les dijo fue «las palabras dichas no se deshacen; lo que tenga que
«Sea como sea, dijo el padre de Diana, esa criatura debe ver la luz del sol y ojalá
nuestras preocupaciones sean solo supersticiones». Pasó algún tiempo y Joaquín vio con
preocupación que su dinero comenzaba a entrar en líneas rojas y que, por muchas razones,
debía conseguir un trabajo que le permitiera obtener ciertos recursos para aumentar su capital
y asegurar algunas cosas para el futuro de su hijo. Con los recursos que tenía y un préstamo
de su suegro, pudo montar un taller de bicicletas. Esta había sido su segunda pasión por fuera
de la filosofía y ahora que tenía algunos conocimientos prácticos acerca de ello, debía
aprovecharlos para conseguir dinero. Y más aún, le sería mucho más fácil por el hecho de que
en ese pueblo todos utilizaban la bicicleta como medio de transporte. Esto le daba la ventaja
29 | P á g i n a
de tener muchos clientes. A los pocos meses de haberse instalado en uno de los puntos más
centrales del pueblo, su negocio prosperó, pero sus demás sueños y la relación con Diana
empezaron a decaer.
Sus charlas acerca de la historicidad del concepto de Dios, del Ser o del Ente, se
transformaron en cuál sería la mejor forma de invertir el dinero que ahorraban para la
educación del niño, en cómo sería la cuna en que dormiría o en cuál escuela debería estar
debía utilizar el pequeño que aún no nacía, si debían bautizarlo Esteban o Agustín si sería
hombre; o Elizabeth o Céfora si fuese una dama. Sus ideas de construir un sistema filosófico
que hiciera una defensa del amor sexual y que hablara, al tiempo, del ser de Dios sin caer en
fanatismos religiosos como algo súper-abundante, comenzaban a caer en el olvido. Diana era
una persona más sensible cada día y Joaquín perdía la paciencia muy fácil. Discutían mucho
y no volvieron a hacer el amor. Sus pieles en vez de atraerse como antes, se alejaban una de
otra y no sabían por qué. De un momento a otro sus vidas se vieron colmadas por la amargura
de tener que vivir una existencia que no se ha pedido gracias a las malas decisiones tomadas
Pasaron algunos meses más y la luz al final del túnel pareció abrir un poco más de
esperanza en el corazón de ambos. Los días previos a la labor de parto fueron sorprendentes,
pues la alegría y el cariño volvieron a brotar en la relación de ambos. «Tal vez desviamos
nuestros sentimientos y no pensamos en lo que vale la pena: el bebé», dijo ella en algún
momento. «Soy víctima de mi fortuna. Mis decisiones me han llevado a esto... el hombre
30 | P á g i n a
siempre debe tener lo que merece y lo mío ha sido el renunciar hasta a mi consciencia para
tener mayores posibilidades de que mi hijo, el único que pienso tener, no cometa los mismos
errores que yo y pueda tener sus privilegios y termine aquellas cosas en las cuales no he podido
triunfar», dijo Joaquín con una mezcla de amargura y nostalgia. Ahora se dieron cuenta de
que ambos, en medio de todo, seguían pensando de la misma manera y que solo procuraban
el bienestar del hijo que nacería pronto. Se prometieron amor eterno, y se besaron. Este beso
fue igual que el primero que se dieron hacía tanto tiempo. Estuvo lleno de timidez y se rieron
por ello: conocían a la perfección el cuerpo del otro, pero sentían pena por probar los labios
Se dieron cuenta de que el amor no se limita al deseo sexual, pues ellos, sin haber visto
el rostro del niño que estaba a punto de nacer, lo habían amado y sabían que pese a las
adversidades, harían todo lo posible por sacarlo adelante, eliminar de él cualquier resto de la
profecía que tenían en su contra y proveerlo de todas las herramientas necesarias para que
terminara el sistema filosófico que ellos no habían podido terminar. «Amar es más que
contemplar a otra persona. Es sentir cómo se retuercen las entrañas cuando sabes que ese otro,
ajeno a ti, existe y que permanecerá en tu vida, por lo menos el tiempo que dura el
avistamiento de una estrella fugaz», dijo Diana, mientras acariciaba las mejillas de Joaquín y
sentía cómo esa mirada de niño honesto y dependiente de sus emociones, jamás la abandonaría
ni le sería infiel. «Eres el mejor de los hombres», le dijo. «Tú eres la mejor de las damas»,
replicó. Tan solo hasta el final del embarazo recordaron su felicidad, e intentaron construir un
nuevo proyecto de vida que los vinculara a los tres. «Las palabras de una vieja drogadicta no
quebrantarán nuestro amor. Por eso somos invencibles, y resurgirá cuando tengamos al bebé
31 | P á g i n a
en brazos», afirmaban, mientras la mística del amor que los había abandonado por un breve
El nacimiento de Agustín consolidó de nuevo esa relación que se veía perdida. Cuando
los tres estuvieron juntos, el regocijo interior que les poseyó solo lo han sentido los místicos
en su unión con Dios. Fueron más que felices. La plenitud se apoderó de ellos y levitaron,
pues sus espíritus se elevaron a un mundo inalcanzable para la materia y desde allí, lograron
alcanzar la unión de los tres seres en uno solo que permanecería en el tiempo, sin importar el
relación con el mundo. Su espíritu se había transformado en algo que él había considerado
como ajeno en algún punto de su existencia, pero que ahora se manifestaba en su presente de
una forma tan vivida que las palabras no pueden expresar la plenitud que alcanzó en su
interior. En ese punto, me dijo alguna vez, no se quería cambiar por nadie, pues todo lo tenía,
a pesar de haber abandonado sus viejos principios de no tener hijos salvo la filosofía, la cual,
se había convertido ahora en su bastarda, en su hija desprestigiada. Ella ocupaba ahora el lugar
difamado que un día ocupó Ismael, hijo de Abraham con su esclava Agar y que no podía ser
aceptada por no pertenecer a la promesa que este hombre hizo con un Dios sin nombre. La
cuestiones que jamás podré comprender de él. Pues a pesar de haber pasado su vida ocupada
en cosas que poco o nada tenían que ver con ella, su manejo de la filosofía se extendía más
allá de los límites de mi entendimiento. El mundo ahora prefiere las cosas prácticas, la
32 | P á g i n a
espíritu. Y a pesar de que mi maestro Joaquín se dedicó a uno de estos oficios, como lo es el
33 | P á g i n a
1.3. Los primeros años de la familia.
Agustín llegó a este hogar sin ser llamado ni esperado. Y su arribo produjo
felicidad. Y así llegan las cosas más importantes para toda persona: sin previo aviso, como
que jamás serán resueltos. ¡Que tormento es ver cambiar el plan de vida, el cual creemos
resuelto de una vez y para siempre, pero que ante la primera contingencia, nos destruye,
provocando en nuestro más sagrado ser interior los peores suplicios jamás conocidos! Y
preciso por ello crecemos como personas: nos damos cuenta de que no somos eternos y que
la verdad solo depende de las circunstancias a las cuales se adscribe, o que esta jamás ha
existido. Pero dentro de la mente de este filósofo antioqueño apodado Juaco, no había manera
universal no podía caer ante lo relativo, ni el hombre ante las circunstancias que se le presenten
como trágicas. Para él, Agustín debería ser formado en una escuela de estudios humanísticos
para dedicar su existencia a la filosofía. Para la madre esto no podía ser posible, pues prefería
abandonar al padre antes de tener otro filósofo frustrado en el hogar. «Yo no estoy frustrado,
decía él muy seguro de sí, solo he postergado algunos años la culminación de mi sistema de
pensamiento. Pero en mi hijo se ratificará la idea del hombre universal y no habrá manera de
fracasar en esto».
Ella se preguntaba si en verdad pensar en todas aquellas cuestiones acerca de «lo sido»,
«el ente», «la Voluntad», y demás asuntos inestables de un saber indefinible, en dónde todo
es discutible y problemático, podría ser un buen lugar para formar a un niño. A ambos adultos,
34 | P á g i n a
todos los pensamientos relativos a estos asuntos les habían causado diferentes tormentos y
miserias interiores. Habían cambiado tanto gracias al estudio de estas teorías, al conocimiento
de las diferentes ramas de la filosofía que ahora se desconocían: habían comenzado en una
teoría política y su interés fue el fundamentar la idea de un Estado Perfecto, para terminar
diferencia en sus vidas desde el día en el cual ingresaron a la universidad hasta el día en el
cual salieron de allí había sido inmenso. Para ellos fue verdad que la educación, y sobre todo
la humanística, les había llevado a nuevos estadios en sus maneras de pensar, de actuar, de
interactuar con el entorno, pero todo ello les había provocado tantas heridas interiores que
nunca se podían conformar con nada de lo que estaba a su alrededor. Siempre había algo
nuevo por aprender, un paisaje nuevo para disfrutar, un buen libro para leer. Pero tal vez ese
no sería el lugar apropiado para Agustín. Tendría que ser él mismo quien decidiera qué sería
Joaquín había iniciado su vida en la filosofía de una manera prematura, ¿qué necesidad
habría de lanzar a un pequeño con varios días de nacido a ese lugar informe y doloroso de la
manera más abusiva posible? ¿Acaso no sería ello ahogarlo con las miserias de la humanidad
de los mayores problemas que tenía Joaquín era que procuraba controlarlo todo desde un
escritorio. Por desgracia, los pobres no pueden dominar el mundo desde sus individualidades
sino que deben salir a conquistarlo a las calles, mostrar su verdadero poder como colectividad,
como un pueblo unido y combativo. Pero aquí las cosas parecían ser diferentes. Había una
35 | P á g i n a
Mientras arreglaba las bicicletas que a diario le llevaban a reparar, pensaba en cuál sería
el mejor modo de educar a su hijo. Y sabía que debía enfrentarse a un montón de adversidades
si quería ver que su hijo lograra algo con su existencia. «No será fácil, pero valdrá la pena», se
decía a cada instante. Por su mentalidad de progresista, de un pequeño taller ahora sacaba un
gran almacén de bicicletas. Cada día que pasaba se apoderaba más del negocio en ese pueblo,
y de trabajar solo con un ayudante, pasó a tener cerca de 15 trabajadores en los primeros meses
de vida de Agustín. «Si continúo de esta manera, podré pagarle la mejor educación al niño», se
decía orgulloso.
Pero más allá de los pensamientos y preguntas acerca de la formación del niño, los
cambios a los cuales eran sometidos como pareja se notaban a cada instante. « ¿Qué haremos
de ahora en adelante?», preguntó ella escupiendo desesperación por sus ojos. Aunque hasta
ahora se habían dedicado a la alegría por un nuevo miembro en el hogar, se habían olvidado
de algo importante para la crianza del mismo: no existe un manual que diga, paso a paso,
cómo convertirse en un buen padre. Esta actividad, en cierto modo, debe implicar un ideal
claro de formación y un horizonte al cual se puedan arrojar en todos sus esfuerzos para lograr
que esa misma alegría invada el nuevo ser y que les permita llegar a la plenitud de espíritu en
desilusiones y contingencias para las cuales, hasta ahora, no creían estar preparados.
Para ellos, amantes y conocedores de los libros filosóficos, existían algunos libros de
autoayuda, que por lo demás brillaban por su estupidez, cinismo y poca riguridad, pero nada
les aportaría para que el pequeño que ahora tenían entre manos no falleciera en su intento por
formarlo. La gente, en muchas ocasiones de la vida, desea que alguien más se compadezca de
36 | P á g i n a
ellos y les diga que su miserable existencia es la peor de todas y que en un futuro todo estará
mejor. ¡Con cuánta hipocresía vivimos en nuestros tiempos! ¿Acaso por tener un problema
seremos merecedores de la atención del mundo y todo lo demás se tendrá que postrar ante
nosotros para ser reconocidos como seres miserables y sedientos de la compasión ajena? Pues
tan solo el dolor de la existencia nos permite aprender en verdad lo que se necesita para estar
en un mundo como el nuestro y quien no sufre está condenado a salir de la esfera de las
relaciones sociales por no tener los suficientes elementos para vivir en una sociedad
determinada.
Si el niño falleciera, a parte del dolor natural de los padres por la pérdida de un hijo
solo era la mentalidad de las personas ignorantes. Muchos solo pensarían en la ratificación de
las palabras dichas por la pitonisa. «Por desgracia vivimos en un mundo que le importa más
problemáticas filosóficas que desde antaño están presentes en medio de la sociedad», decía
ella al ver que su amado era incapaz de responder sus interrogantes por el devenir de la
-- Solo sé que el devenir es incierto y oscuro y que sobrepasa todas mis facultades
intelectuales. Por desgracia no tengo un guion aprobado por mí mismo para seguir luchando
por nuestros sueños y contribuir con las necesidades de Agustín, nuestro hijo. Por desgracia
parece que la vida quiere mostrarme que no puedo controlar nada de lo que me sucede y, a
cambio de ello, cuando estoy logrando algo sucede alguna contingencia. Pero dame unos días
y te entregaré un plan perfecto para salvar nuestro matrimonio, para que no caiga en la
37 | P á g i n a
monotonía que tanto te preocupa y tanto me agrada. Por el momento me temo que debemos
improvisar, al menos hasta que sepa qué debo hacer con todo esto, decía él envuelto en una
No quería verla a los ojos. No era capaz de volver a posar su existencia sobre aquella
mirada y saber que, sin importar lo que dijera, todo estaba mal, porque su vida había dado un
giro radical y el estricto plan que construyó para escribir su sistema filosófico a los 30 años
se había convertido en un sueño frustrado. Hubiera sido mejor que hubiera respondido con
sinceridad a los interrogantes de ella y decirle que no quería ser padre sino filósofo. Pero no
podría fallarle al amor de su vida ni al fruto de ese amor por ella. No entendía cómo había
llegado hasta ese lugar, pero la mejor decisión había sido el tener al hijo que nunca planeó.
Ya no se debatía entre la vida y la muerte del pequeño como hace algunos meses, sino en su
propia vida: sacrificarse para el triunfo de quien por primera vez veía la luz del mundo.
-- Pero recuerda –dijo ella con dulzura en alguna ocasión- que la cuestión no es ahora
tener un plan para continuar adelante, sino el de estar juntos para seguir ese camino. Y luego
de estas palabras, hubo un silencio aterrador entre ambos. Lo incierto siempre siembra el
miedo en el corazón de las personas. Cuando el enemigo se conoce se puede defender de este.
no se puede ver, ¿cómo se puede garantizar la supervivencia? El mundo cae ante los pies de
quien, apoyado solo en la incertidumbre de su existencia, es capaz de triunfar sin hacer añicos
a los demás. Vivir según las leyes de la honestidad y la justicia en un mundo oscuro y
tenebroso puede arrojar problemas a quien, de algún modo, pretende cambiar el destino
trágico de la humanidad.
38 | P á g i n a
Pero si veían al pequeño, a Agustín, sus ojos expresaban una cierta plenitud y su
corazón parecía latir al mismo tiempo que el de su madre. Ambos sentían algo especial por él
pero no podían definirlo. Era algo pleno y temerario al mismo tiempo. Vieron en él la figura
de lo más frágil que habían encontrado en la vida y debían hacer todo lo posible por
fortalecerlo, por impedir que falleciera antes de tiempo a causa de sus malas andanzas o sus
pocos conocimientos acerca del oficio de la paternidad. Ante todo, el pequeño ahora
dependiente de la voluntad de sus padres, debía vivir lo suficiente como para darse cuenta del
estado complejo de la humanidad, el cual, según Diana y Joaquín, estaba cubierto por la
corrupción y la maldad de una sociedad que bien sabía lo que quería para ellos.
Decidieron ponerle ese nombre porque en un momento de sus vidas ambos tuvieron
algo en común y fue el estudio de la vida de Agustín de Hipona, uno de sus autores favoritos
de la Edad Media y que luego se dieron cuenta de que se había convertido en uno de los santos
autor, jamás se hubieran compenetrado tanto como lo habían hecho. Pues, en cierto modo,
en el camino y haber fortalecido tanto su amistad hasta convertirla en un amor que se grabaría
para la posteridad.
Ahora, inmersos en la solemnidad de no saber qué hacer en esa nueva etapa de sus
vidas, quisieron que el fruto de su amor carnal, tuviera el mismo nombre de su amor teórico.
Desconocían si su hijo se pudiera convertir en un filósofo como aquél que los había unido,
pero debían intentar que sobresaliera en sus estudios y que su entendimiento estuviera
fortalecido para los retos que la sociedad actual le impondrían desde diversas esferas. «Viendo
39 | P á g i n a
las cosas bien, dijo Joaquín, podemos convertirlo en la encarnación del hombre universal».
«No vamos a convertirlo en un experimento amor, de eso ya hemos hablado, decía ella».
En definitiva, la única conclusión a la cual pudieron llegar es que algo debían hacer
para que la vida en pareja no se quedara solo en la esclavitud hacia Agustín sino que fueran
creciendo todos como personas. Debían «salvar el matrimonio», según lo habían mencionado.
El problema para ellos era el cómo lo hacían. Para ambos, debía respetarse la libertad de
movilidad de cada uno, y ambos tendrían que comenzar a rehacer sus vidas: podrían salir,
tener sus amistades y que los celos o la interferencia del otro no impidiera el desarrollo de la
personalidad de cada cual. Para ellos, la solución fue «amarse en su plena libertad, saber que
el otro es una persona independiente y que no se debían ver como una figura de autoridad a
la que se debe solicitar permiso para hacer cualquier cosa, sino que cada uno podía tomar las
riendas de su vida, solo que, las decisiones importantes y las que contuvieran alguna
consecuencia importante para la relación o para el niño, la tendrían que tomar juntos». De este
modo podrían evitar aquellas cuestiones que tanto habían criticado de la vida en pareja de
algunos otros de sus amigos. A ambos les pareció perfecta la idea y decidieron aplicarla para
sus vidas.
Pero, en definitiva, ese hacerse consciente de que el otro es una persona libre de elegir es evitar
el estar juntos por necesidad. Cuando dos que se aman de verdad saben que nunca elegirán a
otros para estar en sus vidas, pueden situarse a cientos de kilómetros de distancia y saber que
del otro lado del mundo está el ser amado y que piensa en el amante de una manera tan fervorosa
40 | P á g i n a
que su amor se siente en la distancia. Mendigar el amor por necesidad es depender y no confiar
en la libertad del amado. Si dos se aman, si dos se entregan en plenitud al corazón del otro para
ser uno solo en un nuevo ser, ¿pueden acaso las contingencias del mundo separarlos? No. El
amor nunca separa. El amor une a dos que viven en esferas diferentes para renacer y encarnar
lo que se cree extinto. La discordia desata. Si existe amor verdadero, ¿quién podrá introducir la
partícula de la desunión?
Para Diana la cuestión de los celos sería fácil de manejar. Su amado no era de los que
anduviera por la calle en busca de un nuevo amor y la mayoría del tiempo estaba ocupado en
su horario. Todos los días realizaba las mismas cosas a la misma hora. No conocía más
trabajo, estaba ocupado en alguna actividad dentro del hogar. Le conocía tan bien que podría
decir con exactitud qué estaba haciendo, diciendo o pensando en cada momento del día, en
cada minuto. Además, él se había encasillado tanto en los libros o en el arreglo de las bicicletas
que se había vuelto un tanto lento en algunas otras cosas para su mente: llevarlo a la cama era
casi una proeza y le debían decir con exactitud lo que harían en ese lugar.
En una ocasión, cuando estaban en la universidad, una mujer intentó llevarlo a la cama
delante de ella, pero en vez de rabia, tuvo un fuerte ataque de risa, pues no importaron las
sutilezas ni las palabras hermosas que le dijo a Joaquín, este jamás entendió lo que ella quiso
decirle. «Quiero que me acompañes al baño de damas para que contemples la verdadera
dama, a lo cual él respondió «la verdadera creación de Dios no se oculta en el baño, está
presente en toda la naturaleza y sí, podemos ver esos actos pecaminosos en el detrimento que
hemos hecho de esta. No hay que ir hasta allá para ver lo que dices, pues hasta en el aire se
41 | P á g i n a
respira lo que hemos hecho». Y el lenguaje que utilizó ella fue cada vez más explícito y él
menos entendía. Diana tenía la certeza de que su amado jamás le sería infiel. Además, este no
había aprendido nunca a mentir, y ella se había convertido en su confidente. Por ello, le
contaba exactamente todo lo que hacía en el día, tanto lo bueno como lo malo.
Por su parte, Joaquín solía confiar más de la cuenta en las personas, pues, como en su
vida siempre actuaba de una manera moderada y justa, pensaba que los demás le tratarían de
la misma manera, lo cual, en un país como Colombia es imposible. Aquí gobierna la ley de la
selva, el cañón del ampón que dice lo que es justo a su conveniencia. Pero de eso este hombre
consciencia que no le era permitido el hecho de desconfiar de los demás. Diana representaba
conseguir ciertos elementos para la subsistencia de todos. No tenían motivos para pensar que
todo acabaría de un momento a otro. En sus vidas todo parecía que iba bien. «No más
filosofía», les había quedado claro. Se habían construido un mundo lejano en el cual solo
entraban los pensamientos abstractos y la realidad perdía cada vez más valor. Sin embargo,
todo esto de ser padres, aparte de haber entrado en sus vidas de manera sorpresiva, había
vuelto al mundo real a dos que estaban esperando su paso definitivo para el ascenso definitivo
hacia lo universal.
Joaquín no construyó el plan de ruta para la crianza del niño. Se dejó persuadir de la
siempre sabia Diana, quien le recomendó permitir al niño crecer a su propio ritmo,
disponiendo, eso sí, todo lo que para ellos fuera necesario para el desarrollo adecuado de este.
Vieron cómo, poco a poco, el discurso les fue cambiando. Al principio de su relación se
42 | P á g i n a
sumergían en un profundo mar de conceptos como «estética trascendental», «mística renana»,
«el cogito cartesiano»; con la llegada de Agustín todo parecía pertenecer a una época distante
de la vida, pues ahora comenzaban a hablar acerca de los pañales para el bebé y cuál sería la
mejor marca de leche para este. El asunto no se produjo de manera inminente, por lo cual, no
Joaquín y de su deseo de controlar todos los hechos de su existencia, siempre fue obediente a
lo que le decían los demás e intentaba complacerlos a todos así le tocara perder un poco. Dejó
que la vida lo fuera asombrando en la crianza de su hijo y que cada una de las necesidades de
se ocupaba del negocio que se consolidaba como la primera industria del Pueblo X. Ella de
inmediato encajó en los lugares a los cuales asistía. Los lunes y miércoles iba a grupos
espirituales, mientras que los martes y jueves iba a aprender a realizar manualidades en la
escuela de Rosmary. Siempre iba con el niño y este aprendió a relacionarse con otras personas
y comenzó a perder muchos miedos. Las personas que siempre estaban allí le ayudaban a
personaje. Se ganaron el cariño de las personas muy rápido. Lo único difícil para ella fue la
constante crítica que hacían de su lenguaje. Todos decían que en ocasiones poco le entendían
por las palabras tan raras que utilizaba. Pero ella, intentando hacer uso de un lenguaje más
vulgar, no podía hacerse entender, pues ese era su medio de comunicación y no conocía otro
43 | P á g i n a
La dinámica en las clases de Rosmary era muy simples y obtenían recursos para sus
clases de las maneras más inimaginables. Las clases las instauraban por proyectos. Un día
podían hacer un tendido y a la semana siguiente algún adorno de navidad: todo dependía de la
economía del mismo y de cuánto dinero pudieran recoger para su realización. Cada persona
aportaba una cantidad determinada en cada sesión para la merienda y una moneda de la más
alta denominación que iba para la alcancía y, a final de año tendrían cierto colchón económico
para iniciar actividades al siguiente. La mayor cantidad de trabajo o proyectos los hacían en el
primer semestre del año que era la época en la que más abundaba el dinero, los restantes meses
eran de unas carencias impresionantes y debían manufacturar proyectos que fueran un poco
más baratos aunque en ocasiones tenían la fortuna de recibir ciertas donaciones y trabajar de
forma continua. Al comienzo del año hacían los proyectos dobles, es decir, si iban a realizar
tendidos para camas dobles, cada integrante construía dos tendidos, uno para él y otro para ser
vendido y buscar recursos para el grupo. Esta metodología era nueva y carecían de alguien que
les ayudara a vender sus productos. Algunos de ellos llevaban dos años esperando por un cliente
y las esperanzas para vender sus productos se hacían cada vez más lejanas.
La llegada de Diana aquella escuela fue como una bendición para las mujeres
pertenecientes a ella. Pues Diana se apoyó en su padre para vender estas cosas en Medellín.
Don Diego tenía unos almacenes en el centro de esta ciudad y, al ver que todo marchaba bien
salir de allí pero pudieron tener algunos recursos para continuar con la escuela de
manualidades. Gracias a esto, pudieron comenzar a realizar otras actividades y que los
recursos de la alcancía pasaran a ciertos proyectos que tenían todas en común como era la
construcción del edificio de la escuela y el inicio de la pavimentación de las calles del pueblo.
44 | P á g i n a
Los padres de Diana, al poco tiempo de comenzar a ver el crecimiento del negocio de
las bicicletas, se marcharon de aquél lugar para instalarse en Medellín en dónde tenían la
mayoría de sus negocios y se dedicarían a ellos. Abandonaron la literatura. Fue un tanto dura
la separación pero pudieron comprender que ahora debían iniciar una vida familiar en la cual
los abuelos de Agustín no podían entrar. Esto les permitió ser más independientes y velar por
gracias al apoyo de Diana en la venta de los productos. A parte, Joaquín enviaba una pequeña
cantidad cada mes para la consolidación del sueño de las manualidades en el pueblo. Dijo que
un día esto podría representar la mayor fuente de ingresos para este y que esta actividad
La gente entendía menos a Joaquín que a Diana y luego de saber que habían estudiado
filosofía, a él le apodaron el filósofo oscuro y caritativo y a ella la dama de honor que poseía el
lenguaje superior del pueblo. Su fama y popularidad aumentó de tal modo que nadie los
desconocía y todos parecían tener un aprecio fundamental por esta familia. El día en el cual se
casaron todos asistieron a la celebración y les llevaron tantos regalos como les fue posible.
Cuando Agustín cumplió dos años, todo era un mar de sorpresas y vieron que la vida les había
cambiado de un modo que nunca lo hubieran imaginado. Ya habían lanzado el primer modelo
de bicicletas propio del taller y comenzaba a ratificarse como uno de los más cotizados del
mercado. Una parte de la fortuna que comenzaba a amasar Joaquín desde su taller-empresa, iba
destinado al mejoramiento continuo del pueblo. «Aquí hay muchas cosas por efectuar y si en
45 | P á g i n a
algo podemos ayudar, lo haremos», decía Juaco el oscuro. Se ganaron el aprecio de las personas
Ellos, los filósofos del pueblo, vivían en un enamoramiento perpetuo. A pesar de haber
aceptado sus compromisos matrimoniales, jamás dejaron de verse como los novios. Cada día
era una nueva oportunidad para demostrarse cuánto se amaban y en ciertas épocas del año que
eran especiales para ambos, se retaban a cuál de los dos sería el que mejor expresara el amor
en un aforismo, o en un romance, o en un relato, o en una idea loca para que sus sentimientos
fueran los cautivos del otro, sus perseguidores, sus admiradores y, en definitiva los únicos que
podrían mantener la mente del otro ocupada todo el día. Este romance permanente entre ellos,
permitía continuar con la llama encendida del amor. Ya no les importaba el hecho de tener
sexo ni de revolcarse toda la noche en una pasión desenfrenada, sino que deseaban saber que
ese otro que ahora vivía en lo más profundo de su corazón, seguiría siendo la piedra angular
de la relación para toda la vida y que, en verdad, le amaría sin ningún pretexto. «Para amar a
otro no importa su dinero ni nada de lo que haya sido, sino que, en verdad, tan solo es
necesario que desee, desde lo más profundo de su ser interior, continuar una eternidad siendo
un solo espíritu, repartido en dos cuerpos distintos», habían concluido ambos en alguna de las
Sin importar las obras que realizaban en favor del pueblo y de las incansables sesiones
de amor filosófico, parecía que el destino volvía a jugarles una mala pasada y su vida
comenzaba a tener una nueva transformación hacia algo que no querían y lo único que podía
preocupar era quién sobreviviría al hecho. Dentro del pueblo X comenzó a agruparse un
reducido número de personas con ideas de muerte y demencia. Como es habitual en la mayoría
de los pueblos colombianos en los cuales el acceso a la educación es limitado y esta se presenta
46 | P á g i n a
como un acto privilegiado para ciertas clases sociales, la mayoría de las personas tiene un
buen corazón, pero su razón se encuentra tan atrofiada que sucumbe ante cualquier idea más
o menos presentable. La bondad natural que parecen mostrar los campesinos es la herramienta
que han utilizado diversos gobernantes para obtener votos en campaña y someter al olvido a
las diferentes poblaciones que les han llevado hasta el poder político, el cual, parece estar
Para los habitantes del Pueblo X hubo la inmensa desgracia de que un grupo de
individuos con más agallas que conocimientos:comenzó a efectuar ciertas actividades para
ganar la confianza de las personas. Se presentaban como los colaboradores, los defensores del
pueblo y los mediadores en los momentos de crisis o conflicto. Iniciaron con un grupo de
oración en dónde se reunían los jueves en la noche a rezar el rosario a la virgen María y los
martes en la noche comenzaron a dictar cierta cátedra «para formar y fomentar la religiosidad
y las buenas maneras de comportamiento en las nuevas generaciones del Pueblo». La sola
enunciación del hecho fue para Joaquín motivo de risa. Sin embargo, como antes de realizar
estas acciones se ganaron el aprecio de quienes se perfilaban como las víctimas de una patraña,
no había poder humano que hiciera entrar en razón a nadie de las extrañezas de este asunto.
Al ver que todo parecía ser inofensivo, los filósofos decidieron permanecer callados y vivir
como si nada estuviera pasando en ese lugar. Pero en este mundo parece que no hay nada que
Vivieron cerca de un año evitando a estas personas hasta que un día cualquiera, este
grupo cuyo fundamento era el amor mariano, hostigó al pueblo a efectuar una marcha contra
47 | P á g i n a
los homosexuales asegurando que ellos eran una aberración y debían comenzar con el
Diana y a Joaquín les pareció el asunto un tanto radical, pero en principio les pareció
chistoso. Decidieron asistir hasta el final de esto que tuvo lugar en el parque central del pueblo
con la tarima más grande que habían visto y estaba decorada con ciertos mensajes impactantes:
«prefiero que mi hijo se suicide a que me diga que es marica»; «nacemos hombre o mujer»;
«muerte a los homosexuales, arriba la familia constituida como Dios manda»; «que esos
violadores estén lejos de nuestros niños». Cuando los filósofos vieron esto no pudieron evitar
la risa por cuestiones tan absurdas, y lo peor vino después cuando los líderes de la manifestación
comenzaron a argumentar a favor de sus ideas y se dieron cuenta de que lo único que tenían
los filósofos supieron quiénes eran esas personas: unos fanáticos religiosos resentidos por el
hecho de que nunca pudieron entrar en un seminario diocesano a causa de sus ideas estúpidas
y su falta de tolerancia ante la diferencia. Para ellos lo único que valía la pena era lo que estaba
escrito y nunca podían aceptar que alguien más les refutara, pues comenzaban a insultar e
en el amor mariano, ¿no habrían caído en cuenta que son las madres las que más aman y aceptan
a sus hijos tal como son, sin importar si son borrachos, drogadictos u homosexuales? Claro está
que esto es así cuando se habla de una buena madre y no de una fanática y prejuiciosa», increpó
Joaquín a una de las líderes de la manifestación pero lo único que recibió fue insultos y una
gran chifla por parte de sus conciudadanos. Se habían dejado lavar el cerebro. Predicar el amor
48 | P á g i n a
mariano y practicar el odio hacia lo que es diferente no solo es una absurdidad, sino que es la
mayor prueba que demuestra la falta de conocimiento en estas comunidades regidas por
idólatras e ignorantes.
A pesar de tener aprobación arzobispal como asociación privada de fieles, parecería más
una secta de impíos que una verdadera comunidad. Se aprovechaban de la buena voluntad de
las personas para manipular sus mentes y hacerles creer cosas que, en verdad, no eran como
ellos las presentaban. Y como la educación en este país ha decaído tanto, las personas piensan
que quienes les hablan de un Dios sin nombre, son incapaces de mentir. Pero vivimos en una
sociedad en la cual el culto a las entidades superiores se plantea como un negocio y no como
un encuentro personal con lo Uno, sin segundo. Y eso preciso, lo demostraba este grupo de
Por un lado se dedicaban a la oración y la predicación del amor mariano, y por otro
lado practicaban el exterminio para una gran población de la sociedad por el simple hecho de
ser «como ellos no querían que fueran». «El hecho de ser creyentes, decía Joaquín con
entusiasmo, no está mal ni habla mal de las personas. Todos tenemos que fortalecer nuestra
interioridad, eso que nos hace humanos de verdad, y muchos encuentran la manera para llevar
continuo y un crecimiento de nuestro ser interior. El problema estriba en que creamos en Dios
humanidad. Por pertenecer a una religión u otra no somos mejores personas ni podemos dar
cátedra de moralidad, pues podemos ser creyentes y asesinar y violar a niños y niñas; en
49 | P á g i n a
cambio, podemos estar inmersos en la vida civil, sin ninguna atadura a la institucionalidad de
ninguna iglesia y ser un ejemplo a seguir para el conjunto completo de los hombres. El buen
valores que nos formaron desde pequeños. Hoy vemos que algunos creyentes predican el bien
y practican el mal como si fueran unos fariseos, pero ni siquiera son como ellos, pues estos,
por lo menos, comprendían el valor de las leyes y las cumplían, del mismo modo entendían
la religión y sabían lo que debían hacer, pero no lo practicaban. Los fanáticos, en cambio, solo
andan por el mundo sin ningún conocimiento de lo que creen y se atreven a ser jueces y
verdugos del resto de la humanidad. ¿Cómo puede ser posible que una madre prefiera el
suicidio de su hijo por no apoyarlo en su sexualidad? Y lo peor del asunto es que se escudan
en el amor de María, la madre de su salvador. No hablo en contra de nadie, solo digo que
estamos tomando un discurso a nuestra conveniencia. Ante todo, debemos comprender que lo
que nos liberará del dominio de la ignorancia y el fanatismo es el conocimiento, pues toda
homosexualismo y solo se ganó algunos enemigos que lo trataron de impío y hereje. Para
evitar entrar en una discusión absurda con estas personas, prefirió irse del lugar y mientras lo
hacía logró escuchar que, en la posible defensa que hicieron, lo único que decían era «Dios
dijo... Dios quiere... Dios manda...». Claro está que, algún tiempo después, se dio cuenta que
esto lo hacían bajo la idea de la purificación de la sociedad para estar listos en el momento
del juicio final. Este tipo de personas son incapaces de pensar por sí mismas y quieren abordar
los textos solo como ellos lo interpretan, temiendo cualquier interpelación externa, pues saben
que perderán la disputa verbal. No interpretan, solo se apegan a lo que ven en el texto y solo
50 | P á g i n a
toman lo que les conviene. A partir de ese momento, entre este pequeño grupo de fanáticos y
extremistas y los filósofos, comenzó a haber una disputa. El pueblo se quedó anclado entre la
espada y la pared, pues, mientras admiraban a unos por el progreso económico que les impulsó
a ser más ricos y ser poseedores de un mejor bienestar, a los otros los querían por la ayuda
espiritual que les prestaban. Ambos extremos eran serviciales como nadie.
Lo peor fue lo que vino más tarde de la llegada y las manifestaciones de estos
filósofos y aquellos individuos, sucedió algo impactante. Agustín, quien era un excelente
explorador a la edad de los cuatro años, descubrió algo en una de sus salidas. Algunos
paquetes contenedores de lo que parecía ser mercurio estaba derramándose en la única fuente
de agua que abastecía al Pueblo X. No eran muchas cantidades, pero sí eran tan considerables
como para afectar la salud de las personas de aquella localidad. Nadie sabía cuándo se habían
derramado allí ni quién había hecho algo como eso en contra de las personas de aquella zona,
es más, tardaron mucho tiempo en reconocer lo que era aquella sustancia viscosa que vieron,
pero era de importante consideración para todos. Los filósofos comenzaron a hablar acerca de
este asunto con las personas pero nadie creía que estuvieran siendo víctimas de un atentado.
A esto atribuyeron en un primer momento el asunto puesto que las circunstancias en las cuales
se hizo el descubrimiento les provocarán esta idea. Pero, por medio del alcalde del pueblo,
lograron calmarse, pues fue este quien envió la petición para que un grupo especializado de
la policía criminal de Medellín fuera hasta ese lugar a ver lo que estaba sucediendo con esto
y cómo fue que una sustancia como el mercurio llegó hasta aquél lugar.
51 | P á g i n a
1.4. La peste.
cuando las cosas parecían mitigarse entre los filósofos y los fanáticos, algunas personas
por la marcha contra la homosexualidad ni de las disputas teológicas que se formaron luego
entre aquellas personas aunque la rivalidad entre ambas partes siempre existió. «Este grupo
de laicos resentidos por no poder pertenecer a una comunidad religiosa», como los llamó en
muchas ocasiones Joaquín, apoyado por su esposa Diana, intentaron continuar con sus
enseñanzas de forma secreta. Claro está que, poco a poco, fueron perdiendo muchos
militantes, pues se dieron cuenta, por sus propios medios, de las incoherencias que hablaban
en las reuniones a las cuales asistían. No por el hecho de efectuar buenas deducciones acerca
de los discursos y las prácticas que tenían aquellas personas sino porque en muchas de sus
predicaciones les pedían hacer algunas cuestiones que no estaban dentro del orden «natural
de toda persona». Además, aseguraban que no podían creer que personas sin ninguna clase de
estudios como la mayor parte del pueblo, de un momento a otro comenzaran a ser predicadores
del amor mariano y de las grandes proezas que realizó la madre de aquél a quien llegaron a
confundir con Elías, el profeta. Alguna de las asistentes a las sesiones de amor mariano le
«Imagínese misia Diana que ella [la dirigente de la oración], comenzó a decirnos una
historia toda rara: dizque que conocía a una mujer mística y vidente que tuvo una revelación
de Dios. En esto la mística habló con Dios así como estamos hablando nosotras y que él dizque
le mostró las puertas del infierno y se las abrió para que mirara lo que había de pa` dentro y
contara a mucha gente lo que había visto. Y vea que dizque vio el infierno llenito de sacerdotes
52 | P á g i n a
que porque nosotros no oramos por ellos. Al menos eso fue lo que le contaron a esa mística
los curas con los que habló allá. A mí eso me pareció tan raro. ¿Cierto que eso era pura caña
de ella?».
A Diana no le produjo sino risa esas cosas que estaba escuchando por parte de esa esa
señora. Intentó no hacerlo delante de ella para que no se fuera a sentir mal, pero se dio cuenta
que muchas personas del pueblo comenzaban a darle la razón a su familia en vez de dársela a
aquellos fundamentalistas ignorantes. Le explicó lo que pensaba acerca del asunto y siguió su
las mismas cosas que defendían estaban cayendo en un abismo del cual no se recuperarían tan
fácil. Y menos aún con las supuestas explicaciones que comenzaron a dar acerca de lo que
consecuencia de la profecía hecha por la pitonisa hacía tanto tiempo y que se comenzaba a
cumplir, de nuevo, en el pueblo. La gente recordó las circunstancias en las cuales sucedieron
los hechos del pasado y comenzaron a especular por lo que estaba sucediendo y lo que
sucedería luego. Para todos ellos, los filósofos, incluido Agustín, estaban condenados a una
horrible muerte y el tiempo estaba cumplido. Ya dentro de poco serían testigos de un nuevo
relato escalofriante.
Cuando Agustín estaba próximo a cumplir los cinco años y todos aportaban ideas para
la celebración de ese día al lado de sus nuevos amigos de la guardería del pueblo era la primera
que existía con todos los permisos pertinentes le dio una fuerte gripa. No valieron las vacunas
ni las medicinas que le enviaron para su sanación física, no se recuperó del todo de ella. En
principio, no creyeron que fuera algo importante ni que pudiera afectar su salud en el porvenir,
53 | P á g i n a
por lo cual, no prestaron mucho cuidado al asunto. Además, no prestaron la atención suficiente
a que el pequeño estaba presentando algunos quebrantos de salud desde hacía algunos meses,
e incluso, ya se estaba viendo un poco afectado su crecimiento, pues era un poco más bajo de
estatura que los otros niños del pueblo con su edad. Todo les parecía normal porque «viene
de constitución de personas no muy altas», aseguraban los padres, sin dejar de ver con cierta
Pero no fue el único que presentó los mismos síntomas, sino que varios de sus
compañeros se enfermaron con mayores complicaciones que él: algunos por cuadros de
bronquitis y otros por bronconeumonía. Las personas intentaron atribuir el asunto al invierno
tan crudo que vivían, el cual era el más fuerte del último siglo. Algunos siguieron especulando,
afirmando que, como las dos veces pasadas en las cuales se ratificó el poder de la pitonisa, un
fuerte invierno provocó varias enfermedades en el pueblo. Sin embargo, nadie decía de forma
explícita que lo mismo fuese a ocurrir en esta ocasión, pero el aire que corría por las calles
portaba ese rumor y la gente temía lo peor. Muchos murmullos, comentarios de esquinas y
los filósofos, el pueblo seguiría maldito. Pero a estos últimos los querían demasiado como
para hacerles algo y a la primera le temían lo suficiente como para atreverse a dañarla. Todo
esto era algo que afirmaban en voz baja, pues nadie quería encarar el asunto ni comprometerse
con nada. Los únicos que sentían algo extraño en las personas sin comprender qué era serían
Joaquín, Diana y el niño Agustín, el explorador, como lo llamaban ahora sus amigos y
vecinos.
Todos ahora se habían olvidado del extremismo de los rezanderos proclamadores del
amor mariano y sus prédicas acerca de la purificación del pueblo con miras a la erradicación
54 | P á g i n a
de lo diferente, para dedicarse a la especulación depurada de toda racionalidad, a causa de los
cuestionables. Por la poca educación que esta población recibía, podía hacer las deducciones
más extravagantes de los principios más extraños jamás imaginados. Atribuían a una
maldición lo que les estaba sucediendo en vez de buscar una razón válida que les diera la
suficiente ilustración sobre los orígenes de una enfermedad que se empezaba a propagar por
todo el pueblo. La primera base que tenían era que el primero que comenzó con los síntomas
había sido el explorador, el hijo de «los filósofos malditos» como los comenzaron a llamar.
Poco valían las argumentaciones que estos hacían en su favor, en la defensa de la búsqueda
de las verdaderas causas que tenían la salud del Pueblo en vilo, pero nadie quería hacer nada,
les bastaba con aquellas palabras dichas por los especuladores y los idólatras. No es posible
que por las malas interpretaciones de algunos pocos acerca de algo que pueda explicarse según
las leyes de la razón y del entendimiento, muchos otros se pierdan en un mar de maldiciones
y que despreciaran ahora a quienes les habían hecho progresar y comenzar a salir de la pobreza
extrema. Claro está que no todas las personas que defienden la idea del amor mariano están
pueblo, por desgracia, dieron con ese tipo de personas intolerantes que predican una cosa y
Todos comenzaron a decir que algo extraño ocupaba el lenguaje de esta familia de
correctas, plan de búsqueda» y otros conceptos que nadie entendía. Si antes todos se quejaban
de que en muchas ocasiones Diana y Joaquín hablaban con conceptos complejos que nadie
entendía, ahora menos que lo hacían. Pero esto les llevó a manifestar a algunos que esta
familia estaba poseída por el maligno, como lo hicieron ver los fanáticos, y que debían alejarse
55 | P á g i n a
un poco de ellos, no apoyarlos en sus proyectos, «no fuera que este espíritu inquisidor se
apodere de las almas de los más inocentes», llegó a declarar la líder del movimiento religioso.
Todos hablaban del hecho pero nadie quiso mencionarlo a los implicados en el conflicto. Ellos
sospechaban algo de lo que sucedía pero tampoco podrían asegurar nada, pues defendían el
principio de la duda sobre cualquier otro asunto. Además, en medio de sus discursos ellos
mismos habían manifestado que caer en cualquier radicalidad era mostrar la ignorancia de la
persona y no querían mostrar sus vacíos conceptuales delante de los demás. También conocían
las palabras y la historia de la pitonisa, de esa supuesta vidente que profetizaba en nombre
propio, pero la tenían por falsa, pues, para ellos, era una simple charlatana con mucho poder
sobre las mentes de los habitantes del pueblo, que una verdadera representante de las
Quisieron soportar todas las negatividades que comenzaron a sufrir con respecto a
esto, pues, en cierto modo, sus sospechas iban referidas a que ahora todos los señalaban por
las palabras de alguien más. Se dedicaron al niño, el cual cada día estaba más pálido y
comenzó a perder peso. Nadie quiso asistir a su fiesta de cumpleaños, por lo cual tuvieron que
improvisar para él una excursión. Se fueron con él y le pusieron un reto: a partir de unas pistas
tendría que encontrar sus regalos que estaban escondidos en un cofre del tesoro en las
cercanías al lago. Debía utilizar su ingenio para descubrir el lugar exacto en donde se
encontraba. Fue algo divertido para toda la familia, en especial para el niño, pues esta era una
de sus actividades favoritas. Mientras el niño buscaba su tesoro, los padres buscaban indicios
que permitiera encontrar por lo menos una razón hipotética que les permitiera comprender
qué estaba provocando esta enfermedad colectiva. El asunto comenzó con Agustín y se
56 | P á g i n a
extendió a otros niños, pero al poco tiempo los adultos fueron presentando síntomas extraños,
frascos extraños como los que habían hallado unos meses atrás. En esta ocasión, eran más
grandes y mayor cantidad que la vez anterior. Para no preocupar al niño guardaron en sobres
herméticos estas muestras para llevarlas luego al pueblo y volver a preguntar acerca de esto o
mismos estaba derramado en el lago. Este era una fuente importante de abastecimiento de
agua para el pueblo. De hecho, era la única fuente de agua para todos, pues, gracias a un
sistema de drenaje y otros elementos que unos amigos de Joaquín habían instalado, podrían
extraer de allí cierta cantidad de agua para las actividades cotidianas de las personas con este
precioso líquido.
El hecho de que este material estuviera perjudicando de algún modo la salud de los
habitantes del pueblo X era motivo para preocuparse e investigar con rigurosidad cómo habían
parado allí esos frascos. Tomaron algunas fotos y llevaron estos elementos probatorios al
pueblo. Esto era lo que demostraba que no se debía a ningún castigo ni nada que se le parecía,
sino que era algo provocado por la mano del hombre, solo había que averiguar, de cuál.
Contaron más de cincuenta de estos frascos y vieron algunas canecas con rastros del mismo
material. No quisieron llevar muestras de estas porque el niño podría creer que era un regalo
para él y jugar con esto. No podrían permitir que nadie tuviera acceso a estos elementos hasta
57 | P á g i n a
«O quizá solo sea algo para purificar el agua y que lo están arrojando aquí en dónde
permanece un poco más estancada para que se evite cualquier brote de enfermedades y que
sea apta para el consumo humano. Tal vez estamos exagerando el hecho», dijo Diana, a lo
cual Joaquín replicó: «o tal vez estamos pensando bien. Recuerda el dicho: piensa mal y
acertarás. No es habitual que desde hace algunos meses hayamos visto esto aquí y que en este
tiempo se haya comenzado con esta crisis de la salud y que ahora que venimos estén más
esparcidos estos elementos. Mira que muchos están, en efecto, aquí donde el agua está más
estancada, pero también hay allá donde el agua fluye con más rapidez. Además recuerda que
por estos días la gente viene mucho a este lugar a hacer fiestas, ¡en dónde hayan tenido
contacto continuo con esto y sea un elemento tóxico, podríamos estar hablando de que las
personas se están envenenando con esta sustancia, y que alguien, deliberadamente a propósito,
está arrojando estos elementos en este lugar por alguna razón que hasta el momento es
desconocido para nosotros! ¡Que Dios se apiade de todos nosotros que estamos en manos de
algunos pocos que desean la muerte y predican el amor sobre todas las cosas, qué hipócritas
somos aquí!»
Al mismo tiempo que ellos encontraron este tesoro, Agustín también encontró el suyo.
El del pequeño estaba en un baúl decorado por su madre. Adentro tenía ciertos elementos que
él deseaba con mucho entusiasmo y otras cosas que sus padres quisieron entregarle para
comunicación, le dijeron que de ese modo podrían hablarse, pues estos aparatos podían ser
unos cuentos acerca del tema. También había un cheque por unos cincuenta millones de pesos
con lo cual le aseguraron que podría ir a la universidad o cambiarlo por un tour por todo el
58 | P á g i n a
continente europeo cuando cumpliera la mayoría de edad establecida por la ley. El niño se
impresionó más por los juguetes y la ropa de explorador que por esos proyectos a futuro. Les
dijo que lo único que le importaba era el seguir jugando y descubriendo cosas. «Yo no quiero
ser un viajero sino un inventor y un descubridor», les replicó el pequeño cuando le dijeron el
destino del dinero. Además, para el niño era lo mismo cincuenta millones que cincuenta mil
El día estuvo excelente para esta familia aunque al regresar al hogar, el niño Agustín
comenzó a presentar fiebre y otros síntomas que les preocuparon. Sin embargo, decidieron
dejarlo acostado pensando que podía deberse al hecho de pasar un día tan agotador lejos del
hogar. Pero en algún momento de la noche tuvieron que salir hacia el hospital con él porque
empezó con algunas convulsiones. Esa misma noche, Diana comenzó a presentar algunas
complicaciones leves en su salud. Ella, como suelen hacer muchas madres en Antioquia,
atención a su hijo. No dijo nada de lo que en ese momento sentía porque se lo atribuyó al
cansancio que sentía. «Estoy bien, se dijo a sí misma, solo debo descansar un poco».
Jamás pensaron en que esto podría tener complicaciones para nadie, pero al amanecer,
se darían cuenta de algunas otras extrañezas que les llevó a serias preocupaciones. Los
investigadores que unos meses antes habían recogido las muestras, habían estado trabajando
de manera constante sobre el terreno y declararon que el lago había sido intervenido por
la muerte de todas las personas que de alguna manera hubieran tenido constante contacto con
las aguas contaminadas. La cuestión se ponía un poco compleja y lo primero que pensaron los
59 | P á g i n a
filósofos era acerca del causante de esta desgracia para el pueblo: « ¿Quién será capaz de
atentar contra la integridad de tantas personas al mismo tiempo y por qué lo está haciendo?
¿Cuál es el fundamento que lo está llevando a cometer tal crimen en contra de su comunidad,
de quienes le pueden haber visto crecer y que, es muy probable, le ayudaron con muchas
cuestiones para mantenerlo con vida hasta ahora? ¿Qué debe esperarse de alguien que golpea
en la cara a quien le ha dado de comer?», se cuestionaron. Claro está que, en lo que pudieron
conocer de boca de los investigadores, no podía ser una sola persona, tendría que haber una
red de criminales intentando exterminar con la vida de los habitantes de aquella región.
Ordenaron continuar con las investigaciones y prohibieron tomar agua del rio y visitar el lago
Este asunto provocó cierto malestar para aquella población debido a que para muchos
esta seguía siendo la única fuente de agua. «Sin esto no podremos vivir... ¿Qué haremos?...
Moriremos, no de la peste sino por el hambre y la falta de la agua... ¿Y ahora qué pasará? Sin
agua no se puede hacer nada». Estas fueron algunas expresiones de pesar de los pobladores.
Y hubo otros que quisieron tomar justicia por sus manos asegurando que tendría que ser obra
de la maldición. Afirmaban estos últimos: «o muere la bruja o mueren los filósofos, solo de
esa manera se logrará calmar la maldición». Pero el alcalde de pueblo X intentó convencerlos
de que ellos no podrían ser los causantes de esta desgracia sino que eran unas víctimas al igual
que todos los otros: «Recuerden que Agustín fue el primero en presentar los síntomas y
Maryori, la pitonisa, anda perdida desde hace algún tiempo, y ojalá se quede así».
Lo cierto de la historia es que este pueblo estaba acostumbrado a recibir los malos
tratos de muchas personas y estas frases sueltas solo fueron un momento de decepción por el
60 | P á g i n a
hecho de merecer el odio de la humanidad en el momento en el cual mayores progresos
económicos estaban teniendo. Creyeron que por este hecho ya podrían olvidarse de un pasado
tormentoso, de uno maldito, pero en este país sin memoria, las maldiciones parecen ser lo
único que prevalece. Durante tres días la gente no consumió agua del rio, sin embargo, luego
de este tiempo, tuvieron la necesidad de asistir allí por el líquido pues tenían mucha necesidad
de alimentarse, de hidratar sus cuerpos y de tantas otras cuestiones que pueden realizarse con
un líquido considerado como sagrado por diferentes culturas. Para la gente era mejor estar
contaminados durante algún tiempo pero vivir luego con la certeza de que ya nadie volvería
a dañarlos que quedarse sin agua para morir por la falta de este líquido vital. Realizaron un
plan para supervisar en la noche y en parte del día que nadie se entrometiera en aquellas
Su plan, en ese momento, les permitió estar tranquilos del hecho de que pronto
acabaría todo, y sería una parte de su pasado: todos sobrevivirían a ese período de sus vidas
recorrer el lago. Eran centinelas que custodiaban la limpieza del mismo y aseguraban la no
intoxicación durante las frías noches del Pueblo. Quienes iban a estar en esta actividad se
armaron con palos y machetes, pues estaban listos para cualquier tipo de agresión nocturna
por parte de cualquier intruso. También tuvieron linternas y otros elementos que les permitían
defenderse en caso de cualquier contingencia. Mientras algunos dormían, los otros pasaban
penumbras en favor de todos. Lo que no vieron era que desde un punto cercano al sitio del
cual partía el agua para el pueblo había un tubo semi-enterrado que se extendía cerca de unos
trescientos metros y que durante varias horas al día se depositaba por allí el tóxico mezclado
con algo más para que pareciera una fuente más de agua de abastecimiento que un
61 | P á g i n a
envenenamiento. Tardarían demasiado para descubrir este tubo. Los síntomas de muchos
empeoraron y algunos otros que hasta ahora habían estado salvos de la tragedia que les
azotaba, enfermaron. Por desgracia, los momentos del día en los cuales se utilizaba más el río
era cuando más se presentaba el tóxico. Y como la gente no solo usaba el líquido para lavar
la ropa o los sanitarios, sino también para comer e hidratarse, el consumo del mismo comenzó
a ser fatal.
personas por envenenamiento. La familia filosófica del pueblo pudo resistir un poco más por
el hecho de que ellos tenían unos tanques en los cuales pudieron recoger agua limpia que les
duró más que al resto de la población. Sin embargo, también tuvieron que ser víctimas de esto.
Cuando pensaron que ya no podía haber más tóxicos en el río, retornaron a sus actividades
habituales de recolección del líquido en este lugar pero para ellos también hubo una tragedia.
Al poco tiempo Agustín y Diana recayeron en la enfermedad pero se agudizó tanto que el niño
murió de manera inesperada. Habían logrado tratarlo y enviarlo a la casa con muchas mejorías
luego de haber permanecido una corta temporada en el hospital, pues, a pesar de su estado de
complejidad, todos supieron tratarlo y le dieron prioridad sobre los demás enfermos. Gracias
a él, supieron cómo comenzar a manejar la crisis de salud del pueblo y conocer el mejor modo
de no dejar morir a las personas. Pero sus defensas quedaron tan bajas que tres días después
de volver a tener contacto con el mercurio volvió a presentar convulsiones. Todos pensaron
que lo habían curado pero no fue así del todo. Había mejorado mucho su salud, pero aún no
habían erradicado todas las consecuencias de la intoxicación, por lo cual fue pronto su nuevo
malestar y muerte.
62 | P á g i n a
Las personas lamentaron la muerte de uno de los niños más famosos que habitaban
sobre ese pueblo, pero, al mismo tiempo, celebraron ese acontecimiento. No lo hicieron por
el hecho de que fueran malas personas, sino que, por ser personas que recibieron poca
educación, vieron en ello el final de la peste. Para nadie se debía a los tóxicos arrojados al
lago y sobre el agua. Para ellos todo se debía a la maldición hecha por la pitonisa. «Tal vez
así todo vuelva a ser como antes», murmuraban todos, pero nadie se atrevía a decírselo a los
padres del niño. No valían las pruebas, no valía nada más para ellos que la superstición que
hablaba acerca de la muerte de todos aquellos que se presentaran bajo unas circunstancias
dadas. Si les mostraban las pruebas no las creían o sacaban cualquier conclusión para negar
el asunto y dejar por sentado que solo su opinión fuera la verdadera. Este poder entregado a
una mujer desaparecida desde el inicio de la intoxicación, estaba encabezada por los fanáticos
religiosos que se entregaron a darle el desprestigio a esta familia porque «se convirtieron en
la oposición de nuestro grupo y gracias a ellos se ha producido un sisma en esta orden. Por su
momento.
ahora, su pensamiento se dejaba llevar por lo que ellos dijeran, pues lo mostraban de un modo
tan decorado que nadie hubiera podido desconfiar de ellos. Además, en este país consagrado
al Corazón de Jesús, muchos todavía creen de forma ciega que las personas que asisten a la
iglesia son ejemplo para la humanidad que engrosan las filas de candidatos para ser declarados
santos después de su muerte. Sin embargo, la mayoría de estas gentes asiste a aquél lugar por
sus grandes pecados y porque piensan que de esa manera podrán liberarse de la culpa y las
ataduras que les vincula todavía con el pasado tormentoso que les persigue a cada paso.
63 | P á g i n a
La iglesia ha sido el objeto de diversas transformaciones y muchos han intentado
mejorar el mundo a través de ella, pero ello no los hace ser mejores personas ni pueden hablar
de moralidad por creer en un Dios determinado, pues por fuera de esa institución que hoy
conocemos como Iglesia, también existen personas que aman transformar la realidad social y
que no se vinculan de ningún modo con lo religioso. Todos podemos crecer en lo espiritual,
pero no todos lo hacemos del mismo modo ni al mismo ritmo. Existen personas que piensan
narcisismo tan profundo que no ven que los demás son diferentes a su ser. Este radicalismo
en el cual caen la mayoría de las personas que asisten a ese tipo de lugares es el que hace
deteriorar la religión hasta caer en los grados más bajos de ignorancia y vergüenza. Al menos,
según los postulados que el mismo Joaquín defendía, la religión vista como una práctica tenía
unos significados racionales más allá de lo que las personas transmitían, pues muchos se
quedaban en el hecho de decir a toda voz «creo en Dios» sin saber el mundo teórico que hay
Por principio, Dios no tiene la culpa de aquellas cuestiones que los hombres hacen en
enviado a efectuar un Dios, sino que lo ha hecho el hombre en nombre de un Dios sin nombre.
¡Qué lamentable es ver que algunos atacan a una entidad por lo que hacen los entes
imperfectos situados en la más baja de las escalas de la perfección! Somos hombres, nos
enorgullecemos por el hecho de ser personas sabias, inteligentes y elocuentes, pero bien que
sabemos ser los animales más brutales y despiadados en términos de torturas. Aunque entre
todas ellas hay una que parece que es especialidad de la mayoría de los hombres del mundo:
el olvido.
64 | P á g i n a
« ¡Pero qué más da! Vivimos en una nación en donde el gobierno o Estado ha
pertenecido a las mismas diez familias desde hace más de doscientos años y en donde la
población civil se conforma con las migajas que les dan. En principio porque es un país
conformista, y, aparte de ello, muchos aspiran a ganarse la vida de la manera más fácil posible
pero logrando tener los mejores resultados posibles. Todos quieren ser personas de éxitos
carrera del comercio, pues representa muchos esfuerzos que no quieren realizar. Desean la
meta, pero quieren que sean otros los que recorran el camino por ellos. Y si les presentan
ciertos prejuicios creen de inmediato en ellos, pues es más fácil creer en lo que ya está
establecido que poner en funcionamiento su razón y sus facultades intelectuales», llevó a decir
que la gente estaba mencionando. En parte sintió rabia, pero, esta se convirtió en una fuerte
puñalada al corazón, pues allí pudo saber que todos atribuían a su familia la culpa de lo que
estaba sucediendo y no lo hacían de frente, como le hubiera gustado, sino que su dignidad
ciega y sin sentido. Todos sabían qué se hablaba cuando él no estaba, pero si se hacía presente,
todos sonreían y le entregaban su cariño. He ahí cómo actúan los pobladores de este país.
mitad. Entre ellos se agregó a Diana, y a la pitonisa del pueblo. Todos pensaron que tras la
muerte de ambas todo sería igual que antes, pero no fue así. No importó el esfuerzo hecho por
el cuerpo médico ni el envío de muchas ayudas por parte de otros Pueblos. Esto no paró hasta
que encontraron el sitio por el cual se había producido la última intoxicación del agua, que
todo volvió a la normalidad. Dios sabrá por qué las personas que sobrevivieron no presentaron
65 | P á g i n a
las mismas consecuencias que los demás, pero todo parecía ser una obra del destino, pues,
aunque todo estaba sumido en una gran confusión y dolor, Joaquín se preguntaba quién se
había atrevido a realizar una acción tan negativa como esta. Mucho tiempo después, luego de
haber sucedido los acontecimientos que siguen en esta historia, se logró demostrar que los
culpables fueron los fanáticos religiosos que tomaron bajo su autoridad la purificación del
pueblo. Para ellos esto significaba una renovación de la mentalidad que les llevaría a una
unión más dócil con el Dios que ellos creían era el verdadero. Y para ello debían sacrificarlos
a todos y comenzar a repoblar el territorio. Esta nueva generación estaría conformada solo por
miembros de la comunidad que ellos querían instaurar. La Iglesia lamentó este escándalo,
pues, aunque era un conjunto de laicos comprometidos con una labor distinta a la que tenía la
institución eclesiástica, habían utilizado el nombre de esta para realizar sus actuaciones
negativas.
«En la Iglesia hay personas que quieren hacer el bien. Y esta institución ha querido
transformar la humanidad en una comunidad más pura. Sin embargo, en el corazón mezquino
del hombre todavía hay quienes desean ver arder el mundo para tomar la voz y el papel que
no les corresponde dentro de la sociedad para difamar a quienes sí quieren hacer algo por la
vía del bien. Por desgracia, este actuar negativo es más visto que el de los que tienen el corazón
limpio. Y por aquellos, estos son vistos también como fanáticos y personas del mal. Nos hace
falta mucho para comprender que por algunas pocas personas nos atrevemos a juzgar al
elemento más de nuestra ignorancia», lo había declarado una vez Joaquín, mi maestro, y su
voz parecía resonar con más fuerza en el momento en el que demostraron la culpabilidad de
las personas metidas en esto. Vivimos en una época en la cual por unos pocos se juzga a
66 | P á g i n a
muchos y los inocentes deben pagar por el crimen de los malvados. ¿Qué más podemos hacer?
Parece que todos los valores están invertidos y no hay nada que pueda hacerse para que la
Joaquín siempre motivaba a las personas a ser mejores cada día y a convertirse en
intelectuales, pero por muchas razones eso no es posible en esta nación. Muchos no reconocen
el camino que él defendió porque les da pereza hacerlo y otros, en cambio, porque la presión
y las malas acciones de estos gobiernos les obliga a trabajar más de catorce horas al día para
garantizar tan solo dos comidas al día y la esperanza de que algún día podrán ser los dueños
Las disputas más grandes que tuvo Joaquín con los fanáticos religiosos fueron siempre
por el hecho de que ellos representaban mal la Iglesia a la cual él también pertenecía. Y
muchas cosas tendrían que pasar entre ellos antes de que hubiera un ganador. Mi maestro tuvo
que enterrar a su familia y le provocó un gran dolor interior. Pero allí no acabó su vida. Tendría
que soportar nuevas aventuras en un mundo que, parecía, no estaba preparado para recibirlo.
67 | P á g i n a
1.5. El incendio.
Tuvo que enterrar a su esposa solo y sin ninguna fortaleza para afrontar el resto de la
vida. El amparo que había recibido de ella cuando sus padres faltaron se perdió con la vida
de su amada y no hubo quién pudiera consolar su corazón. Desde el momento en el cual Diana
enfermó se intentó comunicar con sus suegros pero había sido inútil. Un par de días después
del entierro se dio cuenta que ellos habían muerto en un accidente de tránsito en un país
extranjero mientras intentaban firmar un acuerdo comercial. No les habían dicho nada porque
no querían que se sufriera más, pues el hecho se había producido los mismos días en los cuales
había fallecido Agustín. Los padres de Diana se habían dado cuenta de los males que les
aquejaban en aquél sitio por medio de ciertas amistades e influencias que todavía tenían en
ese municipio. Este evento le consternó más aún, pues Diana había muerto esperando una
«Estoy solo en medio de arpías que han querido asesinarme ¿qué debo hacer?... ¿A
quién debo asistir ahora que mi corazón se ha destrozado y cada pedazo ha sido enviado a un
lugar distante de esta tierra?... Ay Dios, estoy devastado y no puedo encontrar consuelo...
Aquella vieja promesa de que cuando el hombre necesita consuelo lo encontrará en ti parece
el mundo se ha vuelto en mi contra... ¡Oh Dios de luz y de oscuridad, rey de reyes y señor de
señores, dígnate en manifestarte en mi vida para saber que todo valdrá la pena, que esto que
siento solo será temporal y que mi interior se construirá sobre los cimientos que ahora están
68 | P á g i n a
destruidos...! Me has quitado a mi reina y a mi único amor... Mi pequeño niño se ha
marchitado antes de ver el auge de la humanidad y solo ha conocido las miserias del hombre...
Parece que tú permites que la gente haga en tu nombre lo que deberían hacer en nombre propio
o del maligno... Devastar un pueblo como este, atacar a los inocentes no es justo... ¿por qué
has permitido la muerte de quien salvaría al hombre de sus actos cuestionables? Pero no, no
ha sido del todo culpa tuya, pues es el hombre el que comete estas acciones en tu nombre. ¡Oh
Dios, custodia mi corazón porque estoy a punto de caer hacia un abismo sin fondo! Ya no sé
qué más hacer, tal vez no exista un mañana para ver un nuevo amanecer y dar las gracias por
un nuevo día en el cual voy a acumular más tristezas interiores. Esto no puede ser justo:
aquello que he llegado a amar con tanto fervor ha perecido y no sé a dónde dirigir mi camino.
Ya mi hijo ha muerto y no puedo revertir este acto... ¿Qué debo hacer?... ¿Qué más debo
esperar?...» dijo Joaquín envuelto en un mar de desesperación y odio. Mientras expresaba esto
su voz parecía escupir mierda y resonaba como mil tambores de guerra anunciando la llegada
Y allí estaba, encerrado en sus cavilaciones internas, sabiendo que con ellas solo
lograría hundirse más en una depresión inminente pero sin querer evadirla, pues sabía que lo
único que podría tener a su familia con vida era el recuerdo que pudiera tener de ellos: lo peor
que puede sucederle al hombre es el olvido y por ello se pasa toda la vida buscando que en la
posteridad sea recordado por alguien: tan solo quiere perpetuar su nombre para saber que no
ha sido del todo inútil su existencia. Durante una semana estuvo en su cuarto, con la mirada
perdida en algún punto de la pared [¿o tal vez del universo?]. De vez en cuando susurraba
conversaciones pasadas que en ese instante volvían a su cabeza. Eran antiguas palabras dichas
a su amada o sueños construidos con su hijo. Pero estos ya no podrían ser. Ya todo estaba
69 | P á g i n a
perdido y su alma vagaba por un mar de recuerdos que le mortificaban y que le alegraba su
corazón porque en este sentía que volvería a ver a su familia. Pero algo en su interior le decía
Alguien fue a ver si estaba vivo o muerto y a ayudarlo para salir de aquél lugar interior
en el que estaba alojado. Pero él no quería salir de allí, pues en ese lugar todavía estaba oculta
la felicidad de un pasado reciente que no quería olvidar, del cual no deseaba desprenderse. En
algún punto de su consciencia o inconsciencia sabía que si quería conservar vivo el recuerdo
de su hijo amado, de su dama, compañera, la piedra angular sobre la cual había depositado
sus emociones, sensaciones, y toda su vida en general, tendría que permanecer vivo él y
enfrentarse a la sociedad que quería verlo muerto. No obstante, no creía tener las fuerzas
suficientes para cumplir con esto y ya su papel dentro de la humanidad se había desvanecido.
sociedad han conspirado en mi contra, poniéndome en medio de las espadas agudas de los
fanáticos religiosos y las escopetas del gobierno corrupto y autoridades ineficientes. Si tan
solo hubieran realizado su labor de manera honesta y a tiempo nada de esto hubiera pasado...
Sí, mi hijo estuviera vivo y en mis brazos... Yo soy la única víctima en todo esto...», se decía
Pero más allá de las cavilaciones y odios interiores sabía que debía tomar una decisión
fundamental: vida o muerte para sí mismo. Y ello le hizo pensar en el día en que pensó en ese
camino para su hijo y sintió cómo sus ánimos se bajaban más de lo que ya estaban. «Y pensar
que fui yo quien quiso matarlo en primera medida», afirmó despreciándose. Toda su vida
pasada volvió a su mente para aniquilarlo y de repente vio su cuerpo tirado en la sala de la
casa envuelto en sangre: fue el día en que intentó quitarse la vida. Si no hubiera sido por Diana
70 | P á g i n a
y su familia lo hubiera logrado. «Sin mí, ella seguiría viva. Si tan solo ella se hubiera
demorado un poco más, si nadie hubiera sentido el desmayo y el grito que sostuvo cuando vio
el cuerpo tirado en el suelo, si tan solo hubiera logrado morir, hubiera permitido la vida de
ella. Siempre ha sido más fuerte y consciente de las cosas que suceden alrededor. Le he fallado
a la humanidad y no hay nada que pueda hacer para solucionar lo que ya he hecho mal en mi
existencia. ¡Qué desgraciado soy al ser el portador de tan malas noticias y el causante de toda
intentó suicidarse sintió que su vida se marchaba de su cuerpo. No le dolieron las cortadas
que se hizo sino el saber que su decisión había sido para siempre. Pero su amada se manifestó
ante él como lo que siempre fue: un ángel protector, un guardián que defiende a la persona en
Nunca más. Pocas palabras para designar el dolor más intenso que puede golpear al
ser del hombre. La presencia del ser querido, por su perecer material, no volverá a
manifestarse «nunca más». Esta es la sola idea eterna que puede afectar el corazón de un
a sentir los labios de la mujer amada ni los abrazos del hijo que se apoderó de su interior. En
definitiva, entre todas las ideas que un hombre pueda tener, la que solo se ha establecido de
una vez y para siempre, parece expresar una regla general de olvido en la cual se inscriben la
mayoría de las personas para gritar: «Nunca más». Y en la mente de Joaquín todo parece
conspirar para que esta sola idea universal se asiente en su interior y le asegure que no volverá
71 | P á g i n a
Luego de esa primera semana alguien vino por él entonces. Y por primera vez salió de
su habitación, sintiendo cómo la luz del sol le cegaba, como si hubiese acabado de salir de
una caverna o de una mazmorra. Después de haber pasado una semana sin tomar baño alguno,
la mayoría de los hombres desprenden un olor nada agradable. Menos aun cuando han hecho
sus necesidades fisiológicas en el mismo lugar en el cual han pasado sus noches. Y el caso de
Joaquín no era diferente a esto. El olor nauseabundo que provocaba estar en esa habitación
era indescriptible. Nadie supo, a ciencia cierta, cómo pudo sobrevivir todo ese tiempo bajo
esas circunstancias. Aquél hedor que salía de su boca era peor al de la habitación. Al parecer,
en algún momento decidió comer aquello que su cuerpo había rechazado por el otro conducto.
Ningún mendigo ni habitante de calle ha alcanzado tal nivel de desagrado como el que tenía
Tal vez quien asistió al encuentro fue alguna de sus empleadas de la empresa de
bicicletas que, preocupada por aquél que le había dado la oportunidad de ganarse la vida con
dignidad, había ido a su rescate. Joaquín no sabía con certeza quien era esta persona, pues se
encontraba como sumido en un éxtasis incomprensible y su mente había alcanzado tal nivel
de desesperación que este mundo material no podía ser suficiente para tal estado de hipnosis
que parezca, el hambre de emociones por la soledad y la tristeza de haberlo perdido todo, le
se levantó de esto. «Debo encontrar al responsable del envenenamiento que ha azotado este
pueblo. Deben pagar por lo que han hecho. La única acción que se debe plantear ahora por
una relación de necesidad, es la venganza», se dijo a sí mismo mientras fue cegado por la luz
del sol que penetraba ahora todos los rincones del hogar.
72 | P á g i n a
Escuchó una dulce voz que le pareció de un ángel. Tiempo después sabría que había
sido Lucía, su más fiel trabajadora y su mano derecha en los negocios. Las bicicletas nunca
hubieran triunfado sin la mano mediadora de esta dama. Ahora pensaba que, en los momentos
más difíciles de su existencia siempre había tenido una mujer al lado que le aseguraba su
futuro y que le sacaba de las depresiones que de manera constante se hacían presentes en su
pensamiento, corazón y mente. En este instante, parecía que Lucía quería protegerlo y
postergar todo sentimiento de desolación en su espíritu. Lo trató con la autoridad de una madre
y, al mismo tiempo, con la delicadeza de una mujer amante. Él solo se dejó guiar por ella y
permitió que le tratara como a un niño. Ese día se alimentó, tomó un baño y se quedó en el
patio de su casa hasta que la oscuridad lo abarcó todo y volvió a internarse en la habitación
Muchas cosas pensó en el tiempo posterior a los decesos mortales, pero de esto no
hay ningún registro o ha entrado, como tantas otras cosas de esta historia, en un olvido
intencional por parte de todas las personas que de alguna manera se han visto involucradas en
ella. Lo que sí se sabe es que tras mucho esfuerzo se pudo detener la intoxicación del pueblo
y unos cuantos se salvaron. Aquél grupo de fanáticos religiosos se dio a la tarea de intentar
convencer a toda la población que sobrevivió a su ataque que esto era una señal enviada por
Dios para que todos se convirtieran y vivieran según las reglas y las leyes que ellos deseaban
asentar en ese lugar. Más que la práctica de ese amor mariano del cual gustaban en predicar,
parecía una política de extermino de lo diferente que intentaban ocultar en lo que ellos mismos
denominaron la «ideología de género». «En muchas ocasiones, por nuestra doble moral,
criticamos a otras religiones por el hecho de que caen en extremismos religiosos, sin pensar
en que nosotros podemos llegar a ser peores que ellos ocultándonos bajo el discurso del amor
73 | P á g i n a
hacia el otro», recordó Joaquín en algún momento estas palabras que él mismo había dicho el
día del entierro de su amada, y pensó en la posibilidad de que estas personas pudieran estar
tras esta acción que provocó la muerte de más de la mitad del pueblo. Pero también se dijo
que no podía juzgar ni señalar a nadie sin tener las pruebas necesarias para mostrar su verdad.
En su mente solo intentaba encontrar el culpable del hecho de tanta mortandad y se apresuraba
Pasó algún tiempo e intentó retomar su vida en dónde la había dejado pero su corazón
no estaba dispuesto a seguir si le faltaba algo tan importante como el amor de su familia. Un
abogado lo contactó y le mencionó que era uno de los herederos de la fortuna de los padres
de Diana. En realidad lo había sido ella, pero como había muerto con el nieto, no quedaba
más remedio que dársela a él. Alguien le ofreció una cantidad determinada de dinero para
comprar todas las propiedades y los negocios que un día tuvieron sus suegros y, aunque el
valor que le dieron era menor al que tenía todo aquello en el mercado internacional, era lo
suficiente para que no volviera a trabajar en la vida sin tener la necesidad de pensar en
problemas económicos. Solo aceptó la mitad del dinero que le estaban ofreciendo y dijo que
ahora no necesitaba mucho para vivir, pues todo lo que quiso conseguir era para el futuro de
Agustín y, al estar este muerto, ya no tenía sentido continuar acumulando dinero que nunca
iba a gastar. Y de aquello que recibió una buena cantidad la repartió en el pueblo en algunas
obras de caridad para los niños que más habían sido afectados por esta peste que se ensañó
sobre ellos. Algunos de ellos quedaron huérfanos y Joaquín quiso asegurar algún tiempo de
74 | P á g i n a
¿Y por qué ayudar a aquellos que, en potencia, le han dejado sumido en una crisis
como la que tenía? Su respuesta era más sencilla de lo que cualquier hombre hubiera podido
pensar: ningún niño tenía la culpa de lo que los adultos hacían. Ellos eran unas víctimas de
todas las relaciones entre personas que no son capaces de amarse los unos a los otros pero
predican con gran devoción la paz sobre todas las cosas. « ¡Que muera el fanatismo! ¡Que nos
dejen en paz con sus estupideces y su ignorancia!», dijo alguna vez Joaquín desesperado.
deseado desde el fondo de su ser este estado para dedicarse a la meditación y la contemplación
teórico o un deseo de unión con la esencia del mundo, sino que era la oscuridad y el temor de
no saber qué sería de él el día después de mañana. Ya en su vida no había nada seguro, y, de
nuevo, se enfrentaba a una vida contingente que destruía sus argumentos acerca del dominio
de la existencia y el control del devenir. Allí ratificó que no podía tener planeado un proyecto
de vida porque cada vez que empezaba a conquistar nuevas facetas de este plan, algo sucedía
y lo arrojaba a un nuevo inicio. A parte de ello, una espada había atravesado su corazón y lo
retorcía, provocando un intenso dolor. Todavía pensaba en que no había alcanzado a superar
la muerte de sus padres, cuando su amada esposa y su hijo perecían y sus manos ya nada podía
hacer para salvarlos. «Me encuentro solo en el mundo. Como una gota de agua en el desierto,
como un grano de arena en medio del mar ando las calles sin saber mi rumbo. Sin querer
de un pasado que fue pero que no volverá a ser. Destruyo mi vida inmerso en el pensamiento
mismo.
75 | P á g i n a
Las personas veían en él un desgraciado. La transformación que tuvo fue sorprendente.
Todos acostumbrados a verlo contento, servicial, fornido y con un rostro de autoridad que solo
él poseía acompañado de un deseo de conocerle y una humildad que ningún otro hombre ha
poseído en la historia, salvo Moisés. Ahora, todos sentían lástima al verlo demacrado, triste,
«parado en las meras ganas de vivir» como llegaron a decir por la delgadez que gozaba algún
tiempo después de esta tragedia. Todos lo veían hablando solo y se burlaban de él. Pero nadie
se imaginaba que en estas conversaciones que tenía con su pasado, intentaba reconstruir las
bien por lástima mientras estaba presente y como a un desadaptado mientras estaba ausente.
Puso en venta su empresa de bicicletas y al primer comprador, que fue el alcalde del Pueblo, se
lo dejó en la cantidad que aquél quiso darle. Luego de realizar este mal negocio, se fue hacia su
casa y le prendió fuego. Para él esto era un nuevo inicio, una época distinta en su vida en la
cual tendría que renunciar a todo lo pasado para proyectar un futuro diferente en el cual el dolor
a otra persona porque nadie se lo merecía. En esta travesía de la existencia había visto que
aquellos a quienes más había ayudado fueron los primeros en darle la espalda o en burlarse de
él a sus espaldas y algunos otros estaban a tres metros bajo tierra. No quiso ayudarlos porque
esto representaría nuevas desilusiones en su existencia, seguir siendo el objeto de burlas del
pueblo, nuevas murmuraciones que habían acabado con la vida de sus queridos. Encender su
casa era permitir un momento de purificación para renacer en algo nuevo y para ello tenía que
desprenderse de lo que en un primer momento le había causado tantas alegrías. Vio su casa
arder y destruirse.
76 | P á g i n a
Muchos intentaron asistir a este encuentro para manifestarle sus intenciones de ayuda,
pero lo único que lograron fue ver cómo este sujeto se quedaba como una estatua, con la mirada
fija en lo que había sido el sueño de su vida: la construcción de un hogar estable y duradero.
Todos los recuerdos materiales se reducían ahora a cenizas, pero las llamas no podían extinguir
las emociones que en su interior querían asesinarlo. Los vecinos procuraron que las llamas no
se esparcieran a otras viviendas. Al interrogar a Joaquín le dijeron que averiguarían con todo el
rigor de la ley quién había sido el causante de esa nueva tragedia para él y que harían que pagara
con dinero y muchos años de cárcel. La única respuesta de este fue: «no es necesario que haga
eso. Citen a todo el pueblo en el parque porque tengo algo importante que decirles. En media
Al llegar todos al parque escucharon a este hombre que dejó salir todos sus sentimientos
delante de los habitantes del pueblo, incluidos los fanáticos religiosos. Y fue tal la sublimidad
de sus palabras que no hubo quien no llorara al ver el corazón de un hombre al desnudo. Pocas
veces se tiene la posibilidad de ver a un filósofo hablando de lo que siente, pues siempre están
dedicados a explorar la racionalidad de los discursos y las nuevas maneras de ver y definir el
mundo en su totalidad. Todos estaban conmovidos con él, con su historia, sus divagaciones
acerca del bien y del mal y de todo lo que en su interior se encontraba. Todos lloraron y tuvieron
por una nueva desgracia el hecho de que con este discurso expresaba su despedida. Se marchaba
del pueblo, pues sabía que muchos, en medio de sus murmuraciones, le habían echado la culpa
a él por las muertes: por haber recibido la maldición de la pitonisa, el pueblo se había diezmado.
Para él, según dijo en ese instante, era más importante la vida de ellos que la suya, y que no
quería ser el responsable de nuevas muertes, aunque le sorprendería que todos creyeran aún
77 | P á g i n a
más en estas cosas irracionales que en la razón. Todos se lamentaron por esta decisión, peo
Este, cuyo nombre ha de quedar en el anonimato para la posteridad, contaba con tan
solo nueve años en el momento del discurso. Ese día era su aniversario y solo le había traído
dolor, pues toda su familia había perecido con la peste de mercurio. También fue uno de los
que se benefició con el poco dinero que Joaquín había regalado, pero se hizo consciente de
que esto no reemplazaría la presencia de sus padres en su vida. Tomó su dinero y siguió al
filósofo. Justo en la entrada del pueblo, cuando aquél daba un último suspiro antes de partir
hacia la inseguridad y contingencia de un mundo extraño para él, este niño se le pegó a los
pies y le dijo que si no se lo llevaba a dónde fuera, no lo dejaría partir del pueblo. Hay Dios,
¿por qué permites estas cosas? Era tan solo un niño e hizo llorar más al filósofo por este hecho
que todos los dolores que aquél había recibido a lo largo de su vida: justo en el momento en
el cual ya lo daba todo por perdido y pensaba que ya nada más podía sentir, se aparece aquél
pequeño le llama a que le convide de sus desgracias, que no le deje solo en un mundo que
también se ha dedicado a hacerle la vida imposible. Ya no hay nada más que pueda hacerse.
El niño debe partir con el filósofo maldito hacia un lugar extraño para ambos: el mundo es
muy grande para quienes se quieren aventurar por él sin haber vivido lo suficiente o por haber
Por más razones que le dio al niño para que regresara y se quedara disfrutando de la
tranquilidad que ganarían todos sin él, no pudo persuadirlo. Ese pequeño fue más obstinado y
tuvo más agallas para no dejarse intimidar por lo incierto del futuro que les esperaba, pues,
según afirmó, estaba bajo la misma incertidumbre fuera del pueblo como dentro de él.
78 | P á g i n a
Y se puede decir que esa ha sido la mejor decisión que pudo haber tomado ese niño. Lo siguió
hasta los confines del mundo y aprendió de él tantas cosas como pudo, aunque siempre vio al
adulto como una figura enigmática y jamás lo comprendió del todo. Y puedo dar cuenta perfecta
de lo que vivieron juntos porque yo era ese pequeño. Ese día gané un maestro y el viejo Juaco
ganó un discípulo.
79 | P á g i n a
1.6. La máscara que recuerda la tragedia.
Hay decisiones en la vida que no pueden ser comprendidas. Ellas suceden en algún
momento y nos obligan a pensar de un modo al que no estamos acostumbrados y que nos
arroja a una oscuridad y un laberinto del cual no sabemos si saldremos, al menos no con vida.
Y preciso estas decisiones son las que nos hacen enfrentar con nuestros límites y saber que, a
pesar de tener dificultades y no saber cuál será nuestro futuro, siempre podremos dar un poco
más de nosotros para salir de los atolladeros en los cuales caemos por diferentes razones. O
tendremos que vivir para siempre con una máscara para enfrentarnos al mundo y no salir
mucho más lastimados de lo que a diario estamos. En muchas ocasiones, tomamos un camino
u otro pretendiendo ser fuertes, pero en nuestro interior sabemos que no estamos preparados
para recorrer ese camino elegido u obligado. Me tardé mucho tiempo en comprender que este
era el caso de Joaquín y, en cierto modo, el mío. Lo que hicimos en esa época, estuvimos
obligados a hacerlo. En parte fue una lección, pero también fue nuestro deber.
Y he ahí parte del devenir trágico de todo hombre: la mayor parte del tiempo no
comprende las acciones ni las circunstancias que le acaecen y tampoco se esfuerzan por
comprenderlas del todo, pues por simple que parezca, muchos dicen que tiene que ser así.
¿Nos hemos dado a la tarea de comprender la realidad que nos acaece a diario? No hay peor
ciego que aquél que pasa toda su existencia viviendo una vida sin preguntarse el qué de las
cosas. ¡Qué vacío se debe sentir un hombre para no hacer preguntas acerca de su entorno!
Pobre desgraciado: solo vive una existencia sin poder saber nada acerca de ella.
80 | P á g i n a
Salir del pueblo significaba enfrentarnos con lo austero, vivir una vida para la cual no
estábamos preparados y que en cierto modo, no debimos haber elegido. Pero todo se reduce a
el cual nos tenían lástima y, al mismo tiempo, estorbábamos. Pues todos allí nos miraban con
ojos de misericordia, pero fueron demasiado cobardes como para abandonar sus prejuicios
No valían las riquezas ni nada material: en cada día de nuestra vida esto fue lo menos
importante para ambos. Tan solo sabíamos que teníamos una cosa en común: el alma
suficiente como para dejarnos morir de indiferencia y de olvido. Nuestro deber fue marcharnos
destierro semi-voluntario, semi-obligado. Jamás tuvimos la intención de hacer todas las cosas
que hicimos pero tuvimos que vivir bajo una máscara que decía algo distinto de nosotros.
Ocultamos lo que somos, no porque fuese un plan secreto para lograr algo malvado en contra
de la sociedad, sino que no queríamos ser lastimados de nuevo por nadie, ni siquiera por
nosotros mismos. Durante mucho tiempo andamos juntos, pero desconfiando el uno del otro
nuevas alteraciones interiores que nos arrojarían a una nueva decepción. Vivir, en este sentido,
estar vivos no hace parte de la certeza de perderse en sí mismo a cada instante para ganar un
81 | P á g i n a
poco más de muerte? Hacemos todo lo que está en nuestras manos para evitar el instante
inevitable de perecer tras las garras de la muerte. Comemos saludable, hacemos deporte,
vamos a la universidad y tenemos una cantidad exorbitante de hobbies con lo cual creemos
que somos felices, pero solo son acciones que nos hacen olvidar de momento que moriremos
La pregunta acerca de qué pasa luego de la muerte la planteamos siempre de una forma
errónea, pues nuestro interrogante debe ser si el mundo continuará existiendo a pesar de que
perecer el cuerpo pareciera que nuestra participación en la vida ya no será necesaria. Somos
seres contingentes incluso luego de nuestro perecer material. ¿Y el alma? Nadie lo sabe. Tal
vez exista un mundo más allá de lo visible, pero la demostración del mismo no nos compete
a nosotros averiguarlo. Por el instante, debo decir que mi maestro y yo nos preguntamos
muchas veces el sentido de la vida y la muerte y jamás pudimos llegar a una conclusión válida
que nos permitiera estar seguros de algo. Y esta es una de las enseñanzas que le debo a Joaquín
Alberto Escudero Gonzales, alias el viejo Juaco. Jamás se debe tener por absolutamente cierto
nada. Aunque hayamos partido de principios válidos y todo parezca ser consecuente y lógico,
debemos mantener cierta duda con el conocimiento adquirido. Esto se debe a que en todo
Esto lo debimos aplicar a todo. Al trato con las personas, con el conocimiento, con los
alimentos, con todo lo que nos rodeaba. Si alguien nos trataba con dulzura es porque algo
quería de nosotros; si nos regalaban algo era porque necesitaban algo o porque nos clavarían
82 | P á g i n a
alguna parte. Aprendimos a no confiar. A pesar de ser siempre temerosos, de no saber cómo
reaccionar en cada uno de los instantes claves de la vida, siempre intentamos mostrar una cara
de moneda opuesta. Éramos soberbios y autoritarios ante los demás. Esto nos ayudó a ganar
un poco de respeto en la calle, pues allí fue a donde vinimos a parar luego de haber salido del
Pueblo X.
rincón del mundo, pues su acento no lo conocimos, y nos dejó en otro pueblo. Y de pueblo en
pueblo vinimos a parar en la Polis colombiana. En la gran Medellín que era objeto de
por tener un sistema de transporte masivo funcional y auto sostenible, pero que al mismo
tiempo tenía una alta tasa de asesinatos, robos y pobreza. Tal vez ser la ciudad más innovadora
del mundo no sirvió para que pensáramos en el otro como un humano y no como una mera
mercancía. Pero allí llegamos y volvimos a marcharnos pronto porque, a pesar del poco
respeto que obtuvimos allí, corríamos más peligro que en nuestro antiguo lugar de hospedaje.
conseguimos unas bicicletas que nos sirvieron mucho mientras duraron. Gastábamos la menor
cantidad de dinero a pesar de tener de sobra. No sé cuánto tiempo vivimos así, pero los
conversaciones para dedicarnos a otras temáticas más importantes para nosotros en ciertos
83 | P á g i n a
momentos dados. La vida cambió, pero el dolor por las pérdidas seguía intacto y muchas
preguntas se quedaron atadas a nuestras consciencias. Nunca las hicimos en voz alta, pero
familias nos hubiéramos evitado tantas miserias interiores a lo largo del tiempo que estuvimos
recorriendo la calle. Para algunos éramos viajeros, para otros mendigos, pero nosotros nos
definíamos como los incomprendidos, los desterrados del mundo que andaban por todas partes
sin poseer nada y sin el menor deseo de establecerse en tierra alguna. «Si nos quedamos
demasiado tiempo corremos el riesgo de ser odiados de nuevo por los habitantes del pueblo.
Quizá sí es verdad que yo esté maldito y que solo traiga mala suerte para los que me rodean»,
me dijo alguna vez Juaco, mostrando la parte humana que tenía. ¿Y qué pasó con nuestros ex-
compañeros de pueblo? Sabrá Dios qué habrá sido de todos ellos. Pues nosotros intentamos
erradicar cualquier sombra de personas inescrupulosas que nos hayan hecho daño. Y este es
el momento en el cual, al pasar casi un siglo de nuestra salida, jamás he tenido conocimiento
alguno de lo que haya sucedido con esas personas, salvo el destino cruel que desconoció
Joaquín de sus perseguidores. Vivimos entonces. Pero tal vez hubiéramos querido algo
diferente a esto. ¡Pero qué más da! Los hechos pasados no cambiarán aunque deseemos con
Sin embargo, una vida que se ha desarrollado bajo una máscara de dolor no es
agradable. Y ello representó nuestra mortificación. La realidad externa era algo que no iba en
concordancia con la interna. Si las personas notaron nuestro pesimismo poco importa, pues
los ojos y las palabras pudieron dar a entender que había algo, más allá de lo inmediatamente
dado, que gritaba por un poco de espacio. Solo una persona ha comprendido ese fuego interno
84 | P á g i n a
que nos atormentaba y sobre todo abrumaba a Joaquín, y pudo mediar en la superación del
conflicto interior. Ya habrá tiempo de hablar de esto. Lo importante ahora es continuar con
aquella persona que, aparte de vivir para el yugo de una vida que no era la suya y que intentó
ocultarse en una máscara que no representó jamás su rostro ni su bondad, llenó su corazón de
de la abnegación ilimitada.
Lo que pensábamos cada vez que nos enfrentamos a determinadas situaciones era que
no queríamos volvernos a encontrar con personas como Maryori Julieth García Correa, la
pitonisa, pues para nosotros ella representó en su momento la perdición nuestra para la gloria
suya. A pesar de que murió al mismo tiempo que tantos otros en el pueblo, muchos la adoraron
como la redentora, como una mujer profetiza que había logrado predecir las catástrofes que
acaecieron al pueblo, pero jamás imaginaron que había sido ella la encargada y única
declaración de guerra contra todo aquél que quisiera representar la vida racional en ese pueblo.
Por desgracia aquellos habían sido los filósofos y todo el que llegaba al pueblo o estudiaba
eso allí tendría que caer en una muerte preestablecida. Esta mujer era la representación de la
soberbia y el narcicismo en su estado más puros. Creía conocerlo todo y aquellos que osaran
estar en su contra eran considerados como traidores e intentaba hacerles brujería. Por fortuna
su pensamiento se limitaba tan solo al prejuicio y a la ignorancia, por lo cual sus hechizos
nunca fueron más efectivos que sus amenazas. Lo único que pudo ratificar sus palabras eran
sus planes terroristas: única actividad en la que había sido buena hasta que probó el cáliz de
su medicina y murió por su misma mano. Para nosotros siempre representó la desesperanza y
el odio.
85 | P á g i n a
Capítulo 2: Una vida enmarcada por la soledad.
Joaquín Alberto Escudero Gonzales estaba sumido entre el deber y el querer. Por un
lado sabía que no podía desprenderse de su discípulo, pues este ahora representaba su misión
y poco a poco fue despertando en él el sentimiento paterno sobre un hijo desconocido, sobre
un niño de otros padres que había llegado como enviado por el cielo. «Si no hubiera sido por
principios de un pensamiento universal, aplicable a todas las épocas, a todos los pueblos y a
todas las situaciones. En esos días en los cuales se aventuró a recorrer los pueblos del mundo,
el cual se limitó a su región en un principio, lo único que buscaba en verdad y con una
profunda necesidad era el verdadero sentido de su vida. Y por otro lado, su espíritu no estaba
preparado para andar por el mundo como un errante. Su mente siempre pensaba en la idea de
encontrar una tierra en la cual pudiera echar raíces y vivir tranquilo con la certeza de que nadie
Recordó el sistema filosófico que un día comenzó pero que nunca pudo terminar por
haber elegido el camino de la vida sexual y, posterior a ello, la vida como padre de familia
Sintió el deseo de volver a retomar su existencia en donde la había abandonado, pero pensó
que ya no valía la pena. Y menos aún por el hecho de que esto le recordó siempre momentos
anteriores a su vida en los cuales pensaba que era feliz y abría aún más heridas de las que ya
estaban abiertas en su interior. ¿Qué debía hacer? ¿Cómo se puede volver a reconstruir aquello
que ya es dudoso que exista? Un mundo cambiante no es una morada para un espíritu estático.
86 | P á g i n a
Quien ha elegido permanecer mientras el mundo da vueltas, conoce de entrada los dolores
filósofo maldito ha elegido estar fijo en el mundo, pero incluso su pensamiento puede caer en
el olvido de quienes han tenido algún contacto con él y, en efecto, le han olvidado para
siempre. Por desgracia eso es lo único que permanece en este mundo: el olvido del ser.
abrumador como para mantener en la mente de un individuo la idea del suicidio y de la muerte.
todavía parece estar sumido en la contraposición de las fuerzas del ateísmo y el fanatismo
religioso, se le ha otorgado mayor peso, valor y significado a los prejuicios y las maldiciones
convirtió en el fundamento de sus teorías. Dejó de lado, por mucho tiempo, la idea de expresar
un sistema filosófico en páginas en blanco, pues, dedicó su vida al enseñar de forma oral lo
que creía ser lo verdadero. Ello lo hacía para que las personas no esperaran mucho de un
futuro oscuro en un país gobernado por ignorantes y radicalistas. «Aquí es mejor confiar en
nuestra mala suerte que en cualquier deducción hecha por los líderes que tenemos, tanto en lo
idea de que solo la oscuridad y el devenir tormentoso de los pueblos llegarán sin remedio para
el hombre. Él dirá que de nada sirven las luchas de clases: siempre que el corazón del hombre
sea mezquino y despiadado los resultados que obtendrá en el futuro serán la catástrofe y la
87 | P á g i n a
desolación. ¿Acaso no hemos aprendido nada en dos mil años predicando el amor hacia toda
la naturaleza?
decepción que sentía en su interior a causa de todo lo vivido, me indujo en dos relatos, uno
corto y el otro largo, que sirvieron de parábolas para expresar lo que creía y que mucho tiempo
pensamiento no trascendió más allá de lo dado de forma inmediata, pues, aunque mi corazón
se conmovió por su belleza, su contenido sobrepasó todos los límites de mis facultades
intelectuales. A este relato, me traían una y otra vez las narraciones de mi maestro y siempre
estaba en constante retorno a él. En medio de todo, este era lo único que le vinculaba al final
de su vida con la filosofía y no pudo sacarlo de su corazón por más que intentó hacerlo. El
segundo relato me permitió comprender sus miedos al momento de tener un discípulo: temía,
por principio, un nuevo abandono, un dolor por la pérdida. Diré los dos relatos, siempre en
sus términos más generales porque no he sido capaz de igualar la manera de expresión de mi
humanidad y sus miedos, los cuales, han hecho de él el humano mortal más sensible.
Suka es una de esas figuras que poco podremos comprender en el mundo occidental. Su
vida está inmersa en una sociedad tan lejana como incomprendida para los filósofos que hoy
conocemos y ponemos en un alto pedestal. Esto sucede porque las racionalidades que dominan
las relaciones sociales y las maneras de fundar las sociedades son diferentes y tal parece que
occidente ha querido dominar el mundo desconociendo las otras voces que, subyugadas al
88 | P á g i n a
reconocen la tradición de intelectuales de occidente. Pero también eso excluido ha recibido
otras categorías siempre inferiores al valor universal de los postulados occidentales o europeos.
se vincula con el Ser-absoluto. Y en esta narración cargada de hastío por el estudio y deseo
mundo terreno, existe espacio para lo mítico, lo teórico, lo místico y la práctica. Este sujeto
sí para caminar consigo hasta la unión con aquello universal, que el mero relato de su vida
con palabras (humanas, mortales) parece ir en detrimento del portento divino que representó
Se dice que fue el camino del hastío y la obediencia. Recibió su misión de ascenso
como quien dijera « ¡qué más esperas para despertar del letargo en el cual te encuentras y
vives en la despreocupación viendo cómo tu tiempo material se agota, pues vives en un mundo
y los ladrones están al acecho, pues al haber entrado tú en tu casa has dejado la puerta abierta.
Aquél negador de la preocupación por la existencia acaba por sucumbir ante la contingencia
de eso particular en lo que habita. Pero tú debes procurar ante todo la vida recta y el derecho,
el trato honesto y justo, la obediencia ilimitada sin una voz de protesta y así estarás
ascendiendo poco a poco en el camino de conocimiento para que Vishnu te lleve hasta la
unión con todo y todo seas tú. Ahora debes abandonar tu estudio, si has sentido hastío por él,
para que obtengas lo verdadero y lo correcto». Como si hubiera recibido una profecía, tomó
su camino y continuó su vida, pues aquellas palabras primeras que lo incitaron a un despertar
89 | P á g i n a
diferente, en donde lleno de austeridad recorrería un camino solitario, habían sido dichas por
Y los requerimientos para ello fueron tales que ningún humano mortal hubiera podido
realizar una cosa tal como lo realizado por Suka, quien, con tan solo 25 años hubo dejado su
estudio de las cuestiones humanas pues ya había alcanzado el hastío y no podía extraer nada
nuevo de lo que ya tenía entre sus manos. Debía aspirar a encontrar algo diferente y estar
alerta todo el tiempo por las cosas venideras y aquello que le permitiera una verdadera unión
con el Sat (el Ser, l’Etre, el «Esse» de los latinos). Vida cargada de autoridad: abandonar casa
de padres para asistir al encuentro con un maestro, obedecerle en todo a este así como le
obedeció a sus padres; cansarse del estudio para luego abandonar a su maestro y dedicarse a
la vida civil cumpliendo siempre las leyes sin reparar sobre su carácter injusto; establecer un
hogar; amar y obedecer a su esposa y practicar la fidelidad con ella; dejar hijo y nieto para
luego partir de este mundo como un peregrino que busca su hogar en diferentes zonas del
mundo, siendo pobre, pues todo lo que ha tenido lo ha dejado a sus hijos o lo ha regalado para
que estos no se acostumbren a la vida fácil: la de tenerlo todo sin hacer ningún esfuerzo, y, al
llegar a los confines del mundo, estar en constante oración y mortificación interior: esperaría
el momento final para la ascensión y convertirse uno solo, sin segundo, con el Sat.
Esta vía mística del conocimiento es la que nos permite asistir al encuentro con el dolor
y las miserias del mundo. La abnegación en este mundo parece ser la única vía para vivir, pues,
cualquier otro modo es luchar contra la corriente. Vivimos en sociedades en las que las personas
tienen ideas de reyes y una simple pitonisa, representada por un nombre cualquiera como lo es
Maryori Julieth García Correa, suele tener más poder que la lógica y la razón. Habitamos en un
90 | P á g i n a
mundo en donde nos encanta ridiculizar al otro por el simple hecho de ocultar nuestros
complejos y nuestras carencias. Si de antemano sé que soy una persona poco inteligente
aprovecho cualquier oportunidad para mostrar que los demás son menos doctos que yo para
que mi orgullo se eleve por encima de la humanidad. Así tendremos el mundo plagado de
personas como Maryori Julieth García Correa, de pitonisas oscuras e ignorantes que llenan su
vida con la burla a lo diferente por el mero hecho de representar sus errores. El camino recorrido
por Suka es el único válido para el verdadero sabio, para el genio que ha decidido alcanzar el
que cae con el tiempo y se aplasta con el desprecio de la comunidad, cuando esta se da cuenta
de lo que, en verdad, sucede. Muchos hombres tienen tantos vacíos en su interior que solo
encuentran esa vía del orgullo para saciar sus necesidades interiores.
Sentir la miseria del mundo fue para Suka una misión que pudo cumplir de la manera
más fiel y le permitió ser más que un hombre, pues alcanzó un nacimiento portentoso en el Sat
y su nombre habita hasta hoy en todas las cosas. Pero más que la vida beatífica de un verdadero
sabio que ha alcanzado el conocimiento del mundo y ha soportado las constantes miserias y
donde le ven como el siempre sabio, el único que ha alcanzado el estado de Ser-Uno, sin
segundo. «Esta es la muestra de que el mundo no podría reducirse solo a la representación del
sujeto y de sus circunstancias. Si he de padecer todo esto que ahora me atañe que sea para
mostrar que una persona habitante de un país como este, en donde la filosofía se ha degradado
al mero ejercicio de la doxa, un hombre también puede llegar a unirse con el Ser y proclamar
con satisfacción: "Esse est deus." ¿Qué dirían las Maryori Julieth García Correa de este mundo
al saber que alguien a quien despreciaron una vez se convirtió en el primero en alcanzar a la
91 | P á g i n a
unidad irreductible, anterior a cualquier pensamiento, conocimiento o acción? Ella es la maldita
resentida que ha puesto a todo el mundo en mi contra para que la ignorancia siga predominando
en ese pueblo de ignorantes y fanáticos cegados por su estúpida doble moral», dijo Joaquín al
terminar de contarme este relato y parecía que de su boca salía un fuego de mierda por la rabia
Y tenía razón en proclamar esta verdad, pues siempre le atormentó que por culpa de la
profecía de una mujer hubiera podido perder todo lo que más quiso. Y es que él tuvo
información que nadie supo nunca jamás. Maryori Julieth García Correa había sido la secretaria
de la primera iglesia que había tenido ese pueblo. Recibió el nombre de San Miguel Febres
Cordero y nadie sabía esto porque los documentos que lo demostraban se encontraban en un
lugar secreto de la alcaldía, pues había sido uno de los mayores fracasos de esa población, pues
iglesia, y al poco tiempo la destruyeron porque la deuda sobrepasó la capacidad de pago que
tenían en ese pueblo. Sobre las ruinas de la iglesia se edificó el edificio primado de la alcaldía.
Todo se quedó así en ese lugar porque la misma Maryori camufló sus malas andanzas y desvió
las investigaciones en favor suyo. Pero esto le valió para ganar una vida llena de las carencias
«Pero ella ya no puede ver tu auge querido maestro», le dije intentando calmar su
espíritu, a lo que respondió: «malditos como ella jamás mueren. Sé que en algún lugar
volveremos a encontrarnos con su espíritu de arpía». Y luego nos dedicamos a hablar acerca de
interpretaba como eso: como una mera aspiración hacia lo universal que luego copiarían de la
manera más vil en occidente y le darían un nombre por completo diferente. A pesar de todo lo
92 | P á g i n a
vivido y de que él mismo en algún momento de su existencia había proclamado que él se definía
como lo acaecido en sus circunstancias, y que había dado rienda suelta a la contingencia para
no ver la vida de la misma manera racional que había pensado al iniciar sus estudios de filosofía,
en algún punto de su mente se encontraba el hecho de otorgarle todavía cierta importancia a las
verdades de valor universal. Comprendió lo difícil que había sido esta discusión en la vieja
escolástica, respetaba esta posición, pero aún se negaba a darlo por sentado y en su mente estaba
el hecho de poder buscar el fundamento de una teoría que pudiera valer para todos los hombres
en todos los tiempos, aunque sabía la incoherencia de esto en una época carcomida por la
¿Cómo puede un hombre tener pensamientos tan contrarios en su mente? Pues esta le
decía lo que debía hacer, su razón dictaba premisas universales de moralidad, pero su corazón
jamás hizo alarde de su sabiduría y se encontró con personas deseosas de aplastar a los demás
con sus limitaciones intelectuales. Como un presagio pudo ver que de verdad el mundo está
plagado de personas que, como Maryori, tienen tantos complejos en su interior que intentan
curarlos con los malos tratos a los demás. Para Joaquín, tenemos más elementos comunes con
la bestialidad que con la humanidad. «Pero qué más da, llegó a afirmar alguna vez, en este
mundo nos tocó vivir y parece que es improbable cambiarlo hacia algo mejor».
93 | P á g i n a
Si este primer relato, que dejo aquí por escrito de la manera más imperfecta que puedo,
segundo parece estar impregnado por la fantasía y, como una profecía se presenta ante mis ojos
como la mayor revelación que jamás haya podido conocer. Para él, el conocimiento siempre
invadía toda acción y pensamiento. Con cada palabra dicha parecía designar aquellas cuestiones
ocultas para la humanidad y que en su mente tenían tal espacio y tal orden que nadie podría
conocer hasta donde se extendía su sabiduría. Para todo tenía una historia, toda decisión se
inmiscuía en una teoría determinada y las personas que se situaban a su alrededor confundían
sus pensamientos con una biblioteca. No podría determinarse con exactitud cuándo estaba
hablando en nombre propio y cuándo en el nombre de otras personas. Lo que más podría
resaltarse de él era su capacidad para narrar historias, pues en cada una de ellas, vivificaba cada
uno de los personajes introducidos en su historia. Así podría verse el segundo relato que da
origen a su pensamiento.
En algún punto de su vida conoció la historia de Felipe Monsalve, uno de los seres más
hermosos que haya podido existir en esta tierra. Por lo menos, el relato que llegó a él por medio
de la tradición oral del pueblo Z, cuya existencia parece hoy perdida en este país del sagrado
corazón de Jesús, de esa manera lo presentan. Jamás hubo una belleza más pura y natural que
la suya. Pero, por las decisiones que tomó, y al abandono al que fue sometido por parte de
muchas personas importantes para él en algún momento de su vida, tuvo que enfrentarse a
existencia era la soledad. Sin amigos, sin novias, sin nadie que estuviera a su lado en los
cual no hubiera ningún enemigo a la vista que pudiera herirlo, como tanto lo hicieron sus
94 | P á g i n a
compañeros de escuela por tener una personalidad distinta a la del resto. Aunque sus
experiencias negativas con ellos le sirvieron para asentar las bases de sus ideas y la aversión a
En algún momento de su infancia, con la profesora Ernestina, vio alguna película que
hablaba acerca de los ermitaños. En aquella ocasión, entró en su cabeza la idea de que su vida
tendría que ser como la de aquellos que logró ver en la película. Sin saber por qué, ni a qué se
debía su necesidad de estar en continua soledad, intentó construir un plan para convertirse en
una persona como los ermitaños. Sin haber comprendido el asunto del todo bien, y teniendo tan
solo diez años, se aventuró a hablar con su familia para que ellos le permitieran una cosa como
estas, pero lo único que consiguió fue el desprecio de su familia y el hecho de que le llamaran
loco. Pero él, en medio de su rabia y de su manía por triunfar en aquellas cosas en las que nadie
creía que triunfaría decidió que lo haría, sin importar lo que le dijeran sus padres. «Es mi vida
y no la de ellos. No tienen por qué decirme nada», fue lo único que les mencionó antes de
encerrarse en su habitación.
Para Felipe, nunca hubo más motivación que el hecho de que le dijeran que era
imposible que una persona como él pudiera triunfar en algo en la vida. La mayoría del tiempo
tuvo que escuchar este tipo de cosas por parte de sus padres y de sus amigos. «Este mundo es
para los aventados no para las güevas como usted», le decían sus compañeros cuando lo veían
planeando su vida. Y ¿qué más da? Para él era preferible vivir en un mundo de sueños e irreal
que en aquella realidad que tanto le maltrataba y le hostigaba a la depresión. Poco a poco se
introdujo más y más en la soledad y se introdujo en ese mundo del anacoretismo. Se enamoró
de ello y, con los pocos recursos que le daban sus padres para sus gastos particulares en la
95 | P á g i n a
escuela, comenzó a construir un «fondo económico para el desarrollo y construcción de la
ermita», como le llamaría más tarde. Su proyecto era sencillo y creía que no afectaba a nadie
con eso, pues era su vida la que estaba en juego y solo a él afectaba. «Si nadie me quiere,
entonces podré encerrarme de por vida sin tener ninguna persona que me llore o que me vaya
A pesar de la decisión que tomó a una edad muy temprana y que fue consolidando a lo
largo de los años, todo en su existencia parecía ir de mal en peor. Entre más pasaba el tiempo
las burlas se hacían más crueles, incluso llegaron a pasar de las palabras a los hechos. «Por
desaparición. Para muchas personas que han intentado hablar o vivir de manera diferente en
este país de mierda parece que solo hay dos vías para que no se manche por la ignorancia y la
violencia que hay inmersa en nuestra identidad como nación: o te suicidas o te vas para otro
país como exiliado», se recriminaba a sí mismo por tener que soportar tantas cuestiones
negativas en su diario vivir. El poco dinero que tenía no le alcanzaba para marcharse a un país
lejano y la idea del suicidio, aunque tentadora en muchas ocasiones, era impensable para él en
ese momento. Lo único que vio era el aguantar esta situación hasta que pudiera marcharse,
Tan solo en una ocasión en su vida reaccionó ante las burlas de los demás compañeros
y casi es expulsado del colegio por ello. Tal vez no midió su fuerza lo suficiente para saber que
hasta el hombre más débil puede llegar a asesinar a otro hombre en un momento de rabia. Felipe
lo pudo comprobar cuando le fracturó a uno de sus perseguidores varios huesos: una de sus
piernas, un brazo y dos costillas. Lo hizo cegado por la desesperación. Sin saber cómo, lo tiró
96 | P á g i n a
al suelo y le dio tantas patadas como le fueron posibles antes de que lo redujeran entre cuatro
profesores y dos estudiantes. Su vida siguió y, aunque luego de este hecho las cosas se calmaron
un poco, en su corazón la mayoría del tiempo había algo llamado odio y venganza. Pero él
de su vida viendo sufrir a otros por su propia mano. Reprimió este deseo hasta el extremo,
aunque en ciertos momentos se avivaba el asunto y quería salir a toda marcha para lastimar a
los otros. «Todo hombre tiene un límite y estoy a punto de sobrepasar el mío. Si he de hacer
algo en contra de ellos, será tan grande que saciaré tantos años de tormentos y humillaciones»,
se decía en estos instantes de desespero pero no lo llevaba a cabo por el miedo a ser tan injusto
Y he aquí que cuando estaba inmerso en medio de una de sus crisis emocionales,
aconteció algo que jamás pensó que le acaecería. Tan solo contó su historia a su mejor amiga
de toda la vida, y para él fue lo más complejo de realizar pues era su historia más íntima, aquél
secreto que no quería revelar a nadie por el significado que tuvo y la belleza que produjo en su
espíritu a pesar de haber sido lo más fugaz que tuvo en su vida. Apreció una persona de la
manera más inesperada y se convirtió en un todo para Felipe. Su nombre, prohibido por el
no se enamoraría? Ojos azules, labios rojos, cuerpo dorado y moldeado por varias horas de
trabajo y esfuerzo en gimnasios. Y ello era complementado por la formalidad de una persona
que, en su primer contacto, no pretende herir a nadie y trata con cariño a todo aquél que de
alguna manera entra en la vida. A pesar de confiar en pocos, no le negaba su amistad a nadie.
97 | P á g i n a
Pero Felipe no pudo hablarle. Temió que con su rudeza o sus odios interiores pudiera hacerle
Estudiaban en el mismo colegio. Fue fácil verla a cada instante, propiciar espacios que
permitieran estar cerca de esa persona, no para construir una amistad con ella sin para
contemplarle en su actuar diario, saber desde la distancia cómo actuaba, cómo pensaba, cómo
vivía. Lo quiso saber todo acerca de esa persona y se inscribió en una de las redes sociales a las
cuales supo que pertenecía a quien consideraba el amor de su vida. Le siguió en secreto y vio
muchas cosas de ella: tenía un par de hermanos mayores, los cuales no vivían con ella y era un
excelente deportista. Muchas medallas por practicar porrismo y otras tantas por el patinaje. Por
las publicaciones que aquella persona hacía en esa red social, se hizo una imagen de su amor
tan grande que temió más aún el acercarse. «La perfección está apoderada de su ser. ¿Cómo
puedo yo agradarle?», se dijo en algún momento. Así pasó algún tiempo y decidió olvidarse de
esa persona para dedicarse a sus estudios. La acción que precedió a esa determinación fue que
Por este primer rechazo de su amor, decidió intentar continuar con su vida como si nada
hubiera pasado. «Al fin y al cabo solo es una breve obsesión que tengo y al pasar un tiempo me
habré olvidado de esa persona. Tal vez no sea amor lo que siento sino cualquier otra cosa. Debo
dedicarme a aquellas cosas que he abandonado desde hace tanto tiempo», se dijo en cierto
instante luego de ver las fotos de aquella persona. Aunque en ese momento no sintió que debía
abandonar este proyecto por el hecho de haber sido rechazado una vez, sino porque la persona
a quien amaba en silencio era de su mismo sexo. Tuvo que reconocer el hecho de haberse
enamorado de un chico llamado Sebastián Monsalve Aguirre. Era unos tres años menor que
98 | P á g i n a
Felipe y mucho más hermoso. «Cualquiera puede caer en sus brazos para ser feliz por siempre»,
Durante algunos meses continuó con sus estudios y dejó de buscarlo. Intentó evitarlo el
mayor tiempo posible para no dejarse seducir de nuevo por esa mirada tan especial que
provocaba en su espíritu continuas torturas por desear aquello que le estaba prohibido. Pasó
cerca de año y medio sin que ambos se vieran y parecía que los dos habían logrado seguir sus
vidas sin la presencia del otro. Todo ello hasta que, en el mismo colegio, en un acto cívico, les
tocó hacerse juntos y Felipe estaba tapando algo importante del acto y Sebastián le habló para
que se corriera. Ese mismo día este último casi tumba al primero por un impase que tuvieron y
le pidió disculpas. Felipe ya había creído olvidar a ese personaje de su vida pero parecía que
había creído mal, pues al escuchar aquellas palabras del amor de su vida y al sentir sobre sí el
peso de la mirada más hermosa que jamás haya podido imaginar, sintió cómo el mundo le dio
enormes vueltas y lo dejó con una sensación de vacío interior que no pudo soportar del todo
bien. En su corazón aparecieron de nuevo aquellas viejas emociones perdidas en algún punto.
Las creyó extintas pero solo estaban guardadas para ese momento en el cual lo volvió a ver. Y
en ese tiempo de separación parece que la vida le favoreció a Sebastián pues se había puesto
Felipe siguió en su modo de vida sin poder hablarle a Sebastián Monsalve Aguirre, su
profundo amor y su dolor de cabeza. Siguió espiándolo durante todo ese año y, cuando salieron
declaraba todo su amor. Fue un gran error el haberlo hecho pero en ese instante no vio más
opciones para no perderlo, pues, a partir de ese año ya dejaba de ser estudiante de ese colegio,
99 | P á g i n a
y permitiría que su amor se dedicara a otras cosas y poco a poco se olvidara de él. Intentó
expresarse de tal manera que no pudiera espantarlo ni asustarlo por el hecho de que alguien de
su mismo sexo se le declarara. En esta ocasión no fue rechazado ni silenciado por aquella
persona sino que al poco tiempo le llegó una respuesta de él en donde le decía que las puertas
de su corazón estaban abiertas para una nueva amistad pero que no podía ofrecerle su amor,
La solo idea de haber obtenido la respuesta de Sebastián le dejó tal alegría que no pudo
dormir esa noche, ni la siguiente. Se aceptaron en sus círculos de amigos y al poco tiempo
comenzaron una charla que les duró hasta el amanecer. Eran tantas cosas las que tenían que
decirse que la noche no fue suficiente para terminar lo que tenían pendiente y durante tres días
estuvieron en continuo contacto. Hasta que, por algún motivo de la vida y la inexperiencia que
tenía Felipe en sus relaciones con los otros, y al querer entregarse por completo a aquella
persona que amaba y no quería perder, le ofreció una ayuda que pareció más un deseo de
comprarlo de alguna manera. Aquél necesitaba unos elementos para una competencia de
patinaje y este se lo ofreció «de una forma incondicionada». La suma de dinero ascendía a un
poco más de dos salarios mínimos, es decir, más de un millón de pesos. Por desgracia en este
mundo parece que nada puede darse gratis y todos piensan que cuando uno ofrece su ayuda es
porque requiere algún servicio a cambio. Y de esa manera lo interpretó Sebastián al creer que
Pero Felipe solo quería ganarse la confianza de su amor y consolidarse como su mejor
amigo, pues valoraba más la presencia de aquél en su vida que una sola noche de sexo para
luego olvidarse de lo que sintió alguna vez. Ese día en el cual le ofreció ese dinero, se acabó la
100 | P á g i n a
amistad entre ambos, pues Sebastián, temeroso de lo que pudiera pasar, no solo le dejó de hablar
sino que hizo mil cosas para que Felipe no volviera a aparecerse en su vida. Y parecía que lo
había logrado, pues este no volvió a tener conocimiento de lo que había sucedido con aquél. En
los días siguientes al hecho fue tal la depresión a la que se sometió que intentó suicidarse y
dejar su historia escrita mediante un video que él mismo subió a las redes sociales. Pero no
bastaron las cuarenta pastillas de hidroxicina que se tomó para morir, pues luego de una
intoxicación y de algunas consecuencias que quedaron en su cuerpo durante los días posteriores
a este evento, continuó con vida como si nada de ello hubiera pasado, aunque con el dolor de
Pasó mucho tiempo y justo cuando pensó que estaba empezando a recuperarse de la
despedida volvió a aparecer Sebastián en su vida. Y allí, sin saber cómo reaccionar, intentó
seguir su vida con tranquilidad pero tenía que acabar esa historia que había iniciado de una
manera extraña y que había representado tantas cosas para él. Le volvió a hablar pensando que
ahora sería más fuerte y no se dejaría llevar por sus instintos más bajos y podría terminar en
definitiva con todo lo que había sucedido entre ellos. Pero no fue del todo como quería. Una
semana después de haber reiniciado las conversaciones con aquella persona de su pasado, se
acostó con él. Sí. A pesar de la aversión que tenía de tocar a los demás y de sostener algo íntimo
con un extraño, tuvo sexo con un hombre y le encantó. No fue por el acto carnal sino por haber
tenido a la persona más importante en sus brazos. Pero lo volvieron a lastimar porque luego de
esto, Sebastián volvió a perderse y jamás volvieron a verse en sus vidas. No valieron las
llamadas ni los mensajes que le enviaba, pareció que se lo hubiera tragado la tierra, y una
profunda crisis volvió a apoderarse de su corazón. Jamás volvió a ser el mismo, sino que se
101 | P á g i n a
internó más en su soledad y en su austeridad. «No estoy hecho para el contacto con los otros,
Al intentar olvidar su pasado y consolidar ese sueño que tuvo de niño, tomó todos sus
ahorros y les dijo a los padres que quería que le dieran la parte de la herencia que le correspondía
y reclamaba como suya la finca que tenían en las afueras del pueblo como suyo. Los padres
accedieron a ello para que se enfrentara a la vida y dejara de lado todas esas metas y sueños de
niño, como se lo manifestaron, y se diera cuenta de la complejidad que significa ser adulto. Él
tan solo defendía la idea de no perder ese impulso que tenía desde hacía tantos años y que quería
dedicarse por entero a la contemplación del mundo y la soledad. Pero en cierto modo lo hacía
solo para olvidar aquellas malas experiencias que parecían hacer la carga de su vida más pesada
de lo que podría haber cargado. Una semana después de haber cumplido los 18 años, los padres
le entregaron todos los papeles de la finca y le dijeron que si lograba permanecer en ese lugar
por lo menos durante siete años sin pedirles ayuda, le pondrían todos estos papeles a su nombre.
Él accedió de inmediato porque dentro de su corazón sabía que tenía que irse rápido antes de
existencia para lograr algo con su vida. Llegar a este lugar sin nada fue para él una de las cosas
más complejas de su vida, pues no sabía qué cuidados debía tener para sacar adelante sus sueños
y proyectos. Más complejo fue para él su estadía en ese lugar por el mero hecho de que la
supuesta casa que había allí estaba tan deteriorada que si pasaba una sola noche en ese lugar, lo
más seguro es que hubiera muerto con la caída de alguna teja o de alguna de las columnas o
vigas que soportaban la casa. Si quería lograr algo, tendría que comenzar de cero. Tuvo que
102 | P á g i n a
construir un campamento y una casa con bolsas plásticas y otros implementos que la misma
naturaleza le fue dando. Durante algunas temporadas podía vivir sin el infausto recuerdo de sus
tragedias pasadas, pero siempre volvía a su mente ese pasado suyo que tanto le había costado
acostado con un hombre y, más que eso, haberse enamorado de este. Todas las mañanas las
dedicaba a las labores del campo, a preparar la tierra para para las cosechas, pues según su
oración constante.
No fue fácil, pues casi que con cada invierno tenía que reconstruir su casa y siempre
debía mantener los pocos libros que tenía en ciertos lugares bien envueltos para que la lluvia
no los fuera a dañar. Fue tan constante en eso que quiso que al cabo de un par de años, fueron
tantas las cosechas que consiguió que pudo vender algunas de ellas para poder tener alguna
fuente económica y poder adquirir, de vez en cuando, algunos elementos de aseo personal
indispensables para su vida y algunas otras cosas para su vivir en la ermita y, poco a poco, de
las ventas fue sacando para el inicio de la construcción del edificio en el cual habitaría. Desde
la primera semana de su arribo a aquél lugar pudo sembrar las semillas de algunos árboles
entre otros. Aunque muchos de estos estaban todavía pequeños y les faltaba algún tiempo para
poder comenzar a dar frutos, con los nuevos ingresos que ahora tenía pudo adquirir ciertos
abonos para asegurar el sano crecimiento de estos. En sus otras cosechas estaban papas, yucas,
y algunos otros elementos que las personas compraban mucho en ese lugar y le permitió tener
su dinero. Al principio lo hacía él mismo pero no le daba mucho resultado, aunque se ponía
muy contento por el hecho de recibir algunos pesos en esos instantes. Sus productos los vendía
103 | P á g i n a
los domingos, y aunque iba poca gente, podría conseguir algunas otras cosas. Luego de algún
tiempo tuvo un asociado que le vendía los productos en la plaza del pueblo y a partir de ese
instante tuvo más dinero, pues aquella persona tenía un talento extraordinario para los negocios,
Con el paso de los meses fue consolidando muchos proyectos y cuando cumplió cinco
años de estadía en ese lugar pudo vender cerca de las dos toneladas y media de productos y los
árboles frutales comenzaron a dar algunos frutos, esto también le significó algún nuevo ingreso
para él. Luego de este tiempo y de continuar con sus proyectos económicos pudo dar inicio a la
construcción de la ermita. Después de haber sufrido incontables veces con los plásticos pasó a
de ese edificio. Sería algo sencillo en un inicio pero había valido la pena tanto esfuerzo pasado.
Sus padres tuvieron que darle las escrituras de la finca y reconocer que el niño que creían
incapaz de hacer nada en la vida había triunfado a pesar de sus presagios negativos. Casi nunca
lo volvieron a ver. Por la norma con la cual vivía no podía tener mucho contacto con las demás
personas, y, además, a ellos no les parecía bien ese estilo de vida que él había elegido, entonces
castigaban sus decisiones con la ausencia. Pero él sabía desde el principio que esto era algo que
debía suceder: sin importar cualquier cosa que quisiera hacer con su vida, siempre estaría solo.
Pasaron los años y sus padres murieron. Él no se dio cuenta hasta que, por pura
casualidad uno de sus hermanos lo invitó a celebrar con una eucaristía el primer año del
fallecimiento de ambos. No asistió porque le dio tan duro el hecho de haberse dado cuenta tan
tarde que sintió remordimientos. Se internó aún más en su soledad y la mayor parte del tiempo
la dedicó a la oración. Por una temporada poco le importó la economía de la cual vivía y por
104 | P á g i n a
poco pierde todo lo que había logrado en tantos años de esfuerzo y sacrificio. No hubiera podido
albergar tantas cosas en su corazón y seguir con su vida si no hubiera aparecido en su existencia
la figura femenina de una amiga de infancia. Su nombre era Lourdes y conocía mejor el
pensamiento de Felipe que él mismo. Tal vez era la única amiga que le quedaba y la que
siempre estuvo pendiente de que no fuese a morir en la idea de construir una ermita. Ella fue la
que le envió el contacto para la venta de sus productos y la que logró que su negocio se
consolidara en varios otros pueblos aledaños. Por mucho tiempo hizo cosas por él en secreto y
él le correspondió con la gratitud y la amistad incondicionada que siempre les caracterizó. Ella,
con el paso del tiempo, se casó y a él le dio una tristeza profunda, pues pensó que eso era una
separación definitiva, pero no fue así, pues Lourdes le amaba más a él que a su esposo y Felipe
En el momento en el cual se dio cuenta que sus padres habían muerto se comunicó con
ella y tuvo el apoyo necesario para no dejarse morir. El asunto fortaleció tanto su amistad que,
Por desgracia ella también supo aprovechar esas confesiones para apoderarse de sus
sentimientos, hacerlo enamorar de ella para luego dejarlo sumido en una profunda depresión y
marcharse a hacer su vida con su familia. Para ella fue todo tan fácil como esto: «para impedir
que se suicide y que continúe con su soledad, es necesario que vuelva a sentir amor por alguien,
que se enamore aunque muy en el fondo sepa que sus sentimientos nunca podrán hacerse
realidad y que luego sufra un poco por esto, pero no morirá, pues cualquier cosa es menos
intensa al dolor que siente de no haber despedido a sus padres y no acompañarlos en el momento
final de sus existencias». Y así lo hizo, solo que Felipe tomó el asunto como un nuevo fracaso
y se encerró más aún. Pero al final de su vida pudo reconocer el valor de lo que hizo Lourdes
105 | P á g i n a
por él, aunque este reconocimiento llegó varios años después de la muerte de ella. Se enamoró
entonces, pero esta vez fue de una mujer. Esto le dejó con muchas más confusiones en su
interior « ¿Cómo podría ser posible que un hombre pueda amar a los hombres y a las mujeres
al mismo tiempo? No tendría una respuesta para ello, pero en mi interior el amor se ha
manifestado de esa manera y nada puede pasar que no haya sucedido antes: puedo amar a todos
Su vida continuó y se tuvo que enfrentar a algunas cosas para las cuales nunca estuvo
preparado: alguien, por pura envidia quemó su casa, su ermita y todo lo que había conseguido
a través de tantos años se había perdido de un momento a otro. Casi muere en el hecho. En
medio del incendio él resultó afectado con quemaduras en casi el ochenta por ciento de su
cuerpo: se condenó a sí mismo a vivir bajo el yugo de una máscara para siempre para que nadie
conociera el rostro de la tragedia y que nunca le preguntaran qué le había pasado y por qué su
rostro parecía más arte abstracto que una figura humana. Su proceso de recuperación fue muy
largo pero pudo levantarse de ello. A diferencia de lo que había vivido en un pasado suyo que
había considerado tan trágico por las burlas de sus compañeros de escuela y de colegio, esto
ahora le parecía el colmo, pero no se dejó vencer por los sentimientos negativos que le
algún punto de su existencia y dejó por sentado que sus acciones a seguir tenían que estar
mediadas por la venganza. Tendría que vivir para que sus perseguidores murieran y pagaran
por todo lo que le habían hecho. Esto lo decidió y lo ratificó el día en el cual un juez le dijo que
no encontraron a los culpables de ese atentado y que no tenían tiempo para buscarlos.
106 | P á g i n a
La indignación que sintió al recibir esa noticia de la no culpabilidad provocó en su
espíritu tal grado de decepción que quiso hacer justicia por su cuenta. «Si a la persona del
común no la ayudan en los momentos en los cuales lo necesita, es necesario ver si lo mismo lo
aplicarán a quienes nos gobiernan. Quedará claro para el mundo que en este país la justicia solo
es una máscara que beneficia a cierta clase social y que aplasta a otra que, desde la humildad y
la ignorancia, intenta sobrevivir a este estado nacional de derecho», se dijo mientras sentía que
escupía mierda. Y para Felipe el asunto fue tan sencillo como tomar un plano y saber que haría
explotar el lugar en donde se hiciera la próxima posesión presidencial en Bogotá. Allí estarían,
por lo menos dos presidentes: el que entregaba el cargo y el que lo recibía, además de algunos
otros senadores, representantes a la cámara, ministros, altos mandos de las fuerzas armadas y
con todas esas personas de un mismo golpe. Lo único que valía la pena en ese momento era la
venganza, y al no tener una figura criminal a la cual pudiera atacar, tendría que hacerlo con el
poder político.
«Ellos representan el poder en este país, si se puede combatir y destruir ese símbolo la
gente tendrá que comenzar a pensar bajo una racionalidad diferente a lo establecido y, en ese
caso hipotético podrán actuar en favor de una justicia que pueda ser aplicable a los oprimidos
de la nación», se dijo esperanzado. En su mente todo estaba claro y no había espacio para el
error ni para el decaimiento de este plan. Solo la perfección tenía lugar en esto y si quería que
nadie lo descubriera en esto tendría que construir un «plan secreto y perfecto». El problema
para él fue el dinero con el cual intentaría llevar a cabo tal asesinato. Luego de haber salido del
hospital se dio cuenta que la mayoría de sus recursos económicos se habían perdido con el
incendio y lo único que le quedaba eran unos pocos millones en el banco, con los cuales tendría
107 | P á g i n a
que reconstruir su casa y sus cultivos. No tendría tiempo para ahorrar la cantidad que le
permitiera provocar ese daño. Pensó en algún modelo eficaz que le mostrara el cómo causar el
Al llegar a su predio se refugió en la casa de madera que había construido hacía tantos
años y que conservó por el recuerdo de una vida pasada en la cual tenía el mundo en su contra.
No había cambiado mucho el asunto y no supo cómo esa choza sobrevivió al incendio, pero lo
agradeció, pues ahora era de nuevo su hogar. Volvió a hacer los contactos de comercio que
tenía antes y comenzó a vender algunos de sus productos en los municipios aledaños al suyo
pues los árboles frutales se habían conservado. Para este no dejó nada porque pensó que sus
perseguidores tendrían que ser de ese lugar. Los árboles frutales fueron su salvación en ese
instante, pues eso le permitió tener comida en el plato y algo de dinero en el bolsillo. Diario
sacaba un bulto de cada uno de los diferentes frutos que había en sus terrenos y luego de un par
Al cumplirse ese tiempo, el cual también dedicó al estudio de cómo debía ser un buen
terrorista, se marchó a la plaza del pueblo para conseguir algunas semillas y volver a sembrar
algunos otros productos que en otro tiempo eran tan productivos para él y, por desgracia, poco
antes de salir comenzó a caer una tormenta en ese municipio y tuvo que quedarse refugiado en
el lugar en el que se encontraba. Su figura llamó la atención de inmediato pues para la gente no
es tan habitual encontrar a alguien con máscara y hábitos monacales en una plaza de mercado.
Todos conocían su historia, todos sabían quién había hecho aquellas cosas en su contra, pero
nadie le dijo nada. En este país así son las cosas. Cuando se han acostumbrado tanto las personas
a vivir con la violencia, esta hace parte de sus hábitos y costumbres y cuando acontece algo
108 | P á g i n a
como la historia de Felipe, no pasa nada, pues se ha convertido en lo normal. Muchos allí
intentaron hablar con él, pero solo una persona fue capaz de hacer que él respondiera a más de
tres preguntas.
Comenzaron a hablar de un niño que estaba en ese lugar dormido bajo unos costales
sucios. En un primer momento pensó que estaba muerto, pero al poco tiempo se dio cuenta que
no lo estaba y que se trataba de un chico llamado Timmy. Al menos ese era el apodo que le
habían dado para no mencionar su nombre verdadero, pues, según las personas era un nombre
maldito. A Felipe algo no le cuadró del todo en esa excusa y les dijo que le explicaran más ese
asunto. Ellos le comentaron que hacía mucho tiempo había vivido en el pueblo una pitonisa,
una mujer mística llamada Maryori Julieth García Correa que había hecho una predicción y se
ganó el respeto y la fe de todas las personas. Lo que había dicho ella era que entraría al pueblo
una gran peste que acabaría con la vida de la mayoría de las personas en ese lugar y así se
cumplió. En esa ocasión un niño llamado Tomás Vélez Velásquez fue el último en ver la muerte.
En su agonía dijo que nunca había existido una predicción sino que esa señora había
envenenado las aguas del Pueblo y que, gracias a ello, todos estaban muriendo. Nadie le creyó
El dictamen médico para el caso de ese niño fue muerte por envenenamiento y, según
las cosas, alguien abusó de él. Ningún niño del mundo debería ser tocado en sus partes íntimas
por ningún adulto y menos perpetuar con uno de ellos algún acto carnal para el que no está
preparado. Pero en un mundo como el nuestro, en el cual todo está vuelto al revés, es habitual
tener ese tipo de acciones con los más pequeños. Todos comenzaron a dudar de las palabras
que había dicho aquella mujer y en vez de considerarla una mística la llamaron bruja, pues
109 | P á g i n a
todos pensaron que la muerte del niño Tomás se debía a su mano. Ella negó el asunto y dijo
que, en un futuro, si alguien tenía ese nombre sería maldito y todo aquél que quisiera tener la
custodia del pequeño para cuidarlo moriría de una manera trágica. « ¿Cómo podría ser posible
que maldijeran a un niño?» dijo cualquiera de los asistentes a la conversación. Pues, en esa
época habían dicho lo mismo y decidieron expulsar a la mujer. Nunca más se supo de ella.
Aunque en los comentarios que salían a flote como un pequeño murmullo, algunos se atrevieron
a decir que la mujer estaba maldita o que tenía algún pacto con el demonio, por lo cual, estaba
condenada a una vida eterna y a no dejar de expulsar maldiciones. Esto, según la gente que
Sin embargo, cuando nació este niño y todos supieron su nombre de bautismo, tuvieron
miedo del pasado que lo atormentaba, aunque muchos daban por sentado que sería solo una
mentira. Pero no fue así. Timmy, como le decían, había visto morir a toda su familia y algunos
otros que quisieron velar por su bienestar. Tenía solo siete años y todos le tenían miedo. El niño
jamás pasaba dos noches en un mismo sitio porque todos lo echaban por temor de morir por su
causa. «Cualquier día de estos aparecerá muerto en alguna parte, por hambre o por la mano de
alguien más, pero no llegará a cumplir un año más de vida», dijeron algunos como si nada
pasara. La vida y la muerte carecía de un valor allí y la gente no se preocupaba por lo que
sucedería el día después de mañana sino que buscaban sobrevivir cada día con lo poco que
tenían. Y este pequeño era víctima de las palabras de una persona que había llenado su
existencia de negatividad: las palabras tienen más poder del que se piensa y es seguro que
Timmy lo vivió en carne propia. Según las palabras de un tiempo antiguo, todo niño que
recibiera ese nombre vería morir a toda su familia antes de cumplir los 10 años y, antes de esta
110 | P á g i n a
El pequeño era hermoso como nadie ha imaginado. Pero su cuerpo cada día reflejaba
más la culpa por haber recibido un nombre maldito. Este niño tenía segura la muerte y el olvido.
¿Qué más esperar? Tan solo el momento definitivo estaba por llegar y nadie podría hacer nada
para cambiar esta realidad. O por lo menos, nadie quería hacer algo, pues en el pueblo creían
más en las maldiciones que en cualquier otra cosa. Y allí estaba Timmy muriendo a la vista de
todos. ¿Y a quién le importaba que el niño muriera allí o en otro lugar? En este mundo cada
cual busca su bienestar y lo que suceda con los otros importa poco. La indiferencia y el olvido
Al cesar la lluvia Felipe hizo una apuesta con esas personas: si era capaz de hacer que
el niño sobreviviera por lo menos hasta cumplir la edad necesaria para servir a la patria en el
ejército, todos tendrían que comprar sus productos para abastecer los negocios que tanto dinero
les dejaba; en cambio, si moría antes de lograr este cometido, ellos podrían quedarse con sus
tierras. Todos vieron una buena oportunidad en ello y aceptaron, pues creían que ni siquiera
pasaría un año antes de verlo morir. «Cuando eso suceda, cuando muera nuestro vecino, todos
tendremos las facultades para hacer crecer el negocio, pues la tierra que él tiene es la más fértil»,
La historia entre ambos fue duradera. Sin importar las palabras acerca de la maldición
que pudieran sufrir ambos, vivieron durante mucho tiempo y cumplidos los términos de la
apuesta, Felipe se convirtió en uno de los hombres más ricos de aquella región. Nadie supo
cómo logró que ese niño maldito se convirtiera en eso que todos vieron, pues, todos creían que
moriría. Algún tiempo después de haber recogido a Timmy, tuvo la posibilidad de dejar el país
y vivir durante algún tiempo en la India y otro tiempo en Londres. Conocieron estas culturas y
111 | P á g i n a
gracias a ellas aprendieron varios idiomas y las relaciones con los demás seres humanos. El
niño se hizo un hombre sabio y fuerte y todos comprendieron que habían partido de una serie
de prejuicios insanos y que las muertes se debieron a la casualidad y no a lo dicho por una bruja,
pues así la continuaron recordando para toda la posteridad. Felipe al fin cesó sus planes de
venganza porque encontró en Timmy la mejor manera de expresar su amor y terminó por
olvidar lo que había pensado una vez acerca de la vida y la muerte. Su vida se vio transformada
por un niño maldito. Felipe murió a los noventa años y conquistó el respeto de todas las personas
que lo conocieron. Sin embargo, aún no se sabe dónde reposan sus restos mortales, pues lo
único que se sabe de él es que, a esa edad de la vida, logró unirse con el Ser-Absoluto.
Luego de haber escuchado esos relatos por parte de Joaquín Alberto Escudero Gonzales,
la duda por el origen de su pensamiento de lo universal como forma de vida seguía latente en
mi pensamiento. « ¿Cómo puede desprenderse de esto lo que piensas en verdad sin tener en
hablas de una manera oscura y eres poco claro en tus razonamientos. ¿Qué tiene que ver todo
esto con lo que te he preguntado?». La cuestión era mucho más sencilla de lo que mi mente
estaba buscando: a pesar de vivir en medio del dolor y las miserias del mundo, puede
con el Ser, el cual habita en todos los rincones del mundo, y, siendo uno solo, sin segundo, se
En los relatos que me ha legado Joaquín y que los presento de una manera imperfecta,
pues la memoria de un viejo no ha de recordar con precisión lo dicho hace tantos años, presentan
rasgos similares y para Joaquín eso era lo único que importaba. La miseria del mundo, el dolor
112 | P á g i n a
de la existencia, vivir en constante negatividad fueron lo que él vio y lo único que valió la pena.
Vivía porque aún guardaba la esperanza, muy en el fondo de su mente, el hecho de ascender
hacia lo universal y poder comprenderlo todo, tener el conocimiento verdadero y saber el por
qué le habían ocurrido tantas y tan crueles situaciones en su vida. «La idea de estos relatos es
que lo universal existe y puede ser alcanzado por el hombre, sin embargo, debe permanecer
atado a una vida en contingencia, saber que nada de lo que está a su alrededor puede ser
controlado, obedecer las reglas y las leyes de cada sociedad en la cual se asista, procurar no
cambiar ni juzgar el destino del mundo y soportar todas aquellas cosas que la vida le presente,
pues, en muy buen sentido, eso es lo que prepara al hombre a retener para sí la humildad
necesaria para ser raptado por Isvara y ascender hacia lo habido más allá de un Dios eclesiástico
o personal y permanecer. Ese es todo el asunto. Para mí lo universal no es tanto valer lo mismo
para todas las épocas y todas las situaciones sino encontrar un punto fijo que le permita al
hombre conocer sus potencialidades y no perecer ante los tormentos de la existencia y de una
sociedad carcomida por la corrupción y la desigualdad. Para mí, la meta de mi vida está en eso:
no aguantar más necedades humanas sino que a través de un punto fijo poder reposar y tener la
satisfacción de estar en todas partes sin ser poseído por nada. La vida es todo lo contrario a ello:
particularidad, contingencia, maldiciones y demás reparos que nos trae esto para ser infelices.
Nada de lo que tengo me agrada, nada me pertenece, todo fluye y se acaba con el tiempo. Yo
quiero lo eterno, lo lleno de contenido, lo pleno, en donde se ausentan las ideas del placer y el
dolor», me dijo con tal melancolía que creía que moriría en ese lugar.
de suicidio y a la pérdida de su familia, aún tenía fuerzas y esperanzas para luchar por la
113 | P á g i n a
universalidad. Pero ello le permitió tener serios conflictos interiores que fue mostrando con el
paso del tiempo y con una personalidad en declive: ¡En tantas ocasiones mostró ser una persona
tan amable y ahora fingía ser el más rudo de todos! «A veces para sobrevivir en este mundo
debemos ser más fuertes que los demás y herir sus sentimientos antes de que ellos hieran los
nuestros», decía envuelto en lágrimas. Quería llegar a lo universal, pero tendría que pasar
primero por lo particular y su corazón se desgastaba más rápido de lo que quisiera. Jamás
levantó la voz ni utilizó sus brazos para lastimar a los otros, aunque en ciertas ocasiones gozaba
de la irreverencia y el irrespeto por lo otro. Con el tiempo comprendí que esto lo hacía cuando
eso otro de lo cual se burlaba le sonaba a radicalismo y fundamentalismo. Con su vida se opuso
al fanatismo religioso y en diversas ocasiones le escuché decir «por el hecho de ser creyentes
no podemos dar cátedra de moralidad ni pretender tener la verdad para todo y que esta sea
efectiva para todas las generaciones venideras. Cada persona tiene sus sueños y sus metas y si
supiéramos vivir en una verdadera sociedad, cada uno podría disponer sus talentos para que
todos lleguen a alcanzar su verdad, su sueño y que entre todos reconstruyan esa Verdad que ha
sido repartida entre los hombres», dijo en alguna oportunidad. Y para él, la verdad que había
heredado era la de mostrar el camino a seguir para alcanzar la unión con el Ser y que las demás
«Lo verás, me dijo en cierta ocasión, la gente terminará por aceptar de nuevo las viejas
discusiones de la escolástica acerca de los universales. Solo se deben plantear de la manera más
conveniente posible para que la mayoría lo comprenda tal como es en realidad y no como
debería ser. Yo doy mi vida para ascender por el camino que lleva hacia lo universal, hacia
aquella unión con lo Uno, sin segundo, que hasta ahora solo se ha quedado expresado en cuentos
o relatos místicos como los que vengo de contarte, pero yo intentaré demostrar el camino real
114 | P á g i n a
que nos lleve hasta aquél lugar. Soy consciente de que todo conspira en mi contra para no
mostrar esta verdad que, para mí, debería ser la única que existiese. Valdrá la pena todo esto
que nos está sucediendo. Valdrá la pena habernos enfrentado a la pitonisa Maryori, la cual,
parece haber influenciado a más personas por sus malas intenciones, pero nosotros no debemos
permitir que eso nos atemorice y, antes bien, continuar hacia adelante porque así debe ser. Ojalá
la vida no me obligue a arrepentirme de lo que estoy haciendo porque cada día pierdo más las
esperanzas de hacer lo que quiero con mi existencia. Pero no hemos de sufrir tanto como lo
amerita el ascenso definitivo, pues ese lo debo hacer solo, sin compañía ni ataduras que me
Y la verdad sea dicha, teníamos buena cantidad de dinero para sobrevivir por muchos
años e intentábamos caminar sin gastar más de la cuenta. La vida de Joaquín estaba medida por
la moderación y la justicia. A pesar de tener más dinero del cual podría haber gastado en toda
su existencia, solo hacía uso de lo necesario para no perecer en esa sociedad. Y así iba por el
mundo, sin lujos, sin cuestiones materiales que le ataran a un solo lugar y hastiado por el
la maldición se habían hecho presentes, parecían golpear la mente de Joaquín a cada instante.
No había día en el que no pensara en las cosas pasadas y se preguntara qué sería de su vida si
nunca hubiera tenido relaciones con el amor de su vida: Diana, o qué hubiera pasado si nunca
hubiese muerto su hijo Agustín. En varias ocasiones afirmaba que todo esto era tan solo una
manera para no morir en la depresión y alejar un poco más el sentimiento de la venganza. Tan
solo era necesario estar ocupado en algo y qué mejor que defender unas premisas universales
que él mismo sabía que no podría triunfar luego de la caída de la Edad Media y la repartición
115 | P á g i n a
de la Verdad entre todos los hombres, lo cual parecía que se había apoderado de la sociedad en
general. Defendía un imposible y lo sabía, pero, en medio de tantas crueldades que debió vivir
Recordaba la mayor parte del tiempo a las personas, a los fanáticos que le habían
instaurado la guerra: estaba una Patricia Naranjo Montoya a la cabeza y esto le defraudaba. En
una ocasión, cuando un empleado suyo falleció, ella asistió a su casa para las novenas
correspondientes al alma de este y le estuvo agradecido por ello. Pero ello no justificó lo que
incansables noches que pasaba con Diana explorando una sexualidad que ahora anulaba de mil
maneras; el hijo que tanto amó; el sistema filosófico que nunca terminó; la enfermedad y la
muerte. Todo venía a su cabeza y era inevitable que pensara en ello y que su ánimo viviera
constantes decaimientos emocionales. Jamás le vi sonreír, ni expresar una voz de cariño hacia
nadie. Se refugió en su interior y permitir la salida de una emoción que nada tuviera que ver
con la negatividad y las miserias del mundo fue complejo, pero no del todo imposible. De la
única manera que dejaría aflorar lo que en su interior habitaba sería en el momento de ascender
para ser parte de ese Ser Absoluto del cual tanto hablaba. ¿Y de dónde sacaba estas ideas? No
puede saberse, pues luego del nacimiento de Agustín no volvió a leer casi nada y antes de ello
no le alcanzó la vida para adquirir tantos conocimientos como los que tenía. Solo es de decir
que, en medio de sus cavilaciones, parecía una biblioteca andante: conocía todos los libros,
todos los autores y siempre extraía algo que presentara conceptos como lo absoluto, lo universal
116 | P á g i n a
2.2. Valores invertidos: lo económico superpuesto a lo religioso.
sería por el hecho de que en algún punto de su juventud quiso ser un monje de clausura. Su
vida estaba atravesada, de principio a fin, por lo religioso. Nunca lo dijo en público, pero
siempre lo llevó en su corazón: quiso ser un monje de clausura pero la vida le hostigó a no
serlo. En aquella época todo parecía conspirar con el hecho de que entregaría sus esfuerzos y
sus talentos en el servicio de una Iglesia que, para ese preciso momento y visto desde un punto
de vista ajeno, parecía preocuparse más por el dinero que por la vocación misma de quienes
pretendían estar en aquél lugar. Muchos querían asistir al encuentro con alguna entidad
superior que llenara todos los vacíos y las heridas interiores que les invadieron desde tiempos
remotos en sus mentes y corazones. Pero estaba aquél problema de carecer de los recursos
económicos suficientes para permanecer al interior de estos lugares el tiempo suficiente para
convertirse en monjes y borrar sus vidas de la faz de la tierra. «Y qué más da si alguna vez
decidimos la soledad como forma de vida posible en vez de quedarnos en el ruido de una
sin haberlos merecido», dijo alguna vez Joaquín. Su historia de vocación partía de su
adolescencia.
Y qué curioso asunto: en algún punto de su vida sintió que la existencia se le partía en
dos. Por un lado estaba el deseo de dedicar su vida a la filosofía. En cierto modo, pensó que
esto era tan burgués que no podía llevarlo a cabo. Entregar su vida a la soledad, al retiro
voluntario para el estudio de las principales teorías de los filósofos antiguos, medievales y
modernos, según los criterios del mundo occidental, fue para él algo precioso y, al mismo
tiempo, extraño y vacío. Pero también estaba aquél otro camino por el cual sentía mucha
117 | P á g i n a
empatía y era el de entregarse por entero a la soledad y la contemplación. En cierto sentido,
ambos caminos tenían algo en común: la vida solitaria. Intentó conciliar ambas situaciones y
decidió emprender el camino en una orden religiosa que, durante muchos años había permitido
preciso momento en el que su caminar por el mundo le dejó de parecer tan burgués ni tan
extraño y pensó que una persona bajo sus circunstancias podría llegar a comprender el mundo
según el cual no había diferencia entre sus sueños y la realidad que subyacía a su alrededor.
Todo se remontaba a esa historia de adolescente que ahora creía perdida pero que, en buena
medida, nunca le había abandonado en el caminar hacia un lugar siempre extraño para él.
¿Cuál era aquella historia que se presentaba en su memoria como algo tormentoso todo el
tiempo?
Cuando tenía tan solo catorce años comenzó a asistir a unos talleres de cine en la
parroquia del pueblo. No haría nada por fuera de lo común y nadie estaba obligado a participar
de nada que tuviera que ver con lo religioso sino solo estar en torno al cine y al aprendizaje
de todo lo que tenía que ver con ese arte. Cada determinado tiempo veían una película y hacían
un análisis de lo que estaba implícito dentro de la historia que les presentaban allí. Buscaban
información acerca de la misma y si estaba basada en algún libro, intentaban leerlo para
apreciar los rasgos de semejanza y diferencia entre el lenguaje utilizado para narrar su novela
y aquello que exploraba el filme, sus enfoques, sus giros y todo lo relacionado con ello.
Apreciaban el cine como un arte que pocos podrían lograr de una manera elocuente. Conoció
a algunos grandes de esta industria por medio de esos talleres a los cuales asistió y comenzó
a ver la vida de una manera diferente, o, por lo menos, eso pensaba en aquél momento. Todo
lo relacionaba con esto que aprendía y tenía mucho más color de esta forma, hasta que, por
118 | P á g i n a
uno de los proyectos que asumieron llamados «la religiosidad» decidieron ver tres filmes
sobre la vida de algún santo. En esa época él estaba sumido en un profundo pensamiento que
atentaba contra todo lo que tuviera que ver con este tema, pero decidió continuar con esto por
Sí, es verdad, todo hombre tiene un pasado oscuro. E incluso, muchos de los santos a
los cuales se les acostumbra prender una vela cada determinado tiempo para pedir su
intercesión para un milagro o una ayuda divina, tienen un pasado amoroso o tormentoso. ¿Y
qué hombre no tiene algún secreto que no le gustaría develar ante los demás? Por extraño que
parezca, cada cual tiene sus historias que le pertenecen solo a su consciencia y nada más.
La primera de las películas que vieron estaba basada en la vida de Agustín de Hipona.
Le sorprendió este hecho porque lo conocía como filósofo y no como santo de la iglesia. La
extrañeza por este asunto hizo que pusiera un especial cuidado en lo que vería. Quizá le
interesó más el tema por el hecho de que para esos días comenzaba a incursionar en la filosofía
y el asunto era de su agrado. « ¿Un filósofo santo?», se preguntó con cierta ironía en ese
momento. Pero tiempo más adelante se dio cuenta que por esta película, por haber estado
obligado a permanecer en un sitio en el que no quería estar, su vida fue transformada hacia un
mundo que, para bien o para mal, fue distinta de lo que pensó en esa época. A partir de allí se
convirtió en uno de los fieles seguidores de la obra de aquel filósofo, pues para él fue más
importante el Agustín pensador que el santo al que le encendían velas y le oraban de forma
mucho de lo que se le decía, le sorprendió las profundas relaciones que encontró allí entre
119 | P á g i n a
filosofía y teología. Poco a poco fue creciendo en ese conocimiento y en las relaciones que
encontró entre algo que le apasionaba y eso otro algo que, según su perspectiva, había llegado
Un par de años más tarde, más consciente de todo lo que tenía a su alrededor pero que,
en cierto modo le presentaba más dudas que respuestas, inició un proceso vocacional con dos
órdenes religiosas de clausura cuyo nombre no ha revelado nunca jamás. Por desgracia, en
aquellos días la economía del hogar no era tan sólida como lo quería, pero pensó que no sería
sociedad que ha sucumbido en las relaciones económicas y que ha dejado que lo material
cobre más valor que lo espiritual, tan solo el valor del dinero tendrá algo que aportar a las
relaciones entre los hombres. Pero Joaquín, inocente en esos tiempos de estas cuestiones
materialistas y pensando solo en el desarrollo del Ser personal hasta alcanzar el Ser Absoluto
[tema que estudió en ciertos autores de la escolástica occidental], se postuló como aspirante a
estas órdenes religiosas esperando encontrar allí un lugar mucho más seguro para sus
universal.
Durante todo un año asistió a aquel lugar y conoció muchas historias y sintió la
elección de este modo de vida como el único posible para su existencia y que le llevaría a
mejorar su espiritualidad hasta alcanzar los grados más altos que le fueran permitidos. Con
los principios «ora et labora», y «la cruz estable mientras el mundo da vueltas», comenzó a
proyectarse hacia un futuro desconocido pero apasionante. En conversaciones con los demás
hermanos de las órdenes se introdujo en un mar de historias que le atrajeron más hacia ese
120 | P á g i n a
lugar. En especial pudo conmoverse con la historia del hermano Luis. Por un breve instante
creyó desfallecer en su caminar por lo que escuchó de él pero no se dejó alterar por nada.
Según le dijo aquél hombre su «llamado» había llegado de una manera inesperada y
tan fuerte que no pudo negarse al asunto, aunque en su caminar tuvo que enfrentarse a tantas
situaciones que llegó a pasar meses sumido en depresiones «pues el mundo me hostigó por
ser pobre y casi no logro llegar hasta donde estoy, pero he debido hacer cosas de las cuales
pasado cerca de cuarenta años en el encierro. Había habitado en una población lejana en la
cual el sacerdote del pueblo era la única autoridad visible y todos le respetaban y le solicitaban
consejos en los momentos en los cuales tenían dificultades legales y espirituales. Pero llegó
un punto en el cual Luis se enteró que el cura sostenía ciertas prácticas sexuales irregulares
con varias personas de la comunidad. No lo conoció por boca de nadie sino porque un día,
mientras iba a acolitar en una de las eucaristías vio que una mujer le practicaba sexo oral al
cura. La imagen nunca se le borró de la cabeza y le dejó perplejo. En ese instante dejó de ser
uno de los colaboradores de la iglesia y pensó en ser sacerdote «para mostrar cual debía ser el
mejor modo para realizar esta labor y no dejarse seducir por las tentaciones de la carne»,
afirmó con pesar. Tiempo después aquél cura se retiraría de su cargo para consolidar una secta
El hermano Luis trabajó durante algunos años como lechero en su pueblo y logró
ahorrar una buena suma de dinero para construir una ermita, pues lo que tenía no le alcanzaba
para ir a la gran ciudad y comenzar su vida como consagrada «pues eso cuesta mucho dinero
para aquella persona que nunca ha tenido nada», decía. Pero, cuando su ermita comenzaba a
121 | P á g i n a
levantarse y los cultivos comenzaban a darle de comer y algo para el sostenimiento de su
familia, llegaron los paracos y comenzaron a extorsionarlo. Lo que demoró en construir varios
autoridad del pueblo y tuvieron tanto respeto [o se hicieron temer tanto] que hasta el Estado
tuvo que marcharse del lugar. En primera medida había perdido la esperanza de convertirse
ermitaño se vio interrumpida por las acciones de un reducido número de personas. Pero la
vida lo recompensó porque la gente del pueblo, de manera silenciosa le patrocinó su estadía
en la gran ciudad y logró convertirse en un monje de clausura. Por un lado, se alegró por ese
hecho y, de otro lado, supo que había tomado la peor decisión de su vida. Mientras él logró
escapar a la violencia que instauraron los paracos en su pueblo, sus amigos y sus hermanos
murieron de forma trágica en una de las peores masacres que se hayan registrado en este país.
Cuando se dio cuenta de ello quiso salir del monasterio y tomar venganza por sus
propias manos pero no podía hacerlo. En principio porque eso violaba los votos que había
prometido y, por otra parte, porque estaba amenazado de muerte: lo único que le podría salvar
era quedarse en ese lugar y ser infeliz por el resto de su existencia. Se dio cuenta, mucho
tiempo más tarde, que sus hermanos se habían sacrificado para que los padres vivieran, pero
no les sirvió de nada porque estos murieron de hambre: nadie les ayudó en la ciudad a
reconstruir sus vidas y por sus propios medios les fue imposible ganarse el sustento y
terminaron muriendo de inanición. «Si yo hubiera estado con ellos, lo más seguro es que algo
hubiera hecho para preservar sus vidas, pero aquí, sumido en este encierro perpetuo nada
puede hacerse por los que están afuera», dijo con un pesar enorme.
122 | P á g i n a
Joaquín dudó de la historia que le había dicho el hermano Luis y lo quiso consultar
con el Abad del monasterio quien le dijo que parte de la historia era cierta, pero otra era falsa,
solo que no le especificó cuál era cual. A pesar de este conocimiento, continuó con su proceso
vocacional, pero se olvidó de solicitar el permiso de sus padres a tiempo para este proyecto.
Lo hizo todo escondido y, en el momento en el cual solicitan este permiso, lo cual la mayoría
de las veces sucede al finalizar el año de aspirante, le fue negado y, como si fuese poco,
Joaquín tuvo que soportar una golpiza de su familia por haber ocultado este asunto. «De igual
manera, no hubiera podido ingresar a la orden, se dijo envuelto en una profunda depresión, la
verdad expresada por el hermano Luis era que para ser un monje, para servir a Dios en su
casa, es necesario ser el poseedor de una gran fortuna o de algún patrocinador generoso que
lo sostenga a uno durante diez años que dura el proceso de antes de tomar los votos
perpetuos».
Sí, por desgracia fue verdad lo que le dijeron, al menos en ese instante lo fue. Para
ingresar a la orden tenía que comprar ciertos elementos indispensables para la vida monástica
y algunos libros. Aparte de ello debía pagar una mensualidad quien sabe para qué y hacerse
cargo de sus estudios. Estos últimos, en Colombia, son costosos en exceso. Estudiar en un
país como este está reservado todavía para una cierta clase social: para los pobres es un
privilegio y quienes logran entrar a esto lo deben realizar por medio de ciertos créditos que,
luego a la obtención de un título los esclavizan con el pago de intereses a la deuda adquirida.
«A los pobres que les dan estudio los hostigan de por vida con el pago de una deuda sin la
cual no hubieran podido estudiar», defendía Joaquín. Y ¿cómo estar en medio de la felicidad
de la clausura y la soledad sabiendo que los padres o algún tutor bondadoso se encuentran
encadenado pagando algo que no les pertenece? En ese momento pensó todas estas cosas y
123 | P á g i n a
llegó a renegar de la voluntad de Dios por haberlo llamado a su casa e impedir el camino para
llegar hasta ella. Luego comprendería que Dios no tenía la culpa de lo que los hombres hacen
en su nombre y que para el corazón humano lo económico seguía estando por encima de lo
espiritual.
pertenecía Joaquín, el dinero es algo fundamental, no para negociar con la vocación de las
personas, sino para pagar los impuestos y demás cosas que la sociedad civil les cobra. El
dinero de la mensualidad pedida a Joaquín iría para un fondo que bien le serviría en los
momentos en los que la salud le faltase o en la vejez, cuando las fuerzas le faltasen y necesitara
algo sin lo cual pudiera sobrevivir. Por algunos años tendrían que llevar un poco de dinero
pero con ello podría asegurar su vida económica hasta el final de sus días. Y nunca nadie le
dijo que en cuestiones del estudio, solo le cobraban lo que valdrían algunos libros y que, si en
alguna ocasión decidía marcharse de la orden, podría irse con todo lo material que haya
conseguido al interior de la misma. Todo lo que llevara al lugar era para él mismo, pero el
dilema que llevaba en su corazón es que carecía de este dinero. Por desgracia pensó que la
vida consagrada no era posible para los pobres y que, en buena medida, su plan de vida se
había frustrado por este asunto. Sin embargo, tan solo le faltó ver con mayor claridad y luchar
Se alejó de la iglesia y renegó de ella. Pero Diana, su amada, le devolvió las fuerzas
para creer y le llevó de regreso hacia el lugar donde un día entró triunfante: la Iglesia, y gracias
a ella comprendió muchas cosas que en otro tiempo no había pensado, aunque siempre habían
dudas que reservaba para su corazón, pues, como buen filósofo, nunca llegó a ver las cosas
124 | P á g i n a
de forma superficial, sino que intentaba siempre buscar los fundamentos de todo. Y, además,
el escepticismo de todo filósofo es a veces más cierto que cualquier conocimiento adquirido
luego de una vida de estudio. Esta dama, a la cual había tenido entre las manos y con quien
escribió el capítulo más feliz de su vida, le regresó las esperanzas en algo que ya había creído
Dios. Ahora, anclado al sufrimiento y las miserias del mundo, continuaba creyendo que todo
era parte de un plan superior para encontrar el camino para la unión con lo Uno.
A pesar de los intentos de los hombres del país del sagrado Corazón de Jesús por
devenir intelectuales y sabios filósofos, la mayoría de ellos debe sucumbir ante la presión de
dicho de una forma más mundana: ¿se puede vivir filosofando cuando la despensa está vacía
al igual que el estómago? Por desgracia, en esta nación la mayor preocupación no es aquella
de las Ideas eternas o el verdadero Ser de Dios que se desvela en lo Uno alojado dentro de la
menos una comida al día. Las personas pueden tener talento para pensar más allá de lo
inmediatamente dado, pero mientras el cuerpo del hombre tenga hambre se dedicará a
cualquier actividad técnica que le proporcione los medios necesarios para conservar su vida,
a pesar de que esta sea miserable. Y ello le ha sucedido a Joaquín. Deseó con ardiente furor
el permanecer estable mientras el mundo daba vueltas, y el dedicarse tan solo a la reflexión
filosófica. Sin embargo, no tuvo los suficientes recursos económicos para dedicarse a este
Y esa es la vida de todo hombre: vive con más deseos que satisfacciones: anhela lo que no
125 | P á g i n a
puede tener y cuando lo tiene, algún otro querer se manifiesta en su existencia y le obliga a
andar vagabundo, errante por este mundo que da un lugar fundamental al dinero hasta
olvidarse del espíritu o de aquello que nos hace humanos. Nos pensamos más como máquinas
que como intelectuales y la austeridad se apodera de quienes intentan luchar contra esto.
« ¿Cuándo verá el hombre las consecuencias de sus actos? Quizá cuando ya no haya
materia prima de la cual pueda realizar todos sus avances, cuando el último hombre esté a
punto de desaparecer o sea subsumido por una cultura de máquinas con intestinos y sangre y
ya nada pueda hacerse para retroceder y salvar al hombre de sus propias garras, ahí estaremos
preparados para recuperar nuestra humanidad», dijo alguna vez Joaquín con un pesar que
como lo hubiera hecho el espíritu de un espartano, pero ahora, cansado y sin reposo para su
mente, tan solo la melancolía, por todos esos daños que acumuló con el tiempo, perduraba en
sus conversaciones cotidianas. Jamás dejó de ser humilde, ni abandonó la facultad de soñar,
aunque su alma desgarrada le mostrara que la vida nunca sería como su mente afirmaba.
Y así es la vida de todo hombre también: tiene por lo menos una frustración en su
corazón y siempre se pregunta qué hubiera pasado con su existencia si hubiera tomado
decisiones diferentes. Pero luego de cierto tiempo, ya nada será como antes. De hecho, nunca
nada es igual que en un pasado aunque sea cercano. Todo en este mundo parece ser mudable,
todo cambia de una manera escandalosa y nada puede hacer el hombre para detener su
progreso indefinido.
126 | P á g i n a
Tiempo después de haberse defraudado del mundo religioso y haber decidido quedarse
en la casa de sus padres para garantizar la seguridad y el bienestar de ellos, comenzó sus
127 | P á g i n a
2.3. La verdad repartida entre los hombres.
antioqueño buscando respuestas a interrogantes que nunca planteó y que, de hecho, nunca nadie
podrá contestarle. La universalidad continuó siendo para él uno de esos temas importantes y
creía que bajo su amparo estaba la responsabilidad de demostrar la existencia de una Verdad
Absoluta desde la cual pudiera fundar una crítica directa al fanatismo religioso y sus
expresión de una serie de veritatis æternas perdidas hace tanto tiempo y que para él tenía un
sentido y significado válido todavía. También quiso mostrar, a través de esta verdad, la
concepción de la «inversión de los términos» en la sociedad actual, tal como llamó al hecho de
otorgar un mayor valor a lo económico que a lo espiritual. No había más por hacer: la
importancia del dinero había superado el de lo espiritual, y tal vez por ello, estaba sumido en
una profunda crisis. Tal vez en ese instante se batía entre lo que su mente le decía acerca del
desarrollo de su alma hasta la unión con lo Uno, y la realidad en la que solo importaba la
cantidad de dinero que cada cual tenía en el bolsillo o en una cuenta bancaria: cuánto tienes,
cuánta verdad puedes expresar. Así eran las cosas ahora: no se buscaba la Verdad como un
cada persona sino que esta podría ser comprada y dependía tan solo de quien era el dueño del
elemento más de un sistema económico en el cual todo puede ser vendido. En la sociedad
128 | P á g i n a
actual todo tiene un precio, todos podemos ser sobornados y aquello de vivir solo para la
virtud parece que es un sueño estúpido de algunos filósofos que ya poco o nada le pueden
aportar a las diferentes sociedades, pues ya sus teorías han caído en el descrédito cuando no
en el olvido profundo. No hay remedio que se le pueda dar a los hombres de hoy ocupados en
incrementar una fortuna que a la alarga no les sirve de nada, pues todos sucumben ante las
crisis existenciales y el final de todos es el mismo: una muerte segura. ¿De qué le sirven al
hombre las posesiones materiales si al llegar a la noche a su hogar está igual de solo que si no
tuviese nada? Su orgullo está en el aparentar ser el dueño del mundo cuando en su interior tan
solo le falta la presencia de un ser amado, de un apoyo emocional que le impida caer en los
brazos del suicidio. La mayor riqueza de un hombre está en haber encontrado a una mujer que
desee permanecer a su lado toda la vida sin importar las adversidades. No hay peor dolor para
establecido pierde valor para que algo nuevo surja, puede provocar el desencanto en un
elementos para la existencia de este hombre no era lo que decía, pues camuflaba lo que en
verdad pretendía. «Tan solo un punto fijo para edificar una nueva sociedad en la cual aquellas
cosas que parecen perdidas se recuperen. El mundo está pervertido en la corrupción y las
cosas sin sentido, pero ese es el corazón del hombre: para él el conocimiento de la ley le dice
que puede infringir aquello que esta defiende. Si se le dice no robes, el hombre comprende
"puedo robar", y lo mismo con cualquier otro tipo de prohibiciones. Lo mismo ha sucedido
con lo espiritual: cuando se le dice al hombre que el cultivo del alma es importante para no
olvidar aquello que nos hace humanos, se dedican a hacer negocios y a ver a los demás como
129 | P á g i n a
máquinas productoras y no como sujetos que piensan», se quejaba de forma constante. Y decía
esto porque en todos los pueblos a los cuales asistió vio lo mismo: el principal tema de
conversaciones para muchos es el dinero y las dificultades que existentes en la sociedad actual
«A veces parece más importante la apariencia que lo interior. Pero ¿Qué más vamos a
hacer? La mente de los hombres se ha desviado del objetivo espiritual para conseguir solo en
lo material lo "verdadero", lo "cierto". Por ello todo es ahora temporal, particular, depende
del yo y sus circunstancias. Aunque, en último término, ¿qué es lo verdadero y lo cierto? Son
tan solo conceptos superfluos que designan algo metafísico y desconocido para nosotros. Esto
es andar en pantanos peligrosos y con neblina en vez de estar en tierra sólida bajo un cielo
claro e iluminado. ¿Cuál es el camino a seguir para vivir con tranquilidad y alcanzar la
eternidad del mundo? Pues cada persona tendría su definición y sendero a seguir. Algunos
tendrán coincidencias con los demás y algunos intereses en común pero esto no quiere decir
que sea uno solo el camino. ¿Pero no deberíamos decir que la Verdad, como un ente absoluto
y perdurable en el tiempo, es transversal a todos estos caminos? Tal vez sí, aunque todos ellos
parecen recoger una parte de la misma para depositarla luego en una urna inmensa que
consagra todas esas pequeñas verdades que poseen los hombres y que luego pueden construir
la única Verdad que las gobierna y sostiene a todas. El camino para llegar a esta es largo y
complejo y, según parece, a un solo hombre le queda imposible comprender todas las verdades
esparcidas sobre la faz de la tierra y no hay nadie que piense universalmente. Esa idea de un
nos ha hablado mucho, parece verse bien en el papel pero no en la práctica social. No hay un
hombre tan sabio que lo conozca todo, ni alguien tan ignorante que lo desconozca todo. El
130 | P á g i n a
primero siempre ignora algo que el segundo sabe, y este comprende cosas que aquél ni se
imagina», decía aquel hombre que se lamentaba por sus dolores interiores y por ver que el
ascenso a lo universal que conocía, parecía más un cuento de hadas y creacionista que poco o
nada aportaría a su realidad. Antes bien, si dedicaba muchos pensamientos a esto parecía sufrir
más de la cuenta.
Luego de andar por muchos lugares y vivir las diferentes miserias de las personas pudo
interiorizar eso: la Verdad no existía o se encontraba camuflada en tantos lugares que nadie
podía conocerla con exactitud. En todas partes, en todos los pueblos podían encontrarse
historias de muerte y violencia acerca de la posesión de aquella que decían ser la «Verdad»,
pero que se convertía solo en la opinión de un pequeño grupo de personas que ostentaba el
poder político o económico. «En este país el uso de la verdad se ha convertido en un debate
político en el cual cada uno expresa opiniones pero no trasciende a lo dado en ellas ni se
pregunta por lo que existe más allá de lo dicho con las palabras. Estas tan solo designan una
copia oscura y confusa de lo que es en verdad la esencia interna del mundo, esa Verdad
absoluta que hace de todo una solo existencia. Algunos le llaman el Ser que se manifiesta en
diversos grados en todos los elementos de la naturaleza y lo habido por fuera de toda
explicación racional. Es lo que hace que todo caballo, a pesar de sus diferencias particulares
siga siendo un caballo ante nuestros ojos. Lo mismo con las virtudes: un hombre puede ser
honesto pero hostil con los demás, honesto pero irresponsable. Está en posesión de una virtud
pero carece de otras. Ello no quiere decir que, por el hecho de que un individuo particular
carezca de ciertas virtudes, no significa que estas dejarán de ser virtudes. Antes bien, la
existencia de ellas no depende de la posesión que hagamos de ellas sino que existen por sí
solas. Aún más, existe algo que hace que para nosotros ellas sigan siendo virtudes sin
131 | P á g i n a
necesidad de que una sola persona las posea enteramente. Pero se nos ha olvidado eso en este
país, pues cada uno se dedica a vivir sumido en la opinión y no busca la esencia interna de las
cosas que le rodean», llegó a manifestar en algún momento Joaquín, sumido en la más
profunda de las decepciones por ver que el espíritu del hombre se conformaba con lo material
y lo superficial.
se basaban en los tormentos que, en las largas horas de caminata, padecía el espíritu de quien
no desea el cambio, sino que busca una tierra en la cual echar raíces, pero teme de nuevo a la
decepción y la miseria interior. Y todo ello se debía a la constante contraposición que hacía
entre su pensamiento y lo que debía vivir en su cotidianidad. Pensaba que eran ciertas aquellas
que había leído y que señalaban cuestiones independientes y alejadas entre sí, parecía
representar un mismo suceso: las cosas que vemos en el mundo, todo esto que está alrededor
nuestro no es sino mera copia y oscuridad de lo que hay más allá, en un mundo cognoscente
al que no podremos llegar con las limitaciones de nuestras facultades intelectuales. Los unos
hablan acerca de lo que aprehendemos por medio de nuestra razón, entendimiento, las
sensibilidades como el tacto, el color, el olor y el sabor, y que nos dicen tan solo la
imperfección de las cosas. Allí es posible la particularidad y en ese sitio vivimos la mayoría
de los hombres, atados a la opinión y al error. Pero más allá de esto existe algo que es perfecto
inaccesible por el momento para el hombre, está lo eterno, lo perfecto y, en cierto modo, lo
metafísico. Esto último se debe a que para alcanzar el conocimiento de los elementos perfectos
132 | P á g i n a
debemos partir de los imperfectos y especular acerca de la idea general de la cual se desprende
«El hombre tiene la capacidad de enorgullecerse de los conocimientos que tiene, los
cuales ni son universales ni salen del dominio del error y la oscuridad. Las veritatis æternas
parecen inalcanzables para el entendimiento humano, el Ser, parece que se manifiestan dentro
del mundo pero no podemos comprender más que su mera manifestación, pues, su esencia
interna, aquello que nos podría decir de qué está hecho o cómo funciona lo que vincula toda
error y la copia de aquello que es perfecto y creemos que somos superiores por vivir bajo el
reflexión y utilizaba su mente para todo. Cuando debía tomar una decisión compleja, de su
memoria salían todas las teorías de la filosofía, toda una disertación acerca de lo conveniente
para ese caso y que pudiera valer para un futuro, pero siempre elegía la respuesta que de su
corazón salía.
A medida que pasaba el tiempo tomaba más la manía de hablar solo. Cuando
caminaba, mientras comía, incluso cuando dormía hacía esto. La mayoría de las veces
recreaba escenas de libros leídos, pero, en otros tantos casos, reproducía conversaciones que
tuvo en algún tiempo con Diana o con Agustín. «Vida o muerte... Vida o muerte», decía muy
a menudo. Jamás dejó de mortificarse por el hecho de haberlos perdido. Para él, la culpa
siempre fue suya. En cierta ocasión intentó mencionar la posibilidad de quitarse la vida, pues
el tedio, la aburrición y la desolación seguían en su corazón tan latente como el día en que
enterró a su hijo y que se agudizó luego del entierro de su amada. Estaba solo en el mundo
133 | P á g i n a
protegiendo la vida de quien hubo elegido seguirlo para siempre, sin el deseo ni la capacidad
para hacerse cargo ni de su propia vida. Pero allí iba, andando por el mundo, disputando
siempre consigo mismo la necedad de pensar de forma universal pero vivir sometido a la
definitiva, comenzaba a ver que la Verdad en la que creía estaba repartida entre todos los
hombres.
En medio de las divagaciones que él mismo tenía, pensaba que, en cierto modo, parte
de su vida había estado sumido en un profundo fanatismo, no religioso, sino filosófico. Esto
se debe a que en buena parte de la vida había establecido algunos principios que intentó
defender a capa y espada ante cualquiera que intentara contrariarlo. Y posterior a esta época,
para su espíritu. Pero jamás lo dijo en público y tuvo que soportar un continuo combate interior
acerca de lo que para él era lo correcto y lo comúnmente aceptado. Hasta que el hecho de no
tener la razón en nada y reconocer que todo dependía de las circunstancias en las cuales se
134 | P á g i n a
Capítulo 3: Un nuevo desencanto.
«Heme aquí triste y desamparado, empezó a decir en alguna ocasión Joaquín: Vivo en
anclado a un pasado tormentoso y siniestro en el cual todo era una ilusión, pero, en medio de
esa ilusión se expresaba la felicidad de la manera más sublime que haya podido pensarse: a
través del amor puro y sin medida de un hijo hacia su padre; de la pasión desbordante de una
amada hacia su amante. ¿Y ahora? Ya no queda nada. Todo es tan distinto de eso que era en
tiempos pasados que ya no puedo continuar adelante por este sendero donde ando vagabundo,
andrajoso y sin la presencia de todo lo que amé un día y que ya no existe más para mí. Tomé
decisiones que no debí tomar y pago las consecuencias por ello con una vida cargada por las
miserias, los tormentos y los padecimientos que solo pueden darse en un infierno llamado
soledad y desolación. Levanto mis ojos hacia la pureza del corazón del hombre y me doy
cuenta que esto es tan solo una vana ilusión. Todo lo que haya tocado y expresado el hombre
se reduce tan solo a la vanidad manifiesta en un mundo material. En una sociedad en la que
el dinero tiene más importancia que el alma y las facultades intelectuales, hay una condena a
aventura que emprenda solo traerá a mi espíritu la melancolía de aquellos días en los que mi
135 | P á g i n a
familia vivía. La resurrección es una bella metáfora que se expresa con sutileza en el papel en
blanco, pero que no se vivencia en la práctica. Aún muchos caminando errantes por el mundo
muerto están por dentro, pues no se valora lo que en su mente y corazón habita, mientras que
algunos otros que no merecen el recuerdo de los habitantes del mundo, continúan en el presente
de tantos pueblos que su nombre parece atado a la naturaleza. Los muertos que han provocado
más muertos viven más que los vivos que han provocado más vivos defendiéndolos del
dominio de aquellos primeros. ¿Justicia?, ¿en dónde está la justicia? También se ha repartido
entre los hombres, como La Verdad, y no hay nadie que pueda recuperarla, pues todos la
poseemos a nuestro modo y cada cual defiende su parte sin reconocer que no se puede completar
si no tiene la parte que los demás poseen. Aquella Idea de Justicia universal solo puede ser
defendida o conocida cuando el conjunto completo de la humanidad decida reunirse y vivir bajo
el amparo de una sola ley que englobe a las demás leyes existentes dentro del orden de la
naturaleza: aquella ley que es más antigua que las de Antígona y que se expresa en el ideal del
amor y la misericordia para entrar en unión con todo lo que posee existencia a nuestro alrededor
para dotarlo todo de armonía. Cuando estemos listos para esto y liberarnos de todas las cosas
que nos atan al odio y la diferencia, y optemos por devenir uno solo con lo Uno, sin segundo,
«Llegó un punto en mi vida en el que deseaba con ardiente fervor estar en continuo
contacto [en un hundirse cada vez más] con el conocimiento que se expresa en los libros, lo
cual, en esta época representaba para mí la única vía válida para convertirme en un intelectual.
Vaya desgracia la que debo reconocer en este instante, pues estaba sumido en la más profunda
de las particularidades y pensaba que mi noción del mundo era la única correcta y que debía
aplicarse al conjunto completo de la humanidad, pero he fallado en las deducciones que realicé
136 | P á g i n a
y mi entendimiento estaba cegado por el fanatismo y la ignorancia. Critiqué a quienes
permanecieron en el mundo de la doxa u opinión y esto solo hacía mí caminar más pesado,
pues yo era el primero en la lista de estos a quienes me refiero. Tarde reconozco este asunto,
Estuvo representado por el elemento femenino: en los primero años de conocimiento, en los
entre esta y la teología, estuvo mi madre a mi lado; y, cuando ella faltó, me entregué a los
brazos de mi amiga Diana quien me liberó de las garras de la muerte y me condujo de nuevo
a los cimientos de mi existencia. Con ella recuperé el valor que perdía con la desaparición
material de mi madre, y pude vivir. Si, solo fue eso: en sus dulces manos viví aquellas
cuestiones que en mi entendimiento había negado por temor o cualquier otra cuestión. Y ahora
ya nada vale, pierdo mi vida y la de aquél que me acompaña en el camino. Somos errantes,
forajidos, bandoleros, aquellos que la sociedad ha relegado hasta el más bajo de los peldaños.
Lo hemos perdido todo en un pasado tormentoso y en un devenir que se presenta cada vez
más oscuro e incierto. Solo nos tenemos el uno al otro. Esa es nuestra única certeza. En este
mundo no hay nadie más que no sea el compañero que recorre nuestro camino, no adelante
para hacernos la vida más fácil, ni atrás para gozar de los beneficios de nuestra lucha, sino a
nuestro lado para combatir cada una de las batallas que la vida nos trae consigo.
«Pero un día fuimos grandes y admirados por diferentes personas a lo largo y ancho
del mundo. Fuimos reyes en nuestro pensamiento y ahora hemos de pensar como lo hacen los
desterrados y los olvidados del mundo. Luego de que haya faltado Diana, mi amada reina, y
137 | P á g i n a
mi hijo Agustín, nada ha sido igual, sino que todo ha perdido su sentido y significado. Las
riquezas no sirven para nada si no hay nadie con quien puedan ser compartidas, el
mientras esté encerrada, no puede decir nada: está ciega, sin utilidad y espera ser llamada por
alguien.
«Jamás he podido tomar una decisión correcta sin la ayuda de una mujer. Pero también
por la creencia ciega y despiadada de los hombres en una mujer que hubo llenado su vida de
amargura contra los filósofos, me encuentro aquí, como un desadaptado, con más miserias y
dolores interiores, con más recuerdos y melancolía que momentos de felicidad y fortaleza para
decidir lo mejor que debo hacer en este instante. La vida es así y siempre nos enfrentaremos
noche, otras querrán aplastarnos en lo más profundo de un laberinto sin salida y lleno de
espesa neblina.
«Me pregunto a cada instante: si nunca hubiera probado los dulces labios de mi amada,
sexual que durante tantas noches explóranos, ¿qué hubiera sido de nuestras vidas? ¿Acaso
estas seguirían unidas y nada de esto hubiera sucedido? Jamás podré responder a esto de forma
consecuente, sino bajo la especulación de la opinión, pues esa existencia no puede ser vivida
más que en la mera imaginación. Todo ha sucedido de esta manera y otra historia no es posible
para mí. Si ella estuviera en mi vida ¿qué decisión me haría tomar? ¡Ay querida Diana, quien
debió morir aquella vez hace quien sabe cuánto tiempo debí ser yo y no tú amada mía, pues
138 | P á g i n a
no soy apto para tomar las riendas de mi vida ni hacerme responsable de mis decisiones si me
« ¿Qué sería de mi vida si no hubiera dejado un hijo, el cual, murió con el tiempo a
una edad temprana, provocando en mi corazón tal sufrimiento que no me levanto y veo
siempre su rostro y escucho su voz? Reconstruyo siempre las conversaciones que un día
tuvimos y que no volverán a repetirse porque no hay reversa en esta vida. Muertos están y con
ustedes mi corazón se ha marchitado. Vida o muerte pensé un día para mi hijo y ahora soy yo
quien muerto anda por la vida. Los libros que un día leí, los escritos que un día construí no
han servido para nada en este caminar por las miserias del mundo. Antes bien, el recuerdo de
la época en la cual me dediqué solo a esa actividad agudizan estas cosas que siento en mi
interior. Porto la doble vida de haber construido algo teórico y olvidar que la vida es una
consolidación que se hace a través de la práctica y la vivencia. El estudio de los libros es tan
solo uno de los complementos de la vida pero esta no se reduce a aquellos. ¡Cuán equivocado
estuve durante todo ese tiempo! Pensé que luego de algunos años de esfuerzo y perseverancia
podía obtener los medios para no volver a trabajar y dedicarme en exclusiva a la filosofía,
fuente teórica de la explicación de los eventos metafísicos del mundo no aprehensible para
«No ha dado resultado el hecho de pretender adquirir todo el conocimiento del mundo
a través de los libros, y menos aún de los de filosofía, pues si en uno de estos se afirma la
también aquello que nos hace dudar de todo lo que somos, creemos y pensamos. Allí nuestra
139 | P á g i n a
existencia queda desamparada en medio de la oscuridad. Lo primero porque desnuda nuestro
corazón hasta el fondo de lo que somos y nos muestra nuestras contradicciones interiores para
atorados en un campo o esfera en dónde no hay nada fijo y, a pesar de pensar la filosofía como
un sistema que pretende dar cuenta de la totalidad, depende de unas circunstancias históricas
determinadas a las cuales se queda anclada y nunca podremos decir, a partir de ella, algo que
pueda valer universalmente para todas las épocas y todos los hombres.
«Los libros encierran una parte del conocimiento del mundo y la filosofía lo manifiesta
de una manera efímera y dolorosa, pero elocuente. Y si nos quedamos con esto, sin un
perder nuestra vida en pos de un ideal clandestino y anónimo que muere con cada cierre de
un libro o nos condenamos a quedar anclados en una burbuja en la que todo tiene un orden y
un sentido, pero que no trasciende los límites de nuestras bibliotecas. Y esto sucede en pocos
casos, pues en un país como este, es de hecho extraño encontrarse con una persona apasionada
por el conocimiento que se encuentre en los libros. Aquí todos quieren ganarse la vida fácil:
poseer las mayores riquezas sin hacer el menor esfuerzo. Pero, ¿de qué le sirve al hombre
conquistar el mundo material en el cual habita si sucumbe de igual forma ante la desolación
carga de aquellas cosas que son más pesadas que las cosas más pesadas del mundo, los pobres
estarían condenados a perecer antes del tiempo a causa del infortunio de haber nacido en
condiciones lamentables.
140 | P á g i n a
«La vida es más que el encierro voluntario e incondicionado para la lectura y
aprendizaje del conocimiento manifestado en los libros. Este es necesario en una época
situaciones que herirán en el más sagrado ser interior a los hombres pero que también hacen
parte de la vida: todos, por lo menos una vez, deben pensar en el suicidio como opción
irremediable e irreductible para la solución de todas y cada una de las dificultades presentes
ciudadanos que en su comprensión lectora, quien lee es el rey. Y por desgracia, en un país
«El desconocimiento de la filosofía existente en un país como este ha sido tal que
quienes deciden estudiarla son considerados como locos, ateos, e incluso guerrilleros. Ellos,
los filósofos, son los ideólogos de los grupos al margen de la ley, son los terroristas a los
cuales se debe desterrar por obligación y a quienes no se les puede dar trabajo por el hecho de
que al dárselo construyen sindicatos y cuestiones parecidas. Ellos son sujetos peligrosos
porque piensan y muestran la realidad tal cual se manifiesta: con todas sus miserias y
algún momento hemos de enfrentarnos a ella? Que lamentable es saber que alguien, luego de
haber andado todo el camino de la vida, no desea suicidarse. Estas personas no han vivido lo
suficiente como para dejar que sus corazones detesten la vida y quieran salir lo más pronto
posible de ella. Y recorren el mundo estando apegados a algo que de todas formas se agotará.
«Para la ciudadanía en general, los filósofos son los culpables de la guerra y la violencia que
durante más de medio siglo azotó a esa nación y son los responsables de hacer fracasar cada
141 | P á g i n a
intento de negociación de paz, porque como ellos odian el trabajo y quieren ganarse la vida a
hacer todo lo posible para ganarse la vida viviendo de los demás como un germen y, aparte
de ello, se atreven a cuestionar cada cosa que se les dice. Es por ello que apoyan a todos los
grupos al margen de la ley: pues son estos los que les dan de comer y, en cuanto tal, deben
hacer todo lo posible para garantizar su existencia a pesar de los intentos de las personas por
dejarlos de lado y continuar construyendo una identidad como nación sin que medie la
violencia. Los estigmas y los prejuicios sociales acerca de lo que se piensa de los filósofos es
más extraña cada día y parece que no hay manera de cambiar el asunto. Y lo peor es saber que
remate o desea ser un sacerdote y, en este sentido, hay que ponerle más cuidado, pues de
«Las personas suelen conocer mejor por lo que escuchan de forma irregular en las
calles y en las aceras en forma de chisme que por su razón y facultades intelectuales. Y
sociedad. Este país no se salva de eso y siempre terminan pagando quienes estudian algo
taxista pero pésimo cantante, a menos que lo haga en una iglesia, pero sea como sea, jamás
venderá más de dos copias de sus discos. En definitiva cada persona que decide estudiar algo
de ciencias humanas será tildada de todo tipo de cosas que, en la mayoría de los casos, nada
tiene que ver con la realidad. ¿Y quiénes son los que tienen la autoridad dentro de la sociedad?
Los abogados, los médicos y los ingenieros. Importa poco que para la gente los primeros sean
142 | P á g i n a
unos ladrones, los segundos no salven vidas y los terceros no sepan nada de su área y si se
caen los edificios que él mismo diseña y supervisa, no importa, porque es el ingeniero.
«Y qué más da, la gente siempre piensa de esa manera. Desprecia a unos porque sus
estudios los consideran superfluos o inservibles y a los otros los exaltan por ser los mejores y
más inteligentes a pesar de que para ellos también les implantan prejuicios. La sociedad
porque sus gobernantes no saben nada de lo que están haciendo. Esto suele suceder cuando
abogados o ingenieros sin ningún conocimiento de educación. Y suele verse eso mismo con
todos los otros ministerios de esta sociedad: ¡pero ay del que diga que no son buenos en ese
cargo: o los asesina el mismo gobierno o lo acribillan con prejuicios los fanáticos religiosos
que defiendes a esos políticos corruptos! Aquí quien quiere triunfar en política debe rezar el
rosario cada ocho días con lazos de amor mariano, predicar con ellos la bondad de los
dirigentes que a ellos les conviene, asistir a misa todos los días si es necesario; y luego de ello,
poco importa si en su plan de gobierno dice que robará todo el dinero que le sea posible o si
tapará las malas acciones de sus amigos paramilitares: todos estos fanáticos dirán que es una
persona con excelentes valores humanos. Y si promueve marchas contra los homosexuales,
para llevarlos hasta su exterminio, rechaza de forma rotunda el aborto y oprime con fervor los
derechos de las mujeres y las minorías y se atreve a decir que prefiere un hijo muerto o
143 | P á g i n a
«Esto es algo que han aprovechado ciertos políticos para permanecer en el poder
durante años y los ignorantes y fanáticos continúan viéndolos como los nuevos santos y
profetas de sus religiones y serían capaces de nominarlos al premio Noble de Paz. Por fortuna
quienes suelen otorgar estas distinciones suelen ser más racionales que los fanáticos aunque
en ciertos momentos también tienen sus desaciertos. La ignorancia de las personas se camufla
por la cantidad de prejuicios que tienen. Valen poco las pruebas que se aporten para mostrar
el error en el cual caigan: lo importante es tener políticos creyentes, no importa que sean
ladrones o no sepan hacer nada, si son igual de fundamentalistas que ellos, estarán protegidos
por generaciones enteras. Y aquellos que intentan hacer las cosas bien en la vida, aquellos
a la inestabilidad laboral, a permanecer por años sin un sueldo fijo y cuando lo tienen, vender
sus almas al diablo para que el empleo les dure lo suficiente como para pagar las deudas
«Muchos se preguntan por qué los intelectuales se van a vivir durante años a naciones
extranjeras. ¿Por qué será? Pues porque en este país de fanáticos les han asegurado la vida a
los ignorantes pero los intelectuales han sido expulsados de ese lugar como si fueran
cucarachas. Y mientras estos añoran el país y desean volver a él para verlo transformado en
una nación en dónde exista espacio para el desarrollo cultural y otras manifestaciones de
sabiduría y verdadero conocimiento, los guerrilleros, asesinos y mafiosos son protegidos por
buena parte de la ciudadanía. ¡Ay de ti Colombia que no sabes cuánto me dueles! Me gustaría
que fueras diferente y que pudieras cambiar tus prejuicios por conocimientos aproximados a
la verdad, pero eso será algo difícil y tendrás que sufrir bastante antes de comenzar a asentar
144 | P á g i n a
las bases de una época distinta, en la cual desaparezca el fanatismo religioso y vuelva a
nosotros esa parte de la humanidad que hemos despreciado y exiliado en diferentes partes del
mundo. Mi corazón está lastimado y no sé cómo pueda sanar mi interior. Hay tantas cosas que
quisiera decir de ti, pero no puedo, porque al hacerlo moriría por tus garras y quiero llegar
con vida hasta el día en el cual el cambio te haya transformado en aquello que necesitas pero
que no mereces todavía. Quiero llegar a viejo y pensar que tantos sufrimientos y tormentos
han valido la pena para transformar la realidad de esta nación que ha sucumbido ante una
«Jamás pensé que a mí me sucederían tantas y tales cosas en la vida como las que he
pasado. No pedí el hecho de enamorarme de una dama y lo hice; no pedí tener relaciones con
esa mujer y consumar nuestro amor mutuo bajo la figura de un hijo llamado Agustín y que
murió por las contingencias de la vida y las calamidades de un sistema de salud tan deteriorado
como el que existe hoy en Colombia; tampoco pedí sufrir tantas cosas como las que he
padecido pero aquí estoy, en vistas a un futuro desconocido e incierto y queriendo encontrar
un punto fijo en el cual asentar una descendencia antes de caer en el olvido. Pero tal parece
que esto que sí pido no podrá tener lugar en esta sociedad carcomida por el materialismo, la
injusto, pero en esta nación parece que practicar la injusticia se ha convertido en algo tan
elemental que todos lo hacen por naturaleza. Parece que todos nacen programados para la
práctica del mal y la supervivencia de las miserias humanas. Cada uno tiene que luchar para
que las humillaciones a las cuales ha de someterse no absorban su ser por complejo y dejar
145 | P á g i n a
«No hay intelectuales que puedan dedicarse a pensar lo universal. Y uno de los
motivos por los cuales esto es así y no de otra manera es que la gente no trabaja por puro
placer o por consciencia de su lugar en la sociedad sino para no perecer de hambre en una
nación que ha implantado un modelo de consumismo crónico sin ver las consecuencias de
esto en personas de poca educación. Cada cual tiene sus obsesiones y es mejor cubrirse el
cuerpo con oro que buscar en el interior la clave para la supervivencia de la humanidad. El
consumo de ciertas sustancias psicoactivas no es del todo negativo siempre y cuando se haga
con moderación y justicia, pero aquí todos se han excedido en las cosas. Vivimos en una época
en la cual cada persona quiere tenerlo todo para sí y dominar el mundo para esclavizar a los
demás y defender el humanismo al mismo tiempo. ¿Contradicción? No, todo puede reducirse
a una mala interpretación de los elementos que traslucen la sociedad o un fanatismo ciego y
sin sentido. Ambas nociones nos han dejado una guerra y un odio silenciosos que cada vez
más cobran más vidas a lo largo y ancho de la nación. Yo me opongo por completo a cualquier
humanidad y que pretendan destruir lo poco que nos vincula como una comunidad y una
hermandad. Debemos prescindir de aquellas cuestiones que nos despojan de lo que nos hace
humanos y salir a las calles, tomarnos de las manos y reconocernos en ese otro que es distinto
de mí pero que hace parte de mi desarrollo como persona humana y que, por poco que sea,
«Hoy las personas se preocupan más por tener sexo que por construir una amistad que
se grave a lo largo de los años. Si viéramos lo romántico que suena la idea de dos amigos que
se aman pero solo como eso: como amigos, sin trasciender en las relaciones maritales,
podremos comprender que el amor no implica acostarse con alguien más, ni dejar una
146 | P á g i n a
descendencia. El amor es algo que se vive en toda la naturaleza. Si Dios es amor no vive solo
en el corazón de algunos pocos sino que permanece en toda la naturaleza: solo tenemos que
amar lo suficiente para comprender esto. Ese es el único mandamiento que debería regir
«Pero todo esto parece tan solo ser la expresión de un corazón que se ha dejado
deteriorar por las penas que durante años han provocado innumerables batallas interiores. No
es un dejarse vencer sino un reposar lo que deseo ahora. Un reposo eterno en el que no exista
ningún espacio para nuevas desilusiones ni miserias interiores ni más odios absurdos de
personas desafortunadas. Mi corazón no anda del todo bien y pienso que ha sido una cadena
de cosas que han ocurrido desde hace tantos años, que indagar por su origen sería igual a
¡Cuánto daría porque Diana estuviera en mi vida todavía! Pero no lo está. Su cuerpo se ha
desvanecido al lado del de Agustín y no hay modo en el cual los pueda recuperar.
« ¿Acaso la felicidad del mundo se ha negado para este servidor? ¿Tal vez no he hecho
suficiente para ganar un momento de tranquilidad interior y saber que todo ha sido solo una
estrategia del destino que desea verme destruido? Parece que las fuerzas de la naturaleza
conspiran en mi contra y no tengo las fuerzas necesarias para continuar con mi vida pero debo
continuar en ella porque es necesario aunque no tenga una explicación para seguir así. Tampoco
existe una razón de ser en el tiempo que me indique que debo morir bajo el peso de mi mano,
pues, a pesar de tener malas épocas y una suerte miserable, no hay el suficiente designio para
hacer una cuestión como estas. Tan solo se debe esperar a que el ángel exterminador llegue a
reclamar un alma que desde hace tanto tiempo está destruida y que desea con todo fervor partir
147 | P á g i n a
de este mundo para alcanzar bien sea la unión con lo Uno o la tranquilidad de nunca volver a
abrir los ojos para continuar con una permanencia en un mundo para el que no fui enviado.
«Todo me pesa más de lo que puedo soportar y las carencias de la sociedad pesan casi
lo mismo que mis tristezas personales. Cuando veo la falta de educación, el desconocimiento
innato de las personas frente a la filosofía y demás ciencias humanas, pienso que Agustín
hubiera podido ser aquello que tanto detesto: un fanático radicalista que se preocupa más por
el aparentar que por el ser en verdad. Pero la gente no tiene la culpa de ser como es, pues lo
cuales no tenemos ninguna responsabilidad pero de los cuales pagamos los platos rotos. No
es culpa nuestra que los gobernantes anteriores hayan sido tan corruptos y les hayan negado
radicalismo. Pero ha sido nuestra suerte de otra forma y hoy tenemos un país lleno de fanáticos
que daña los intereses de la nación y pretenden gobernar según prejuicios infundados y
estúpidos. Yo quería que mi hijo fuese diferente y qué curioso, la vida me lo ha arrebatado
sin previo aviso. Una persona puede ser religiosa sin ser fanática. Lo uno no implica lo otro.
Pero para mucha gente parece que sí y ello se debe a la carencia del conocimiento de libros
que tiene la población de este país. Esta no es la única manera de formar a los demás, pero sí
es elemental que la gente acompañe la experiencia con este tipo de formación. La una sin la
otra no son posibles, y una sola por sí misma no puede sino convertir a alguien en un
fundamentalista ingenuo y arrogante. ¡Que Dios nos ampare de morir quemados, ahogados y
de una discusión con un fanático religioso cuya postura política sea el conservadurismo!
148 | P á g i n a
«Y en un país en el que suceden esas cuestiones es imposible pensar en el universalismo
explicar el mundo a partir de los elementos que constituyen una época determinada, nunca
podrá valer de forma universal sino que tendrá valor, sentido y significado para esa sociedad
en esa época determinada. En un futuro debemos volver a este sistema porque nuestro pasado
nos determina y nos hace saber cómo hemos llegado a ser lo que somos. En ciertos momentos,
algunos autores han planteado cuestiones con una validez que puede durar varios milenios, pero
no durará para siempre. Esto solo quiere decir que la posibilidad de instaurar un pensamiento
eterno es imposible para nosotros y más aún en un país como Colombia en el que todos creen
tener la verdad última de la existencia y por fuera de ellos no hay nada que valga la pena. Si la
filosofía fuera solo un opinar, un ejercer la doxa, en esta nación habría varios millones de
pensadores elocuentes y famosos, pensadores que, en otras latitudes del mundo nacen rara vez.
Si todo se pudiera reducir a opinar sin demostrar ni argumentar nada, Colombia sería la cuna
de los filósofos más geniales que haya parido este mundo. Pero no es así, la filosofía parte de
un discurso para llegar a "lo verdadero": he ahí la dificultad de dedicarse a este asunto, pues,
aunque se pueda partir de un intento de definición del mundo, lo importante es demostrar que
para los habitantes de esa época las cosas son así y no de otro modo. Y aun así es complejo
mostrar una cosa tal, pues engloba tantos y tales conocimientos que hoy nadie podría hacerlo
solo.
«Pero no, nos limitamos a ver la vida tal como aparece ante nosotros, qué es tal o cual
cambiaré mi opinión. En este egoísmo puro viven muchas personas hoy y se las dan de
filósofos y grandes pensadores. Pero su conocimiento es tan solo la opinión y están más
149 | P á g i n a
alejados de la episteme o conocimiento científico que aquellos fanáticos que creen que pueden
dar cátedra de moralidad. Hoy más que nunca el pensamiento universal ha caído rotundamente
y parece que nadie ha llegado a salvarlo. Nos preocupamos más por el materialismo y el
consumismo radicales que por el establecimiento de la Verdad. Nos vestimos con las prendas
más costosas para ocultar nuestras heridas interiores. Compramos en exceso cosas que no
necesitamos para no pensar más allá de nuestras narices y no preocuparnos por lo que no tiene
mundo que piensa poco y habla mucho. Debería ser todo lo contrario: escuchar más, hablar
menos, e intentar comprender mejor todo lo que habita en nuestro alrededor. Pido a gritos al
cielo la vida de mi amada esposa y de mi adorado hijo, pero muertos están y parece que nada
podrá traer su presencia conmigo. Viven siempre en mi pensamiento, en mi memoria pero sus
vale nada la vida si no están ellos a mi lado. Todo es tan vacío ahora. Todo parece estar
revestido ahora con un color gris y un sabor insípido. El mundo se ha perdido en sí mismo y
nada vale ya. Es mejor el tener que el ser y las verdades universales fueron repartidas entre
los hombres y estos las escondieron en las mazmorras del olvido para que nadie las encuentre
y dejar que la humanidad se niegue a sí misma aquello que la designa como humana para darle
más peso a la opinión y a las falsas apariencias. ¿Acaso podremos cambiarlo? No, es
imposible para nosotros y en este país, en donde todos opinan pero no piensan, tendremos que
soportar más todavía la disputa ciega y sin medida entre el fanatismo religioso y la corrupción
150 | P á g i n a
__________________________________
Todo esto comentaba Joaquín Alberto Escudero Gonzales en una ocasión en la cual
su pecho asfixiado por tantos sufrimientos y miserias interiores le pedía a gritos un desahogo.
está hecho para quienes defiende el valor de la humanidad y todo parece ser extraño para ellos
pues habitan en tierras de nadie siendo extranjeros en sus cuerpos. Desterrados del mundo por
pensar de esa manera y no como lo hacen los habitantes de las naciones actuales: estos piensan
humanidad, la moderación y la justicia. ¿Pero qué son todos estos conceptos? No son más que
meros artilugios que manifiestan las heridas interiores de una persona determinada. Son la
imperfección de algo situado más allá de lo cognoscible y ha sido negado para nosotros
simples mortales. Ya no habrá más disputas filosóficas, el mundo no necesitará a los filósofos
dentro de poco, pues representan la basura de la sociedad y como tal hay que erradicarlos para
manifestado con esta minoría despreciable. Para afuera van, y nunca más regresarán los
filósofos. Al menos eso es lo que siente Joaquín e intenta desmentirse a sí mismo, pero algo
dentro de su corazón le dice que ya no hay otro camino y la decisión está tomada.
151 | P á g i n a
3.2. La diferencia entre el discurso y la práctica. Los negocios ilícitos de la vocación.
poco pero no importaba, pues al final hubiese sido mejor una muerte por inanición que el
seguir cayendo en un abismo sin fondo, pleno de oscuridad y penumbra. Joaquín se hundió
en su pensamiento y hacer que reaccionara era lo más complejo que podría llegar a hacerse.
Quizá dio mayor importancia a la exploración continua de sus emociones negativas y al llegar
a un conocimiento tan profundo de su más sagrado ser interior que se dejó absorber por los
mismos y el mundo no tuvo más caminos que el de la soledad voluntaria sin estar preparado
para ella. El dinero nunca fue un problema en estos recorridos hechos a lo largo del
habitantes del mismo. El hombre que iba siempre acompañado por el niño se presentaba como
un viajero recién llegado del país más retirado del mundo y las personas se dejaban
impresionar por esto y por el acento que imitaba. Jamás se ha sabido si estos acentos que
imitaba eran los reales de esa nación nombrada, pero lo que sí ha de saberse es que hablaba
tan chistoso que en muchos lugres permitían su ingreso para seguir divirtiéndose con este
extranjero.
comida y el dinero que teníamos alcanzaba para muchas cosas. Esta actitud bondadosa, propia
pidieron más que eso: ser vistos y que la persona llegada les diera la felicidad que por algún
152 | P á g i n a
motivo les había robado un gobierno o una guerrilla con actos corruptos o violentos. En
muchas ocasiones en la existencia el hombre no necesita muchas cosas sino solo la facultad
para distraerse y olvidar, por lo menos en un breve espacio, todos aquellos tormentos que le
aniquilan en su interior.
materna, escuchar el sonido de una voz extranjera produce cierto agrado y curiosidad. Le
pedían hablar en su idioma original y al final se comprendió, aunque muy tarde, que en
aquellos momentos en los cuales no conocía del todo bien la lengua, combinaba la de la nación
que representaba con alguna conocida por él como el griego y el hebreo. Y era muy curioso
escuchar recitar el Padre Nuestro en una mescla de arameo y griego, o escuchar el magnificat
en hebreo. La gente siempre se sentía atraía por este personaje y le obligaban a hablar en
lenguas diversas, para lo cual Joaquín tenía un talento especial. Jamás se supo de dónde había
sacado un conocimiento tan amplio de las lenguas del mundo pero daba la impresión de que
las conocía todas. Hablaba igual el alemán que el arameo, el griego igual que el francés entre
otras lenguas no tan comunes como el sanscrito o el hindi. Era tan sabio y enigmático que, a
pesar de ser predecible en muchas acciones, siempre sacaba un as bajo la manga para
sorprender a todos y mostrar hasta qué punto puede un hombre llegar para su supervivencia.
Pero gracias a ese talento especial se pudo vivir bien en muchas partes: quizá por ello no
El hombre puede llegar muy lejos cuando su corazón está herido o su estómago vacío.
La supervivencia es algo que no tiene límites para el hombre. Y cuando se siente de verdad
lastimado en su más sagrado ser interior, parece que pierde toda vergüenza y se puede dedicar
a aquellos oficios para los cuales nunca estuvo preparado. Y así estuvo la vida de Joaquín en
153 | P á g i n a
todos estos días: se confundió tanto en su interior que el mundo que se creó parecía ser el
mismo que le afectaba en su realidad. Aquellas cosas que decía parecían no ser mentiras en
su consciencia, pues las interiorizaba tanto que él mismo podría decir que vivía en aquellas
naciones mencionadas. Podría pensar que ser un viajero de una nación distante era tan cierto
como aquellas cuestiones que comía. ¿Por qué? Jamás lo he comprendido del todo. Pero el
Pasábamos cierto tiempo en cada uno de los pueblos que visitábamos y en algunos
momentos en las veredas adscritas al mismo y desaparecíamos un día cualquiera sin previo
aviso. Ello sirvió para que el dinero alcanzara por mucho más tiempo.
Para lo único que se gastaba era para obtener algunas provisiones en aquellos días que
sabía de antemano que el recorrido entre un pueblo y otro duraría varios días. Esto se hacía
para tener la experiencia de mirar diversos paisajes que daban tranquilidad al espíritu. En otras
ocasiones el recorrido se hacía en bus, pero fueron contados los momentos en los que
utilizamos estas máquinas, pues Joaquín terminaba mareado y vomitando lo que comía. Hubo
una gran economía en el dinero y, aunque siempre hubo gastos en determinadas cuestiones
elementales, nunca fue desmedido. Allí el niño aprendió a sobrevivir con pocos recursos y, a
pesar de tener una gran riqueza monetaria, nunca se gastaba más de lo necesario para
perderse, menos estos depósitos. Con el tiempo se convirtieron en nuestro banco ambulante.
En una ocasión estuvo varios días internado en un centro de salud a causa de una grave fiebre
que le dio, pero pudo reponerse de ello gracias al buen trato del personal médico de ese lugar.
Esta fue una de las ocasiones en las cuales más dinero tuvo que gastarse, pero fue necesario.
154 | P á g i n a
Como no estábamos afiliados a un régimen de salud salvo en el Pueblo X, hubo que pagar la
medicina particular. Pero no recuerdo que haya sido excesivo el cobro ni que hubiera
representado algún problema económico para los viajeros. La moderación y la justicia siempre
Al niño siempre le trataban mejor que al adulto. En parte se debía a que hubo un
proyecto eclesiástico que promovía el buen trato a los niños, niñas y adolescentes del país. A
pesar de que la situación de la niñez había cambiado un poco en esta nación todavía existía
una cierta brecha entre lo que es ser niño en una gran ciudad capital y serlo en un pueblo. Los
primeros tenían muchas más posibilidades de obtener una paz estable y duradera y los
segundos continuaban viviendo las secuelas del olvido y el abandono estatal. Los niños eran
tratados del mejor modo posible con los pocos elementos que tenían en cada región, en cada
población. A ellos se les daba lo mejor en medio de las carencias en las cuales vivían. Y se
dieron cuenta de esto en una ocasión en la cual casi separan a Joaquín del niño porque no
pudo demostrar que era el padre biológico de aquél. Tuvieron que correr para no ser separados.
Ese día el niño lloró los ríos del mundo por temor a volver a separarse del único apoyo que
tenía en ese instante. Y el hombre casi se convierte en un verdadero demonio por intentar
proteger al chico, para que no se lo llevaran de su regazo hacia un lugar extraño. A pesar de
haber iniciado una relación fría y distante, ambos lograron amarse a su manera: en silencio.
A veces el amor puede demostrarse de la manera menos convencional: sin decir nada, sin
mencionar un «te quiero», una persona puede saber cuándo otra se derrite de amor por ella.
El modo de tratar a los demás, las palabras utilizadas, el cariño con el que se viva, las acciones
que se realicen en pos del otro muestra si ese alguien te quiere o solo te ve como una diversión
de momento.
155 | P á g i n a
A pesar de todas las inclemencias de la vida, tal como se presentaba en aquél lúgubre
caminar por el mundo buscando algo para lo cual no se está preparado pues ni siquiera se sabe
con exactitud qué se busca, el niño siempre encontró la manera de ser feliz. Aunque en el
fondo de su corazón estaba atado a sus antiguos amigos, quienes habían muerto en la peste, y
le dolía que nunca más volvería a tener contacto con otros niños porque ahora era un nómada,
un caminante sin camino que recorría las tierras desconocidas del mundo con alguien que
pretendía ser un extranjero para no malgastar aquello de lo que se supone estaba desprendido,
Conocía todas las ciencias del mundo, hablaba infinidad de lenguas, podía hablar como un
mendigo o como un emperador, pero en el fondo de su alma sabía que no era feliz con nada
de lo que hacía y vivía viendo pasar su vida y la del pequeño que le acompañaba como quien
mira los autos que pasan por la carretera como un mero observador. El hombre convirtió al
niño en su discípulo y este absorbió todo el conocimiento de aquél como una esponja y jamás
se limitó en el saber. Al poco tiempo de estar con el hombre, el niño pareció ser más inteligente
y sabio que aquél y llegó a convertirse no solo en el apoyo moral sino en el agente que tomaba
aquellas cuestiones que hicieron de él un hombre enigmático, siempre sacaba fuerzas para la
risa en los momentos menos esperados. Y cuando se enojaba por alguna razón, en vez de
golpear o maltratar, guardaba silencio y sonreía pero su sonrisa siempre era poseedora de una
advertencia: «no me dejes hundir en esta desolación que me abruma. Por todo lo que más
156 | P á g i n a
quieras: ¡no me abandones!». Nunca sobrepasó los límites y privilegió el diálogo sobre
cualquier otro mecanismo de represión. En aquellas ocasiones en las cuales sentía la necesidad
de expresar su odio hacia el mundo que lo había arrojado sobre la desventurada depresión que
ahora abarcaba por completo su ser, entraba en un trance enfermizo y pagaba con silencio la
poca fuerza que tenía para sobreponerse a los daños existentes en su corazón. Y siempre se
guardaba todas sus emociones en su interior y eso le afectaba, pues cuando todo afloraba desde
dentro se notaba un tormento del cual nunca se repondría. En el mundo existen personas de ese
modo: poseen todo lo necesario para vivir, pero guardan tal desolación en sus interiores que
poco importa lo que hagan en su cotidianidad: el deseo de muerte será más fuerte que ellos y
terminan pensando en todo momento en el suicidio como remedio a sus males. Quienes no
En alguna parte de nuestro recorrido notamos algo extraño en uno de los pueblos, y
que nos llevamos fue inmensa. Una persona existió allí, una que actuaba de una manera poco
habitual. Semidesnudo andaba, con una enfermedad que todos habían declarado como locura
pero que nadie había diagnosticado con la ciencia. Nadie quería a este sujeto, pero tampoco
lo expulsaban del pueblo puesto que cada vez que lo hacían regresaba y cometía las peores
atrocidades que jamás habían imaginado. Decían que era una maldición el hecho de tenerlo
allí y que con paciencia debían esperar el día en el cual llegara el hombre que se lo llevaría de
ese lugar para calmar, de ese modo, las penumbras del pueblo. También afirmaban que en los
momentos de cólera, este sujeto era capaz de destripar la cabeza de un niño con solo mirarlo.
Todos cuidaban de no alterarlo en lo más mínimo pues «la última vez que se enojó, produjo
157 | P á g i n a
Y la cuestión partía de muchos años atrás cuando una mujer hermosa llegó a aquél
pueblo y tuvo una relación amorosa con Pepe, el destructor. Este tuvo un hijo con ella y fueron
las personas más felices en todo ese lugar y durante años se convirtieron en la inspiración de
muchas personas: muchos niños querían ser como ellos y conseguir una paz estable y duradera
y construir un destino tranquila al lado de las personas más amadas en sus vidas: tener esposa
e hijos para darle lo mejor a ambos tal como hacía Pepe con su familia. Eran ejemplares y
llegaron a inspirarlos a todos con su ejemplo de vida y el amor con el que la abordan podía
enternecer a cualquiera. Pero llegó un pequeño grupo de personas con ideas extrañas sobre un
Dios sin nombre y, al encontrar cierta oposición en esta familia, pues atacaban con argumentos
los prejuicios que estos intentaban transmitir mediante «la predicación del amor», les
impartieron una maldición: morirían de la manera más lamentable excepto el hombre del
hogar que viviría para estar loco. «Y se cumplió, porque cerca de un mes después la mujer y
niño de Pepe murieron, o más bien se mataron, porque los encontraron colgando de un árbol
en las afueras del pueblo, y desde eso Pepe está loco. No sabemos si está loco porque quería
mucho a su familia o quien sabe... Tal vez fue por la maldición... el hecho es que está así,
corrido del coco», llegó a decir alguien, a lo cual preguntó Joaquín « ¿Y la gente que hizo la
maldición en dónde está? Pues si ellos se la dieron, ellos la pueden remediar ¿No les parece?».
«Pues sí, respondió alguien. Pero resulta y sucede que esa gente ya no está en este pueblo,
ellos se fueron para el Pueblo X hace muchos años y hubo una peste por allá por culpa de otra
maldición y a nosotros nos da miedo irnos de pa`llá porque las cosas como que no andan del
todo bien. Preferimos tener a Pepe aquí hasta que alguien se lo lleve o se muera, pero no
158 | P á g i n a
Tal parecía que en todas partes estaban presentes aquellas cuestiones de las cuales
pretendían huir. Poco después del conocimiento de la historia de Pepe, decidieron salir
corriendo de aquél pueblo y no permanecer ahí más que para saber que nunca más regresarían.
«Quizá, dijo Joaquín, podrían llegar a reconocer que hemos sido nosotros quienes salimos de
aquél lugar y pensarán que venimos para ratificar las maldiciones que pesan sobre el pueblo».
« ¿Acaso es cierto todo lo que se dice acerca del estar maldito?, preguntó el acompañante», a
lo cual replicó el hombre: «No lo es, pero cuando una comunidad ha decidido bañar su corazón
por la ignorancia, los prejuicios y las malas andanzas de palabrerías sin sentido, podrían llegar
a asesinar. Es mejor partir de aquí antes de saber si ellos tienen su mente tan pervertida que
Tal vez, después de tanto caminar, tendría que enfrentarse de nuevo el presente con un
pasado que se creía perdido en los mares del olvido. Pero no, parece que los hombres están
condenados de por vida a ser presas y víctimas de su pasado y de las palabras y acciones que
han cometido en algún momento de sus vidas. Al enfrentarnos al mundo exterior y pensar que
construyendo una burbuja para habitar en ella podría el hombre negar el camino recorrido
hasta ese momento de su existencia resulta ser tan solo una mentira. Las circunstancias que
determinan la toma de decisiones para cualquier persona parecen atraparlo para siempre.
Joaquín nunca hizo nada para merecer aquellas cuestiones de ser maldito ni que su fama se
extendiera por todos los pueblos, incluso en aquellos que parecían más cercanos a los confines
del mundo que al lugar donde ocurrieron los hechos primeros que obligaron al abandono de
las tierras que lo vieron crecer tanto como persona como intelectual. Aquellas palabras
expresadas por Maryori Julieth García Correa a una pareja que vivió mucho tiempo antes que
él recayó sobre su espíritu sin haberlo merecido, pedido ni buscado. En aquella mujer existía
159 | P á g i n a
un odio natural por lo racional y parecía que su fuerza no se extendía solo al pueblo X sino
que, más allá de las fronteras y territorios de nuestra cuna, existía una ratificación de sus
palabras y nadie intentaba dudar de ello. « ¿Y cómo puede ser posible que incluso en dónde
esté la presencia de ese grupo de amor mariano también haya presencia de maldición y
persecución y que sepan de la historia de la cual nos hemos librado? Todo aquí parece una
persecución más allá de lo dado para ir en declive de nuestra razón, es mejor huir antes de
Y en verdad parecíamos huyendo de todo, pues ese día corrimos durante varias horas
y no paramos hasta estar seguros de haber dejado los confines de ese pueblo y haber asegurado
para nosotros que nunca más volveríamos a tener contacto con personas que creyeran en las
mismas cuestiones que ellos. No había modo para convencer a los demás de que tal cosa como
la maldición era tan solo una sugestión de su espíritu o un engaño mal disfrazado que
presentaban ciertos fanáticos religiosos corrompidos por el hecho de que nunca los aceptaron
en un seminario por sus cortas luces intelectuales, o porque pretendían adquirir un poder
político a costa de un mensaje hermoso, pero dañino a la integridad de los demás. « ¿Por qué
tanto miedo a enfrentar las creencias con la razón? ¿Por qué no buscar una base lógica para
aquél campo de conocimiento basado en la superstición? Existió alguna vez una corriente de
pensamiento que intentó ver la religión por fuera de un dogma y más del lado de la razón,
pero la gente continúa pensando en que las cosas tenebrosas están apoderadas del mundo y
que tendremos que enfrentarnos al maligno. Pero no se imaginan que el maligno son ellos
mismos al practicar algo diferente de lo que predican y que son sus prejuicios los que impiden
un verdadero progreso de la Iglesia. Esta vive aún su Edad Media, en una época que ha
superado la Ilustración y el progreso indefinido del hombre: Que Dios nos ampare de no poder
160 | P á g i n a
utilizar la razón, de las pestes no controladas e introducidas en medio de la sociedad por un
reducido número de personas y de los fanáticos religiosos», dijo Joaquín desesperado mientras
Y en verdad el mundo parece estar dominado por esa dicotomía entre la teoría y la
práctica: por un lado decimos e intentamos formar a los demás bajo la esfera del amor, la paz
y la reconciliación, pero, por otro lado, somos contradictorios, pues al más mínimo
movimiento de los demás respondemos de manera violenta. Pensamos que todo es una
conspiración en nuestra contra y que el mundo solo ha sido creado para vernos caer en un
Pero luego debimos llegar a otro pueblo, también dominado por las creencias religiosas,
como suele suceder con la mayoría de los pueblos en este país. Al no recibir una buena
educación ni formación alguna, las personas intentan encontrar una explicación para los sucesos
que les acaecen en su cotidianidad: la iglesia parece dar ese consuelo y ese conocimiento a
suelen caer en prejuicios y formar fanáticos y no personas con una alta espiritualidad. Y en un
país en donde el Estado no tiene presencia en buena parte del territorio nacional, es bueno que
alguien intente poner orden y haga cumplir las leyes. En un principio es válida la formación
que pueda recibir el hombre acerca de Dios, pero llega un punto en el cual debe dirigir su razón
hacia otros horizontes y ver el mundo con un mayor grado de profundidad al cual le pueden
mostrar los voluntarios que hay en las diferentes parroquias con las limitaciones económicas
que todos tienen y sin la suficiente educación. Muchas personas llegan a educar en la fe teniendo
más preguntas que respuestas y se ven obligados a solucionar las de los demás. Cuando esto
161 | P á g i n a
sucede, el ejemplo debe intervenir y mostrar que es posible vivir con ciertas reglas, sin hacerle
daño a nadie pero también debe haber un principio de motivación para la indagación y el estudio
profundo de Dios. La creencia no está mal, lo malo es pensar que por ella sola podremos
conquistar el mundo sin más sacrificio: debemos creer y aumentar la ciencia y, al aumentar la
«Formar a los demás en la fe pero no buscar los elementos indispensables para conocer
en qué se cree o qué implicaciones tiene lo que se hace, es vivir en la oscuridad y la tiniebla.
Y así viven muchas personas: en la ignorancia y la creencia de que tener fe es lo único que
deben tener para llegar a la Restauración. Si miramos con detenimiento el camino emprendido
por Suka para llegar a la unión con el Ser-Uno, sin segundo, parte de la creencia y la fe, y
atraviesa el hastío del conocimiento. ¿Algún día seremos como Suka y conoceremos el mundo
y el Ser de Dios por algún lado que no sea la creencia ciega? El día en el cual suceda esto, ese
día podremos llegar a nuevos avances en esta sociedad colombiana», dijo Joaquín al llegar al
nuevo Pueblo. Y la verdad era esa: siempre estaba preocupado por el conocimiento y las
nuevas formas para ampliar su intelectualidad. Jamás pude comprender de dónde sacaba tanta
información si siempre trabajó arreglando bicicletas. No era tan viejo como para haber
comprendido la totalidad del mundo, pues su edad nunca fue dos décadas superiores a la mía.
Al entrar en aquél pueblo fuimos recibidos como en muchos otros con los brazos
abiertos y con una fraternidad increíble. A diferencia de todos los otros lugares aquí no hubo
necesidad de buscar un alojamiento porque tenían uno especial para los forasteros. Tal vez
estaban acostumbrados a recibir a viajeros o pensaban hacer un sacrificio para ganar alguna
indulgencia. Joaquín decidió creer esto último, pues su alma estaba ahora en un trance en el
que desconfiaba de la bondad del hombre. Ese día, por primera vez, se le escuchó hablar como
162 | P á g i n a
un sacerdote. Nos estuvieron contando las dinámicas del pueblo y el orgullo que sentían por
que se consagraban por año y con gratitud decían que buena parte de ese número era del
pueblo que se pisaba. Casi mencionan que era sagrado por ese hecho. «Ahora entiendo la
naturaleza de estas personas. Hay que desconfiar de ellos», afirmó con una voz casi
imperceptible.
fue una habitación doble en el seminario de la localidad. La decisión fue fácil de tomar, pues
en esos lugares, se duerme bien, se come bien y no existe una presión para salir del lugar en un
tiempo determinado. Es como tener una casa por un tiempo indefinido con la certeza de vivir
del mejor modo posible y, al marcharse, nadie tendrá que responder por el dinero de lo
consumido, pues todo seminario debe ser auto-sostenible. Con esta certeza Joaquín asistió a ese
lugar. La habitación era grande. No tenía nada que no se necesitara, es decir, carecía de todo
lujo, pero estaba la certeza de que por algunas noches dormiría en una cama confortable y que
tendría más comida de la que necesitaba para vivir. Durante un mes, esa fue la residencia para
el hombre. De haberlo elegido, se hubiera quedado viviendo en ese lugar sin ninguna molestia.
Cuando se dieron cuenta que en los bolsos especiales, los cuales para disimular a los
curiosos eran tulas hechas por indígenas con un cierre fácil añadido por Joaquín, estaban
llenos de dinero, quisieron sobrepasarse en sus propuestas y pensaron que una era que el
hombre se consagrara como sacerdote pues «su conocimiento excedía los de cualquier
humano y debía ponerlo al servicio de los demás desde la vocación sacerdotal», o debía dejar
163 | P á g i n a
a su discípulo en el lugar con todo el dinero, pues «en caso tal de que sucediera algún incidente
en el cual perezcan, el dinero puede servir a fortalecer las obras de misericordia en la pastoral,
mientras que el niño sería formado en la educación para el sacerdocio». El asunto resultó
curioso, pues, desde el momento en el cual vieron tal dinero, que para todos era una importante
solo eso, sino que de inmediato comenzaron a aparecer los lujos, entre ellos, la instalación de
Pero Joaquín tenía pocos escrúpulos cuando veía tales síntomas de corrupción y
después de un fuerte alegato con el director del seminario, tuvimos que salir de allí a toda
prisa. Y de nuevo surgieron para Joaquín aquellos antiguos interrogantes que se planteó
cuando fue rechazado de la vida monástica, con la sola excepción que ahora tendría el dinero
necesario para pagar su estadía y con creces en aquellos lugares para los cuales estaba
preparado y deseaba ingresar con todo su corazón. Pero ahora era él quien despreciaba ese
ingreso al lugar pues según decía: «no entraré ahora que mi corazón está vacío por la falta del
cariño de mis padres, el de mi esposa y el de mi hijo. No entraré en una orden por despecho o
porque no puedo ser capaz con los tormentos y padecimientos habituales de la existencia. Y
sé ahora que para seguir los caminos de Dios no necesitamos dinero, sino la voluntad de servir
y comprender al otro como una parte distinta de mi vida. Es un error pensar que el servicio a
los demás está mediado por el valor del dinero. ¿Acaso no existe una parte humana que decae
en ciertos momentos y por la cual podremos morir si no la fortalecemos? Pues sí, y en los
tiempos en los cuales vivimos y somos, es más importante servir para curar las heridas
espirituales de los demás que servir para alimentar la sed de corrupción de algunas personas.
164 | P á g i n a
Es lamentable que los hombres hayan construido un régimen capitalista sobre un mensaje que
debe estar fundado tan solo en las reglas del amor al otro». Todo esto y más decía él en ese
momento y luego de ello se arrepintió por estar actuando de una forma acelerada y por no
permitir que la moderación y la justicia mediaran en sus palabras. Pero el hombre cuando
tiene un estado de exaltación frente a algo que le produce una ira desenfrenada, puede llegar
a realizar cosas que ni siquiera él imaginaba que podía hacer. Y Joaquín siempre se exaltaba
por cualquier hecho que pareciera como injusto ante sus ojos.
esto. ¿Acaso puede el hombre decidir que es más importante el dinero que la espiritualidad?
¿Tal vez hemos llegado a tal punto de descaro que decimos aquello que suena bien para
humanidad y luchar por ella para no continuar con este desprecio del hombre que tanto hemos
propagado», afirmó entre lágrimas aquél hombre. Y la verdad sea dicha, en ese momento y
bajo las circunstancias en las cuales se encontraba su corazón y su mente, no comprendía las
razones que le daban, pues todo era un mero artilugio para apoderarse de lo único que tenía y
atarlo de por vida a ese lugar. «Y si se entrega el dinero y en unos cinco años cuando nos
demos cuenta del cinismo que hicimos, ¿tendremos que quedarnos allí porque no hay más de
donde pegar y todo lo nuestro se ha quedado en el olvido? No, no puede ser así. Algo debe
ser diferente y debemos indagar del por qué la iglesia necesita tanto dinero y en qué se la gasta
que la sociedad civil. En esta última la gente ni siquiera practicaba las leyes que predicaba y
165 | P á g i n a
se encontraban sumidos en un profundo fanatismo religioso en el que podían hacerles daño a
los demás, olvidando su humanidad, para reiterar lo que ellos creían correcto y verdadero en
un mundo en el que la Verdad Absoluta está fracturada y repartida entre los hombres. Los
contradiciendo las leyes y reglas de amor que predicaban. Parecía más que los términos se
habían invertido: los miembros de la sociedad civil defendía lo religioso, y los religiosos
definían las dinámicas de la sociedad civil. Todo estaba al revés y aquellos que, como Joaquín,
intentaban recuperar el orden de ambas partes tenían que enfrentarse a las miserias y
tormentos de ambas sin poder remediar ni sanar ninguna de las heridas provocadas por ello.
comparable con la de aquél monje desaparecido de la faz de la tierra hace tantos años y que
ha sido legado para la humanidad con los lamentos de la madre que, al ver que su hijo aceptó
la radicalidad del abandono y la soledad, perdió a quién más quería, sin comprender los
designios de un Dios misterioso, el cual habla a través de los sueños. La madre se lamentaba
por su hijo con estas palabras: Allí andas vagando por el mundo querido Juan y no hay
ninguna persona que pueda encontrarte. ¿A dónde has ido? ¿Por qué lo has hecho? con una
siguiente buen ejemplo para liberar al mundo del dominio del mal. Pero no. Ya no podrá ser
esto. Es más, ya no podrá ser nada. Ha abandonado la existencia y parece que no hay quien
pueda seguirle el rastro. Pero, ¿en dónde está? Nadie lo sabe. Solo conocemos que un día
tomó un rumbo diferente al esperado y ya: a partir de ese momento ha sido un fantasma para
todos. ¡Oh hermoso Juan! Si tan solo hubieras visto la vida con la misma claridad con la
cual veías los aspectos centrales de la teología, hubieras podido llegar más lejos que
166 | P á g i n a
cualquiera en este mundo, pero por desgracia has dejado el regazo de la diosa Venus para
entregarte por completo a Marte, el dios de la guerra. Pues has hecho más caso de tus
conflictos interiores que de la realidad que te rodeaba. ¡Cuánto hubiera dado porque no
hubieras tomado decisiones tan apresuradas y hubieras esperado, como siempre lo hacías,
elegido sin la sabiduría que siempre te caracterizaba! ¿Acaso volverás? No somos adivinos
para averiguarlo, pero sí te llamamos todos los días con nuestro corazón.
En este punto deberíamos preguntar: ¿qué lleva a una madre a hablar acerca de su hijo
en estas condiciones? Pues la historia nos remonta a principios del siglo XVIII cuando Juan
Albeiro Estrillón Goez era un niño de tan solo 17 años ingresó a la vida monástica por
designios de Dios y decisión suya y de su familia. Feliz por desprenderse de todo lo material,
por renunciar a todos los placeres que pueden corromper el corazón del hombre recordó ese
bello poema que lo llevó a elegir la vida eremítica como única vía posible para la obtención
de su tranquilidad de espíritu. El poema fue escrito por un monje cartujo cuya identidad ha
quedado perdida en algún punto de la historia. El monje debe vivir todavía, pero no está con
nosotros sino encerrado en perpetua mortificación y oración que le acerca cada vez más a su
Dios personal.
Feliz en la soledad
167 | P á g i n a
Y Dios me hace feliz de otra manera.
Jamás pudo conocer tal profundidad, y aún hoy su madre se pregunta qué fue lo que
le llevó a sentir tal conmoción interior para que, luego de la lectura de tal escrito de un monje
cartujo, desconocido para ellos y para la humanidad, decidiera imitar la soledad y la austeridad
de este, para nunca más volver a la sociedad civil. Al menos, eso fue lo que pensó en un primer
momento. Pues el ideal que entró en su mente con esto, a parte de la tranquilidad de espíritu
era la salvación del alma de las demás personas. Pensaba que, al hacer un sacrificio como este,
negar su futuro, sus potencialidades, sus talentos, para dedicarse a la soledad y la austeridad
aceptada por voluntad propia, ayudaría a que los males del mundo se mitigaran un poco.
168 | P á g i n a
Sabiendo que no podría conocer jamás a quienes salvaría, ni al monje cartujo que cambió su
vida cuando conoció este poema, creía que el mundo sería un lugar mejor al realizar una
cuestión como estas. «Sacrificio necesario para liberar al mundo del dominio del mal y de la
opresión del pecado», afirmaba cuando alguien le decía que equivocaría el destino de su vida.
Nadie pensó que esta decisión fuera a trascender más allá de unos cuantos meses, pues
este niño era la adoración de todas las personas que estaban al rededor suyo: se dedicó a las
obras pastorales y a hacer feliz a los demás, aunque ello significara el olvido de sí mismo.
Desde muy niño comenzó a dar de comer al hambriento: con un grupo de personas de la
caridad que se reunían tres veces por semana regalaban comida a los más necesitados; con
otro grupo visitaba a los enfermos, asistía al encuentro con los ancianos abandonados para
escucharlos y ser un apoyo emocional en el momento en el cual los demás los habían
abandonado. A parte de ello, le alcanzaba el tiempo para ser el mejor de su clase y para
impartir el conocimiento que recibía a quienes, por alguna razón, no podían asistir a la escuela
a instruirse. Al poco tiempo se convirtió en un modelo a seguir y un referente para todas las
personas que lo rodeaban: y lo amaron tanto por ello, que cada vez que tenía un problema, no
debía preocuparse por solucionarlo, pues las personas lo hacían por él.
Fue lamentable el día en el cual hizo público el deseo de unirse a una comunidad
religiosa de clausura, pues, todos concordaban en que se perdería el mejor de los cristianos
por un simple capricho. Pero entre más le decían que no lo hiciera, más deseaba hacerlo. El
hecho es que entró a la orden, de una manera irregular a la edad de 17 años y se quedó allí
169 | P á g i n a
para todo su proceso de formación, el cual duró diez largos años. En estos poco o nada habló
con su familia, pues, en el transcurso de este tiempo solo envió unas ocho cartas manifestando
la felicidad que sentía al estar en ese lugar y, en definitiva, solo le fueron respondidas dos
cartas, en las cuales le afirmaban que la economía del hogar iba muy bien y cosas por el estilo.
Al cumplirse este tiempo, debió volver a su hogar y estar de nuevo con su familia para ver si
estaba firme en su decisión o en ese tiempo había decidido permanecer en la sociedad civil.
El estado tan lamentable en el cual encontró a su familia, le dejó muchas cosas para
pensar. Sus padres, en estos diez años, habían envejecido como si hubieran pasado 20 o más
y ahora se encontraban enfermos y sin las fuerzas necesarias para garantizar el bienestar de
sus vidas por su propia cuenta. Estaban a merced de sus dos hermanos mayores, quienes, por
esas cosas de la vida, comenzaban a ver cómo el negocio de sus vidas declinaba de tal modo
que estaban a punto de declararse en bancarrota. Sus amigos de infancia se habían marchado
de su lugar común: muchos estaban en el extranjero y otros habían muerto. Parecía ahora
encerrado en una época que no había sido creada para él y todo lo que había construido en el
fue suya y, como ahora había pasado tanto tiempo, no podría reiniciar su vida en el punto en
el que la dejó, pues este representaba un lugar apartado de su niñez y ahora, convertido en un
adulto sabio, conocedor de las ciencias filosóficas y teológicas, podía efectuar los mejores
discursos acerca del valor de la humanidad, pero no podía producir algo de dinero para el
bienestar de sus padres, pues no sabía cómo hacerlo. Esto lo desesperó e hizo que su espíritu
cayera en una profunda depresión. Toda la teoría que había aprendido en tantos años, todas
las lenguas que ahora manejaba, no le servían para darle a sus padres todo lo que les había
faltado en años. Perdió una vida entera, y con ella, hizo que sus padres perdieran la suya.
170 | P á g i n a
«Si hubiera estado aquí, es muy probable que nada de esto estuviera pasando. Pero
fortalecimiento de mi egoísmo innato. Pero esto debe cambiar», se dijo desesperado un día
que no había dinero ni para comprar un pedazo de pan para engañar al estómago por un rato.
Sus padres morían de hambre y, mientras tanto, él había tenido comida de sobra sobre la mesa:
para él no fue justo esto y decidió algo radical: robaría el dinero de la orden religiosa a la que
le entregó esos diez años y se los daría a sus padres como una manera de compensarles todo
el sacrificio que ellos tuvieron que padecer al ser abandonados por el hijo que más quisieron.
Los otros dos se habían convertido en personas hostiles y dejaban que los padres murieran de
hambre, mientras ellos conseguían lo justo para vivir. Pero el monje no. Él viviría con ellos
Y fue así como intentó hacer lo inesperado: se regresó para el monasterio en el que
vivió por tantos años y justo en el momento en el cual vio la cantidad de dinero que robaría,
se arrepintió. «Esto no está bien, no es justo. Vine aquí por mi voluntad y ellos no me han
quitado nada. He sido yo quien ha elegido este destino y por mis malas decisiones mis padres
sufren ahora lo que no deberían sufrir. Los monjes nada tienen que ver con mi pasado ni lo
que les acaece a mis padres. Soy un mal hombre por pensar en esto», se dijo, pero nunca
volvió a ser el mismo. Habló con el prior de la casa, el cual le permitió sacar los libros que
allí fueron suyos y algo de dinero, los libros los vendió a bajo costo y con ello empezó una
vida como agricultor. Pero esta nueva vida no era la suya y todos lo sabían. Y mientras sus
padres recuperaron algo de lo que habían perdido en los años en los que no tuvieron a su hijo,
el niño de la casa, como le siguieron diciendo a Juan, lo perdió todo. Al cabo de algunos años
171 | P á g i n a
que nunca más volvió a sonreír, y cuando sus padres estuvieron al borde de la muerte, él murió
y sus últimas palabras fueron acerca de la imposibilidad de hacer las cosas que uno quiere en
la vida para la realización del deber y del poder. «Uno no alcanza a realizar lo que debe sino
aquello que puede, y esto siempre está en contra vía de lo que se quiere», fue una de las cosas
Los hombres están condenados, en primer lugar, a cumplir el deber que tienen con sus
padres, con su iglesia, con sus hermanos, con la sociedad civil. Y si, por algún motivo elige
la vida matrimonial, hay que cumplir el deber con su esposa y con los hijos que tenga. Y como
si fuera poco, debe dejar algún espacio para convertirse en el modelo a seguir de quienes
vienen detrás de él para que ellos, a su vez, entreguen sus vidas al deber y en el instante en el
cual se pierdan a sí mismos y las fuerzas les abandonen por completo, podrán dedicarse a
aquellas cosas que quieren. Pero ya no podrán hacerlo porque ya no tienen el deseo de
continuar luchando por algo que se presenta en sus mentes como incierto y hace parte de un
pasado que ya no volverá jamás. Allí, en ese preciso instante, abandonan toda esperanza de
vida: la muerte.
extranjero, pues ya no pensaba volver a su país de origen: las fuerzas se habían marchado y
las ganas de luchar hacían parte de la vida que había muerto con su Diana y con Agustín. Ya
varias veces había visto cómo su proyecto de vida cambiaba sin remedio, ¿qué más daría si
cambiaba una última vez antes de morir? Decía que apenas tenía la edad de Cristo, pero
parecía que tuviera la edad de Sócrates antes de ser envenenado a causa de la decisión de un
172 | P á g i n a
tribunal ateniense, mediante el cual le acusaron de aquellas cosas que nunca cometió. En su
mente estaba claro que no había retorno y que esta decisión fue la última que tomó.
Pero el destino, en muchas ocasiones, nos engaña anunciando un final que se debe
presentar ante nuestros ojos como todavía lejano. Joaquín conoció la historia de Juan Albeiro
por medio de ese poema que, ante la vista de todos, había caído en el olvido, pero que para
Juaco no fue así, pues a él también le transformó la vida. Esta historia narrada se encuentra
consignada en la ermita desconocida del Pueblo Y, ubicado en los confines del departamento
antioqueño. Y lo curioso de todo esto, es ver cómo la historia de mi maestro es tan común en
este país que la gente ya está habituada a hacer lo que puede con sus vidas, aunque eso
Allí se dio cuenta por vez primera que la teoría es hermosa y elocuente, pero la
los libros, es tan solo un sueño burgués que solo pueden cumplir algunas personas: para la
mayoría de los seres humanos la realidad era algo de lo cual no podían predicar los libros,
pues estos son irreales y son una pérdida de tiempo para la mayoría de los mortales.
173 | P á g i n a
Capítulo 4: Escape a un país extranjero.
A veces, cuando las condiciones están dadas para que al hombre todo le resulte mal,
parece que no hay nada que, por naturaleza, impida que resulte mal. Es como un principio
anclado a lo más hondo del corazón del hombre y hace parte de su existencia como algo
irreductible. Y debido a ello decimos que nuestra vida es la peor que nadie nunca pueda vivir.
Recordamos todos aquellos aspectos de nuestra existencia que nos han marcado de una forma
negativa pero dejamos que caiga en el olvido el placer de vivir. Y nos preguntamos de manera
frecuente si de verdad vale la pena esta existencia nuestra cargada de miserias interiores, de
sufrimientos y tormentos que asfixian una existencia que sentimos como ajena porque, en esta
sociedad en la que debemos vivir, muchas de las decisiones que nos afectan en el caminar
hacia la muerte son tomadas por otras personas, muchas veces desconocidas para nosotros.
A pesar de que nuestra existencia se construye a partir de las decisiones que tomamos
en el presente [al menos aquellas que creemos que dependen de nuestra voluntad], existen
momentos en los cuales parecemos caer en un caos y ser gobernados por la oscuridad: en esa
época todo nos sale mal y pensamos que, por algún motivo, hemos de merecer todo castigo
divino, pero es simple azar de la existencia. Tal parece que, sin importar las buenas o malas
decisiones que tomemos, todos estamos expuesto a dos mundos posibles: el uno es el del caos
y el otro es el de la felicidad. ¿Acaso alguien, con los suficientes años para ver hacia un pasado
suyo en retrospectiva no ha llegado a notar que en determinado punto todo parece estar
expuesto por las tinieblas y nos enfrascamos en un vaso de agua y que, al mismo tiempo, en
174 | P á g i n a
esa época estábamos convencidos de hacer las cosas del mejor modo posible y no vemos el
porqué de nuestra negatividad y nuestra ruina y que, poco después todo se viste de una extraña
felicidad sin hacer el mínimo esfuerzo por preservarla? Pues es tan solo el principio del azar
de la vida que nos ha arrojado hacia el caos de la existencia en dónde debemos aprender de
un gran capital, sucede algo en algún punto que hace que perdamos todo cuánto habíamos
actuamos de la manera más elocuente posible y nunca creemos merecer el mal que practicamos
a cada instante. ¿A qué atribuir nuestras desgracias que no fuera a ese principio del azar que
toma ciertos elementos que le plazcan y los envía sin saber [o sin hacerse consciente] al caos o
a la felicidad del mundo sin pensar en las consecuencias negativas o positivas que ello
implique? Pues bien, imaginemos que los hombres habitamos en el centro de cuatro círculos
con movimiento propio. Ellos están unidos a nosotros por una delgada línea por la cual pueden
alejarse o acercarse. Dos de estos círculos están en el lado superior de nuestra existencia, los
otros dos están debajo. De la misma manera, con los círculos superiores uno está a la izquierda
caemos en sus dominios cuando decidimos hacer el bien y vivir conforme a las leyes de la
decidimos obedecer las leyes y ser cuidadosos en nuestro hablar y actuar. Quienes optan por
este tipo de determinaciones harán que este se acerque hacia sí para entrar en su dominio. El
175 | P á g i n a
círculo inferior izquierdo representa el lado opuesto a esto: cuando nuestras decisiones están
determinadas por el exceso y el placer desenfrenado y permitimos que nuestros instintos más
bajos ejerzan su control en la existencia, permitimos que este se acerque a nosotros para entrar
en su esfera. Para nosotros, el primero representa el triunfo y la vida justa, en donde vamos a
serenidad de espíritu necesario para no perturbar nuestro espíritu con las pasiones humanas.
Allí podremos dedicarnos a la vida contemplativa y alcanzar algún grado de armonía con el
todo. En cambio, en el segundo círculo vemos la esfera y el dominio del fracaso, pues, al ser
hombres racionales y dejar que los instintos bajos nos afecten de tal manera que no podamos
hacer uso de nuestra razón, lo único que podremos obtener es la turbación del espíritu y el
descenso a aquello que nos hace animales. Ante todo, debemos procurar permanecer en lo
Sin embargo, existen otros dos círculos que acompañan a estos dos y que representan
algún grado de engaño para nosotros y que nos impiden ver las cosas con claridad. Entre el
hombre y cada uno de los círculos existen una serie de demonios que viven al asecho para
cumplir los designios del azar y enviar a quien no lo merece al dominio contrario al que
debería llegar. Como los círculos superiores y los inferiores son contrapuestos y difícilmente
los unos quepan en los otros, es decir, un hombre que siempre ha decidido la moderación y la
justicia, es poco probable que se convierta en su opuesto y quien ha decidido la vida de las
pasiones podrá no salir de allí, se crearon círculos paralelos a ellos en dónde el hombre piensa
que tiene la recompensa opuesta a lo que ha apostado en su vida: para el superior derecho se
creó el superior izquierdo y para el inferior izquierdo se creó el inferior derecho. Son tan solo
176 | P á g i n a
una falsa apariencia que turba el entendimiento del hombre: a partir de unas conclusiones
derecho, y en el inferior derecho está la falsa apariencia del izquierdo. Para el primer caso el
hombre, luego de una vida llena de moderación y justicia y un montón de sacrificios para
nunca salir de ello, teniendo que soportar incontables miserias en un mundo mezquino y
llevado de su parecer, cree obtener aquello que no merece cuando, por orden del azar, los
demonios instauran el reino de la falsa apariencia con la simple excusa de ver si seguirá siendo
el mismo justo o cambiará de modo de vida. Es un reto para esta persona y debe prosperar en
todo instante en el modo de vida que ha elegido para sí. No a todos los hombres les sucede
esto ni obtienen una falsa apariencia. En un mundo en el cual los justos son pocos, la mayor
parte del tiempo, ellos encuentran la recompensa que merecen aunque solo sea al final de sus
vidas. Quienes habitan el círculo inferior izquierdo viven, de hecho, en la falsa apariencia,
pues, creyendo que lo que hacen es lo mejor y lo justo, siempre obtienen lo que merecen. Y
su engaño se debe a que no comprendieron bien la diferencia entre el bien y el mal y pensando
que hacen el primero, están dominados por lo segundo. O han comprendido la diferencia
existente entre ambas cosas, y a pesar de ello eligen hacer el mal. Su falsa apariencia consiste
en ello: en confundir los términos y pensar que actúan bien cuando hacen lo contrario.
Joaquín hace parte del tipo de hombres que viven con la moderación y la justicia, pero
ha sido seleccionado por el azar para probar si es o no capaz de permanecer sin la mente
todo lo que ha conseguido para tomar un giro trascendental y devenir aquello que tanto ha
177 | P á g i n a
criticado: o un fanático religioso o un asesino en serie. «Pareciera que en un país como
Colombia el mal fuese lo adecuado, lo justo, el camino a seguir por toda la ciudadanía, aquí
parece que lo bueno estuviese mal y obsoleto. Pero en definitiva, ¿qué es el mal y qué es el
bien? No son más que conceptos inventados para designar aquello que una mayoría, en
muchas veces ingenua o atrevida, desea como un modelo para que los más desfavorecidos se
sometan sin protestar. Y aquí, en esta nación del olvido y la doble moral, parece gobernar la
ley del gatillo: si hablas lo que no me conviene te mato o mato a tu familia hasta que me
¿Y quién protesta contra eso? ¿Quién es capaz de entregar su vida a los lobos sabiendo
que, de todas formas las ovejas van a obedecer irremediablemente? Pues eso es lo que ha pasado
con quienes han hecho oposición: son asesinados, silenciados y todos hablan de ellos como los
héroes, pero nadie se atreve a defender o seguir las ideas de estos hombres. Y aquellos que
deciden conservar sus vidas para hacer oposición desde el exilio, pierden todo tipo de autoridad
moral para muchos, pues es imposible oponerse a un régimen como el colombiano desde una
nación extranjera. Necesitamos un cambio pero nadie desea asumir la voz de los oprimidos:
queremos un país de paz estable y duradera pero no deseamos hacer nada para que esto se
convierta en una realidad. Y quizás a ello se debe el hecho de que todo proceso de paz en este
país termina siendo un fracaso: todos queremos un devenir distinto pero no deseamos participar
de la construcción del mismo», afirmaba Joaquín en los momentos en los que la penumbra se
apoderaban de su corazón.
Y la cuestión, por todo lo vivido en el pasado, con todas las cargas emocionales que
había conseguido a través del tiempo y de los daños que cada vez pesaban más; el vacío que
178 | P á g i n a
le producía la ausencia de su amada, de su madre y de su hijo le acorralaron de tal manera que
solo había una opción: el suicidio. Esta sería la única forma para dejar de pensar en todo
aquello que se alojaba en él y que, de algún modo, hacía que su mente divagara sobre un
montón de situaciones hipotéticas que atormentaban su interior. Si hubiese estado solo, seguro
hubiera acabado con su vida sin pensarlo dos veces, pues en un mundo como este sabe de
sobra que a quienes han pasado por una vida como la suya, y llegan al borde de la
humanidad. Su existencia se reduce a una hoja inexistente, a una historia jamás contada y el
mundo seguirá su marcha sin importar esta vida que acaba de perecer. Pues, en última
particular.
Pero no estaba solo en su camino. Tenía un acompañante que le veía como quien
espera con anhelo el atardecer para escuchar la declaración de amor que jamás buscó,
encontrar el amor de su vida y darle el punto final a una historia no-bienaventurada que inició
con dos extraños y terminó con un nuevo estado de enamoramiento perpetuo del cual no se
podrá salir tan rápido. Ese niño vio en Joaquín el único apoyo para su existencia, y, si este le
hubiera faltado, nadie más podría hacerse cargo de él, pues no sabía el camino de regreso a su
Pueblo y, al estar en contacto con su maestro y vivir tantas y tales penumbras, creyó ser
ayudaba, nadie más sería capaz de hacerlo. Si uno de ellos faltaba sería la causa de la muerte
del otro. Y ninguno de los dos deseaba ser el motivo para el suicidio del otro. Por lo cual, el
sendero a seguir sería una vida que nadie pidió para ellos pero que debían afrontar como fuese
necesario.
179 | P á g i n a
Y la decisión que más conveniente se presentó ante el corazón de Joaquín fue el de
huir de nuevo. Pero esta vez no lo haría a lo largo de los municipios de ese país extraño ahora
para ellos, sino a uno distinto. Con ello podrían mirar si el corazón de los hombres era igual
en otras culturas o solo lo era en esta, en dónde «el amor y la hipocresía jugaban un papel
pensada en un primer momento fue aquella que pareció más diferente a la conocida en el
presente: la India. No solo por el hecho de que quede del otro lado del mundo, sino porque,
en lo poco que conocen ambos de esa cultura, esta se presentaba a sus ojos como el opuesto a
Colombia. Y la decisión fue tomada con pleno conocimiento de las causas que obligaban al
de tantas cosas que les han acaecido en este bello, pero extraño país. Nuevas aventuras se
dibujaban en el horizonte y pronto estarían ante una existencia nueva, liberada de toda miseria,
tormento y sufrimiento. Al menos eso era lo que estaban buscando en ese instante. Se
marcharon hacia una ciudad llamada Buenaventura y allí, por medio de algunos tratos y
convenios que hizo Joaquín de manera ilícita, se montaron en un barco y varias semanas
Tuvo que actuar en contra de la ley, y fue lo único que había hecho en contra de esta
hasta este punto de su vida, porque de la forma legal, o no lo hubieran permitido o el proceso
habría tardado tanto que para cuando llegara la respuesta tanto el viajero como su
acompañante estuvieran tres metros bajo tierra. Las esperanzas de un nuevo renacer, de una
vida liberada de todo tormento era para ellos, lo que daba un nuevo sentido, un significado
distinto de lo que hasta ahora habían sido sus vidas renacía con la esperanza de entrar en un
180 | P á g i n a
nuevo horizonte, una ciudad distinta, para darle inicio a una nueva existencia. Ese era el
181 | P á g i n a
4.2. Fuerzas contrapuestas: el hombre vicioso y el virtuoso.
Acerca de muchas temáticas divagó su mente en aquél viaje, pero, sobre todo, lo hizo
hombre vicioso y el virtuoso. Cada uno de ellos se hace presente en la existencia del hombre
de una manera distinta para lograr estadios distantes en sus vidas. En algunas ocasiones
Joaquín lograba hablar durante horas sin decir nada en específico, y en otras, con dos o tres
escribir algún día pero, por aquellas cuestiones de la existencia no pudo lograr. Y ¿qué decía
él acerca de esta separación? Pues de nuevo, parecía estar inmerso su discurso de lo universal
y lo particular, el cual ya era poco válido para él, pero sobre el cual no dejaría de hablar, pues
guardaba alguna esperanza de que eso que había estudiado en algún momento y en lo que
creyó durante tantos años, no fuera una mentira como había visto desde los últimos tiempos.
Existía para Joaquín una fuerte separación entre lo que se definiría como el hombre
virtuoso y el vicioso y que tiene mucha congruencia con su pensamiento de los universales y
de los particulares. Por un lado, podría decirse que para él la figura perfecta de un hombre
universal sería aquella en la cual el hombre entre en posesión de todas y cada una de las
unión con lo Uno solo, sin segundo. Esta unión, que para él cada día entraba más en duda,
parecía asumir la Verdad del mundo, el molde eterno del cual se desprendía todo
conocimiento mundano, particular y errado. Por lo cual, esa figura de un hombre universal,
182 | P á g i n a
un principio, había sido repartida entre los hombres. Pero, en cierta medida, solo era una falsa
apariencia en su mente, pues sabía con una certeza casi irrefutable que, en algún punto de su
vida, había equivocado los términos o había comprendido algo mal de todo aquello que había
estudiado.
Esa Verdad eterna, comprendió luego, trascendida este mundo que aprehendemos por
medio de los sentidos, es decir, se encontraba más allá de lo sensorial. Por lo cual, tenía que
alcanzarse la acumulación de verdades relativas hasta llegar al todo. Dentro del corazón de cada
uno existía algo que le vinculaba con la naturaleza entera: desde la interioridad de una sola de
vinculaba con el resto de las que se habían repartido entre los hombres. Por lo cual, aquella
Verdad universal solo podría ser alcanzada por una vía de «contemplación y cuestionamiento
interior». Y este caminar, debía partir de una pregunta particular: ¿qué principio o qué sé yo
que tenga un carácter de irreductible, de verdadero y que no pueda ser refutado por nada? Si lo
que él había pensado acerca de la existencia de una partícula al interior del hombre que le
vinculaba con el resto de las cosas existentes a su alrededor, entonces dentro de sí tendría que
haber algún conocimiento que recogía en algún grado eso universal que había existido en el
naturaleza misma, todos podrían acceder a ella por el hecho de que esta se encontraba presente
en todas partes, pero luego de haberla repartido entre los hombres parece que estos se han
olvidado de ella y ya no desean encontrarla. Jamás hemos tenido la expresión de esa Verdad
tan cerca de nosotros y, al mismo tiempo, nunca hemos tenido tan poco interés en encontrarla.
183 | P á g i n a
La pregunta señalada solo nos permite encontrar un camino posible, entre tantos que puede
haber, para llegar hasta el fondo de nuestro interior y evaluar cada uno de los conocimientos
que tenemos para saber cuál de todos ellos tiene la partícula que le vincula con lo universal.
Es decir, que debemos plantear una búsqueda hacia el centro de nosotros y un reencuentro
con esa parte de la verdad que nos ha sido dada después de la repartición de la Verdad.
Este camino ha sido emprendido por muchos sabios, quienes han dedicado sus vidas a
la contemplación interior y a esta búsqueda que aquí señalamos. ¿Acaso ellos la han
certeza lo verdadero de lo falso y creer que aquello presentado por los sabios es lo Cierto?
Estos pueden llegar a un grado más elevado de conocimiento que nosotros pero no podrán tener
certeza acerca de los hallazgos que encuentren en el camino hasta someterla al estudio
detallado de la razón y las facultades intelectuales de alguien que posea un raciocinio más
ejercitado y más elocuente para saber si ha obrado con benevolencia ante su saber o con la
rigurosidad que debe aplicar para encontrar la Verdad que está dentro de sí. O, en caso tal de
no hallar a nadie con sus facultades intelectuales más ejercitas y desarrolladas que las propias
y que desee evaluar con justicia toda la cadena de razonamientos que ha hecho en la
contemplación interior de su saber, debe revisar una y otra vez todo esto hasta encontrar que
la liberación del engaño y saber que el error se ha alejado de él y que puede continuar su camino
con certeza. Todos los hombres tienen la capacidad de recorrer este camino si aplican la justicia
y el rigor necesarios para ello. Pero no todos se preocupan por ejercitar lo suficiente sus
facultades intelectuales para emprender este sendero que, a pesar de no ser el único, es el más
184 | P á g i n a
conveniente para hallar la certeza y la Verdad que le han sido dadas desde la repartición que
aquello universal.
conocimiento verdadero. Pero muchos hombres ven en ello la fatalidad y prefieren quedarse
en sus vidas con la opinión y, por tanto, atados a la falsedad y el engaño. Todos quieren
conocer lo verdadero, pero pocos quieren emprender el camino y solo unos lo hacen y de entre
ellos un número más reducido todavía persevera hasta encontrar algo que se presenta como
seguro. Tan solo el hombre que entre en posesión de todas y cada una de las virtudes podrá
llegar hasta el final de este largo caminar y encontrar un punto fijo mediante el cual conozca
todo con certeza y verdad. « ¿Qué tiene que ver la posesión de las virtudes con la adquisición
ellas permiten una mente tranquila y sana para recorrer el sendero que conduce hacia la
perturbados y atados a lo material, por lo cual no podrán alcanzar la meta final y, por tanto,
Vemos, entonces, que para alcanzar esa Verdad universal, es necesario encontrar
primero la serenidad de espíritu por medio de la adquisición de las virtudes. Tarea compleja
y larga es esta pues, ¿cómo podremos saber que estamos en posesión de algo cuyo suelo es
tan inestable como la moralidad y vivir conforme a la justicia y demás virtudes que la
acompañan? He ahí el dilema, pues quien inicia el camino, en primera medida, no sabe con
certeza que está actuando conforme a un buen método, ni puede decir que solo su voz o sus
acciones conducirán al objetivo final que se ha propuesto y debería tratarse como el más noble
185 | P á g i n a
de todos. ¿Cómo saber, entonces, que estamos actuando bien y que nuestras deducciones son
correctas? Pues, en primera medida, debemos aislarnos de todas aquellas cuestiones que
puedan perturbar nuestro espíritu y que nos alejen de la serenidad del mismo. Esto implicaría
más que decir un paso a paso acerca del cómo conquistar la Verdad universal, se puede
mencionar el hecho de que muchos de los que han avanzado en este camino han sido
anacoretas que, a lo largo de la historia, han mortificado su alma con la soledad y la austeridad
para no renunciar a la tranquilidad de espíritu necesaria para emprender el camino hacia este
encuentro.
Para Joaquín allí se encontraba la expresión del hombre virtuoso, pues este, aparte de
sentir el ardiente deseo de encontrar lo verdadero, emprende el camino y hace todo lo que está
en sus manos para triunfar en este asunto y como parte de ello, procura alcanzar las virtudes,
sobre todo la justicia, que es la más difícil de obtener. Para él, los anacoretas son quienes han
devenir, entonces, en sujetos virtuosos que aspiran a la sabiduría eterna. Si ellos pueden o no
obtener su meta final es algo que a nosotros, que hemos elegido el camino del engaño y el
afirmando que es la manera más elocuente para imitar la vida de un Dios venido al mundo a
redimirnos o para alcanzar la verdadera unión con ese Dios omnipotente que se manifiesta a
través de ellos por medio de la oscuridad de un deseo de soledad que no se explica sino que
186 | P á g i n a
búsqueda de la verdad y, en cierto modo, ni siquiera se sienten interesados en emprender este
camino. Para muchos es más importante la acumulación de un gran capital, con el cual solo
podrán camuflar los vacíos y los vicios que están inmersos en sus corazones. La vanidad de
la apariencia sirve tan solo para eso, pues entre más capital se quiera conseguir, más vacíos
todos hemos llorado y llenado con artilugios, aquellas cosas que nos faltan en nuestro más
las cuales se somete el hombre y que intenta ocultar bajo la figura de falsas apariencias, procura
no renunciar a esa negatividad sino inmiscuirse tanto en ella como para reconocer que esta vida,
esta existencia que no le pertenece completamente, es tan solo un medio para reafirmar una
fuerza que se esconde en su interior y le llama a un encuentro: es el peso de la Verdad que siente
el desprecio de la humanidad y que reclama un puesto que en otros tiempos fue suyo. En las
buscamos en nuestro interior bajo la figura del anacoretismo. Esta es tan solo una explicación
teológica acerca de una verdad que trasciende los límites de la racionalidad del hombre: el
sentimiento de soledad nos alberga de una manera tan fuerte que intentamos buscarle una
explicación. Sin embargo, aquello que se encierra en la interioridad de cada cual es tan ínfimo
que no puede caber dentro de las categorías de la razón y mucho menos de las del lenguaje.
hecho de que parte de la mística especulativa alemana ha explorado este asunto, solo que en
187 | P á g i n a
ellos se encuentra expresado a través de la exploración del concepto Ser-Absoluto. En muchos
escritos medievales puede encontrarse un intento de monjes por expresar esto en el lenguaje
decidido alejarse de todo lo establecido para entrar en posesión de las virtudes y con ellas,
conocimiento verdadero, el cual, luego de haberse repartido entre los hombres dejó su lugar
visible, para internarse en el corazón de los hombres. El alejamiento de todo lo social se debe
a que, en la vida en sociedad, siempre habrá un espacio fundamental para la perturbación del
espíritu y para la corrupción de la mente humana. Por curioso que parezca, las relaciones
sobrevivir lo suficiente dentro de la sociedad, como para darse cuenta que ha abandonado
todos los principios que se planteó en la edad más ingenua del hombre: la infancia. En la vida
social el hombre puede llegar a sentir envidia, enojo, deseos sexuales y tantas otras cosas que
lo apartarían de su camino: es mejor alejarse de todo esto para encontrar un espacio en el cual
El hombre vicioso es lo contrario del virtuoso. Es aquél que, de una manera consciente
oscuridad a pleno mediodía. Toda persona que dedique su vida a la especulación ciega y
las causas que subyacen a este: todo aquél que decide vivir en la opinión y no buscar la verdad
188 | P á g i n a
Estas personas, las cuales son la mayoría de la especie humana, se preocupan más por el
establecimiento de una falsa apariencia que por el comprender la interioridad del mundo que
si bien no les libraría del dolor y la miseria, les podría proporcionar la serenidad necesaria
para no dejarse llevar hasta tal extremo de la negatividad como para caer en el suicidio, el
cual, en definitiva, no soluciona los dilemas interiores, pues luego de morir por este medio,
se condena a una eternidad de purificación que es en sumo grado más miserable comparado
pretende que las apariencias y las riquezas humanas llenen lo que solo puede ser llenado con
la serenidad de espíritu. ¿Acaso es malo hacer uso de las posesiones y el usar lo material? Si
tan solo se hace un uso de ello y no se cae en el disfrute ciego de los mismos, es decir, si lo
material se ve tan solo como un medio para ampliar lo espiritual y no como un fin en sí mismo,
será una herramienta indispensable para llegar a la meta del conocimiento espiritual. Pero el
hombre vive atado a ello y no comprende que tras su muerte nada podrá llevarse y que todo
permanece atado a este mundo condenado al pasar del tiempo y a la destrucción habitual de
todas las cosas. En este mundo en el cual vivimos nada es para siempre, pues todo es temporal,
aquello otro inaccesible por el momento para nosotros y que expresa la idea del conocimiento
universal en dónde nos encontraremos con las ideas eternas de las cuales son sacadas todas
las cosas que conocemos de forma imperfecta. Pero tal parece que esta meta está vedada para
los hombres, excepto para Suka que ha logrado unirse con lo Uno solo, sin segundo, a partir
de su nacimiento portentoso.
189 | P á g i n a
Todas estas cuestiones estaban a la base del pensamiento de Joaquín y pensaba que en
el otro extremo del mundo encontraría más preocupaciones acerca de esto que en Colombia,
tierra hermosa de gente cálida, pero sumida en el vicio. ¿Acaso podría encontrar un pueblo
para el que fuera más importante lo espiritual que lo material? ¿Tal vez era mucho pedir el
hallazgo de un punto fijo en el cual instaurar un pensamiento que valiera para todos los
hombres y todas las épocas? Pues para Joaquín parecía que era más imposible cada día y su
esperanza se perdía cada vez más con el pasar de los días y el conocer las inclinaciones de los
importaba cuántos tormentos llevara en su interior ni cuántas veces se dijera que aquello
existente en los libros era diferente a lo que subyacía en la sociedad, siempre creía que solo
faltaba un verdadero líder que mostrara a la humanidad el verdadero camino para salvarse de
sus decisiones corruptas y carcomidas por el vicio. «Es el tiempo de comprender si en otras
latitudes la gente está más próxima a la idea del hombre virtuoso. Hay esperanza todavía de
encontrar un país en el que reine una paz estable y duradera en la cual se consiga la serenidad
de espíritu necesaria para obtener el acceso a la Verdad», dijo entusiasmado mientras el barco
continuaba con su recorrido hacia una tierra tan lejana para nosotros y a la cual un día Colón
intentó llegar por nuevas rutas que le permitieran tener más actividad comercial.
190 | P á g i n a
4.3. Las inclinaciones de los hombres.
Ahora, luego de un par de meses de viaje hacia aquél lugar y de haberse perdido una
y otra vez en las ciudades costeras de la nación nueva, pudieron encontrar alojamiento con
alguien que quiso ayudarles, aunque las comodidades en ese sitio no eran los mejores. En
último término, ellos tampoco estaban acostumbrados a las grandes cosas, pues con sus
constantes paseos y caminatas que duraban varios días, habían aprendido más a no necesitar
de las comodidades de las cuales la mayoría de los hombres gozaban. «Para vivir bien no
necesitamos de cuestiones materiales, tan solo debemos encontrar un punto fijo para sanar
todo lo habido en nuestro interior que pueda perturbar nuestro espíritu», dijo a las pocas horas
del descenso en Bombay, también conocida en otras latitudes como Mumbai. La cantidad de
comercio que se veía en aquellos puertos era excesiva y el asombro con el cual pudimos verlo
todo fue extraordinario. La ventaja fue que muchas personas, por la actividad comercial,
manejaban bien el inglés, por lo cual, nos fue fácil comunicarnos con los demás. Por lo menos
podíamos solicitar algunas cosas e instaurar algunas conversaciones incipientes con los demás
mientras nuestras lenguas se fueron adaptando a los hábitos sonoros de aquellas gentes, pues,
en cierta medida, no era lo mismo escuchar hablar en inglés a los hindúes que a los ingleses
comercial, pero, las personas no eran tan felices o tan ricas como pensamos en un primer
momento. «Con tan buena actividad debe ser que llegamos a una de las ciudades burguesas
de esta nación. Es menester guardar cierto recato hasta que comprendamos bien las reglas del
191 | P á g i n a
comportamiento de la localidad», dijo Joaquín que, con los ojos expresando un gran
entusiasmo, parecía recuperar la felicidad de otros tiempos. Pero no todas las personas
manejaban de la misma manera el inglés y por obvia razón una de las principales metas que
se trazaron allí era aprender el maratí, pero la ventaja es que con el inglés pudimos
defendernos bien y más aún con el hindi, idioma que me enseñó Juaco en los primeros meses
de nuestra estadía en ese lugar. No sabíamos muchas cosas de esa nación, salvo por aquello
que de oídas habíamos escuchado: tan solo conocíamos algunos poetas medievales [aunque
allá nunca habían catalogado como medioevo lo que los occidentales comprendían por esa
época], algunas ciudades capitales, parte de sus creencias religiosas y cómo no haber conocido
el cómo llegaron a la independencia, entre otras cosas, gracias a la ayuda de Gandhi. También
conocimos la historia de la Madre Teresa de Calcuta y, por ende, el estado de salud y algunas
otras cuestiones acerca de aquella nación que habían predispuesto a los espíritus de los recién
llegados.
Por poco que pareciera, por lo menos teníamos una mediana idea de lo que era la vida
en este país, aunque tuvimos que pasar por un montón de dificultades y tuvimos muchas más
aventuras de las cuales pudimos haber imaginado. Se completaron cerca de seis años en los
cuales habitamos en medio de las calamidades y las crisis económicas. Durante casi toda
nuestra estadía fuimos lo que en Colombia se denomina, con cierto grado de eufemismo,
habitantes de calle. Nunca pudimos encontrar un lugar en el cual pudiéramos reposar y fijar
nuestro domicilio. A ello se suma el hecho de que a Joaquín nunca más le interesó trabajar
porque esa actividad siempre le recordaba el hecho de que lo practicó para guardar el bienestar
económico de Agustín, su futuro y su educación. Por desgracia murió antes de que pudiera
gozar algo de la fortuna que su padre había construido para él y que, sin pensarlo dos veces,
192 | P á g i n a
pondría a sus pies en caso de haber vivido lo suficiente. Además, se volvió en una persona
muy avara. Se puede decir que su vida nunca cambiaría, sin importar el país que visitara, pues
muy en el fondo sabía que el problema fundamental que afectaba a los hombres también estaba
en su interior y que nunca podría dejar de amar a Diana, su esposa o su hijo Agustín.
Descargó tanto lastre de emotividad en Diana que hubiera preferido morir con ella
antes de continuar viviendo del modo en el cual lo hizo, pero la vida le daría una vez más la
pensamiento en el lugar adecuado para ello. Diana y Agustín se habían convertido no solo en
un apoyo fundamental de su vida emocional sino lo único que sostenía la felicidad en una
vida que siempre se inclinada a la negatividad del mundo. Dentro de sí decidió no suicidarse
por el hecho de que alguien tenía que recordar a sus dos seres amados: «lo único que los
mantendrá con vida es el recuerdo: lo único que asesina a una persona mejor que las balas es
el olvido y yo no voy a olvidar a quien me entregó su existencia», decía él una y otra vez.
Lo único que esperaba ahora era poder transformar en algo la sociedad en la cual había
nacido. Y sabía que la humanidad podía cambiar de manera radical por dos cuestiones: una
guerra o una revolución. Y como detestaba toda manifestación de la violencia pensó que una
de estas últimas, pacifista como le encantaba a él, podría contribuir en algo al mejoramiento
continuo de la humanidad. Pero no pudo hacerlo solo. Tardó mucho más tiempo del esperado
para reaccionar y poder ver que en algo podría ayudar a que este mundo fuese menos fanático
y más humano. Ser el líder de una revolución pacífica que rescatara el humanismo perdido en
una sociedad que se dedicaba solo a la obtención del capital para orgullecer un espíritu que
193 | P á g i n a
perecía con el tiempo era una idea que le parecía magnífica. Esto estuvo en su mente durante
algunos días e intentó construir una teoría que le permitiera ganar adeptos para continuar con
el desarrollo de esto.
Cerca de seis meses después de nuestra llegada a aquél lugar, comencé a asistir a la
escuela. Como todos los niños necesitaban una identidad y yo carecía de una y las fuerzas
legales podrían ejercer su autoridad expulsándonos del país al darse cuenta del cómo llegamos
allí, Juaco nos consiguió identidades falsas. Allí estaba otro elemento negativo que nunca
pensó hacer, pero las circunstancias por las cuales pasábamos nos obligaron a cometer este
delito, aunque sabíamos que no estaba bien hacerlo, y que nuestra moral se vería afectada por
ello. Pero todo fue un riesgo que decidimos tomar para no desperdiciar nuestras vidas. Déjese
en claro este asunto: cuando salimos del Pueblo X contaba yo con cerca de los nueve años y
cuando llegamos a la India estaba cerca de los doce. Durante casi tres años fuimos unos
nómadas en nuestro país para devenir unos habitantes de calle en una nación extranjera. Si
mis cálculos no me fallan, para cuando comencé la escuela en la India ya estaba próximo a
los trece años y Joaquín a los 34. Ninguno de los dos estaba tan viejo como para tener algún
impedimento para trabajar, pero ninguno quería arriesgarse a vivir las mismas experiencias
pasadas.
Pero de algo había que vivir, pues el dinero de nuestra nación pronto se acabó en esa
nación extranjera, pues buena parte de lo que teníamos sirvió para sobornar a la gente que nos
llevó en barco hasta ese lugar y para comprar nuestras identidades. Fuera de ello, siempre que
se tiene un ahorro, un tesoro guardado y comienza uno a gastarlo, por poco que gaste, suele
ver cómo el dinero se acaba más rápido de lo que se piensa. Este se iba agotando y de los dos
194 | P á g i n a
maletines que traíamos siempre a cuestas repletos de dinero, solo quedaba uno y ya empezaba
a notarse el vacío que se producía por lo cual debíamos encontrar otro medio para garantizar
la supervivencia nuestra. «El dinero no nos alcanzará para siempre, le dije una vez a mi
maestro. Tienes que trabajar o moriremos de hambre aquí», a lo cual respondió « ¿y qué más
puedo hacer aquí? No sé hacer nada». Y luego de una fuerte discusión, la más ruda que tuve
con él en el tiempo que estuvimos juntos, pude convencerlo de que volviera a reparar las
bicicletas. Este es uno de los medios de transporte más utilizados en aquella ciudad, o, por lo
Pero nuestros cálculos en aquél momento fueron erróneos, pues confundimos el maletín
del dinero con el de la ropa sucia que, para esos días estaba casi vacía. Por lo cual, la cantidad
de dinero que poseíamos siempre fue mayor a la que pensamos, solo que nunca pudimos
dimensionar con exactitud todo aquello que nos pertenecía. Esto se debía a dos cosas: la primera
administración del dinero y la poca voluntad para diseñar un plan para saber cuánto teníamos
Así pues, dispuso un pequeño taller en el cual arreglaba las bicicletas. Pero solo lo
hacía en el tiempo en el cual yo iba a la escuela, pues, el resto del tiempo estábamos juntos
intentando avanzar más en mis estudios y en retomar los que él había abandonado hacía tantos
años. Durante mucho tiempo intentó abandonar la idea de trabajar, y la maestra de la escuela
logró persuadirlo de que no tuviera esto como un trabajo sino como un modo de cambiar la
humanidad. Jamás pude entender cómo Joaquín logró ser persuadido de una cuestión como
estas, ni tampoco el cómo la maestra lo indujo en eso, pero el hecho es que pudo tener ese
195 | P á g i n a
empleo durante algún tiempo y solo durante unas horas al día. El negocio nunca prosperó ni
pudo ver que avanzaba como el que había establecido en el pueblo X, pero, por lo menos, nos
daba de comer sin tener que recurrir a los ahorros que teníamos, antes bien, gracias a la
administración que pudimos hacer del dinero fue aumentando poco a poco. El taller de
Joaquín quedaba justo al lado de la escuela y desde allí pude vigilarlo para que no fuera a
pagaban a mí.
Nuestras nuevas identidades eran: para él Jokin [por lo menos así era una de las formas
de pronunciar su nombre], y el mío fue Ishaan. Ambos nombres parecían ser el equivalente
de nuestros nombres occidentales en esa lengua extraña, por lo tanto, no fue tan grave la
adquisición de la identidad. En cierto modo, fue solo una transcripción de nuestros verdaderos
nombres a una lengua extranjera. Por esto, podemos decir que no fue tan grave nuestro delito.
La maestra de la escuela, de quien supimos luego que era una afgana formada en las
más prestigiosas universidades europeas, fue un apoyo importante para Joaquín en ese
caminar nuevo en un país extranjero. Gracias a ella pudo superar muchas cosas de su pasado,
aunque su conocimiento obtuvo poco cambio, pues siempre decía él que un burro viejo no
aprende nada nuevo. Pero él sí aprendió, solo que no quiso reconocerlo nunca. Al final se le
pudo convencer de dictar algunas clases de lenguas, para las cuales siempre fue muy bueno.
Nunca cobró demasiado por su saber, antes bien, siempre cobraba tan solo algunas monedas
que iba depositando en una alcancía. Decía que algún día le servirían para algo esas posesiones
materiales.
196 | P á g i n a
Nuestra existencia parecía diferente allí. No necesitamos de un edificio para
policías iban hasta nosotros para fregarnos la vida, pero nada que unos cuantos billetes nunca
hubieran podido servir para alejarlos de nosotros. Siempre estuvimos indignados de este
asunto, pero, en esta vida es mejor estar dentro del sistema para intentar cambiarlo que estar
fuera de él para que te arrolle y no puedas hacer nada. A pesar de esto, nuestra moralidad
siempre fue intachable, pues no hacíamos las cosas por gusto sino porque las circunstancias
nos obligaban a ello. Además, Joaquín solo se dio cuenta de este asunto en una oportunidad
y casi se suicida por el hecho. Casi todas estas situaciones negativas fueron cometidas o
inducidas a causa mía. Pues Joaquín nunca fue consciente del hecho de que en un mundo
como el nuestro es mejor cambiar las cosas poco a poco que hacer la oposición frontal para
Jamás ha pisado este mundo un hombre con una moralidad más intachable que Joki, o
Juaco, como fue luego conocido por todos. Pero todo hombre está condenado a actuar de una
forma incorrecta por lo menos una vez en su vida, pues esta sociedad corrompida, hostiga a
todos a estas circunstancias. Aquella premisa que dice que toda acción puede ser un precepto
moral de carácter universal suena muy bien en la teoría, pero la práctica siempre es muy
distinta de lo que suele ser el conocimiento de los libros y Joaquín y yo pudimos comprobar
eso en muchas ocasiones de nuestro caminar por el mundo. Luego de seis años de estadía en
ese lugar, pude terminar los estudios básicos. Fueron tantas y tales las aventuras que pasamos
en esos tiempos que harían falta muchos libros para comentar todos y cada uno de los
197 | P á g i n a
La gente en India no suele ser demasiado rica ni ostentosa y tal parece que no hay una
diferencia tal abismal entre los ricos y los pobres, como lo suele ser en países como Colombia
en dónde los primeros tienen demasiado y los segundos les falta demasiado. En aquella ciudad
portuaria vimos muchas cosas y tuvimos que padecer la desgracia de nuevas aventuras que
dejaron impreso en nuestros corazones el hecho que no imaginamos encontrar: el ánimo del
hombre parece ser el mismo en todas las culturas. Tal vez la naturaleza del hombre sea aquella
de ser malvado, quizás el hombre no puede superar las circunstancias que lo rodean sino que
está atado a su naturaleza mezquina y despiadada. En aquella ciudad vimos que este [el
hombre], cuando ha sucumbido ante la pobreza y las carencias económicas, puede llegar a
extremos impensables y que, incluso, el más callado de todos puede devenir el peor de los
seres humanos. En todas las ciudades, tal parece, los ricos explotan a los pobres y todo gira
A pesar de todo ello, en aquellos lejanos lugares pudimos encontrar a personas más
espirituales y menos fanáticos que en nuestro pueblo. « ¿Por qué el hombre actúa con egoísmo
y soberbia? ¿Cuándo fue que se permitió que el corazón de la humanidad sucumbiera ante el
poder económico y el poder político? ¿En qué momento histórico hemos comenzado a ser lo
que somos hoy? Tal parece que estamos sumidos en una cultura que prefiere la posesión y el
materialismo que las cuestiones del espíritu, el entendimiento, y el actuar moderado y justo.
Vivir como un hombre recto, poseedor de las virtudes es tan solo un sueño fatuo que los
humanistas han dejado como un hermoso postulado y que la filosofía ha legado a la burguesía.
devenir material que se agota con el tiempo, pues todo lo que el hombre construye se convierte
en polvo y ruinas. No somos nada y pretendemos conquistar el corazón del mundo con las
198 | P á g i n a
riquezas que no nos pertenecen. ¿Cuándo fue que dejamos de ser humanos para convertirnos
formulaba Joaquín y jamás pudo responder a ninguna de ellas, o, por lo menos, toda respuesta
fue insatisfactoria para él. En lo más profundo de su corazón había sabido que la humanidad
acabaría por perderse a sí misma hasta sumirse en la más profundas de las depresiones por
India. Parece que el asunto está generalizado a través del mundo. Vimos allí la espiritualidad
que nunca hubiéramos podido imaginar. La gente puede vivir allí en medio de la carencia y
la abnegación y en medio de todo ello, ser generosa como nadie. Muchos de los que poco
tienen, dan más de lo que se les pide, pues todo lo que tienen lo ponen al servicio de los demás,
aunque ello signifique el olvido de sí mismos. Pero en ocasiones podemos llegar hasta el
extremo, pues, a este gran modo de pensamiento se anteponía algo fundamental y era la
aspiración de cada persona. Eran generosos pero no querían pasar de lo que ya eran. Parecía
que todos tenían ante sus ojos el límite de la vida y que tuvieran por sentado que, sin importar
lo que hicieran, jamás serían algo diferente de lo que las circunstancias les obligaban a ser. Si
sus padres eran pescadores, la mayoría deseaba ser pescador, pero si el padre era un habitante
de la calle, como lo fuimos nosotros, los hijos se condenarán a ser lo mismo por el resto de
las vidas. En cierto modo, a esto se le ha denominado «las castas» en aquella nación.
199 | P á g i n a
En parte esto se debe a que en el espíritu del hombre está sumida la pereza y el miedo
a tomar las riendas de la existencia para construir un devenir distinto al que se tiene entre las
manos. Ambas cuestiones hacen que el hombre carezca de los elementos indispensables para
la lucha continua hacia un futuro distinto. Esto se debe a que la humanidad siente que se
encuentra bien en dónde está y no ve los motivos para cambiar algo de lo que ya tienen
establecido: muchos otros piensan que «atentar contra la tradición es el peor de los conflictos
que pueda tener una persona e, incluso, lo tradicional no puede transformarse», me dijo mi
maestro. ¿Acaso la humanidad no evoluciona conforme van pasando los años y las nuevas
generaciones se van estableciendo en donde un día estuvieran las de sus antepasados? ¿Tal
vez vivimos bajo las mismas costumbres, leyes y normas de hace dos mil años? ¿Es posible
que nos gobierne aún el sistema político de la antigüedad arcaica en donde ni siquiera existía
un modelo claro de escritura? Hoy tenemos recopilado una serie de información que nos dice
lo que ha sido de las antiguas civilizaciones, qué de ellas hemos modificado y qué conservado.
Por el hecho de haber heredado una lengua y una serie de costumbres, no significa que nos
tengamos que comportar de la misma manera que lo hicieron nuestros abuelos. Hoy vemos
que el comportamiento de los hombres es distinto al de los romanos del siglo V de nuestra era
Lo tradicional puede ser modificado y, de hecho, muchas prácticas sociales han sido
comprender hoy cómo hemos llegado a ser lo que somos, no para repetir aquellas cuestiones
realizadas en un pasado remoto sino para perfeccionar nuestras prácticas dentro de la sociedad
examinar a sus contemporáneos. Hoy los romanos no se lamentan por la caída del imperio ni
200 | P á g i n a
temen que la ciudad eterna vaya a desaparecer un día. Y tampoco vemos la iglesia encargada
de coronar a los presidentes de los diferentes estados como se hizo en muchos imperios a lo
largo de la Edad Media. Aquellos que pensaban ser la tradición hoy solo hacen parte de un
pasado muy lejano para nosotros. Incluso muchos habitantes de épocas anteriores pensaron
que su modo de ver el mundo y la vida duraría para siempre. Sin embargo, este para siempre
solo duró algunos pocos siglos a lo sumo y hoy vemos que su ingenuidad estribaba en eso: en
pretender instaurar un reinado humano que se perpetuara in secula seculorom. Pero no ha sido
así, pues vemos que las cosas han cambiado a lo largo del mundo y de la historia y que la
Que quede establecido que ninguna tradición durará para siempre y que, a pesar de
que hay cosas cuya historia pueda remontarse a algunos milenios atrás, tendríamos que
preguntarnos si se ha preservado tal como se pensó hace tanto tiempo y si será la misma dentro
de unos dos milenios más. La eternidad es algo que solo se limita a la mente humana para
engañarse pensando que todo seguirá marchando como uno lo piensa para el resto de los siglos
venideros. Y así vemos que, en muchas ciudades y lugares del mundo los hijos heredan el
mismo oficio de sus padres como si todo se redujera a una dinastía o al hecho de que las
una vida distinta de la que han llevado sus antepasados. En parte lo han hecho por el valor de
una tradición que con el tiempo cambiará o se olvidará y porque tienen pereza y temor de
201 | P á g i n a
Nadie tiene el éxito asegurado pero, al final de la vida, cuando los daños pesen más
que los años vividos, el hombre podrá mirar hacia atrás, mirar en retrospectiva su existencia
y saber que ha obtenido tantos y tales triunfos que había estado cegado pensando en una sola
meta sin disfrutar del camino para llegar a ella. Y estará condenado a sonreír en ese instante
pues, a pesar de todas las contingencias a las cuales se haya podido enfrentar, ha abierto un
camino y ha sido el primero en lograr muchas cosas que nadie más ha podido conseguir. Estos
son los que hacen que el corazón del hombre sonría en la oscuridad de la noche, cuando sienta
que sus fuerzas ya no le permitirán seguir adelante con su vida. Esa es la mayor alegría del
y no desea tomar riesgos sino quedarse en el lugar donde todo es seguro. ¡Cuántas aventuras
pierde el hombre por esto! ¡De cuántos conocimientos se puede privar si no se pone en el
límite y no comprende hasta dónde sería capaz de llegar por supervivencia! « ¡Dejad de temer,
diría Joaquín, y arriesgaos a ser diferentes y a conquistar la felicidad en vez de las riquezas de
un mundo carcomido por la corrupción y la pereza! Son pocos los que se arriesgan y a esos
los admira la historia por poseer un espíritu de gigante. Pero todos tenemos ese mismo
espíritu, solo que no deseamos desacomodarnos de nuestro lugar y esperamos que sean otros
los que lo hagan. Y esos otros, que representan sujetos escasos, son los que hacen que la
humanidad avance hacia un mejor estado de cosas, aunque ahora hayamos perdido nuestro
202 | P á g i n a
El hombre, luego de haberse quedado inmerso en el papel de las costumbres, piensa
que lo que pueda hacer por su sola razón está en desuso. Pero ya está domesticado --sí, el
hombre puede domesticarse a sí mismo con la rutina y las costumbres. ¿Acaso no dicen las
escrituras que el mismo Dios nos ha dotado de su espíritu racional para que gobernemos sobre
todas las criaturas de la naturaleza y construyamos una sociedad a partir de nuestro lenguaje?
De ser así, hemos sido nosotros quienes hemos asesinado a Dios al no cumplir con su designio
y haber despreciado la racionalidad que nos vinculaba con lo divino para sucumbir ante la
animalidad de la domesticación. Y eso es algo que podemos ver a cada instante: en Colombia,
corazón del hombre occidental: no importa nuestra procedencia, en última instancia, tal parece
No hay más nada por hacer, algunos hombres están condenados a triunfar en este
Y el hombre en aquella sociedad en la cual pasamos tantos años con una identidad que no era
la nuestra, nos demostró que las vanidades y las problemáticas colombianas no solo pasan en
nuestra nación sino que es algo que se repite en el corazón de todas las sociedades. Y no es
por el hecho de que estas estén emparentadas o porque posean el mismo lenguaje, sino porque
toda nación, toda cultura o sociedad, es un conjunto de elementos básicos a los cuales hoy
llamamos hombres y estos son los mismos que están presentes en el mundo a través de la
203 | P á g i n a
Todos tenemos, por lo menos, un vicio del cual podamos arrepentirnos pues nuestra
tendencia nos arroja más hacia ellos que hacia las virtudes. Los hombres se inclinan al mal
por su naturaleza. ¿Y de dónde han sacado esta inclinación si se supone que todos hemos
nacido buenos e ingenuos, con un alto grado de semejanza a Dios? Pues por el conocimiento
del bien y del mal. Al hombre se le dijo «puedes alimentarte de todas las frutas de todos los
árboles que encuentres a tu paso excepto de ese». Preciso por ello, por esta sola prohibición
el hombre comprendió que podía quebrantar la única regla establecida. El hombre conoció
que no podía comer de ese fruto, pero, al mismo tiempo, se hizo consciente del mal que podía
hacer al romper esa prohibición y comer de ese fruto. El conocimiento de la ley implica que
podemos actuar de manera contraria a la ley. Y he ahí lo que hacemos siempre: al considerar
las leyes injustas practicamos lo contrario de lo que ellas nos dicen a pesar de ser conscientes
del beneficio que su cumplimiento pueda tener para la población con la cual habitamos. Todos
estamos inclinados a estos vicios y cada cual posee al menos uno, del cual se arrepienta cada
Y el segundo motivo que puede llevar al hombre a actuar de una manera en específico
es su egoísmo, pues muchas veces no comprende que bajo su amparo está lo que pueda
beneficiar a los habitantes de su pueblo sino que cada uno busca siempre el mayor bienestar
para sí mismo. Son pocos los que actúan de una manera contraria, son pocos los que se dedican
al servicio a los demás, pero en ellos, incluso, hay escondido una partícula de egoísmo, pues
estos podrán defender: «yo ayudo a los demás porque así soy feliz». Y he ahí el hecho de que
cada uno busca su interés personal, su felicidad, pues en esta excusa triunfa lo que hace feliz
204 | P á g i n a
Y este espíritu lo encontramos en los pueblos en los cuales asistimos y en los países a
los cuales tuvimos acceso. Los hombres, sin importar sus condiciones o sus excusas, parecen
ser los mismos en todas partes. Los mismos vicios, la misma pereza, los mismos temores para
enfrentar una vida no domesticada y envuelta en las aventuras del pensamiento y del
conocimiento. Algún día tendremos que reconocer que no todo lo que podamos comprender
y conocer del mundo está solo en los libros o solo en la experiencia, sino que aquello es una
mezcla se saber y hacer tan profunda que ni siquiera nosotros podemos entender del todo bien.
Existen cosas que no pueden aprenderse solo en los textos y otras tantas que no pueden ser
conocidas por medio de la experiencia. Pero muchos se inclinan por una de las dos vías y
piensan que de esa manera podrán explicar la totalidad de un mundo, el cual solo se limita a
Salimos de una patria para intentar mostrar la falsedad de nuestro pensamiento acerca
del conjunto completo de la humanidad pero lo único que hicimos fue reafirmarlo. Después
de seis años de estadía en aquella ciudad lejana para nosotros y de comprender estas verdades
que aparecían ante nosotros como las únicas posibles, comprendimos que nuestro lugar en el
continuo daño con todo lo que nos hicieron los hombres de aquél entonces. Mediante miles
terminación de mis estudios escolares estuviera con mi nombre verdadero y no con aquél que
adopté al poco tiempo de llegar a aquella nación. Era algo definitivo. No hay nada en este
mundo que una buena cantidad de dinero no pueda resolver, y las autoridades de aquella
nación se hicieron los de la vista gorda ante las impurezas y mentiras que durante tantos años
205 | P á g i n a
les mencioné al lado de Joaquín. Por desgracia suele ser que el hombre debe internarse en
estas acciones negativas para que su alma no resulte lacerada por el engaño que uno comete
y al que lo someten por las cosas más nimias que hayan podido imaginarse.
Joaquín continuaba defendiendo la idea de que padecer una injusticia era mejor que
cometerla y sentí el rechazo de mi maestro por mi actuar negativo a lo largo de todos estos
años. Y, al sentir tal acción, decidimos separar nuestros caminos para que mis acciones no
empañaran el conocimiento y la moralidad de aquél hombre de quien tanto aprendí. Sabía que
no podía aprender más nada de él, pero también me aseguré que sin mí no se suicidaría, como
en otras oportunidades lo quiso, y le hice jurar solemnemente esta promesa: «Juro por Dios y
por mi mal querida patria que no atentaré contra mi vida, ni en el presente ni en el futuro.
Viviré según las reglas que yo mismo he establecido de la moral e intentaré siempre cumplir
una estricta norma de vida que amplíe mi conocimiento y, en la medida de lo posible, ganaré
la comida con el sudor de mi frente». Él nunca traicionaría una de sus promesas y de eso
podría estar seguro. A pesar de todas las dificultades y de todo lo que había sucedido en
nuestras vidas en común, estaba la certeza de que una promesa jamás se rompe, sin importar
las consecuencias que ello traiga. A pesar de nuestro alejamiento, siempre tuve noticias de él,
pues a pesar de no estar de acuerdo con muchas de las decisiones que en esa época se tomaron,
existen lazos de otra clase que permanecen entre dos personas cuando han pasado tantos años
juntos. Y, en cierto modo, Joaquín me amó como si yo fuera Agustín y yo lo amé como si
Él regresó a Colombia, el país del sagrado corazón de Jesús que había sido su cuna y
su desgracia, pero que, a pesar de los dolores y tantas cuestiones negativas que allí acaecen a
206 | P á g i n a
diario, la amaba como a ninguna otra nación en el mundo. Sabía que por más dolorosa que
fuera la existencia, siempre tendría un pequeño espacio dentro de esta nación de políticos
corruptos y fanáticos religiosos. No todos eran así, pero solo estos hacían que su corazón se
estremeciera y su espíritu doliera más que las heridas carnales más profundas. Yo regresé con
él a esa nación para asegurarme de su instalación para luego partir hacia tierras lejas de nuevo.
207 | P á g i n a
4.4. Regreso a la nación. Las dificultades de cambiar un país de hipócritas.
«Colombia jamás cambiará», manifestó con tristeza en alguna carta enviada con un
profundo deseo de haber encontrado una nación diferente a la cual dejó, pero no ha sido cierto.
En esos años en que vivió por fuera, mantuvo la esperanza de regresar al país y ver cómo
por el otro fueran la base de todos los discursos y que las personas aprendieran a resolver sus
población haciendo que millones de personas perezcan sin justicia en más de medio siglo de
una guerra irracional, todo parece indicar que, en esa nación, la violencia y la imagen negativa
han enseñado nada las tragedias padecidas ni los muertos enterrados, pues para la mayoría de
los habitantes de esta nación es mejor pensar y creer y seguir las Maryori que a quienes
todas las relaciones entre los hombres. Pero muchos aquí predican el amor y practican el odio
incondicionado a los demás, olvidando así aquello que nos hace humanos y habitantes de un
embargo, toda regla trae su hijo bobo. Esto quiere decir que, en medio de todas las dificultades
que se presentan a lo largo del territorio nacional, existen ciertas personas que hacen el bien
y viven según las reglas de la armonía y del amor. Entre estas pocas personas se encuentra
Joaquín, quien en medio de esta sociedad corrompida por el fanatismo religioso y la poca
208 | P á g i n a
educación, intentó mantener su corazón lo más limpio que pudo e intentó remendar su espíritu
para liberarlo de las malas acciones que realizó en tierras extranjeras. Regresó al país más
viejo de lo que cualquiera hubiera podido pensar, cansado de tantos daños que en el camino
golpearon su corazón y su mente de tal manera que le hicieron alguien silencioso, tanto, que
podía pasar varios días sentado en una butaca mirando el cielo desolado de un país que lo ha
despreciado y lo ha maldecido de diferentes maneras. No criticó a nadie por las creencias que
tenían, pero sí le sorprendió que muchos de los fanáticos religiosos que defienden tanto el ser
de un Dios sin nombre, hayan caído en la desgracia de ser los fariseos que tanto detestan. Y
ojalá fueran como los fariseos, pues estos, al menos, cumplían la ley al pie de la letra, aquellos
la defienden pero la evitan a cada instante: para cada ley existe una excepción.
el gobierno nacional a la cabeza del presidente S, instauraron un proceso de diálogos con las
Farc-ep, denominación para la guerrilla que durante muchos años predominó en el territorio
colombiano. En muchas ocasiones podría verse que estos últimos tenían más poder que las
autoridades establecidas y reconocidas por la ley. ¿Y cómo no darles más autoridad cuando
sabemos que las balas silencian más fácil que los diálogos y la vida llevada por el bien? Si
algo puede aprenderse de una República como la colombiana es que el mejor gobierno no es
el que menos gobierna, sino el que más armas consigue para acallar a su pueblo. Y, como una
segunda enseñanza podríamos decir que ante los ojos de un fanático ignorante, de los cuales
abundan en este país, nunca puede utilizarse un diálogo razonado, sino que a ellos les interesa
más el rugir de las balas, la mediocridad de la educación y la obediencia ciega a una persona
que pretende regir el destino de la humanidad con las reglas y leyes que llevaron a Sodoma y
a Gomorra al olvido y a la depravación de los instintos más bajos. En este proceso de paz,
209 | P á g i n a
como suele suceder en cualquier decisión que tome un gobierno, hubo oposición, pero a
medida que iba pasando el tiempo del diálogo, se ganaban más defensores de una paz estable
y duradera.
El proceso de diálogo que tuvo muchos altibajos tuvo un final satisfactorio para todas
las partes o, al menos pensaron de este modo quienes estuvieron negociando una salida
razonada al conflicto armado de más de medio siglo de antigüedad. Pero la ciudadanía de este
pueblo ignorante e hipócrita pensaba algo distinto, pues al término de cuatro años de
obtuvieron sacar una serie de acuerdos que beneficiaban a todos los colombianos. En primer
lugar, se hablaba acerca del desarrollo agrario, devolviendo a los campesinos aquellas tierras
que en tantos años de conflicto les habían quitado de la manera más vil y despiadada, la
restitución de la economía campesina y el apoyo a la misma para que los colombianos vieran
en el campo el mejor modo para que la nación se convirtiera en una potencia económica a
costa de las riquezas que se escondían en las montañas del país: con sembrados de papas en
las mejores zonas del país; recuperación de la flora y la fauna que los atentados habían
extinguido; mayores garantías para que el campesinado pudiera desarrollar con libertad su
actividad comercial y que no estuvieran sumidos en el olvido estatal que hasta ese momento
había caído sobre ellos: todos estos elementos eran los objetivos principales sobre los cuales
También se hablaba allí del desminado de todas las tierras que se habían convertido
hijos de campesinos que luchaban en una guerra que no les correspondía. La elocuencia de
210 | P á g i n a
todo el discurso acerca de la construcción de una paz estable y duradera, convertía a todos en
creyentes de la idea de poder eliminar todas las causas que generaron el conflicto armado en
Colombia, cuestión que llegó a defender con elocuencia Timochenko, máximo líder, estratega
e ideólogo de aquél grupo subversivo. Este último había declarado con gran esperanza y con
una sonrisa ingenua: «La guerra ha acabado, pues ahora se viene la construcción de la paz. El
amor de Mauricio Babilonia por su `meme` ahora podrá ser eterno». Pero no se imaginaba
que una cuestión como estas sería detenida por un montón de ciudadanos desinformados e
ignorantes de la realidad social del país. Mauricio Babilonia no podrá amar a su Meme, porque
los colombianos han dicho que el amor está en desuso y que lo único válido para la República
es la violencia y la muerte. Curioso hecho: mientras que quienes están en la guerra desean con
su corazón reparar el daño que han hecho, y seguir sus caminos con la culpa por lo que
hicieron e intentando ser perdonados por el daño que hicieron en tantos años, los colombianos
les han dado la espalda y decretaron para ellos la sentencia de muerte: no hay perdón ni olvido.
Y lo curioso es que aquellos que firmaron esta sentencia, predican el amor y el perdón a todo
ser viviente. Aquí nadie puede arrepentirse del error cometido: no hay espacio para la
reconciliación porque muchos pretenden consolidar una guerra que otros pelearán. ¿Hasta
El hecho es que se logró construir el mejor acuerdo que haya podido esperarse en la
verdugos al rechazar con toda autoridad los acuerdos alcanzados. Vaya contradicción entre
los colombianos, ¿quién lo entenderá cuando mueran de hambre por haber despreciado la
mejor posibilidad para la construcción de una nación diferente y continúen vendiendo balas
al por mayor esperando que de esa manera se logre una paz estable y duradera? Todo esto
211 | P á g i n a
pensaba Joaquín cuando regresó a su nación y observó que nada de lo que vivió en un pasado
violencia, por el contrario, había aumentado de forma drástica, pues ahora ya no eran
asesinadas cincuenta personas diarias en esta nación como lo hacían antes de su partida, sino
que morían de forma violenta poco más de cien: la lucha ahora no era entre los conservadores
y los liberales, o entre aquellos que deseaban la independencia de España o los que querían
continuar subyugados a ella, sino entre los que querían la construcción de una paz estable y
duradera y aquellos que deseaban la guerra. Hemos de decir, en muy buen sentido, que la
Pero no pasaba nada. El asesinato en una nación puede llegar a convertirse en algo
habitual y es más fácil encontrarse un muerto en Colombia que ganarse la lotería. Tampoco
de los habitantes del territorio. En todas las partes del mundo pueden encontrarse ciertas
prácticas que atentan contra la vida y la integridad de los demás, solo que, buena parte de los
medios de comunicación en este país han explotado tanto esto que a las personas les da lo
mismo si mueren 10 personas o 1000. Hay quienes defienden el pacifismo como único modo
de vida posible en Colombia, pero ¿cómo podría triunfar una sola persona contra un millón
de conservadores, fanáticos e ignorantes? El reto de vivir en una sociedad como esta es poder
encontrar un justo que no se contamine por las relaciones de los hombres y que permanezca
fiel a su pensamiento y viva para el conocimiento del bien y la manifestación del mismo en
todas las acciones que cometa en su existencia. Tal vez el único era Joaquín Alberto Escudero
Gonzales, pero, al sentir tanta crueldad y creerse perseguido por todos sus contemporáneos
creyó que la única vía válida para continuar con su vida era la venganza. Todo el tiempo
212 | P á g i n a
estaba en su mente la idea de asesinar a muchas personas con el único fin de liberar a la
población del dominio del mal y el fanatismo que tanto daño le ha hecho a este país.
«No es necesario asesinar a toda una población, diezmar a toda una comunidad o
nación para que aprendan a vivir en paz, sino que se deben exterminar aquellos que, en
debería hacerse. ¿Acaso no sería mejor matar a algunos pocos para salvar la vida de muchos?»,
había declarado en algún momento, pero luego se arrepentiría de tal cuestión, pues estaba en
contra de todos los postulados que defendió desde tiempos remotos en su vida. No pensaba
en hacer esto de verdad, solo que las circunstancias por las cuales tuvo que pasar le obligaron
a ser mucho más rudo de lo que solía ser la mayoría de las veces. ¿Y qué más da? Había vivido
y ahora, muchos años después de esto, regresa a su país con la esperanza de encontrarlo
diferente y pensar que todo era más tranquilo ahora, pero se encuentra con que las personas
que jamás han vivido la guerra decidieron seguir en ella y que aquellos que sí la habían vivido
anhelaban de todo corazón una nación distinta: una bañada por la paz. « ¿Hasta cuándo
Colombia seguirás con tu doble moral y tu indiferencia frente al dolor del otro? ¿Acaso no
has llorado todavía los suficientes muertos como para practicar el perdón que tus dirigentes
religiosos han predicado durante tantos decenios? Si Dios es un Dios de misericordia y amor
y que él acepta a todas las personas y desea la salvación de todos ¿con qué autoridad moral
duradera? Estas cosas solo suceden en este país de hipócritas», decía escupiendo mierda hasta
213 | P á g i n a
Muchas cosas movilizaron a Joaquín para regresar a Colombia, país al que no quería
regresar el día de la partida. Y la cuestión es que toda persona que ha vivido a varios cientos
de kilómetros de su nación de origen sabe cuán difícil es aceptar los cambios de habitar una
nación diferente y el deseo de regresar a su origen para recorrer las calles que un día recorrió
de niño. La nostalgia de poder regresar a aquél lugar del cual se ha debido salir por todas las
cuestiones negativas que llevan al hombre a abandonar su patria para ser adoptado por un país
extranjero, le impulsa a regresar para ver si el país ha cambiado o para cambiarlo. Pues toda
salida es un huir de ciertas circunstancias para intentar encontrar algunas mejores, pero nunca
habrá un mejor modo de vida que las existentes en aquél país que un día nos vio nacer.
Además, en la India parece predominar todavía una antigua tradición de castas que le dice a
la persona su origen y que nunca podrá salir de su destino. Si has nacido en la casta inferior
serás un esclavo para el resto de tu vida y no habrá nada que pueda cambiar ese asunto. Gandhi
intentó modificar esto, pero cambiar el pensamiento de una población que durante siglos ha
pensado de esa manera y no tiene una escapatoria es tan difícil como mencionarle a un fanático
colombiano que haya vivido la guerra, que sea una víctima del conflicto dirá que esto solo
pasa en este país. Lo mismo podrá ser si se escucha a un sirio luego de la ocupación del Estado
Islámico en ese territorio, o a un francés luego de estar amenazado por extremistas religiosos.
Tal parece que en este mundo no hay nadie que pueda salvarse de la violencia de los hombres
que, deseando con toda su alma la obtención del poder, hacen sucumbir a quienes pueden
transformar la realidad de una sociedad. Por desgracia, la política de un país como Colombia
siempre está enfocada en esto: si no haces parte de las diez familias que siempre han
214 | P á g i n a
gobernado, te jodes o te joden. Esto quiere decir: o no te metes en política o te matan, a menos
que apoyes a los políticos del momento. Aquí no se defiende la Idea de una República eterna
y perfecta, sino una simple palabrería y un engaño subsumido en esa palabra que pretende ser
un modo de gobierno.
Pero, a pesar de todas estas situaciones negativas y los pensamientos que tuvo por
aquellos días, siempre pensó que su futuro estaba en esta nación de hipócritas. La amaba tanto
que su futuro no podía estar en un lugar diferente. Sin importar las desilusiones a las cuales
fuese sometido en este país, no imaginaba su vida en otro lugar o no lo deseaba. Puede que
este sea un país maltratador, violento, de doble moral, hipócrita, ignorante, sin escrúpulos y
todo lo que se pueda decir de él, pero la gente que viene se enamora de esta nación y sucumbe
ante el cariño de su gente. Pero no todo es malo aquí. En medio de la oscuridad siempre
resplandece una luz que da esperanza de transformación y de cambio. Aquí hay personas que,
sin ningún apoyo, alcanza los más altos podios del mundo. ¿Cómo lo hacen? Sabrá Dios por
cuántas desgracias y tormentos deben pasar quienes representan bien esta nación ante una
comunidad internacional que piensa que ellos llegan hasta allí por el apoyo incondicional de
un Estado corrupto. Pero no es así. Muchos de los que logran hacer algo con sus vidas pueden
declarar que tuvieron una madre que los impulsó a ser lo que son o lo que fueron, o porque su
personalidad les hizo ser tan obstinados que, a pesar de todas las dificultades a las cuales se
Para algunos otros, por desgracia, la vida no les premió con un podio o con el
reconocimiento merecido por lo que tuvieron que padecer para llegar a la cima. Pues muchos
tuvieron la desgracia de enfrentarse a unos obstáculos tan grandes que jamás pudieron
215 | P á g i n a
maledicencia y los malos deseos de las personas que están alrededor suyo: la envidia destruye
la existencia de gente con un talento prometedor: esta jamás se hace esperar: derrumba todo
lo que ve a su paso. Cuando ven, los envidiosos, que uno de sus contemporáneos comienza a
triunfar, mueven cielo y tierra para que se hundan más que ellos. ¿Por qué lo hacen? Por la
simple razón de que no son ellos quienes están triunfando o porque son incapaces de
emprender la lucha por la consolidación de sus sueños. Y así son muchos colombianos:
intentan hundir a quienes progresan y no tienen ninguna justificación para ello salvo la envidia
o el hacerse conscientes de sus incapacidades para luchar por sus sueños. Y eso fue lo que
sucedió en ese tal plebiscito por la paz: algunos inescrupulosos que solo quieren ver arder el
ignorancia de las personas que habitan en esa nación. Y por ello también es que puede triunfar
a causa de la purificación de la raza y el amor hacia un Dios que jamás despreciaría a una
ellas se expresaban en una serie de cartas y manuscritos que me envió mientras permaneció
estas pude aumentar mi saber, pero también pude comprobar la certeza de lo que defendía el
profeta Qohelet: Qui auget scientiam, auget et dolorem. Y tal vez esto pudiera explicar el
estado de sufrimiento y padecimiento interior en el cual vivía Joaquín. Pues, a pesar de haber
recibido la mejor educación, jamás pude superar en conocimiento a aquél filósofo que con la
sola formación de su juventud, aprehendió todas las ciencias y lenguas del mundo. ¿Cómo
pudo ser posible aquello? Pues eso es uno de los tantos secretos que mi maestro se llevó a la
216 | P á g i n a
tumba pero, en efecto, su saber jamás se limitó a las cosas materiales, pues así como podía
hablar acerca de todo lo existente en este mundo, también podía comprender aquellas
cuestiones que habitan más allá de lo conocido La complejidad de sus razonamientos podía
los libros. Había tenido esposa e hijo, pero por desgracia la vida le había arrebatado a ambos,
lo cual le llevó a cavilar sobre el ser del mundo y el comportamiento ético del hombre en
diferentes sociedades hasta descubrir que es el mismo en todas ellas y que lo único que nos
diferencia es una lengua, un código para señalar de diferentes maneras los mismas cosas y
luego de haber padecido los incontables tormentos interiores a causa de su manía por vivir
vivía, retornó a su origen para internarse en la soledad hasta esperar la muerte. ¿Acaso la habrá
alcanzado? Siempre estuvo la posibilidad del suicidio pero también el deseo de alcanzar la
Sin embargo, sabía que no podría ser posible un suicidio porque había prometido no
hacerlo, y los hombres-filósofos como Joaquín siempre cumplen lo que prometen a pesar de
las calamidades que puedan padecer por causa de ello. Al salir de la India nos dirigimos, en
barco de nuevo, hacia Colombia. Ahora éramos nosotros los extraños y, desde el hermoso
encerrados en un contenedor que destilaba un olor excesivo de bananos, nos dirigimos hacia
el pueblo X en dónde tendríamos que reclamar la tierra que una vez fue de Joaquín, si es que
esta todavía existía. Y contamos con suerte porque, al ser la tierra del filósofo maldito, nadie
la había utilizado y aún estaban las ruinas, llenas del deterioro normal de los años, pero allí
estaban. También nos dimos cuenta que la maleza había convertido este espacio en una selva
217 | P á g i n a
en miniatura, pero podría ser habitable después de mucho tiempo de trabajo. Durante algunos
días nos quedamos allí, pues tenía que tramitar todos los permisos para salir a estudiar al viejo
continente, en donde la arrogancia de la gente por tener filósofos que la humanidad aclamaba,
Hubiera podido partir pronto, pero como todo en Colombia se demora más de la cuenta
de dejarlo sumido de nuevo en la soledad. Me arrepiento de todo corazón haber hecho eso,
nadie nos ha pedido que consigamos. Un año después de nuestro arribo, estaba montado en
un avión para recorrer las tres universidades que me aceptaron como un hijo: Oxford, en
En estas instituciones pude realizar estudios semíticos y comprender un poco mejor las
relaciones sociales, culturales lingüísticas y religiosas de ese lado del mundo llamado Gran
Oriente Medio. Y pude comprender que todos hablamos de ellos pero nadie los comprende
hasta que puede darse el lujo de conocerlos y estudiarlos. Joaquín se quedó en el pueblo X y
comprendió que este país nunca cambiaría, sino que se quedaría sumido en la ignorancia y en
la hipocresía, mediados siempre por el fanatismo religioso, por muchos siglos más. Debemos
aprender a renunciar a nuestro pasado para conseguir un futuro diferente, en el cual la armonía
Colombia, pues tienes unas facultades intelectuales con las que puedes explicar el mundo que
te rodea! ¡Deja de lado tu fanatismo y utiliza tu razón!», con estas frases me despidió mi
maestro, intentando invitarme a no caer en los mismos errores en los que caímos en India para
218 | P á g i n a
nuestra supervivencia. ¿Qué ha pasado con mi maestro? ¿Qué ha hecho después de nuestra
ruptura definitiva?
4.5. Y de nuevo, la historia de Suka, quien subió a convertirse en Uno solo con el
Ser-Absoluto para anteceder a todo lo creado.
He ahí la cuestión más importante: el hombre tiene la capacidad para ver su vida como una
tragedia o una comedia. A pesar de las dificultades a las que cada uno pueda ser sometido a
cristal distinto al que vio en los momentos difíciles. Hay personas que, sin importar las cosas
buenas que le pasen, siempre van a decir que son víctimas de cuanta cosa inventa su mente:
si lo único que ha hecho es progresar podrá decir que la envidia le ha provocado innumerables
heridas y que el gobierno le ha perseguido de diversas maneras para evitar su progreso a toda
costa. De igual modo podrá decir alguien que toda su vida la ha pasado ocupando puestos en
el senado o como un político reconocido: dirá que es una víctima de la sociedad, de las
calumnias y de las persecuciones por representar lo que representa. Todos tenemos algún
momento en la vida en el cual nos hemos sentido víctimas de algo pero, si lo pensamos con
detenimiento, podrá ser solo una confusión o mala interpretación de los acontecimientos que
a diario nos acaecen. ¿Por qué el hombre tiene la capacidad de construir los más asombrosos
descubrimientos pero sucumbe ante su imaginación? La respuesta está vedada por el momento
para nosotros, pero sí hemos de decir que así andaba Joaquín por la vida y lo primero que hizo
al quedarse solo de nuevo con un mundo por construir en su casa fue realizar una lamentación
219 | P á g i n a
Todos los hombres tienen problemas y calamidades que hacen de sus espíritus los más
miserables. Pero también está el hecho de que si desean mirar sus pasados por vidrios oculares
que demuestran que sus vidas son solo el reflejo de la combinación de las decisiones anteriores
y un azar inexpugnable que juega con todas las personas para impedir que triunfen en sus
ideas cuando han decidido hacer uso de su razón, podrán encontrar más miserias de las cuales,
en verdad, les acaecen. Aventurarse por un montón de experiencias negativas situadas sobre
un plano infértil la mayoría de las veces es tan deprimente que pocas personas han de soportar
la carga de negatividad que les abruma en este caminar errante por el mundo. Si se mira con
esta luz, podrá decirse que hay ciertas decisiones que el hombre puede tomar sobre su vida y
algunas que quedan relegadas al accionar de ese azar o una tercera persona que poco o nada
dejar la decisión más importante de su vida en manos de alguien que, como Maryori Julieth
García Correa, no ven más allá de sus propias narices y desean a toda costa imponer su
voluntad sobre el resto del mundo porque muy en el fondo de sus corazones saben que por su
talento o entendimiento nunca podrán triunfar. De este modo, procuran tener el dominio de
todo lo que a su alrededor acaece para asegurar su progreso a costa del hundimiento o la caída
de los demás. Personas que, como esta pitonisa, intentan maldecir a los demás en beneficio
en los manipuladores de los otros, demuestra que a un país como este le sobra gente bruta y
220 | P á g i n a
Hay dos cuestiones que rigen el destino de todo hombre: el azar y las decisiones
pasadas que, poco a poco, construyen un devenir determinado. En este segundo aspecto entra
el apoyo que puede recibir una persona que hará su caminar más fácil o difícil. Y muchos
sucumben ante el primer obstáculo y pasan sus vidas en medio de lamentaciones por aquellas
cosas que un día pudieron ser pero que no fueron porque dejaron que el azar ganara la batalla
de la vida. Y así pasa el tiempo y las frustraciones crecen y el espíritu desamparado del hombre
sucumbe ante su mente que desea presentarse como la víctima de todos los aspectos negativos
conspiran contra ellos y que son las únicas víctimas del destino. Pero todos los hombres
estamos amparados por las mismas dificultades materiales y no hay quien pueda sobrevivir a
tales y tan crueles designios de una fuerza que no puede ser controlada por nadie. Aquél azar
no tiene límites y hace que el hombre entre en desesperación y se turbe su mente y su espíritu
de su humanidad. Y caemos en la depresión gracias a que sucumbimos muy rápido ante las
contingencias de la vida y no podemos pensar que esto hace parte de los ríos de la naturaleza
por los cuales estamos obligados a andar y que no podemos controlar del todo bien porque la
barca en la cual estamos es tan pequeña que con el más mínimo golpe sucumbe ante el
torrencial del rio por el cual transita. Todos atravesamos por dificultades de todo tipo pero
hay quienes piensan que son los únicos que lo hacen y convierten sus vidas una sola
lamentación.
¿Hasta cuándo debe luchar el hombre? Hasta que sus fuerzas le permitan hacerlo y,
cuando llegue al límite humano, procurar tener un nacimiento portentoso como lo ha tenido
Suka pero que nosotros los mortales poco podemos comprender. Esto quiere decir que en el
221 | P á g i n a
momento en el cual nos abandonen las fuerzas materiales, debemos aceptar y apoyarnos en
las fuerzas divinas o anteriores a nuestro entendimiento para renacer en un nuevo y perfecto
Ser. Pero no todos podemos intentar algo como lo que hizo este individuo excepcional que, al
alcanzar unirse con el Uno solo, sin segundo, dejó impregnada la naturaleza entera con su
nombre.
Y allí se encontraba Joaquín con sus lamentaciones de siempre y con la certeza de que
ahora tendría que vivir, no para garantizar la vida de Agustín, su amado hijo, ni por miedo a
dejar desamparado a un chico que le siguió a pesar de las circunstancias que le condujeron a
una salida hacia una nación extranjera con la sola idea de encontrar un momento de resguardo
pero que le permitió comprender que su extraña sensación se debía a sentirse un extraño en
su cuerpo, por haber tenido una existencia que no le pertenecía, sino que ahora debía vivir por
una promesa hecha de no morir por su mano y velar por su sola seguridad. Además, muy en
sea con la pura Deidad o con su Dios eclesiástico. Nunca en la vida había estado solo del todo.
Había tenido a una madre que lo amó como solo una madre excepcional puede hacerlo, y
cuando ella faltó reconoció en su Diana ese elemento indispensable para su sana subsistencia
y vio cómo con una mujer pudo ser feliz de nuevo. Y cuando las cosas marcharon mal y pensó
le obliga a seguir viviendo y con este marcha a una nación extranjera a reunirse de nuevo con
la figura femenina de una maestra que le incita a volver a su país de origen a vencer todos los
miedos que dejó plasmados una vez y que le permitieron comprender mejor su lugar en el
mundo.
222 | P á g i n a
¿Y ahora? Ahora sí estaba solo en el lugar en donde se originaron todas sus desgracias.
Pero debía enfrentar su vida con un nuevo pensamiento, no el de aquella máscara que adoptó
con su primera salida del Pueblo X, sino tal como siempre era. Extraña coincidencia: recorrer
el mundo bajo la luz de una nueva vida, una máscara que cubriría sus emociones de muerte y
hipócritas, resentidos u olvidados, pero que al final se convertía tan solo en eso: en una falsa
apariencia para no ganar más miserias interiores y conservar su espíritu puro para marchar
Curiosa realidad para él pues sentía que se encontraba al final de la vida y tendría que romper
una regla que había establecido desde hacía tantos años: regresar al lugar que había prometido
no volver a pisar. Pero este era su origen y todo apuntó para él a iniciar una nueva vida en ese
lugar, pues de otra forma se habría suicidado en la primera oportunidad. Joaquín es de aquellos
hombres que no desean romper sus promesas pero, a pesar de ello, las emociones son a veces
más poderosas de lo que se cree y nadie puede saber hasta qué punto puede cumplir su palabra,
pues la negatividad del mundo puede llevarle a otros estadios en donde este es imposible.
En su mente era la única víctima que quedaba de una existencia cargada de negatividad
y al haber encontrado un pasado suyo tan remoto en los escombros que casi habían sido
borrados de su memoria por el tiempo, revivió en su memoria todo un pasado que creyó
superado y lloró. Sí, los filósofos también pueden llorar la muerte de un ser querido y una
existencia cargada de miserias interiores, aunque sea varios años después de ocurridos los
hechos. En el mundo nos sentimos unos gigantes, pero en la soledad de la noche todos hemos
sentido que este mundo es demasiado grande para nosotros y que nuestra vida es tan
223 | P á g i n a
hombre es la conservación de la especie. En su soledad se lamentaba por todas las cosas
pasadas y por no haber sabido cómo reaccionar ante la pérdida de lo más importante para su
vida: Diana y Agustín vivían en su memoria y, a pesar del tiempo y la distancia y de haber
vivido todo ese pasado suyo tan miserable, siempre conservó la esperanza de volver a su hogar
y ver la sonrisa de su esposa y sentir los brazos de su niño al que quiso proteger pero no fue
capaz. Y su interior se conmocionó por todo lo que vivió y se sintió pequeño comparado con
el universo y lloró por esa historia de amor que un día inició pero no podrá volver a repetir.
« ¿Vivir? ¿Acaso se le puede llamar vida a este estado tan deplorable en el cual me
encuentro? No, esta no puede ser vida, pues me encuentro esperando el paso final, ese paso
que me vinculará con la tierra y me hará polvo del polvo: soy una sombra más que habitó este
mundo y que desapareció un día como lo hacen todos los humanos mortales. Yo ya no tengo
nada más por hacer aquí. Este mundo no me pertenece y no le pertenezco a él. Me han odiado
¿Para qué querer más esta vida? Mi reina, mi madre ha desaparecido de la faz de la tierra y
no volverá, al igual que mi amada y mi hijo. Además, este país no cambia, ni cambiará en el
futuro. Un pueblo tan hipócrita no podrá tener un devenir que no sea la violencia que ha
gobernado en los últimos dos siglos. Si miramos la historia de esta nación nos tenemos que
limitar a la historia de las guerras en ella. Tal vez por ello Rojas Pinilla se quejaba por el hecho
de tener un país indolente, y la Policarpa afirmaba algo parecido a ello. ¿Simple coincidencia
o triste realidad? Pues no. Lo único que tenemos que decir de Colombia, mi querida Colombia,
por un pueblo de hipócritas. Me han quitado todo lo que más deseo y, no contentos con ello,
me han obligado a seguir con una vida que no me pertenecía. Todo esto tan solo por culpa de
224 | P á g i n a
un grupo de fanáticos religiosos que solo quieren ver arder el país y que, como la pitonisa,
han llenado su corazón de resentimiento por ser incapaces de pensar por sí mismos. Pero todos
tenemos las consecuencias de lo que hacemos y este país siempre se ha condenado a ser lo
que es: solo basta conocer su historia para darse cuenta de lo que no deberían ganar: una paz
estable y duradera. Todo ello se debe a su hipocresía, pues vivimos en el país de hijueputas
Y ya no había nadie que pudiera cambiar su opinión acerca de este país llamado
República de Colombia. Y allí se quedó, sumido en la soledad y con sus conflictos interiores,
pensando que era la única víctima de todo el mundo y que su historia era la más lamentable
de todas. Sufrió lo que quería sufrir con la intensidad de haber vivido la tragedia que jamás
pidió vivir. Pero hay en su vida algo más sorprendente: entre más aumentaban sus
lamentaciones por el sufrimiento y las miserias provocadas por este mundo, su conocimiento
también aumentaba. Una vez llegó a declarar que solo el dolor permitía que el hombre
desarrollara más sus facultades intelectuales y que por ello él elegía siempre el camino de la
de turno que le impusiera una sola manera de pensar. Y a la pregunta por si un día viviría en
el cielo o en el infierno respondía con una máxima del pensamiento de Schopenhauer, uno de
sus filósofos favoritos: Luego de que el hombre hubo puesto todos los tormentos y
sufrimientos en el infierno, para el cielo no dejó más que aburrimiento. Y, aunque la frase
jamás llegó a responder a su pregunta, era fácil deducirla para alguien que le hubiera conocido
un poco. Y en esta frase extraída, según él del último de los libros del Mundo como Voluntad
225 | P á g i n a
pues recopilaba el saber acerca del dolor y proyectaba la muerte como una alternativa, la cual
reconoció a primera vista. Tal vez se debía a que al fin pudo quitarse la máscara que durante
tanto tiempo portó, pues en aquél lugar todos le conocían y no podía fingir ser aquello que no
era. Se liberó de lo que tanto le hacía daño y lloró como nunca lo había hecho. ¿Acaso el
hombre es capaz de someterse al exilio voluntario dentro de su nación? Pues esa fue la
decisión que tomó este hombre. Desterrado del mundo, sin contacto con las demás personas,
alguien que representaba ese apoyo emocional que tanto necesitaba pero que moría por
ayudarle.
«Tal vez sí soy maldito y solo traigo mala suerte a quienes desean ayudarme. Quizá
es cierto que todos los que se acercan a mí están condenados a la muerte. ¿A quién quiero
engañar? Este mundo no ha sido hecho para una persona como yo. Eso es definitivo y quizás
es la única verdad de la cual pueda presumir», decía, al notar que la melancolía se apoderaba
de su espíritu. Las personas que un día hicieron parte de su existencia vivían en su memoria
como siempre y a cada instante se sumía en las conversaciones que un día realizó con quienes
significaron mucho para él y que de algún modo ya no estaban en su vida. Llegó, incluso, a
ver a Agustín correr por lo que un día fue su habitación, sintió esos pequeños brazos rodearlo
de un amor infinito que nunca volverá a manifestarse en su vida, porque quien lo hacía llevaba
226 | P á g i n a
En Colombia, cuando muere alguien, siempre hay un tiempo de cuatro años de espera
del difunto, esta es arrojada a una fosa común junto con todos los olvidados del cementerio.
Ello había sucedido con su amado hijo y con su Diana. Pues al cumplirse el tiempo Joaquín
estaba ya muy lejos y aunque sufrió, no volvió a reclamar los huesos de sus seres queridos.
Tal vez ello hizo que su mente entrara en una mayor depresión porque por su causa su familia
estaba sumida en el destierro más allá de la muerte y sintió el deseo de esperar con paciencia
Su casa sería su prisión por haber olvidado a sus seres queridos. La reconstrucción de
esta fue, en efecto, larga y compleja, pero pudo tener un techo para pasar sus noches, y comida
para no perecer de hambre en esta nación que le hubiera asesinado a la menor posibilidad.
Sembraba aquellas cosas que comía, y, por fortuna, los árboles que un día había sembrado
como parte de su proyecto para tener menos gastos daban ahora enormes frutos. La mayor
parte del tiempo tenía algunas frutas para comer y no le costaba ningún esfuerzo ni tuvo que
esperar a que los árboles dieran cosechas porque en todo el tiempo que habíamos estado por
fuera estos habían madurado lo suficiente como para tener abundancia en estas e, incluso, por
algún extraño motivo, se habían multiplicado, por lo cual, todo el tiempo tendría algo para
comer. Si no tenía aguacates, la familia de los cítricos era una buena opción para alimentarse,
o, en caso de no tener estos, las manzanas, las guayabas, o las guanábanas se convertían en su
sustento. Aunque el cuerpo humano necesita de mucha variedad para no comenzar con ciertas
deficiencias, el riesgo lo tomó Joaquín, pues, en última instancia, se creía solo en el mundo y
tampoco pensaba vivir para siempre. «Entre más rápido llegue mi muerte mejor será para mí
227 | P á g i n a
Con el dinero que quedó en los maletines a nuestro regreso, pudimos iniciar una huerta
definitiva hacia otras tierras, las de Joaquín ya empezaban a dar resultado. Hubo que hacer
muchas adecuaciones sobre el terreno en ese año para poder instaurar la huerta, sin embargo,
valió la pena, pues, al final de todo, algunos productos como la papa, la yuca, la lechuga, el
tomate y otros comenzaron a dar tal resultado que Joaquín tendría más de estos alimentos de
los que podría utilizar. Y como tenía cómo sobrevivir con estos alimentos me otorgó la fortuna
alojada en los maletines, pues aseguró que me harían más falta a mí en mi viaje por el mundo
Tan solo algunos de los vecinos pudieron reconocer a aquella persona que un día fue
conocido como el filósofo maldito del pueblo y que hoy volvía convertido en alguien diferente,
aunque en el fondo él creía que ya se había quitado la máscara con la cual vivió durante los
últimos tiempos. Y es que la barba era ahora tan espesa que pocos hubieran creído que ese era
el rostro del niño mimado que fue hacía tanto y que se desbordaba por hacer bien su trabajo y
por asegurar la educación de su hijo. Estas personas se encargaron de volverle algunos favores
que le debían desde que habitaba en esas tierras y, como parte de ello, le dieron una muy buena
cantidad de dinero por la invención del primer modelo de bicicleta que se vendió desde su
empresa y que, aún hoy, era famoso en muchos lugares del departamento y del país. Según las
cosas, la fama por este invento se extendió demasiado desde nuestra salida del pueblo y, la
dama encargada de la empresa, había hecho que esta se convirtiera en la principal fuente de
empleo del municipio y, de hecho, en una industria que ahora tenía muy buenas ganancias a
nivel nacional. Le propusieron una renta vitalicia por ser el creador de la idea y la persona
228 | P á g i n a
encargada de iniciar lo que ahora era algo grande. Pero él rehusó afirmando que no le interesaba
nada de lo material que pudieran ofrecerle porque la cura para sus males estribaba en aquello
que no podía ofrecerle nadie: la resurrección de sus seres queridos tal como los conoció él.
«Además, solo quiero garantizar mi supervivencia y vivir solo con lo necesario, el resto de las
El dinero por su modelo lo recibió con la sola idea de reconstruir la casa que él mismo
había incendiado hacía tantos años y para conseguir algunos de los títulos que se perdieron
con las llamas. Todo intentó ponerlo tal y como lo recordaba cuando aún vivían Diana y
Agustín. Se esmeró tanto que después de un tiempo su casa era idéntica a los tiempos pasados
con la única diferencia que ahora carecía de la vida familiar que en otra época daba alegría a
esas paredes inertes. Los muros de aquella casa se convirtieron en su desahogo, pues en ellas
intentó mostrar las lamentaciones que golpeaban su pecho y aún hoy se conservan ellas como
parte de la desgracia existencial que se produjo en ese hombre tras la última ruptura que creyó
posible. Pero esta vida trata de eso, de romper con las personas que un día creímos eternos
un «me quedaré a tu lado hasta la eternidad» se convierte en una falsa apariencia, pues esta
declaración es la primera que se rompe con el tiempo. A veces es mejor dejar que las cosas
fluyan, que se quede quien se quiera quedar y que se vaya cuando se quiera ir. Es mejor vivir
sin ataduras, pensando que todo depende de unas circunstancias dadas y que, es muy probable
que todo cambie con el tiempo. Pues si nos apegamos demasiado a los demás, tendremos que
reconocer un día su finitud o su hipocresía, lo cual nos hará sufrir y nos convertirá en
229 | P á g i n a
escépticos, pues ya no creeremos en las palabras ni en las acciones de los otros. Es mejor
despertarse todos los días de lo exterior y pensar en la muerte que distraerse pensando que
esta nunca llegará. Hemos de afirmar que lo único que tenemos cierto en la vida es la muerte
y no hay nada que podamos hacer en contra de eso. La muerte hace parte de la vida y es un
paso que todos debemos dar: desde los esclavos de la economía, hasta los Santos y los
Y de ello se hizo consciente Joaquín, no sin sufrir mucho por ello y se alejó de todos
pensando que de esa manera podría evitar un nuevo tormento, una decepción más, y, porque
muy en el fondo de su corazón, todavía había una escasa esperanza para ascender y
conversarse en el Ser-Absoluto, como lo había hecho Suka alguna vez. Deseaba un nacimiento
portentoso como el de aquél, pero sabía que le esperarían nuevos tormentos y sufrimientos
para tener alguna posibilidad como la tuvo Suka. Y a todas estas, ¿cuál es el camino detallado
que siguió este y que representaba tal esperanza para Joaquín? Pues miremos la historia de un
ascenso que nos podría dar una mediana idea de lo que fue. Corre el rumor de que esto fue
real y que alguien mortal tuvo el mismo recorrido de Suka. ¿Quién es? Su historia la dejó
legada Joaquín en unos papiros que él mismo consiguió y que aquí reproducimos en extenso.
desde la edad de ocho años. Esto lo hizo por un encargo de su maestro, a través de
230 | P á g i n a
nuestras palabras, alcanzaría el Ser insoluble que está presente desde el inicio de
todos los tiempos y que es anterior a este inicio. Dedicaría su vida al estudio hasta
más humilde posible, sin decir palabra alguna [ha de guardar el voto del silencio] y
practicar siempre la castidad; todo esto lo hará hasta el momento en el cual habría
pagado el valor de su educación para salir al mundo a cumplir con otra misión.
Saldría de la clausura para conformar una familia, dejar hijo y nieto, cumplir su deber
como padre de familia sin mostrar hastío ni satisfecho, ser siempre fiel a su esposa.
que un mortal «nacido de la casta de David y proclamado desde la tierna edad como
231 | P á g i n a
liberaría de la materialidad para alcanzar el ente divino que cubre las tierras y las
aguas infinitas del universo». Mucho tiempo han demorado los sabios para descifrar
estas palabras y para comprender, en términos humanos, lo que había sido escrito
con el lenguaje de los dioses, el cual está vedado para los hombres y que ha
Allí está este ungido quien ha cumplido con excelente norma todo su camino
de estudio y de vida civil. Volvió al claustro para decirles a los nuevos sabios y
antiguos maestros que ahora se encuentra listo para emprender el camino definitivo
la cual ha sido considerada por muchos como un portento divino. Lo que ha de seguir
fracasado en algún punto, o haber sobrepasado los límites admisibles para preparar
siempre le ha dado su maestro [el cual es casi igual en edad que Matusalén]. Ya no
habrá marcha atrás. El permiso lo solicita con las siguientes palabras, que dirige a
tanto que podría convertirse en el nuevo maestro de los maestros del mundo. Pero
232 | P á g i n a
-- «Oh Iluminados maestros que en todo han sido excelsos, permítanme
partir hacia lo enteramente-Uno y cumplir con las promesas que de antiguo han sido
señaladas para cumplir en estos tiempos. No he pedido ser el Ungido para el camino
hacia el ascenso, sin embargo, desde la tierna edad he venido cumpliendo los
prodigios y portentos que me han sido posibles para satisfacer la Deitas que se
traspasar su casa para situarme en lo que está más alto que ella. Ahora he dejado
hijo y nieto en esta tierra profanada por hombres mortales ansiosos de poder, y he
sentido el hastío por todo lo que me rodea, incluso el conocimiento de sí y del mundo,
en vías más elevadas que cualquiera planteado en esta tierra. He cumplido mi deber
con mi maestro, con la sociedad, con los dioses, con mis padres, con mi hijo y con
mi nieto, del mismo modo que lo he hecho con mi esposa, las leyes, los políticos y
necesidad de conocer más y despreciarlo todo por sentir en ello solo vanidad. Pues
lenguaje de los mortales y ha olvidado el verdadero sentido de lo que dice, pero bien
puede el entendimiento limitado saber que Dedique cor meum ut scirem prudentiam
atque doctrinam, erroresque et stultitiam; et agnovi quod in his quoque esset labor et
afflictio spiritus: eo quod in multa sapientia multa sit indignatio; et qui addit scientiam,
233 | P á g i n a
y comprender que todo lo que he hecho hasta ahora es vanidad. Luego de ello,
ustedes podrán estudiar lo que digo y aceptarán o negarán el permiso para dejarme
el conocimiento que había adquirido a lo largo de los años, tanto por los libros como
para todos los sabios, pues les reveló verdades que nadie había sido capaz de
deducir de la naturaleza, pues solo una mente portentosa, digna de los elogios más
tres años. Durante este tiempo ninguno de los maestros ni de los sabios asistentes
pudo conciliar el sueño ni sentir hambre. Atentos escucharon el mensaje que se les
el de Eusebio era tan bello que había traspasado cualquier límite con la Deidad. En
esto podría comenzar a verse que ya iba en camino de ascenso, pues su forma de
expresarse y la postura adquirida y la luz que reflejaba al hablar cautivó a todos hasta
religión en la Edad Media. Muchos han tildado este tiempo de oscuro e incierto y han
234 | P á g i n a
intentado ocultar a toda costa las luces que de allí surgieron para la posteridad. Pero
esto es aún muy amplio y debemos reducir un poco más el asunto para no
confundirnos con todas las cuestiones que han sido abordadas en una época que
abarca cerca de mil años y cuyas discusiones se encuentran todavía hoy atadas a
monasterios desiertos y que, tal vez, muchos de los libros importantes han sido
objeto de conjuras absurdas u ocultamientos a lo largo de los siglos. Hay dos autores
que poco hemos escuchado en las clases de historia. Esto se debe a que han sido
ignorancia e incomprensión de las teorías profundas acerca del Ser. Estos autores
en última instancia, sus doctrinas no son tan lejanas como sus pasos. El primero
a exponer en todo occidente las doctrinas de los antiguos griegos. No obstante, este
para revestirlo de una especulación doctrinal tan fuerte, que se debe tener un ojo
en este punto, podría dejar de ser religiosa para convertirse en una especulación
plantean cuestiones similares acerca del Ser: el esset puro y el Sat, lo único
235 | P á g i n a
eterno, inmutable, sin cambio ni variación, sin partes ni multiplicidad, o sea, el Ser-
Si tenemos que partir de algo, tiene que ser de estos autores y de sus
respectivas teorías, cuya síntesis se encuentra ya expuesta por Rudolf Otto. Hemos
vinculación con la pura Deidad, aunque, en algunos casos tendremos que hablar de
ella para la mayor comprensión posible, pues el espíritu humano no ha sido capaz
lector le tocará decidir si permite que esta teoría continúe en los estudios de religión,
Ahora bien, cabe aclarar que se ha decidido implementar una ruta en la cual
se desprenda de todo lo material porque este Ser-Uno, al cual debe aspirar nuestro
Ungido, es pura esencia, es decir, es tan solo espíritu libre de todo anclaje material.
de la multiplicidad, pues es uno solo sin segundo, se sitúa más allá de los límites de
la unión entre lo conocido, el conocedor y el acto del conocer. Debe plantearse más
como una identidad que como conocimiento, por ello debía sentir hastío del estudio
humano, pues este es muy limitado y no puede considerarse como identidad. A pesar
de que todo esto pueda sonar como elemento propio de la metafísica, lo que hay a
la base es una fuerte especulación ontológica. Por ello no nos parece del todo
236 | P á g i n a
descabellado decir que este Ser-Uno es absoluto y puro, unidad irreductible de todo
La vía que ahora debe emprender Eusebio, a simple vista, parece intentar
alcanzar un estado que se sitúe más allá de lo dado para obtener la plenitud de la
unidad de todo lo existente. Pero pensar en esto significa cometer un error. Pues no
nos preguntamos por lo que hay más allá en un estado ideal de cosas en el cual todo
se ha convertido Uno, sino que nos preguntamos por la causa que precede a todo.
Esto quiere decir que se pregunta por el origen [por el in principio], del cual parten
todas las cosas. En este punto, todas las cosas son unidad eterna.
una teoría de Dios como origen de todo, sino que procuramos estudiar el Ser en
cuanto tal. Muchos podrán decir que aquél primero es más grande que este último
[más grande en cuanto origen, es decir, más antiguo]. Y también somos conscientes
que allí el Ser es un predicado de Dios. Aquí partimos del elemento contrario: Esse
est Deus. Esto se debe a que Dios, por principio u origen es anterior a todo y se
manifiesta desde el origen del universo, pero al haber caído dentro de las categorías
oscuro. Por origen es equivalente al Ser, pero por atributos es un mero predicado de
él.
237 | P á g i n a
Al caer en un absolutismo como este, al situarse entre el Ser-Uno y los
elementos múltiples [pues ese lugar le correspondería a aquello que no es del todo
Ser-Uno por principio sino por atributo o por devenir sin modo], se hace necesario
afirmar que sobre él no puede expresarse ningún predicado ni atributo. Esto se debe
a que aquellas cuestiones que son Una sola, sin segundo, al recibir un predicado
convertirlo en un ídolo. Ello, en efecto, es lo que han hecho desde antaño las
religiones teístas. Han intentado mostrar como múltiple aquello que es Uno y le han
elemento primigenio de una manera tan aberrante que hoy pretenden darle un rostro
acerca de Dios y le ha convertido en algo tan diferente que bien podría pasar por un
no-Dios.
Este Dios del cual nosotros hablamos, el que completa el enunciado Esse est
en un desierto silencioso y más allá de eso, en una mera nada. De principio a fin,
dado una figura humana, le ha dado incluso un discurso y ha instaurado una empresa
fácil de manejar para lucrarse de lo que no tiene forma, que es fluido, vive en
hemos debido hacer una enorme separación que, en efecto, parece ser una
238 | P á g i n a
Dios personal. El primero es el que se predica del Ser-Uno. El segundo, es el Dios
solo con el Ser. Pero debe estar depurado de cuanto atributo le haya dado el hombre.
material para alcanzar lo Uno, debe elevarse hasta más allá del Dios eclesiástico
verdad absoluta ni situarse en el más allá del mundo que lo deja ad portas del
o en el fin de las cosas, sino en aquello que pre-viene a todo, que es anterior a todo
y que, en efecto, no puede tener prejuicios ni atributos. Por ello decimos: Non enim
supervenit ipsum ese rebus tanquam posteius, sed est prius omnibus rebus. Ipsum
esse non accipit, quod sit, in aliquo nec ab aliquo nec per aliquid, nec advenit aut
supervenit alicui, sed prae venit et pruis est omnium [El ser mismo no sobreviene a
las cosas como algo posterior, sino que es anterior a todas las cosas. El ser mismo
239 | P á g i n a
ser cierto debido a que este Dios conoce la multiplicidad, pues, en un primer
conocerla. De lo que es Uno no puede salir algo que sea múltiple. En cambio, de la
multiplicidad podría salir la Unidad. Lo Uno solo se conoce a sí mismo por encima
de toda acción. Es decir, conoce su propia esencia y nada más que eso. Lo múltiple
por un simple deseo de saber, sino del deseo de la salvación. Esto quiere decir que
mientras más cercano se esté del origen, más propicio se está para adquirir la
salvación. Esta no debe plantearse como un subir al cielo en donde no habrá más
Dios personal, sino que esta salvación es la depuración de todo elemento material
esto es poder devenir Uno con el Ser. Esto quiere decir que en el camino para el
ascenso que ha de servir a Eusebio, el desprecio por la materia debe estar en tal
grado de deseo que no haya nada más que se interponga entre él y su realización.
240 | P á g i n a
existencia. Se debe vivir en consonancia con lo que se tiene, para que la necesidad
material. Por ello en las enigmáticas palabras del maestro se le ha entregado la llave
para que triunfe o fracase en este camino que desde la tierna edad ha aceptado por
voluntad propia.
en sus confines, pero no quieren soportar la carga que eso conlleva. Allí se encuentra
la tranquilidad y la plenitud permanente. Pero para muchos esto solo será una forma
tanto por las cosas materiales como por la existencia propia en un mundo que solo
ve lo externo como lo correcto. En esta sociedad todos van hacia adelante, como un
progreso ilimitado del hombre, pero ninguno se preocupa por lo que hay antes, por
externo es tan solo aparente y que lo real se encuentra en el Ser-Uno. Y este Ser-
Uno nos dice que no hay devenir alguno. Esto quiere decir que quien lo ha alcanzado
existencia, pero esto es un error, pues Ser, es igual que una nada absoluta. Este
241 | P á g i n a
siguientes términos: no hay corrupción, ni cambio ni transformación en aquello que
no tiene partes. El Ser es lo que antecede a todo. Por ello le hemos escuchado a
diversos maestros y ahora Eusebio lo grita con fuerza: «En este mundo todo es
inmóvil, libre de temor, inmortal; solo eso tiene sentido para mí». Incluso, cuando se
Debe buscarse lo que libera del temor de la muerte, pues si no lo hace, ¿de
qué sirve? Eso es lo que ganaremos tras alcanzar el Uno absoluto, pues en él no
mundo corruptible y lleno de vicios. Por ello clamamos con un grito desesperante a
Dios: condúcenos hacia la libertad frente a la muerte. Muy buena parte de la teología
corruptibles sino espíritus inmortales. Esto lo podríamos tener en nuestra vida si tan
todas las cosas, de cuya esfera se desprende todo conocimiento abstracto e intuitivo,
la certeza de haber obtenido todas las cosas, liberadas del temor de perderlas, pues
ellas son eternas en ese nuevo grado. Si se es permitido alguna analogía en este
242 | P á g i n a
punto, podría ser la siguiente: la realidad del Ser es como el océano más grande
conocido por el hombre, mientras que la de este es como la más diminuta gota de
agua. La diferencia entre una y otra es notable, pero si este último permite la entrada
de aquél y aspira a unirse a él será tan grande como grande es el Ser-Uno. Si tan
solo quisiéramos experimentar un poco más este asunto, tendremos que liberarnos
engaño. Pues esto solo nos arroja a un estado de diferencia que es contrario a la
del mundo, no solo ganaremos en perfección y sabiduría, sino que seremos por
completo bienaventurados.
Por ello decimos que una de las cuestiones más importantes para el camino
dice y, por ende, no puede ser todo en todas las cosas. No se puede ser Uno si se
es múltiple. Agréguese a ello que en la aspiración o camino hacia lo más alto hay un
desprecio por lo material, pues ese mundo a alcanzar es de espíritu y nada más.
Tampoco se puede pretender parecerse a alguien más. Muchos pretenden ser como
Dios, mientras que este es desemejante e igual a nadie. Los hombres tenemos una
obsesión de poner un rostro a todo lo que no podemos conocer mediante los sentidos
para saber que todo se parece a nosotros y, por tanto, somos lo mejor que ha podido
existir en toda la historia. Pero no es así. Hemos venido al mundo a matarnos unos
con otros y a acabar con la naturaleza por un derecho que nos hemos atribuido.
243 | P á g i n a
respecto de la muerte. En muchas ocasiones no anhelamos conservar la vida porque
nos resulte agradable vivir, sino para saber qué pasará con nuestros tesoros.
la ciencia y no puede más que expresar una verdad oscura de formas diferentes.
transmitir lo que ha aprendido a posteriori. Por ello podríamos decir ahora que este
Ser-Uno o Dios en vez de tratarlo como una nada, podría adquirir la forma de un Yo
como Deitas] son superabundantes y podrían definirse como un No-Ser situado por
Ahora bien, hemos intentado mostrar este Ser-Uno y este Dios por medio del
puede reducirse a las categorías del discurso. Cualquier definición o intento de decir
que el Ser-Uno se encuentra más allá del ser y del no-ser. Ante la magnitud de
huella de aquello que no deja huella. Él es, al mismo tiempo, lo que está más allá del
grado ínfimo. A pesar de este panorama desconsolador, lo primero que hay que
244 | P á g i n a
las limitaciones que hay en el hombre para alcanzarlo y luego, convencerse por
No obstante, hay una cuestión a discutir aquí que podría generar ciertas
confrontaciones con otras teorías y con fanáticos que no comprenden por completo
que es superabundante. Este método lo plantean como un paso a paso para vivificar
una cuestión de conocimiento. Este ejercicio técnico para el desarrollo del espíritu o
el alma hasta el grado superior en el que habita Dios o el Ser-Uno, no es más que
puro afán ciego de un fanatismo por adquirir más dominio dentro del mundo. Esto se
sitúa por debajo que lo que es en esencia una teoría mística y solo aparta a las
personas de lo que en verdad debe ser un camino para el ascenso hacia lo Uno. Lo
único que deberíamos plantear es que no existe un camino para un fin tan deseado
como esto.
Sabemos que hemos trazado una ruta para alcanzar este grado ínfimo de
intimidad con lo Uno. Pero esto no lo hemos inventado ni plasmado nosotros con el
simple fin de mostrar una contradicción interna. Lo hemos hecho por dos elementos
en concreto: en primer lugar, porque ese es el camino emprendido por Suka hace
245 | P á g i n a
narraciones místicas que nos refieren el camino que hemos trazado. No es por pura
pasión y sentimiento, sino por el conocimiento que hemos extraído luego de varios
repetirla setenta veces siete. Solo mencionamos los elementos comunes que han
estado presentes a lo largo de los años. Esto no significa que sean los únicos o que
sea el orden establecido para elevarse hacia el Ser-Uno, pues plantear una cuestión
como esta sería un error y un principio del fanatismo. Solo decimos lo que ha sido
común y, a partir de ello, trazamos nuestra guía. Pero aquella persona que ha
entrado en contacto con este conocer, puede distar de lo que venimos defendiendo
y proponer algo diferente. En este mundo cambiante la única verdad eterna es que
todo es relativo.
palabra [el discurso, el conocimiento, la razón o lo que los antiguos griegos llamaban
porque en el hecho de estar en completa soledad y sin mediar más palabras que las
estrictamente necesarias hay una sensación aterradora, desborda todos los límites
llevar a la locura. Pero todo esto no se logra por medio del sentimiento o el ardiente
246 | P á g i n a
deseo de alcanzar algo que, en un principio, es inalcanzable, sino por medio del
Ahora bien, este conocimiento del Uno puede encontrarse dentro de cada
Hay una conexión entre ambos, puede ser débil, pero existe y está presente en su
conocimiento.
Tenemos dos elementos necesarios para explicar un poco lo que viene, pues
podrían ser dos cuestiones que no tienen una relación entre sí. Pues bien, lo que se
puede decir de esto es lo que sigue: el conocimiento que está oculto en los libros [el
primero que se debe consultar en la búsqueda del camino para ascender hacia el
Ser-Uno] es tan solo una indicación del objeto. Esta hace el señalamiento de lo que
conocimiento evidente [en una intuición] sobre aquello que ha señalado la Escritura.
los límites del entendimiento humano no puede gestarse como una conquista o una
lucha activa que tiene el sujeto particular. No es una obra que se realiza con el tiempo
247 | P á g i n a
y que nos da la posibilidad de volver a comenzar si en algún momento pensamos
Es tan sencillo como esto. Ella surge como una percepción y hace que las palabras,
los libros, las Escrituras Sagradas adquieran un carácter superfluo y pierden todo
sentido ante aquello que ha aparecido a la vista del sujeto. Este, en todo instante, se
su particularidad.
muerte como ganar la inmortalidad o renacer cada vez que nuestro cuerpo material
Perecer, para volver a nacer como hombres mortales. Esto es algo posible si solo
nos limitamos a ver en paralelo los conceptos de vida y muerte, tal como aparecen
de esa cadena infinita de nacer y perecer. Esta inmortalidad empírica solo nos deja
248 | P á g i n a
se encuentra ya liberado de la materia. En nuestro lenguaje la libertad frente a la
para alcanzar así ser todas las cosas. Esto es un nuevo bautismo por parte del sujeto
que pasa de una vida mortal a una divina, en la cual no conoce perecer, enfermedad,
Ahora bien, todo esto nos deja ad portas de lo más profundo que pueda
cualquier cosa, tener la posibilidad de ingresar en ella para habitar allí por el resto
de los siglos. Este camino es el poder ver un abismo dentro de sí [en el cual habita
conocimiento evidente, allí está la morada del Ser-Uno, de Dios, del Brahman, de Al-
249 | P á g i n a
de lo múltiple, pues más adelante se verá otra vía en la cual lo externo deviene
Unidad eterna].
ese lugar como el más anhelado posible para habitar. Allí mora la divinidad y ambos
somos Uno. Hemos borrado los límites que nos unían con lo mortal y la energía que
ahora he alcanzado, inmerso en ese sueño, me eleva más allá de todo lo intelectual
cual se vive? ¿Cómo volver a esta vida material en la cual todo es transitorio o una
copia de lo que ya he experimentado? Allí no solo puedo contemplarlo todo, sino que
racional y lo no racional, pues ahora yo mismo soy el que ha causado todo aquello.
Puede existir otro camino para llegar al mismo punto de unión con lo Uno. Este
exponer esta segunda vía para que el lector se entere que la nuestra no es la última
En un principio, es decir, en el origen de todas las cosas, el ser solo era Uno,
sin segundo. En los textos místicos se afirma tan solo la existencia del Ser. O sea
que toda esta multiplicidad de elementos que conformaban este mundo se reducía
al Ser. Ahora bien, la contemplación originaria estaba dada en lo que era igual o
250 | P á g i n a
semejante al ser. Desde los textos místicos parece darse más importancia al
concepto de «solo» que al del Ser. Esto lo atribuimos a que la contemplación debe
diferencias entre las cosas del mundo y, por tanto, es una reconstrucción de lo Uno
Ahora bien, esta unidad de lo múltiple no puede ser considerada como una
consecuencia lógica tras unir todos los elementos que componen la totalidad del
mundo. Ello sería un error infundado el cual podría llevarnos al fanatismo. Esta
convertir esto en Una-Sola-Perfección. Esto quiere decir que se deben mirar todas
las cosas bajo una misma luz: aquella originaria de la cual parten todas ellas. Esto
cantidad sino en principio, en origen. Vistas de una manera diferente, ambas vías
místicas pueden ser consideradas como originarias, pues son dos caminos
diferentes para llegar al mismo grado de perfección y pureza. Una es por un medio
251 | P á g i n a
Estas vías han dado innumerables experiencias místicas. Si analizamos
algunas de ellas y, sobre todo aquellas del período equivalente entre el siglo X y el
XVII y si nos limitamos un poco más a la antigua India, Persia y Alemania, veremos
cómo hay ciertos grados o elementos comunes en las diferentes místicas. Cabe
aclarar de nuevo, que esto no puede plantearse como un camino a seguir o unas
Ser o el alcance del Ser-Uno. Esto sería caer en un completo error, pero sí podemos
cada una de estas, podremos ver que las diferencias entre cada uno de ellas puede
ser abismal. Aquí solo pretendemos alcanzar lo que es común. Miremos algunos de
embargo, los grados que hemos de enunciar aquí, o los elementos que son comunes
a nuestras dos vías para alcanzar lo Uno, deben pensarse como lo ínfimo. Estos
son, a saber: Desprecio por lo múltiple; «no» a la elección de cosas opuestas; mirarlo
todo por fuera de sus relaciones con el espacio y el tiempo; unidad entre el
Unidad entre el sujeto y el Ser o Dios, no es a lo que nos referimos en este momento.
Aquí solo hacemos referencia a la unión entre el sujeto y el objeto del «mundo ideal
contemplado».
252 | P á g i n a
Ahora bien, hemos mencionado que lo múltiple, en esta segunda vía, debe
desaparecer para dar paso a lo Uno. Pero hay que mencionar algo acerca de esto
el cual cada cosa conserve sus elementos distintivos que le hacen parecer distinto
del resto. Si lo miráramos en este sentido, todo seguiría siendo múltiple, solo que
ahora estaría unido por algún medio externo al resto del universo, haciendo parecer
que todo sea uno solo, pero, habría un segundo y un tercero. Vemos esta Unidad
más como la unión en donde todas las cosas se convierten en un solo correlato
elementos sino en su unicidad interior que hace de todas las cosas un elemento
permiten ver con más claridad que ellos se manifiestan en diversos tipos de mística
Persia, India o Alemania, estos cinco grados hacen parte de cualquier experiencia
mística. Solo que, para verlos, hay que liberarse de todos y cada uno de los prejuicios
que tengamos, y comprender que cuando hablamos de mística, no hay que hacer
una separación radical de los diferentes modos de religión, pues esta se manifiesta
incluso en donde la religiosidad ni siquiera tiene un dominio evidente, solo que allí
253 | P á g i n a
Una verdadera experiencia mística no se reduce a la concepción de religión
instante y ante cualquier persona. Solo que, dentro de las religiones teístas le hemos
Debemos pensar de una forma tal que nuestro dogmatismo no impida una mirada
También debemos pensar ahora algo antes de seguir. No es posible pensar en que
lo múltiple sea una consecuencia lógica de lo Uno, ni viceversa. Ellos son conceptos
aislados entre sí que poco tienen que ver en esta segunda vía. Solo que en este
segundo momento que ahora miramos, decimos que lo segundo surge de lo primero.
Pues, afirmamos junto con al-Hallay: Nul ne peut fouler le tapis étendu de la Vérité,
tant qu´il demeure au seuil de la séparation, tan qu´il ne voit en toutes les essences
une seule Essence, tan qu´il ne voit ce qui passe comme perissant, et celui qui
esencias una sola Esencia, mientras no ve lo que pasa como corruptible y a aquel
Ahora bien, hay que decir que lo múltiple, en esta vía ha de sucumbir ante la
254 | P á g i n a
inmortal, lo eterno, lo que siempre perdura. Pues bien, si miramos con detenimiento
los dos autores que más arriba hemos mencionado podemos extraer de ellos dos
analogías para comprender un poco mejor este asunto. En primera medida podemos
por el engaño y la oscuridad, hasta que se libra de esto para entrar en un mundo
que esto sea esto y no aquello, pues todo ha quedado reducido a una misma unidad
irreductible.
conocer nada distinto de nada porque todo ha devenido Uno. En la plenitud hay un
múltiple está la corrupción y la muerte. Por ello decimos que la persona que
ni las desgracias. Él podrá penetrar en todo, ser todo y ser triple, pues todas estas
cuestiones son tan solo correlatos suyos, son su esencia inmortal. Este contemplado
jamás va a dirigir su mirada hacia lo inferior, pues allí solo encontrará la miseria. Ya
Si decimos que aún nuestra alma puede aprehender algo del mundo exterior,
255 | P á g i n a
aprehendido todo y no carece de nada. La adquisición del conocimiento, ante todo, es
una carencia y miseria. Quien anda todavía necesitado de aprehender algo no puede
Sol] es el portador de todas las cosas y ellas están ocultas o sometidas a Él.
Por ello, cuando lo descubre, o tiene una experiencia de Él, no hay más nada que
interno. Nosotros estamos llamados a elevarnos por encima del espacio y el tiempo,
liberarnos de todo vínculo mundano para ascender hasta la Unidad irreductible. Esto
ascender más allá de la Santa Trinidad y ubicarnos antes de ella [pues se dice que
ella es el principio y fin de todo, estar antes de ella significa estar antes del origen o
con Dios o con el Ser-Uno [concepto que se ha de trabajar por fuera de la teología],
magnífica mirada. Tan solo conservará eso como el logro más importante por haber
alcanzado la plenitud; pero el que ha optado por la segunda vía querrá permanecer
elevarme por encima de lo conocido y ver en una distancia infinita la esencia Unitaria
del mundo: el Ser. Y querré mortificarme una vez más por incontables años y vivir
los sufrimientos de la humanidad con tal de acercarme cada vez más hacia ella y
256 | P á g i n a
unificarme con ella. Mientras estoy sumido en las leyes espacio-temporales, veo
hombres particulares, a todos los conozco y los nombro con sus determinaciones
pues no todos los hombres son capaces de encontrar el equilibrio para soportar el
toda experiencia: afán por contemplar más allá del espacio y el tiempo; abandonar
todo tipo de posesión; devenir uno solo, es decir, abandonar la multiplicidad. Estos
tres son los mayores problemas que hay en este momento en la consolidación de
manera de ver el mundo pero que, por desgracia, no podemos concluir de una
manera definitiva. En esta segunda vía los conceptos de Unidad y Dios son
intercambiables. Ahora bien, solo tendríamos que agregar a ello que no podemos
predicar de Él que sea o que no sea; tampoco decimos Dios «es», porque ello
presupone que Él es uno de los elementos del mundo material cargado de atributos
y que, en cierto modo, podría ser definible, pero no lo es. Definirlo es reducirlo a
alguno de sus atributos, por lo cual se estaría reduciendo el concepto de Dios a una
de sus particularidades. Dios, por tanto, no es definible, pues su definición está por
257 | P á g i n a
Claro está que todo esto solo acontece en nuestra perspectiva, en la cual estamos
hablando desde una mística del conocimiento. Pues aquellos que ven la unión con
algo más elevado que nosotros desde el punto de vista del sentimiento, están
solo se queda en ello: va más allá de ello, trasciende esta esfera para situarse en
lo único importante para la unión con Dios. «El iluminado», tal como se haría llamar
alguien lleno del sentimiento, tiene sueños, visiones e ilusiones acerca de lo que cree
llamar una experiencia mística. Las narra, las expresa, no pensando en el cómo las
escucha el otro sino cómo cree él sentirlo [como si por medio del lenguaje pudiera
autoridad que representa. Podemos escuchar las historias más irracionales y menos
lógicas y las aceptamos sin ninguna mediación por el solo hecho de que confiamos
o queremos a esa persona. Pero no es del todo cierto. Según las leyes del
con lo Uno a pesar de hablar de algo que se encuentre más allá de estas leyes. Por
258 | P á g i n a
nosotros estemos atados a un mundo material, aún podemos rastrear ciertos
No es la fusión emocional sino la Unidad con lo divino a través del hastío del
todas las cuestiones que ya hemos visto hasta el momento. Aquello de dejarle todo
al sentimiento y vivir allí como en una burbuja de cristal podría traernos problemas
enormes para la comprensión misma de todo lo que hay de trasfondo en este tema
en Persia u otros lugares que en un primer momento sean diferentes en sus culturas
y en sus religiones, podremos ver que a partir de lo que ellos plantean se puede
Podríamos mencionar que dentro de todas las culturas hay una mística del
alma o del conocimiento que intentan asociar lo místico, con lo portentoso, lo ínfimo,
una partícula o consciencia que es anterior a todas las cosas. Esto podría llevarnos
a pensar en que el alma del hombre trasciende los límites de la raza, la religión y las
diversas cosas que nos separan, para hallar esos vínculos que, en efecto, nos hacen
humanos.
sujeto particular. Los elementos más relevantes para nuestra teoría son, a saber: el
259 | P á g i n a
conocimiento de sí, la liberación de las cosas que nos atan a lo material comprender
la esencia interna del alma, conocer la majestad divina y realizar su obra. Estas
cuestiones han sido objeto de nuestra cavilación anterior. Y, en último término, está
también el hecho de saber cuál es mi relación como sujeto particular con el Ser-Uno.
Ahora bien, en cualquiera de las dos vías hemos de entrar en lo más profundo
del alma, pues es allí donde habita la partícula que es anterior a todo. Si queremos
creer que ha sido un Dios el que nos ha creado, debemos admitir que Él al haberlo
hecho nos ha impregnado con su ser aunque lo haya hecho de una manera
consciente. Visto desde ese punto, en nuestro interior se esconde aquello que nos
vincula con Dios y, desde el principio del mundo, estamos atados a Él y Él está atado
a nosotros. Ese es el camino, anterior a todo, que debemos encontrar para ascender
hacia lo universal. Allí florece Dios. Este jamás ha de entrar en nuestra alma porque,
de hecho, nunca ha salido de allí. Ante todo, el concepto de libertad frente a lo material
Dios. Pero aquí solo hemos de referirnos a un suelo que es más cercano a nosotros
260 | P á g i n a
nada se ha conocido antes de eso [esto es, la apertura del primer ojo en el mundo].
Esto quiere decir que, para nosotros, antes de esto no podía haber nada: ni un
mundo, ni un universo, ni una vida, tan solo era una inconsciencia indefinida, un no
al haber sido todo creado por Dios no podemos más que ser parte de la misma
divinidad en donde están los moldes perfectos de las cosas naturales y las
angelical en dónde se ocultan los intermediarios entre Dios y los hombres [pues
los hombres para hablar con ellos o manifestarse ante ellos, pues si lo hace se
último no tienen comunicación entre sí, a menos que algún habitante del mundo de
hombre por las cosas que hay antes de su propia consciencia y la aprehensión del
261 | P á g i n a
han permitido, puede expresar cosas que ante los ojos del fanático o del simple
elevado que se presenta ante los ojos de los demás como algo que no es o no puede
ser real. Pero el fanático y el simple creyente tienen una perspectiva del mundo tan
limitada que aunque viera la realidad misma, mostrada por su Dios personal, no
creería lo que está viendo se está limitando a un dogma irracional para no sentir el
enseñanzas siempre serán una cuestión rara et nova. Es decir, será distinto de lo
venido mencionando en las presentes páginas: tan solo para él es cierto que el Ser
entre los hombres y Él mismo. Es una figura plena y perfecta que le sirve de
esperanza al hombre, pues por medio de ese Dios que han degradado hasta
convertirlo en uno personal pueden llegar a conocer aquél camino para ascender
hasta lo más alto. No significa esto que se pueda ser más elevado que el mismo
Dios, sino que se alcanzaría al Ser-Uno solo con él. Pero, como ya lo hemos referido,
solo se puede alcanzar luego de una vida de mortificaciones y tras haber esperado
el tiempo suficiente para alcanzar la gracia y el favor de ese Dios para que la unión
provenga de Él mismo.
En medio del camino vemos que todo estriba hacia la mortificación del espíritu
hasta alcanzar la humildad que se requiere para hablar a Dios. Esto se debe a que
262 | P á g i n a
este último es Espíritu pleno. Y no podemos hablarle hasta haber alcanzado el grado
el espíritu habremos superado toda barrera que nos ataba a este mundo y
lograremos estar dispuestos a esperar el momento en que Dios nos libre de todo, en
una unión con él para terminar de asistir al encuentro con el SerUno. Tan solo el
sabio es capaz de dimensionar este asunto, aunque solo el hombre genial es capaz
analogías con las religiones porque es el único medio para que podamos imaginar
lo que significan las palabras alcanzadas por Eusebio. Cabe aclarar, una vez más,
que dentro de las religiones teístas, el Ser-Uno es el Dios mismo. Por fuera de estas,
hemos de hablar del Ser-Uno como lo más elevado, lo que es anterior a todo. Es lo
una mera nada. Pues bien, esta nada no la hemos de comprender como una
ausencia absoluta sino que señala la fuente inmanente que cubre todo lo creado
para darle un sentido en específico: la vida irracional de la cual tanto nos quejamos,
pues es la que nos arroja todo el tiempo a un sufrimiento y a una crisis emocional
que le hemos dado los humanos, puede elevarse al mismo plano que el Ser-Uno.
263 | P á g i n a
Allí no hay ninguna oposición que pueda determinar que «Dios es» esto o aquello,
sino que el único conocimiento que puede extraerse de él es el que solo Él puede
categorías del discurso del hombre, debe pensarse como Isvara, es decir, como el
Dios depurado de toda multiplicidad. Cuando el Dios católico se piensa por fuera de
ascenso y unión, tan solo ese es merecedor del descanso, de la tregua del
sufrimiento, del ser Uno en todas las cosas. Alcanza a ser el soberano de todas las
cosas y gobierna desde el corazón de cada cual desde donde es capaz de controlar
Ahora bien, debemos pensar una consideración acerca de este Dios cuando
mística que hasta a los racionalistas les sorprendería. En primer lugar, hemos visto
el cómo todas las cosas se presentan ante nuestros ojos como una partícula o
creación del engaño [una deducción equivocada el Velo de Mãyã, o algo que se ha
ocultado tras él]. Dios se ha elevado de este engaño, de los errores en los cuales
perfección y existen los moldes de las figuras eternas. De vez en cuando, Dios
desciende de su reino para visitar a los hombres para ver si alguien ha decidido
se unirá con el Ser-Uno. Tras cada eternidad hace este recorrido y son pocos los
264 | P á g i n a
hombres que han elegido este camino. Pues bien, el hombre puede aspirar a
elevarse sobre toda naturaleza porque ambos tienen elementos comunes con Dios.
Ambos tienen ciertos rasgos místicos que les vinculan con el Ser-Uno. Por muy
pequeños que sean estos su existencia está dispuesta en ambos, pero siempre
para alcanzar ese estado en el cual ha de reunirse con Dios. Esto debe plantearse
más como un abandono que como un proceso para elevarse. El primero implica tener
que desprenderse de todo, olvidar cualquier interés que pueda extraer de sus propias
acciones y entregarse por completo al accionar de Dios, Al-lah o cualquier otro Dios
que hayamos imaginado. Al hacer esto, ya no serán nuestras acciones sino que
serán las de Él. No podremos ya recoger los frutos por nuestra entrega
la cual miramos el curso del mundo ha llegado a tal grado que ya ni siquiera podemos
decir que tenemos una vida propia, pues nos hemos abandonado por completo en
la Idea del Dios que profesamos y que todo lo que hacemos es un obrar de él. De
Pues mira aquí que este es el deseo más profundo del hombre en general: no
enteramente. No es una blasfemia que el hombre tenga esta pretensión, antes bien
en lo más profundo del alma de todos está el querer entrar en posesión de Él, solo
265 | P á g i n a
que son muy pocos quienes lo reconocen y entre estos se reduce más el número de
quienes han elegido el camino para ascender y solo unos cuantos podrán terminar
esa noble tarea. Todos lo desean, puesto que reconocen en Él el más profundo y
grande tesoro que pueda satisfacer los vacíos interiores que tienen en sus
del espíritu, vivir en constante abstinencia, obedecer durante años al maestro, luego
momento tener la voluntad recogida para que sea el mismo Dios quien entre hasta
ella y evalúe si se ha vivido con algún pesar por la misión que le ha sido encargada,
camino a seguir. Hay que procurar que la mente del hombre se convierta por
mismo.
concepción que expresamos aquí. Bien sea que le llamemos el Bien, la Bondad, lo
largo de la historia. Cada pueblo tendrá su propio concepto para llamar a este punto
al cual hemos de llegar, pero el hecho es que todos, en algún momento de nuestra
temer, antes bien, es una de las pocas cosas que a todos los hombres nos afecta de
266 | P á g i n a
una manera u otra. Y hemos de reconocer que tan solo en la persona que ha
alcanzado con absoluta seriedad es capaz de vivir lo divino como una fuerza
manera» sino en ser esto o aquello. Ello se dice por el hecho siguiente: pensamos
que por cometer grandes acciones vamos a conseguir grandes resultados, pero esto
no es del todo cierto: si el ser no es grande no podrá cometer acciones que valgan
como ejemplo para toda la humanidad. Para santificar nuestras obras debemos
preocuparnos por ser excelentes, el resto se hará como un correlato del desarrollo
de nuestro ser. Cuando se alcanza ese grado, podemos decir que no es más que un
cántico nuevo, un obrar del Ser o de Dios el que se manifiesta en cada uno de
nosotros. Pero para ello no debemos preocuparnos en hacer o no hacer sino en Ser.
La salvación no reside en algo puede ser otorgado por Dios sino que se
la divinidad sino que para nosotros Dios es vivido. Pues lo que es vivido puede
otorgar una vida nueva a los hombres que han elegido poseerlo. Esto no puede ser
267 | P á g i n a
Ahora bien, luego de haber logrado pasar por incontables tormentos y
sufrimientos, Eusebio dice estar preparado para alcanzar la posesión de Dios y que
todo en su corazón está dispuesto para continuar con el camino que le dejará ad
portas del recogimiento final de espíritu para culminar el propósito que ha aceptado
_________________________________________
Eusebio había referido este corto mensaje en el lenguaje de los dioses. Todos
intervención en la sala de los sabios. Su lenguaje divino tuvo que ser estudiado por
estos insignes hombres antes de poder comprender, el mensaje que aquél hombre,
aquél ungido por la divinidad, para ser perceptible ante los ojos y el entendimiento
lo más grande que haya podido explicarse, sino que es lo anterior a todo. No es
esperar, de nuevo, a que los sabios puedan comprender lo que ha dicho antes de
embarcarse en el trayecto final que le llevará hasta la cima del universo en donde no
Ser-Uno.
268 | P á g i n a
¿Y qué más ha de hacer? Hace mucho tiempo ha trascendido los límites de
la cognición humana y ahora, en el momento en el cual cree estar listo para salir al
encuentro con su Dios personal se encuentra con el obstáculo de tener que esperar
que ha expresado con el lenguaje de los dioses. Esta incidencia en el tiempo de los
marcha sin mencionar palabra para hacer efectivo su destino? Su decisión es clara:
no esperará más, pues los hombres jamás estarán listo para enviarlo hacia su
destino final. Se llenarán del miedo que les ha abarcado durante milenios y él tendrá
que ocultarse de nuevo a la sombra de los otros para continuar una existencia
cargada de los lazos humanos para adquirir el título de gran sabio de la Logia. Pero
tiempo de que los hombres se enteren de cuál es el camino a seguir para liberarse
tercera luna llena irá hasta los confines del mundo para quedar en contemplación
ufanaban el permiso para culminar su camino. Ahora ha trascendido los límites del
conocimiento humano ¿por qué debe esperar que ellos comprendan algo que de
facto está por encima de su limitado entendimiento? Los hombres siempre se afanan
269 | P á g i n a
por buscar las cosas carnales y lo mortal, pero para quien ya ha trascendido las
Eusebio quien, en la espera del permiso para asistir al encuentro final con lo habido
proceder del hombre se ha corrompido en medio de las tinieblas y que ahora, con
el nuevo discurso que él había pronunciado estarían más pervertidos todavía. Pues
conocimiento que puede extraer de los hombres y luego de haber conseguido tener
plano y esfera del hombre no se encuentra la salvación, sino que hay que ir más allá,
ascender hacia lo Uno solo, sin segundo, para unirse a ello. Ya su mente no se limita
al tiempo humano y sabe que sus riquezas no podrán robarlas, pero el deseo
ardiente que se esconde en su interior es mucho más fuerte que su paciencia y sabe
debe marchar lo más pronto posible para no ser abandonado en este mundo
270 | P á g i n a
corrompido por los elementos de poder y para no ufanar con dinero aquello que
considera gratuito
Su vida ya no depende de lo que puedan hacer los sabios por él sino que ya
se encuentra en una esfera más elevada que le recuerda a cada momento cuál ha
suficiente para cumplir con tu deber y crees que en cualquier momento llegará la
mortificación para asistir al encuentro con la pura Deidad pues en ese instante ya te
del Ser-Uno». Este fue el mensaje que le había dado su padre cuando le manifestó
que sería el Ungido para trazar un camino hacia lo primigenio. Solo hasta ahora pudo
comprender estas palabras dichas hace tantos años, cuando su padre no había
sabe que los humanos no podrán comprender lo que ha dicho, no por la oscuridad
con la cual fue manifestado, sino por el lenguaje y la complejidad misma del discurso.
No habló como los hombres sino con las palabras de un Dios, y estas no pueden
entrar en las esferas del entendimiento mortal. Su vida estaba preparada desde
271 | P á g i n a
¿Qué importa lo material? Hace mucho tiempo se ha desprendido de todas
las cosas que le atan a este mundo y ahora siente que su cuerpo le estorba. Ya no
debe esperar más a los hombres, pues el tiempo en el cual está atrapado se acabará
pronto y no podrá esperar otra vez cumplir tres veces veinticinco años para estar
presto, de nuevo, para el paso final. Ahora que ha encontrado la conexión entre su
ser interior y el Ser-Uno, no puede perderse. Una noche cualquiera, toma las prendas
necesarias y se marcha de la casa de quien fue su padre. ¿A dónde iría? Hasta los
confines del mundo, hacia las escarpadas tierras en las cuales un día habitó
Prometeo cumpliendo la sentencia de los dioses por habernos dado el fuego y las
artes de Temis. Hacia aquél lugar iría pasando por incontables tormentos, y por el
siempre. ¿Y por qué sería Eusebio el encargado de mostrar ese camino? Pues en la
personal, depositó una semilla, la cual sería el principio para una nueva generación
de redimidos, una nueva promesa para instaurar entre la divinidad y los hombres. Y
cuantos hombres han tocado la tierra y al mismo tiempo el más sabio y humilde.
Jamás desobedeció a alguien hasta este momento y, aún ahora, dejó una pequeña
nota por escrito diciendo el por qué se iba y pidiendo perdón por el hecho, pero sabía
Lejos va este hombre y nadie podrá detenerlo, pues nadie sabe cuál es el
camino que ha emprendido, solo verán las señales y los signos cuando haya
272 | P á g i n a
cumplido su destino. Sin saber qué haría ni cómo culminaría su destino, su misión
oración y la mortificación interior, pues llegó a tal punto de espiritualidad que las
tiempo. Ya no se inscribía dentro de las mediciones que de este hacen los humanos,
pues en algún momento se había situado por encima de este de una forma sublime
y comenzó a sentir cómo algo, desde lo más profundo de su interior saltaba y obtenía
más fuerza. No era un dolor moral sino algo ínfimo, algo portentoso que le daba más
tranquilidad con cada paso dado. Todo esto hasta que un día cayó en un profundo
sueño, fatigado por tanto caminar y no poder renunciar del todo a su cuerpo, pues
su alma apenas iniciaba su largo camino. Allí tuvo la siguiente revelación de su Dios
personal.
un inmenso castillo de oro adornado con piedras preciosas, las cuales iluminaban un
camino hacia el interior de aquél edificio. Parecía una catedral gótica o parte de la
corazón se había desprendido de estas vanidades hacía mucho tiempo. Pero sintió
cómo una voz del interior del castillo resonó hasta en los confines del mundo. Era
invadido por una ilusión, pues creyó que su mente le mostraba solo aquello que
sonar, era plena, perfecta, tranquila y era más que eso al mismo tiempo. Con tono
dulce e imponente le dijo: « ¡Ven!». Caminó por el sendero y, poco antes de llegar a
273 | P á g i n a
la puerta esta se abrió dejando ver la majestuosidad de la arquitectura. Era una vista
tan sorprendente que no pudo ver quién le hablaba, pues veía con los ojos de la
materialidad y no con los ojos del espíritu. Aún tenía que acabar de desprenderse de
aquella voz le dijo: «Aún te falta algo para devenir uno solo conmigo y ascender hacia
lo ínfimo: en tres días será tu cumpleaños tres veces veinticinco más uno. Has
caminado más de un año humano sin probar alimento y has alcanzado este punto
en el cual ningún mortal ha podido llegar. Pero aún estás atado a lo material y debes
renunciar a ello para asistir al encuentro final. Esperarás dos días en los cuales
permanecerás en oración y podrás tomar solo agua para no perder todas tus fuerzas.
Terminado este tiempo vendré por ti para ir a un mundo que no tiene regreso.
Invocarás a toda la naturaleza por mí creada y todos verán cómo un mortal ha podido
devenir Dios personal. Luego, todas las cosas aclamarán tu nombre por la eternidad,
no por vanidad, sino por el amor que alguien más ha sentido en tu nombre».
Y la voz tenía razón. Luego de haber partido hacia este lugar desconocido por
pues habían pensado que algún enemigo había raptado a Eusebio para que no
tuviera cómo cumplir su destino y mostrara el camino hacia la salvación y unión con
pasivo hasta que sintiera el cómo su abuelo le llamaba en la hora definitiva. Estaba
lastimado porque amaba a su abuelo, a quien le tenía por héroe. No había persona
274 | P á g i n a
sobre la faz de la tierra que amara más a Eusebio que Asa, quien pronto cumpliría
los primeros veinticinco años. Heredó la belleza y la sabiduría de aquél hombre, pues
a una edad tan temprana ya conocía todas las ciencias y había llegado hasta el
joven de la Logia y en el sabio más elevado entre todos los sabios. Pero en su mente
solo quería conservar el amor de su abuelo, recuperarlo a toda costa, aunque solo
para siempre.
Pasados los dos días humanos y estando a pocas horas de culminar el tiempo
reglamentado por la profecía para la unión con la divinidad, Eusebio explotó en una
grandiosa fuente de espíritu. Era tan luminosa y plena que desde todos los rincones
del mundo podía verse esta luz. Todos supieron que era él, pues todos sentían en
su interior la profunda conexión entre ellos, esa luz que ascendía representaba algo
más allá de los límites del entendimiento humano. En la aldea originaria, y sobre todo
algunos conspiradores que habían sentido envidia e hicieron todo lo que estuvo en
encerrar en un lugar oscuro y aislado a Asa, para que no cumpliera con su parte de
la misión, pero, lo que no sabían era que todo tenía que suceder de esa manera.
Este hermoso chico desapareció tras un viento huracanado que lo llevó hasta el
punto en el cual su abuelo se había convertido en puro espíritu. Desde allí comenzó
ella salió, vio cómo una enorme puerta se abrió más allá de los límites entre el cielo
275 | P á g i n a
y la tierra, en una zona en donde se ocultaba la partícula de Dios. Desde allí llamó a
su abuelo y este le escuchó, miró hacia atrás mientras entraba por la puerta [pues
ya no podía detener su movimiento hacia ella] y tras sonreír, aquellas cosas que le
abuelo para convertirse en el contacto entre los cielos y la tierra, pues su espíritu,
vivir en dos mundos contrapuestos. Todo ello por el cumplimiento de las enigmáticas
________________________________________
¿Acaso podría ser cierto? ¿Podría haber un lugar en el mundo en el cual el ascenso a
lo universal se hubiera dado de una manera certera y que el ser de Eusebio se encuentre unido
a toda la naturaleza como un solo cuerpo, una esencia irreductible y anterior a todo lo creado
que clama su voz en la manifestación de las leyes naturales y que son anteriores al
razonamiento de los hombres? Esto no es posible deducirlo por el escrito de Joaquín, pero sí
es una explicación irregular e informe de aquello escrito como ascenso de Suka hacia el
276 | P á g i n a
La cultura oriental ha registrado con gran seriedad el nacimiento portentoso de Suka y
cada cual hacerlo. Para Joaquín, según pude comprender en algún momento, le importaba más
presentar el camino que aquél realizó, pero mencionándolo de una manera que un occidental
pudiera comprenderlo de forma oscura. Entre occidente y oriente parece haber más
coincidencias que diferencias, pero los primeros no lo aceptan por el simple hecho de
presentar todas sus doctrinas de una manera original y distinta de todo lo que se ha escrito a
lo largo de la historia. Pero tal parece que no es tan cierto como lo plantean, pues el Ser es
una incomprensión que diversas tradiciones han abordado y muchas lo han hecho antes que
lo dicho sobre esto por occidente. Las pruebas están allí y una de estas es el nacimiento de
Suka que Joaquín intenta introducir en el mundo occidental. Quizá no podamos concretar si
lo hizo de una manera segura y libre de cualquier oscuridad, pero en algún momento lo hizo
Lo más seguro, y esto es algo que he meditado a través de los años, es que Joaquín
siempre tuvo muy buenos dotes para devenir un filósofo, pero no tantas para convertirse en
un literato. Mucho menos para inmortalizar su nombre en los registros de los Premios Nobel.
Pero lo cierto es que luego de haberse quedado solo, la escritura se convirtió en su medio para
pudo escribir en las paredes de su casa, de su hogar reconstruido gracias a un pasado que le
persiguió para siempre, pensó que nunca más podría dedicarse a la escritura, pero, por
cuestiones del destino, del azar o de un ser superior que provee a sus hijos de los elementos
indispensables para la supervivencia, nunca le faltó el papel ni la tinta para dejar el registro
277 | P á g i n a
escrito un legado para que la posteridad tuviera conocimiento de la historia que solo escribiría
una vez y que, al término de su vida, pretendió enterrar para ser echado al olvido como lo
deseó en algún momento, esperaba que su vida hubiera sido tan miserable como para merecer
Su mente estaba persuadida de que todo era parte de la representación del sujeto pero
la suya decía que aún podía creerse en lo universal y en las veritatis æternas, pues, según él,
existían ciertas leyes que nadie pudo escribir, pero que se manifestaban en la vida de toda
persona como si fuera un principio axiomático. Algunos decían que la ley de la compensación
de la vida, según la cual cada uno obtiene lo que merece, aunque sea al final de su camino,
hace parte de estas leyes no escritas pero por todos conocidas. Esperaría, hasta el final de los
278 | P á g i n a
Capítulo 5: La representación del mundo universal es solo del sujeto particular.
puede tener ciertas contradicciones interiores que solo él, el sujeto individual poseedor de
existencia, en cambio, al inicio de la vida todo parece tener la fuerza y el coraje para soñar,
para proyectarse a futuro e incluso, para ser rebelde y no aceptar las imposturas de una
sociedad domesticada por la represión estatal y por el llamado de un Dios que solo se vive a
través de los sueños cuando se ha demostrado cierto mérito para poseerlo. En cierto modo, el
anciano nunca entenderá lo que hizo de joven, porque en esa época actuaba con el ímpetu de
sus pasiones y estaba dado a la acción, a no dejarse dominar por las reglas establecidas y a ser
y nota en ella la pasión con la cual ha vivido, los errores cometidos y todo lo que ha aprendido
a causa de ello, de ser como es y, aunque piense en que pudo haber actuado de una manera
diferente, ama las aventuras que tuvo y la felicidad que estas le trajeron. El joven, en cambio,
por más comprensivo que intente ser, nunca podrá comprender al viejo, porque su
personalidad no le lleva a la razón sino que desea cambiar el mundo y la pasividad de sus
contemporáneos desde la acción y la rebelión. Pero un día los años cobrarán factura y harán
de él un justo, pues si ha luchado en favor de los pobres y los desamparados, no podrá cambiar
279 | P á g i n a
sus pensamientos aunque las acciones le gastarán poco a poco las energías que posee. En la
dialógica de la paz estable y duradera. El anciano no quiere acciones, desea discursos. El joven
es su antagonista.
Esto fue algo de lo que le sucedió a Joaquín Alberto Escudero Gonzales, quien tuvo
que luchar con todas las cuestiones que un día pensó de joven, y que en la época de adulto
entró en contradicción y que, para su época de vejez, tuvo un fuerte cambio. Allí están las tres
edades del hombre a las cuales se enfrentó Juaco. La transición entre la segunda y la tercera
la hizo solo con su pensamiento, solo con su austeridad, solo con sus miserias interiores.
Tiempo después se sabría que escribió aquél relato de Eusebio, el cual equiparó con el de
Suka, tan solo para que la memoria no le jugara una mala pasada y lo olvidara en el transcurso
del tiempo y de los años. Quiso conservarlo para que, en una época mejor o más lejana a la
del retorno al país de origen, en el cual siguió sintiéndose como un extranjero que habitaba en
una nación que no era la suya y en un cuerpo prestado que se consumía con el tiempo, no se
viera sometido a los problemas de memoria que en muchas ocasiones golpea a los ancianos.
El hombre puede pensar los mismos problemas o tener los mismos pensamientos durante toda
la existencia, pero si los somete a estas tres épocas de la vida, obtendrá reflexiones diferentes,
Y su pensamiento siempre fue el mismo, solo que visto desde estas perspectivas, pues
en su corazón siempre devino la misma esencia. Por más desilusiones que carga a cuestas,
jamás logró resolver las dudas que le atacaban. Antes bien, entre más pasaban los años más
se introducían en él los dolores por pensar de una manera no convencional, por ser el poseedor
280 | P á g i n a
de un pensamiento que no se inscribía dentro de lo que sus contemporáneos aceptaban como
válido o decían que era «lo más normal». Por ello, luego de algunos años de estar de nuevo
en el encierro voluntario dentro de su mundo, de su casa maldita que le había producido tales
horrores pasados que le afectaban en su presente, luego de haber escrito sus lamentaciones en
las paredes de su hogar, tuvo un momento de dolor profundo en el cual cayó como en un
sueño, pero siguió consciente de su realidad y allí vio lo que no debió ser visto para luego
narrar un relato que consideró portentoso. Este dice, si la memoria no me falla del todo, de la
siguiente manera, pues la carta en la cual se escribía esto de puño y letra de Joaquín se ha
Yo, Joaquín, mártir y desamparado de las cosas naturales del hombre por
voluntad propia y por los avatares del destino, he tenido un encuentro numinoso con
un portento divino que me ha mostrado lo habido más allá del lenguaje cognoscente
arrasará con la mayor parte de la humanidad, o, por lo menos, lo que resta de ella.
que así, el corazón mismo de la humanidad comprenda los designios del Ser-
Absoluto, por medio del cual la naturaleza toda se verá reducida a la partícula
281 | P á g i n a
Me encontraba yo en los confines del mundo cuando algo dentro de mí
provocó una inmensa luz que me habló de esta manera: Hemos de ver lo futuro para
que quede grabado en el presente lo trágico y maldito del final del hombre lo cual
está próximo. No sé de dónde salía aquella voz pero sonaba tan clara en mi mente
que era imposible no escucharla y sus acciones eran tan sublimes que no seguir
humana, pero era tal su claridad que hasta el hombre más ignorante hubiera sido
Me dijo esta voz, que hablaba el lenguaje de los dioses, que el hombre ha
hadas en comparación a lo que vendrá dentro de poco. Los cielos del mundo se
abrirán y aquello que en el principio solo era una masa informe y oscura, de la cual
nacieron todas las cosas, volverá a su estado original, permitiendo que el hombre
termine su existencia y sea liberado del orgullo con el cual vive su vida. Para ello, el
hombre debe pensar en la existencia de dos reinos contrapuestos en los que la vida
campo, supongamos uno magnético en el cual se vive una guerra constante entre
ambos mundos. En uno de ellos está la vida o la felicidad del mundo en el cual todo
es armonía y orden. En este habitan las ideas eternas de las cosas, de las cuales se
desprenden todos los conocimientos que hay en el mundo y los que vendrán luego.
282 | P á g i n a
Es un eterno fluir de perfecciones en dónde la sombra y la oscuridad no tienen lugar.
Los hombres conocen todo porque en algún momento han estado habitando en ese
reino y de allí han extraído todo conocimiento válido. Pero poco a poco ha cedido
este reino ante la potencia del reino del odio. Este es su contrapuesto, es
perfecto [dicho de otro modo, lo perfecto por excelencia] y enviar a una fuerza
portentosa, anterior a todo, incluso anterior a la Idea del Ser, para que efectuara una
barrera entre este reino y el caos [u odio]. Pero al enviar estos guerreros se cometió
de la masa informe [la oscuridad y el mal] en sus formas perfectas, pues al sentir tal
presión de devenir algo distinto de lo que siempre fueron, terminaron por conocer el
de la masa informe los fue ganando. Esto permitió un nuevo elemento de disputa
283 | P á g i n a
con el cual nadie contaba pero que fue bien aprovechado por el reino de la no-
nombre para ambos reinos] lucharan entre sí. Este elemento permitió poner un velo
en ellos, engañarlos y hacerles creer que estaban luchando contra el enemigo pero
no era cierto. Pues bien, aunque la lucha ha alcanzado las dos eternidades, está a
últimos guerreros serán ganados por la masa informe y, cuando esto suceda,
estallará de tanto poder que ha recogido y todo aquello que se ubique dentro del
campo de la lucha será destruido así como los restos de ambos reinos.
informe. Dentro de poco terminará todo y será el fin, pues todo se convertirá en una
menos que haya un solo hombre que decida ser entregado como sacrificio para que
se construya el elemento que pueda hacer ganar la batalla que se libra. Ningún
hombre puede devenir anterior al Ser-Uno, sin segundo, pero con la fuerza de
cualquiera de estos, el consuelo del Ser será reparado y tendrá las fuerzas
necesarias para luchar y construir una pared que permita al reino de la armonía
284 | P á g i n a
recuperar sus fuerzas para ganar la lucha. ¿Quién será el encargado de sacrificarse
en pos de la humanidad?
Lo que ha sucedido luego de haber visto esto se ha convertido en algo incierto para
mismo duda de lo que escribió, pero afirma que, al sentir estas cosas, esta voz y esa luz que
elegido del que habló allí o su mente colapsó en una locura extravagante?]. Tal vez se debía
tan solo a su manía para obsesionarse con las cosas que hay en su mente, pues, durante algún
tiempo sus cartas manifestaron el estado en el cual se estaba sumiendo al estar solo y tener las
24 horas del día libres para hacer, decir y pensar, todo lo que quisiera. Cuando leí por primera
vez esta carta pensé que nadie hubiera podido creer que, a pesar de todas las cosas vividas y
las miserias experimentadas a lo largo de los años haya sido él el elegido para ascender, como
Suka y Eusebio, hacia Brahman y el Ser Absoluto. Pero también pensé que estaba cayendo en
¿Quién creyera que un humano mortal podría estar por encima de un Dios eclesiástico
para devenir la partícula anterior a todas las partículas? No. No existe una respuesta para tal
pregunta porque nadie puede llegar a conocer del todo lo que existe en la mente de alguien más
y menos cuando esa otra persona que se pretende analizar expresa la verdad de una manera
fragmentada. Solo expresa las cosas que le benefician y, en ocasiones, puede afirmar cuestiones
No fue la primera vez en la cual envió algo parecido a esto, y siempre enviaba
285 | P á g i n a
otros seres humanos que estaban en la búsqueda de ese ascenso y que se comunicaban con él
por medio de los sueños y de las profecías. Al ver yo que no le hacía daño a nadie con pensar
de esta manera, pues era mejor que pensara en ello y no en la venganza por lo que le sucedió
a toda su familia, le dejé que divagara sobre estas cosas y se desahogara conmigo. Pero le di
una advertencia: solo yo podría saber lo que pensaba, y le argumenté que si dejaba que su
espíritu se ensuciara con los fanáticos y su ignorancia, no podría ascender a ninguna parte y
tendría que vivir para siempre en esta vida material rodeado por tantos hipócritas. Fue nuestro
secreto durante muchos años y él esperaba con paciencia el día en el cual la voz del desierto
abriera los cielos para que él pudiera pasar hacia el campo en el que se uniría con el ser para
darle sus fuerzas y salvar la humanidad. «De este modo, decía, quedará grabado mi nombre
en la naturaleza». Vaya consuelo para este hombre: tener que esperar que un relato portentoso
de su corazón. En una ocasión escribió: «A la mierda todo esto del ascenso hacia lo universal,
yo me quedo con mi tierra y mis sembrados y que la humanidad se pierda a sí misma por
corrupta y por aprovechada». Y claro, en los momentos en los cuales la maldad del hombre
se ensañaba con él, parecía que perdía toda esperanza de contribuir con la paz del mundo y el
bienestar de la humanidad. Tal vez a un solo hombre le queda muy difícil cargar con el peso
de todos los hombres, y más cuando estos intentan aplastarlo por todos los medios. La vez en
la cual escribió esto último, lo hizo porque alguien había robado parte de su cosecha de papas
y le quitó ese alimento que se había convertido en uno de sus favoritos en los días de su
encierro. « ¿Por qué debemos sumirnos en la cultura que aplasta al hermano por el simple
286 | P á g i n a
hecho de que este piensa diferente de nosotros? No comprendo la razón por la cual todos se
he nacido para este mundo, y menos para esta sociedad que se goza de hundir a los
desamparados en beneficio de los más fuertes. ¡Por cuántas injusticias pasamos por esta vida
La carga de los daños causados por el odio de los seres humanos, odio que para Joaquín
siempre fue irracional, es más pesada que la carga por los años que puede vivir una persona
promedio. Se nota más anciano y cansado quien ha dedicado su vida a ganarse la vida en las
plazas de mercado cargando bultos que quien ha permanecido dando órdenes desde una
oficina. Ambos pueden vivir el mismo tiempo, pero solo uno permanecerá más cansado que
el otro. Esa es la vida, mientras que unos anhelan la vida de los otros, estos otros huyen a la
vida de los unos, porque ninguno está conforme con la vida con la que ha nacido, sino que el
hombre en su corazón siempre tiene el deseo de vivir de una manera más confortable.
Tan solo en los momentos de éxtasis Joaquín recordaba con anhelo el ascenso a lo
universal, se sumía en un profundo sueño y desde allí proyectaba el camino a seguir para
devenir uno con el Ser-Uno, sin segundo. Pero solo quedaba en ello, en un sueño, pues su
particularidad sobre cualquier modo de vida posible. «Existen personas, decía él, que ni
siquiera sabe cuáles son las dimensiones del Ser, cuando se habla de él como partícula que
antecede a todo y a todos. Desde este sentido, el ascenso solo debe plantearse como algo
burgués, pues solo un puñado de personas puede comprender lo que significa esto, y, dentro
de este poco, hay un número mucho más reducido que cree que algo así sea posible. Pues si
287 | P á g i n a
uno es capaz de ver esto con los ojos de la razón será una narración de la cual puedan extraerse
muchos elementos de diversa índole, pero que, en muy buen sentido, no es un camino real
para seguir». Y así se iba yendo su espíritu, entre lo que su imaginación y su esperanza le
decía y lo que su razón de filósofo le enseñaba. Pero el hombre siempre tendrá ciertos apegos
irracionales que defiende sobre cualquier cosa y ello es posible gracias a que no hay una sola
interpretación del mundo sino que esta depende del mero sujeto particular que lo representa
Ahora que Joaquín empezaba a entrar en la tercera edad de la vida, comenzó a razonar
de una manera diferente. Aquello universal que siempre estuvo en su cabeza y que, en muchas
una de las épocas de su vida y en esta que va de a la adultez a la vejez, le hizo tremendo
combate que por poco le deja sin las fuerzas necesarias para continuar luchando por su
supervivencia. No es posible que algo que se creía resuelto desde un tiempo pasado de su
existencia regrese a la memoria para mortificar cada segundo el alma y el cuerpo del dueño
de tales pensamientos. Creía que todo ya estaba solucionado pero no era así, pues de nuevo la
duda y el pasado se hacían presentes en su vida para mencionarle que esa temporalidad a la
cual pertinacia le decía que algo más portentoso estaba por encima de todo y, al mismo tiempo,
interrogante.
288 | P á g i n a
Pero ahora no estaba del todo seguro de lo que había pensado e, incluso, las dudas
le revelaba una verdad eterna. «No, no puede ser que sea yo el elegido para una empresa tan
salvar ella?», decía sin encontrar un consuelo que le permitiera responder a sus preguntas. La
peor circunstancia para un hombre es no estar seguro o no poder descifrar una sola de sus
convertirse para muchos en un tormento perpetuo. Y esto era lo que le acaecía a Joaquín en
todo momento. Deseaba con ardor resolver todas las preguntas que se formulaba pero nunca
estuvo conforme con una sola de sus respuestas. Tal vez esa es una de las actitudes de todos
los filósofos: jamás están conformes con lo que tienen pues sus mentes les exigen siempre
una evaluación de todo el entorno que tienen y como parte fundamental de ello es la resolución
de los conflictos morales y existenciales a los cuales se someten por propia voluntad la
definitivas para todas las preguntas? ¿Se puede vivir sin cuestionarse una y otra vez sobre
todo lo que nos rodea? Una existencia sin preguntas no merece ser vivida. Y si en algún
momento hemos realizado una pregunta a la que respondemos con facilidad esta nunca fue
tan importante como para haberse ocupado de ella. Lo más importante en la vida de todo
hombre es reconocer que, en el campo total del conocimiento humano, siempre habrá algo de
desconocido. Ni la mente más brillante del mundo puede comprenderlo todo ni resolver los
enigmas que afectan a los hombres y, por desgracia, es necesario decir que nadie puede
liberarse de su particularidad», afirmaba como una conclusión, pero siempre dudó de ello pues
289 | P á g i n a
el principio según el cual debía regir su vida, le decía que nada podía ser cierto por completo.
Aprenderlo todo: pero no dejar que el radicalismo se apodere de la mente del sabio. Ese es el
más elemental de los principios que lo rigen: debe tener siempre presente que su conocimiento
es limitado y no puede dar una explicación para la totalidad del mundo, pues tan solo es una
«Que triste es saber que los universales ya no existen. Que son una mera ilusión y que
la Verdad absoluta se ha repartido entre los hombres y ninguno de ellos está dispuesto a perder
algo para ganar el beneficio de reconstruirla. Nos hemos sumido en la más profunda de las
individualidades y cada uno lucha para sí mismo, no para el cultivo de la especie», llegó a
que el mundo era algo solo para él, pues las circunstancias por las cuales había pasado a lo
largo de su vida tan solo le afectaban a él como individuo y no como hombre universal. En
este ideal había puesto toda su esperanza un día y ahora se encontraba decepcionado de lo que
había encontrado. ¿Pero qué más se puede hacer con la vida si esta es tan llevada de su
parecer? Tan solo en los momentos de locura volvía a entrar en un estado de enajenación en
el cual el relato de Suka resultaba para su mente el único consuelo para no caer en lo más
Y qué curioso es el hombre. Aunque haya decidido estar en la más profunda de las
soledades enfrentándose a lo austero en cada día de su vida, en algún punto de esta inventaría
una historia de amor mediante la cual sanaría su corazón por no tener la esposa tan deseada
ni el hijo siempre esperado. Tan solo hasta ahora podía ver este asunto en el poema que hacia
tantos años le cambió la vida: aquel monje cartujo le había manifestado tantas y tan hermosas
290 | P á g i n a
cuestiones que no había podido interpretar con certeza que, en algún punto del corazón de
este, aun había espacio para el amor y para manifestar que una mujer compañera y un hijo
deseado, pudieran llenar los vacíos del corazón de un hombre. En algún momento todos
deseamos ser amados y construir una vida al lado de alguien más. Pero algunos anulan ese
deseo, pensando que de esa manera podrán servir mejor a la humanidad, pero siempre tendrán
el horrible interrogante: y si hubiera encontrado el amor de mi vida, ¿qué hubiera sido de mí?
Y en Joaquín cambiaba un poco el asunto pues sintió que lo había encontrado, pero
desapareció por las fuerzas misteriosas de la vida, provocando en su más sagrado ser interior
un vacío que nunca podría llenar: ni con la oración, ni con el servicio incondicionado a los
hemos sentido pues, en cierto modo, el amor hace parte de nuestra naturaleza y cuando un ser
amado desaparece un parte de nosotros marcha con él hacia un mejor lugar. Y Juaco decía
que su vida terminó el día en el cual su hijo pereció, y su esposa fue devorada por los gusanos.
Ese es el destino más triste del hombre y, de hecho, es el único que no puede evitar: desde el
momento en el cual nace, tiene asegurada la muerte. Y a pesar de esta realidad que a todos
afecta, nadie comprende cómo la muerte es capaz de arrebatar la vida de alguien a quien
queremos. Y a este hombre en particular, le costó toda la vida superar el duelo por la pérdida
de su Diana y de Agustín.
Lo universal ha sucumbido ante la razón de Joaquín y nada puede hacer para vivir de
nuevo en una ciudad y en una época en la cual la universalidad hubiera sido posible. La Edad
Media desapareció hace tanto tiempo que ya es tan solo un espejismo y un sueño turbio del
291 | P á g i n a
espíritu de algunas personas que, de algún modo u otro, han pensado retomar esta época como
la única posible para hacer aflorar la humanidad. Pero toda interpretación depende de un
sujeto que representa su entorno a partir de unas circunstancias que lo afectan y del desarrollo
que pueda realizar de sus facultades intelectuales. ¿Y Juaco? Se debate entre la vida y la
muerte, entre dos mundos contrapuestos sin saber cuál de los dos ganará la batalla que
reclamará su vida y su talento. Lo universal tiene sentido para él, pero solo en la teoría, pues
mente, o traen a colación viejos pensamientos que, en definitiva, ya no son ciertos para él. La
mayor parte del día se encuentra solo hablando consigo mismo buscando una alternativa de
salida de la particularidad de su existencia para devenir uno solo con el mundo, pero sabe que
esta tarea está perdida y no podrá cumplirla ni con los esfuerzos más notables que pueda hacer.
Es curioso que el pensamiento de un hombre caiga ante el peso de la realidad que lo abruma,
pero todos tenemos por lo menos un ideal que ha sucumbido ante nuestra experiencia. ¿Y qué
hacer con ello? Pues nada, porque hace parte de la vida y del crecimiento personal e
intelectual. Solo que, a personas como Joaquín les da más dificultad aceptar que su
pensamiento ya no es el valido y que existen otras dinámicas que hace que la gente piense en
lo práctico y no solo en lo teórico. Una vida que se dedique solo a los libros es, en muy buen
sentido, un proyecto burgués que muy pocos pueden realizar. Y tan solo en la última edad de
la vida pudo reconocer que, por fuera de su gusto por la literatura y la demencia que le
aquejaba en ciertos momentos, en los cuales expresaba los más extraños relatos de personas
que ascendían hacia lo universal, en la vida de toda persona valoraba la práctica por encima
de la teoría y, por desgracia, la humanidad debía aprender mejor un oficio practico que una
292 | P á g i n a
lengua muerta como el hebreo antiguo o el arameo. “Esto es algo que solo compete a unos
293 | P á g i n a
5.2. La fábula del ascenso a lo universal: solo es teoría.
sujeto individual y aquella partícula que se esconde en su interior y que le ata a aquella que
antecede a todo lo creado? En efecto, esto es una hermosura extraordinaria, pero no trasciende
los límites de lo teórico. ¿Acaso podemos vivir esta unión? Es más, ¿cómo podemos estar
seguros de la existencia de una partícula que antecede a todo lo creado si cuando solo poseía
existencia esta, nada ni nadie tenía el suficiente grado de consciencia como para comprenderle
o ver alguna manifestación suya? ¿Y qué más es esto que no sea el punto de inflexión místico
que todos queremos tener con algo que es superior a nosotros? Pensar en algo que es anterior
a todo y que, por tanto, se presenta como el origen (o el arjé según el uso de los griegos) de
todas las cosas es simplemente algo que desborda el lenguaje humano y el entendimiento de
los hombres.
«Si con el lenguaje podríamos construir un origen posible para el mundo, ¿este sería
limitado o se extendería a lo habido más allá de una convención para comunicarnos entre los
hombres? Existen ciertos eventos que no podemos explicar con un código, ni mucho menos
con algo construido tan solo para la comunicación. Esto quiere decir que, en buen sentido,
debe existir algo que se encuentra más allá de los límites del lenguaje pero a ese lugar no
puede llegar nuestro entendimiento. Y el hecho de que hoy tengamos por dudoso cualquier
elemento o teoría que nos diga el origen del mundo significa que no existía un estado de
consciencia del hombre para comprender de dónde venía. Hemos de declarar que muchas de
las teorías que hablan acerca de esto, son tan solo especulaciones y narraciones hermosas de
294 | P á g i n a
algo que nunca podremos comprobar con nuestra mera razón a menos de vivenciar el asunto
con gran entereza y piedad de ese Ser uno, sin segundo, que antecede a todo lo creado y que,
al tiempo, permea toda la creación». El espíritu de Joaquín declaraba todas estas palabras y
muchas más.
Es curioso ver cómo una persona puede llegar a albergar tantas y tales contradicciones
en su espíritu como lo ha mostrado Joaquín a lo largo de los años. Expresa los discursos más
hermosos y emotivos que haya podido ver la humanidad en los momentos de inspiración, pero
también puede sentirse el más miserable de los hombres en diferentes instantes cuando siente
que una llanura desolada le manifiesta aquellos secretos para los cuales sus oídos no están
preparados y hace surgir las Ideas que nunca estarán en consonancia con su realidad. Si el
hombre es capaz de albergar sentimientos distantes entre cada uno de ellos y de no ser capaz de
mitigarlos con algo por el simple hecho de ser desbordado por ellos, ¿cómo es posible que, con
un entendimiento limitado pueda explicarlos según una convención que hoy llamamos
lenguaje? Dicho de otro modo: ¿cómo es posible que Joaquín afirme ser el poseedor de un
entendimiento limitado y ser un hombre estúpido e ignorante cuando con las limitaciones del
lenguaje pueda expresar verdades habidas más allá del entendimiento del común de los
hombres? La verdad sea dicha: hay cuestiones que, por más que se cavile sobre ellas, no son
No importa lo inteligentes que seamos, siempre habrá, por lo menos, una pregunta a
la cual no podamos dar respuesta o un problema que no podamos solucionar. Y este era el
295 | P á g i n a
inicial y le provocaba tantas heridas interiores que más parecía «una mente leprosa que una
intelectual». Ese era su espíritu: preguntaba más cosas de las que podía comprender y
responder, y, en muchas ocasiones, las respuestas a las cuales llegaba solo le presentaban
ciertas miserias interiores que nunca pudo resolver del todo bien. O por lo menos eso
Largas horas tuvo que estar encerrado con sus demonios interiores debatiendo si lo
particular era superior a lo universal y por donde mirara no podía ver que las cosas fuesen
diferentes. Aquellos relatos de Suka, de Eusebio y de tantos otros que fue descubriendo a lo
largo del tiempo, que expresaban un ascenso hacia la unión entre el hombre y su Dios o el
otros los veía como una extraordinaria narración pero nada más que eso: un cuento salido de
la imaginación de alguien más. ¿Qué hacer cuando el espíritu nos manifiesta una idea pero la
realidad la niega y nos hace sucumbir ante su antagonista? Para él la vida perdería cualquier
sentido si tuviera que sumirse en lo particular para renunciar a lo universal, pero cada día que
pasaba recopilaba una prueba más para que su pensamiento se deteriorara y quedara ad portas
Podría decir todas las veces que se quisiera que lo particular, la representación del
sujeto individual era superior a la de un sujeto universal, pero algo dentro de su espíritu le
decía: busca más, aún hay algo que desconoces y ese algo es el que te hará comprender mejor
el asunto y defender esas ideas atoradas en tu pensamiento. Atado entre lo que debía, quería
y podía hacer, andaba siempre por su territorio Joaquín a la espera de una iluminación ulterior
o de la llegada de algún Isvara que le llevara hacia el destino final, hacia los confines del
296 | P á g i n a
mundo, en dónde tendría la última espera para unirse con el Ser [o el Sat]. Pero este nunca
llegaría, pues el Ser no conocía los tiempos humanos. Cuando un ente ha salido de todo tipo
eternidad. ¿Existe algún modo para renunciar al espacio y el tiempo y estar en el punto que
antecede su unión? Compleja pregunta, pero podríamos decir esto de ella: si lo vemos de
forma teórica, podría funcionar, pero de manera práctica ya las cosas no se ven tan bien.
Pero siempre está el deseo de un mejoramiento permanente del hombre hacia un estado
mejor de cosas. Claro está que aún no se puede definir con claridad hacia qué punto aspira el
hombre: solo sabemos que todos deseamos ser más perfecto sin conocer el grado sumo de la
perfección. Y tal vez esa fue una de tantas interpretaciones que Joaquín sacó de esos relatos
que tanto quiso conocer: el deseo de unirse a lo Uno, al Ser [el Sat], era solo su medio para
plantear ese mejoramiento del hombre, pues desconocía cualquier otro concepto para
denominar el proceso y el resultado final. «Y en cierto modo, decía él a su manera, todo ente
quiere parecerse al Ser, pues le tiene envidia». ¿Quién podría decir algo contrario a esto? ¿O
quién podría ratificarlo? ¿Quién conoce el pensamiento y el querer de un «ente» como para
asegurar que siente las mismas pasiones que los hombres? ¿Quién puede asegurar que el Ser
es la representación del sumo Bien al cual todos los hombres aspiran pero que nadie conocer
ni podría describir? Tan solo tenemos unas analogías creadas por el lenguaje que nos hacen
pensar en esto, pero aún no podemos establecer que sea de esta forma o caiga dentro de alguna
categoría de pensamiento inventada por algún hombre sediento de respuestas que nunca
297 | P á g i n a
Decimos que el Ser es equiparable con la Perfección o con la Verdad. Pero ¿quién conoce
estos conceptos y con qué certeza dice que son equivalentes? Todas estas interrogantes hacen
parte de lo que Joaquín se hacía en su cotidianidad. Por desgracia, nunca pudo responder a
ninguna de ellas. Su espíritu amaba estar en continuo malestar por esto y nunca deseó
trascender más allá de la formulación de ciertas preguntas: « ¿Qué sería de una vida en dónde
no hubiera lugar para el autoexamen?», decía cuando se le intentaba mencionar que buscara
más respuestas en vez de nuevos interrogantes. Su mente era así y lo justificaba afirmando
que esa debía ser la actitud de cualquier filósofo. Y, a pesar de todo ello, era consciente de la
diferencia entre teoría y práctica y a pesar del dolor producido por ello, continuaba con su
pensamiento, cada vez más amplio y desbordante, pero, al mismo tiempo, apegado a lo pasado
Al entrar en la tercera de las edades de la vida declaró algo fundamental y que parecía ser el
sin razón, que todos aquellos relatos leídos acerca del ascenso a lo universal eran excelentes
para distraer la mente en los momentos en los cuales los libros que buscan ofrecer algún
de la exploración de la imaginación y la fantasía del hombre, pero nunca del campo que le
hace aumentar su ciencia y por ende su dolor como lo declara el profeta Qohelet. Al final,
aquellos relatos como meras narraciones que formaban un elemento menor de las facultades
intelectuales.
298 | P á g i n a
Capítulo 6: La decisión fatal. Lo eterno puede acabar en un segundo.
Y seguía Joaquín con su vida, comiendo lo que salía de la tierra bajo el sudor de su
frente: alimentaba su cuerpo del fruto de su trabajo y pensaba a cada instante en la muerte. ¿A
quién quería engañar? Si su familia le faltaba, si nadie que estaba a su alrededor le importaba
lo suficiente como para dignarse a dirigirles la palabra, y si ya no tenía ninguna ambición para
continuar viviendo, ¿qué lo ataba al mundo? ¿Será posible que aún existan personas que se
pasen la vida esperando la terminación de esta, pues ya nada les satisface y no tienen ni la
más mínima ambición, ninguna meta por conquistar? Él vivía solo por una promesa hecha a
un niño convertido en hombre que no lo desamparó en el momento en el cual todos los demás
le dieron la espalda. Tal vez era lo único que le mantenía con vida: no estaba dispuesto a
renunciar al cumplimiento de sus promesas, así le tocara vivir bajo la pena de un martirio con
una existencia que no le correspondía. Este mundo era de todos, todos tenían su espacio y un
papel a desarrollar dentro de una sociedad establecida, excepto este filósofo maldito del
pueblo X.
Sin embargo, el maestro sabía de antemano que tenía un discípulo sobre el cual podía
apoyarse: solo era llamar y del otro lado del teléfono se escucharía una voz amiga; o, si algún
día llegase a escribir una carta, un escrito, una noticia, o cualquier otra cosa, podría esperar
una respuesta y la tendría. En medio de un mundo que da vueltas, esa era la única certeza que
tenía: de entre todas las personas que existían en el mundo, un poco más de ocho mil millones,
tan solo una le importaba y tan solo una persona lloraría cuando muriese. Al mismo tiempo
299 | P á g i n a
sentía una mezcla de alegría y dolor: la certeza de una amistad verdadera, construida a lo largo
de los años y con bastantes sacrificios, era el tesoro más importante que ahora guardaba en su
interior, pero no todo fue felicidad porque en su vida había conocido a varias decenas de miles
de personas y de entre todas solo una había permanecido en medio de la adversidad. ¿Es acaso
posible que nadie quiera permanecer hoy en día? Por extraño que parezca, eso fue a lo que se
Y una de las cuestiones que más le aterraba en la soledad de sus días era saber que no
podía regresar a la parroquia a la que tantas cosas le debía: allí recibió todos los sacramentos
y fue en ese lugar, tan odiado en una parte de su vida por no poder haberse convertido en un
sacerdote por falta de dinero, fue allí donde se fortaleció el amor de su vida: su relación con
Diana giró por mucho tiempo en ese lugar. Tantas cosas vividas, tantos recuerdos atorados en
una edificación cuyo nombre era un homenaje a un santo peruano, y no poder volverla a ver,
por lo menos desde fuera, fue algo que causó alto impacto en el corazón de este hombre
abatido por los daños y la austeridad. Envejeció pronto, pero en su memoria estaban vivas
todavía las palabras nunca dichas, las acciones que hubiera podido hacer mejor en algún punto
de su existencia, o las hermosas conversaciones que tuvo con su hijo a quien proyectaba como
uno de los mejores humanistas de la historia. «Si tan solo hubiera podido vivir lo suficiente
para desarrollar su pensamiento, todo sería tan diferente en este día, se decía de forma
constante, como si estuviera sumido en una sombra de melancolía por las cosas que pudieron
ser y no fueron: ¿acaso podremos luchar en contra de un pasado hostil? Este ya ha sido y por
más que queramos, no podremos cambiarlo. El momento de la victoria es tan solo una ilusión,
300 | P á g i n a
Joaquín pagaba las consecuencias negativas por las decisiones que otros tomaron en
su nombre. Siempre se preguntaba qué hubiera sido de su vida en caso de no haber tenido
tantos disgustos económicos y hubiera podido asistir al encuentro con un Dios que fundó una
iglesia que el hombre corrompió con el paso de los años y el deseo de poseer las riquezas del
mundo. Su corazón lastimado esperaba solo dos cosas: un ascenso a lo universal que nunca
llegaría, o el espectro de la muerte que demoraría un poco más de la cuenta. No hay ilusiones
que puedan reconfortar su corazón: ni el sistema filosófico que nunca construyó; ni el amor
de una esposa que se perdió por causas inciertas o por la mano de algún fanático religioso
que nada puede curar el corazón de un hombre cuando añora la presencia de personas que han
muerto y que no se acepta en la mente. Nadie está preparado para la muerte, y menos aún,
cuando está la certeza de que esta se produjo a causa de otro ser humano. Joaquín nunca supo
los resultados de la investigación del mercurio en el lago del Pueblo X, ni el destino de los
de resolver conflictos bajo presión. «Si tan solo hubiera visto las cosas con mejor claridad, tal
vez hubiera alcanza más deducciones y mi familia estuviera viva o vengada», decía.
«Aunque, en muy buen sentido, es mejor saber que tus seres queridos han muerto. La
certeza de que han marchado de este mundo y han dejado de ver en el corazón del hombre la
la vida, un hombre puede llegar a conocer a diversas personas por las cuales lo daría todo, por
quienes su espíritu siente una profunda afinidad y les ama más que a sí mismo: debemos
brindar por estas amistades que se proyectan para la eternidad pero que se agotan en poco
301 | P á g i n a
solo se curarán con la presencia del ser amado. Pero eso no le importa a la gente de hoy: todos
fundan sus relaciones en el beneficio propio y exprimen a los demás hasta que ya no puedan
recibir nada más de ese otro y, en ese preciso momento, se marchan, llevándose con ellos una
parte del alma del ser que abandonan. ¡Qué desgraciados somos ahora quienes damos más
importancia a la amistad que a cualquier otra cuestión! Si me acerco a alguna persona todos
pensarán que solo estoy buscando sexo. Pero no, uno, en muchas ocasiones de la vida, le habla
a otra persona por el simple hecho de que le quiere hablar. Todo está perdido en este mundo
y el corazón del hombre parece estar depravado por naturaleza», se quejaba Joaquín en alguna
de sus cartas.
Joaquín aunque esto es algo posible en su mente pero nunca llevado a la realidad, porque la
nobleza de su corazón le impide atentar contra el otro ser humano, sin importar que este le
haya causado los peores tormentos y sufrimientos interiores. Perdonaba antes de ser ofendido
y, aunque guardaba dolor, no hubiese sido capaz de asesinar a nadie, aunque fuera por el
recuerdo que le traía el asesinato de su amada esposa, o su inocente hijo. Veía el día pasar, y
cuando llegaba la noche escribía sobre lo odiosa emocional que se manifestaba ahora su
existencia. Salvo algunos días que, amaneciendo animado se dedicaba a diversas actividades
en su hogar, todo lo veía con una sombra gris. Ya estaba liberado de todas las aventuras y no
Si antes se sentía como un extranjero en su cuerpo, ahora sentía que estos se habían
agudizado tanto que ni siquiera se reconocía en el reflejo del agua cristalina: su rostro había
cambiado en exceso. Su rostro ya no era el suyo y estaba seguro de que su pensamiento era
302 | P á g i n a
ahora su verdadera apariencia. Acostumbrado a vivir los últimos tiempos con una máscara, su
verdadero yo se le presentaba como alguien distinto, como cualquier otro que no fuera él. «
¿Quién es este que me mira cuando veo mi reflejo en el agua? ¿Qué ha sido del Joaquín de
los ojos hermosos y la piel de niño? Ha muerto por la desolación y la pena moral en una
sociedad que no era la suya. Y qué más da. Ya no me moveré de este lugar hasta que llegue
el momento indicado para la última aventura antes de la muerte. Desconozco quién soy ahora,
pues mi yo pertenece a otro mundo, uno anterior o futuro a este que estoy viviendo y bajo mis
manos ya no habrá nada que pueda hacerse», afirmaba en ciertas ocasiones cuando la
oscuridad oprimía su pecho para hacerle escribir las palabras que en otros momentos era
incapaz de pronunciar.
Y esto era lo único que hacía ahora: escribir, recoger los sembrados para su alimento
y pensar en la muerte. ¡Cuánto hubiera deseado él acabar con su vida para no padecer más el
que nos separaba, que levantara la promesa para que pudiera marcharse en paz hacia un mundo
diferente, quizá peor a este, pero distinto. Jamás lo hice porque siempre pensaba en regresar
a aquél lugar para hacerle compañía y para que su espíritu pudiera encontrarse de nuevo a sí
mismo y partiera de este mundo con la serenidad interior que siempre le había caracterizado.
Con el sudor de mi frente le compraba de forma periódica algunos libros que, según
mi concepto, podían ser agradables para él y estos se convirtieron en una gran distracción para
sus momentos lúgubres, pero jamás reemplazaron la presencia de su familia. Recibí algunas
donaciones de textos de algunas de las mejores bibliotecas europeas, las cuales regalaban
estos textos porque ya nadie los leía y los enviaba a Joaquín para que hiciera uso de su
303 | P á g i n a
conocimiento de idiomas y evitara pensar tanto en la muerte. En cuestión de unos pocos años
la suma de los libros aumentaba a más de dos mil y por mucho tiempo Joaquín dejó de
lamentarse. Aunque en las fechas importantes, cuando la depresión se apoderaba de él, recaía
en los pensamientos negativos y la muerte, el suicidio siempre representó una buena salida
para él.
seres amados? He ahí la disputa fundamental que hace todo hombre cuando ve que todos los
que le rodean perecen por obra del destino. Allí todos se preguntan por el valor de la vida, y
lo que hace algún tiempo, muchos años atrás, parecía ser el designio para su niño no nacido,
se escribía para él con letras enormes y rojas: ¿Vida o muerte? La sentencia que en un
momento de desolación había decretado para su hijo a quien tanto llegó a amar, se regresaba
para señalarse como un destino seguro con más fuerza que antes, pero esta vez en su contra.
Lágrimas de sangre derramaría por saber esta situación: pensó en asesinar a su hijo,
luz de sus ojos, y ahora él mismo pensaba quitarse la vida porque ya no soportaba un momento
más sin la presencia de Agustín. Pobre de su alma que imaginaba un presente diferente si el
pasado hubiera tenido ciertas condiciones que le hubieran sido favorables a él. Se preguntaba
también, cada vez que podía, qué hubiera sido de su vida si nunca hubiera conocido a Maryori
Julieth García Correa ni sus malas intenciones para con él. Ella era la fuente de todos sus
saber qué hubiera sido de su vida si nunca hubiera encontrado con un grupo de fanáticos como
el que promovió la aniquilación de los homosexuales. Pero no podía cambiar nada en ello
porque su vida, por desgracia, no tenía la suficiente potestad para volver al pasado e instaurar
304 | P á g i n a
un régimen de amor en vez de un modo de vida lleno de contradicciones al predicar algo
Pero, a todas estas, ¿qué hacer?, ¿vida o muerte para Joaquín? La decisión tendría que
partir de su consciencia porque, al fin de cuentas, era solo él quien vivía las constantes
miserias interiores de las cuales tanto hablaba. Y el camino que al final eligió como el correcto
o más conveniente para él en ese momento no fue del todo consolador ni elocuente con la
personalidad alegre que en otro tiempo demostró tener. Sin embargo, fue congruente con esas
sensaciones que lo abrumaban tanto en estos tiempos y que no le permitían continuar adelante
con su existencia llena de vacíos interiores y miserias perturbadoras. La idea clara estaba
tomada: luego de esperar tanto tiempo aquellas cosas que no volverán a ser como antes y de
haber padecido el fracaso y la muerte de todo lo querido, lo único por hacer sería la muerte
voluntaria. Esta se aceptaba con humildad y alegría pues, sin importar lo futuro, ya no deseaba
más este mundo aturdidor lleno de desagrado. ¿Y a dónde iría? Si fuese por lo menos al
purgatorio de Dante, una eternidad allí sería preferible a seguir enfrentándose a su presente
desolador.
¿El hombre puede purgar por ese pecado final de asesinar a alguien [que en definitiva
es uno mismo], tras haber padecido los tormentos interiores que tuvo que padecer Joaquín desde
seguirlo sino que el corazón mezquino del hombre le impidió hacerlo por falta de recursos
Joaquín. Gracias a su iniciativa de ahorrar el dinero suficiente como para darle la mejor
educación a su hijo muerto por la desgracia y el fanatismo humanos, eligió y fundó una industria
305 | P á g i n a
que, en definitiva, bastante dinero había dejado al pueblo: pavimentaron las calles, construyeron
por ser uno de los mejores productores de bicicletas del país y todos en aquella localidad algo
tenían que ver con la empresa fundada por este hombre. Ocupó la mayor parte de las personas
y de ser uno de los pueblos más pobres del país se transformó en uno de los más ricos y debían
agradecerle este hecho a este hombre pero, a cambio de ello, muchos evitaban mirar incluso
hacia los confines de su casa porque era la de un hombre maldito y «esos suelen ser los peores
través de la iglesia por ser pobre y de cargar con todas las causas negativas de ello, ¿puede el
hombre continuar pagando una pena por los siglos de los siglos sabiendo que todo lo que ha
debido padecer ha sido consecuencia de las determinaciones ajenas sobre la vida propia?
Joaquín no quiso ser padre, pero cuando lo fue se convirtió en el mejor de los padres que
existió y nunca le falló en el amor a su esposa, pero, por culpa de los fanáticos religiosos tuvo
que desprenderse del amor de su vida y la luz de sus ojos. ¿Acaso fue su culpa que por la
ignorancia de unas ciertas personas, algunos otros le hicieran tanto daño y que, en efecto,
tuviera que pagar por ello luego de que estos murieran? Poco importa el hecho de cómo se
pierde la vida, lo importante es tener la esperanza de que lo que habrá más allá no sea más
una aún más profunda y que no podrá cambiarse con nada, ¿qué sentido tiene? Hay decisiones
que, en definitiva, el hombre no puede llegar a comprender del todo aunque las acepte con
humildad.
306 | P á g i n a
Padecer las peores emociones interiores porque un mundo está corrompido por la
visión económica existente sobre todo lo que hay y que luego de esta vida, cuando se ha
decidido salir de ella de manera voluntaria, se entrará en un reino peor al que se tiene ¿es
justo? Un suicidio es un asesinato y este crimen debe pagarse con todo rigor, ¿pero es justo
luego de todo lo vivido? Un hombre que solo ha visto la desgracia y que se ha enfrentado a
una sociedad de hipócritas y fanáticos como esta, es imposible que deba seguir purgando una
decisión cometida al borde del desespero por todo lo que ha visto a lo largo de los años. ¡Cómo
hubiera sido de diferente su vida si tan solo le hubieran aceptado en aquella orden religiosa y
no hubieran puesto la economía por encima de la vocación! Pero el destino, el maldito destino,
y el azar, el estúpido azar, hicieron de las suyas para que la vida de un hombre como este no
cumpliese los sueños que un día planeó sino que viviera sumido en el fracaso constante.
Hasta cierto punto el hombre puede verse afectado por las malas o las buenas
decisiones que toma a lo largo de su vida, sin embargo, hay cuestiones que no dependen de él
y que hacen que sufra los designios de las determinaciones ajenas sobre las propias y genere
en su interior la más profunda de las miserias humanas por saber que toda su existencia ha
estado en un mismo punto, luchando contra toda adversidad pero su interior no estará más
preparado para abordar lo venidero porque con la primera confrontación ha perdido las fuerzas
necesarias para avanzar más en su vida. Y así estaba Joaquín: desde el momento en el que su
misma sensación de vacío interior y nada le da el alivio para superarse a sí mismo. O tal vez
sí encontró un punto fijo que le permitiera superar sus miedos y verse al espejo como un
hombre nuevo, pero este punto le fue arrebatado de la manera más extraña posible: en nombre
de un Dios sin nombre que entrega a la humanidad el mensaje del amor, el cual ha sido
307 | P á g i n a
utilizado por los hombres para beneficio propio y explotación de los recursos y la vida de los
demás.
Los hombres podemos llegar a tergiversar de tal modo cualquier mensaje, así sea el
parte se debe a que es más importante ahora lo económico sobre lo espiritual y porque en este
país llamado Colombia, es mejor que las personas confíen en su suerte que en su comprensión
lectora. Aquí la gente no interpreta el mensaje revelado en cada uno de los textos que se
escriben sino que interpretan según sus circunstancias y conveniencias personales. « ¡Cuánto
dueles Colombia por tu ignorancia, tu hipocresía y tu doble moral! ¡Oh hermoso país del
Sagrado Corazón de Jesús: tú puedes diezmar a toda una población con tu sola maledicencia
y es preferible temerle a tu lengua que a tus balas!», decía Joaquín el día en que decidió
suicidarse.
Y es cierto que puede morirse más por la lengua que por las balas en esta hermosa
pero extraña nación. Los chismes tienen más poder del que se cree y Juaco tuvo que vivirlo
en carne propia con las palabras que un día pronunció Maryori Julieth García Correa y que le
provocó un devenir tan complejo como el que ahora tiene. Pero ya nada podía hacerse: ella
estaba muerta y la gente le encendió altares y creyó en su palabra como si se tratara de una
antigua sacerdotisa enviada por Dios a curar el corazón de los israelitas que, sumidos en la
modelo a seguir. Y Joaquín moriría por su mano, pues no pudo soportar más la maldición
pronunciada por aquella mujer que se convirtió en la causa de todas sus desgracias.
308 | P á g i n a
Hermoso país es este: se desprecian los filósofos y se adoran las personas que maldicen
en nombre de un Dios amoroso y misericordioso. Pero todas estas cosas hacen parte de un
pasado complejo que no podrá modificarse ni será tenido en cuenta por el resto de la
humanidad por el simple hecho de que todo se ha desarrollado de una manera secreta y pocos
se atreven a enunciar la historia del último de los hombres malditos del pueblo X. La decisión
estaba tomada y no había marcha atrás. Moriría sin remedio y su cuerpo se pudriría en el lugar
mismo en el que se quitaría la vida, pues la única persona que pudiera reclamar su cuerpo no
llegaría a tiempo como para detener el acto o para darle la sepultura que tanto hubiera querido
aquél hombre solitario. El mismo día de su cumpleaños, en el cuál se celebra el día clásico de
San Juan Bautista en la Iglesia, dejará de existir. Su madre le dijo alguna vez la hora en la cual
nació: a las 11:30 de la mañana y a esa hora pretende dejar de lado el sufrimiento provocado
por tantas decepciones que le dejaron los daños que acumuló su corazón durante toda su vida
e irse a ver si la injusticia del Dios al que le quiso entregar la vida le condenaba a una eternidad
en el infierno o el purgatorio, o le librará de ese fuego eterno para hacerle ascender hacia el
309 | P á g i n a
6.2. Un hombre misterioso.
llega por el enfrentamiento continuo entre el sí mismo y los ríos caudalosos de una existencia
que solo trae negatividad y desdicha interior, muchos tienen una epifanía en la cual anhelan
la vida. Todos se aferran a esta como parte fundamental de sus deseos, sueños y por pretender
conservar esa partícula divina que los vincula con el Ser-Absoluto que, dentro de las religiones
teístas llaman Dios [pero que no se limita a ningún atributo humano] sienten que están
actuando mal. Pero solo es un sentimiento que, por muy cruel que parezca, no les hará cambiar
de parecer en el momento final: pues ya han decidido abandonar este mundo y poco o nada
puede hacerse para que el verdadero suicida detracte su decisión. Este da luces de lo que hará,
pero busca, en secreto, los medios para que nadie lo detenga en ese accionar final que
terminará con una negatividad que se ha convertido en algo insoportable. El punto máximo
de carga para un hombre, desde lo más profundo de su existencia, le exige que tome la única
decisión que puede liberarle de manera inmediata de la negatividad del mundo y de las
miserias de la existencia, y que, al mismo tiempo, le arroje hacia una realidad no-demostrada
o no-narrada de una manera vivida hasta ahora. El suicida ama la vida pero no las condiciones
Muchos hablamos del infierno, el purgatorio y el cielo [paraíso], como tres reinos a
los cuales podría llegar el hombre al término de su existencia. ¿Pero es acaso una realidad
comprobada que estos tres reinos se encuentren en algún lugar no conocido por nosotros?
Pues para hablar de ello tendremos que partir de una pregunta en especial: ¿Existe el alma?
310 | P á g i n a
Si la respuesta es no, de inmediato estamos negando la existencia de aquellos reinos de
permanencia de esta en cuanto no esté habitando algún cuerpo. Pero, por el contrario, si
nuestra respuesta a este último interrogante es sí, tendríamos que preguntar cuál es la
residencia del alma en cuanto no habite un cuerpo y si todos los hombres estamos mereciendo
estar en posesión de una de ellas. Y el sitio en el que ellas vivan depende tan solo de nuestras
creencias religiosas y de las convicciones que cada uno pueda tener acerca de un devenir
incierto y oscuro para cada uno de nosotros es inútil todo deseo de registrar, por fuera de la
religión, cualquier descripción de aquellos reinos. Sin embargo, no es del todo cierto que la
residencia del alma, más allá de un perecer material, dependa tan solo de las creencias de cada
cual: hay un estado general de cosas que va a influir en algo sobre este asunto cuando nuestro
cuerpo deje de existir. Todas y cada una de las acciones, pensamientos, palabras, obras y
demás cuestiones que engloban la vida humana podrán tener influencia acerca del asunto. Por
lo cual, la religión no es la única que puede registrar el devenir del alma. Toda ciencia que se
ocupe de lo venidero para el hombre ha de poder instaurar su teoría sobre lo que acaece por
Habrá quienes digan infinidad de cosas acerca de la existencia o no del alma y lo que
sucederá con ella luego de haber perdido su morada en el cuerpo de un individuo particular.
los mayores problemas para la consciencia del hombre. Si sucede lo primero, todas las teorías
religiosas que hablen acerca de ello se reivindican, si sucede lo segundo, toda religiosidad está
en desuso y se arruinaría con facilidad. Esto se debe a que, en términos concretos, a que la
mayoría de las religiones hablan acerca de un mundo más allá de lo material, un mundo en el
cual todo es espiritual y el alma tiene una residencia permanente. Sin embargo, si se demuestra
la inexistencia del alma, ¿podrá ser posible el hecho de que exista algo más allá de lo terrenal?
311 | P á g i n a
Muchas veces le otorgamos una existencia fáctica porque una demostración como estas sería
Para una persona como Joaquín, la existencia del alma era una de esas cosas que no se
discutían, aunque muchas veces se había preguntado por ella. No lo mencionaba en voz alta
porque sus estudios le habían mostrado que ella existía y lo podría abordar desde diversos
autores, la mayoría de los cuales, están inscritos en la corriente filosófica que sigue los
postulados de Platón. Parte del catolicismo actual que habla acerca del alma o del espíritu es
deudora de algunos de los más importantes postulados de aquél filósofo griego. Pues bien, mi
algo así, pues una empresa tal le llevaría tanto tiempo que ni con una vida dedicada al estudio
De este modo, era válida la siguiente pregunta acerca del paradero de su alma
asesinato, sería una completa decepción. « ¿Acaso no es justo con lo que ya he vivido hasta
ahora?». Pues bien, si nos apegamos en estricto sentido al hecho que quiso hacer, su acción
era un asesinato y una cobardía, pues escapar de la vida, siempre es una alternativa para todo
hombre. Pero también habría que defender algo en el caso particular de mi maestro: adoraba
la vida, pero no le agradaba el cómo se le presentaba esta ante sus manos, y estas dos cosas
son muy distintas entre sí. ¿Acaso en un tribunal divino no verían toda su existencia y la
cadena de situaciones que le llevó a esta determinación y juzgaría conveniente darle una
312 | P á g i n a
confortable o que su pensamiento no lo llevara a tantas cuestiones negativas que, en buena
Las respuestas a los interrogantes sobre el alma, como tantos otros que se formuló a
lo largo de la vida, no se respondieron ni hubo un esbozo de ellas. Tan solo la indicación por
aquello que era importante y de allí, saltando a otras preguntas, construía nuevas heridas en
su interior. Quizá nunca estaría dispuesto a retomar estas cuestiones por el hecho de que temía
que el suicidio fuese la puerta de inicio de un nuevo período de sufrimiento y tormento interior
Pues he ahí que, en las divagaciones que hacía acerca del mejor modo para quitarse
la vida y que no sufriera aún más por ello, llegó el día de su cumpleaños. Este día se levantó
más animado que en los últimos tiempos. En parte de la mañana no pensó en los dolores que
albergaba en su interior pues sabía que había llegado el momento para liberarse de estos
tormentos e hizo aquello que siempre consideró impertinente: no se bañó, y se paseó desnudo
por buena parte de su territorio. Si iba a morir, ¿por qué continuar con los pesares y las
ataduras pasadas? Además, todas sus posesiones quedarían atadas al mundo sensible y, según
lo que conocía, no podría llevarse nada de lo que era suyo, entonces, ¿para qué preocuparse
si estaba desnudo o vestido? Pues bien, en esa mañana, incluso, se levantó más tarde lo que
producía dolor. Y, por primera vez en mucho tiempo, de su rostro surgió una sonrisa.
Todo estaba arreglado. Justo en la entrada de su casa levantó un altar con algunos
objetos que, por medios misteriosos llegaron a sus manos como si con antelación todos
supieran qué iba a hacer y cómo lo haría. Allí, desnudo, escribió una nota que decía: «No es
313 | P á g i n a
dolor ni tristeza lo que siento en esta nueva etapa, sino una alegría que me desborda. Moriré
y seguiré siendo el hombre anónimo que siempre he sido Sin embargo, ya no habrá más
miseria en mi interior. Que la soledad y la maldad del mundo sean curadas gracias a mi
sacrificio. Es lo último que haré y estoy persuadido que valdrá más la pena morir ahora que
esperar algo que, en efecto, no va a llegar. Ya no seré más el hombre maldito, aunque me
Ya no habría más por hacer en aquél momento. La decisión estaba tomada y no había
cómo cambiar este destino aceptado por voluntad propia. Además, parece que el destino de
cada hombre ha sido escrito antes de su nacimiento. Las circunstancias del mundo que le
acaecen a cada cual, en ciertas ocasiones, parecen no tener ningún carácter trascendente dentro
de la existencia de cada individuo particular. Pero puede ser que una posible teoría de la
predestinación no esté del todo verificada por la razón del hombre, pues ella quisiera decir
que todas las determinaciones que cada uno tomó ya estaban establecidas para él sin importar
las circunstancias en las cuales se encuentre. ¿Cómo puede ser posible que, por el simple
hecho de haber recibido una maldición varios años antes de su nacimiento, un hombre pueda
convertirse en miserable sin merecerlo? Joaquín hizo en su juventud ciertas acciones que
humildad que solo él poseía. ¿Y ahora? Su destino parece haber marcado ese fatal final: el
suicidio. Y no hay cómo, desde la distancia que nos separa, haber podido hacer algo para que
se salvara.
Pero aún hubo algo de tormentoso dentro de esta historia que irradió algo de misterio
y que permitió que el hombre pudiera vivir -¿en verdad vivió?-, una vez más otro amanecer.
314 | P á g i n a
Justo en el momento en el cual se puso la soga en el cuello e iba a dejarse caer para que la
presión de su peso le estrangulara y le quitase la vida, vio aparecer en frente suyo una figura
que, en algún momento no pudo distinguir de un sueño extraño. No supo por qué le llamó la
atención, quizá fue la luz que irradiaba o la blancura de una mancha que se posó en frente
suyo. Se quedó pasmado por un breve instante y no vio que los segundos corrían a prisa y que
la hora para su muerte ya estaba encima. Iban siendo las 11:30, hora que su madre le dijo que
se había producido su nacimiento y él, como sumido en una incertidumbre tenía los ojos fijos
sobre ese reflejo. Poco a poco fue viendo mejor lo que se aparecía ante sus ojos y por un
momento vio cómo esto se convertía en la figura de un niño que crecía muy rápido. Le
sorprendió cómo de una luz que vio, se formó una figura humana y cómo esta recorrió las
Mientras veía que esto sucedía la hora que tenía destinada para su muerte pasó y,
aterrado por lo que estaba sucediendo ante sus ojos, dejó por un breve instante la idea de
suicidarse hasta que no supiera con exactitud lo que en su presencia ocurría. Expectante a lo
que acontecía, su espíritu se emocionaba. «Por fin, luego de una vida llena de penumbras llega
algo en verdad luminoso y aventurero para mí. Esto era lo que quería ver desde hace mucho
y, por lo menos, lo pude ver un poco antes de la decisión trascendental. Si Diana estuviera
aquí, a mi lado y mi hijo Agustín viera algo portentoso, la felicidad sería plena, pero esto es
lo mejor que me ha pasado después de ellos dos», llegó a escribir en el acto, pues, una cuestión
tan sorprendente no la podía dejar pasar por alto. El encuentro era indescriptible, pues solo se
puede decir por analogías lo que acaeció en ese momento. Para él fue más fácil decir lo de la
persona que creció y exploró todas las edades de la vida en unos pocos minutos, pues, describir
un suceso tan fuera de lo común es, en buen sentido, imposible para el lenguaje humano.
315 | P á g i n a
A pesar de lo fuera de lo común que significaba este hecho y que una aparición venido
de otro mundo, o, por lo menos eso pensó en un primer momento, no tuvo ningún miedo.
Antes bien, le excitaba y su corazón, por un breve instante, se sintió pleno de nuevo, como en
aquella época en la cual sentía que el mundo estaba a sus pies y que podría llegar a convertirse
en un ermitaño, un anacoreta y fundar una orden religiosa con muchas personas en el pueblo
X. Llegó un punto en el cual el hombre misterioso que tuvo enfrente de él dejó de crecer y se
convirtió en un anciano. Sus barbas y cabello blancos, al lado de ese atuendo que reflejaba
una pureza profunda, hubiera podido ser la envidia de cualquier monje de clausura. Parecía
tener una dignidad elevada acompañada de una humildad profunda. Allí, en ese momento al
ver a aquél hombre algo le hizo identificarse con él y se preguntó si hubiera podido entrar en
una orden religiosa, ¿podría haber llegado a parecerse a ese individuo? La apariencia era
llamativa y algo hizo que amara a ese extraño sin saber si quiera si era de este mundo. Pero
era eso, tan solo eso: aquél hombre representó para él en ese instante, todo lo que quiso
¿O tal vez sería este el enviado para acompañarle en el trayecto final para el ascenso
a lo universal? ¿Sería acaso la muerte que llegaba convertida en su sueño más profundo para
el instante mismo de su muerte? O, quizá solo sería el éxtasis por abandonar este mundo que
le provocaba visiones antes de partir y las escribía como si fuese real para morir luego. ¿Acaso
el suicida no entra en un letargo justo antes de perderse en su decisión? ¿No piensa en toda su
vida, en los deseos más profundos de su alma en el momento de abandonarlo todo en pos del
316 | P á g i n a
descanso perpetuo? Todo era posible en este instante, pero nada puede llevarnos a una
demostración racional de cuál de todas las hipótesis era la que más se acercaba a la realidad
de este hombre llamado Joaquín Alberto Escudero Gonzales, pues no hubo más testigos que
su consciencia y esta, deteriorada por los daños y los años que cargaba a cuestas, comenzaba
a no ser confiable. ¿Qué sería entonces lo que vio? ¿Qué se dijeron? ¿Qué hicieron luego de
haberse contemplado el uno al otro? ¡Qué desolación puede encontrar un hombre al no ser
capaz de resolver su existencia, y, al resolverla, ser detenido por algo místico, portentoso, o
por una simple ilusión de su mente que le jugaba malas pasadas! Nadie asistió a este encuentro
y debemos confiar tan solo en los elementos que se manifestaron allí y cada cual dirá muy a
su modo cuáles fueron las razones para esta escena tan extraña y todas las que siguen.
Aquél hombre conocía a Joaquín y le llamó por su nombre. Le invitó a dar un paseo
por los territorios de aquella tierra y le habló acerca del devenir del hombre y del corazón de
quien se ha atrapado en la soledad de los días. Quizá solo el que haya sentido los dilemas del
lobo estepario, podrá comprender del todo lo que dijeron estos sujetos mientras caminaban.
¿Pero en verdad lo hicieron o todo fue un mero sueño de este maestro que, dejado por lo
irracional de su vida, cayó al abismo de la locura e imaginó un mundo que, para él era el real
pero que en verdad no lo era? ¿Vivió acaso lo suficiente como para reconocer qué soñaba y
qué vivía en la realidad? Hablaron sin pronunciar palabra. Cuando dos que comparten las
mismas ideas y sufrimientos interiores se toman el tiempo para andar por la naturaleza sin
afán ni cálculo de tiempo, no necesitan la mediación de las palabras para comprender el ser
del otro. Y así estuvieron ellos dos, en ese lugar que se convirtió en el sitio de la intelectualidad
317 | P á g i n a
No se supo de dónde llegó aquél individuo ni si podía ser tan solo una ilusión de
Joaquín por su mente deteriorada. Tampoco se sabe por cuánto tiempo se estableció en aquella
tierra, pues, parece que al momento de su aparición el tiempo dejó de correr o ambos
estuvieron por fuera de las leyes que unen el espacio y el tiempo para situar al individuo en el
lugar en donde solo el sujeto cognoscente [aquél que todo lo conoce pero que de nada es
conocido] puede habitar. Y en verdad, debería alguien preguntarse cuáles son las reglas que
rigen el tiempo, pues, muchos al escuchar este concepto solo piensan en la medición que
hacen los hombres del mismo y se limitan a esto como si se pudiera definir algo por medio de
una medida o de una manifestación suya. Liberados, entonces, del tiempo, estos dos hombres
conocieron muchas cosas del otro. Para Juaco solo era necesario decir la primera palabra para
¿Consciencia de un sujeto conocedor de toda la naturaleza? Sea lo que sea, mi maestro nunca
se sorprendió ni tuvo temor, ni se preocupó en un primer momento por lo que pudiera pasarle
al lado de aquél individuo, pues tan solo podría afirmarse que se liberó de cuanto le ataba a
El mundo continuó dando vueltas al rededor del sol excepto el pedazo de tierra en
donde se supone que estaban estos sujetos. O, por lo menos, parecía que el cambio y el tiempo
no volvieron a afectar ese lugar. Los objetos allí comenzaron a relucir de tal modo que podían
lastimar los ojos de quien los miraba con cierto detenimiento. El suicidio se detuvo. ¿O acaso
se perpetuó este y el alma del maestro quedó atada a su tierra para darle perfección y esperar
el conocimiento de su historia para que la posteridad comprendiera quién había sido y cuáles
318 | P á g i n a
Sea como sea, lo cierto es que los relojes de aquella casa se detuvieron a las 11:30 y
nadie desmontó el altar que Joaquín levantó y en el cual dejó por escrito parte de su vida y el
desarrollo del encuentro con el sujeto misterioso. Este no le sacó de los confines de su tierra,
pero le hizo pensar que estaban andando sobre los confines del mundo. Y le narró una historia
acerca de su vida que ni con todos los libros que han aparecido en la historia de la humanidad
podrían recopilar aquella sublimidad con la que conmovió el corazón de mi maestro y que le
hizo pensar en la cadena de causas y consecuencias que le había llevado a ser lo que era de
un modo distinto. Todo allí pareció bañado con tal perfección que nadie que pasara por allí
podría dejar de mirar las hojas de los árboles sin sorprenderse por su perfección. Incluso, a
pleno medio día, esta tierra llamaba la atención por la cantidad de luz que surgía de ella.
¿Qué hablaron? ¿Qué fue lo que les llevó a detenerse por fuera del tiempo y entrar en
un mundo en el cual solo existe perfección? ¿Cómo se logró que esta tierra brillara y
sobresaliera de entre todas las que en aquella región existían? ¿Se pudo establecer la vida o la
muerte para Joaquín? ¡Oh Dios, tú que has llenado el mundo con los más profundos enigmas
permite que el entendimiento humano pueda comprender lo que sigue, pues toda respuesta
parece más un error que una verdad acerca del devenir de tu siervo! He aquí, en lo sucesivo,
lo que han vivido aquellos hombres que, al alejarse de todo lo temporal y ser liberados del
principio de individuación pudieron habitar hasta mil eternidades sin que el peso del tiempo
319 | P á g i n a
6.3. El renacimiento interior. La religión es más que dinero.
materiales ni nada más que el conocimiento que podría derivarse de aquél hombre revestido
con un aura especial, se hizo una pregunta por su pasado. Pero no fue acerca de la posesión o
por qué llegó a aquél lugar ni si vivía o había muerto y habitaba en un lugar en donde siempre
quiso estar, sino en el paradero de todos sus amigos de infancia. Quienes le acompañaron en
el proceso formativo en la escuela para varones Pio XII habían desaparecido un día para nunca
más volver a estar a su lado. Por muchos años había olvidado a aquellas personas que hicieron
parte fundamental para él y que le brindaron un auxilio en un mundo lejano al hogar y que
luego le ayudó a formar su carácter. ¿En dónde estaban ellos? ¿Qué había sido de sus vidas y
por qué no habían vuelto a su memoria hasta ese instante en específico? Lo curioso fue ver el
rostro de los niños que en su momento fueron sus amigos en el rostro de aquél hombre que se
manifestó como aparecido de la nada. Allí vio a Gabriel Ángel, a Federico, a Johan, a Daniel
Calle, a Daniel Mesa, a Héctor, a Edwin, a Andrés Felipe, a Víctor. Todos ellos estaban
presentes en su consciencia como en aquellos días en los cuales jugaban en la escuela y que,
por desgracia, se separaron para realizar sus vidas alejados los unos de los otros. O, por lo
menos, eso pensó Joaquín en ese momento porque fue él quien nunca más los volvió a ver y
hoy sentía una impresionante nostalgia frente a lo que pudo construir con ellos pero que, por
Lo más conmovedor fue cuando vio en la figura de ese hombre una transformación
hacia una persona que creyó perdida en algún punto de un pasado suyo muy remoto y que
320 | P á g i n a
pensaba que nunca pudo haber recordado y menos en el punto final de su existencia [¿o en su
renacimiento a una vida única deviniendo uno solo con el Ser-Absoluto?]. Esa persona había
sido uno de sus mejores amigos en su época en la escuela de varones. Por desgracia, entre
todos sus amigos, este era el único de cuyo nombre no recordaba pero cuyo rostro permaneció
guardado en su memoria como un tatuaje, como una marca que jamás será borrada, pues un
hombre, cuando ama de verdad, no puede olvidar lo amado. Y sí, ese niño representó su primer
escuela, le hubiera entregado su vida a esa persona sin pensarlo dos veces. ¿Cómo poder decir
de las etapas de la vida que recuerda a alguien que durante muchos años amó y buscó con
desesperación? Pues tan solo recuerda su rostro y lo que sintió por él hace tantos años. Algunas
escenas, imágenes que en ese instante le invadieron y le hicieron recordar a su primer amor,
un compañero suyo de escuela que tuvo que alejarse de él por esas circunstancias de la vida
que no pueden comprenderse pero que sí se lamentan por toda una eternidad.
ese chico tanto, pero desde el primer momento en el cual lo vio, su espíritu cayó ante él como
la única persona a quien quisiera darle su amor. Pero así como llegó se fue de su vida. Sin
saber cómo ni cuándo, dejó de verle y la tristeza le invadió por siempre. Sin recordar su
nombre pensaba en ese amor inexplicable. Y, luego de tantos años vio cómo una lágrima
recorrió su mejilla porque quiso salir al encuentro con sus viejas amistades, aquellas que le
amaron de una manera incondicionada y quiso saber de nuevo el nombre de este chico
desconocido pero real en algún punto de su infancia. ¡Ay Dios, si vieras cómo puede el
hombre ser invadido por la nostalgia de algo que pudo haber sido pero que nunca fue, tal vez
321 | P á g i n a
unirías más corazones en el amor y las bienaventuranzas y no permitirías el alejamiento de
Y más allá de eso, le pareció que, mientras ese individuo hablaba sin mover sus labios,
la vida pasada se le acercaba a su mente y le mostraba todos los personajes que de alguna
manera habían impregnado algo en su existencia y tuvo que reconocer que a muchos de ellos
los había echado al olvido sin saber por qué. Y ahora comprendía por qué su espíritu estaba
encerrado en las mismas miserias de siempre: por seguir unos sueños burgueses tuvo que
sacrificar a personas significativas para él y en el punto máximo, cuando creyó que podía
lograr algo, ese sueño fracasó y todo se fue al olvido. Pero fue muy tarde y no pudo retomar
las amistades que un día suspendió porque todos habían tomado rumbos diferentes y se quedó
en un limbo sin saber cómo continuar. Aunque reconoció que hace parte de la vida el renunciar
a ciertas cosas para intentar ganar una existencia diferente. Siempre, en todo momento,
estamos tomando decisiones y para elegir una de entre varias posibles, habrá un montón de
caminos, de circunstancias que tengamos que dejar atrás para seguir adelante. Y el riesgo que
él debió asumir fue ese: suspender un poco algunas relaciones para seguir adelante con sus
sueños. ¿Pero acaso debe sentirse abrumado por ello? No, pues esto es algo que todos los
hombres hacen sin excepción alguna. Pero hay momentos en los cuales se pregunta qué
hubiera sido de la vida si hubiera elegido la opción contraria. Y esto lo hacía Joaquín a cada
instante pues su alma débil nunca tomaba un camino sin arrepentirse por no haber elegido el
otro.
Y entre tantas cosas que revivió en ese momento, volvió a su cabeza su relación con
Diana, el nacimiento y la muerte de Agustín y su relación con la iglesia. Estos fueron largos
322 | P á g i n a
pensamientos y comprendió lo que nunca hubiera podido por otros medios retomar aquellas
cuestiones que un día vivió pero que hoy evaluaba con una madurez diferente. «El pasado
jamás puede cambiarse», expresó a aquél hombre misterioso mientras volvía a un rostro lejano
Y en verdad, ¿cómo puede ser posible el cambiar algo ya acontecido? La muerte estaba
allí, se llevó lo que más quería y nada podía hacer ahora más que recordar los momentos
felices que tuvo al lado de estas personas y traer siempre a su memoria aquellos recuerdos de
los proyectos que nunca pudieron gestarse gracias al papel fundamental de la pérdida de un
ser querido. Y no podía ser ahora un monje y mucho menos un anacoreta, pues pensaba que
ya estaba tan viejo que no tenía más fuerzas para dedicarse a esta actividad en lo que le restara
de vida, si no es que la ha perdido ahora y no se ha hecho consciente de ello. ¿Y qué más da?
Ya su vida la ha desperdiciado en la espera de algo que nunca tuvo por cierto del todo, pues
la duda y lo diferente siempre le atacó para que no asentara las bases de algo que se encontraba
todas sus creencias. Pero los monjes suelen prepararse desde edades tempranas en los oficios
austeridad. Joaquín tuvo que vivirlo de una manera radical, pues de un momento a otro se
quedó solo en el mundo y, a pesar de que eso era lo que quería mucho antes de enamorarse de
su mejor amiga y crear un nuevo ser con ella, nunca fue lo mismo, pues se acostumbró a amar
Pero lo que no ha debido hacer es ignorar lo que ha hecho con su vida, no de un modo
oficial o consagrado por un obispo diocesano, sino por su propia cuenta y gracias a lo que
323 | P á g i n a
siempre sintió: una aversión profunda hacia todo lo humano que le provocaba grandes
decepciones pero que, al mismo tiempo, no le impedía estar al servicio de los otros. Su interior
estaba un poco lleno de amor y odio a los demás. En muchas ocasiones hablaba mal de los
otros, sin embargo, ello no era excusa para prestar algún tipo de servicio a los demás en los
Pero así era él y nunca pudo cambiar este asunto. Pero, a aparte de ello, nunca le sirvió a ningún
amo y la mayor parte de su vida sembró lo que comía, actividades estas que realizan todos los
anacoretas en el mundo: no le sirven a los gobernantes de turno sino que, apoderados de una
extraña sensación de perseguir la verdad que ha sido revelada a sus corazones y mentes, se
dedican a explorar desde diversos modos la manera más apropiada para legar al hombre eso
poco que han comprendido para que este pueda utilizar este conocimiento en pos de su
beneficio. ¿Acaso no es lo que ha hecho toda su vida pensando tener en su interior lo que nadie
ha podido expresar de una manera elocuente y cree tener la obligación de sustentar para la
salvación de la humanidad de un abismo hacia el cual se dirige sin remedio? ¿Quién le ha dado
la autoridad para hacer un sacrificio como este para que quienes lo han perseguido encuentren
un elemento para liberarse de cuanto los hace errar? Pues el deseo irracional venido desde
alguna parte de su interior es el que le ha motivado a continuar hasta este punto con su ejemplo
y sus cavilaciones interiores hasta mostrar que alguien puede ser consecuente entre lo que dice
y hace.
Toda su vida ha sido un anacoreta y tan solo lo ha comprendido hasta ahora. Desde el
momento en el cual creyó ser llamado por un Dios sin nombre, a cuyo título los hombres
324 | P á g i n a
habían montado un negocio rentable, hasta el momento en el cual el tiempo se detuvo o salió
de toda temporalidad para dialogar con un sujeto misterioso, ha permanecido leal a los
intereses que tuvo desde joven cuando dijo que para seguir a Dios no necesitaba dinero. Y de
hecho no lo ha necesitado, pues solo lo tuvo en cuenta para el momento de haber partido hacia
tierras extranjeras y volver a su país de origen con la sola pretensión de haber descubierto que
el corazón del hombre es el mismo en todas las culturas y en todas las épocas. Jamás ha dejado
esto es la peor actitud que un filósofo o un monje pueden hacer. El filósofo y el teólogo, por
encima de cualquier otro estudioso, siempre están obligados a servir a la Verdad, solo a la
¿Y ahora? En verdes praderas camina acompañado por un extraño que le habla sin
mover los labios y que le muestra, sin necesidad de viajar por el tiempo, pues se encuentran
ya liberados de él, los antecedentes de su vida y cómo malinterpretó ciertas cosas que le
llevaron a agonías voluntarias. Tan solo ahora puede saber que no ha sabido interpretar el
designio que su Dios le tenía porque, en última instancia, lo ha recorrido tal como lo ha
pensado desde siempre, con la única diferencia de que no tuvo que pagarle a ningún hombre
para realizar una misión que ha sido entregada por Dios mismo. Bella contraposición: tan solo
hasta el final de la vida, cuando ya cree que la ha perdido, puede comprender que el único
sueño por el cuál más se lamentaba, era el que mejor había cumplido, solo que de una manera
inconsciente. Y fue real su profecía, si es que acaso puede llamarse así a un capricho de joven
que ha ratificado por suerte o por algún motivo desconocido para él: para seguir los caminos
325 | P á g i n a
¿Y qué más? ¿Cuál ha sido la verdad revelada hasta ahora para Joaquín? Su vida ha
distado mucho del camino emprendido por Suka y no puede llegar a compararse con su
nacimiento portentoso, pero ahora, liberado de todo lo material, ha sabido comprender las
filósofo que la mayor parte de su vida la ha dedicado a las cuestiones de teología y la vida del
campo. Pero ambos compartieron un recorrido, una vida juntos en la cual uno de los dos
siempre quiso ser como el otro y lograr lo que aquél logró pero lejos de las relaciones con el
hinduismo para introducir en un occidente desmembrado por las relaciones con el capital y la
unión con el Ser-Absoluto que, dentro de las religiones teístas tiene un gran sentido en la
salvación.
Tan solo las personas que alcancen un estado de redención permanente pueden afirmar
que han encontrado una partícula en su interior que les vincula con la naturaleza y han
explorado tanto esta que al final de todo se han convertido en personas universales y sus
nombres gravados en la naturaleza quedarán. Estudiar hasta el hastío, tener esposa, serle fiel
y obediente, tener hijo y nieto para luego abandonarse al mundo como un caminante y
entregarse a la mortificación del mundo hasta encontrar un lugar fijo en el cual se pueda
asentar para esperar la decisión final, el momento inesperado que le traerá el trofeo más
mismo de un Dios eclesiástico. Esta era la misión de Suka. ¿Acaso no ha sido parte de lo que
ha hecho Joaquín con su existencia? Pues tan solo ha contado con la desgracia de haber visto
morir a su esposa y a su hijo y ha malinterpretado todo a su alrededor sin darse cuenta que
326 | P á g i n a
estaba cumpliendo el designio que él mismo intentó discernir en la primera de las etapas de
su vida.
Y una de las cuestiones que nunca pudo comprender del todo bien es que cuando se
está inmerso en una religión organizada cada miembro debe sacrificar algo de lo suyo en pos
de la existencia futura de todos. Por desgracia, en la institución de toda religión hay ciertos
elementos que deben tenerse en cuenta para la supervivencia dentro de una orden religiosa o
un seminario diocesano. La primera es que, por desgracia, a muchos de los que están allí
inmersos les cobran la educación y el estudio como si fuesen personas civiles y no pueden
sembrar aquellas cosas que luego comerán por el simple hecho de que eso aumentaría la
cantidad de impuestos a pagar y pronto tendrían que cerrar para entregar todo a un gobierno
que se preocupa más por los impuestos y obtener los mayores recursos que puedan que por
garantizar una educación de calidad y una salud digna para toda la sociedad. El dinero que le
supervivencia, en definitiva, todo sería un beneficio suyo para luego entregar, por completo,
Por desgracia esta sociedad está tan corrompida que solo en lo religioso ven un
ninguna parte le solicitan al estudiante cerca de 2000 euros para su matrícula de cada semestre,
se dice que es una excelente institución. Pero si un seminario o una orden le pide 100 euros
semestrales para la comida y el estudio de esta persona, se pone el grito en el cielo y se maldice
lo que el hombre está haciendo para el enriquecimiento de unos pocos. Y esto sucede en el
327 | P á g i n a
mismo país que predica el amor al prójimo pero marcha para la matanza de todos los
homosexuales del mundo por una mala interpretación de los textos que tienen a la mano.
Joaquín pudo comprender este asunto y algunos otros que, en muy buena medida, le
mostraron muchos de los errores que estuvo cometiendo a lo largo de su vida. ¿Por qué el
hombre es capaz de proferir sentencias sapienciales tan solo cuando su espíritu se encuentra
al borde del abismo de la muerte o cuando ya nadie puede escuchar o comprender sus teorías
para introducirle en los libros de la sabiduría popular? Es curioso ver cómo, luego de haber
pasado una vida entera pensando en que se están cometiendo los peores errores de la existencia
y que por ello se convierte el ser humano en el más miserable de los seres, el hombre puede
llegar a reconocer que ha debido vivir de esa manera y que no había otra posible para su caso.
ha logrado hasta el punto de no haber conservado para sí más que el recuerdo de una agonía
cual nunca ha salido. Pero ese es el corazón del hombre: siempre se está enredando con las
que solo son aparentes, pues de lo contrario tan solo podrá dejar a su corazón en un estado de
miseria perpetua. Joaquín ha sido el monje que toda su vida ha querido ser y ha vivido, muy
a su modo, la misma historia de Suka, con la única diferencia de que ahora no es capaz de
distinguir entre la vida y la muerte de su ser. ¿Está vivo o muerto?, y, frente a cualquiera de
los dos estados ¿en dónde se encuentra? Pues reconoce las tierras que un día dijo que eran
328 | P á g i n a
suyas, pero que, en verdad, que ahora no son del todo suyas, pues en el estado en el cual está,
o estará, no hará más uso de ellas, entonces algún otro entrará en su posesión.
Estas tierras tienen tal tinte de perfección que para Joaquín es imposible reconocer
que sean las que un día poseyó o se hayan convertido en las de un estado superior al hombre
al cual fue conducido gracias a la acción de este individuo o espíritu que ha aparecido en el
momento exacto que destinó para la pérdida de su vida. Lo importante es que el estado de
lastima en el cual había caído desapareció de un momento a otro y ahora siente que la plenitud
se ha apoderado de su existencia. Ya no importa que esté en un país como el que habitó, o que
se encuentre en cualquier otro, pues ya ha establecido que el corazón del hombre es igual en
todas las sociedades y que por más que lo desee, no podrá cambiar nada en absoluto, salvo su
Toda su vida estuvo atormentado por el sueño aquél que nunca pudo cumplir pero que
realizó cada segundo de una manera inconsciente. Vivió solo, jamás le vendió sus ideas a
ningún señor y todo lo que le rodeaba se convirtió tan solo en un medio para satisfacer las
necesidades de su vida y no un fin en sí mismo. Desde épocas muy tempranas supo que nada
de su alrededor le pertenecía solo a él y que en verdad, solo eran una mera manifestación de
lo cual podía hacer uso pero que, tras su muerte, alguien más llegaría a usar. Se enfrentó a lo
austero y nunca tuvo necesidad de cometer actos impuros. Lo único que le alejaba de la
realización de su sueño era el hecho de que pensaba que para ser monje, ermitaño o anacoreta,
el hombre necesita de un certificado que lo califique como tal. Vaya error en el cual ha caído
este hombre. Alguien puede tener miles de papeles en donde intente hacer una definición de
sí mismo, pero los hombres no se definen por los papeles o documentos que tengan sino por
las acciones que cometan en su día a día. El mundo de hoy parece tener muchos doctores pero
329 | P á g i n a
pocos seres humanos: muchos títulos académicos pero poca fidelidad y felicidad. Nos dejamos
convencer por lo que diga un título y no por las acciones que hacen que una persona practique
la justicia o la injusticia.
¿El hombre, en general, puede llegar a certificar el grado de bondad y justicia con el
cual vive uno de sus contemporáneos? Parece que sí. Sin embargo, no es posible calcular la
medida del amor o de entrega con la cual se vive y es tan solo el hombre, el único entre los
animales, que puede tener una escala para medir tal fin. Pero esto solo demuestra su necesidad
natural de tenerlo todo bajo control y de imaginar cuánto más puede amar para criticar que el
corazón de los demás es más imperfecto que el propio. Todo esto se ha convertido tan solo en
una manera en la cual el hombre fortalece su orgullo y nada más. ¿Qué necesidad tiene el
hombre para medir hasta el nivel de santidad de los demás? ¿Bajo qué criterios podemos decir
que una persona es más justa que otra si tan solo se mueven en esferas diferentes? Pero
necesitamos tener una medida para que el cerebro de las personas pueda comprender, de
alguna manera su actuar con respecto a los números. Pero cuando nos enfrentamos con la
esencia interna del mundo, la cual no cabe dentro de las categorías de la materia, nos aterramos
porque esta esencia que se presenta en todas las cosas y a todas afecta, no puede medirse.
Y allí se quedó perplejo Joaquín cuando comprendió que, en verdad, no puede haber
una forma de certificar que el hombre es o no un anacoreta. Tan solo es una cuestión de
decisión y de voluntad. Así pues, su más grande sueño lo cumplió sin haberlo pensado, ni sido
consciente del asunto. Y, en ese momento pensó que todo lo vivido había valido la pena: ya
no importaban los sufrimientos ni los padecimientos interiores que haya podido tener: cumplió
todo e hizo todo lo que quería, y nadie podía reprocharle ahora que se había vendido, pues
330 | P á g i n a
siempre sirvió tan solo a su consciencia y, a pesar de los errores y la desesperanza a la cual
llegó en la mayoría de sus determinaciones, nunca dejó que esa negatividad se apoderara de
él y avanzó conforme a un deseo que le empujaba desde lo más profundo de su ser interior. Y
no necesitó dinero para cumplir con sus sueños: tan solo era necesidad de sobreponerse ante
la adversidad y de no dejarse hundir por las maldiciones de Maryori Julieth García Correa ni
por las acciones negativas de los fanáticos religiosos que tanto le acosaron en su existencia.
garantizar su comida y su educación, cuestión que él mismo hizo desde un punto civil y no
religioso, hubiera entregado todas sus facultades intelectuales a un solo señor y hoy se
arrepentiría de ello. Pero no fue así y su vida no estuvo truncada por el servicio a otros sino
dentro de su mente.
Tras todo esto, la religión se convirtió para él en algo más que dinero: es una
posibilidad de acción que se puede realizar, incluso, dentro de una vida civil. Un hombre
monasterio, pero sí debe cumplir una estricta regla de vida y continuar con su formación hasta
que el hastío embargue todas sus fuerzas y sea consciente de que no puede aprender más cosas
en la vida material. Existen algunas personas que, en estricto sentido, no pueden realizar esto
por su voluntad sino que necesitan de la coacción de otros para seguir una misma regla. Hay
quienes para estar encerrados en constante soledad, necesitan de la presencia de otra persona
que les impulse a estar solos y no permita que su espíritu decaiga en algún momento del
camino. Sin embargo, otros no necesitan de ello y pueden permanecer solos toda una
331 | P á g i n a
eternidad, aun estando inmersos en el corazón de una sociedad carcomida por la corrupción y
la hipocresía. Juaco se encuentra dentro de este último grupo de personas que puede vivir solo
¿No era fácil de entender que, incluso, en los momentos difíciles las decisiones las
tomara efectuando un discurso que solo comprendería él y que le impulsaría a estar cada día
más apartado de los demás? Su aversión a las personas jamás fue un odio irracional y ciego
hacia lo diferente sino que fue la manifestación de una esencia interior que le pedía a gritos
una soledad radical en la cual pudiera estar tranquilo escribiendo un libro con sus
lamentaciones que, al final de cuentas, quedaría sumido en el olvido porque su autor no quería
revelar el pensamiento que durante toda una vida le llevó a ser lo que era.
No necesitaba de una vida en comunidad para estar solo y vivió solo buena parte de su
vida. A pesar de haber tenido esposa e hijo, nunca abandonó el asunto de estar solo por completo
momento, quisieron ser como él: el más sabio de los hombres pero al mismo tiempo el más
humilde de todos. Se dejó seducir por la soledad y en ella habitó hasta el momento en el cual
un espíritu u hombre extraordinario se presentó ante sí para dejarle ver su vida en retrospectiva.
¿Cómo hemos de saber todo esto? Pues en los diarios que alimentaron sus confesiones
y las lamentaciones que construía todos los días, existe un espacio en el cual se ha escrito todo
esto y más, narrando lo que ha acontecido luego de que el reloj se haya detenido el día de san
Juan Bautista a las 11:30 de la mañana. Y por curioso que sea, pues esto parece más salido de
alguna leyenda extraña e inventada por algún monje de clausura con la mente dañada por
332 | P á g i n a
tantos años inmerso en la soledad, estas palabras que están al final de estos escritos se
encuentran redactadas con letras de oro, como si una persona venida desde otros mundos
hubiera plasmado todo esto de una manera efímera, en un lenguaje hasta ahora desconocido
para el hombre. Lo acontecido más allá de esta fecha, solo puede ser conocido a priori, pues
la vivencia real del hecho se ha vedado para el corazón de los hombres que han permitido que
Y aún hay más, una última aventura intelectual a la que fue sometido Joaquín después
de esta fecha. Una aventura que le permitiría comprender un poco de forma teórica, aquello
que ya había comprendido de una forma práctica. La representación del mundo pertenece solo
al sujeto individual, y solo pocos pueden salir de este asunto para convertirse en los nuevos
genios de la posteridad.
333 | P á g i n a
Capítulo 7: La última aventura intelectual.
momento, es aquella que estriba en la liberación de la miseria y del sufrimiento para entrar en
convencional, llegó el momento para trascender los límites del entendimiento humano e
ingresar en aquello luminoso en dónde el corazón del hombre no había podido ingresar en ese
momento. Pero, al tiempo que su existencia fue pasando en torno de sus ojos, esos ojos de
hombre que algún día se comerían los gusanos, los contornos de la naturaleza del hogar que
le albergó durante los instantes felices y tristes de su existencia también fueron pasando hacia
un lugar indiferente para él, pues tan solo recordó a sus antiguos amigos y vio cómo su vida
se le escapaba de entre las manos. Ya lo material no importaba, pues, al deshacer las relaciones
del principio de individuación, aquello que cabía dentro de los límites de la unión del espacio,
lugar incomprensible para él y las coordenadas para encontrar el sitio no podían ser dadas al
Pero antes de percatarse de ello, antes de mirar que todo se había transfigurado en una
esencia distinta y que el lugar que antes fue su hogar, se había transformado en un espacio -
¿en verdad en un espacio?- indescriptible para su pensamiento, conoció aquello teórico que
no hubiera podido comprender en su vida, pues no estaba preparado para hacerse consciente
de esto. Pero he aquí lo que ha aparecido en aquellas páginas finales escritas con letras de oro.
334 | P á g i n a
La redacción parece salida de algún neófito en la filosofía que intenta señalar aquellas
cuestiones que sus maestros le han enseñado durante cierto tiempo y que no parece trascender
_______________
En la historia del ser humano ha habido diferentes modelos para interpretar la realidad
que a cada uno nos convoca dentro del orden que se le ha intentado dar al cosmos. Bajo cada
diferente de lo que podemos definir como «el mundo». Esto quiere decir que para el hombre
de este tiempo, ese mundo es determinado definición que, es seguro, cambiará con el paso de
una generación a otra. Incluso, bajo el mismo tiempo, en una sociedad determinada pueden
existir dos teorías diferentes del significado y la interpretación de lo que es «el mundo». Pues
aquí se declara que esta definición depende solo del sujeto y que cada cual puede decir, sin
ningún temor a equivocarse: «El mundo es mi representación». Tesis esta que un autor alemán
del siglo XIX ha defendido a capa y espada. Su nombre ha de quedar para la posteridad:
Arthur Schopenhauer.
No hay una verdad que pueda ser más general y efímera que esta: el hombre intenta
dejar por sentado de una vez y para siempre la interpretación completa de la naturaleza, pero
aún no se ha afirmado la existencia de algo, cuando alguien más está diciendo con exactitud
lo contrario a ese postulado. Esto quiere decir que, mientras que un hombre ve el ser, algún
quiere decir tan solo que cada uno de los hombres ha tomado un camino distinto pues sus
335 | P á g i n a
facultades intelectuales les han llevado a diferentes conclusiones a partir de hechos similares
o idénticos. Esto tan solo quiere decir que el hombre interpreta su mundo de acuerdo a sus
capacidades y sus circunstancias. Y mucho más allá de ello, cada cual podrá decir que el
mundo es tan solo lo que él pueda representar de este. Y quien no esté persuadido por sus
verdades [las del filósofo mencionado], ha caído en los brazos de la burguesía o todavía se
encuentra en un sueño profundo de la infancia del hombre y no ha hecho uso de sus facultades
intelectuales.
individuo. El estado de desarrollo en el cual se encuentre esta facultad dará la obertura para
que sea este particular el que se dé cuenta de cuán equivocado está aquél que confía
ciegamente en las verdades universales o eternas. Este último tan solo está viendo el mundo
a través del velo del engaño, del velo de Mãyã del cual nos han hablado tanto los antiguos
hindúes. Tan solo es una ilusión pretender que «lo universal» es algo válido en una época
como la nuestra. De hecho, no lo ha sido nunca, solo que el hombre ha intentado valerse de
algo que pueda asentar de una vez y para siempre para no tener la molestia de plantear de
sentido si no se hace consciente el individuo de que esa idea solo es posible y válida para su
caso. Pues, el mundo solo existe en tanto que el sujeto cognoscente ve un sol. En ese sentido,
el mundo es solo lo que él aprehende o, mejor dicho, el mundo se debe plantear como su
representación. Esta está llena de contenidos y significados, pero no deja de ser él quien intuye
y conoce todas las cosas a través del único ojo que permanece siempre abierto y dispuesto
336 | P á g i n a
para todo proceso de aprendizaje y representación. Así pues, vivimos atados a elementos
múltiples (e incluso nosotros somos parte de eso múltiple que compone el mundo) y
conocemos para un sujeto que se encuentra más allá de toda materialidad y conoce mientras
que de nada puede ser conocido. Para nosotros será tan solo una palabra la más apropiada para
designarle aunque veremos luego que no podemos comprenderle del todo: es el sujeto (el
cognoscente).
El hombre solo puede hacerse consciente de esta verdad (de que su ser es el
representar como para elevar esta verdad tan elemental hasta el grado supremo, es decir, hasta
la consciencia abstracta. Solo hasta ese momento el hombre comprende que todo lo que existe
debe plantearse solo como un objeto para un sujeto. Todo está bajo esta relación y no hay
nada que pueda escaparse a ello. Solo el sujeto conoce y solo el objeto es conocido. Allá
donde hay un proceso de conocimiento está sumida esta relación. No hay nada más. Solo
podemos llegar hasta este grado de verdad: todo lo que tenga existencia, solo existe para el
conocimiento del sujeto. Todo depende de esto y no hay ningún objeto del cual pueda
predicarse una existencia propia, pues los objetos, en cuanto tales, solo se presentan para ser
conocidos por alguien más, y ese alguien es el sujeto. Aquí, para nosotros, existencia y
Siendo así nuestro planteamiento, es incomprensible que hayan verdades que puedan
aplicarse para todos los seres humanos, pues, todo conocimiento depende del cómo se han
manifestado las cosas para un determinado sujeto y no para la especie humana. Para los
hombres individuales no puede existir la Verdad Absoluta puesto que, para alguien es
337 | P á g i n a
imposible conocerlo todo. Pues todos solo somos sujetos de conocimiento, no un sujeto
puedo conocer esa materia de la que fui dotado al nacer en este mundo y con la cual
interaccionan todas las demás cosas sobre mí? Esa materia se denomina «cuerpo» e insistimos
en atribuirle el nombre de «sujeto», pero en realidad es tan solo un objeto más entre los objetos
del mundo visible. Este es un sujeto individual, un sujeto afectado por la materialidad y las
pasiones que la perturban. Para el sujeto individual cabe formular categorías como espacio,
tiempo y causalidad [lo cual en otro tiempo se denominaba principio de individuación]. Este
está afectado por las leyes de la naturaleza y por tanto su vida es medible, es decir, posee una
Este sujeto individual, sometido a las leyes de causa y efecto, mediante las cuales
puede aprehender las cosas visibles, también está afectado por las pasiones, los deseos y los
sueños. En este aspecto, cuando nombramos este primer grado de conocimiento de las
cuestiones que tenemos en el mundo (el visible), es necesario aclarar que tan solo somos un
conjunto de sujetos sometidos a una voluntad que nos domina por completo y nos hace
cometer acciones de una manera ciega. Nos apegamos a nuestros instintos más bajos y
actuamos siempre como animales. En este sentido, podemos cometer los más grandes
asesinatos y calamidades en nombre de cualquier cosa, pues, hasta este momento no hemos
hecho otra cosa que vivir sin poseer raciocinio. Aún nos hace falta algo y eso es el concepto.
338 | P á g i n a
La experiencia se instaura en las representaciones que se conocen a través del mundo
visible. Estas se dan con la unión del tiempo y el espacio, y, por ende, van a conocerse por
medio de las leyes de la causalidad. Pues estos dos conceptos (tiempoespacio) tienen la
peculiaridad de ser comprendidos cada uno en su estado más puro, al margen de todo
contenido, o unidos entre ambos cuando están llenos de este. Las intuiciones, o
mundo visible. Sin embargo, cabe aclarar que las intuiciones se construyen en nuestro interior
a medida que las cosas nos afectan, pues bien, en ocasiones podemos pasar sobre algunos
objetos de los cuales nunca hemos tenido conocimiento pues en ese momento dado no nos
afectan.
Cabe aclarar un elemento más aquí, debido a que se ha mencionado de una manera
anticipada. ¿Cómo puede ser posible que el tiempo y el espacio tengan y no tengan contenido,
y que cuando lo poseen van instaurando esas intuiciones del mundo sensible? La separación
que hacemos es simple y puede comprenderse del siguiente modo: existen varios grados para
conocer el mundo: son cuatro en total. El hombre debe ir atravesando cada uno de ellos para
llegar a un conocimiento más amplio de su entorno. Uno, del cual ya hemos hablado aquí, es
el conocimiento del mundo visible que se da a través de las leyes de la causalidad, del tiempo,
el espacio y demás cuestiones; otra, que ya anticipamos aquí pero de la cual no hemos hablado
todavía son los conceptos; hay una tercera y son todas y cada una de las emociones y
sensaciones que los hombres, como sujetos particulares, poseen: allí caben todos los sueños,
las metas a cumplir, las pasiones, incluso la idea del amor se encuentra dentro de este grado
339 | P á g i n a
conceptos de sucesión, duración, instante, medición del tiempo o del espacio, ubicación,
distancia, etcétera. No hay un orden específico para introducirse en cada uno de estos grados
cualquier mezcla o unión. El tiempo, cuya esencia es la sucesión, es lo que nos permite
conocer que hubo un antes y habrá un después. Es la herramienta que han utilizado muchos
historiadores para escribir los acontecimientos más importantes que le han sucedido a la
humanidad y les ha dado el elemento fundamental para decir qué puesto ocupa cada hecho.
decir que no puede haber un 8 si antes no hubo un 5 y un 3. Cuando hablamos del tiempo en
su estado más puro, nos dirigimos a que es independiente de cualquier otro elemento del
venimos exponiendo en las presentes páginas. En él cada instante muere para que surja uno
nuevo. Pasado y futuro son tan solo sueños vagos e infundados, pues el primero ya ha muerto
y el segundo es demasiado incierto y cuando llega, de inmediato sale de nuestras manos para
convertirse en el pasado que no volverá. El presente ¿qué es? Tal vez solo la sombra de nuestro
deseo de manipularlo todo, pero es la breve línea que separa lo incierto de lo que ya no
El espacio puro, por su parte, es el que nos permite conocer que existe un arriba o un
abajo. Mediante él podemos comprender que algo esté abajo o arriba de algo más. Posiciones,
340 | P á g i n a
distancias: todo lo relacionado con ello hace parte del espacio cuando se encuentra en su
estado más puro, es decir, independiente y libre de cualquier unión. Aquí se dice que están
libres de cualquier elemento porque todavía no se ha introducido en ellos los objetos del
mundo. Pues, los objetos en el espacio puro estarían muertos y son invariables. Y en el tiempo
puro ningún objeto podría entrar, pues allí solo se conoce la sucesión. El espacio por sí solo
al que tienen por sí solos. Aparecen otros conceptos y otros objetos visibles para el hombre que
no habían tenido lugar mientras no existiera una unión entre ellos. Al unirse se instaura la
materia y allí todo queda listo para la apertura del primer ojo y el posterior aprehender el mundo
visible. Pues la esencia de aquella es la ley de la causalidad, proclamada con mayor rigor en los
He aquí pues que se conoce el mundo visible por medio de la sensibilidad de nuestros
sentidos y gracias a ellos podemos conseguir datos que posteriormente ingresarán en nuestra
entendimiento que recibe las impresiones o datos del mundo exterior para organizarlas y luego
pasarlas a este para su procesamiento. Nuestro entendimiento nos sirve para comprender la
Ahora bien, quizá por ello nos resulte un poco más fácil comprender el por qué cada
persona interpreta el mundo tal como se le presenta: cada cual podrá decir que su mundo es
que sepa alguien elegir una prenda de vestir de ese color. Si nunca ha visto un perro o un gato
341 | P á g i n a
no podría alguien saber cómo se alimentan ellos o qué sonidos producen. Cada cual aprehende
Quizá por ello quienes no viajan están condenados a reducir su conocimiento a una mera
puede conquistar el mundo si no se ha conocido más nada que un par de metros sobre la
extensión de aquél.
Hasta aquí hemos de llegar con nuestra explicación acerca de los objetos que podemos
comprender del mundo visible por medio de los sentidos. Cabe agregar que aquí no se ha
introducido todavía el modo de racionalidad que nos atribuimos los hombres para conocer.
Solo hemos visto lo que podemos aprehender por medio de nuestra experiencia y de la
interacción con los otros objetos. La cualidad que tenemos para comprender el mundo visible
de esta manera no solo es propia del ser humano sino que también lo es de los animales,
quienes aprehenden por medio de la ley de causalidad. Este es uno de los elementos que mejor
compartimos con ellos, pues en este grado de conocimiento podemos confundirnos con ellos.
En el grado de conocimiento descrito antes sobre el espacio y el tiempo puros hacen parte de
la facultad de representar del hombre, pues solo nosotros somos capaces de preocuparnos
Pero retomemos: ¿en dónde está, entonces, ese sujeto del cual se ha hablado en este
escrito y que es el supremo conocedor de las cuestiones del mundo visible? ¿Acaso estará
oculto para los ojos del individuo que posee un cuerpo material? El sujeto, el verdadero
causalidad, se encuentra por fuera de esta relación. Solo la mente aguda y abstracta del hombre
342 | P á g i n a
genial podrá conocer que ese puesto le pertenece al sujeto que conoce allá donde se plantea
cualquier aprehender. Sin embargo, este sujeto cognoscente no puede ser aprehendido por el
hombre, pues es él quien conoce y de nada es conocido. Si este pudiera ser el objeto de
conocimiento del hombre, implicaría que es un objeto más entre la cadena de objetos
existentes en el mundo visible o que es una creación humana a través de los conceptos y se
Existe una conciencia abstracta que vive por fuera de las relaciones de espacio, tiempo
y causalidad, por fuera de la materialidad del mundo visible que aprehendemos por medio de
la experiencia y los sentidos. Esa conciencia es la que recibe todas las intuiciones de los
sujetos individuales para conocer la totalidad del mundo. Ella ha despertado cuando el primer
abstracción que debamos hacer para comprender el origen del mundo, sino que es la apertura
del ojo del primer sujeto individual que haya aparecido tras la unión del tiempo y el espacio
y con ella la creación de la materia. Al momento de haberse abierto, bien sea de un humano o
trabajo de comprender la totalidad del mundo. Sin ese primer ojo ni siquiera podríamos
pensar, pues, en el caso de que jamás se haya abierto no podríamos decir que este mundo
En este principio, aunque solo sea de la manera más simple, se comenzó a conocer el
mundo, y para ese primer ojo, el mundo era lo que representaba en ese momento. Gracias a
ese despertar podemos decir que existe nuestro entorno y todo lo que conocemos de él. El
mundo existe porque en algún punto de la historia una pequeña conciencia se despertó y
343 | P á g i n a
empezó toda una actividad de aprendizaje para una consciencia que se creó al mismo tiempo
que este despertar pero que sobresalía en capacidad y entendimiento. Por ello es tan difícil
para todos responder al interrogante de qué había antes de ese primer ojo: no hay consciencia
de ello y, por tanto, no hay ninguna explicación que dar para ello. Esa conciencia abstracta
que se encuentra más allá de lo conocido por la experiencia del hombre está revestida de
existencia aunque no de explicación. Esa conciencia es el sujeto [el cognoscente] que todo lo
conoce pero que no puede ser conocido (la razón de ello ya se ha dado). Y la totalidad del
mundo depende de la representación que él haga. Pues el resto será tan solo una representación
del individuo, limitada siempre a su entorno y a las circunstancias que le afecten a él. Al sujeto
cognoscente, le afectará siempre el conocimiento del mundo, y, más allá del mundo, todo lo
que pueda ser conocido y desconocido por el entendimiento del hombre, pues se sitúa en una
Sin embargo, todo esto es solo el lago externo del mundo, pues no podemos llegar a
conocer el mundo interior, el de las esencias, en el cual se encuentran las ideas primigenias
de todo lo existente. Esto se debe precisamente a que antes del mundo como representación o
nada existía o está demasiado lejano para la consciencia del individuo particular. Si ni siquiera
podemos elevarnos hasta el sitio en el cual se encuentra este sujeto cognoscente, ¿podremos
acaso llegar más lejos? No. Nuestra facultad de representar es tan pequeña que no podemos ir
más allá. Aunque podemos dar una existencia a eso con el solo motivo de tener una esperanza
especular acerca de lo que hay más allá de este mundo externo y preguntarnos cuál es la
344 | P á g i n a
Ahora bien, hemos conocido el cómo aprehendemos aquellas cuestiones que pertenecen
al mundo visible y que crean el conjunto total de la experiencia. Esto lo hemos conocido y
podemos decir que son las cosas que conocemos por medio de nuestros sentidos. Decimos, al
lado de un autor como Schopenhauer, entre otros, que estas capacidades las compartimos con
los animales. Pues bien, vamos a entrar ahora a decir cuál es el modo particular de aprehender
el mundo que solo compete al hombre. Es un grado de racionalidad un tanto más avanzado,
pero esto no significa que vayamos a enunciar o adquirir conocimientos universales, antes bien,
esto nos ayudará a comprender que el hombre, a pesar de su racionalidad, siempre interpreta el
mundo según las circunstancias que afecten al individuo, pues sus facultades intelectuales, a
pesar de estar más desarrolladas, nunca podrán comprender la totalidad del mundo como lo
haría el sujeto cognoscente. Esto que está en una escala un poco más avanzada se ha de
del mundo visible, y por ello se ha decidido exponer estas primero, pues serán la base para
explicar lo que sigue y hará la comprensión más fácil. Muestra de ello es la afirmación
siguiente: la intuición, es decir, el conocimiento que hemos elaborado en nuestra mente a partir
de lo aprehendido en el mundo visible, se basta a sí mismo como cierto. Esto se debe a que es
poco usual que los hombres cometan algún tipo de error al interactuar con el entorno y extraer
de allí los datos que le son necesarios para construir su propia impresión de lo que le rodea. Sin
embargo, salir del error, en caso de caer en él es más fácil de lo que se cree, pues, solo es
necesario volver a interactuar con el objeto para aprehenderlo de nuevo y salir del error. Allí el
suelo del conocimiento es más seguro y se puede tener más certeza de lo que se conoce. Con
los conceptos no sucede de la misma manera. Pues estos no se ubican en el mundo visible sino
345 | P á g i n a
que están en la reflexión, es decir, el pensamiento. El contenido de los conceptos siempre se
remite a las intuiciones que ya hemos conocido. Su terreno es menos firme ya que en la totalidad
de los casos tiene un fundamento que está fuera de su alcance y, por ende, no puede verificar
no le basta con las intuiciones del mundo visible y pronto se siente saturado con ellas. Por
esto se eleva a sí misma hacia un nuevo estadio en el cual necesita de un elemento más
profundo que le sirva para alcanzar conocimientos más complejos. Allí comienza la reflexión.
sufrimiento, pues aquí se hace consciente de cuestiones que antes ni siquiera podía imaginar.
En este nuevo grado se preocupa por el presente, el pasado y el futuro y, lo que podría ser
peor para él: se da cuenta que no es capaz de dominar el tiempo y, antes bien, tiene que
someterse a las leyes de este que en muchas ocasiones es variable y contingente. Además,
puede comprender que es un ser perecedero y que en cualquier momento puede llegar la
muerte. Se ocupa en muchas actividades para negar la posibilidad de perecer, pero no puede,
pues es un ser contingente que en algún momento muere. El animal no entiende que en algún
momento le llega la hora de partir de esta existencia. No se hace consciente de ello y vive solo
el presente, sin darle ninguna importancia al futuro. Al término de su vida muere sin haberse
preguntado qué había más allá de ella. Pero el hombre instaura una metafísica en la cual se
consuela pensando en que después de la muerte hay otro mundo en el cual habitará como mero
espíritu.
346 | P á g i n a
Ahora bien, la esfera en la cual se encuentran los conceptos es más limitada que la de
las intuiciones que hemos obtenido del mundo visible. Con lo cual podemos asegurar que
subsumen para formar conceptos que los acogen, los nombran y que, por ende, deben ser
abstractos. Cada intuición es un elemento que aporta a algo más grande que él, a un conjunto
que le agrupa junto con otras intuiciones de su misma clase. Cada concepto, entonces, posee
su extensión o su esfera en la cual se desarrolla con total libertad. Estas esferas, pueden estar
sumidas en otras que, a su vez, son más grandes y obtienen más cobertura en lo referente a
completo de los animales. Un caballo y una ballena son animales, pero entre ambos hay ciertas
diferencias. Decimos que aquello que conocemos con nuestros sentidos y que designamos
luego como caballo y ballena, al entrar en los conceptos se subsume dentro de la esfera del
concepto animal. Así sucede con otros ejemplos, pero ahora no nos preocupamos por ello.
pocas veces a la facultad de juzgar del hombre le es suficiente con discutir de qué color es una
flor o qué textura tiene una piedra. Estas cuestiones las aprehende el hombre a través de su
experiencia mediante los sentidos, y pocas veces está dispuesto a ir más allá de lo que se le
presenta allí, pues lo da por inmediatamente cierto y puede corroborarlo con el hecho de ver
la flor o tocar la piedra. Sin embargo, con los juicios o los conceptos el hombre no actúa con
la misma certeza, pues los conceptos son dependientes de las intuiciones. ¿Cómo verificar la
certeza de estas abstracciones a las cuales hemos denominado conceptos? Pues alguien puede
347 | P á g i n a
llegar al punto de combinar ciertos conceptos e instaurar un mundo imaginario, el cual puede
otros de alguna mentira que hace pasar por un modo lógico, sabiendo él lo poco moral que
podría ser esto. Este arte de la persuasión podría utilizarse bien sea para la aplicación del bien
general o el beneficio propio. Cuando una sociedad poco educada elige gobernantes cree haber
hecho una muy buena elección: han sido persuadidos por los políticos para garantizar un
puesto elevado y con una remuneración económica alta y posteriormente aumentar los
impuestos o cometer cualquier acto de corrupción, camuflando siempre su accionar con bellas
palabras y aprovechando la poca educación de las personas. En un momento como estos, ellos
han utilizado de buena manera los conceptos y comprenden las esferas en las cuales están
agrupados, de tal manera que de la buena utilización y combinación de ellos han emitido
juicios que han hecho pasar como verdaderos ante la opinión pública.
Sin embargo, ante este mismo panorama, puede existir una persona que recibe una
buena educación y que tiene la capacidad de ver la cantidad de mentiras que han formulado
los políticos y han hecho pasar por ciertas por medio de la persuasión y las revelan a las
personas para que éstas se den cuenta del error que han cometido al elegirlos. Ahora bien,
como la gente no está educada y piensan que les han dicho verdad, intentan ignorar a esta
persona que les revela nueva información acerca del engaño. Este debe utilizar, así mismo, el
arte de la persuasión para mostrar el asunto y que las personas le crean. De este modo, podrá
utilizar el arte para el bien común y no para el beneficio privado. Claro está que este individuo
está sujeto a las acciones que puedan cometer contra él los políticos de turno para no perder
348 | P á g i n a
el poder, o a que las personas electoras no hagan nada por mera comodidad de no levantar su
voz de protesta.
Aquí tenemos que, por medio de los conceptos, el pensamiento humano, y las reglas
que puedan existir para el verdadero pensar, podemos tener varias situaciones complejas para
discurso ilógico, sin sentido, o a las fantasías más increíbles. En segundo lugar, y dependiendo
de lo diestro que pueda ser un sujeto en estas reglas, podríamos encontrarnos con que las
puede utilizar para el beneficio propio y para engañar a las demás personas a través del arte
de la persuasión o la retórica. En tercer lugar, podemos afirmar que hay quienes no desean
utilizar de un modo más acertado las reglas del pensamiento por pereza de hacerlo o por no
consecuencias o razones por las cuales las personas no utilizan un método para el pensar
Todo esto nos deja ad portas de una pregunta fundamental para cualquier teoría del
abstracta que hemos denominado conceptos? Dicho de otro modo: ¿cómo conseguir la certeza
y fundamentar los juicios que emitimos? E incursionamos aquí en un campo que es movible
y enigmático. La respuesta más inmediata acerca de este asunto es la evidencia con la cual se
Es necesario afirmar que con los conceptos podemos construir juicios, los cuales,
hasta ahora, pueden ser, verdaderos, falsos o convenientes para determinada persona. Pues
349 | P á g i n a
bien, estos solo tienen su fundamento en la evidencia de los conceptos que tienen a su base y
de los cuales se deducen algunas otras cuestiones para la emisión de algún juicio en específico.
el principio que puede originar algún juicio o discurso. Además, todos podemos hacer
deducciones acerca de esos principios irrefutables que hemos conocido. Sin embargo, el hecho
de hacerlo bien o mal está a la puerta de cada persona. A pesar de poder hacer todo un proceso
para emitir el juicio, podremos errar en la conclusión final, o en alguna de las premisas que
Agréguese a lo que venimos diciendo que podremos pensar que un principio falso hace
parte de la base de un pensamiento que puede llevarnos hacia una conclusión «verdadera». Lo
que podemos hacer con ello es evaluar nuestros juicios en retrospectiva y ver si en alguna
parte del proceso hemos podido cometer un error y si es así corregirlo para luego tomar el
camino del conocimiento verdadero. Pero ello podría traernos nuevos problemas y
circunstancias adversas para el entendimiento humano, pues tal vez nunca podríamos alcanzar
a evaluar todos y cada uno de los juicios que siempre nos hacemos sobre las cosas. Y aun así,
si lo hacemos de una manera consciente, podremos llegar a un inicio en el cual tenemos una
serie de juicios que creemos que son evidentes y no poseemos ningún otro criterio para su
demostración que no sea su mera evidencia y con los cuales podremos continuar un camino
de certeza y de ciencia, pero siempre estará la duda de haber comenzado en el lugar indicado
o de haber elegido principios falsos que ante nuestros ojos parecieron evidentes.
Sin embargo, estos juicios evidentes, los cuales podemos encontrar luego de una larga
350 | P á g i n a
«evidencia», aunque sean pocos, nos sirven para demostrar todos los demás pensamientos que
adquiramos. Cuando tenemos en frente una teoría y la de-construimos hasta sus partes más
elementales nos encontramos con la evidencia de los principios de los cuales partimos. Ellos
los aprehendemos a priori, es decir, que no llegan a nosotros por medio de la experiencia sino
que están por fuera de ella (tal como las matemáticas y la geometría).
Para la versión de la filosofía que deseamos expresar aquí, todo debe reducirse a la
explicación que pueda dar el principio de razón suficiente. Por medio de este, cada cual conoce
el mundo y lo hace según su perspectiva y su interacción con él. Cada cual, si se diera a la
tarea de definir lo que es el mundo, sin ningún inconveniente lo podría hacer. Esto se debe a
en todas sus manifestaciones. Este principio es el que nos permite comprender el mundo tal
podremos emitir los juicios con los cuales cada uno puede llegar a definir su mundo.
Pero bien, todo esto se debe a que en el interior del hombre siempre está inmerso el
deseo de querer más de lo que tiene ante las manos y no se conforma con lo que tiene o sabe.
Pero, de nuevo tendríamos que decir al lado del profeta Qohelet que Qui auget scientiam,
auget et dolorem. Entre más sabio se convierta el hombre más sufrimientos y padecimientos
encuentra en su corazón. Tal vez los postulados del helenismo filosófico que han defendido
que el fin último de todo hombre es la felicidad sean contrarios a lo que aquí intenta
expresarse, pero hay que mencionar que aunque el hombre aspire a la felicidad como fin
supremo de su existencia, nunca la alcanzará, pues hay un mundo del caos y un azar que
351 | P á g i n a
¿Acaso el aumento de la ciencia atrae consigo la felicidad permanente? No, no lo es
de esta manera. Pues en la vida del hombre sucede todo lo contrario: entre más conoce más
padece las ignominias de sus contemporáneos. ¡Por cuántos sufrimientos y tormentos tiene
que pasar el hombre por esta vida mientras dura! Amamos la vida pero no las miserias que
ella nos regala. Comprender la totalidad del mundo es tan solo un medio para sumergirse en
un mar de penas que nadie puede sanar. Tan solo el filósofo es capaz de comprender estos
dolores que provienen del conocimiento, pues, entre más conoce más le duele su sagrado ser
Si el fin del hombre es la felicidad ¿para qué el conocimiento? El actuar del hombre
siempre tiende hacia una de estas dos vías [la del conocimiento o la de la felicidad] y, por
desgracia, al elegir una desprecia la otra. Ser feliz o sabio. Quizá el hombre pueda estar allí
vida o muerte. Esto solo nos quiere decir que el hombre siempre está sumido en una dualidad
que le lastima y debe tomar decisiones para las cuales no está preparado o que en definitiva
no comprende. Pero esa es la vida, y nada puede hacer: solo tiene que decidir un camino a la
vez o renunciar por entero a vivir, salir de este caos y esperar que más allá de la muerte no
exista nada que le cobre su acción final como un asesinato. Y he aquí nuestra pregunta:
¿quiénes pueden alcanzar un mayor estado de sufrimiento a causa del conocimiento? Hasta
ahora hemos visto solo las potencialidades que subyacen a los hombres ordinarios. Es
momento de decir algunas acerca del cómo conocen los hombres extraordinarios, clase a la
352 | P á g i n a
Vamos a partir de un principio de oposición. Hemos expuesto ya el mundo de los
sentidos, los cuales, están sometidos al principio de razón suficiente. Ahora hay que
preguntarnos si existe algo que se encuentre liberado de ese principio. Esto se debe a que
aquél mundo que ya hemos aprehendido mediante los sentidos, y por medio de las
abstracciones de los conceptos, solo representa el lado externo de las cosas. Por medio de ese
conocimiento que hemos adquirido no hemos alcanzado el «en sí» del mundo. Aquella esencia
que está en medio de todas las cosas y que a todas las cosas permea, aún nos está oculto ¡Oh,
humanos mortales, ni el intelecto más elevado que haya podido existir en la historia ha
conocido la esencia interna del mundo! ¿Acaso no habrá alguna teoría especulativa que nos
permita algún consuelo más allá de nuestro corto entendimiento y limitada razón que nos
permita comprender la esencia interna del mundo en el que vivimos y somos? Hoy solo
podemos aprehender sombras y oscuridad. Nada más está presto para nosotros.
Existe un mundo, más allá de lo visible de forma inmediata, en donde no hay lugar
para la aprehensión de las cosas por medio de nuestros sentidos sino que está dado en sí mismo
y baña con su esencia lo que podemos conocer de un modo imperfecto. Allí todo conocimiento
entendimiento humano. Allí viven las Ideas de las cuales nos hablaba Platón hace tantos siglos
nacimiento portentoso], y de Eusebio que, por primera vez se ha narrado aquí, hemos de notar
un mundo material para llegar a un punto remoto en dónde no podemos más que imaginar lo
353 | P á g i n a
que hay pues se encuentra más allá de los confines del mundo y representa el mundo que
antecede la creación del nuestro, el cual es imperfecto, oscuro y perecedero. Entre ambos hay
diferencias y distancias enormes, quizá las mismas que hay entre el Dios eclesiástico y el
verdadero Dios que vive y permea todo lo creado. Pero ya poco a poco se irá desvelando este
asunto, pues por el momento solo veremos lo que es capaz de hacer el genio, en donde habita
y que puede llegar a ser sobrepasado por ciertos otros conocimientos más elevados. Lo
importante, por el instante, es comprender la contraposición entre estos dos mundos que aquí
intentamos mostrar.
los conceptos, la imaginación, los deseos carnales y se encarga de las nuevas creaciones que
le permiten al hombre aspirar a la idea de un progreso indefinido. Sin embargo, por encima
insuficiente: es el de las esencias, de la «cosa en sí». Este se vuelve no solo la abstracción más
elevada, a la cual el hombre, por inteligente que sea, jamás podrá llegar, sino que es el mundo
de la luz, en el cual no conocemos imperfecciones y sombras, sino que allí están los «modelos
perfectos».
Tenemos esos dos grados de conocimiento para el hombre: el del fenómeno, el cual
puede alcanzar mediante su facultad de representar y de conocer en general y con una buena
aplicación de ambas puede llegar a «crear». Por otro lado, tenemos el mundo de las esencias
o de «la cosa en sí». En medio de ambos mundos, existe otro grado al cual solo podrán aspirar
los hombres geniales, aquellos que pueden representar a los pobladores de una época. Allí se
354 | P á g i n a
encuentra la esfera del arte, cuya facultad más apropiada es la capacidad de juzgar. Lo
significativo de este grado intermedio se denomina «Idea». Ella se encuentra por fuera del
dominio del principio de razón suficiente y, por ende, está fuera del espacio y del tiempo. Del
mismo modo, este grado intermedio sirve de tránsito entre ambos mundos.
¿Y cómo hará entonces el individuo particular para elevar su espíritu hacia ese grado
intermedio que existe entre el mundo sensible y el mundo de la perfección? La pregunta, por
fácil que parezca, designa un modo de vida posible que se aleja del que es aceptado por la
inmensa mayoría de las personas y que, por tanto, es solo seguido por algunos pocos, y dentro
de estos solo algunos son capaces de elevar su conciencia hacia un nuevo estado de cosas en el
cual lo material redunda en hastío y lo perfecto se desea con ardor y fuerza. Cuando quien
pretende comprender el mundo desde una escala mucho más elevada no se cuestiona por el por
qué o el para qué de las cosas sino que se limita a la pregunta nunca resuelta por el qué de todo
y contempla todo, desde un árbol o una piedra hasta el movimiento de los cuerpos celestes, y
se pierde en esa contemplación para ser uno solo con el objeto contemplado; allí donde se
unifica el sujeto con el objeto de tal forma que entre ambos ya no existe ninguna diferencia
radical, pues han devenido una sola cuestión; en ese instante en el cual se rompe la relación
entre un sujeto que conoce y un objeto conocido, para convertirse en pura unión
[contemplación] mística y devenir en una intuición más allá de lo dado de forma inmediata; allí
el hombre puede elevar su consciencia hacia una genialidad de la cual parece carecer un país
como Colombia. Pero allí, en aquél preciso lugar se encuentra la expresión más perfecta del
conocimiento y pocos han sido los que han alcanzado ese lugar. Ejemplos de ello son Suka y
Eusebio.
355 | P á g i n a
En ese punto elevado, se conjuga el sujeto de conocimiento, el acto del conocer y el
objeto que se conoce. Es el punto más elevado al cual el hombre puede aspirar, y solo mediante
una vida de sacrificios y entrega incondicionada se podrá tener en cuenta si será digno de ser
llamado genial. Esto es algo complejo ante la mente del hombre ordinario, pero, al mismo
genio. En cierto modo, esto describe un ascenso hacia algo que es más elevado de lo que se
acostumbra el hombre ordinario. Partir de lo elemental y particular para introducirse cada vez
más en la perfección del mundo, este debería ser el objetivo primordial de todo ser humano.
Todos tenemos el deseo de saber, pero en algunos ese deseo se manifiesta de una manera tan
profunda que han elevado su espíritu hacia un lugar al que solo hombres excelentes pueden
aspirar. Y, en primera medida, cuando se ha elevado por encima de sus contemporáneos, entra
más se le asemeja. El sendero para elevar la conciencia hacia ese punto en donde el conocedor
está fundido con lo conocido se debe plantear desde el sujeto. Pues este es el que debe elevar
su conciencia abstracta hacia algo que está por encima de sus propias capacidades subjetivas.
Olvidar todo: el dónde, el por qué, el para qué de las cosas y centrarse solo en el qué. Lo
primero que debería pensar el individuo, el sujeto particular, es ¿qué es el mundo?, ¿qué soy
yo en medio de él?, ¿acaso soy más que una sombra tenue y un sueño fatuo? El asunto significa
liberarse a sí mismo del dominio del principio de razón, del principio de individuación y de
cualquier elemento que le ate al mundo material. Allí ya no hay ningún sujeto ni objeto, sino
que, después de este olvido, solo queda la Idea, depurada de cualquier engaño y materialidad.
356 | P á g i n a
Enunciándolo podría parecer simple, pero es más complejo de lo cual se piensa en un primer
momento.
ellas no puede transmitir nada, puesto que están en un punto tan elevado [más allá de la
caído, pueda haber algo de genialidad todavía en él y que puede entrar en posesión aunque
sea de la sombra de ese conocimiento elevado: ¿cómo se podría transmitir eso alcanzado por
luego de entrar en posesión de la Idea. Para el arte no hay un principio de razón que la rija,
pues su objeto de conocer ha trascendido los límites de este y se ha elevado por encima del
tiempo y el espacio. Claro está que dentro del arte hay muchas esferas con las que puede llegar
si será poesía, música o pintura lo más adecuado para hacer llegar al hombre ordinario la
de las ideas, el cual es eterno, inmutable, no está permeado por las leyes del principio de razón
servicio exclusivo del Ser-Uno, sin segundo. Allí no hay lugar para el error, porque se ha
un velo: el de la ignorancia. Pero este campo en el cual nos encontramos no está abierto para
357 | P á g i n a
todos los sujetos particulares, que, vistos desde esta óptica, tendrían que recibir el nombre de
Hombres Vulgares. Aquí solo hay espacio para el genio, para el hombre escaso que se esfuerza
Ahora bien, antes de continuar con la contraposición entre la idea del hombre vulgar
genialidad. Por principio, esta podría definirse como una capacidad natural del hombre para
conocimiento eterno de las ideas para dejarlo ad portas de su transmisión para el resto de la
especie humana. Este conocimiento solo puede pertenecer al servicio del Ser-Uno, sin
segundo, pues, al no estar dentro de ninguna de las categorías del principio de razón suficiente,
se encuentra en un grado más elevado y solo tiene como amo al Ser-Uno, sin segundo, que en
otros lados hemos llamado Ser-Absoluto. La genialidad es esa capacidad para comprender ese
grado de conocimiento al cual denominamos Idea. Cuando el hombre genial llega a este punto,
pierde la servidumbre de las cosas materiales, de este mundo visible que tanto daño le hace,
para servir única y exclusivamente al Ser, la cual es la esencia eterna del mundo cognoscible
y del incognoscible.
Sin embargo, este último hecho, el de la escasez de los hombres geniales, no se debe
a que los «requisitos» o el camino a trazar sean tan complejos como para que nadie sea capaz
de reunirlos. Al contrario, es tan fácil que cualquiera podría elegir ese camino como el que
recorrerá el resto de su vida, pero los hombres vulgares están tan ocupados en su cotidianidad,
en las cosas materiales y en el mundo exterior que no tienen el tiempo o el deseo para examinar
la vida misma en cuanto tal. Este preguntarse por la existencia, por el ser en sí de cada cual,
358 | P á g i n a
o el conocimiento de sí le consideran como una total pérdida de tiempo. Para el hombre vulgar
poder, tan solo con el pretexto de engordar su propio orgullo, sus cuentas corrientes y las
falsas apariencias con las cuales viven: en una palabra, este hombre solo se dedica a la vanidad
del mundo. Pero el hombre genial es diferente. El genio es aquél que contempla los objetos y
abstracto. El genio se dedica al primero, el hombre con una inteligencia elevada al segundo,
y el hombre vulgar a ninguno. Por desgracia la mayoría de hombres están dentro de esta última
cambio, el conocimiento intuitivo está dirigido por violentos afectos y pasiones, las cuales se
presentan al hombre de un modo irracional. Por este principio de oposición hay un rechazo
Por otro lado se ha intentado hacer una relación entre el genio y el loco, la genialidad
y la locura. ¿Qué se dice acerca de esto? Al loco se le denomina de esta manera porque en su
memoria se presenta una desconexión [cuán grave sea esta establecerá qué tipo de loco es] de
los actos y los conocimientos presentes con los pasados. Él conoce el presente, y distingue
algunas cuestiones de su pasado o de varios pasados al mismo tiempo. Lo que está negado
para él es efectuar una relación estrecha entre esas cosas que sabe. Esto podría explicar que
hable de una manera incongruente aunque no con error. Dice la verdad, pero no es capaz de
conectar todos los acontecimientos que tiene en su memoria. Por ello se le dice loco.
359 | P á g i n a
El genio, en cambio, conoce y establece esta relación entre el pasado y el presente. Sin
embargo, su conocimiento se sitúa en la perfección del mundo de las ideas, pero desconoce a
los individuos particulares. El loco delira, el genio tiene visiones y fantasías. La brecha que
separa a uno de otro es estrecha. Quizá si hacemos caso de lo que nos dice Qohelet: Puesto
que la mucha sabiduría trae consigo muchas desazones; y quien acrecienta el saber, también
acrecienta el trabajo [o el dolor]. Ambos [el loco y el genio] han llegado hasta tal punto de
cuya racionalidad no podríamos comprender a ciencia cierta. Todo les ha parecido vanidad y
se han dedicado a la sabiduría hasta que se han desencantado de ella y comienzan a vivir su
propio mundo. Quizá esta sea la relación entre uno y otro y, tal vez, sea el motivo por el cual
Para llevar a cabo esta contemplación, debemos comprender que es necesario superar
o eliminar cualquier tipo de querer que el sujeto particular posea. Pues este solo puede nacer
desligarse de todo querer. Aquella persona que desea o quiere con intensidad no puede aspirar
a elevar su espíritu a algo más elevado. Antes bien está limitado a lo material y a lo mundano,
a lo vulgar y nefasto.
El camino para elaborar esta renuncia no es fácil ni está abierto para cualquiera. Sin
embargo, todos los hombres tenemos esa capacidad de elección para tomar un camino de dos
posibles: el del querer, en el cual jamás estaremos completamente satisfechos; y por otro lado,
estamos llamados a reunir en nosotros las fuerzas necesarias para abandonar ese estado de
360 | P á g i n a
deseo perpetuo para sumirnos en la más profunda de las soledades y allí, sin testigo alguno,
Quizá desde un plano diferente, pero señalando en el fundo lo mismo, el evangelista Mateo
nos da cuenta exacta de esta situación: Entrad por la puerta estrecha. Que es ancha la puerta
y espacioso el camino a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Y es estrecha la
puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran (Mt 7-13).
Lo que nos dice este evangelista nos señala los mismos aspectos que aquí debemos
comprender de un modo más profundo y alejado siempre de un plano religioso. Este «camino
ancho» del cual nos habla y esta «perdición» no son más que el señalamiento que hay para el
querer y la necesidad de la cual nosotros ya hemos hablado. No hay nada más cómodo para
el hombre que satisfacer sus propios deseos y darle paso a los placeres que tienen el cuerpo y
el mundo material: siempre está intentando satisfacer los instintos más bajos. Pero sabio es
aquél que elige el camino estrecho, el del sufrimiento y el dolor de la existencia, de la soledad
Tal vez es por ello que muchos de los verdaderos sabios de la historia han sido aquellos
que se han ocultado de la vista de las muchedumbres. El sabio debe enfrentarse con su soledad
y hablar consigo mismo hasta llegar al más profundo conocimiento de sí. Pues lo que
verdaderamente importa no está en las cosas materiales sino en el espíritu del mismo hombre.
¡Pero por cuántas penumbras ha de pasar para conocer la mera sombra de lo que es su ser
interior! En la soledad se enfrenta uno con lo austero y debe convertirse en el domador de sus
361 | P á g i n a
demonios internos. Los sabios tienen una idea de lo que significa esto, y el genio es el que lo
ha vivido.
conocimiento como única vía posible para tener una luz, aunque breve, de ese mundo de las
Ideas que nos está oculto desde nuestro nacimiento. Ambos caminos podemos pensarlos de la
siguiente manera por si aún no se han comprendido del todo bien: por un lado, la luz y
claridad; por el otro, la oscuridad y las tinieblas. Y ante todo hemos de elegir aquella primera,
pues allí está la expresión máxima de la perfección. En la oscuridad solo nos encontraremos
con el Velo de Mãyã, aquél triste ropaje con el cual la mayoría de los hombres se ocultan para
evitar conocer la realidad, pues se encuentran muy cómodos en un mundo en el cual no deben
esforzarse porque ya todo está hecho o porque alguien más tomará la iniciativa. En las
tinieblas tan solo hay desilusión y un grupo de lobos insensatos que acaban con ellos mismos:
viven sin ninguna regla y con miedo a recibir el justo castigo por lo que han cometido.
Efectúan el crimen pero huyen al castigo y se horrorizan con el hecho de que alguien les
recomiende vivir conforme a las leyes y que es mejor sufrir una injusticia que cometerla.
Los hombres están atados a los placeres y las pasiones corporales, creyendo que lo que
hacen es lo más importante de la historia, cuando solo repiten las mismas acciones que
ilimitados individuos han hecho a lo largo de los siglos. Son autómatas pensando que son
libres en un sistema que se ha pervertido tanto como para dejar que los mismos hombres se
cual no dura jamás lo suficiente respecto a la cantidad de sangre que debieron derramar para
362 | P á g i n a
la naturaleza y su más sagrado ser interior. Estos permanecen en el mundo de la luz, siendo
libres de ataduras y de pasiones carnales. Y, sin embargo, llevan a sus espaldas la carga de la
humanidad, pues, a pesar de estar lejos de todo, sienten el deseo de rescatar a todos los de su
______________________________
Todas estas cuestiones, y más, estaban escritas en aquellas últimas páginas de los
diarios de Joaquín. Las letras doradas hacían parecer que no fueron escritas por este, pues él
solo usaba aquellas páginas para calmar sus lamentaciones y no para intentar hacer una
extraña justificación de un camino para ascender más allá de lo establecido a nuestro alrededor
ni mucho menos para hablar acerca del genio y del hombre Vulgar. Es posible o no que en los
últimos años de su existencia haya estado sumido en nuevas lecturas de filosofía, pues en mi
época como estudiante le envié algunos libros del pensamiento de Schopenhauer de los cuales
sé que tardó mucho tiempo en leer pues era un volver a ciertas lecturas adolescentes y abrir
de nuevo antiguas heridas. Ahora es que puede darse cuenta que, es posible que al final de su
vida haya estado sumido en la filosofía de aquél hombre, como lo hizo al inicio de sus estudios
¿Acaso la vida de un hombre puede estar atravesada de principio a fin por una misma
temática y que a pesar de lo que le suceda en su cotidianidad nunca pueda cambiar de opinión?
Mi maestro nunca fue tan obstinado pues siempre daba la razón a los otros cuando sabía que
había perdido la suya y comprendía cuándo había perdido una discusión acerca de un tema de
teología. ¿Podría al borde de la muerte haber escrito todas estas cuestiones como sumidas en
un trance con alguna extraña tinta traída por un sujeto desconocido? ¿Se habría drogado y
363 | P á g i n a
veía cuestiones que en verdad no eran y pensaba que eran ciertas? Muchas posibilidades
días en que todo esto sucedió. Pero por muchos años Joaquín estuvo sumido en una crisis por
aceptar que nada de lo que un día creyó acerca de lo universal tenía existencia y que, en
definición del mundo depende de lo que cada cual interprete de las circunstancias que le
eran verdaderas para el sujeto particular de Schopenhauer aunque el resto del mundo tuviera un
pensamiento distinto de él. ¿No sería esto verdadero? Pues para Joaquín aún era válido hablar
acerca de las verdades universales. ¿Pero cómo puede el pensamiento de un hombre ser el
mismo desde su nacimiento hasta su muerte [desaparición o ascenso, sea lo que sea que le haya
afectado a Joaquín]? La situación era aquella, y las letras que expresaban aquellas cuestiones
iban un poco más allá de lo escrito aquí, pero no se quiere entrar en detalles, pues todavía nos
espera el destino irremediable que ha tomado la existencia de Joaquín luego de estas cuestiones.
364 | P á g i n a
7.2. La metafísica de la existencia.
Hasta ahora se ha hablado, parece, de aquellas cuestiones que afectan solo al mundo
esto no lo pueden hacer todos los hombres sino solo los geniales. Estos representan el espíritu
de una época y van más allá de lo dado de forma inmediata para entrar en posesión de un
conocimiento que desborda todas sus facultades intelectuales y le otorga una nueva existencia
con dolores y padecimientos enormes. Se ha intentado describir el hombre en cuanto tal y las
dualidades que le afectan. Pues bien, en un primer momento lo que se encuentra en aquellas
páginas escritas con letras doradas luego de lo que ya se ha visto, es lo referente al hecho de
explicar ese mundo de esencias, al cual ningún hombre, cargado de materia, puede llegar, para
luego comprender un poco el comportamiento del hombre a partir de las desgracias y las
desilusiones que ha logrado conseguir tras una vida llena de conocimiento y dolor. He aquí
____________________
Vemos que ese mundo como representación solo le permite a la mayoría de los
hombres aspirar a conseguir riquezas, las cuales no puede disfrutar pues la muerte vive tras él
posibilidad de preguntarse y de indagar por las cuestiones que hay más allá de lo
inmediatamente dado. Solo debe vivir con la suficiente convicción de arriesgarse a salir al
365 | P á g i n a
mundo e intentar ver las cosas sin la sombra ni el velo del engaño. A quien se aventura por la
pasión del conocimiento, por el amor a aprehender cuestiones cada vez más elevadas, puras y
perfectas, no le es extraña la fuente de todo enigma: el Ser. Pero solo puede comprenderla
mientras se encuentra en lo más alto de la cima del mundo, como un genio que expresa su
alcanzar ese Ser. Antes bien, gracias a aquel es consciente de los dos mundos que existen en
paralelo y que se manifiestan en su ser. Debe buscar en lo más profundo de su ser y, cuando
se haya conocido, estará dispuesto a fundirse contemplativamente con el resto del mundo,
solo que primero debe encontrar la unidad completa de su ser interior. Luego de ello tendrá
dos posibilidades de actuar para convertirse en sujeto puro de conocimiento: por un lado podrá
hacerlo de forma violenta, mediante un fuerte choque con la realidad que le acaece y con las
Ideas; por otro lado, de una forma larga, siendo uno solo con cada uno y con todos los objetos
del mundo por medio de la contemplación. Ambas vías le llevarán al conocimiento verdadero
medida. En este último, está la dualidad de ambos mundos: el de las cosas materiales, al que
está dominado por el conocimiento del mundo visible y aquél en el que solo habita el Ser-
Absoluto. En este instante, no puedo conocer la esencia interna del mundo, pues todas mis
facultades del conocer son limitadas y no pueden alcanzar un conocimiento tan elevado. Sin
embargo, sí puedo decir que conozco las manifestaciones de esa esencia interior del mundo
en sus actos particulares, ya que para incidir en algún elemento al interior del mundo
366 | P á g i n a
representable, está afectando mi cuerpo y mi aprehensión de todo lo que me rodea y de mí
mismo. Así pues, he de conocer los actos individuales del Ser mientras está sometido al
manifestación del ser que habita en mi interior y que también está presente en los demás
objetos a mí alrededor.
visible). Luego, como los otros conocimientos que adquirimos de nuestro alrededor por medio
de los sentidos que nos afectan, pasamos los actos individuales de él al conocimiento
abstracto. Lo hacemos por medio de la razón. Siempre lo debemos conocer de este modo, a
través de nuestra experiencia, pues nunca podremos llegar a dar una demostración del Ser en
cuanto tal por medio de algún conocimiento más inmediato que él. El cuerpo del hombre es
el primer albergue del Ser. De este modo, podemos decir que no solo se conoce el cuerpo
como mera representación o como objeto para un sujeto, sino que también podemos conocerle
ese otro aspecto suyo que, en efecto, es plenamente Ser, esencia del mundo interno.
Del mismo modo en que debemos afirmar que el sujeto particular es el único que puede
y la esencia interna del Ser, hemos de afirmar que por fuera de estos dos mundos no podemos
pensar ni decir nada, pues fuera de ellos no es posible la existencia. Miramos también, el
lugar fundamental y privilegiado que posee el hombre con respecto a los demás seres de la
tierra y del universo. Se le ha otorgado el más alto grado de perfección dentro del orden de la
367 | P á g i n a
Podríamos comprender hasta aquí que el Ser es una «fuerza interna del mundo»,
perspectiva que venimos trabajando aquí no es del todo cierto. Pues bajo el dominio o esfera
del Ser están subsumidas todas las fuerzas conocidas y por conocer. Él está más allá de toda
fuerza. Es lo inmediatamente dado para el sujeto, tanto para el particular como para el puro
grande para dar una definición clara y precisa de su actuar es que él es lo único que no parte
del fenómeno, pues este está subyugado y es anterior a él, y se encuentra en la consciencia
más inmediata de los sujetos. Está depurado de cualquier forma, ni siquiera cabe dentro de la
forma elemental de sujeto y objeto, a lo cual se reduce todo, y como no se encuentra dentro
de esta relación no puede ser objeto de conocimiento. Sin embargo, en el Ser, el cognoscente
y lo conocido se funden en uno solo. Podemos decir que, cuando nos hacemos conscientes de
la existencia del Ser no la estamos aprehendiendo, tan solo le estamos dando una existencia
fáctica, pues esto que ingresa en nuestra consciencia es la mera manifestación de él. A pesar
de no llegar a conocer del todo lo que pudiera conocerse de esa partícula que antes hemos
dicho que antecede a todo lo creado, debemos mirar las manifestaciones que tiene a nuestro
alrededor, pues esta es la única vía que poseemos para la comprensión de su complejidad. El
hombre no le puede conocer por completo. Solo nos hacemos conscientes de sus
El Ser se manifiesta de dos formas: en los seres vivientes y en los no-vivientes. En los
primeros se encuentra con movimiento y en los segundos está en reposo. Esto se debe a que
existe cierta armonía en las acciones que desea mostrar en el mundo en el que habitamos y
somos. Aun así, su actuar es ciego porque, por el momento, hemos de declarar que el Ser no
368 | P á g i n a
conoce, con exactitud, lo que él mismo quiere. Pero se manifiesta en todas las cosas creadas,
puede encontrar explicación o no está sometido o condicionado a las leyes del principio de
individuación, es allí cuando se revela inmediatamente lo que aquí llamamos Ser. Esta es la
cara más visible e inmediata de la esencia del mundo, aunque no es la única forma para
otorgarle su existencia. Fuera de ello, son tan infrecuentes estas veces en las cuales el Ser se
manifiesta de una manera tan poco oculta que de inmediato los escépticos, los incrédulos y
los fanáticos religiosos atribuyen a otros elementos lo que solo pertenece al dominio de él. Se
únicamente es el actuar ciego del Ser. La esencia del mundo se revela a sí misma en estos
¡Oh humanos impíos, jamás aprenderán! No todo en la vida tiene que ver con la
explorar: no te quedes con el mero dogma de la fe sino que debes atreverte a ser más sabio
cada día y conocer las bases de lo que tú quieres creer. Aquí solo seguimos la vía del
conocer. ¿Para qué pedir sabiduría si no la vas a utilizar? ¡Desengáñate ahora y atrévete a
conocer!
369 | P á g i n a
Decimos que en todos y cada uno de los fenómenos de la naturaleza existe una acción
de la cual no podamos dar cuenta según las leyes del principio de razón suficiente. Eso
fenómeno, es decir, esa es la manifestación del Ser. Así pues, el mero hecho de decir que
más grandes que podamos haber cometido. Esto se debe a que no conocemos sino la cara
externa del mismo. Aquella parte de la cual trata el contenido del objeto nos está vedada.
multiplicidad. Él es uno solo, sin segundo. No es una Unidad, pues al pensarlo de este modo
le estaríamos atribuyendo multiplicidad, pues este concepto designa la unión de por lo menos,
dos objetos con elementos semejantes. El Ser es uno solo, entero, absolutamente uno. Según
Ahora bien, intentemos mostrar los diferentes grados en los cuales se manifiesta el Ser
en la naturaleza. Tendríamos dos divisiones generales en las cuales cabría reunir las cosas
conocidas y las no conocidas por el hombre: grados inferiores y los grados superiores. En
estos no cabe reunir las Ideas, pues estas pertenecen a un conjunto especial, separado, de las
dirigir algunas palabras sobre los grados inferiores antes de comenzar a abordar los superiores,
pues estos son más perfectos y alcanzan mayor consciencia con respecto a la manifestación
370 | P á g i n a
de la esencia del mundo, la cual, se presenta de una forma irracional, pues no cabe en las
Las fuerzas universales hacen parte del grado inferior de manifestación de la esencia
del mundo. Estas se deben plantear, como fenómenos inmediatos del Ser por lo cual están
liberadas de las leyes de la causalidad y del dominio del principio de razón suficiente. Ellas,
es infalible, pues hoy como hace mil años, mientras se den las condiciones necesarias, se
manifestarán los mismos efectos por la unión de dos o más elementos químicos. Lo hará
siempre sin demora. Y las leyes de la física están presentes de una manera inexorable.
actuar de cada uno de estos fenómenos exteriores de la naturaleza, no se han preocupado por
mostrar la esencia interna de los mismos. La manifestación o esencia que aplica el buen
funcionamiento de todas estas fuerzas naturales está por encima de la explicación misma que
la ciencia pueda dar. Se nos muestra el cómo actúa la ley en cada caso, sin embargo, aquella
unidad irreductible de la cual hacen parte todas estas fuerzas está por encima de la explicación
física o química. Estas áreas nos dicen el cómo se manifiesta la naturaleza, el cómo están
manifestándose las fuerzas naturales, pero pocas veces se pregunta por el qué de las mismas.
Pues allí para dar respuesta a ello de manera efectiva y clara hay que abandonar el dominio
del principio de razón suficiente para dedicarnos a la metafísica. Esa unidad irreductible, la
llamamos Ser.
371 | P á g i n a
El otro grado de objetivación del Ser debemos encontrarlo en un aspecto distante de
estas fuerzas que ahora venimos tratando: se trata del hombre y de las cuestiones
encontramos que aquella esencia del mundo se manifiesta de una manera más clara y perfecta
que en las otras partes donde ella tiene su actuar. Esto se debe a la siguiente explicación:
dentro de todo lo que se encuentra presente el Ser existe una lucha continua por adquirir un
mayor grado de perfección con respecto a la Idea que cada uno representa. De este modo,
cada cosa tiene el deseo de parecerse más a la Idea de la cual ha venido y lucha para conseguir
un puesto que le deje más cerca de esa meta final. Ese deseo de alcanzar la perfección, se
encuentra sumido en cada una de las fuerzas y en cada uno de los seres que componen este
mundo visible. Cada vez que algo o alguien gana una batalla adquiere mayor luz en sus
elementos y va adquiriendo una manifestación más perfecta del Ser que ella representa y, al
quede claro que entre más batallas tenga una y más victorias adquiera, estará más próxima a
en las diferentes luchas que ha tenido a lo largo de los siglos y milenios en los cuales ha
existido.
Tal como hemos visto a lo largo de estas páginas, existen dos vías para explicar el
mundo: por un lado, mediante la física, la matemática y demás ciencias formales. Gracias a
esta explicación todos los procesos orgánicos pueden reducirse a una explicación racional.
Solo que aquí todo parece estar sumido en la oscuridad y en el olvido del ser, por convertirse
en elementos imperfectos y alejados de la esencia del mundo y dedicarse solo a la cara externa
de este. Por otro lado, tenemos la explicación metafísica. Aquí solo vemos el lado de las cosas
372 | P á g i n a
donde todo está revestido de luz y de perfección. Aquí todo tiene un modo de pensamiento
diferente, pues no están las copias de las cosas, sino los moldes de los cuales son tomados
todos los conocimientos que podemos poseer en el mundo fenoménico. Por ello podremos y
debemos decir que nunca las ciencias formales podrán tener una explicación del grado
superior del mundo de una forma cabal y adecuada. Antes bien, cualquier intento por efectuar
una explicación como esta será un fracaso para las ciencias formales. Es a la metafísica a
quien le corresponde realizar ese tipo de estudios. Además, debemos recordar que tanto en los
fenómenos como en las Ideas y el arte es el mismo Ser el que se manifiesta. Esto se debe a
que este Ser se objetiva en todos los fenómenos, pues él es la esencia interna que condiciona
todo lo visto y conocido por el hombre y, aún más, lo que no ha visto ni conocido todavía.
Lo que nos compete ahora es afirmar esta lucha que se manifiesta en todas las cosas
del mundo para alcanzar un mayor grado de perfección. Incluso el hombre siempre se
encuentra en un estado de mejoramiento continuo para alcanzar una Idea más perfecta de la
especie, la cual le permita tener un mejor modelo de Hombre a alcanzar. Así las cosas,
tendríamos que afirmar junto a Aristóteles, quien en su Metafísica nos señala que nam si non
inesset in rebus contentio, unum omnia essent, ut ait Empedocles [Pues si no estuviera la lucha
en las cosas, todo sería uno como dice Empédocles]. No hay un objeto Uno que pueda agrupar
a todos los que existen dentro del mundo. E incluso, aspirar a esa Unidad de todo lo creado
como lo presentan ciertas teorías, estaría sumido en un error, pues en este mundo solo existe
lo múltiple. Y esto múltiple siempre está en movimiento, pues todo lo que aspira a ser mejor
debe ser contrario al reposo y su movimiento no tendría ningún fin, pues, al desconocer las
Ideas eternas, no sabe exactamente a dónde debe llegar, pues no hay una consciencia
inmediata que le permita creer que la perfección puede alcanzarse en un punto determinado.
373 | P á g i n a
A ello podríamos agregar que solo el Ser es el que puede llamarse Uno, sin segundo, pues es
quien antecede a todo lo creado, incluso es anterior a la consciencia del primer ojo. No es
múltiple, por ello se encuentra en el corazón de todas las cosas y no puede ser alcanzado por
Aunque podamos decir que tanto en el hombre como en el animal se presenta el Ser
de la misma manera y quizá en el mismo grado, al tener el hombre la consciencia de ese actuar
animal quiere algo procura saciar ese algo: tiene hambre, caza; tiene sueño, duerme; tiene
necesidad de aparearse, busca una hembra. Para él todo parece tener una consecuencia lógica:
sacia sus necesidades inmediatamente las tiene. El hombre, en cambio, tiene la capacidad de
trabaja para albergar en alacenas el alimento con el cual saciará esta necesidad por mucho
tiempo, y en el momento en el cual comienza a faltarle sufre y se preocupa por su vida futura
y la frustración le turba el entendimiento. El hombre quiere tener toda su vida resuelta para
dedicarse al ocio y a la pereza. Claro está que esto solo es una escala muy insignificante con
respecto al verdadero querer del Ser y del hombre. El verdadero sufrimiento y los tormentos
más profundos que a este le afectan se deben a ese querer cuando está acompañado del
conocimiento. Además, el hecho del perfeccionamiento afecta más al hombre que a las demás
manifestaciones del Ser. Así pues, la lucha y batalla de la cual hablábamos afecta en mayor
Ahora que ya hemos realizado este recorrido y hemos quedado en lo más elevado que
puede haber en la naturaleza, o, por lo menos, en aquello que más cerca ha estado del
374 | P á g i n a
conocimiento del Ser-Uno, sin segundo [o el Ser-Absoluto, pues recordemos que estos son
generales, lo que ha de devenir para el hombre. Su actuar nos dará más luces acerca de este
mundo metafísico que no podremos demostrar pero cuya existencia se manifiesta en todo lo
Partimos del siguiente principio: la virtud no puede enseñarse. Ello sería tan
contradictorio como pretender que alguien que ha nacido para ser un pez se convierta en uno
de los genios que requiere el arte para la transmisión del conocimiento del Ser. El hombre
solo aprehende a actuar por la costumbre de la sociedad en la cual ha nacido y en cada una la
idea del deber es tan alejada de otra que posiblemente no podamos encontrar la idea de un
sujeto universal que pueda aplicarse a todas las épocas y todas las sociedades. No hay un
deber que pueda ser válido para la humanidad. Pues, tenemos que afirmar con Juliano que el
deber nihil est, nisi negationis nomen, cum obscura notione [No es nada más que un nombre
Así pues, para esta última parte, en donde estudiamos la vida práctica del hombre, es
nos diga cómo tenemos que vivir. Esto se lo podemos dejar a la autoayuda, materia sin forma
que le dice a unos tontos que no se atreven a pensar por ellos mismos cómo continuar con un
camino sin ser víctimas de sentimientos de lastima para sí mismos. Solo los mediocres se
quedarán en ese paso en donde aparentan ser mártires por sentir igual que el resto de la especie
humana, pero que no tienen ningún valor para ser autónomos y se refugian en el llanto
mundo. Deberían comprender que si se han de sentir mártires, es mejor que abandonen el
375 | P á g i n a
camino y den espacio a los espíritus insignes de hombres excelentes que se han de dedicar a
la filosofía. La virtud no se enseña: eso sería tan contradictorio como intentar enseñar el
Hemos de decir también que no afectará para nada a la especie humana la muerte de
un solo individuo, pues la naturaleza no se pone triste ante esta situación. El nacimiento y la
muerte afecta tan solo al fenómeno de las cosas, es decir, al mundo como representación, no
al Ser en cuanto tal. A este solo le interesa la preservación de la especie humana, no la de los
individuos particulares. En cierto modo podríamos pensar que la mortalidad de los individuos,
con respecto a la inmortalidad de la especie, es tan solo la renovación de esta última para la
su supervivencia dentro del mundo como representación. Así mismo, se podría decir que el
sueño es una muerte para el individuo, en la cual siente que todo ha quedado destruido, pues
hora de caer en los brazos de Morfeo se piensa que todo queda inactivo dentro del orden del
mundo, pero solo es una tonta percepción, pues el mundo no depende de lo individual o
particular. El mundo sigue su curso a pesar de que los individuos duerman o perezcan con la
muerte.
Esto también podría estar atado con una posible tesis del tiempo. Nosotros pensamos
que manipulamos el tiempo, cuando ni siquiera alcanzamos a tener una vaga impresión de lo
que es en esencia. Con tan solo conocer las diferentes formas de medirlo, pensamos que lo
376 | P á g i n a
convertirse en pasado. De lo único que podemos tener una mediana certeza es del presente.
Y, sin embargo, este se nos presenta como confusión y nada más. ¿Por qué hemos de decir
que este ahora nuestro se desarrolla realmente ahora y no es un evento que ha pasado hace
mucho? Solo el presente puede ser de algún modo existente para nosotros pues es lo que
De este modo, podemos decir que el hombre individual inicia y termina en algún punto
del tiempo. Y desde su nacimiento la única certeza que puede llevar es que un día terminará
su vida. Sin embargo, esto solo afecta al fenómeno, pues la cosa en sí está libre de esta certeza,
ella es a-temporal. Ahora bien, dado el caso que el hombre individual también tiene en sí esa
parte del mundo de las esencias, su más sagrado ser interior debe resistir a la muerte haciendo
un movimiento de retorno a su origen. Esto quiere decir que, cuando el hombre pierde ese
aspecto material que le afecta, la partícula que le vincula con el Ser puede quedar flotando en
La parte carnal del hombre, su vinculación con el mundo como representación acaba
con lo material. No obstante, el hombre no desea la muerte material, al contrario, está tan
apegado a ella que se encuentra dispuesto a hacer lo que sea con tal de conservar su vida. Ello
le hace pasar por incontables travesías y aventuras de las cuales debe salir victorioso. Quizá
por ello celebramos tanto la vida y obra de los héroes, no por el hecho de que se enfrenten con
la muerte por su gran valía y determinación sino por el hecho de que la vida [como fenómeno]
377 | P á g i n a
Ello nos arrojaría a dos caminos diferentes de interpretar el modo en el cual evitamos
la muerte. Por un lado tenemos que por suerte o azar, nos enfrentamos a diversas acciones y
aventuras de las cuales salimos triunfantes con vida. Pero fue un mero acto de suerte y
aceptamos con resignación el destino que nos ha tocado vivir. De otro lado, tenemos el hecho
enfrentarnos a la muerte salimos corriendo por miedo a perderla. En el primer caso aceptamos
vivir; y en el segundo, lo negamos para seguir con vida, aunque esta se nos presente con
sufrimiento y el tomento, estamos aceptando lo que es en esencia la vida. ¿Pues, cómo podría
afrontarse una existencia si esta no tiene miserias interiores, batallas emocionales y cierto
grado de dolor para nosotros, para demostrarnos que somos humanos perecederos y que ante
la primera tentativa llegará la muerte por nosotros y nos llevará hacia otro lugar en el que, es
posible, ganaremos más tormentos? ¿Qué es una vida sin esa mortificación interior? Pues sería
solo tedio y aburrimiento ya que en último término estar vivo significa estar en un constante
peligro y estar atados a todo lo que nos traiga la negatividad del mundo sobre nuestros
espíritus.
Ahora bien, es un tanto curioso el modo en el cual el hombre toma sus decisiones.
Aristóteles dice que el carácter y la ética se forman a partir de las costumbres. Esto se debe a
que la mayoría del tiempo tomamos nuestras decisiones a través de la experiencia y tras
meditar mucho tiempo el asunto. Pues, la mayoría de los hombres nos formamos un carácter
pasivo. Los que se inclinan al lado activo toman sus decisiones de forma más inmediata,
378 | P á g i n a
aunque depende de las costumbres y de la experiencia que hayan adquirido en su entorno.
Pues bien, en el camino que cada cual ha trazado para su vida, ha de enfrentarse en
muchas situaciones a decidir cuál camino tomar. Y muchos hombres cobardes prefieren elegir
el camino más fácil, el que les lleve a una existencia con el menor número de sufrimientos y
tormentos posibles para hacer de su caminar «algo más llevadero». Pueden ellos llegar más
lejos en el camino, pero no habrán vivido con la suficiente intensidad como para decir que
han disfrutado del paseo por este valle de lágrimas. Y muchos, al llegar al término de su vida,
cuando miran hacia atrás para evaluar lo que han experimentado en cada una de las etapas del
hombre, no hacen más que lamentarse porque nunca vivieron y quisieran recorrer de nuevo el
sendero para cometer ciertas locuras y tener aventuras que les permitan llegar a viejos con
más experiencias acerca de todo. Pero en buena medida, lo que nos lleva al arrepentirnos no
es lo que hemos vivido por nuestra cuenta sino por las opiniones que tienen los otros acerca
de cómo hemos malgastado nuestra existencia. En buena medida no es lo que pensamos sino
lo que otros piensan acerca de nosotros lo que nos trae ese padecimiento final. O, en otros
casos, algunos podrán decir que han cometido ciertas acciones de las cuales se arrepienten por
el hecho de que sus padres o alguien más ha tomado las decisiones más importantes de su
existencia, obligándole a ir por un sendero que no deseaba recorrer, pero que debía hacerlo
Esta actitud de pasividad demarca la vida de una persona que se ha dejado llevar por
la injusticia y que se perfila para convertirse en uno de los futuros mártires de la humanidad
por soportar el peso de la existencia ajena. Sin embargo, el corazón del hombre siempre es
379 | P á g i n a
deseoso y si su vida es perfecta en algún sentido deseará que sea de otra forma. Siempre busca
la manera para decir que todo a su alrededor está mal y que, en muy buena medida, ha de
desear cambiar algo: quiere volver siempre al pasado y modificar alguna decisión, pues piensa
Hemos de ver que el espíritu humano es, ante todo, ambicioso y cada vez que cesa un
querer en él, otro más grande aparece. Y así pasamos nuestra vida entera queriendo y jamás
nos sentimos por completo satisfechos. Esa es la base de la vida de cualquier hombre, a no
ser que sea uno de estos vagabundos errantes por el mundo que ya hemos mencionado, pues
ellos no están en la vida por una cuestión de desearla, sino que la ven pasar por delante sin
luchar. Para estos espíritus acongojados no hay remedio, pues ya se encuentran perdidos sin
haber luchado para comprender aunque sea la sombra de la vida y los tormentos que a ella se
adscriben.
nos encontramos con un medio eficaz para la realización de nuestra aspiración, afirmamos
con ella el origen de una felicidad temporal. No es eterna, porque, cuando nos sentimos felices,
no pasará mucho tiempo para tener otra aspiración más grande y con ella tener un nuevo
proceso de sacrificios y entregas para alcanzarlo. De este modo vamos aumentando nuestro
mencionado cuando citamos el Qohelet: Qui auget scientiam, auget et dolorem. Esto se debe
a que, mientras más poder adquiere en nosotros ese Ser que se esconde en todo, más aumentará
el dolor y las carencias internas. Pues debemos afirmar que mientras está lejos lo que
380 | P á g i n a
deseamos, nos parece que supera a todo lo demás; pero después de alcanzar aquello deseamos
otra cosa. Y una sed semejante nos mantiene siempre codiciando la vida.
Toda aspiración nace de una carencia. Nos alegramos cuando la llenamos con una
nueva victoria, pero cuando la hemos satisfecho, nos hacemos conscientes de otra mayor, la
cual nos hará sufrir más que la anterior. Así pues, cuando mencionamos que nos pasamos la
vida queriendo algo, de trasfondo estamos diciendo que toda nuestra existencia es un
constante sufrimiento. ¿Quién puede librarse de los lazos del querer? Ni el más remoto de los
ermitaños puede dejar cierta vanidad en su cotidianidad. Solo que algunos mantienen negando
esa parte que les hace humanos, pero que, en efecto, hace parte de la naturaleza nuestra. Y,
aunque pasamos toda nuestra existencia en una lucha constante por cumplir nuestros sueños,
final, nos daremos cuenta que perderemos la batalla ante la muerte y que todo este camino por
el cual andamos no valió lo suficiente como para ganarle a la muerte. Nuestro mayor deseo
es preservar nuestra existencia, esa lúgubre y breve miseria que todos estamos destinados a
vivir. Por ello nos dice el profeta, al bordo de la vejez cuando se ha hecho consciente de esta
verdad tan lamentable, que todo lo que hemos logrado es tan solo vanidad.
Ahora bien, solo pocos hombres se dedican a los placeres o vanidades del
necesidades. Sin embargo, la mayoría de los hombres están dedicados a sus instintos más
bajos. Solo responden a aquellas cuestiones que nos vinculan con los animales. Y no buscan
pasionales.
381 | P á g i n a
No podemos afrontar una lucha contra el sufrimiento ni aspirar a tener una vida sin
tormentos. Pues la esencia de la vida es sufrir. No hay una verdad más evidente que esta. Y
todo aquél que diga que jamás ha sufrido está mintiendo descaradamente. En todos los
hombres se plantea un mundo doble: alegrías y tormentos se le presentan como el pan de cada
día. Todo esto lo podemos ver si comparamos las diferentes etapas de nuestra existencia.
Ahora bien, el primer mundo de estos que aquí se plantean, jamás puede ser planteado en
términos positivos. Es decir, nunca una alegría puede manifestar la positividad de la vida. Por
muy grande que sea ella, por muy larga que sea su duración, no expresa la idea de lo positivo
dentro de la negatividad que es nuestro pasar por este Valle de lágrimas. Pues toda alegría y
Todo esto se debe a que el hombre, por desgracia, habita en un mundo en el cual la
carencia y la necesidad gobiernan con su látigo a toda la especie y les esclaviza cual si fuera
mil veces más amenazante que el antiguo pueblo de Israel que, al multiplicarse, fue dispuesto
a los látigos de los centuriones del faraón. Cada sujeto particular siente los más ardientes
deseos: anhela el poder y la gloria, lucha por los placeres del mundo y de la carne, pretende
poseer riquezas y siente su ego por las nubes cuando los demás se postran ante él. Si
comprendiera que solo representa un sueño dentro de la cadena de otros hombres que han
surgido y surgirán, podrá entender que todas estas cuestiones por las cuales tiene ardiente
deseo son solo vanidades su vida sería más llevadera. Se pasa la vida recogiendo frutos que
solo servirán para esta triste tierra de desconciertos y desilusiones. Más allá de lo conocido se
encuentra la esencia del mundo, la luz con la cual deberíamos mirar todo en la tierra, pero
estamos sumidos en el más profundo de los engaños: tan solo vemos sombras y nada más. Así
382 | P á g i n a
podemos ver que cada historia, de cada sujeto en particular, es la expresión de la tragedia, del
sufrimiento: cada cual tiene sus propias agonías y es el protagonista de los más crueles y
horribles tormentos que jamás se hayan imaginado. Cada cual vive la carencia a su propio
modo. Nadie se escapa de ella. Y quizá por ello hemos de tener ciertas empatías con los demás,
pues, en cierto modo, vemos en los otros el reflejo de nuestro sufrir interno.
Quizá por todo esto es necesario afirmar en este punto, que no puede haber existido
en este mundo, un solo hombre que pueda decir, al término de su vida, que nunca ha dejado
de desear no ver la luz del sol del día después de mañana. Todos hemos sentido la necesidad
de expresar que no queremos continuar con nuestras vidas. Quien niegue este hecho se miente
y se ha hecho responsable de la cadena de consecuencias que han de surgir por los actos o
causas acaecidas en su pasado. Recorremos el mundo heridos, y entre más nos hagamos
conscientes de ese hecho, más nos dolerá, y entre más experiencia hayamos de obtener más
Debemos recordar en este punto que el Ser, tal como lo intentamos comprender desde
esta perspectiva, desea la vida con todo fervor. Aunque sea la vida de la especie humana en
tal de que la especie continúe existiendo. Esto se debe a que si le hace falta el hombre, nadie
más podría enunciar de manera teórica la existencia del Ser-Uno, sin segundo, ni tampoco
habría una consciencia, como la de Joaquín que deseara unirse con él. En primera medida se
le conoce en las manifestaciones que aquél tiene en el cuerpo individual, pero como ya hemos
383 | P á g i n a
visto en la historia de Suka, ha de llegar algún punto en la existencia del hombre que asciende
hacia el Ser, que renuncia a su materialidad para formar un solo espíritu con aquél.
A pesar de querer conservar la vida y la especie vemos que algunas personas deciden
evidenciar que estas conductas sean catalogadas como anormales. Antes bien, el grado de
conocimiento que han adquirido es tan elevado que vivencian la sexualidad de una manera
diferente al resto de las personas y se ha transformado en un aquietador del querer que en ellos
se manifiesta. Esto quiere decir que estas personas en su actuar están negando la negatividad
de su existencia y no desean que el futuro de la humanidad se presente de tal modo. Así pues,
intentan presentarse a sí mismos como los héroes y buscadores del mejor modo de vida posible
para los hombres. Sin embargo, una cuestión tal como la eliminación de lo negativo para el
hombre es imposible de lograr. Pues nuestra existencia siempre está arrojada hacia dos
extremos, los cuales se deben presentar atados: la justicia y la injusticia, el placer y el dolor,
el bien y el mal, la vida y la muerte. Somos un péndulo que va de un lado hacia otro sin entrar
en posesión de nada. ¿Puede ser posible una existencia sin sufrimiento? Si la hay, estaría
dotada de un tedio y un aburrimiento tan grandes que nos darían dolores de otra clase. Sin el
elemento negativo el hombre no puede vivir, ni sin el positivo: ambos hacen parte de su
existencia. Quien niega su sexualidad, impide que la vida surja y, por tanto, evita que un nuevo
En este mundo no somos más que hombres miserables y el sufrimiento que nos atañe
es el fundamento de toda existencia. Vemos en todo hombre que solo puede tolerar de forma
práctica los conceptos de carencia, miseria, calamidad, tormento y muerte, pues nunca se
384 | P á g i n a
pregunta teóricamente por ellos, y cuando lo hacen, lo abandonan de inmediato. Su vida entera
la pasa intentando escapar de estas situaciones y, cuando piensa que ha podido controlar todo
lo que le puede llevar a ello, sucede algún acontecimiento trágico que le recuerda la
contingencia de su vida y que en este mundo cargado de negatividad, nada puede asegurarle
una felicidad eterna. Aún más, pensar en una idea como esta es tan absurda como el hecho de
creer que podemos abrazar el universo con nuestros brazos o que podemos llegar a
convertirnos en especialistas en todas las materias y ciencias. Entre más estudia y conoce el
hombre menos puede dar cuenta de la totalidad del mismo. Para el hombre, el que se hace
consciente de las cuestiones que están a la base de su vida, se le ha hecho claro que este mundo
ilimitado solo le ofrece sufrimiento y nada más. Cada placer, por largo que sea, se le presenta
como un escape de esa miserable existencia que debe afrontar y hace todo lo que esté en sus
manos para conservarlo el mayor tiempo posible. Allí puede imaginar un mundo diferente, en
el cual dice que es feliz, pero al llegar a casa y cerrar una puerta tras de sí, vuelve a su soledad,
regresa a sus llantos y tormentos de siempre, pues el resto es tan solo una falsa apariencia.
Ahora bien, podemos decir que, gracias a esta consciencia con la cual pocas personas
han podido hacer abstracción del dolor de su existencia, algunos pocos han podido llegar al
conocimiento de la justicia eterna. Pero han debido pasar por un largo proceso de anulación y
vivir. Esto se debe a que, en este conocimiento elevado, en el cual no existe ya la idea de la
la justicia temporal en la cual se paga con la misma moneda la ofensa recibida sino que se
permite que la justicia se encuentre en un ámbito diferente del fenómeno. Hablamos ahora del
Ser en cuanto tal que se manifiesta en todo lo natural y que reclama para sí un mayor grado
385 | P á g i n a
de perfección en el hombre. Por ello afirmamos que la virtud no puede ser enseñable, puesto
que no pertenece a la esfera o dominio de lo que es enseñable entre los hombres. Velle non
discitur.
Si quisiéramos enseñar la virtud, tendríamos que enseñar el Ser. ¿Y cómo puede ser
posible dar a otros aquello de lo cual no tenemos posesión? Así pues, la virtud, la bondad y el
querer del hombre no podrán ser enseñadas por medio de los conceptos abstractos de la razón
porque no caben en ella. Tendrán que mostrarse con los hechos y cada cual decidirá si los
sigue o abandona. Esto quiere decir que cada cual debe vivir según las leyes de una Justicia
que no está escrita y que no puede ser comprendida por las facultades intelectuales del hombre
pero que se manifiesta en la naturaleza entera. Y podrá mostrar a los demás (solo mostrar,
pues no la puede hacer explícita ni mucho menos enseñarla), siguiendo el camino de esta
justicia. No hay otra vía y quizá por ello Suka ha elegido el camino que ha seguido, pues esa
es la manifestación de lo que para él ha sido esa Justicia conocida de una manera portentosa.
Pues bien, aquellos hombres que han tomado ese camino de mostrar un sendero a los
demás han llegado hasta el fondo de su ser interior y han descubierto allí una partícula que les
abruma y que, en buena medida, les hace desbordar el sentimiento de la bondad por el resto
de la humanidad. Es por ello que son elegidos para recorrer lo que los demás no pueden o no
quieren por el temor de lo que habrá más allá. Ellos son capaces de sentir los tormentos y las
miserias de los demás como propios, pues ya no diferencian su naturaleza de la de ellos. Los
tormentos y miserias ajenas le son tan conocidos como las suyas. Este individuo tiene la
capacidad de comprender que el destino del hombre está inmerso en el perecer y solo tiene
386 | P á g i n a
una mirada para ver que, donde quiera que se encuentre, habrá hombres y animales que sufren
de individuación, no puede escapar para siempre de los lazos que le atan a un mundo
dominado por el azar y el error. La sutileza de los placeres, el vivir rodeado de engaños y de
personas que le impiden hacer de su estado de tranquilidad algo duradero, la mala suerte que,
en muchas ocasiones, le impide desarrollar sus elementos a cabalidad, le muestran que esa
El hombre que se inscribe en este asunto lucha constantemente por negar el fenómeno
del cual parte, para ascender y ubicarse por encima de él. Aunque solo sea momentáneo, se
esfuerza por prolongar ese breve espacio de tiempo en el cual es libre de toda atadura. Todo
se nos permite hablar en esos términos, el primer elemento, en todo caso, que es común a
Ahora bien, otro elemento para el camino del ascetismo es la renuncia libre de todo lo
material, hasta tal punto de quedar en la pobreza extrema, o al menos, con tan solo lo necesario
para no perecer en corto plazo: esto logra mortificar su espíritu con las acciones que se
cometen cada día desde la soledad del anacoreta. La soledad, la negación de pertenecer a una
sociedad que está corrompida por el materialismo y el fanatismo religioso, no solo le traen la
manera más adecuada para liberarse de todo lo que le ata al mundo sino que ese camino puede
387 | P á g i n a
humilde para el momento en el cual parta de este mundo hacia un estado mejor de cosas en
dónde ya no sentirá hastío por el conocimiento ni ninguna otra atadura que le vincule a lo
material sino que le lleve hasta lo metafísico. Esto puede ser posible gracias a que, en esa
soledad aceptada por su voluntad, ha reconocido que este mundo tal como lo conocemos, es
nada comparado con la verdadera esencia del mundo que llevamos en nuestro interior.
_________________________
A pesar de ser claras, al menos en parte, esas páginas escritas en el final de los
manuscritos, lamentaciones o diarios de Joaquín, poco o nada podrían decir acerca del paradero
final de aquél hombre que me ha salvado de perecer en un pueblo maldito por las palabras de
una mujer poco instruida y que se aprovechó de aquel fanatismo despiadado de uno de los
pueblos más golpeados por la pobreza en Colombia. ¿A dónde has ido a parar maestro mío?
Siempre has sido el anacoreta que deseaste desde tu adolescencia pero por esas curiosidades de
la vida has malinterpretado el asunto y pensaste que en algún punto, un hombre tendría que
certificar tu soledad para que la posteridad te reconociera en cuanto tal. La vida como eremita
no la garantiza jamás el reconocimiento del hombre a través de un título sino el actuar propio
de quien ha decidido esa forma de vida en un mundo que da vueltas y que se consume por la
Todas aquellas páginas parecen expresar una justificación de un modo de vida posible
en vez del que la mayoría práctica. Pero ¿qué ha sido de Joaquín en todo esto? ¿A dónde ha
marchado este insigne hombre cuyas cavilaciones le han arrojado a los pensamientos
universales y las miserias interiores? Ya habrá tiempo de hacer mención de esto pero, por el
388 | P á g i n a
instante, hay que decir que es muy probable que estas páginas o ideas recolectadas aquí de
uno de los mayores filósofos del siglo XIX que nos hablaba de la Voluntad de Vivir pero que
se traducía en el pensar de Joaquín como uno de los estudios acerca del Ser, han dado forma
a uno de los principales argumentos que formó el pensamiento de Joaquín al final de su vida
y que, por desgracia, pudo haberle llevado a la idea final del suicidio. Pero esta acción está
injustificada por cualquier medio posible, pues, aunque pueda ser practicada por el hombre
habría que preguntar si con ella se logra solucionar algo de la realidad que subyace en su
corazón. Y lo curioso es que no hace nada, pues para el mundo en el cual vivimos, habitamos
ello, cada persona que se suicida está condenada al olvido perpetuo y le llamarán por los
últimos dos mil años de tradición. ¿Qué tendría que decir a ello Latinoamérica? Tal vez nada,
porque hasta ahora se ha ocupado del pensamiento de lo extranjero olvidando lo propio, bien
sea a propósito o por la voluntad de no querer pensar en una identidad como continente de
habla hispana. El devenir de la humanidad, algún día se batirá en las tierras del nuevo
tiempo de que el protagonismo de la filosofía lo ganen aquellas voces vencidas, aquellas que
no han tenido participación de lo que la cultura occidental ha intentado hacer de ello. Joaquín
soñaba también con una filosofía emergente y en constante emergencia: pensaba que en algún
humanidad, o bien volveríamos los ojos hacia un Egipto que durante años pasados conquistó
389 | P á g i n a
ya es tiempo de que aquello otro comience a ser visto con la seriedad y la rigurosidad de la
cual tanto ha hablado la filosofía en Europa. Pero mi maestro no vivirá lo suficiente como
para ver que un continente comience la instauración de sus escuelas y que estas le sirvan tan
desesperación.
Las escuelas filosóficas europeas han hablado durante años acerca de la vida, la muerte
y tantas otras temáticas que han servido para llenar bibliotecas y para el entretenimiento de
las facultades intelectuales del hombre. Pero tendremos que escuchar una vez más que esto a
lo que hoy hemos llamado filosofía ha devenido en un discurso incomprensible para las masas,
en un estudio complejo al que solo unos pocos pueden acceder, en un escudo de los opresores
para confundir a los oprimidos, en un oficio burgués que solo beneficia a ciertas élites. Se ha
pensado en una filosofía de altas clases económicas, pues una persona que deba ganarse la
vida con el sudor de su frente no podrá devenir en uno de los pensadores más aclamados de
la humanidad. ¿En dónde ha quedado esa mayoría de personas que han estado por fuera de
oscuridad ha quedado rodeándolos para no permitirle la salida hacia una construcción distinta
de su realidad. Hoy muchos se quejan de ello: si una teoría o pensamiento no proviene del
corazón de Europa podrá ser emitido por algún intelectual pero nunca por un filósofo, pues
los filósofos solo pertenecen a ese continente que es tan pequeño hoy en su territorio que
deben tener cuidado de que las olas del mar no lo borren del mapa.
Sin embargo, esto cambiará. Tarde o temprano el mundo se alzará en contra de este
continente y comenzará a pensar en filosofía, más allá de lo establecido por estas personas
390 | P á g i n a
que desconocen la tradición de los demás continentes del mundo. Pero Joaquín no vivirá lo
suficiente para ver cómo Latinoamérica se revela contra sus antiguos señores y pastorea ahora
tantos otros dilemas que ahora debe abordar. De otro modo, ¿cuál sería el destino de la
filosofía en nuestras latitudes? ¿Acaso hemos sentido una incapacidad insuperable para pensar
nuestros problemas y construir una nueva identidad lejana de lo que Europa ha hablado en los
pasados siglos? ¿Seguiremos subyugados a lo que otros desean pensar para nosotros? Tal vez
pasará otra generación que deba soportar una esclavitud hacia el pensamiento de lo extranjero
Todo esto se debe a que, para Joaquín que ha tenido una profunda formación en la
filosofía europea, hablar de algo así en América Latina se convertía en algo más bien
complejo, pues poco o nada comprendía del asunto. Pero bien que podía hablar de Fernando
Gonzales o de cualquier otro de los intelectuales que este país llamado Colombia había parido
en tiempos recientes. Aunque todo esto hace parte de otra historia y en algún otro momento
alguien contará todos aquellos pensamientos acerca del devenir de la filosofía en este
continente de habla hispana. Por el instante hemos de decir que Joaquín se ha sustraído a todo
pensamiento y que su morada se encuentra en algún punto que, por el instante, desconocemos.
¡Cuán limitado es el entendimiento del hombre que no puede extrapolarse ni permitir algo por
fuera de lo ya acostumbrado! Nos limitamos tanto a las relaciones entre el espacio y el tiempo
que salir de ellas se convierte para nosotros en una odisea y todo lo habido en la morada del
Ser lo construimos de acuerdo a lo que está a nuestro alrededor e intentamos darle una
391 | P á g i n a
¿Es acaso la morada del Ser un lugar construido por el hombre ignorante y de
ese lugar para no tener que expandir un conocimiento teórico que durante años ha embargado
término de las páginas de los escritos personales de Joaquín había una frase incomprensible
para cualquiera que hubiese leído tales palabras: Domus Dei porta Coeli. ¿Cuál era su
significado real? Luego de haber leído todas aquellas páginas precedentes que hablaban acerca
de temas tan dispares y que pudieron o no ser escritas por la mano de Joaquín, ¿cómo se puede
entender esa frase de cierre? Pues todas las preguntas que han de surgir a partir de la lectura
de aquellas páginas deben quedar con el carácter de no-resueltas, pues, en una especie de
epílogo, escrito con letras de plata, se afirmaba que todo ello hacía parte de dos escuelas de
metafísica de la existencia. ¿A qué se refería aquél escrito con el nombrar aquellas dos
Quizá lo único que podríamos decir es que para resolver todos nuestros interrogantes
tendríamos que recurrir a Joaquín Alberto Escudero Gonzales o al hombre misterioso con el
cual se encontró y que, posiblemente le heredó todos estos conocimientos por haber
392 | P á g i n a
7.3. Renuncia a adscribirse a una escuela.
Sin importar cuál sea el origen de las teoría que se han expuesto acerca de la diferencia
entre los hombres vulgares y los genios, la contraposición de dos mundos que coexisten en la
vida y el corazón del hombre, es necesario preguntarse por el devenir de Joaquín y qué acción
tomó poco antes de la visita de aquél hombre misterioso, y qué sucedió para que todos los
relojes del hogar se detuvieran un día cualquiera a la misma hora: día de San Juan Bautista a
las 11:30 de la mañana. Solo sabemos que por referencia de aquellas palabras escritas en letra
dorada al final del libro de las lamentaciones de Joaquín, pareciera que el tiempo se detuvo
mientras se hablaba, o que salieron de toda temporalidad conocida para situarse más allá de
los límites del entendimiento humano. Libres del principio de individuación y de cualquier
influencia de las leyes de la causalidad, una eternidad sería poco para ser iniciado en las teorías
de dos escuelas que se sitúan más allá de los espacios físicos pensados por el hombre en
una escuela determinada, luego de haber pasado una vida entera sin vender su espíritu a nadie
hacerlo es limitar su conocimiento a una sola teoría sabiendo que su entendimiento no se cierra
a una sola perspectiva sino que busca diversidad de pensamientos. Aquél permanecer fijo,
mientras el mundo da vueltas que tanto defendía Joaquín, no se expandía a permanecer en una
sola escuela. « ¿Por qué limitarse en el saber, teniendo en cuenta que la naturaleza es tan
393 | P á g i n a
diversa y se puede llegar a las mismas conclusiones a partir de diferentes inicios? Si
recorriendo diversos caminos podemos llegar a Roma, ¿por qué no detenerse en varios pasajes
e intentar que el recorrido nos muestre varios caminantes en busca del mismo fin?», llegó a
manifestar mi maestro en algún punto de su existencia. Además, defendía que cuando Sócrates
un modo de pensamiento, sino que lo hacía porque ese era su estilo de vida y no podía elegir
otro. Y de eso se trata la elección de la sabiduría: es una vida que se entrega para procurar
siempre la Verdad, sin importar que al final del recorrido se deba reconocer que no se alcanzó
ni la sombra de ella porque el hombre, en medio de los afanes de la cotidianidad, nunca salió
de la doxa.
¿Qué más sería? Joaquín Alberto Escudero Gonzales no podría venderse a una entidad
o a algo que le ate a una institucionalidad. Y preciso, aquél encuentro misterio en un lugar
vedado para los hombres --el cual se dio en los confines del mundo bajo la apariencia de las
tierras que una vez habitó mi maestro- pudo servirle para comprender el error más grande de
su existencia: su espíritu no necesitaba de una fuerza externa para dedicarse por entero a la
soledad, por lo cual, inscribirse en alguna escuela de sabios hubiera sido inútil en su caso. Del
mismo modo, haberse creado un mundo o haber entrado en alguna orden religiosa, solo en su
caso particular, hubiera sido una catástrofe, pues su espíritu había nacido para ser un monje
escuelas conocidas de manera portentosa: continuar una existencia más allá de lo dado de una
forma inmediata bajo uno de esos dos caminos, guardando las leyes y los preceptos que de
394 | P á g i n a
ellos le daban. Cansado de la obediencia es posible que haya elegido un tercer camino:
permanecer fijo en no venderse a nadie, ni siquiera más allá de la muerte. Sin importar las
seculorum, tendría que limitarse a ver la vida de una sola manera, bajo el yugo de un mundo
esclavizado por lo económico; pero su consciencia, desde mucho antes de su encuentro con
una entidad más allá de lo mundano, había establecido el servicio incondicionado a la Verdad,
¿Qué sucedería con él? ¿Acaso en los confines del mundo, bajo la apariencia de lo
conocido, se condenan los hombres al olvido y al destierro por parte de sus contemporáneos?
La peor muerte del hombre no es aquella que tortura su cuerpo físico y le lleva hasta el extremo
más doloroso de la violencia, sino que es la certeza de que su destino, luego de su perecer
memoria de cuantos le conocieron en vida. Qué triste realidad saber que nadie extraña a nadie
luego de la muerte material. Todos somos presas del olvido y, sin importar lo que hagamos o
digamos para cambiar esa realidad tortuosa, ese es el lugar merecido por todos. Cualquier
persona pretende que su memoria viva en y para la eternidad. ¿Con qué objetivo lo hacen?
¿Acaso desean perpetuar su sufrimiento o que el resto del mundo conozca una vida cargada
de negatividad y que es igual al resto de las vidas que hay sobre la faz de la tierra? Los hombres
tenemos las mismas inclinaciones y pareciera que nuestro destino nos llevara a los mismos
lugares, los cuales caerán en el olvido en el momento menos esperado. Todos vivimos con la
esperanza de que esto no sea así pero solo nos ponemos un velo para engañarnos, pues esto
es inevitable. Podemos hacer que la muerte tarde en llegar, pero no que el olvido nos atrape
395 | P á g i n a
en sus garrar. En muy buena medida, todo lo que hacemos y somos valdrá nada al final, porque
El perecer es propio de las cuestiones humanas. Solo lo divino puede ser eterno y en
cada palabra ponemos en duda su existencia. Pero si redujéramos todo nuestro conocimiento
a una teoría de los opuestos deberíamos tenerlo por cierto: si existe algo que sea perecedero
para lo humano, lo divino. Pareciera tan solo una consecuencia lógica para nuestro
pensamiento, pero, aun así, es imposible la existencia de algo más allá de lo mundano para
nuestras mentes carcomidas por la corrupción. ¿En dónde estás Joaquín Alberto Escudero
Gonzales? ¿A dónde ha marchado tu espíritu, tu esencia y tu cuerpo? ¡Ah, ahí estás! Del otro
lado de lo portentoso, en donde la mente humana se conjuga con la mente del Dios a quien le
elevaste infinitas plegarias y que al fin te escuchó. ¿Has muerto por tu mano o por la elección
de un sujeto misterioso que ha venido desde ultratumba a persuadirte de no hacer algo para lo
Solo sabemos que desde su corazón no había espacio para venderse a la imposición de
una escuela determinada, pues su espíritu libre no puede ser domesticado por un solo modo
de pensamiento posible. El genio no se rinde ante los avatares de la vida y, sin importar las
consecuencias de pensar de una manera que considera correcta para él, recibirá con gusto el
que sus palabras se tornen ofensivas frente a la sociedad establecida en ese momento histórico,
de forma hipócrita lo hará, pero dejará en claro que no cambiará sus palabras cuando ha de
396 | P á g i n a
emitir una verdad. Claro está que el genio es distinto del fanático. Pues aquél demuestra con
principios evidentes que lo que dice es cierto y no se enoja si alguien más dista de su opinión.
El fanático, en cambio, dice las cosas sin ningún proceso de demostración y, en el momento
en el cual se siente refutado, recurre a insultos y demás cuestiones bajas para defender las
¿Qué legado ha quedado del maestro del sufrimiento? El hombre perece bajo el yugo
de la mortificación voluntaria porque ese es el camino que cree correcto y, en última instancia,
la representación que hace del mundo cae en las categorías que él mismo construye bajo esa
perspectiva. ¿Es posible vivir bajo la miseria humana? A ello tendría que responderse con otra
pregunta: ¿acaso el hombre no ha vivido toda su vida bajo la apariencia de la felicidad para
ocultar sus padecimientos interiores? Ha pintado un paraíso en dónde todo es pleno y perfecto
y en donde el mal y el sufrir no tienen ningún espacio, pero se ha olvidado que es eso lo que
nos recuerda nuestra humanidad y lo que nos dice a cada instante: «no te conformes con eso
que eres, pues puedes lograr un ser más elevado». Pero nos hemos acostumbrado a vernos al
espejo y decir: «eso que veo es lo que soy y no hay nada más por alcanzar: eso que veo es lo
real». Pero desconocemos la realidad interior que nos afecta y que no puede ser vista ni por el
primer ojo que se ha abierto, pues ello debe ser vivido. Esa es la única manera para comprender
y conocer aquello que habita en nosotros: arriesgarnos a vivir. Y como la vida es un conjunto
irrealizable. No hay felicidad sin dolor, ni dolor sin felicidad. Todo elemento que se plantee
397 | P á g i n a
Joaquín se arriesgó a vivir y su destino parecía estar marcado desde el inicio de sus
desgracias por la desventura y por la soledad de su espíritu. Amó cuando creyó no estar
preparado para tal fin y quiso que su existencia tomara un matiz diferente al que estaba
acostumbrado, pero cualquier intento por hacer esto una realidad resultó un absurdo pues
luchar contracorriente es un hecho aberrante Todo fue una sucesión de aventuras y desgracias
para su espíritu. ¿Y dónde ha quedado ahora? ¿Qué se decretó para él: vida o muerte? Lo
cierto es que, su último pensamiento estuvo dirigido para su madre, para su amada y para su
hijo. Entre todo lo que le ha sucedido en la existencia, nunca jamás sacó de su mente el
398 | P á g i n a
7.4. La inspiración por la soledad.
¿En dónde está Joaquín? ¿Hacia dónde marchó su espíritu? Un hombre ha de perecer en
la historia del devenir humano para dar fiel testimonio del recorrido que debe hacer el genio. Y
aun así, dando el ejemplo mediante el cual la humanidad puede salvarse de sí misma, pues ha
caído en lo más hondo del desprecio por su especie, nadie creerá que es cierto y le tildarán de
y tal parece que nada hay que pueda hacerse para cambiar su destino. Muchos piden a gritos un
nuevo mesías, un redentor guerrero que venga a cambiar todo lo que el hombre ha instaurado
en nombre de un Dios que predica el amor al prójimo pero apenas ven el arribo de este hombre,
de este salvador que llevan siglos esperando, le asesinan para continuar con el reinado del
instaurar una nueva época de terror en la humanidad? Hemos perdido la batalla al intentar
instaurar un reino de sangre, para defender un discurso de amor incondicionado hacia los
hermanos nuestros. Solo la maldición le espera al hombre: ese es su destino y ha sido escrito
silencioso que, al elegir la brevedad de sus días, dirá que el corazón del hombre aún no está
preparado para obtener la redención de la cual nos hablan tanto las Escrituras ni la perfección
del Ser, de lo cual nos hablan los Santos medievales que tanto intentaron encausar la vida
violenta de los humanos hacia la pacificidad del espíritu. Pero hemos rechazado el camino al
permitir que las lenguas vulgares pudieran hablar de lo divino del mismo modo que las
399 | P á g i n a
lenguas sagradas. ¿Acaso los sabios y los verdaderos doctores no han abstraído su
pensamiento para ensayar la comprensión de un mundo divino que les sobrepasa en todo
momento? Quizá sería innecesario ahora volver a las fuentes primigenias del conocimiento y
reconstruir el mensaje bajo las lenguas que no están en medio de la sociedad en la que vivimos,
pues nadie podría ahora dedicar una existencia a la contemplación. Hoy las dinámicas de la
vez está en desuso la pregunta acerca del cómo hemos llegado a ser lo que somos porque el
mundo actual proyecta un futuro sin remisión a un pasado y es seguro que en ese devenir
cometamos los mismos errores por el desconocimiento de lo que ha ocurrido en los pasados
milenios.
Pero el hombre nuevo, el enviado al mundo a mostrarnos otra vez el camino que ya
conocemos para que nuestro espíritu gane la perfección que solo el Ser otorga, pasará una
actual. Ello ha sucedido con Joaquín: un hombre que ha tenido muchas cosas por decir, pues
formas de vida y la sociedad le ha condenado a no ser escuchado por los siglos de los siglos,
pues un hombre silencioso, honesto y sabio nunca podrá cambiar lo que ya tantos otros han
no soporta la imposición de una forma de pensar, sino que debe estar tan libre como para que
su pensamiento marche como un errante por el mundo que tanto daño le hace. Pagar con
soledad y silencio el desprecio y el daño del mundo no es un capricho de algún estúpido que
400 | P á g i n a
no soporta el peso de la existencia, sino una necesidad que hoy más que nunca está
Llevar una vida silenciosa, ser un desierto en mitad de la ciudad, una puerta cerrada a
la corrupción de nuestros días, así será el salvador del mundo. ¿Acaso no ha estado ya entre
nosotros? Muchos han elegido la regla del silencio como forma de vida, e incluso, hay quienes
se pasan la vida sin decir ni una sola palabra aun teniendo todas las facultades para hacer uso
de su voz. Pero, a todas estas, ¿cómo se le puede reconocer al sabio que elige este estilo de
vida? Lo que se ve no se pregunta, puesto que esto sale a la vista: solo es necesario poner
trascendido los límites del entendimiento humano y ya no se encuentra dentro de las dinámicas
de la sociedad actual. Luego de haber escrito, sea por su mano o sea por la de alguien más,
aquellas páginas de las escuelas, en dónde se ensaya una justificación filosófica a la verdad
que defendió con su ejemplo, ha devenido un nuevo ser, el cual será desconocido e
incomprendido para los humanos mortales: sobrevino un silencio aterrador que mucho
susurra, pero que, al final, poco dice a los oídos de quienes no estamos preparados para
escuchar lo que se dice cuando el ruido y las palabras son eliminadas y solo queda el vacío
La soledad es un medio para que el hombre sienta el tortuoso destino que le espera.
Nadie podrá vivir solo para siempre, pues los tormentos que existen para quien, de alguna
manera, ha decidido estar en una vida solitaria, acabarán por asesinarle más pronto de lo que
401 | P á g i n a
pueda imaginar. El hombre no ha acabado de decidir la soledad como medio de vida, cuando
ya su corazón y su espíritu mueren sin consuelo. Vagando por el mundo se encuentran muchas
personas que, sedientos de una compañía duradera, aguantan las peores heridas que nadie ha
imaginado en la historia. Muchos andan por andar, pues la soledad les ha golpeado de una
forma tan fuerte que ya no podrán sonreír más. Muchas veces aparentan ser los seres más
felices que hayan podido imaginarse, pero si se mira con detenimiento su interior, ellos claman
a gritos un abrazo, alguien que les preste un apoyo para seguir adelante en su soledad. No
importa que sea una sonrisa, un saludo o un abrazo: solo es necesario saber que del otro lado
hay una persona con quien puede contarse, y que podrá escuchar las quejas de alguien que, en
cierto modo, sucumbe ante el abandono de sus contemporáneos. Solo muere quien ha sido
olvidado y hay muchos vivos que no habitan en el pensamiento de nadie y están condenados
a ser espectros, sombras que recorren el mundo sin consuelo y no hay nadie a la vista que
hombres, y su corazón se encuentra más lastimado que nunca por el peso de los daños que
402 | P á g i n a
Capítulo 8: ¿Qué hacer en la posteridad?
8.1. Desaparición.
de alguien que habitó el pueblo X se han podido salvar. Es como si, de un momento a otro, el
mundo entero se haya olvidado de aquella persona, de ese filósofo maldito que recorrió el
mundo en busca de un aliento, de un apoyo para no morir en el más profundo olvido. Pero así
ni los feligreses que tanto lo querían cuando leía en las misas de seis en la iglesia de aquél
pueblo, ni a quienes impartió algunas de sus clases de catequesis se acuerdan de él, al menos
para maldecirlo una vez más. Pareciera que de todos los registros que hayan existido de él,
una fuerza desconocida los hubiera borrado para liberar a todas las personas del influjo del
bien lo segundo, pero en el mundo vivido parece más lo primero. Tan solo se sabe que ya no
hay nada que le vincule a nuestro mundo y que el fanatismo ha ganado una nueva contienda
contra la razón, pues, en última instancia, esto ha sido lo que ha pugnado con él desde el
humanidad.
podido encontrar una cura para esta enfermedad, pues ni los mejores teóricos de la medicina
ni de la psiquiatría pueden curar algo que no ven y que solo se trata con la presencia de
aquellos seres queridos que han partido hacia tierras lejanas, unas tierras de las cuales no hay
403 | P á g i n a
retorno. La soledad de Joaquín, el anacoreta, el filósofo, el hombre maldito, parece que no le
ha importado a nadie, porque nadie ha conocido su historia, y le han condenado de por vida a
un silencio perpetuo, al olvido que solo merecen los peores criminales de la historia, porque,
a diferencia de la mayoría de las personas de este extraño país llamado Colombia, ha utilizado
su razón para explicar el mundo y no aquellos prejuicios religiosos que tanto aquejan a buena
parte de la población nacional. Ahora, al final de todo, cuando ya nada hay que hacer para que
regrese del viaje sin retorno de la muerte por el olvido, muchos se lamentan de que este país
no tenga los suficientes intelectuales como para que los ojos de una comunidad internacional
más preocupada por la producción incesante de las nuevas teorías que por la calidad de los
pensamientos que se emiten gracias a ellas, vean que este país también puede hacer uso de su
razón. El mundo ha caído en la soledad, en la maldición y ha llegado hasta tal punto que es
esperanza de encontrar el consuelo que tanto le faltó a un maestro que vivió según sus
predicaciones y que no temió enfrentarse al fanatismo, a pesar de haber pagado con creces el
sacrificio realizado. Invoco el nombre de un Dios que no nos ha querido enseñar su nombre,
para que, al borde del abismo existencial, libere de la soledad a este pagano que ha dedicado
la vida a las lamentaciones. Invoco su nombre para que el hombre no esté solo y no ande
Soñar tiene un precio altísimo y se llama vida. Quien sueña solo alcanza el trofeo de
los dolores del mundo por arriesgarse a pensar en un país diferente, en una humanidad en
dónde importe más aquello que nos vincule como verdaderos seres humanos y no una
404 | P á g i n a
sociedad preocupada más por la acumulación de riquezas que al final se perderán y
desaparecerán como la vida de Joaquín y de tantos otros que como él han procurado su
existencia en pos de la Verdad, una Verdad que está repartida entre los hombres y que, en
muy buen grado, se ha ocultado de nosotros porque nos reconoce como indignos de ser
portadores suyos. ¡Qué precio tan grande hay que pagar para vivir en soledad! La tristeza, el
abandono y el olvido son las recompensas más grandes en ese mundo desconocido para la
mayoría de los humanos mortales pero tan vivida por Joaquín a través de los años que acumuló
desgracias y tormentos.
marchado muy lejos de su corazón. Qué triste es una despedida: deja heridas en el interior que
no pueden ser sanadas con nada, o por lo menos no del modo convencional de hacerlo. Cuando
alguien a quien queremos con el alma nos deja, parte hacia un destino mejor o peor, pero en
definitiva, cuando alguien a quien amamos con el alma decide partir de nuestras vidas para
siempre, solo su presencia podrá curar aquellos vacíos que quedan con su partida, pues con
ese alejamiento se ha llevado una parte de nuestra existencia. Ser un hombre adulto significa
que algo duele siempre en tu interior. Y lo peor es saber que estos dolores nunca se resolverán,
que cada vez que se vuelve sobre ellos tan solo se abrirán más y provocarán en el interior de
cada uno infinitos tormentos y desolaciones que ningún otro ser humano puede llenar. ¿Qué
más esperar? Solo la muerte nos liberará de cuantas heridas interiores poseamos. La verdad
no hará libre a nadie porque ella depende de la representación que cada sujeto haga de ella: la
libertad depende de la relación de cada uno con la muerte y con el olvido del ser que habita
en el corazón del otro y que le vincula al sí mismo con un lazo irrompible. Pero la desgracia
siempre llega al corazón de los hombres: se les olvida como si nunca hubieran merecido vivir
405 | P á g i n a
y se les desprecia como si con cualquiera de sus actos se convirtieran en un ser desagradable
Colombia, solo significa que ha muerto. En este país sucede de esa manera. Si un ser querido
que existe para quienes esperan con anhelo la segunda venida de su salvador. ¿Es posible que
haya sido tal el odio irracional del pueblo X hacia el filósofo que ni su cuerpo haya
permanecido en el lugar donde quiso suicidarse? No estuvieron conformes con una muerte,
sino que, ha debido desaparecer por completo de la faz de la tierra. No hay una tumba, ni una
cruz, ni una parte de su cuerpo desmembrado en mil pedazos por el olvido de esta sociedad
corrompida por el valor del dinero y el fanatismo religioso. Ya no hay nada más que hacer en
pos de él. Tan solo recordar su historia y saber que un hombre vivió un día y que ha
desaparecido y que ese hombre, durante toda su vida, amó de manera incondicionada a una
única mujer y a su hijo y que, a pesar de la distancia y del tiempo, siempre tuvo la esperanza
de volver a abrazarles, aunque solo fuera por un solo segundo. ¿Volverás acaso? Tu vida ha
estado truncada por la desolación: si te atreves a soñar no tendrás más triunfo que la soledad
y la miseria interior.
406 | P á g i n a
8.2. Los confines del mundo.
Existen unas tierras a las cuales las personas no tienen acceso en la actualidad, porque
se ha construido [una vez más] una historia negra en la que la muerte y la desolación han
opacado cada centímetro de este territorio. Se le ha denominado «los confines del mundo»,
pues su nombre verdadero ha sido vedado para la humanidad, pues, al mencionar su nombre
por tres veces, dicen, un espectro te secuestra para devorar tu alma en la agonía de la tortura.
Afirman que en estos terrenos en la mitad de la noche hay sombras que se mueven y hacen
que las personas sientan miedo con tan solo mirarlos; y, del mismo modo, a plena luz del sol,
un resplandor extraño hace brillar el campo como si las plantas hubieran sido bañadas de una
extraña radiación, en medio de una sociedad que del tema poco sabe, y que hace de los colores
algo más nítido y más vivido. Pero es tan solo una historia de terror para que los intrusos no
entren a este lugar y no descubran la verdad que subyace en ese territorio: la de Joaquín, que
todavía está impregnada en aquél lugar. El conjunto de sus lamentaciones, aquellas que fueron
escritas de su puño y letra en las paredes de su hogar, siguen allí y parece que el tiempo no
podrá borrarlas, pues, a pesar de haber pasado medio siglo desde su desaparición, aún está su
que se narran en este país de hipócritas llamado Colombia, se esparció por todos los rincones
del país por los chismes y las murmuraciones de algunos pocos que, malinterpretando los
hechos y las determinaciones que llevaron a ciertos personajes para actuar de determinada
manera y no de otra, han ocupado sus vidas en hacer de los demás una ofensa y un medio para
407 | P á g i n a
introducir a los niños en un mundo de adultos para el cual nadie está preparado. Pero si se le
pregunta a las personas, nadie sabe nada, porque nadie conoce el corazón y el sufrimiento
ajeno. Pero por la espalda, con susurros y murmuraciones todos comentan la historia de
alguien que ha pervertido su existencia por las palabras de una mujer que murió en extrañas
condiciones y que nunca fue reclamada de las oficinas de la morgue. Todos tendemos siempre
a extraer conclusiones sin comprender bien los hechos de los cuales partimos y las
murmuraciones que pueden surgir de este modo: los chismes asesinan más que las balas de
tuvieron algún contacto con Joaquín Alberto Escudero Gonzales han muerto. Algunos por la
vejez y algunos otros porque era el momento de abandonar este mundo cruel y despiadado
que permite que el hombre se vuelva en un ser despreciable por la cantidad de daños que a lo
largo de los años va acumulando sobre sus espaldas. De aquella historia solo quedan las
falsedades que con el tiempo las nuevas generaciones aprendieron por los relatos de sus
abuelos y hoy evitan todo contacto con las tierras proclamadas como los confines del mundo
porque están malditas: son tierras de nadie, de algún filósofo loco que un día vivió en aquellos
terrenos y que ha desaparecido: «Bendita sea la mano de Dios que arranca la mala hierba de
en medio de los fieles que le encienden velas, le piden favores, pero asesinan la razón y todo
lo que sea diferente a ellos o a sus postulados», exclaman hoy los hijos de los fanáticos que
llevado al corazón de la humanidad al odio a sus congéneres. Creer en una entidad superior,
408 | P á g i n a
en el Dios del pueblo de Israel, no es una mala decisión, pues el hombre necesita algún apoyo
para su vida, y al no tener ninguna otra, han de elevar sus plegarias a lo desconocido, a lo que
es anterior a todo. El problema del hombre, en general, parece ser llevar hasta el extremo sus
creencias y tratar de imponer a los demás sus pensamientos en vez de argumentar y convencer
con el ejemplo y la palabra aquellas cosas que están vedadas. Incluso, estos fanáticos han
hecho todo lo que en sus manos ha estado para que la belleza del discurso del hijo del hombre,
del ungido enviado a salvar al pueblo de ese Dios, se transforme en una justificación para
cometer todo tipo de crímenes. Pero Dios no es culpable de lo que hacen algunos pocos, pues
hay ciertos que intentan asistir al mensaje, a una nueva alianza de amor hacia el prójimo, para
construir una nación diferente. Pero contra la ignorancia es muy difícil argumentar. Una
discusión contra alguien que no desea ver la realidad de la vida y de las creencias es inútil: es
como intentar establecer el origen de Dios, pues esto antecede a la consciencia del hombre, y
por tanto, no puede ser cognoscible por nadie. Yo he querido entregar mi vida al testimonio
de un amor que me desborda, pero es el hombre el que ha impedido que logre ese sueño.
Pertenecer a una iglesia no nos hace mejores ciudadanos que otros. Ser un sujeto religioso no
está mal, es algo necesario en la vida de muchas personas, el problema es caer en el fanatismo
que ha causado miles de muertes a lo largo del mundo y de la historia», todo esto y más está
grabado en las paredes de la casa ubicada en las tierras prohibidas para el mundo y no hay
quien las borre, pues el miedo se ha apoderado de todos los que viven en sus cercanías; y esto
ha sido escrito por un hombre que ha padecido el desprecio por parte de sus contemporáneos.
son los males del futuro, son las plagas que arrasarán con buena parte de la población mundial,
pues son historias que recorren diferentes partes de una nación y que, en definitiva, no son
409 | P á g i n a
correctas, pero podrían asesinar más que las balas de los alzados en armas. En muchas
ocasiones, se aísla a una persona de tal manera que la soledad y la depresión le llevan a un
estado de desesperación en el cual alucina con un mundo inexistente hasta que cree tanto en
eso que imagina que termina por abandonar su realidad, bien sea mediante la locura o por
medio de su mano. Tarde o temprano el mundo sentirá este mal y ya no habrá más que hacer
que permitir el suicidio en masa o tener espacios habilitados, y socialmente aceptados, para
que las personas asistan a suicidarse. Llegará un momento en la historia en el cual las clínicas
mentales, la casa de reposo y cuantas edificaciones de estas existan, sean más numerosas que
las universidades. Y preciso en el momento en el cual suceda algo así, comprenderemos los
La casa que un día habitó Joaquín hoy parece un cuento perdido en alguna biblioteca de
un monasterio, y su historia solo se divulga de una forma irracional de boca en boca, en voz
muy baja para no ser escuchada por una gran multitud sino por un solo oído que luego la
malinterpretará para transmitirla a otro de un modo más oscuro y así seguir construyendo una
leyenda maldita, de un filósofo maldito, que perdió a una familia maldita. La casa existe aún en
los confines del mundo, en algún punto del pueblo X, en el departamento de Antioquia, en la
República de Colombia, pero, como tantas otras cosas que suceden allí, ha desaparecido, pues
representa un lugar inaccesible para cualquier humano: son los confines del mundo, aquellos
terrenos que separan a los hombres de bien con el destino maldito de la humanidad. La casa fue
declarada como inhabitable y, por ende, fue eliminada de todos los registros que se tienen de
las propiedades; no se volvió a cobrar impuestos y, en definitiva, tal parece que este lugar nunca
410 | P á g i n a
8.3. La donación de una ermita.
En oposición a lo que pueda pensarse, el predio ocupado durante tantos años por
Joaquín para la soledad de su interior y el olvido del mundo que habita en la hipocresía de
dejar en el desprecio a sus genios, jamás se ha consumido del todo, pues, tiempo después de
haber desaparecido Joaquín, un hombre se encuentra en aquél lugar para crear un sacrificio
final y poder pagar con su vida el sacrificio hecho por ese hombre en pos de los otros. Hasta
el más sensible de todos los hombres puede cansarse de una eterna espera por alguien que no
llegará y por el cumplimiento de una promesa jamás ratificada ni expresada en público. Hay
alguien que, en medio de un mundo como el nuestro que ha preferido la corrupción para su
futuro y las relaciones sociales están mediadas por la falsedad y el engaño, ha elegido estar
en los confines del mundo sin importar todas aquellas maldiciones y murmuraciones que
existen en contra de estos terrenos y de la persona que antes habitó en ellos. A pesar de ello,
nadie podía creer que un hombre pudiera quedarse en un lugar como estos, pues, la maldición
podría extenderse más allá de las generaciones y las circunstancias y afectar a quien decidiera
permanecer en un lugar como estos en vez de huir como lo hace la mayoría de las personas.
La gente huye de sus palabras. Y, en verdad, debe hacerlo por el hecho de que las
palabras, bien utilizadas, pueden asesinar a una persona y ello ya se ha visto con la historia de
Joaquín. Pero las palabras que conforman el código con el cual nos relacionamos en todo
momento, también pueden hacer que una persona viva para siempre: quienes habitan estos
territorios del pueblo X han preferido la oscuridad y la expresión de un destino maldito, bien
sea por su ignorancia o a consciencia. Lo importante del hecho es que las personas tienen miedo
las circunstancias que bañaron la vida de aquella persona le temen a este hogar porque piensan
411 | P á g i n a
que si entran en contacto con él pueden quedar malditos como su fundador, su dueño y su
habitante por tanto tiempo. Es mejor que suceda esto para que nadie más, en un tiempo futuro,
En aquellos terrenos he guardado la promesa de que volvería algún día a estar con
Joaquín. Por desgracia llegué demasiado tarde, pues ya había desaparecido cuando uno de mis
pies tocó las tierras de aquél buen hombre olvidado por sus contemporáneos y por toda la
que desaparecería de la faz de la tierra y preferiría estar en medio de su soledad, con las
lamentaciones y las divagaciones de siempre. Todo tiene una luz diferente al final de la vida,
existencia, pues ahora se ve que todas aquellas palabras por Joaquín pronunciadas acerca del
amor a su Diana y a su Agustín, tenían mucho que ver con el cómo termina la vida el hombre.
Todos debemos pasar por ciertas épocas en las cuales nos sentimos miserables, por
existencia. Y siguen pesando más para él los daños de la vida que los años que vivió esperando
una verdadera transformación de la realidad social de este país gobernado por los mismos
ladrones de siempre y con los mismos hipócritas de siempre impartiendo el valor de una
filosofía inútil que solo se piensa los problemas de las naciones extranjeras pero que es
412 | P á g i n a
El predio continúa existiendo, pero luego de la muerte de aquella persona que la ha
habitado durante este casi medio siglo se quedará sola y será condenada al deterioro normal
del tiempo y se perderá como tantas otras casas y terrenos perdidos por las creencias erróneas
de un pequeño grupo de personas o por los inmensos prejuicios que se tienen para aceptar lo
diferente. En época reciente, en la cual se ha propagado el odio hacia lo que se plantea como
mayoría, es preferible decir en el hogar que se es homosexual que se desea estudiar filosofía.
Esto último parece ser la recepción de una maldición que por años ha perjudicado a las
familias y que trae desgracias a quienes prefieren este conocimiento a cualquier otro. Además,
quien vive para la filosofía muere de hambre, dicen muchos en este pueblo para desanimar a
las nuevas generaciones para que no se dediquen al espíritu sino al sistema económico que
Pero ahora ya nada debe esperarse, porque nadie más llegará a este punto a rescatar un
viejo predio que nadie quiere mirar y del cual, es muy probable, nadie quiera hacerse cargo.
Ni los secretos que este esconde, ni las huellas de un pasado tormentoso, enigmático pero
llamativo, podrá atraer a este lugar a curiosos y morbosos que deseen comprender las
cuestiones que atañen a la vida de los hombres y que hacen que uno de ellos sea condenado a
la peor de las penas conocidas y por conocer: el silencio perpetuo. Por el hecho de que alguien
desee estar solo no significa que deba permanecer en silencio. Por el hecho de que alguien
fundamentales para la construcción de una identidad personal, no significa que el resto del
mundo tenga el derecho de hacer de las suyas con esta persona. Por el hecho de que uno no
413 | P á g i n a
quiera venderle su pensamiento a nadie, no significa que sea un extraño y se le deba aislar de
todo para el beneficio de unos pocos. Pero ese es el modo de actuar de los colombianos y qué
más da, ya nadie puede cambiarlos a ellos. ¡Hay Colombia cuánto me dueles! ¿Cómo has
podido convertirte en un país tan hipócrita? Pero en medio de todas las cosas que suceden en
este lugar tan extraño, cambiaría por todo el oro del mundo para nacer de nuevo entre esta
Aunque para el resto del mundo los terrenos de Joaquín se convirtieron en los confines
del mundo, en aquellas tierras inaccesibles para el resto de la humanidad por la maldición, a
pesar de que el temor se ha apoderado de la población del pueblo X y ya nadie podrá visitar
estas tierras porque cualquier contacto con ellas presupone una muerte tormentosa y el olvido
de sus contemporáneos, he llamado a estas instalaciones «la ermita». No hay nadie que pueda
decir que no lo es, pues el único hombre que las había habitado fue un monje no reconocido
por los estatutos de las nuevas administraciones de la palabra de Dios en la tierra, pero siempre
tantos otros que han vivido bajo la oscuridad pues en su pensamiento le huyen a todos los
títulos y a todos los cargos por considerar que ellos son tan solo una carga para el orgullo del
quedarán estas tierras como ha quedado el maestro y el anacoreta que ha habitado en ellas y
414 | P á g i n a
Epílogo: Una historia que jamás concluye.
Ya nada más hay que decir. Luego de estas palabras moriré y nadie más podrá conocer
aquellas palabras dichas ni los silencios guardados con tanto recelo. Joaquín Alberto Escudero
Gonzáles fue mi maestro. Que las nuevas generaciones sepan que hubo una vez un filósofo
colombiano y que su voz se opacó por el murmullo del fanatismo religioso y que no ha habido
más genios en esta tierra después de él. Y a una sola voz, la humanidad clamará: ¡Por cuántos
No hay peor castigo que el olvido de los contemporáneos y que, al final de la vida,
hasta los amigos más queridos se marchan y quienes un día juramos la amistad eterna
quienes estén a plena luz del día luchando contra toda adversidad perezcan para beneficiarnos
de su muerte y hacer nuestros sus pensamientos. ¡Cuánto me hubiera gustado ver a mi maestro
una última vez antes de morir! Pero ya las cosas no pueden ser y hay que quedarse en las
lamentaciones para saber que el dolor del mundo es lo único que permanece al final de todo.
la escuelita viajera llegó a mí como la brisa cálida que precede al invierno, y se ha marchado
como si un huracán la haya reclamado para sí. Con ella aprendí el valor de una separación ¡y
cuánto duele ver partir a quien se quiere con el alma! Pero esta es otra historia que contar, y
por ahora el corazón no está dispuesto a recordar las páginas de una antigua relación que
415 | P á g i n a
Lo importante es saber que ya nada es como antes. Todo se ha perdido y cada cual
tiene en su interior al menos a una persona a quien espera con paciencia y que daría todo por
volver a verla. Pero debemos ser conscientes de que no podemos obligar a nadie a permanecer
felicidad, debemos desprendernos del egoísmo natural de todo hombre y dejar partir a quien
ha decidido hacerlo. El cariño no es una cadena que te obliga a permanecer, sino un motor
que ayuda a volar lejos a la persona amada, así este viaje implique el abandono del amante. Y
ese es el reto a seguir de todo aquél que se arriesgue a amar: hay amores imposibles y hay
quienes no valoran lo que hacen por ellos a pesar de que uno solo le entregue el mundo entero.
Lo curioso de todo esto es que la historia de Joaquín se repite todos los días. En el
mundo los desterrados parecen ser más que los triunfadores, y en el mediodía de la humanidad
materiales, quien no esté dispuesto a seguir las reglas imperantes, está condenado a ser dejado
de lado, a que nadie le preste atención y que, poco a poco, su existencia se pierda en las
pensamiento diferente es marginado y llevado hasta el extremo del exterminio. No hacen falta
balas para asesinar lo humano: hacen falta neuronas para comprender nuestra humanidad. Y,
más allá de ello, nos hace falta un poco más de sufrimiento para comprender el hecho de que
los otros también hacen parte de nuestra existencia: no hay ningún hombre que sea capaz de
vivir para siempre en un estado de soledad permanente: siempre necesitará de otro, por lo
416 | P á g i n a
pero no es posible renunciar a las emociones que provoca la soledad: es una agonía interior
sucederá con las tierras que algún día habitó: a ellas también se les condena al silencio
hay nada que ahora pueda hacerse con ello. La materia perece y el hombre fallece o desaparece
cuando lo hace es interrumpido por el accionar de terceros, dar la vida por los sueños no
siempre da como resultado un triunfo. Y, como si fuera poco, el mundo es lo que cada
Fin.
417 | P á g i n a