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PALEOECOLOGÍA: UNA MIRADA AL PAISAJE Y SU INFLUENCIA EN EL HOMBRE Y

SU EVOLUCIÓN

INTRODUCCIÓN

En este trabajo explicaremos la Paleoecología como una herramienta necesaria para el


estudio del medio ambiente en el pasado, haremos una reseña histórica de la disciplina como
una rama de la paleontología, pero le daremos un enfoque al estudio de las sociedades
humanas en la arqueología del paisaje. En general, veremos cómo el paisaje en el que se
desenvuelve el ser humano ha sido factor determinante en la evolución de nuestros
ancestros, cómo ellos han influido en su medio y, a lo largo del tiempo, como esto lleva a
nuevas formas de apropiaciones, significados y simbolismos que se ejercen en el paisaje y
pasan también a ser elementos de transformación e interacción del mismo.

¿Qué es la Paleoecología?

La Paleoecología es una disciplina rama de la paleontología que se encarga de hacer la


reconstrucción de ambientes del pasado y estudiar cómo los organismos se relacionaban con
este, esta disciplina es a menudo usada como una herramienta en muchos otros estudios y
profesiones interdisciplinarias como la Antropología para estudiar la relación de los seres
humanos (y sus antecesores) con el medio ambiente. La paleoecología siempre ha tenido
estrecha relación con la geología, la botánica, la arqueología y la antropología, esto le da un
valor muy importante a la hora de ser una disciplina a la cual se le pueden dar distintos
enfoques dependiendo lo que se está estudiando.

Metodología de la Paleoecología.

La Paleoecología como disciplina que estudia el ambiente en el pasado, se basa en registros


fósiles (animales y vegetales) y varios otros estudios circundantes. Entre los estudios más
utilizados están la palinología, el análisis de suelos, la datación absoluta o relativa y otros
cuantos más.

Palinología:
La Palinología es una ciencia que estudia el polen fosilizado (o vivo), ya que el estudio de
estas partículas producidas por seres vegetales, contienen información valiosa sobre los
cambios de vegetación que se han dado en una región y los cambios climáticos y geográficos
de una época determinada. Este método de estudio es el más utilizado por la paleoecología,
ya que se ha mostrado el más efectivo para entender patrones de distribución vegetal y
cambios climáticos drásticos que se evidencian en la vegetación, y con ello el tipo de fauna
adaptada para convivir con este ambiente y las posibles adaptaciones humanas necesarias
para poder hacerlo habitable. Estos estudios demandan un conocimiento de la morfología del
polen fósil, lo cual ha sido posible por las vastas colecciones que se han sido recopiladas y
gracias a los conocimientos botánicos disponibles.

Análisis de Sedimentos:
Los estudios de sedimentos en la paleoecología son muy importantes, ya que allí es donde
principalmente se encuentran registros fósiles que pueden ser vegetales o animales. Los
análisis sedimentológicos se encargan de estudiar el proceso de la formación de los
sedimentos, su edad aproximada y además hacer una recolección de todo material orgánico
fosilizado allí presente.

Registro Fósil:
El registro fósil tiene una gran importancia dentro de la paleoecología, ya que son restos de
seres orgánicos que después de un proceso (fosilización) se han conservado hasta nuestros
días, dándonos valiosa información de la fauna y la flora que habitaba el lugar geográfico
estudiado en una época determinada, permitiendo hacerse una imagen del ambiente allí
presente. La fosilización es un proceso físico-químico que se da en condiciones específicas.
Consiste en el reemplazamiento de la materia orgánica por mineral, pero aún conservando
las estructuras morfológicas del individuo en el mejor de los casos.

Datación Relativa y Absoluta:


La datación relativa y absoluta tienen suma importancia en los estudios paleoecológicos, ya
que permiten establecer una cronología en los sedimentos y material orgánico fosilizado que
se encuentra. La datación relativa es aquella que nos ofrece información sobre la edad de un
objeto específico que no se puede datar absolutamente en relación a otros objetos que sí
pueden hacerlo y estén en el mismo depósito estratigráfico. La datación absoluta es aquella
que nos ofrece información sobre la edad de un objeto específico de manera directa sin tener
que recurrir a comparaciones como la relativa.

EL CONCEPTO DE PAISAJE

Se define paisaje, desde esta perspectiva, como la experiencia organizada que tiene un
grupo humano de un espacio físico (cómo se percibe y valora), al tener que elegir
posibles acciones sobre ese espacio, de acuerdo con la manera como se representa a
sí mismo en relación con el espacio (Criado, 2001; Hernando, 2002). Así, se propone
estudiar el paisaje como una construcción social (ontológicamente subjetiva) del
espacio físico (ontológicamente objetivo). Se parte del supuesto de que antes de ser
usado el espacio es percibido. Y el espacio físico (lo dado) es interpretado para poder
ser comprendido, organizado y usado. Se construye no lo físico, sino la manera de
percibir eso que existe independientemente de los observadores individuales, pero sí
en relación con el grupo (la estructura ontológicamente subjetiva). Se actúa sobre el
medio no sólo en términos instrumentales de su modificación objetiva, sino también
en forma simbólica, al nombrarlo o clasificarlo de cierta manera, sin que eso modifique
en ese momento sus propiedades físicas. (Criado, 2001b: 2) (texto original)

Se percibe el paisaje en arqueología en tres aspectos, un espacio físico (entorno), lo que se


hace en el (acciones) y los códigos culturales que deciden y obran sobre este espacio
(imaginario). Dicho en pocas palabras la construcción de un paisaje arqueológico se
caracteriza por el espacio físico, sí, pero también por la idea que se quiere imprimir (y que se
busca interpretar) sobre ese espacio físico, estos son los códigos culturales que se tienen ya
establecidos. Un ejemplo es cómo las culturas en el Amazonas desarrollan un modelo de
agricultura a base de chagras y un modelo de vivienda particular (malocas). Las malocas no
están ya construidas en el espacio, son construcciones culturales y físicas sobre este que le
modifican, entonces, si en un caso hipotético estas personas fueran sacadas y llevadas a otro
lugar, incluso uno radicalmente diferente, sería su primer intento de habitar en tal buscar
construir malocas y chagras o algo en su defecto similar, porque es la configuración espacial
a la que ya están acostumbrados. Esto no significa que las construcciones culturales que se
hagan sobre el espacio sean siempre las mismas, también se verán modificadas por las
disposiciones del espacio y viceversa. En síntesis el paisaje en la arqueología es un diálogo
entre el espacio físico, lo que las comunidades que viven allí imprimen sobre él y el valor
simbólico que se le da a este por el solo hecho de nombrarlo y clasificarlo bajo una gramática
cultural específica. De esto último, un ejemplo se daría cuando pensamos en una montaña.
Para un pueblo, ésta puede representar mucho y tener gran valor simbólico dentro de su
riqueza cultural, para otro pueblo, esta misma montaña en el horizonte simplemente
representa un accidente geográfico con recursos importantes o incluso sin gran valor.

A lo largo de cientos de años, el paisaje ha tenido un significado que ha trascendido en las


vidas de las personas de diferentes comunidades alrededor del mundo y por tal en las ciencias
sociales. Éste se ha visto como uno de los agentes culturales más importantes, dado que
contempla dimensiones sociales, culturales e históricas y sin embargo hasta muy
recientemente ha empezado a ser reconocido como tal. En la arqueología, además de estas
dimensiones, el paisaje puede dividirse de varias maneras, aunque para algunos se hace en
dos partes. La arqueología del paisaje como tal se ha basado originalmente en el paisaje
como dimensión económica, entendiendo por tal las interacciones físicas que se dan en el
paisaje, como construcción, modificación, utilización y extracción que se dan en éste, y más
recientemente como dimensión simbólica, donde entran a mediar los significados que se le
dotan al paisaje, desde la apropiación del mismo a través del lenguaje y cosmogonías hasta
su uso ritual y otros.

En la dimensión económica, se toma el paisaje como una forma de interacción entre las
sociedades y el medio ambiente. Esta interacción se presenta con diferentes tipos de
relaciones que se pueden transar y que han sido relaciones de mutua evolución (poblaciones-
paisaje/paisaje-poblaciones) que han permitido que tras varias décadas e incluso siglos se
pueda evidenciar y observar no sólo la parte agraria y otras formas de explotación de recursos
de los pueblos, sino sus formas de apropiación y uso del territorio. Es importante entender a
estos pueblos como parte del ambiente que les rodea, cómo éste los afecta, ver los beneficios
y desventajas que les ha traído y cómo se han adaptado a él. Esta dimensión ha sido muy
tratada desde el procesualismo donde los conceptos “patrón de asentamiento” y “espacio”
han sido básicos y muy importantes en el estudio de la relación hombre-naturaleza.

Ahora bien, la dimensión simbólica que se le da al paisaje dentro de la arqueología del paisaje,
ha sido manejada, entre otras, en la corriente del postprocesualismo que ha sido en los
últimos años la más estudiada. Para muchos el paisaje representa el lugar donde se
encuentra la identidad cultural, sin embargo, cuenta con otros significados tales como:
“abstracción de diferentes significados que generan los lugares que lo conforman es decir,
paisajes rituales y étnicos. Se trata de una realidad social e históricamente construida, de un
sistema de referencia y de una composición del mundo donde las diferentes actividades
adquieren sentido”1 Es tal, que tenemos que también es responsabilidad del arqueólogo del
paisaje interpretar los códigos sociales y culturales que le dan significado al espacio. Esta
concepción simbólica del paisaje da lugar a que se busque y se interprete el espacio

1 Policarpo SÁNCHEZ YUSTOS-Las dimensiones del paisaje en Arqueología- p.145


dividiendo lo concebido para el mismo y lo practicado en este, las nociones que se tienen de
él y lo que realmente se encuentra allí. El paisaje es un lugar tal donde se encuentran
construcciones sociales y rituales, o vestigios de estos, que en la reconstrucción del pasado
y así a saber más de los términos físicos y también sociales que rodearon y moldearon y
fueron moldeados por las poblaciones del pasado.

Si bien se ha trabajado una dimensión más que la otra históricamente, se ha visto en la


práctica arqueológica que se utilizan y se conjugan estas dos, puesto que para lograr ver de
una manera más profunda y completa la interacción hombre-naturaleza se necesitan datos
de ambas esferas del desenvolvimiento humano en los espacios físicos. De cierta forma,
podría hablarse no sólo de una interacción de mutua evolución entre el paisaje y el hombre,
sino también en las dimensiones que conjugan esta interacción. En lo económico, se dan
acciones y actitudes que van mediadas por cuestiones simbólicas y culturales y que al tiempo
sirven como futuros factores para perpetuar, practicar, renovar y reestructurar prácticas
simbólicas y rituales; lo mismo ocurre en la dimensión simbólica con respecto a lo económico.
Al estudiar estas dimensiones fundamentales nos damos cuenta de que no se puede olvidar
o menospreciar el carácter multidimensional del paisaje y sus relaciones con el hombre. Estas
relaciones se conjugan para formar un grueso que influye en la manera en la cual es percibido
y estudiado el pasado, el presente tal como ha sido moldeado por esas interacciones y cómo
seguirá moldeando y siendo moldeado hacia un futuro, permitiéndonos especular e imaginar
un poco también acerca de aquellos que vendrán después de nosotros.

HISTORIA DE LA PALEOECOLOGÍA

Desde la antigüedad clásica los fósiles han representado una fuente de grandes enigmas. En
el siglo VI (A.C) dos pensadores griegos, Anaximandro y Jenófanes, son los primeros en
abordar la cuestión de una manera directa. Ya desde ese entonces, eran conscientes de lo
que se trataba, de seres extintos. Aún así, las explicaciones que se plantean ambos filósofos
son a partir de las leyendas de su tiempo.

Más adelante, en la Edad Media, también se discute esta cuestión sobre el origen de los
fósiles. Avicena, propone una teoría sobre fluidos petrificantes y Shen Koo, en China, propone
la teoría de cambios climáticos y graduales además del retroceso del mar frente a la tierra.

Durante el Renacimiento, bastantes autores tocaron el tema. Leonardo da Vinci, enuncia los
procesos de sedimentación y fosilización, y junto con Niels Stensen y Gottfried, quienes más
adelante amplían este proceso, definen a los fósiles como restos de seres vivos sobre los
que, luego de morir, se forma una roca que los contiene. Estas son las bases para que se
desarrolle más adelante la estratigrafía y la paleontología. Sin embargo, sólo sería hasta el
siglo XVIII donde se acepta que los fósiles se originan de un ser vivo.

Cabe destacar al francés Georges Cuvier (1769 - 1832), quien es considerado el padre de la
paleontología y de la anatomía comparada. Establece el método de correlación faunística y
la teoría del catastrofismo para explicar los cambios en el aspecto de la tierra y sus especies.

A lo largo del siglo XIX se avanza rápidamente el desarrollo de esta disciplina a partir de las
diferentes ciencias y áreas de estudio. Por el lado de la geología, tuvo dos representantes
importantes; William Smith, quien sienta las bases de la paleontología estratigráfica al
demostrar que los estratos pueden ser diferenciados de acuerdo a su contenido fósil, y
Charles Lyell, quien desarrolla la teoría de la uniformidad. Estas investigaciones hicieron que
la paleontología se relacione estrechamente con los fósiles.

Finalmente, Charles Darwin (1809 - 1882), con su teoría de la evolución, introduce el término
“selección natural”, lo cual tuvo gran trascendencia en los estudios paleontológicos, pues es
en este momento cuando se dan cuenta que estudiar los fósiles supone un acercamiento para
entender el proceso de la evolución en los humanos, generando esto una nueva área de
trabajo de la paleontología; la paleoantropología, que en efecto, se trata del estudio de la
evolución de la especie humana.

ENFOQUES Y PERSPECTIVAS

Abordando las corrientes investigativas de la paleoecología y sus implicaciones con la


arqueología del paisaje, se pueden encontrar profundas y muy marcadas tendencias a lo largo
de su desarrollo histórico. Desde los inicios de ambas corrientes de investigación han
presentado divergencias en la forma de abordar sus terminologías y problemáticas, gran parte
de estas divergencias generadas por los estudios que las usan y sus fines. Sin embargo, se
ha acordado que el hombre es un factor modificante del paisaje y sus componentes y así
mismo el paisaje es modificante del hombre en sus diferentes esferas.

La necesidad de establecer un enfoque para el paisaje facilita a la arqueología el estudio


amplio y detallado del mismo haciendo uso de varias disciplinas, cualquiera que sea su
objetivo en el estudio. Del mismo modo la paleoecología cuenta con el apoyo de otras ciencias
para brindar un estudio amplio y suficiente. Para la arqueología uno de varios enfoques del
paisaje facilita un marco histórico-cultural para evaluar e interpretar la diversidad de
evidencias mientras que otros se enmarcan en datos cuantificables como la viabilidad y el
uso de la tierra.

En los primeros años de desarrollo de la paleoecología, podemos encontrar una fuerte


tendencia al estudio amplio de restos en la parte más septentrional del planeta, sin embargo
hay nuevas tendencias que apuntan hacia el estudio palinológico y paleoecológico del trópico.

Incluso si los orígenes del término paisaje a nivel de investigación fueron dados por la
geografía, las mayores discusiones sobre la forma correcta del uso del término se han dado
en la arquitectura, la antropología y la arqueología.

Para el primero, el paisaje está fuertemente atado al desarrollo cultural, como escenario para
conflictos, tensiones y como proveedor de unidad social. Aún así, los significados de los
rasgos físicos del paisaje se pueden modificar sutilmente a lo largo del tiempo o por medio de
grandes transformaciones, que a su vez van a modificar a sus ocupantes.

Para la antropología el paisaje está mayormente dado a trabajarse en términos de identidad


y respuesta social. Esto se da fuertemente ligado a la visión transmitida de los pueblos
indígenas sobre el manejo correcto de los recursos naturales, en pro de salvaguardar la
herencia y las tradiciones pero en general también incluye las apropiaciones y usos del
espacio.
Para la arqueología sin embargo, la adopción de este término está más íntimamente
relacionado con los patrones de asentamiento. En un principio se manejó el determinismo
medioambiental, se usaban mapas de distribución que proveían explicaciones de tipo
geográfico, lo que establecía una relación del entorno con el desarrollo de las actividades
llevadas a cabo en el sitio, pero esto declinó cuando se empezaron a investigar los patrones
de asentamiento en torno a las necesidades culturales que parecían haber, no sólo reflejadas
en el medio ambiente, sino también en el cambio que se presenta en el hombre mismo a lo
largo de su evolución.

Es de esta manera que se reconoce la importancia de los estudios arqueológicos en el


paisaje, de su necesaria integración con la paleoecología, para facilitar la recolección de
información acerca de la influencia del entorno en el proceso evolutivo del hombre. Es
indispensable admitir el peso de los cambios ambientales en un proceso tan demandante e
intenso como lo es la evolución humana. Así pues las nuevas corrientes podrían allanar el
camino para estos hallazgos siempre y cuando se tenga en consideración el paisaje en su
tuotalidad y su relación con el hombre y sus antepasados.

Conclusiones.

Para concluir haremos un pequeño repaso de los aspectos más importantes que hemos
tocado y que nos parecen más relevantes a la hora de estudiar y/o trabajar en la antropología
del paisaje.

La definición de paisaje siempre ha sido muy heterogénea en consecuencia al contexto en el


cual se utiliza, tenemos el paisaje como una simple representación artística de las formas
naturales, después se toma una perspectiva del paisaje como medio en el cual el hombre se
desarrolla y lo modifica , y por último y la definición que aquí nos concierne es el paisaje como
una construcción del ser humano sobre lo natural (paisaje físico) que influye en la vida
cotidiana constantemente siendo sus significados simbólicos reafirmados y a veces
cambiantes a medida que pasa el tiempo. Si bien hay muchas definiciones, esta última es la
más adecuada en cuanto a la arqueología del paisaje se refiere, ya que permite abarcar temas
como el significado cultural del ambiente para los grupos humanos, la simbología y todo un
ejercicio de clasificación del mundo.

La metodología de trabajo dentro de la arqueología del paisaje ha variado a lo largo de la


historia, el enfoque recientemente se le ha dado es un enfoque ecologista. En este enfoque
la arqueología del paisaje se basa en la cultura material, lo cuantificable, en otras palabras,
la recolección de datos medibles. La recolección de datos se hace desde una metodología
ecologista, es decir prospecciones, estudios de suelos, palinología, recolección de datos
ambientales, etc…

Teniendo en cuenta todo esto, consideramos los estudios paleoecológicos de vital


importancia para lograr tener un panorama claro del ambiente en el que evolucionaron
nuestros antepasados, no sólo de una forma determinística, sino también teniendo en cuenta
los procesos de transformación del paisaje mediados por el hombre y sus ancestros que son
susceptibles de ser estudiados desde la arqueología del paisaje. Consideramos también
importante, hasta donde la recolección exitosa de datos permite, el estudio de la simbología,
significados y apropiaciones diferentes del sólo espacio físico con sus características
determinadas en las poblaciones más antiguas posibles como un vehículo para entender la
evolución humana en su totalidad: desde su parte biológica/ambiental y su parte
cultural/adaptativa.

BIBLIOGRAFÍA.

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Policarpo SÁNCHEZ YUSTOS-Las dimensiones del paisaje en Arqueología- p.139-151 San


Sebastian (2010)

Islebe, Gerald - La paleoecología: Bases y su aplicación Foresta Veracruzana, vol. 1, núm. 2,


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Breve Historia de la Paleontología, Recuperado de:


http://mas-alla-de-somosaguas.blogspot.com/2011/04/breve-historia-de-la-paleontologia-i-
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FERNANDEZ-LOPEZ, S.R. 1999. Tafonomía y fosilización. En: Tratado de Paleontología,


tomo I (Ed. B. MELÉNDEZ, 1998). Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid: Commented [1]: http://www.raco.cat/index.php/ActaG
51-107, 438-441. eologica/article/viewFile/74859/97432..

http://www.redalyc.org/pdf/497/49710209.pdf

http://eprints.ucm.es/21802/1/078_99_Tafonomia_y_Fo
silizacion.pdf

Esos son los documentos de donde saqué la info por si


quieren contrastar y corregir

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