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(1933-2018)

Philip
Roth
resistencia
y palabra
consciente
AGUSTÍN RAMOS

La narrativa total de
PHILIP ROTH
Gustavo Ogarrio
ARTURO RIVERA: soy mi
modelo, soy mi pintura
José Ángel Leyva
El arte de la mentira
■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 3 de junio de 2018 ■ Núm. 1213 ■
Vilma Fuentes Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver
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EL JUEGO LIMPIO DE LA PALABRA P


LEOPOLDO DE L
Lo que para Henry James es el POETA ESPAÑOL, A CIEN AÑOS DE S
imaginario Yoknapatawpha, para
Juan Rulfo el ficticio pero tan real
Comala, o para Borges la mítica Antonio Rodríguez Jiménez
Buenos Aires, para Philip Roth es el
neoyorquino Newark, donde han
tenido sede la vida y la creación
literaria del célebre autor de Pastoral SEMBLANZA DE UN IMPORTANTE que la poesía es un acto de amor que entiende como
una prueba de humildad. Él considera la poesía co-
americana, La mancha humana, Me POETA DE LA POSTGUERRA ESPA mo algo útil para el hombre porque puede ayudarle a
casé con un comunista, La conjura ÑOLA, PREMIO NACIONAL DE POE comprender el mundo y comprenderse a sí mismo.
SÍA 1979 POR SU LIBRO IGUAL QUE Dice que de toda gran obra poética podemos salir me-
contra América y muchos otros títulos jores y más libres.
GUANTES GRISES, EN CUYA OBRA RE Leopoldo de Luis nació en Córdoba en 1918 y fa-
que colocaron al estadunidense en la
SUENAN LAS VOCES DE JORGE MAN lleció en Madrid en 2005. Su infancia y juventud las
cima literaria mundial, no sólo de pasó en Valladolid y posteriormente se instaló en Ma-
RIQUE, FRAY LUIS DE LEÓN, ANTONIO
habla inglesa. Fallecido el pasado 22 drid. Es autor de veintiséis libros de poesía, entre los
MACHADO, MIGUEL HERNÁNDEZ Y que se cuentan Alba del hijo (1946), Huésped de un tiem-
de mayo y salvo un Premio Nobel de VICENTE ALEIXANDRE, Y DUEÑO DE po sombrío (1948), Pájaros imposibles (1949), Elegía de
otoño (1952), El padre (1954), Teatro real (1957), Juego
Literatura que no le hizo falta jamás UN ESPÍRITU “FUERTEMENTE ARRAI limpio (1961), Igual que guantes grises (1979) –libro por
para gozar del justo reconocimiento a GADO EN LA EXISTENCIA DEL HOM el que recibió el Premio Nacional de Poesía en 1979–,
Otra vez con el ala en los cristales (1986), Los caminos
su obra deslumbrante, Roth fue BRE Y EN LA TEMPORALIDAD DE LO
cortados (1989), Reformatorio de adultos (1990), Aquí
merecedor de todos los galardones COTIDIANO.” se está llamando (1992), Despedida de San Roque
(1994), El viejo llamador (1996), Poesía de Posguerra
pero, sobre todo, es el creador de una
(1997), En las ruinas del cielo de los dioses. Antología
obra que, una vez leída, es imposible 1946-1998 (1998), Generación del 98 (2000), Elegía con

L
eopoldo de Luis fue uno de los poetas más inte- rosas en Bavaria y otros poemas (2000), El portarretra-
apartarla de la memoria. Los textos de resantes y mejor considerados en el panorama tos (2000), Cuaderno de San Bernardo (2003). Es autor
Agustín Ramos y Gustavo Ogarrio literario español. Se trata de un hombre, un ar- de antologías, estudios literarios y ediciones, como la de
tista fiel a sí mismo, que dijo con naturalidad que la poesía social o las de Miguel Hernández y Vicente
aquí incluidos van a manera de la poesía parte siempre de la subjetividad y se Aleixandre, entre otras. Su obra está incluida en nume-
brevísimo reconocimiento a ese autor trata de “respirar por la herida”. Quizás esta sea la defi- rosas antologías de postguerra.
nición que más ha quedado en los estudiosos de su obra Leopoldo de Luis fue también uno de los críticos de
total que fue Roth. a la hora de definir su poesía. poesía más brillantes de los últimos cincuenta años has-
“El poeta devuelve a su pueblo, hecho poesía, lo ta su fallecimiento, pero es, ante todo, un poeta de la
Comentarios y opiniones: que su pueblo recibe”, dice Leopoldo de Luis explican- humanidad, en el que están latentes las preocupaciones
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do que la poesía es una restitución. También aclara, en de los hombres y de su vida en sociedad. Hay a lo largo
unas reflexiones poéticas que publicó hace unos años, de su obra un toque de tristeza y amargura, una especie

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POÉTICA

LUIS,
SU NACIMIENTO

Leopoldo de Luis en su estudio, 2014. Fuente: farosinmar.blogspot.mx

de fatal destino que une al hombre en una común des- sus versos al hijo y a la esposa, lloró al padre y a la rosa melancolía. Los imposibles pájaros es un poema-
gracia. La realidad es uno de los temas esenciales de madre, y ahondó en el dolor humano. Se trata de uno rio de dolores y cansancios humanos; Los horizontes
meditación en su obra. Para él la poesía no es sólo de los poetas más representativos de la poesía espa- es una elegía a los hombres, en el que hace una con-
una forma de expresión, sino la forma de expresar una ñola de postguerra, que cantó con naturalidad y movedora descripción poética de la miseria, la indi-
entrañable realidad humana. Para él la poesía son maestría –sin avergonzarse– al amor doméstico; pe- ferencia y la derrota. Aquí flota el influjo de Miguel
sensaciones, pero sin despreciar las ideas, y es asi- ro fue además un poeta social, humanista e inclinado Hernández.
mismo la sorpresa subconsciente. Dice el poeta que a la introspección existencial. La poesía es para él El tema de la vida humana como herida inescapa-
a todo esto hay que añadirle la emoción, esa emoción sentimiento y experiencia auténtica. Los temas esen- ble se palpa en Elegía de otoño. El mar, la muerte y los
que pone la herida. El que esa herida les duela a los ciales que abordó desde que publicara su primer li- hombres que viajan por vías muertas y estaciones
demás es el acierto del poeta. bro –Alba del hijo– son, entre otros, lo autobiográfico, solitarias en las que se descarrilará definitivamente
Se le ha calificado de poeta de lo cotidiano que la enajenación de la gran ciudad, la solidaridad y la con “aquel tren de juguete de la infancia”.
refleja en sus versos la cruel realidad de cada día. An- condición humana. El padre (1954) es una elegía empapada de amor
gel Balbuena Prat escribió que es un renovador del Concha Zardoya dijo sobre él que “su dicción es filial que arrastra al poeta al imposible esfuerzo de
cernudismo y del neobecquerianismo. Por su parte, sencilla y sus versos son directos, humanos, conmo- luchar con la muerte para arrancarle a quien acaba
el poeta y crítico Joaquín Benito de Lucas manifestó vedores”. Zardoya realizó un recorrido certero sobre de llevarse, huyendo como un río. Aparece la huma-
que Leopoldo de Luis no tuvo que inventar la poesía, su obra para detenerse en la ternura, sencillez y be- nidad como destino irrevocable. En El extraño (1955),
sino que poetizó su existencia. La canción poética de lleza de Alba del hijo, o en la meditación otoñal sobre el hombre es un reflejo de la hermosura cósmica. Hay
Leopoldo de Luis es íntima, pero de resonancias tan la vida de Huésped de un tiempo sombrío, un libro de en este libro un interesante canto a la libertad.
humanas que todo hombre la percibe. Hay un senti- corte juanramoniano en el que sobresale su temblo- El mundo calderoniano aparece en Teatro real
miento de amargura por la historia reciente de Espa- (1957). Se trata de un teatro en el que hay disfraces,
ña, que se identifica con la historia del propio poeta. trucos, fuego de pasiones y muerte. Es el final del rito.
Se descubre en su poesía un tono ético con el que DE LUIS SUBRAYA QUE LA POESÍA Y todo vuelve a empezar en la siguiente función. La
pretende hacer la vida más digna para todos por me- danza, la mujer y el amor se convierten en un baile de
dio de una conciencia moral que él quisiera que NO SUPLANTA NUNCA A LA VIDA , alegrías, penas y desengaños. Nos soñamos la vida
fuese colectiva. A veces, la condición de la nada lo SINO QUE DEBE SER SU COMPAÑE- mientras el tiempo nos destruye: “y al despertar es
rodea, y la muerte o la desesperanza toman su pro- cuando comprendemos/ que era la realidad lo que
pio rostro en forma de vacío existencial. La tradición RA . LA POESÍA DEBE REFLEJAR AL soñábamos”. Explica Concha Zardoya que se trata de
poética ha hecho mella en él a través de grandes es- HOMBRE , DEBE SER UN ESPEJO un libro hondo y serio, con palabras responsables,
critores de la talla de Jorge Manrique, Fray Luis de humanas, pero no menos líricas y traspasadoras. La
León, Antonio Machado, Miguel Hernández o Vicen- DEL HOMBRE , UN REENCUENTRO obra se ha estrechado y vale la pena y vale la alegría
te Aleixandre. Es decir, poetas de una gran raigambre CON EL ALTER EGO , CON EL OTRO leerla y vivirla. Añade que Leopoldo de Luis ha repre-
humana, y además poetas que han sido auténticos sentado bien su papel tras haberlo creado no tanto
maestros en el manejo del lenguaje. De Luis cantó en YO QUE SIEMPRE SOMOS . como autor sino como poeta.
sigue
F
4

D OS POEMAS
Leopoldo de Luis

Cómo voy a vivir mi muerte

Nadie puede vivir su propia muerte.


No es la muerte un afán ni una experiencia.
Morir no es más que un vaso que se vierte,
un motor que ha perdido su eficiencia.

Sé que llevo en los brazos a la nada


y de mirarla a ella me parezco.
Un poco se refleja en mi mirada,
día tras día algo de mí le ofrezco.

Pero vivir la muerte... ¿no sería


igual que ver la jarra ya vacía
o descubierto el hilo de la trama?
Juego limpio (1961) es uno de sus libros claves. El
poemario lo protagonizan hombres sufrientes, entre
los que se encuentra el poeta. Es un libro de carácter
¿Cómo voy a vivir mi muerte? ¿Cuándo?
testimonial, una concentración múltiple de significa- (Cruza el invierno un pájaro cantando
ciones, de cocciones, un mundo de sentido, un cruce y no se posa porque ya no hay rama).
de caminos que llevan al meollo radical del hombre
histórico.
En La luz a nuestro lado (1964) hay una depuración
de su voz y la muerte coincide con el cerco de la sole- El mueble viejo
dad. En Reformatorio de adultos (1974), la experiencia
existencial alcanza ribetes metafísicos. El trasfondo
sociopolítico trasluce la dramática seriedad de la vi- Al carpintero hoy he suplantado
da humana. Con Igual que guantes grises (1979) obtu- y estoy manipulando la madera.
vo el Premio Nacional de Literatura. En estos versos
Los clavos vienen, el martillo espera
defiende la rosa de la vida que habita en el hombre
porque está manchado y mancha cuanto toca. El poe- y un viejo mueble llora desclavado.
ta se enfrenta aquí a su propia angustia. El libro está
escrito en un tono pesimista. El poeta es un huérfano (Nadie recuerda aquel árbol herido
y todo lo que toca se convierte en cenizas.
Leopoldo de Luis dijo que sin el hombre no hay que de su corazón sacó esta tabla,
paisaje, porque él lo descubre, lo contempla y lo nom- todavía en silencio ésta nos habla
bra. Al final se llega a la conclusión de que el poeta da envuelta de la sierra en el silbido).
una lección de ética profunda y que su poesía está
fuertemente arraigada en la existencia del hombre y
en la temporalidad de lo cotidiano. De Luis subraya ¿Lograré yo un objeto necesario
que la poesía no suplanta nunca a la vida, sino que donde se acoja mi dolor diario
debe ser su compañera. La poesía debe reflejar al
hombre, debe ser un espejo del hombre, un reencuen-
y ceda la tristeza cotidiana?
tro con el alter ego, con el otro yo que siempre somos.
Dice que eso hace que la poesía que escribe el pro- ¿Acaso de mi cuna haré el espejo,
pio poeta le produce rubor y zozobra. Rubor, por lo
o quizá de este pobre mueble viejo
que pueda significar de egocentrismo; zozobra, por
la sorpresa del otro yo el ataúd fabrique de mañana?
EL ARTE DE LA MENTIRA
5

Vilma Fuentes

AQUÍ SE TRATA CON TINO Y BREVEDAD DE LA ZONA AMBIGUA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA
Y DE CÓMO ES UN INSTRUMENTO IMPRESCINDIBLE DE LA POLÍTICA Y LA VISIÓN DE ESO QUE
LLAMAMOS REALIDAD: MAQUIAVELO, TIRSO DE MOLINA, MOLIÈRE, CERVANTES, SHAKESPEARE,
HOMERO Y TANTOS OTROS SABEN DEL TEMA Y CÓMO TRATARLO.

C
on la excepción de Maquia- dad de Troya, sin poder penetrar. El
velo, quien no temió recono- astuto Ulises tuvo la idea de ofrecer
cer en El príncipe que, entre un regalo a los troyanos: un gigan-
otras, la mentira es un arma tesco caballo que éstos aceptaron
utilizada en el combate polí- con reconocimiento. Jamás se des-
tico, e incluso indispensable en cier- confíalo suficiente de los regalos: el
tas circunstancias, ningún pensador caballo estaba lleno de guerreros
y, por más fuertes razones, ningún griegos. Después de las libaciones en
jefe de Estado se atrevería a declarar uso para festejar la llegada del regalo,
que la mentira es su modo de expresión los sol dados griegos salieron del caba-
favorito. Esta es, sin embargo, la convicción llo y vencieron a los troyanos aturdidos por
más difundida en la opinión pública. Como si el alcohol.
cada quien supiese que el arte de la política se La maniobra de Ulises no era una mentira, era
encuentra ligado al arte de la mentira, pero que es una astucia. El arte de la guerra autoriza la astucia,
necesario abstenerse de decirlo. signo de inteligencia y de habilidad superior. El relato de
Son los autores de comedias, novelas, fábulas o cuentos, Homero abre perspectivas infinitas sobre las relaciones am-
quienes exponen y revelan las contradicciones trágicas o cómicas de la biguas entre la verdad y la mentira. Maquiavelo se acordará. Si la mentira es
incorregible especie humana. El burlador de Sevilla, tal es el apelativo, per- condenada por la moral, la astucia forma parte de las cualidades admitidas en
sonificado en Don Juan por Tirso de Molina, es capaz de todas las imposturas un buen jugador reconocido entonces como un campeón. Cuando el zorro de
para seducir y engañar. Molière crea el personaje de Tartufo, mentiroso ab- la fábula de La Fontaine sirve absurdas lisonjas al vanidoso cuervo, gana dos
soluto, inspirado en los falsos devotos de su época y lo representa en la es- veces: obtiene el queso deseado y ridiculiza al imbécil caído en la trampa al
cena de su teatro. El público ríe. Luego, todo sigue igual, tal como lo señala abrir la boca para hacer escuchar su bella voz.
Voltaire cuando redacta a favor de Molière el elogio más pesimista: “Nuestros En la vida en general, y en la política en particular, no es el lisonjero el más
p e q u e ñ o s m a rq u e s e s d i s f r a z a d o s / E n t i ve n í a n a re c o n o c e r s e / corrupto, es quien escucha con delectación los cumplidos y quien, poco a
Y tú los habrías corregido/ Si el espíritu humano pudiera serlo.” poco, se deja atrapar por las estratagemas de la corrupción. En la literatu-
ra abundan los retratos del cortesano, personaje obsequioso y lisonjero de
D E NADA SIRVE DENUNCIAR la mentira, ésta se perpetuará siempre, al menos quien Shakespeare nos ofrece numerosos ejemplos. La corrupción comienza
mientras viva la especie humana. Así, Maquiavelo, quien durante mucho tiem- con los abusos de lenguaje distribuidos como moneda falsa.
po ha pasado por el genio del Mal, es asimismo considerado por ciertos pen- Más allá del combate político, la parte más enigmática de la verdad en su
sadores, sobre todo cuando se ocupan del combate político, como un espíri- relación con la contra-verdad, tanto en la literatura como en el pensamien-
tu sin duda pesimista, pero decididamente realista. to filosófico, es, quizás, la que abre un espacio entre la verdad y la mentira
Michel Rocard, quien fue primer ministro de Francia, inventó una fórmula cuando el sueño se introduce en la realidad. Don Quijote no miente nunca,
que deseaba poner en acción para llevar a cabo su programa: parler vrai (decir pero tampoco dice jamás la verdad: él sueña. Ve sinceramente enemigos que
la verdad). Obtuvo un glorioso resultado: hacer estallar de risa al presidente combatir cuando no se trata sino de molinos de viento. Se lanza entonces al
François Mitterrand. Este hombre de experiencia, cumplido político, no podía asalto con valentía para no recibir más que golpes. El héroe de Cervantes
imaginar un solo instante que la conquista del poder debiera apoyarse en provoca muchas risas, y provoca también una turbación profunda sobre la
un ideal tan ambicioso como sobrehumano: decir la verdad. No porque tuvie- realidad de lo real. Después de todo, el Quijote es, en primer lugar, víctima
se más que cualquier otro el defecto de mentir, lo cual no era un rasgo de su de sus demasiado abundantes lecturas. Creyó en la realidad y la verdad de
carácter, sino por su conocimiento de las reglas del juego. Estas reglas, des- las novelas de caballería, sin percibir que esta verdad era la de una época
afortunadamente, no son morales. Según un dicho bien conocido, en la gue- terminada en forma definitiva. La verdad, en relación con el espacio y el
rra la primera víctima es la verdad. La misma constatación podría adaptarse a tiempo, evoluciona y cambia según el lugar y la época.
la política como a sus olas de discursos y proclamaciones. Todo mundo sabe Un célebre caballero del siglo XV , quien fue también un gran poeta, autor
lo que debe pensar de promesas que “no comprometen sino a quienes las de las Coplas por la muerte de su padre, Jorge Manrique, muerto en el com-
escuchan”. ¿Qué tribuno podría ofrecer otra cosa que la bonanza si desea ob- bate antes de cumplir cuarenta años de edad, escribió con orgullo: “ni mien-
tener el favor del público? Quizá sólo Winston Churchill se atrevió a prometer to ni m’arrepiento”. Es curioso leer ahora, cinco siglos más tarde, las líneas
sangre y lágrimas en un célebre discurso. escritas por su traductor al francés, Guy Debord, fundador de la Internacio-
El más antiguo ejemplo de disimulación utilizado en la guerra es el del tan nal Situacionista: “Es necesario subrayar la frialdad, literalmente maquia-
conocido Caballo de Troya. Los griegos sitiaban desde hacía diez años la ciu- vélica, con la cual el autor de las Coplas habla de gente, aniquilada por los
ARTURO RIVERA:
6

SOY MI MODELO, SOY MI PINTURA *


José Ángel Leyva

INTENSO MONÓLOGO HECHO DE VARIOS DIÁLOGOS CON UN ARTISTA QUE ES CAPAZ DE PERCIBIR LA BELLEZA
EN LO TERRIBLE, COMO GOYA O FRANCIS BACON, MUY AMIGO DE JUAN GELMAN Y DEL DOCTOR FERNANDO
ORTIZ MONASTERIO, MÁS CERCA DE ESCRITORES Y POETAS QUE DE SUS COLEGAS PINTORES, Y QUE ACASO POR
ESO BUSCA LA POESÍA EN SU PINTURA.

C
uando Mariana Frenk me sugirió que me quita- creador. ¿Pretenden formar artistas doctorados en que compraba mi papá. No me perdía un número. Par-
ra el Rivera y usara mi segundo apellido para no pintura? ¿Cómo le enseñas a adivinar lo inexistente a te de ese conocimiento lo he intentado compartir en
confundirme con el gran artista, que ahora ha un erudito, a un académico? El artista no entenderá ni Facebook, pero la gente de las redes sociales no lee, no
pasado a ser el marido de Frida Kahlo, me negué descubrirá su cocina si no tiene fuego; podrán formar- le interesa la información ni las ideas, tampoco el arte,
de manera tajante. Además, no me gustaba có- los como teóricos, como críticos, pero no como artistas. sólo exhibir intimidades y banalidades. Varias veces
mo se oía Arturo Delgado; asumí el riesgo de llamarme En todos estos países del Tercer Mundo han arribado a he dejado el Facebook porque no hallo interlocuto-
Arturo Rivera, nacido en Ciudad de México en 1945, los museos y a las galerías curadores que confunden res y porque éste censura a menudo mis propuestas.
sobreviviente del quirófano y de sí mismo. Estudié, co- el arte contemporáneo con el arte VIP (video, instala- Busco la poesía en mi pintura. Quizás por ello ad-
mo algunos de mis hermanos, en el Colegio Alemán, y ción y performance) y le han cerrado espacios a la pin- miro a los poetas y a los escritores en general. Me llevo
a pesar de que estuve entre 1979 y 1981 en Munich co- tura por pretender ser modernos. No se dan cuenta que mejor con éstos que con los artistas. Me gusta escu-
mo asistente de Max Zimmerman, se me ha olvidado en países como Francia y Alemania hay tantos espacios charlos y leerlos, aprender de su pensamiento, de sus
un poco el idioma. Siempre fui un desmadre en el cole- para el arte conceptual, como para la pintura, sin de- formas de representar el mundo. De hecho, las mejo-
gio; su disciplina era contraria a mi vocación libertaria, meritar ningún lenguaje. ¿Acaso los pintores actuales res críticas y acercamientos a mi obra las han hecho los
pero curiosamente no entiendo otra manera de invocar no somos modernos, contemporáneos? poetas; son ellos quienes me han descubierto zonas
y someter las técnicas del arte a mis deseos. Disciplina, En el Colegio Alemán, cuando era un niño de prima- invisibles, ocultas de mi propia obra. Recuerdo mucho
perseverancia, muchas lecturas y una determinación ria, nos ponían un overol y nos colocaban ante un mon- las conversaciones con Juan Gelman, a quien conocí
de experimentar y buscar en lo conocido y lo ignorado. tón de tierra para que jugáramos como si estuviéramos y traté los últimos diez años de su vida. Nos reunía-
A estas alturas de mi vida y de mi carrera insisto en pre- en la playa. Le daban mucha importancia a lo manual. mos de vez en cuando a tomar café o a comer, pues
guntar ¿en dónde puede exponer un pintor en México? Recuerdo que nos surtían de crayones de colores para éramos vecinos. Tengo fresca la memoria de la primera
Mi madre era una mujer bellísima y mis hermanas pintar sobre un papel. Hacíamos dibujos y enseguida vez que nos sentamos en una mesa. Encendió un ciga-
también. Por la parte materna, la belleza era un valor echábamos tinta china para luego raspar la superficie rrillo, fijó en mí sus ojos grandes y acuosos y me dijo con
esencial. Fuimos ocho hermanos, pero murió uno re- con una punta. Era como un grabado. Luego hicimos parsimonia: “Arturo, no te han entendido, han sido in-
cién nacido. De esos siete, sólo quedamos cuatro vivos. xilografía y trabajamos el linóleo. Eso no sólo me gus- justos con vos” y continuó fumando en silencio. Nunca
En mi caso lo bello no es un concepto que se restrinja a taba, se me daba con mucha facilidad. me dio explicaciones, ni yo se las pedí. Ambos sabíamos
los valores maternos, sino a otra mirada capaz de per- Antes de ir a la Academia de San Carlos, yo vi mucha de qué hablaba y se trabó una amistad hasta la muerte,
cibir en lo terrible la belleza. Esa que nos develan Goya, pintura, aprendí en la revista Pinacoteca de los Genios literalmente. Nunca antes lloré delante de un cadáver,
Lucien Freud, Francis Bacon, el propio Velázquez, que
es también capaz de representar lo apolíneo y lo mons-
truoso en un equilibrio pictórico. Yo me descubrí des-
de niño en la parte oscura de la vida y desde allí co-
mencé a pintar, a buscar un discurso plástico. Me han
preguntado si mi obra representa mis pesadillas, pero
no, es mi realidad, son mis monstruos y fantasmas, mi
infierno, mi mirada. Mi obra no es decorativa, no repre-
senta un canon de la belleza solar o luminosa, apolínea.
No es narrativa ni anecdótica; es, en todo caso, mi mun-
do personal, mi realidad.

II

C
onozco muy bien la cocina de la pintura. No bas-
ta con ser habilidoso y técnico, hay que tener
audacia y sobre todo duende. Siempre estoy
experimentando en ese espacio estético en el que me
muevo. Este un oficio en el que uno debe ver y pintar.
No concibo a un artista como un doctor, como un aca-
démico universitario, aunque hablemos de un pintor
docto. No entiendo la enseñanza en la que se han in-
vertido los valores y se propone que los artistas per-
sigan más un título, un grado académico, una certi-
ficación que las herramientas esenciales para todo
7

Arturo Rivera en su estudio, fotografiado por Pascual Borzelli Iglesias

III

C
pero cuando fui a la casa de Juan y vi su cuerpo tendi- uando me suicidé, pero no me morí, Eduardo de lo que había hecho en otras series donde domina
do en un colchón, iluminado por esa luz matinal que Lizalde, quien ya era pareja de mi hermana Hilda el dibujo, como la que realicé a partir de una invitación
entraba por la ventana, cubierto con una especie de y trabajaba en Publicaciones, no sé si de la UNAM del doctor Fernando Ortiz Monasterio Hiperteleorbitis-
poncho color crema y su rostro sereno enmarcado o de Bellas Artes, fue quien hizo mi primer libro. No me mo o el arte de mover las órbitas. Hice diez cuadros, pero
con un pañuelo de colores a manera de mortaja, no gustó nada como quedó, pero me estimuló mucho en sólo tres o cuatro refieren el hiperteleorbitismo. Por
pude contener las lágrimas. Allí estaba un poeta, un ese momento. Tenía unos cuarenta años, creo, pero cierto, el único compás áureo que tengo me lo obse-
hombre con quien ya no iba a poder conversar más, y regresaba del otro mundo. Tengo clara la imagen de la quió él, quien lo usaba para medir las cabezas. Yo era
esa imposibilidad me mordía la garganta. ventana. Corrí hacia ella impulsado por un deseo de amigo de sus hijos y luego hice una fuerte amistad con
La escena de Gelman en su lecho de muerte era un muerte, quizás generado por los ansiolíticos y por otros él. Me propuso entonces hacer pinturas sobre defor-
cuadro..., es, lo llevo en la cabeza. Una enfermera lo mi- medicamentos que me había indicado el médico con- maciones físicas que él operaba y corregía.
raba triste y callada desde un asiento colocado a sus tra la depresión, mezclados con alcohol y, estoy seguro, Raras veces, o casi nunca, he realizado naturalezas
pies. Susurrante, ella me preguntó si deseaba contem- con algo de yerba. El caso es que salté desde un segun- muertas. Me interesan muchos los cuerpos, los rostros,
plarlo un rato más para dejarme la silla. Moví la cabeza do piso. Después de eso se hizo el vacío, el olvido, la pero sobre todo los huesos de la cara, que definen la
negativamente y salí de escena, consternado. Tiempo nada. No entiendo cómo no me lesioné la cabeza, o eso estructura y el carácter de un personaje. Los pómulos,
atrás, Juan me había pedido hacer juntos amaramara, creo. Mis padres me recogieron. Quién más iba a hacer- las quijadas; las clavículas también me llaman mucho la
un libro de poemas suyos. Entonces yo ignoraba, qui- lo. Estuve como seis o siete meses en rehabilitación atención. Podría pensarse por ello que busco siempre
zás él también, que le restaba poco tiempo de vida. Mi acogido por ellos. Luego intenté regresar a Tepoztlán, la delgadez, pero no, me interesa mucho la obesidad y,
primer reparo fue ¿cómo podía yo acompañarlo en esa donde había vivido feliz durante cinco años desde que claro, las mujeres de figuras esbeltas, normales. Deseo
edición si su poesía es tan difícil de comprender? ¿Có- regresé de Alemania, pero no pude, tenía agorafobia. pintar, con la misma dedicación, gordas y anoréxicas.
mo podía ilustrar poemas que me tocan y me encantan, Me instalé en la colonia Nápoles de Ciudad de México. El desnudo es, para mí, la dignificación de la belleza
pero me inquietan e intimidan a la vez cuando descu- Mi padre me acompañaba en mis caminatas por el Par- corporal. Cada uno de esos cuerpos que pinto soy yo,
bro sus profundidades? Gelman, de nuevo con esa voz que Hundido. salen de mí mismo, son mi cuerpo, mi ser más profundo.
dulce y tanguera me respondió, mirá, Arturo, no te pido Tiempo después fui sometido a una operación a co- Creo que no me llevo bien con las personas, aunque
que ilustres, te invito a dialogar conmigo, cada uno con razón abierto para cambiarme la válvula aórtica. Me debo reconocer que me gusta tener amigos, y sobre
su discurso, cada uno con su tema. Él ya era un octo- conectaron a una máquina, a un corazón extracorpó- todo amigas, porque amo la belleza. Soy difícil hasta
genario, pero su fin me parecía aún lejano y no conside- reo, para mantenerme vivo durante unas horas. Luego conmigo mismo, o especialmente conmigo. En general
ré prisa alguna para iniciar el proyecto. Además, demoré me revivieron como a Frankenstein con un toque di- debo confesar que soy muy solitario, y es que la liber-
mucho en asimilar la invitación. Un día nos convocó al recto al músculo cardíaco. Como homenaje a esa ex- tad cuesta; el precio es la soledad. Ahora tengo una
poeta Leyva y a mí a su casa. Bebimos una copa de algo periencia, pinté al año siguiente la serie Ejercicios de la compañía maravillosa. Tras el temblor del 19 de sep-
y enseguida nos recordó lo que ya nos había anuncia- buena muerte, de 1999. En uno de los cuadros aparezco tiembre llegó Clavo a mi casa. Es un perro hermoso que
do. Nos queda un mes, acaso dos, debemos vernos mu- yo sobre una plancha, iluminado por una lámpara de salió de los escombros, muy educado, tranquilo, cari-
cho, hablar, pero sobre todo concluir amaramara. Juan escritorio, y a mis pies unos monstruos que represen- ñoso. No es joven, lo veo en su mirada. Los dos sabemos
alcanzó a ver la mayoría de mis pinturas, leyó el prólogo tan una alucinación que tuve durante el proceso qui- mucho de la muerte
y revisó las primeras pruebas del libro. Quién fuera poe- rúrgico o el postoperatorio. Yo me identifico mucho con
ta para responderle a él con sus propias palabras: “Juan, la pintura tremendista, con esa pintura del claroscuro. *Este es un texto que recrea de manera libre conversaciones
no te han entendido, han sido injustos contigo.” En esta serie yo me instalé más en el color, a diferencia diversas con el artista, quien aprueba su publicación.
Phi
8

resistenc
Agustín Ramos

Philip Roth posa en las oficinas de su editor, Houghton Mifflin, en Nueva York, 8 de septiembre de 2008. Foto: AP/ Richard Drew

nativa al periodismo y a la novela convencionales–; así dear en esas formas personalísimas de resistir que con-
NACIDO EN NUEVA JERSEY EN 1933, como la irrupción previa de una literatura que se cali- ducen a Philip Roth a fundir y, en ocasiones, a confundir
EL AUTOR DE LAS NOVELAS EL ficó de testimonial para mantenerla asépticamente a sus lectores con esa fisión de su persona en algunos
LAMENTO DE PORNOY, ME CASÉ CON apartada de “la ficción”. Esta proliferación de ruptu- personajes suyos. No osaremos asegurar que su des-
ras y aleaciones conformaba un síndrome cada vez más tructiva relación con la rutilante actriz británica Claire
UN COMUNISTA, LA MANCHA HUMANA, evidente. Proust, Joyce y Kafka son modelos de lo que Bloom –por cierto también dos años mayor que él y
ZUCKERMAN DESENCADENADO expresa, exige, se propone e intenta la novela: vivir, también con una hija– condujo a Roth, primero, a
dar un vuelco. Si en el principio el verbo se hizo carne, reanudar la saga de su personaje David Kepesh y a ini-
SU ALTER EGO O HETERÓNIMO
la carne necesita hacerse verbo. En eso consiste la crea- ciar, después, otra saga tres veces más prolífica de un
Y PATRIMONIO: UNA HISTORIA ción. La creación como resistencia, precisó Deleuze. La personaje aun más trascendental en su obra, Nathan
VERDADERA, ENTRE MUCHAS OTRAS, resistencia a la muerte, completa Agamben. Zuckerman; tampoco nos atreveremos a insinuar que,
Philip Roth, ejemplo de resistencia triunfante, nació tras la separación, Claire Bloom escribió sus memorias,
FUSIONÓ LA VIDA CON SU OBRA E el 19 de marzo de 1933 en Newark, Nueva Jersey, y Adiós a una casa de muñecas, obligándolo a él, ¡Dios!
HIZO DE LA ESCRITURA UNA FORMA murió como autor este 22 de mayo en Manhattan, Nue- a responder con dos novelas del mencionado persona-
va York, habiendo ganado todo lo ganable: consagra- je escritor Zuckerman, Me casé con un comunista y La
DE RESISTENCIA Y PUGNA CONTRA
ción a su “vida y obra” en círculos, centros y fundacio- mancha humana [al comentar el libro de Claire Bloom,
LA MUERTE. nes; atención anhelante por parte de colectividades Sanchez Dragó afirma que el contragolpe de Roth es
específicas, aclamación reiterada de lectores –espe- El engaño, novela cuyos protagonistas son una actriz

E
cializados o no, críticos, académicos, investigadores y británica y un escritor judío estadunidense de nombre
escritores. Vaya, hasta los honores del repudio de su Philip, que escribe novelas a cuenta de un tal Zucker-
comunidad y de la militancia feminista, al igual que la man; la intención aquí es enfatizar el rasgo de Roth de
distinción de no recibir el Premio Nobel y elevarlo –co- auto e intrarreferenciarse, y no tanto desmentir a Dra-
n el libro Roth desencadenado. Un escritor mo observó un crítico– al altar de Joyce y Borges. Y eso gó, aunque El engaño no sea la réplica de Philip Roth a
y sus obras, su biógrafa, Claire Roth Pier- en el espesor global formado por las literaturas estadu- las memorias de su exesposa, pues éstas aparecieron
point, dice que “Roth establece una dis- nidense, europea y de países periféricos. en 1990, antes de que la pareja se casara, viviera junta
tinción entre el mundo no escrito y el Una clave para entender el merecido reconoci- y obviamente antes del divorcio en 1997]. Entonces,
mundo que emerge de su máquina de miento de la obra de Philip Roth reside en la fusión o, reitero, no se trata de recurrir a la biografía para explicar
escribir –en lugar de entre el mundo real más bien, en la con-fusión entre tal obra y su vida per- la escritura ni mucho menos. En Roth la resistencia co-
y el mundo de la ficción–, y lo hace dis- sonal. Esto, ojo, no significa que para valorar sus no- mo fundamento de creación y por tanto como pugna
tribuyendo el peso de una forma bastante más equi- velas haya que recurrir a datos íntimos; el caso no es contra la muerte, no tiene otra salida ni otra entrada
tativa de lo que es habitual […] como dijo… en una rastrear elementos biográficos vertidos en su obra que la vida, una vida vivida por personas y personajes.
entrevista para Le Nouvel Observateur en 1981: ‘El arte literaria; tampoco se trata de explicar ni valorarla des- En un plano, las personas con nombre y apellido, Claire
es vida también, ¿sabe? La soledad es vida, la medita- de su contexto histórico y sociocultural ni por sus as- Bloom y Philip Roth. En otro plano, los personajes: la
ción es vida, el fingimiento es vida, la suposición es pectos ideológico, psicológico, patológico… Nada de actriz inglesa y Philip a secas de El engaño, el esposo
vida, la contemplación es vida, el lenguaje es vida.’” chismes acerca de su primera esposa –dos años mayor presuntamente delatado en la época del macartismo
que él y con dos hijos–, quien aparte de engatusarlo por una esposa actriz, de Me casé con un comunista, y el
I con un embarazo ficticio cometió fechoría y media, catedrático Coleman Silk de La mancha humana. Planos
empeñarle la máquina de escribir, etcétera, todo lo distintos que, al compartirse con el lector, dan tres per-

S
iempre lo ha sido, pero de mitad del siglo pasado cual –se dice– lo llevó a escribir Cuando ella era buena sonas distintas en una sola acción: la literatura.
para acá menudearon los síntomas. Entre ellos en 1967, háganme el favor. O que la catástrofe matri-
destacan la práctica cada vez más extendida y monial lo arrojó a la psicoterapia, a privarse de des- II
refinada de lo que se dio en llamar novela de no ficción cendencia y, puf, a escribir El lamento de Portnoy

C
–de A sangre fría y La canción del verdugo en adelante–; [onanismo al cubo, por así decirlo]. laudia Roth Pierpont intitula su biografía de Phi-
la práctica periodística que emplea elementos antes Sin menospreciar la delicia del comadreo ni el valor lip Roth como Roth desencadenado. Un escritor
exclusivos de la narrativa –para Tom Wolfe fue la alter- de los enfoques extra o meta literarios, la idea es son- y sus obras, parafraseando el título de la novela
ilip Roth
9

(1933-2018)

cia y palabra consciente

Zuckerman desencadenado,, la segunda de la saga zuc- zuc


kermanesca, cuyo narrador ha sido considerado –en
forma tácita o explícita pero unánime– el otro yo de
Roth o, más escurridizamente, como su heterónimo,
uno de sus heterónimos, el mayor. Esto revela y difumi-
na el sentido de fusión–con-fusión-fisión que cristaliza
en la propuesta rothiana. Tanto en las cartas y decla-
raciones como en el ensayo El oficio: un escritor, sus co-
legas y sus obras,, y en todo aquello declaradamente
autobiográfico –Los Los hechos, Patrimonio: una historia
verdadera–– al igual que en sus novelas, sintéticas o
desencadenadas –con Nathan Zuckerman, David Ke-
pesh o Philip a secas– la vida de la persona-personaje
Philip Roth late con tortuosa nitidez como habitante
de nuestro mundo. Pero con igual o mayor intensidad
vive una serie de personajes-persona que no son Philip
Primeras ediciones de la zaga del personaje de Roth; Nathan Zuckerman. Fuente: Jason Pettus/ flickr/CC BY-NC-ND 2.0
Roth ni siquiera en los textos más confesionales, tes-
timoniales y sin ficción, como tampoco en los pasajes
líricos, fantásticos o mágicos. Esos personajes-persona Sueco como un adolescente perfecto en cuerpo y alma en la música, es la larva del sonido de la década que
pueden referir, sin duda, a episodios, pasajes, ambien- y –perdonen el empobrecimiento– como el héroe pre- decidirá, para bien y para mal, el destino de Esta-
tes, momentos, épocas, anécdotas, recuerdos, sueños destinado. En el capítulo segundo se asiste al reencuen- dos Unidos y del mundo contemporáneo, un desti-
recurrentes y a cualquiera de tantas obsesiones de tro, cuarenta años después, de la generación estudian- no potencialmente más grande para la destrucción
Roth [relaciones pater-materno-filiales y maritales, til de Nathan y Jerry, el hermano menor de El Sueco. En como consecuencia de la crisis de un sistema he -
identidad comunitaria, deseo de fusión-fisión en una el tercero se desencadena la tragedia y se prevé el de- gemónico basado en la explotación y en la depreda-
nacionalidad, en un idioma, en un erotismo perenne y rrumbe de El Sueco, primero mediante una conversa- ción de la vida.
dentro o fuera de la normatividad y en otras ambiciones ción entre Jerry y Zuckerman, quien obsequia la única En los años sesenta comienza y finaliza lo que al flo-
igualmente transgresoras: ardides que aquí resulta autorreferencia del libro: vivo en “una pequeña ciudad recer dio en llamarse contracultura: los nuevos valores
ocioso e inútil desmontar, pero que deben aludirse]. universitaria llamada Athena. Allí conocí a un escritor de una conciencia colectiva mediante la cual, princi-
famoso, al comienzo de mi carrera. Ya nadie le cita mu- palmente los jóvenes, expresaban su rechazo a los va-
III cho, su concepto de la virtud es demasiado rígido para lores de las generaciones anteriores. En esa exigencia
los lectores de hoy, pero entonces le reverenciaban”. para un cambio de rumbo predominó la oposición a la

E
n la “”Trilogía americana”, conformada por Pasto- [El astuto Zuckerman se refiere tangencialmente, guerra, en particular la de Vietnam; merced a elemen-
ral americana, Me casé con un comunista y La man- sin dar nombre, al profesor Carnovsky, personaje fun- tos radicalizados las protestas registraron manifesta-
cha humana, el protagonismo de Nathan Zucker- damental en la primera novela de la saga zuckerma- ciones violentas. Merrry, la hija de El Sueco, hace es-
man se va desvaneciendo. La decadencia del imperio niana, The Ghost Writer, presentada arteramente en tallar una bomba y con ello desmorona una vida que se
se refleja en el deterioro de Newark, el ombligo del español como La visita al maestro; dicha saga termi- creía perfecta.
universo rothiano. En la primera de estas novelas, Pas- nará ocho novelas después, con el triste título de Sale Ese vuelco histórico parece hoy de 360 grados por-
toral americana, el narrador Zuckerman se abisma en el espectro, cuando el original Exit Ghost era perfecto que volvió a lo mismo y dejó peor al mundo, quizá
el misterio del protagonista Seymour Levov, apoda- para cerrar el ciclo.] porque las corrientes de renovación no fueron suficien-
do El Sueco, quien padece el trágico fin del american Pescador astuto y fantasmal, Zuckerman ha comen- temente sólidas, quizá porque la reacción se impuso y
dream, precisamente por ser el estadunidense ideal, el zado la novela con un anzuelo, El Sueco; la reunión de aprendió a prevenirse ante futuras acometidas. En lo
judío idóneo para el tiempo de la integración universal. exalumnos nostálgicos es una suerte de poza en don- que se conocía como Primer Mundo antes de la globa-
En los tres capítulos que constituyen la primera par- de nadan las presas, Jerry y el lector. Zuckerman y los de- lización y de la epidemia migratoria causada por las
te, “Paraíso recordado”, Nathan plantea este asunto con más están orbitando la mitad del siglo xx , son los años guerras militares y económicas, el vuelco no consistió
perfección rotunda. El primer capítulo describe a El cincuenta. El advenimiento de algo nuevo se anuncia tanto en una confrontación de clases sociales, aunque
sigue
F
10

sigue
F PHILIP ROTH (1933-2018): RESISTENCIA Y PALABRA CONSCIENTE
IV

E
también; tampoco en forma de movimientos naciona- l adelgazamiento de la sombra permanente que Así, más adelante, en la soledad creativa, mientras
les de liberación, aunque también, sino en movimien- es Zuckerman repercute en una mayor vulnerabi- re-construye aquellos trozos que no relataron ni Jerry
tos culturales permanentes de grupos reivindicativos, lidad del autor, quien visto a trasluz muestra sus ni su difunto hermano El Sueco, Nathan Zuckerman
lo que hoy se conoce como microrrevoluciones. grandezas y miserias ante un mundo incomprensible, dice: “La hija que le llevaba fuera de la ansiada pastoral
Roth, lo sabemos, no veía una perspectiva trans- antagónico, repudiable. Zuckerman se pregunta: americana para conducirle a cuanto era su antítesis y su
formadora, algunos de sus personajes sí, aunque no lo “¿Acaso todo el mundo ha de retirarse, cerrar la puerta enemigo, a la furia, la violencia y la desesperación de lo
suficiente. El Sueco, cuyo nombre civil es Seymour Le- y mantenerse apartado, como lo hacen los escritores contrario a la pastoral, a la fiera americana indígena.”
vov, se escurre desde esta primera parte de la red na- solitarios, en una celda insonorizada, creando perso- El narrador acude así a un símil infamante: la fiera ame-
rrativa de Nathan Zuckerman al morir de cáncer. Ante najes con palabras y proponiendo entonces que esos ricana indígena es lo opuesto a esa comunidad idílica
esta ausencia el narrador re-crea el dramático proce- seres verbales están más cerca del ser humano autén- donde sólo hay armonía y trabajo, en donde los judíos,
so de radicalización de Merry –la hija de El Sueco, la tico que las personas reales a las que mutilamos a diario “en virtud del isoformismo del mundo anglosajón, blanco
joven sesentaiochera– desde su pubertad hasta su in- con nuestra ignorancia?” La respuesta es honesta y por y protestante [no necesita hacer nada especial sino que]
mersión en la clandestinidad. tanto ambivalente. lo hace a la manera ordinaria, la natural, la del individuo

La narrativa total de Ph
Gustavo Ogarrio

JOSEPH ROTH CRUZÓ LA FRONTERA ENTRE LITERATURA Y “REALIDAD”, PARA ÉL


“NO HAY LITERATURA Y VIDA COMO ESFERAS SEPARADAS.”

para Teri Rubio Fedida y Raúl Mejía, mis iniciadores en P.R. damente estadunidense en su punto de vista, en la artística y política que encontraría en la sombra y en la
para Karina de la Cruz, quien se dejó iniciar suma de sus propias contradicciones, en el mundo pesadilla “profunda” de Donald Trump su cita con el
de la postguerra que tan abarcadoramente narró desde futuro: muchas otras “familias” que viven en los Estados

E
l pasado martes 22 de mayo murió el estadu- ese espacio, Newark, que fue muchas veces el punto Unidos de hoy esperan lo peor en la era Trump. Philip
nidense Philip Roth, uno de los últimos narra- de partida en el que se anudaban la experiencia propia Roth había dicho que Donald Trump “era un fraude a
dores totales. Nacido en 1933 en Newark, New y el proceso trágico de formación contemporánea de gran escala, la fatídica suma de sus deficiencias, caren-
Jersey, Roth pertenece a la estirpe de escritores Estados Unidos. te de todo excepto de la ideología hueca del megaló-
de origen judío, junto a Saul Bellow y Bernard La dimensión autobiografía de sus ficciones, la for- mano”, mientras su novela seguirá trabajando en la
Malamud, entre otros, que se dieron a la tarea de con- ma en que la historia estadunidense del siglo XX se espantosa suma de similitudes y diferencias entre el
figurar y problematizar narrativamente, durante el articula a sus relatos para establecer un contrapunto piloto antisemita Charles A. Lindberg y el megalómano
siglo XX , la experiencia judía en Estados Unidos, esa entre el mundo narrado y el mundo de “afuera”, qui- Donald Trump; entre una ucronía novelada demasia-
tierra de identidades cruzadas y de migraciones masi- zás encuentra en La conjura contra América una de sus do real y una figura contemporánea patética, casi irreal,
vas que soñaron también con la utopía del capitalismo consecuencias más intrigantes y de una indudable ac- y difícilmente novelesca.
benefactor e intervencionista. Un escritor total con una tualidad: la ucronía política –el arte de llevar hasta sus
obra total que hizo de la novela el género más ambicio- últimas consecuencias el “hubiera”– y su uso novelesco.
so para construir un mundo en el que la política, el de- ¿Qué hubiera pasado si en Estados Unidos hubieran
seo, el erotismo, pero también la religión y el derrumbe
de la fe, le dieron vida a una experiencia estaduniden-
elegido en 1940 a un presidente aislacionista, parti-
dario de Hitler, cuyo nombre era Charles A . Lindberg?
A L IGUAL QUE EN L A CONJURA
se como relato por momentos trágico y por momentos La familia Roth, esa “familia feliz” ante la guerra mundial CONTRA AMÉRICA, PHILIP ROTH
épico del siglo XX . lejana, la de un narrador que también se llamaba Philip,
Desde Goodbye Columbus hasta la monumental Pas- se preparaba para “esperar lo peor”: el “despertar” de N O S E N S E Ñ A E N P A S TO R A L
toral americana, pasando por El lamento de Portnoy, La una “América profunda”, antisemita, racista, criminal
mancha humana, Zuckerman encadenado, La lección desde la misma Presidencia de la nación; personas des- AMERIC ANA L A S CO MP L E JA S
de anatomía, hasta novelas como Elegía y el conmove- trozadas por las “malignas vejaciones de la América de
dor testimonio titulado Patrimonio, sobre la agonía y Lindbergh”, personas que son “muñones”, narradores FORMAS EN LAS QUE UNA
muerte de su padre, Philip Roth deja una obra cuya su- que son “prótesis”. Como ninguna otra novela de Philip
ma envolvente es perturbadora, y digamos que profun- Roth, La conjura contra América fue una prognosis “FAMILIA FELIZ” ESTALLA.
11

norteamericano corriente”. Y es que la diatriba de Zuc- Nathan Zuckerman no corresponde precisamente a la Nathan Zuckerman es mucho más que una máscara
kerman no es un desahogo pasajero, véase: “La historia naturaleza en la que el mencionado entorno cree. ¿Có- –persona–, es persona-personaje en la misma medi-
–que no había afectado drásticamente a la vida cotidiana mo no asombrarse entonces cuando la hija del héroe da que Philip Roth, escritura mediante, viene a ser, más
de la población local desde la Revolución norteamericana– resulta todo lo contrario de un determinado pensa- que un novelista autorreferencial, un personaje-perso-
volvió a enderezar sus pasos…[e] irrumpió sin orden ni miento político? Philip Roth pudo detestar las revuel- na. Los términos se han invertido, la fisión culmina: no
concierto en la vida ordenada de Seymour Levov y su fami- tas de 1968 y elegir una tragedia para ilustrarlas con más ficción/no ficción, no más literatura pura/litera-
lia… La gente cree que la historia es algo que sucede a la todo y sus peores consecuencias. En una crítica ideoló- tura testimonial. Sólo vida, formas de vida, planos de
larga, pero la verdad es que se trata de algo muy repentino”. gica no saldría bien librado, como justamente han ob- vida. Porque para Roth, escritor que vivía para escribir,
Así pues, la historia es culpable, según esta visión –visión servado quienes han inventariado a las arpías que en- no hay literatura y vida como esferas separadas sino
de Zuckerman, entiéndase, pero también de El Sueco y del carnaron tantos de sus personajes femeninos. vida escrita y vida no escrita. La primera se vierte en
entorno de ambos personajes, con pocas excepciones. Para expresar con la máxima fidelidad posible el cualquier dispositivo que posibilite la lectura, la segun-
Si Seymour Levov es heroico, no lo es por los valores desastre generalizado, el conservador Roth ha debido da se diferencia de la primera en que sucede cuando no
que enarbola. Y la manera natural de la que habla transgredir la frontera entre literatura y “realidad”. se está escribiendo ni leyendo

hilip Roth
Philip Roth en 1987

LA ASIMILACIÓN DE LO TRÁGICO llamaba Seymour Irving Levov, el narrador conversa más superficie. En lugar de un ser complejo, lo que hay en
brevemente con el Sueco en las tribunas de un estadio él es la blandura, irradia insipidez.

¿E s la obra de Philip Roth una “epopeya moder-


na” de los judíos en Estados Unidos? ¿Qué tipo
de narrador se perfila en sus novelas más en-
de beisbol, treinta y seis años después de que lo vio ju-
gar por última vez. En ese momento se nos va a revelar
que el narrador de la historia de los Levov es Nathan
Sin embargo, el escritor Zuckerman se transforma en
una especie de detective que busca las huellas del ído-
fáticamente políticas? Quizás muchas de sus obras Zuckerman, “el escritor”, supuesto alter ego de Roth en lo en el tiempo, precisamente entre saltos temporales
son formas modernas de la asimilación de lo trágico. algunas de sus novelas. Diez años después del en- y en una indagación paralela de la interpretación de su
En Pastoral americana se puede leer lo siguiente: “No cuentro con el Sueco en el estadio, el escritor Zucker- propia vida ante el paraíso perdido de los años del es-
obstante, gracias al Sueco el vecindario vivía una fan- man recibe una carta en la que el mismo Seymour Levov plendor juvenil del Sueco Levov, para darle sentido a
tasía acerca de sí mismo y el mundo, la fantasía de los lo invita a comer porque quiere hablarle de su padre, el un feroz contrapunto narrativo entre la vida del Sueco
hinchas deportivos en todas partes: casi como gentiles viejo Levov, que había muerto a los noventa y seis años. que él quiere recordar y escribir, un ser de trivialidades,
(tal como ellos imaginaban a los gentiles), nuestras fa- Zuckerman piensa: “No, el Sueco había sufrido un golpe, y ese otro Sueco Levov que también pelea en la inter-
milias podían olvidar cómo funcionaban realmente las y de eso era de lo que deseaba hablarme. No era la vida pretación de Zuckerman su propio perfil trágico, una
cosas y convertir un encuentro deportivo en el reci- de su padre la que quería revelar, era la suya propia.” vida de derrumbes, con el de una hija, Merry, activista
piente de todas sus esperanzas. Ante todo, podían ol- El primer derrumbe del Sueco ante Zuckerman es en contra de la guerra de Vietnam, que en la caída de
vidar la guerra.” Y olvidar la guerra en la figura triunfan- silencioso e inadvertido: el escritor se pregunta cómo medio siglo de los Levov les regala una bomba que es-
te del Sueco, ese “Apolo doméstico de los judíos de es posible que el símbolo del éxito, la fantasía mayor talla en un edificio en el que muere una persona; “el
Weequahic”, era también una manera de enlazar la de toda una época, un barrio, una generación de ju- monstruo llamado Merry”, como la describe el herma-
historia de un país con la de un barrio, de posponer el díos en plena guerra mundial, se le revele en la primera no del Sueco, Jerry, la otra línea testimonial que se en-
acento trágico en esa comunidad judía para abrirle pa- charla como un ser de “trivialidades”: carga de hacer explotar la figura “simple” del Sueco. Al
so a la retórica de ganar la guerra y olvidarla sin que su igual que en La conjura contra América, Philip Roth nos
huella de horror y destrucción tocara la vida cotidiana. A medida que avanzaba la comida, me impresionaba lo enseña en Pastoral americana las complejas formas en
Sin embargo, la armonía en la vida de los Levov se seguro que parecía estar de todas las trivialidades que me las que una “familia feliz” estalla, la dificultad de narrar
rompe únicamente de manera retrospectiva para el lec- estaba diciendo, la manera en que sus buenos sentimien- desde múltiples ángulos y momentos estas vidas feli-
tor, ya que de ello nos vamos a empezar a enterar en un tos impregnaban cada una de sus palabras. Esperaba que ces ya derrumbadas, y en las que se concentraban los
salto temporal hasta 1985, cuando después de la evo- pusiera al descubierto algo más que aquella irreprocha- sueños de una nación que se quería también armónica
cación inicial del ascenso deportivo del que también se bilidad evidente, pero lo único que salía a la superficie era y única, “exitosa” y monstruosa; trivial y trágica
Leer 3 de junio de 2018 • Número 1213 • Jornada Semanal 12

Bilis negra,
Mario Sánchez Carbajal,
Instituto Nacional de Bellas Artes,
México, 2018.

Entre penumbras
ILALLALÍ HERNÁNDEZ

U
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ó . Aému. “ s r áyór éT“ áuhu. mér r hyuáqr . br - üv r s u s udu ñór ábuhf ñór ábuhh“dér r áh“y, r bf . “ uTér budu
y“v “ ráuqér uóv r. bur. Téqv uñréu hr éráuyq“. uy“. ámó. “há“ yóqs u. “bé“hhr uár au. “bé“hv j hér . ó. . qhr h“hbr . ;u r . áómués r s r auéá“ hóTóhr ”ór áuiuááu
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hqs us r h ” ó r hr áqv qbu. u á“ iqhq“áAmqy“ f v qr . béuh yur r . Tqyus u áu qv umr . s r áTus ér hr ér h”ór déuau f iór mu. us “éu s r á ér v q“ r ááuh ébr h
bu. b“ áu iuv qáqu “édqbu r . b“é. “ u hó uáv u r . ir év u r á- qa“ uhóv r r ááómué hqv dAáqy“ r . áuyuhu áuhv óar óu. óái“ Tuéu éqv r éu “ñr áu

En nuestro próximo número

MARGUERITE YOURCENAR:
Marco Antonio Campos
Opus Nigrum o la aventura del saber
13 Jornada Semanal • Número 1213 • 3 de junio de 2018
Arte y
pensamiento
Francisco Torres Córdova Miguel Ángel Quemain
ftorrescordova@gmail.com quemainmx@gmail.com

Plegaria de la ballena azul Yanga, la ficción histórica de Mulato teatro

Y
E
ANGA, ESCRITA POR Jaime
Chabaud y dirigida por Ali-
N LA MÚLTIPLE HISTORIA del agua, voy a la orilla de mi tiempo. No bastan los siglos cia Martínez Álvarez, es un
de mi origen, cuando eran los antiguos continentes y el mar de Tetis mi matriz, tam- trabajo que requiere de un contex-
to, de una periferia de orden histó-
poco que supieran de mí los argonautas, o que tus dioses me hayan consagrado rico para entender mejor y valorar
ángel y demonio, cimiento de países, isla mutante, condena, refugio o salvación. Porque la poética que su directora ha pues-
me has hecho como dices y reclamas tu alimento, y alumbro a veces con mi aceite tus calles to en escena y que una compañía ha
integrado a su breve y significativo
y tu casa y lubrico tus finas maquinarias; porque soy forraje que nutre a tu ganado o cubro repertorio de creaciones.
con mi cuero las plantas de tus pies, y con las ceras y grasas en los huecos de mi cráneo y A quien sea aficionado al teatro,
mis entrañas pinto tus labios y fijo en tus mejillas y las palmas de tus manos el vapor de tus la carrera de Alicia Martínez le será
familiar, porque durante poco más
afeites y fragancias, en el mismo azul que condensa el fondo y las distancias de los mares, de dos décadas le rindió honores a
poco a poco hasta los huesos ahora se disipa el azul de mis espaldas y se borran mis con- los poderes dramatúrgicos de la
tornos. Encallo en las ásperas arenas aturdida por tus ruidos, me alcanzan y empantanan máscara, a tal grado que es una de
las referencias obligadas para en-
tus derrames de petróleo, tus densas mareas de basura. Los brillos lunares de mi lomo al tender el desarrollo de esa perspec-
emerger de noche o su relumbre solar al mediodía, los surcos azulados de mi vientre, la tiva artística, plástica, de docencia
gracia limpia y poderosa de mi aleta caudal un instante enarbolada al horizonte, de pron- e investigación. Martínez Álvarez
no sólo posee la riqueza de lo aca-
to no serán y para siempre si no cesan los arpones y no callan tus milicias sus sonares. Cada démico y el rigor que da la investi-
vez más se hará menos el mundo y será más grande mi ausencia que mi cuerpo colosal. gación, el cotejo y la multiplicidad
Serán entonces otros los océanos y más pobre sin remedio tu mirada. Ya no me imaginas. de fuentes, sino también una raigambre popular que no le da la espalda a los
hacedores más humildes y entrañables.
Ya no me intuyes o adivinas en tu infancia. Sólo me calculas y en eso cifras el tamaño de mi No está en el programa el nombre de Octavio López Zaragoza (mascarero
muerte sin ritual. No requieres ya el viento de las velas, los aparejos y remos de madera y en Coyolillo, Veracruz), pero una de sus máscaras aparece en este montaje y
el empuje del sudor. Hoy me encuentras y señalas desde arriba en el aire digital y bajo el forma parte del pasado de esta gran poeta de la escena que es Alicia Mar-
tínez, y que es un hilo que traigo aquí para pensar esa enorme madeja de
agua, y diriges a mi nuca o mi costado tu cañón. Una punta barbada de acero se abre aden- producciones que realizó con su Laboratorio de la Máscara, que cumpliría
tro y detona su pentrita; se quiebra mi columna, se rasga mi boca, se disloca mi lengua. A veinticinco años de pensar el rostro bajo el manto animado de la puesta en
veces faltan uno o dos arpones fríos que les llamas, o colgarme sumergida de cabeza has- escena, lejos de la inmovilidad de la bodega, del museo y de la tienda de ar-
tesanías.
ta la asfixia. En tu furor de cacería y el ardor de tus industrias, es asunto de minutos dices No se explicaría este montaje sin el rico pasado artístico de Alicia Mar-
de nuevo satisfecho con tu ciencia. El sigilo y la eficacia en demasía de tus armas sólo dejan tínez: Entre guerras y fronteras es una obra sobre el mundo desgarrador del
en los días que no pasan el mórbido estupor de la matanza. Y es también así la misma orilla conflicto social; Cómo vivir con los hombres cuando se es un gigante, de la dra-
maturga canadiense para niños y jóvenes Suzanne Lebeau, y El viaje de Tina,
del tiempo en que navegan conmigo la vaquita marina, la ballena corcovada, el ajolote y una pequeña obra maestra escrita por Berta Hiriart de la que me ocupé en
el coral, el tigre y el gorila, la ceiba, los manglares y el canguro, el oso pardo y el polar, las este espacio, en donde se subraya esa devoción y profesionalismo en torno
abejas y elefantes, la mariposa soberana, los grandes hielos y sus frágiles alturas, el cacha- a la máscara.
Tres obras, entre otras, que conducen a Yanga y explican ahora ese tren-
lote y el cóndor y el jaguar y más y más a punto de tu nada, a merced del celo con que zado entre la construcción de un personaje con toda una psicología que
cunde tu avidez su atávica violencia. Tanto sabes de mi cuerpo los usos de su muerte; poco permite darle una posición subjetiva a un discurso histórico en donde algo
o nada alcanzas de mi vida. No puedes seguirme más allá de mis viajes de estación. Si a flor hay de idealizante y cosificador sobre este gran cimarrón que le da nombre
a una ciudad, la cual se honra de ser la referencia del primer territorio
de superficie cuando asciendo resuena el surtidor de mis alientos y desata el cielo su mis- libre de esclavitud en América Latina.
terio terrenal; si en la tibia luz somera de las aguas o al borde de la hondura que oscurece, En el museo regional de Palmillas, en la ciudad de Yanga, territorio libre
tiendo el largo y suave y lento y claro vuelo de mi nado, apenas comprendes su antigua de esclavitud desde 1630, muy cercano a Córdoba e inicialmente conocido
como “El pueblo libre de San Lorenzo de los negros”, está parte de esta histo-
resonancia, la noble trabazón de su alfabeto, la raíz de su alegría. Tampoco conoces el ria. Hay un cuadro que anuncia la puesta en escena que montó (en la sala
sentido de mi voz, ni lo llano y lo sagrado del planeta que te mira a los ojos con mis ojos, lo Villaurrutia del CCB, donde se presenta de jueves a domingo y hasta el 24 de
que saben y dicen de ti que si te atreves quizás podría salvarte. Sabrás entonces que te junio) Alicia Martínez, al modo de un fresco, de un mural animado tan vivo
como la embarcación que permitió la fuga de la Mulata de Córdoba a través
pierdes si me pierdo. Y será contigo inapelable tu miseria. de los muros inexpugnables de su prisión burocrática, cultural y religiosa.
Al inicio de la obra sentí un rechazo provocado por algunos pasajes que
percibía incómodamente didácticos, pero finalmente terminé por reconocer
que la vocación del poeta, historiador, editor y profesor Chabaud se dan cita
en este trabajo, no sólo resuelto en el papel (Teatro sin Paredes) sino tam-
bién en el largo aliento de la escena y en una poesía que no baja de intensi-
dad: por momentos con la danza, en otros con el canto, en otros con la pura
imagen de los objetos y los seres que pueblan la escena. Una exposición de
magníficas contradicciones que llegan hasta hoy, como anunciaron previo
al estreno Martínez y Chabaud, al declararnos que somos esclavos del
salvaje capital, de una cultura voraz y de nuestra propia insensibilidad e
ignorancia.
Es innegable que Chabaud también escribe con un tambor intenso ba-
tiéndole en su corazón, en una lucha por la autenticidad, por visualizar a
través del amor y la trascendencia una tercera raíz que él, por lo menos, vive
a diario, y está en la mayoría de los discursos políticos pero cuesta mu-
cho incorporar a l o mexicano, a las múltiples identidades grupales
que nos conforman.
Mulato teatro, fundado por Marisol Castillo y Jaime Chabaud en 2005,
bautizada así hasta 2014, mucho después de que sus precursores se amance-
baran y concibieran dos mulatos, es “evidencia de la mezcla y sincretismo de
buena parte de América Latina”.
Quedan visibles tres raíces: la indígena, la europea y la africana, a través
de las artes escénicas en este trabajo pensado para doce personajes y re-
suelto con seis poderosos actores: Jesús Delgado, Marisol Castillo, Fabrina
Melón, Esteban Caicedo, Jorge de los Reyes y Diego Garza
Arte y 3 de junio de 2018 • Número 1213 • Jornada Semanal 14

pensamiento
agustín ramos eve gil

Una lanza por el IMSS Casta meretrix

TOMAR LA PALABRA

BIBLIOTECA FANTASMA
H ACE UNOS DÍAS, en ocasión de la boda del príncipe Harry y la estaduniden-
se Meghan Markle, el New York Times publicó una encuesta, un poco lela, en
la que parejas compuestas por estadunidenses e ingleses manifestaban cuá-
les eran las diferencias más acusadas entre las dos sociedades. Todas las respuestas
eran más o menos previsibles, excepto una que me dejó viendo visiones. En ella, la
E L EPÍTETO DURO, brutal, lúcido, es una de las mejores definiciones de lo que
la Iglesia es. No lo acuñó ninguno de sus detractores –el mismo Voltaire,
que la llamó “la Infame”, no tenía la altura espiritual para ello–, sino San Am-
brosio, padre de la Iglesia y maestro de San Agustín en el siglo IV.
Independientemente de interpretaciones como la del cardenal Biffi, que intentó
en 1996 darle la vuelta al calificativo meretrix, los términos de Ambrosio son inequívo-
mujer era la inglesa. Y decía que ella tenía una visión de la vida mucho más relajada y cos. Están relacionados con la segunda carta de San Pablo a los Tesalonicenses (2, 1-12)
optimista porque, ojo, “en Inglaterra el Seguro Social es universal y gratuito y esa par- y con las interpretaciones que de ella hizo otro maestro de Agustín, Ticonio, quien
te del futuro no me preocupa tanto”. En cambio, se sabe que en Estados Unidos todo habló del cuerpo bipartito de la Iglesia, uno izquierdo y otro derecho, uno culpable y

$
cuidado médico es impagable y el otro bendito. Son también y, por lo mis- reivindicar la figura y la Iglesia de Pío XII .
las aseguradoras son muy mo, parte de la propia vida de la Iglesia en Su complicidad con la shoa y su prostitu-
avaras, lo que influye en la historia. ción con el nazismo son inocultables.
el carácter del marido Cuando la Iglesia obra con un espíritu Algo parecido sucede hoy con la Igle-
que se inclina por el evangélico –pensemos en Francisco de sia mexicana. Pese a tener un Papa de
fatalismo. El hom- Asís, Juan XXIII , Teresa de Calcuta, Óscar gran altura evangélica, pero cercado por
bre, casi de forma Arnulfo Romero, por hablar sólo de unos una curia de Estado, nuestra Iglesia, con
mexicana, cada vez cuantos–, la Iglesia expresa su parte casta. sus excepciones, ha guardado un silencio
q u e s e e n fe r m a d e Cuando, por el contrario, se expresa como timorato ante los crímenes que desde ha-
lo que sea, antes de una institución jerárquica y burocrática ce doce años azotan a México. No ha ha-
pensar en el diagnós- Yo quiero contar, porque de que, como cualquier Estado o cualquier bido, por parte del episcopado mexicano,
tico, comienza a hacer cuen- algo debe ser vir, que una institución mundana, defiende sus inte- una condena perentoria ni un llamado a
tas acerca de si puede pagar el tra- de las escenas que me ha de- reses y sobrepone su estructura y su ideo- la organización de sus fieles para denun-
tamiento. jado una impresión más hon- logía a su vocación evangélica, expresa ciar y detener la ola de crímenes que nos
Me quedé viendo visiones. En da fue ver cómo un enfermo su condición de meretrix. El ejemplo más invaden y que son fruto de la corrupción
este país, en este México con tantas hacía por explicar sus sínto- claro en el historia próxima es el de Pío XII. del Estado. Semejante a la Iglesia de Pío
carencias, hubo un tiempo en mas a un médico cansado. Su concordato con Hitler, su desprecio por XII , nuestro episcopado ha preferido pre-
el que el IMSS y el ISSSTE sí vela- Un enfermo que contaba con un los judíos, su germanofilia, su pensar a la servar sus relaciones con el poder, que
ban por la salud de una vocabulario muy limitado y que se Iglesia en términos jurídicos, diplomáti- dar testimonio del Evangelio; ha preferi-
mayoría que no podía desesperaba. Finalmente, el médico cos e institucionales y no en teológicos do el fracaso moral que el abandono de
pagar el cuidado priva- –que se ha de tropezar con esto a diario– evangélicos, lo llevó a abandonar no sólo los privilegios que el Estado le concede;
do. Podíamos, pues, dio un diagnóstico que el pobre hombre a los católicos de Polonia, sino a los seis ha preferido pensar a la Iglesia como
ser un poco como los no comprendió. millones de judíos que el régimen nazi una institución más que como el rostro de
ingleses. Después lle- Me dio mucha tristeza. En la vida de asesinó. No hubo de su parte una con- Cristo. Eso genera escándalo, en el senti-
garon gobiernos que han ese enfermo al sufrimiento físico se dena perentoria ni un llamado al mundo do de actos que permiten o hacen el mal.
desmantelado minucio- suman una especie de niebla que católico a la resistencia y la oposición. A Nada es más espantoso que la corrupción
samente el IMSS y el ISSSTE , la no puede describir, un miedo diferencia de hombres como Maximiliano de la integridad del Evangelio. Lo dijo su
salud privada está en manos de que no puede expresar y una Kolbe, que en Auschwitz cambió su vida fundador: “Es imposible que no vengan
unos cuantos que cobran hasta el sumisión obligada a una ex- por la de otro prisionero para morir en escándalos. ¡Pero ay de aquel por quien
uso del instrumental y ahora estamos plicación cuyos términos no su lugar; del general de los Jesuitas, Ber- vienen! Más le vale que le pongan al cue-
c asi como los estadunidenses: entre se le alcanzan. Entonces el nhard Lichtemberg, que oró pública- llo una piedra de molino y lo echen al
lo rebasado y lo impagable. binomio educación-salud se mente por los judíos y murió mientras era mar …”
No hay como una situa- me presentó de forma clarísima. transportado al campo de concentración Además opino que hay que respetar
ción extremosa para que las No sé ni cómo escribir esto sin que de Dachau; del jesuita Alfred Delp, conde- los Acuerdos de San Andrés, detener la
prioridades de la vida pro- suene trillado, porque es una idea ma- nado a la horca por ayudar a escapar ju- guerra, liberar a las autodefensas de Mi-
pia y la ajena se aclaren. noseada por los políticos más abyectos: díos; de los hermanos Scholl, miembros reles y a todos los presos políticos, hacer
Ah o ra m i s m o e s toy e n debemos cuidar los logros socia- del grupo estudiantil la Rosa Blanca, gui- justicia a las víctimas de la violencia, juz-
medio de uno de esos procesos: les de generaciones anteriores, por- llotinados a causa de su oposición al hit- gar a gobernadores y funcionarios crimi-
debido a las particularidades del que sin educación es muy difícil lerismo; del pastor luterano Dietrich nales y refundar el INE
sistema de salud pública en Méxi- participar en el cuidado de nuestra Bonhoffer, vinculado con la
co, he pasado una buena parte salud y sin salud no hay nada. Operación Walkiria para
del último mes muchos días en No repetiré aquí lo que la gran asesinar a Hitler y asesina-
una silla pequeña al lado de una parte de los mexicanos sabe: el IMSS no do en la horca; a diferencia
cama en un hospital. En el cuarto don- puede satisfacer la demanda; los sueldos de muchos otros católicos
de están esa silla y esa cama hay otros son de risa y todo está muy desorganiza- y protestantes, Pío XII , que
dos enfermos, uno grave y el otro en vías do. La burocracia, ese gigante que todos tenía la fuerza y la autori-
de recuperarse. Las camas están sepa- padecemos, tiene la garra metida en todo dad para enfrentarse a la
radas por cortinas y éstas generalmente y sin embargo, el hospital se mueve y se barbarie, guardó silencio y
están plegadas para que la luz que entra salvan vidas. Hay médicos fabulosos obligó al rostro meretrix
por la ventana ilumine a todos. Así, aun- mezclados con otros que van sólo –me de la Iglesia a hacerlo junto
que uno no quiera es testigo de la fragi- imagino– porque están pensando en la con él.
lidad de todos los que estamos ahí. Una pensión; enfermeras tiranas y otras que Como lo ha mostrado
mañana como otras, una persona fallece. demuestran una solidaridad impagable; Hans Küng (El judaísmo. Pa-
Se oye la voz de un camillero que pregun- lavabos descompuestos; filas intermina- sado, presente y futuro), Pío
ta, haciendo un fallido esfuerzo por ser bles y una asombrosa camaradería entre XII y una buena parte de la
discreto, si hay mortajas –no estoy inven- los enfermos y sus familias. Creo que si Iglesia de entonces, prefi-
tando nada– mientras la afanadora tra- ese fenómeno se pudiera repetir en el rieron salvaguardar la insti-
pea rítmicamente y canta algo que tiene resto de nuestra vida colectiva, de nues- tución que preservar y dar
que ver con el mundial de futbol. Sentada tra vida como sociedad, estaríamos mu- testimonio del Evangelio.
en la silla de marras trato de escapar y leo. chísimo mejor. Entregaron la condición
Pero lo que pasa me llama poderosa- ¿No sería lógico pensar que si somos casta de la Iglesia a su pros-
mente la atención porque hay algo crudo solidarios después de los temblores y en titución más abyecta fren-
y verdadero, despojado de cualquier eu- el hospital, lo demás debería ser pan co- te a crímenes de una atro-
femismo, en todo lo que me rodea. mido? cidad inaudita. Hágase lo
que se haga, es imposible
Pío XII
Ilustración de Juan Gabriel Puga
15 Jornada Semanal • Número 1213 • 3 de junio de 2018 Arte y
pensamiento
ALONSO ARREOLA Luis Tovar
@labalonso @luistovars

Telmary Díaz, la de la Habana Sana Lo que a todos pertenece


(apuntes para una nota)

CINEXCUSAS
BEMOL SOSTENIDO
C percusiones, teclados, alientos, bajo, guitarra y coros), Telmary Díaz tiene
una voz en la que se manifiestan el canto educado, la interpretación ma-
dura y el rapeo rebelde. Se trata de una artista inteligente que ofrece pro-
fundidad, crítica política y, claro está, resortes para un baile sonriente. Mujer empo-
derada, erige su mundo escénico en la espiritualidad yoruba sin olvidar el rito de la
APUNTE UNO

N ATURALMENTE, LO PRIMERO que sucede es remitirse a la experiencia pro-


pia, evocarla, preguntarle –preguntarse–: ¿en qué circunstancias, cuándo,
qué poema de Jaime Sabines pero, sobre todo, por culpa de quién –dulce o
amarga o las dos al mismo tiempo–, fue ese primer golpe de sentido que uno
alegría habanera. Con tales premisas comenzó su carrera hace veinte años al lado de se aprendió completo, del que uno se prendió al instante, porque no había modo
Free Hole Negro y, poco después, con el mítico grupo Interactivo de fusión global mejor de decir eso que el chiapaneco ya había dicho para todos, para siempre?
comandado por Roberto Carcassés, en donde destacó rápidamente.

Telmary forma luego su propia ban- Inevitablemente, hasta recalar en un ninguna falta le hace, sino sonreír con
da y lanza el álbum A diario, se traslada lugar común del que nadie se avergüen- esa socarronería tan suya–, para quien
a Canadá por siete años y, de vuelta en za porque en lo más íntimo le toca, “Los fue muy clara la naturaleza de “una poe-
La Habana, edita el disco Libre. Colabo- amorosos”: alce la mano el sinalma –lite- sía del más descarnado y solidario aná-
ra con gente como Isaac Delgado, X Al- ralmente, el des-almado– que, cuando lisis de los sentimientos, al margen de
fonso, Los Van Van, Pedrito Martínez y leyó aquello, no estuvo convencido de jerarquías y prestigios adquiridos”.
Dr. John; se presenta –como solista o que Sabines lo aludía, verso tras verso y
invitada– en el Festival de Jazz de Mon- palabra tras palabra, porque de serpien- APUNTE TRES
treal, en el Hollywood Bowl, en el South tes en lugar de brazos, cacerías de fantas- Si algo sobraba entonces para hablar de
by Southwest, en el Music Center de Los mas, de coger el agua y de tatuar el humo, Sabines y su obra eran colegas y no cole-
Angeles, en el City Center de Nueva de muertes fermentadas tras los ojos y de gas suyos, y puede uno imaginar decenas
York y en el Festival de Jazz de New Or- irse llorando la hermosa vida, vaya si ellos de ellos –los primeros, digo– alzando la
leans, entre muchos foros y festivales saben, vaya si han sabido desde antes de mano para que les pregunten. De la mi-
más. En otras palabras: crece y crece leer que Sabines ya sabía desde antes. ríada sólo quedaron, entre un par más,
aunque el entorno se contraiga dificul- Óscar y Claudia –aparte del propio Jaime,
tándolo todo si te dedicas al arte y, APUNTE DOS
Es la apropiación, entonces: “Los amoro- aunque sólo fugazmente, en la imagen y
peor, si eres de Cuba y para sonar como el audio de un documental previo a éste,
te gusta requieres quince boletos de sos”, claro, pero después o simultánea-
mente Tarumba y Yuria, por supuesto, y concebido por el mismo Claudio Isaac–,
avión. Porque sí, aunque Telmary pue- y así está bien, porque de tal modo la voz
de presentarse con ensambles peque- Algo sobre la muerte del mayor Sabines, y
en cualquier instante y estación vital a es de las promotoras de lectura, los maes-
ños y triunfar, lo de ella son los combos tros, talleristas y demás hermosa fauna-
grandes que envalentonan su caribeña uno se le llena la boca diciendo entre mu-
chas otras cosas que no es nada de su biblioteca, lo mismo de las reclusas que
geografía. Telmary vía Sabines se sienten menos encerradas,
Empalme de idiomas que saben dia- cuerpo, y luego que debe uno aprender
cómodos. Son jóvenes, sí, pero muestran a hacer el amor como las palomas, y más como le pasa de seguro a los demás lec-
logar de sobra, sus composiciones com- síntomas diáfanos de su compromiso tores, los de a pie, que como él tienen
binan con naturalidad la música afro- tarde se da cuenta de que es preciso ca-
con la música en general, con los instru- nonizar a las putas, hasta que llega un “todos los nombres de los hombres” y
cubana, la salsa y un hip hop de métricas mentos en lo corporal y con las canciones también pueden decir que “si alguien se
altaneras sobre un guión con drama momento en que las citas ya no citan al
en lo particular. Son buenos. Cantan con Jaime Sabines nacido en Tuxtla Gutié- queja en algún lado/ si alguien mata/ si
efectivo que conmueve por energético garra que desgarra. Nos gusta ser parte alguien es muerto/ si alguien ama hasta
y bien balanceado. Coreografías elegan- rrez hace noventa y dos años, ido de este
de una estampa en la que han de ser fuer- mundo poco antes de que acabara el si- quedarse mudo/ si alguien se duele o go-
tes, vestuario a punto y una lengua con tes para seguir construyendo su tempe- za de algún modo/ estoy, no cabe duda,
flow consiguen que la audiencia se pon- glo XX , sino al Sabines que llevamos to-
ramento. Termina una pieza y se revela el dos. (O bueno, casi todos, porque no falta soy yo en algún momento”.
ga de pie apenas pasadas cuatro piezas. cuidado con que deciden prolongar la
Dicho de otra forma, quien la mira en- el poeta/stro que da en creer que es más
última nota. Viene un solo y resulta evi- poeta o más él mismo cuando viene y di- APUNTE CUATRO
A
ATRO
tiende que está ante una artista de clase dente su atención al uso de efectos. Apa-
mundial, dueña de la yunta dorada: au- ce que Sabines “no le gusta”, bien fuerte Y todo a manera de demostración de lo
rece un silencio y nace un abismo verda- para que lo escuchen sobre todo quienes que a Hugo, mexicano, tanto le gustaba
tenticidad cultural y calidad irreprocha- dero. Es una banda de rock que sabe
ble. Así queda asentado en Fuerza arará, nada esperan escucharle, eso que sólo él citar de Eugenio, italiano: “la poesía sólo
montarse en la tradición de guitarras cree que es motivo de orgullo o no se sa- canta lo que a todos pertenece.”
su más reciente trabajo en estudio. Una distorsionadas y bases de poder, pero sin
obra brillante. be bien de qué, tal vez de superioridad o,
caer en clichés actuados. Concentrados peor aún, de imposible pero sobre todo Sin dios y sin diablo. Jaime Sabines y sus
Hoy, impulsada por Betto Arcos, pro- individualmente, lamentamos que no
fesor, DJ, productor y periodista destaca- innecesaria “actualidad”.) lectores, Claudio Isaac, México, 2016.
levanten la mirada para poseer al mundo Es también la posibilidad de
dísimo entre la mexicanía californiana, entero. Les auguramos cosas buenas.
es inevitable que Telmary suene mejor darle nueva dimensión, más justa
Sube luego la siguiente banda: Be- o, mejor dicho, más ajustada a la
en vivo que en disco debido a que sus cerros. Hemos escuchado cosas sobre
inflexiones y ejecuciones atienden a una realidad, a ese Sabines prometeo
ellos. Que usan dos o tres bajo-sextos, –si vale la figura– que terminó de
vena funky que se niega a permanecer en que traen acordeón, que la base rítmica
lo inmutable. De lo cuántico a lo astronó- traerse a la poesía de este lado,
es como de rock, que uno es el de Kinky, como bien se dieron cuenta, entre
mico, todo en ella funciona si concurren que otro el de Sussie 4… Apenas un día
dos complicidades: la de un ingeniero de miles y más miles, quienes abarro-
antes entusiasmaron a una audiencia de taron Bellas Artes en el recital míti-
sonido que le dé legibilidad a su metralla profesionales de la industria musical,
vocal; la de un grupo que brinde dinámi- co pero también otros que, como
pero no pudimos verlos. Tuvimos curio- él, vivieron en este lado y en aquel
cas extremas para su congruencia tex- sidad: ¿qué harán ahora sonando a con-
tual. Búsquela, lectora, lector: caerá en la de la palabra –es decir, en el de
tracorriente en un restaurante vacío? Lo quien la emite para que no le per-
fascinación. Y rece a sus dioses por que nos que vimos fue a un grupo que no cumplía
la traigan pronto a México. tenezca sólo a él, así como en quien
ni en tamaño ni en forma con lo dicho; la recibe y se la apropia–, verbigra-
una suerte de alineación B; un combo que cia el nayarita Chumacero, quien
COLOFÓN: OSOS Y BECERROS mezcla el norteño con la cumbia y pe- vio en la poesía del chiapaneco un
Se llaman Tripulación de Osos. Son de queños toques de otros géneros, pero total “rechazo de lo puramente es-
Quito, Ecuador. En su primera visita a nada nuevo. Buscando videos notamos tético, enemistad con lo retórico,
Guadalajara están tocando al fondo de que valen cuando están completos, gusto por lo informal, vehemencia
una pizzería en la que no hay nadie. Pasa a s í que esperaremos otro momento. de los sentidos, alegría del polvo
la media noche. Hace un calor infernal. ¿Que por qué los mencionamos? Porque enamorado…”, o Monsiváis –hoy
Las luces y el volumen no les ayudan a son el otro extremo. Hay Osos y hay Be- por cierto, absurdamente declara-
sentirse mejor, pero sí a vengarse de lo cerros. Buen domingo. Buenos sonidos. do por algunos como lo que nunca
que parece una mala decisión. Están in- Buena semana fue, y el pobre Carlos que no puede
ya no digamos defenderse, que
FicciÛn 3 de junio de 2018 • Número 1213 • Jornada Semanal 16

La conjura r í ué, éñq. mb“ . “ uó bA. “ v “ h ” ó r béuduau


du. y“ v “ i “ . bu. r é“ h r ár ybéqyqhbuh Tq. b“ ér h
s r dé“ y- u m“és u “ yuás r ér é“h “ r éu. ñr . s r s “

contra
ér hs r u Tqr y“v “ v qTus ér ”ór ó. s ;u béuh“bé“
T“é áuhyuáár hs r áu yqós us f áuhyuhuhs r áu mr . br
qduñr. s qr. s “ hóhm: . r é“huy“v qhqA. “hv : s q
y“hf ud“mus “haós ;“h uh; y“v “ á“hy“v réyqu. brh

América
béqó. ius “ér h”ór T“hr ;u. méu. s r hbqr . s uhr . r á
yr . bé“ s r áuyqós us ñqñ;u. r . yuhuhó. qiuv qáquér h

Ilustración de Juan Gabriel Puga


r . áuhyuáár h”ór Tuéb;u. s r áu ñr ébqr . br “éqr . buá
s r áuy“áq. us “. s r r hbuduáuyuáár - u. yr áá“é v j h

(fragmento) yr éyus r áTué” ó r e r r ” ó u- qy y“ . hó h Téus “ h f


j éd“ár h yqr . b“ ñr q. br - r ybj ér uhs r br éér . “ uaué
s q. us “ yóf “ r hbu. ”ór y“. d“br h yuv T“ s r m“ái
f Tqhbu s r yuéér éuhs r yuduáá“hbé“b“. r hhr Tuéu
du áu hr yyqA. s r e r r ”óu- qys r áuhTáu. buhq. s óh
béquár hf áuhbrév q. uárhs r yuému”ór hr hóyr s ;u. u
á“ áuém“ s r áu óbu f r áñqus óyb“ s r á r éé“yuééqá
s r r . hqáñu. qu uár hbr s r r hu C“. u r áiá“ér yqr . br
ur é“ Tó r éb“ v j h uá r hbr f r á v qhv “ d“ és r s r á
y“ . bq. r . br b“s uñ;u v j huár hbr á“hs r TAhqb“hf
v ór áár hs r áudu- ;us r r í ué, s “. s r hr s r hyué
Philip Roth mudu. v r éyu. y;uhTé“yr s r . br hs r áv ó. s “ r . br
é“ . r ád“és r “yyqs r . buás r áduééq“ r ár zbér v “
hq. Tué” ó r s “ . s r ñqñ;uv “ h ér hqs ;u uámü. ” ó r
“bé“ v ur hbé“ s r r hyór áu“ iuév uy: óbqy“ Tr é“ T“é
á“ s r v j hT“y“hr éu. á“hTé“ir hq“. uár hr . bér . ór h
bé“ h ñr yq. “ h v j h yr éyu. “ h f s r hs r áó r m“ uáá;
. “ ñqñ;u . q. mó . u s r áuh TéAhTr éuh iuv qáquh s r
r v Tér huéq“h“ iudéqyu. br h “h- “v dér hbéuduau
du. yq. yór . bu hr hr . bu “ q. yáóh“ hr br . bu “ v j h
- “éuhuáuhrv u. u áuhv óarérhá“ - uy;u. y“. bq. óu
v r. br y“. rhyuhuuf ós us r uTuéub“hu- “ééus “érh
s r r hiór éC“ áuñu. s “ áu é“Tu Táu. y- u. s “ yuv q
hr áá“h r hbqv óáus “ y“v “ ár hhóyr s ;u u v qáá“. r h huh ér v r . s u. s “ yuáyr bq. r h s u. s “ ñór ábu u á“h
ó. q“ s r ) “ybódér s r s r . qE“ h T“ é r áiqáub: áqy“ v j h qv T“ ébu. br s r á yór áá“h y“hqr . s “ d“b“. r h Té“br mqr . s “ áuhTér .
p“br . T“é q. s dr ém- “ ñ“br . T“é áu mór ééu Tu;h r áTér hqs r . br ““hr ñr áb) br . ;u hqr br s uhs r áu. u y“. béu áu T“áqááu Tóáqr . s “ v ór dár h
p qñ;uv “h r . r áTéqv r é Tqh“ s r ó . u Tr ” ó r Eu duééqr . s “ f i ér mu. s “ á“ h hó r á“ h áuñu. s “ áuh
á br v “ é m“ dqr é. u r hbuh v r v “ équh ó . yuhus r –s “hiuv qáquhf v rs quL s “hTqh“hy“v Tár ñr . bu. uh áqv Tqu. s “ á“hiér mus r é“h áuhduEr éuh
br v “é Tr éTr bó “ “é hó Tó r hb“ . “ - uf b“hr . áuhs “hTéqv r éuhTáu. buhf v r s q“ Tqh“ r . áu á“háuñud“hf á“hi“m“. r h Tuhu. s “ r áuhTqéus “é
q. iu. yqu hq. br éé“ér h Tr é“ v r Tér mó. b“ üábqv u Táu. bu r . ó. u yuáár d“és r us u s r j éd“ár h T“ é áuh uái“ v déuh yó qs u. s “ s r á“ h r . ir év “ h
hq. “ - udé;u hqs “ f “ ó. . qE“ v r . “huhóhbus “ s r f i“év us u T“é yuhuh s r v us r éu y“. r hyuáq. ubuh f r . s “ uáuy“v Téu y“yq. u. s “ s u. s “ s r y“v r é u
. “ - udr é br . qs “ u q. s dr ém- T“é Tér hqs r . br “ . “ s r áus éqáá“ é“a“ r . áu r . béus u yus u r . béus u y“. á“hTuéqr . br h uhr u. s “ uév uéq“hf yua“. r h hóTr é
- udr é hqs “ ñj hbum“ s r aós ;“h ó . br aus “ u s “humó uhf ó . aués q. yqáá“ s r áqv qbu ñqhu. s “ áuhbuér uhs r Tq. bóéu f áuhér Tuéuyq“. r h
. aó. q“ s r yóu. s “ hr Té“s óa“ r áTéqv r é s “ T“é ó. hr b“ dua“ ud;u. r éqmqs “ áu duééqus u s “v : hbqyuh Tér Tuéj . s “á“ b“s “ TuéuáuhTéj ybqyuh
h“ dér huáb“ ) áu . “ v q. uyqA. T“ é Tuébr s r áu s r e rr”óu- qyT“y“ s rhTó: hs r áu éqv réu órééu ér áqmq“huh Tumu. s “ áuh iuybó éuh f áár ñu. s “ áuh
“. ñr . yqA. r Tódáqyu. u r . qáus r áiqu s r - ué ó. s quá r . ó. “hbr éér . “humé;y“áuh”ór hr r zbr . yó r . buh s r áu iuv qáqu uáv qhv “ bqr v T“ ” ó r hr
ár h q. s dr ém- r á- : é“r . “ébr uv r éqyu. “ s r áu s ;u. T“ér ád“és r . “ óédu. qCus “ s r r í ué, f r . “yó Tudu. s r áu huáó s áu é“Tu áu áqv Tqr Cu á“h
uñquyqA. f s r iuv u q. br é. uyq“. uá y“v “ yu. s q ó. mrhb“ qv Tréquáqhbu ó. uv rs qus “yr. us r yuáárh r hbós q“h áu . óbéqyqA. áu y“. s óybu á“hyóv Tár u
s ub“ u áu Tér hqs r . yqu) v qTus ér br . ;u bér q. bu f ér yqdqr é“. á“h. “v dér hs r ar ir h. uñuár hñqyb“éq“ E“h áu s qhyqTáq. u f áu v “éuás r hóh- qa“h
. ó r ñr uE“ h r éu umr . br s r hr mó é“ hf br . ;u ó . u h“hr . áu mór ééu r . bér hTuEu f hbus “hl . qs “h ábéudua“ v j h”ór áuér áqmqA. r éuá“ ”ór uv q
r s ó yuyqA. s r r . hr Eu. Cu v r s qu r ár v r . buá y“. v qr . béuh”ór uáyq. r s r duééq“ á“ ááuv ué“. ““hr v “s “ s r ñr é qs r . bqiqyuduf s qhbq. mó;uu. ór hbé“h
ó. “hq. mér h“hs r uám“ v r . “hs r yq. yór . bu s Aáu ñr áb . “v dér s r á”óq. b“ Téqv “ s r f ñqmr hqv “ ñr yq. “h c( t
ér huáuhr v u. u yu. bqs us hóiqyqr . br TuéuTumué u hr zb“ Tér hqs r . br s r áTu;h c( t us uv uEu. u r . áur hyór áu aóéuduiqs r áq
bqr v T“ áuhiuybó éuhdj hqyuh Tr é“ T“y“ v j h q c( t s us uáudu. s r éus r . ór hbéuTubéqu ó. b“ y“. v qh
v us ér ” ó r - ud;u ” ó r éqs “ r hbó s qué v umqhbr éq“ . : éuv “hó. u iuv qáqu ir áqC qhTus ér h y“v TuEr é“h s r yáuhr r . b“. udu ó . yu. b“ u hó h
Tr é“ . “ hr á“ Tó s “ y“ hbr ué ” ó r uái q. uáqCué áu r éu. Tr éh“ . uh h“ yqudár h f - “ hTqbuáuéquh hó h v uéuñqááuh r . r áhuáA. s r uyb“h r ár déudu y“.
r . hr Eu. Cu hr yó . s uéqu - ud;u ñqñqs “ r . yuhu s r uv qm“ h - ud; u. hqs “ hr ár yyq“ . us “ h r . bér á“ h r . bó hquhv “ áuh i r hbqñqs us r h . uyq“ . uár h f hq.
hó i uv qáqu f béuduaus “ y“ v “ hr yér buéqu r . ó . u y“ ár muhs r v qTus ér f áuhv óar ér hy“. áuh”ór v q Tr . hué s “h ñr yr h r . v quiq. qs us y“. á“h iór m“h
r v Tér hu ”ór - ud;u r ñqbus “ ”ór . “hhq. bq: éuv “h v us ér - ud;u uf ós us “ u “ému. qCué áu h“yquyqA. uébqiqyquár hs r á óubé“ s r óáq“ r áTuñ“ s r yyqA.
T“dér h s ó éu. br áu Tr “é : T“yu s r áu r Tér hqA. s r us ér h f é“ir h“ér h r . áu ér yq: . y“. hbéó qs u s r éuyquh“ á“hs “hr . yór . bé“hy“. hr yóbqñ“hs r
us v q. qhbéu. s “ r áhuáuéq“ ” ór v qTus ér ár r . bér r hyór áus r áuuñr . qs u - u. yr áá“é us “. s r ;duv “h dr qhd“á”ór hr yr ár déudu. r . bér á“hv qhv “hr ”óq
mudu yus u ñqr é. r h y“. bu. bu r iqyqr . yqu y“v “ áu v q- r év u. “ f f “ o“s “hr éu. aós ;“h “h- “v dér h T“ hr á s r v uf “ r ás ;u r . ” ó r hr s r y“ éu. áuh
”ór v “hbéudur . r áv u. r a“ s r áuyuhu br . ;ubér q. s r áduééq“ “ dqr . br . ; u. . r m“ yq“ h á“ h s ó r E“ h bó v duhs r á“hh“ás us “h ó r hbéu Tubéqu r éu á“ h
buf hr qh q- r év u. “ gu. s f uáóv . “ s r h: Tbqv “ s r áu y“ . iqbr é;u r áy“ áv us “ áu a“ f r é;u áu bqr . hbus “hl . qs “hs r v : éqyu
yóéh“ y“. ó. buár . b“ Té“s qmq“h“ Tuéu r ás qdóa“ s us r Tér. s uhs r ñrhbqé áus r v órdárh áurhbuyqA. . b“ . yr h á“ h ér Tó dáqyu. “ h Té“ yáuv ué“ . u
br. ;us “yr f f “ uáóv . “ s r bréyré“ y“. ó. béqv r h s r hr éñqyq“ f áu y- uéyó br é;u “ Té“Tqr buéq“h s r q. s dr ém- yu. s qs ub“ u áu Tér hqs r . yqu f b“ s “
bér s r us r áu. b“ ) f y“ár yyq“. qhbu r v déq“. uéq“ s r Tr ” ó r E“ hbuáár ér hq. s ó hbéquár haó . b“ u áu á;. r u yuv dqA

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