A comienzos de la década de 1950, la teoría administrativa experimentó un período de
fuerte remodelación. Terminada la Segunda Guerra Mundial, el mundo alcanzó un periodo de desarrollo industrial y económico nunca visto hasta entonces. En otros términos, el mundo de las organizaciones entró en una etapa de cambios y trasformaciones fuertes. Con la televisión, el motor de propulsión de chorro y el inicio de las telecomunicaciones, el mundo organizacional sería otro. Las repercusiones en la teoría administrativa no tardaron en aparecer. No obstante la influencia de las ciencias del comportamiento en la teoría administrativa, los puntos de vista de los autores clásicos siempre han subsistido. A pesar de la crítica a los postulados clásicos y a los nuevos enfoques de la organización, se comprueba qué principios de administración como la departamentalización, la racionalidad del trabajo, la estructuración lineal o funcional, en fin, el enfoque clásico, nunca fueron sustituidos del todo por otro enfoque. Las teorías administrativas posteriores se sustentaron en la teoría clásica, ya fuera como punto de partida o como crítica para adoptar una posición diferente. El enfoque neoclásico es la reivindicación de la teoría clásica actualizada y adaptada a los problemas administrativos al tamaño de las organizaciones de hoy. En otros términos, la teoría neoclásica corresponde: a la teoría clásica maquillada, ecléctica, que aprovéchala contribución de las demás teorías administrativas. (Chiavenato, 2006, pág. 126) El enfoque neoclásico se basa en los siguientes fundamentos:
La administración es un proceso operacional compuesto de funciones como
planeación, organización, dirección y control. Dado que la administración abarca diversas; situaciones empresariales, requiere fundamentarse en principios de valor predictivo. La administración es una ciencia que, como la medicina o la ingeniería, debe apoyarse en principios universales. Los principios de administración son verdaderos, al igual que los de las ciencias lógicas y físicas. La cultura y el universo físico y biológico afectan el ambiente del administrador. Como ciencia o arte, la teoría de la administración no necesita abarcar todo el conocimiento para servir de fundamento científico a los principios de la administración. (Chiavenato, 2006, pág. 126)
Teoría neoclásica de la administración
La expresión teoría neoclásica es un poco exagerada. Aunque los autores aquí considerados (Peter F. Drucker, Ernest Dale, Harold Koontz, Cyril O'Donnell, Michael Jucius, William Newman, Ralph C. Davis, George Terry, Morris Hurley, Louis Alien, sin contar a los autores de la escuela de la administración por objetivos) no presentan puntos de vista divergentes, tampoco se preocupan por alinearse en una orientación común. En resumen, los autores neoclásicos no forman propiamente una escuela definida, sino un movimiento relativamente heterogéneo que recibe las denominaciones de escuela operacional o escuela del proceso administrativo. Preferimos la denominación teoría neoclásica para facilitar el aspecto didáctico y la presentación.
Características de la teoría neoclásica
Las principales características de la teoría neoclásica son: 1. Énfasis en la práctica de la administración. 2. Reafirmación de los postulados clásicos. 3. Énfasis en los principios generales de administración. 4. Énfasis en los objetivos y en los resultados. 5. Eclecticismo conceptual. A continuación se explicará cada una de estas características. 1. Énfasis en la práctica de la administración La teoría neoclásica se caracteriza por destacar los aspectos prácticos de la administración, por el pragmatismo y por la búsqueda de resultados concretos y palpables, aunque no descuida los conceptos teóricos de la administración; Los autores neoclásicos buscaron desarrollar sus conceptos en forma práctica y utilizable, considerando principalmente la acción administrativa. La teoría sólo tiene valor cuando se pone en práctica. Casi todos los autores neoclásicos enfatizan en los aspectos instrumentales de la administración para referirse a esa práctica de la administración o a esa acción administrativa. Esta teoría representa la contribución del espíritu pragmático estadounidense. (Chiavenato, 2006, pág. 130) 2. Reafirmación de los postulados clásicos La teoría neoclásica es casi una reacción a la grao influencia de las ciencias del comportamiento en el campo de la administración, en detrimento de los aspectos económicos y concretos que rodean el comportamiento de las organizaciones. Dado que los autores neoclásicos pretenden poner las cosas en su sitio, retoman gran parte del material desarrollada por la teoría clásica, lo redimensionan y lo reestructuran de acuerdo con las circunstancias de la época actual para darle una configuración más amplia y flexible. El enfoque neoclásico utiliza la mayor parte de los conceptos clásicos: estructura de la organización lineal, funcional y línea-staff, relaciones de línea y asesoría, problema de autoridad y responsabilidad, y departamentalización. (Chiavenato, 2006, pág. 130) 3. Énfasis en los principios generales de administración Los autores neoclásicos establecen normas de comportamiento administrativo. Para el efecto retoman, con criterios más o menos elásticos, los principios de administración que los autores clásicos utilizaban como "leyes" científicas, en la búsqueda de soluciones administrativas prácticas. El estudio de la administración para algunos autores, como Koontz y O'Donnell, Theo Haiman y otros, corresponde a la presentación y discusión de principios generales sobre cómo planear, organizar, dirigir, controlar, etc. Los administradores son esenciales en cualquier empresa dinámica y exitosa porque deben planear, dirigir y controlar las operaciones del negocio. Cualquiera que sea la organización (una empresa, el gobierno, la iglesia, el ejército, un supermercado, etc.) y las actividades involucradas, los problemas administrativos de seleccionar gerentes y personal, establecer planes y directrices, evaluar resultados de desempeño y coordinar y controlar operaciones para conseguir los objetivos deseados son comunes a todas las organizaciones. Los autores neoclásicos se preocuparon por establecer los principios generales de administración capaces de orientar al administrador en el desarrollo de sus funciones. Esos principios generales, presentados bajo; formas y contenidos variables por cada autor, buscan definir cómo debe el administrador planear, organizar, dirigir y controlar el trabajo de sus subordinados. Alvin Brown recopiló 96 principios generales de administración. (Chiavenato, 2006, pág. 130) 4. Énfasis en los objetivos y en los resultados Las organizaciones no existen en sí mismas, sino para alcanzar objetivos y producir resultados. La organización debe estar determinada, estructurada y orientada en función de éstos. De allí nace el énfasis en los objetivos organizacionales y en los resultados que deben alcanzarse, como medio de evaluar el desempeño de las organizaciones. Los objetivos son valores buscados o resultados esperados por la organización, que trata de alcanzarlos a través de la eficiencia de su operación. Si la operación falla, los objetivos o resultados se alcanzan parcialmente o, simplemente, se frustran. Los objetivos justifican la existencia y operación de una organización. Uno de los mejores productos de la teoría neoclásica es la llamada Administración Por Objetivos (APO), que se estudiará más adelante. (Chiavenato, 2006, pág. 131) 5. Eclecticismo de la teoría neoclásica Los autores neoclásicos, a pesar de basarse en la teoría clásica, son bastante eclécticos y recogen el contenido de otras teorías administrativas recientes. Por este eclecticismo, la teoría neoclásica parece una teoría clásica actualizada y se sitúa en el modelo ecléctico que define la formación del administrador en la segunda mitad del siglo xx. (Chiavenato, 2006, pág. 131)
Aspectos administrativos comunes a las organizaciones
Todas las instituciones son organizaciones y tienen una dimensión administrativa común. Drucker destaca tres aspectos principales en las organizaciones: a. En cuanto a los objetivos. Las organizaciones no viven para sí mismas; sólo son medios u órganos sociales que pretenden la realización de una tarea social. La supervivencia (objetivo típico de la especie biológica) no es un objetivo adecuado para la organización. El objetivo de la organización está fuera de ella, y es siempre una contribución específica para el individuo y la sociedad. Si la organización no define con claridad sus objetivos, no habrá posibilidad alguna de evaluar los resultados ni su eficiencia. No existe un proceso científico para establecer los objetivos de una organización. Los objetivos son juicios de valor, escalas de prioridades en la atención de las necesidades de la comunidad por la organización. b. En cuanto a la administración. Las grandes organizaciones difieren en sus objetivos y propósitos, pero son esencialmente semejantes en el área administrativa. Todas exigen la reunión de muchas personas que deben actuar en conjunto e integrarse en un esfuerzo común. Todas las organizaciones deben adecuar los objetivos de la organización a la necesidad de flexibilidad y libertad individual. Todas requieren una estructura determinada por la tarea y por sus demandas, por un lado, y por los "principios de administración" generales adecuados a la "lógica de la situación", por el otro. El campo en que más se trabajó durante la primera mitad del siglo xx fue la administración, para organizar y dirigir grandes empresas. c. En cuanto al desempeño individual. En este campo existe la menor diferencia entre las organizaciones. El desempeño individual indica la eficacia del personal que trabaja en las organizaciones. Los individuos ejecutan, deciden y planean, puesto que las organizaciones son ficciones legales que nada hacen, deciden o planean por sí mismas; las organizaciones sólo actúan en la medida en que sus administradores actúan. Cada vez es mayor el número de personas que deben ser eficientes para que la organización funcione y para que se autorrealicen y satisfagan sus propias necesidades. La organización y el individuo deben ser eficaces en el funcionamiento y el logro de la satisfacción; respectivamente. La eficacia es necesaria en la organización (para que esta funcione) -y en el individuo (para lograr su satisfacción). La organización es su instrumento, en tanto produce resultados necesarios a la saciedad. (Chiavenato, 2006, pág. 132)
Principios básicos de organización
Los autores neoclásicos añadieron algunos elementos al concepto de organización formal y la definieron como un conjunto de posiciones funcionales y jerárquicas, orientadas a la producción de bienes y servicios. Los principios fundamentales de la organización formal son: 1. División del trabajo 2. Especialización 3. Jerarquía 4. Amplitud administrativa A continuación se estudiará cada uno de estos principios básicos. 1. División del trabajo El objetivo inmediato y fundamental de cualquier tipo de organización es producir bienes o servicios. Para ser eficiente, la producción debe basarse en la división del trabajo, que consiste en descomponer un proceso complejo en una serie de pequeñas tareas. El proceso de división del trabajo comenzó a aplicarse con mayor intensidad con la llegada de la Revolución Industrial, lo cual provocó un cambio radical en el concepto de producción, al elaborar grandes cantidades de productos gracias al empleo de la máquina (que sustituyó al artesano) y a la aplicación de la especialización del trabajador en la línea de montaje. La importante era que cada persona pudiera producir la mayor cantidad posible de unidades dentro de un estándar aceptable de calidad. Este objetivo sólo podía lograrse mediante la automatización relativa de la actividad humana, basada en la repetición constante de la misma tarea. (Chiavenato, 2006, págs. 133-134) A corto plazo, las consecuencias de la división del trabajo fueron: a. Mayor productividad y rendimiento del personal involucrado. b. Mayor - eficiencia de la organización, gradas al elemento anterior. c. Reducción de los costos de producción, en especial los de materias primas y fuerza laboral. La división del trabajo llevó a que la empresa se desdoblara en tres niveles administrativos (véase la figura 7.1 en la siguiente página) que conforman el aparato administrativo necesario para dirigir la ejecución de tareas y operaciones: a. Nivel institucional, compuesto por los dirigentes y directores de la organización. b. Nivel intermedio, conformado por los gerentes. c. Nivel operacional, formado por los supervisores que administran la ejecución de las tareas y operaciones de la empresa. 2. Especialización La especialización es consecuencia de la división del trabajo: cada órgano o cargo tiene fundones y tareas específicas y especializadas. Los autores neoclásicos adoptan estos criterios y pasan a preocuparse por la especialización de los órganos que conforman la estructura organizacional. (Chiavenato, 2006, pág. 134) 3. Jerarquía Este concepto es otra consecuencia del principio de división del trabajo y de la diversificación funcional en la organización. La pluralidad de funciones impuesta por la especialización requiere el desdoblamiento de la función de mando, cuya misión es dirigir las actividades para que cumplan en armonía sus respectivas misiones. Esto significa que la organización necesita una estructura jerárquica, además de una estructura de funciones especializadas, para dirigir las operaciones de los niveles subordinados. De ahí surge el principio de jerarquía, también denominado principio escalar. En toda organización formal existe tina jerarquía por escalas, estratos o niveles de autoridad. A medida, que se asciende en la escala jerárquica, aumenta la autoridad del administrador. (Chiavenato, 2006, págs. 134-135)
Centralización versus descentralización
El enfoque clásico no escapó de las discusiones internas. Mientras la teoría clásica de Fayol propugnaba la organización lineal caracterizada por el énfasis en la centralización de la autoridad, la administración científica de Taylor defendía la organización funcional, caracterizada por la descentralización de la autoridad. La teoría neoclásica examina en detalle el tema de la centralización vs descentralización de la autoridad. Centralización y descentralización se refieren al nivel jerárquico en que se toman las decisiones. La primera indica que la autoridad para tomar decisiones está cerca de la cúpula de la organización; la segunda, que la autoridad para tomar decisiones está desplazada hacia los niveles más bajos de la organización. (Chiavenato, 2006, págs. 137-138) 1. Centralización La centralización enfatiza en las relaciones jerárquicas, es decir, en la cadena de mando. La organización se diseña según la premisa de que el individuo situado en la cúpula posee el mayor grado de autoridad, y que la autoridad de los demás individuos se halla escalonada hacia abajo, según la posición que ocupen en el organigrama. La cadena jerárquica o cadena de mando está íntimamente relacionada con la unidad de mando. (Chiavenato, 2006, pág. 138) Ventajas de la centralización La centralización tuvo mucho auge en el pasado debido a las siguientes ventajas: 1. Las decisiones son tomadas por administradores que poseen una visión global de la empresa. 2. Quienes toman decisiones en las altas posiciones están mejor entrenados y preparados que quienes están en los niveles inferiores. 3. Las decisiones tomadas son más coherentes coq los objetivos empresariales globales. 4. La centralización elimina la duplicación de esfuerzos de quienes toman decisiones, y reduce los costos de operación. 5. Ciertas funciones, como compras y tesorería, permiten mayor especialización y otras ventajas. Desventajas de la centralización 1. Las decisiones son tomadas por la cúpula, lejos, de los hechos y las circunstancias. 2. Quienes toman decisiones en la cúpula tienen poco contacto con las personas y situaciones involucradas. 3. Las líneas de comunicación de la cadena jerárquica o escalar ocasionan demoras y mayor costo operacional. 4. Puesto que las decisiones deben pasar por la cadena escalar e involucrar a muchas personas del nivel intermedio, es posible que haya distorsiones y errores personales en el proceso de comunicación de las decisiones.