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PROYECTO DE LABORATORIO
“TEOREMA DE TORRICELLI”
Alumnos:
INTRODUCCIÓN
El presente documento se realizó con el fin de determinar si el teorema de Torricelli se
cumple; partiendo de dicho teorema y tomando como referencia la cantidad de fluido que se
introdujo dentro de las botellas de plástico de 600 ml, se midió la velocidad de salida del
fluido por el orifico de cada uno de las botellas y la distancia a la que el fluido llega y así,
lograr determinar las variaciones de la velocidad y distancia con cada una de los fluidos
(agua destilada, aceite, alcohol).
1 OBJETIVOS
2 MARCO TEÓRICO
En el año de 1598, Roma sufrió una grave inundación provocada por el desbordamiento del
río Tíber. Giovanni Fontana (1546-1614) intentó medir el escurrimiento real, pero no podía
hacerlo en el mismo cause porque éste había sido insuficiente. Decidió entonces calcular
el gasto sumando los aportes en el tramo superior y en todos los afluentes. El resultado fue
500 cañas, medida de un poco más de 2 metros, o más apropiadamente, 500 cañas
cuadradas. El río tenía una capacidad de aproximadamente un tercio de esas 500 “cañas”
por lo que Fontana infirió que debían construirse dos cauces más de similar tamaño. Sin
embargo, toda el agua cupo en un puente de 150 cañas. Fontana concluyó que el agua se
había comprimido. Esta conclusión no convenció al padre Benedetto Castelli (1578-1643)
“No entiendo que el agua sea como el algodón o la lana, materiales que puedan
comprimirse y apretarse, como también ocurre con el aire”. Entre otras consideraciones
dice: “Habiendo cabido toda la avenida debajo del puente sería suficiente un solo cauce
con la misma capacidad de dicho puente, siempre que el agua escurriera con la misma
velocidad que alcanzó debajo de él en ocasión de la inundación.” El gasto de un río no
puede depender del área hidráulica solamente se debe también considerar la velocidad.
Este fue un asunto que intrigó a Castelli durante un tiempo. La solución surgió de un
fenómeno sin relación aparente con la hidráulica. Castelli observó el trabajo de los joyeros,
quienes con asombroso ingenio, adelgazaban el hilo de oro y plata. El proceso era el
siguiente: Primeramente colocaban hilo grueso en un carrete, después lo hacían pasar por
un orificio de menor diámetro en una placa metálica y finalmente, lo enrollaban en un
segundo carrete, que al jalar el hilo lo adelgazaba al forzarlo a pasar por el orificio.
Naturalmente el segundo carrete debía girar más rápido que el primero. Castelli comprobó
con mediciones que la velocidad del hilo después de pasar el orificio en la placa, era mayor
que antes de pasar dicho orificio, en una proporción inversa de los grosores respectivos.
“Lo que hay que considerar atentamente –dijo- es que las partes del hilo antes del agujero
tienen cierto grosor y las que salen del agujero son más finas, pero de todos modos el
volumen y el peso del hilo que se desenrolla siempre son iguales al volumen y al peso del
hilo que se enrolla”. Las observaciones acerca de los ríos y del trabajo de los joyeros dieron
su fruto: El 12 de noviembre de 1625, Castelli escribió a Galileo para informarle que había
demostrado geométricamente “que la proporción entre la cantidad de agua que escurre por
un río cuando éste tiene cierta altura de agua y la que escurre en el mismo río cuando tiene
otra altura, está en razón compuesta de la velocidad con la velocidad y de la altura con la
altura”. Galileo contestó que la proposición le parecía muy clara. Este resultado, que se
refiere evidentemente a ríos de sección rectangular, aparece en el libro de Castelli de 1628,
llamado De la medición de las aguas corrientes; expresado en forma tes en el tramo
superior y en todos los afluentes. El resultado fue 500 cañas, medida de un poco más de 2
metros, o más apropiadamente, 500 cañas cuadradas. El río tenía una capacidad de
aproximadamente un tercio de esas 500 “cañas” por lo que Fontana infirió que debían
construirse dos cauces más de similar tamaño. Sin embargo, toda el agua cupo en un
puente de 150 cañas. Fontana concluyó que el agua se había comprimido. Esta conclusión
no convenció al padre Benedetto Castelli (1578-1643) “No entiendo que el agua sea como
el algodón o la lana, materiales que puedan comprimirse y apretarse, como también ocurre
con el aire”. Entre otras consideraciones dice: “Habiendo cabido toda la avenida debajo del
puente sería suficiente un solo cauce con la misma capacidad de dicho puente, siempre
que el agua escurriera con la misma velocidad que alcanzó debajo de él en ocasión de la
inundación.” El gasto de un río no puede depender del área hidráulica solamente se debe
también considerar la velocidad. Este fue un asunto que intrigó a Castelli durante un tiempo.
La solución surgió de un fenómeno sin relación aparente con la hidráulica. Castelli observó
el trabajo de los joyeros, quienes con asombroso ingenio, adelgazaban el hilo de oro y plata.
El proceso era el siguiente: Primeramente colocaban hilo grueso en un carrete, después lo
hacían pasar por un orificio de menor diámetro en una placa metálica y finalmente, lo
enrollaban en un segundo carrete, que al jalar el hilo lo adelgazaba al forzarlo a pasar por
el orificio. Naturalmente el segundo carrete debía girar más rápido que el primero. Castelli
comprobó con mediciones que la velocidad del hilo después de pasar el orificio en la placa,
era mayor que antes de pasar dicho orificio, en una proporción inversa de los grosores
respectivos. “Lo que hay que considerar atentamente –dijo- es que las partes del hilo antes
del agujero tienen cierto grosor y las que salen del agujero son más finas, pero de todos
modos el volumen y el peso del hilo que se desenrolla siempre son iguales al volumen y al
peso del hilo que se enrolla”. Las observaciones acerca de los ríos y del trabajo de los
joyeros dieron su fruto: El 12 de noviembre de 1625, Castelli escribió a Galileo para
informarle que había demostrado geométricamente “que la proporción entre la cantidad de
agua que escurre por un río cuando éste tiene cierta altura de agua y la que escurre en el
mismo río cuando tiene otra altura, está en razón compuesta de la velocidad con la
velocidad y de la altura con la altura”. Galileo contestó que la proposición le parecía muy
clara. Este resultado, que se refiere evidentemente a ríos de sección rectangular, aparece
en el libro de Castelli de 1628, llamado De la medición de las aguas corrientes; expresado
en forma con movimiento uniforme, pero con la mitad de la velocidad que adquiere al final
de dicho movimiento acelerado”. Este teorema, posteriormente serviría para confundir a
Isaac Newton, como se verá más adelante.
2.1.2 APARECE TORRICELLI
Figura 1: Forma del chorro al salir del orificio (a) y experimento de Torricelli (b)
CD que Torricelli atribuyó “En parte al impedimento del aire que se opone a cualquier cuerpo
móvil, y en parte también a la misma agua que, cuando desde la cumbre C emprende el
camino de regreso, se obstaculiza y retarda a su parte ascendente, no permitiendo que las
gotas que suben puedan elevarse hasta ese nivel que alcanzaron con su propio ímpetu”
En el segundo libro de sus célebres Principia, editado en Londres en 1686, Isaac Newton
(1643-1727) anotó: “Está comprobado que la cantidad de agua que sale en un tiempo
determinado por un orificio practicado en el fondo de un tanque es igual a la cantidad que
escurriendo libremente con la misma velocidad, pasaría en el mismo tiempo a través de un
orificio circular cuyo diámetro esté en razón de 21 a 25 con el diámetro anterior. Por tanto,
el agua corriente, al cruzar el primer orificio, tiene una velocidad poco más o menos igual a
la que adquiriría un cuerpo pesado al caer de una altura equivalente a la mitad de la del
agua estancada en el tanque”. Al parecer Newton, había medido el gasto por un orificio
circular practicado en el fondo de un tanque bajo cierto tirante de agua, y luego había
medido el diámetro de otro orificio por el cual pasaba el mismo gasto de agua, pero cayendo
libremente desde la misma altura; esto evidentemente, con el objeto de comprobar la
hipótesis de Torricelli de que la velocidad adquirida en las dos condiciones es la misma. La
hipótesis no resultó cierta, si así lo fuera, los dos diámetros tendrían que ser iguales (de
acuerdo con la ley de Castelli), pero por el contrario resultaron en proporción de 25 a 21.
Ahora, si los diámetros están en razón de 25:21, las secciones están en la razón 252 :212
= 2 ≈ 1,41. Siendo los gastos iguales, las velocidades al cruzar los orificios estarían luego
en la razón 1: 2 ; por tanto, para obtener la segunda velocidad en el orificio del tanque
simplemente subiendo el nivel del agua en éste, se hubiera necesitado duplicar el tirante;
que es exactamente lo que Newton afirmó al decir que la misma velocidad que resulta en
el desagüe del tanque, se obtendría con una caída libre de altura equivalente a la mitad de
la carga en el tanque mismo. Posteriormente, Newton trató de comprobar el resultado
comparando las cantidades de movimiento al salir del tanque y al caer en el vacío, pero al
parecer se equivocó: mientras la velocidad acelerada de salida del primer chorro del
desagüe la transformó en uniforme asociándola, por el primer teorema de Galileo, con un
recorrido doble del tirante, no hizo lo mismo para la velocidad, igualmente acelerada, del
chorro en caída libre, y así obtuvo la razón ya conocida de 1: 2 . Galileo terminó validando
la hipótesis de Castelli materializándola con la introducción de lo que llamó catarata, que
en una columna de agua en caída libre, cuya forma el mismo Torricelli había determinado
al considerar la variación de los diámetros de las secciones horizontales con la profundidad,
en el chorro del desagüe CDPO (Figura 1a). A Newton se le ocurrió imaginar a la catarata
prolongada por arriba del orificio, dentro del agua contenida en el tanque. Siendo hipérbolas
de 4º orden, como lo había demostrado Torricelli, los diámetros de sus secciones
horizontales varían en razón inversa de la raíz cuarta de sus profundidades con respecto
de la superficie libre, en correspondencia esta superficie, siendo la profundidad cero, el
diámetro resultaría infinito. Esto origina una dificultad que Newton intentó salvar con el
orificio del hielo. Supóngase – dijo – que encima del tanque de la Figura 2, hay un cilindro
de hielo APQB y que este hielo “empuja” el agua hacia abajo, y que además el agua
escurrirá de acuerdo a la misma forma que toma al salir del tanque, es decir, la misma
hipérbola de 4º orden. Newton no sabía que la velocidad de bajada, en realidad, era
extremadamente lenta y nada comparable con la velocidad de un chorro afuera del tanque.
Torricelli había evitado esta consideración con un planteamiento energético de gran
porvenir: “El chorro posee al salir, el mismo ímpetu (o sea la misma energía) que tendría un
cuerpo pesado al caer de una altura igual al tirante de agua en el tanque”. Pero Newton no
aprovechó la idea y prefirió interpretar el movimiento del chorro como continuación de uno
existente dentro del tanque y tratando de utilizar la cantidad de movimiento. Newton no fue
el único en suponer una caída efectiva del agua desde la superficie hasta el orificio. Sin
embargo, era tanta la autoridad de Newton, que muchos siguieron creyendo en la existencia
real de esa catarata, mientras para él ésta era sólo una hipótesis de trabajo. La objeción
más demoledora en contra de la catarata la propuso en 1716, la mente aguda del principal
matemático del momento: Johann Bernoulli, quien argumentaba que era imposible la
formación de la catarata porque no debería existir presión dentro de ella, mientras en las
zonas estancadas sí; por tanto, el agua de las orillas tendería a introducirse en la
mencionada catarata.
2.1.4 LA DOBLE COLUMNA
Daniel Bernoulli (1700-1782) que se encontraba en Venecia. No era de esos que esperan
a que les cuenten las cosas; construyó un tanque, lo llenó de agua, le agregó colorante y
destapó un orificio perforado en el fondo. Al parecer no encontró nada que pareciese una
catarata. “Me parece – escribió más tarde – que el movimiento interno del agua debe
considerarse tal como sería ella si fuese arrastrada por tubos infinitamente pequeños
colocados uno cerca del otro, de los cuales, los centrales bajan casi directamente desde la
superficie hasta el orificio, mientras que los demás se encontraban gradualmente cerca del
orificio mismo de donde parece que las partículas individuales bajan con movimiento muy
aproximadamente vertical hasta acercarse mucho a la base, para luego dirigir gradualmente
su trayectoria hacia el orificio; de tal modo, las partículas próximas a la base escurren con
movimiento casi horizontal (Edmundo Pedrozo, Josefina Ortiz & Francisco Martínez, 2007).
Sentido impulsado a proponer otra, más sintética y rigurosa. Y lo logró, Johann no llega a
explicar la doble columna, pero por primera vez introduce conceptos importantes: Los de
transición, separación del flujo en cambios de sección y el muy importante concepto de
presión. Utiliza, además, un sistema coordenado. Su propuesta final es lo que ahora se
llama “ecuación de una línea de corriente”, tanto para régimen permanente como para
régimen variado. La ecuación para un régimen permanente, ya presentada en el inicio de
este artículo. Para su deducción utiliza el diagrama de flujo de la figura 4b, nótese la
diferencia con el diagrama utilizado por Daniel. La ecuación, en su versión actual, para
condiciones de régimen permanente propuesta por Johann es la siguiente:
𝑷 𝒗𝟐
+ + 𝒁 = 𝒄𝒐𝒏𝒔𝐭𝐚𝐧𝒕𝐞
𝝆𝒈 𝟐𝒈
2.2 Marco conceptual
Energía 1
Debida a la velocidad de flujo 𝑚𝑣 2
cinética (hidrodinámica) 2
Donde m es constante por ser un sistema cerrado y V también lo es por ser un fluido
incompresible. Dividiendo todos los términos por V, se obtiene la forma más común de la
ecuación de Bernoulli, en función de la densidad del fluido:
1 1
𝜌𝑣1 2 + 𝜌𝑔ℎ1 + 𝑝1 = 𝜌𝑣2 2 + 𝜌𝑔ℎ2 + 𝑝2
2 2
Una simplificación que en muchos casos es aceptable es considerar el caso en que la altura
es constante, entonces la expresión de la ecuación de Bernoulli, se convierte en:
1 1
𝜌𝑣1 2 + 𝑝1 = 𝜌𝑣2 2 + 𝑝2
2 2
El Teorema de Torricelli es una aplicación del principio de Bernoulli ya que estudia el flujo
de un líquido contenido en un recipiente, a través de un orificio, bajo la acción de la
gravedad ilustrado en la Fig. 1.
Figura 6: Recipiente abierto con un orificio que contiene un
líquido
A partir del teorema de Torricelli se puede calcular el caudal de salida de un líquido por un
orificio.
𝑝1 (𝜈1 )2 𝑝2 (𝜈2 )2
+ ℎ1 + = + ℎ2 +
𝛾 2𝑔 𝛾 2𝑔
Donde:
P = Presión en cada uno de los puntos
γ= Peso específico del fluido
h= Altura de referencia
Debido a que V1 es aproximadamente cero y la presión P1= P2, entonces se obtiene el
siguiente la siguiente ecuación
𝜈2 = √2𝑔(ℎ1 − ℎ2 )
𝜈2 = √2𝑔h
La rapidez de salida del flujo o caudal, es la relación entre el volumen desalojado para
determinado tiempo, esta relación de salida depende directamente del diámetro de la
boquilla pues este determinara el área de salida del fluido, esta relación está dada:
Q = AV
Para determinar el tiempo en que se vacía el volumen de líquido comprendido entre dos
alturas, partimos del principio que la rapidez del flujo para un pequeño espacio de tiempo
dt está dado por la siguiente ecuación (ver Fig.2)
A medida que el fluido sale del recipiente el volumen de este disminuye en la misma
magnitud, por lo tanto la relación entre en volumen que se desaloja y el que disminuye en
el recipiente está dado por:
𝜈1 𝐴1=𝜈2 𝐴2
1 1
𝜌𝑔ℎ + 2 𝜌𝜈12 =2 𝜌𝜈22
2𝑔ℎ
𝜈2 = 𝐴1 √ 2
𝐴1 − 𝐴22
Si A1 > A2 se obtiene el valor de Torricelli
El volumen de fluido que sale del depósito en la unidad de tiempo es V2S2, y en el tiempo
dt será V2S2 dt. Como consecuencia disminuirá la altura h del depósito
𝐴1 𝑑ℎ = 𝜈2 𝐴2 𝑑𝑡
Si la altura inicial del depósito en el instante t=0 es h. Integrando esta ecuación diferencial,
se obtiene la expresión de la altura h en función del tiempo.
𝑘 𝑡
𝑑ℎ 2𝑔
−∫ = 𝐴2 √ 2 ∫ 𝑑𝑡
𝐻 √ℎ 𝐴1 − 𝐴22 0
2𝑔
2√𝐻√ℎ = 𝐴2 √𝐴2 −𝐴2 t
1 2
Cuando h=0, despejamos el tiempo t que tarda el depósito en vaciarse por completo.
𝐴12 2𝐻
t = √( 2 − 1) 𝑔
𝐴2
Si A1 > A2, se puede despreciar la unidad dando como resultado la siguiente ecuación
𝐴11 2H
𝑡= √( )
𝐴12 g
Adicional a la velocidad de salida del fluido por el orificio del recipiente se analiza la
trayectoria que define este al salir con una determinada velocidad a cierta altura,
describiendo un movimiento semi parabólico el cual se puede considerar como la
composición de un avance horizontal rectilíneo uniforme y la caída libre de un cuerpo en
reposo, la Fig.3 representa la trayectoria descrita por el fluido al salir por el agujero a
determinada altura:
Figura 8: Representación de la trayectoria de la salida del flujo
2.3.1 CAUDAL
En dinámica de fluidos, caudal es la cantidad de fluido que circula a través de una sección
del ducto (tubería, cañería, oleoducto, río, canal,…) por unidad de tiempo. Normalmente se
identifica con el flujo volumétrico o volumen que pasa por un área dada en la unidad de
tiempo. Menos frecuentemente, se identifica con el flujo másico o masa que pasa por un
área dada en la unidad de tiempo.
𝑄 = 𝐴. 𝑉
Donde:
Q Es el valor de caudal
A Es el área por donde sale el fluido
V Es la velocidad
2.3.2 DENSIDAD
Dos cuerpos del mismo exacto tamaño y proporciones pueden presentar densidades
distintas, y esto se mide a través de la densidad media: la relación entre la masa de un
cuerpo y el volumen que ocupa, de acuerdo a la siguiente fórmula:
𝑚
𝜌=
𝑉
2.3.3 FLUIDO
Un fluido es todo cuerpo que tiene la propiedad de fluir, y carece de rigidez y elasticidad, y
en consecuencia cede inmediatamente a cualquier fuerza tendente a alterar su forma y
adoptando así la forma del recipiente que lo contiene. Los fluidos pueden ser líquidos o
gases según la diferente intensidad de las fuerzas de cohesión existentes entre sus
moléculas.
En los líquidos, las fuerzas intermoleculares permiten que las partículas se muevan
libremente, aunque mantienen enlaces latentes que hacen que las sustancias en
este estado presenten volumen constante o fijo. Cuando se vierte un líquido a un
recipiente, el líquido ocupará el volumen parcial o igual al volumen del recipiente sin
importar la forma de este último.
Los líquidos son incompresibles debido a que su volumen no disminuye al ejercerle fuerzas
muy grandes. Otra de sus propiedades es que ejercen presión sobre los cuerpos
sumergidos en ellos o sobre las paredes del recipiente que los contiene. Esta presión se
llama presión hidrostática.
Los gases, por el contrario, constan de partículas en movimiento bien separadas que
chocan unas con otras y tratan de dispersarse, de tal modo que los gases no tienen forma
ni volúmenes definidos. Y así adquieren la forma el recipiente que los contenga y tienden a
ocupar el mayor volumen posible (son muy expandibles).
Los gases son compresibles; es decir, su volumen disminuye cuando sobre ellos se aplican
fuerzas. Por ejemplo, cuando se ejerce fuerza sobre el émbolo de una jeringa.
La mecánica de fluidos es la parte de la Física que estudia los fluidos tanto en reposo como
en movimiento, así como de las aplicaciones y mecanismos de ingeniería que utilizan
fluidos. La mecánica se divide en la estática de fluidos o hidrostática, que se ocupa de los
fluidos en reposo o en equilibrio; y en la dinámica de fluidos o hidrodinámica, que trata de
los fluidos en movimiento.
2.3.4 VISCOCIDAD
Cuando hablamos de viscosidad nos referimos a una propiedad de los fluidos equivalente
al concepto de espesor, es decir, a la resistencia que tienen ciertas sustancias para fluir,
para sufrir deformaciones graduales producto de tensiones cortantes o tensiones de
tracción.
Todos los fluidos poseen viscosidad (excepto los fluidos ideales o superfluidos), debido a
las colisiones entre sus partículas que se mueven a diferentes velocidades. Así, cuando el
fluido es obligado a moverse, dichas partículas generan resistencia de fricción, retardando
o impidiendo el desplazamiento.
Esto se debe a que el líquido se compone por varias capas de materia, que tienden a
mantenerse juntas entre sí incluso ante presencia de fuerzas externas. Por esa razón los
líquidos viscosos no generan salpicaduras.
De modo que un fluido con una altísima viscosidad estará muy cerca de ser un sólido, ya
que sus partículas se atraen con una fuerza tal que impiden el movimiento de las capas
superiores. Existen dos tipos de viscosidad: dinámica y cinemática.
La viscosidad depende, además, de la naturaleza del fluido, y puede medirse empleando
un viscosímetro o un reómetro. Para ello pueden emplearse líquidos o gases, y suele
representarse mediante la letra griega μ para la dinámica y mediante la letra v en el caso
de la cinemática.
2.4 APLICACIONES
2.4.1 Chimeneas
Las chimeneas son altas para aprovechar que la velocidad del viento es más constante y
elevada a mayores alturas. Cuanto más rápidamente sopla el viento sobre la boca de una
chimenea, más baja es la presión y mayor es la diferencia de presión entre la base y la
boca de la chimenea, en consecuencia, los gases de combustión se extraen mejor.
2.4.2 Tubería
La ecuación de Bernoulli y la ecuación de continuidad también nos dicen que si reducimos
el área transversal de una tubería para que aumente la velocidad del fluido que pasa por
ella, se reducirá la presión
2.4.3 Natación
La aplicación dentro de este deporte se ve reflejado directamente cuando las manos del
nadador cortan el agua generando una menor presión y mayor propulsión.
2.4.6 Aviación
Los aviones tienen el extradós (parte superior del ala o plano) más curvado que el intradós
(parte inferior del ala o plano). Esto causa que la masa superior de aire, al aumentar su
velocidad, disminuya su presión, creando así una succión que ayuda a sustentar la
aeronave
3 METODOLOGIA
1. Materiales
Cinta métrica
3 tubos (diámetro 2” y altura de 21cm)
Embudo
Cinta aislante
Regla
Clavo
Agua
Aceite
Alcohol
Cronómetro
Alcohol
Cronometro
c) Se midió la distancia a la cuál cae el fluido con respecto a la parte inferior a ella
repitiendo las mediciones 4 veces.
Figura 14: Fuente con una cinta métrica para poder medir la distancia del chorro de
agua, producto del orificio en la botella
d. Posteriormente se trabajó de la misma manera con los demás tubos y diferentes fluidos:
Agua
Aceite
Alcohol
5. Se registró los datos obtenido en tablas.
4 DATOS Y OBSERVACIONES
b) Tablas de registro del tiempo en que logra salir toda el agua hasta llegar el orificio y la
distancia que alcanza el chorro de agua.
AGUA
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE DEL
CHORRO(s) CHORRO(cm)
3.5
10.5
14
17.5
b)
ALCOHOL
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE DEL
CHORRO(s) CHORRO(cm)
3.5
10.5
14
17.5
c)
ACEITE
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE DEL
CHORRO(s) CHORRO(cm)
3.5
10.5
14
17.5
5 RESULTADOS
Calculamos el tiempo y distancia de alcance promedio del chorro, para tener valores
con más precisión.
𝒕𝒔𝟏 + 𝒕𝒔𝟐 +. . . . +𝒕𝒔𝒏 𝑫𝒔𝟏 + 𝑫𝒔𝟐 +. . . . +𝑫𝒔𝒏
𝒕𝒑𝒔 = , 𝑫𝒑𝒔 =
𝒏 𝒏
AGUA
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE
CHORRO PROMEDIO(s) DEL CHORRO
PROMEDIO(cm)
3.5
7
10.5
14
17.5
ALCOHOL
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE
CHORRO PROMEDIO(s) DEL CHORRO
PROMEDIO(cm)
3.5
7
10.5
14
17.5
ACEITE
ALTURA(cm) TIEMPO DE SALIDA DEL DISTANCIA DE ALCANCE
CHORRO PROMEDIO(s) DEL CHORRO
PROMEDIO(cm)
3.5
7
10.5
14
17.5
La distancia máxima de alcance de los chorros de los 3 fluidos, que salían a una altura de
2.5 cm con respecto a la ST son los que menos se acercaban a los valores teóricos, debido
al lugar en que realizamos el experimento, también la presión es variable debido a la forma
que tenía el envase que contenía el fluido por lo que el primer chorro salia con poca fuerza
,
6.2 Conclusiones
sfdfdfgdagdaddsadsasdassadadssadsaddassssssssssssssssssssssssssssssssss
ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
sss
7 RECOMENDACIONES
8 CUESTIONARIO
2. ¿Cómo varía la experiencia si colocas los agujeros a igual altura con respecto a la
parte inferior de la botella? Justifica tu respuesta.
9 BIBLIOGRAFIA
F.W. Sears, M.W. Zemansky, H.D. Young y R.A. Freedman: “Física Universitaria”,
12ª Edición. Vol.1, Addison-Wesley Longman/Pearson Educación
Serway R (1997). Física, Vol. I 4ª Edición. Editorial McGraw Hill.
10 ANEXO