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Al hablar de pluralidad de voces, se hace referencia a la presencia de más de un sujeto de

enunciación del discurso literario; principalmente narradores y personajes de un texto narrativo,


pero también puede ser hablante lírico y personajes en un texto lírico y hablante básico y
personajes en un texto dramático.

A estos elementos se suma la presencia de personajes, que a través de sus discursos (diálogos,
monólogos, cartas, diarios de vida, etc.) también van enunciando la narración e influyen
mediante estas intervenciones lingüísticas en la historia.

En el género dramático, la presencia de la multiplicidad de voces, se reconoce en la presencia de


un hablante básico o dramático, que presenta el espacio en que se desarrolla la obra, los
personajes que en ella participan e introduce las acotaciones.

En el género lírico, se puede reconocer en menor medida, dado el carácter más sintético del
género, la inclusión de voces diferentes en la construcción del sentido de los poemas. Si se
observa el ejemplo que a continuación se presenta, se reconocerán algunos aspectos
significativos.

Respecto de los puntos de vista, en narrativa se concretan en el concepto de focalización. La


focalización se entiende como el ángulo de visión, el foco narrativo, el punto óptico en que se
ubica un narrador para contar su historia . Es decir, el narrador adopta un punto de vista para
contar los hechos.

Lugar o perspectiva

Cero

Se narra la historia sin focalizar. Esto significa que no hay restricción de campo, ya que el
narrador accede a toda la información. Se evidencia en que el narrador transmite tanto
información relativa a los hechos o acciones como a los pensamientos, sentimientos y
sensaciones de los personajes.

Interna
Se narra la historia desde el interior de un personaje. Por lo tanto, no se conoce toda la
información de la historia y se evidencia en que se expresa la interioridad del personaje
(pensamientos, sentimientos, sensaciones, etc.).

Externa

Se narra la historia desde fuera, como una cámara de cine. Es decir, se muestran las acciones de
los personajes, no se accede a su conciencia.

Además de la focalización o perspectiva narrativa, los puntos de vista pueden representarse en


los textos literarios como la función ideológica de la voz de enunciación; esto significa que en
distintos fragmentos del discurso literario se hacen referencias o se aportan datos o comentarios
sobre la realidad contenida en el texto en cuanto a “teoría” para interpretar el mundo. De
acuerdo con esto, los personajes o los hablantes (sean líricos, dramáticos o narrativos) observan,
reflexionan y evalúan el mundo según sus experiencias, creencias religiosas, políticas, según
perspectiva de género o algún otro criterio.

Sentido de su aprendizaje

La literatura contemporánea se introduce en la conciencia del individuo para explorar desde allí
tanto su propia interioridad como el entorno que lo rodea, que frecuentemente se percibe
hostilmente; y dentro de este mundo, los otros seres humanos como difíciles de alcanzar. Por
esto, se convierten en temas preferentes la incomunicación, la incomprensibilidad del mundo y
de sí mismo, la subjetivización de la experiencia temporal, la carencia o problematización de la
identidad individual y colectiva definida en el medio histórico-social (América) que le ha tocado
habitar, y la consiguiente búsqueda de ella.

Transgresión del tiempo y del espacio

1. Descripción o definición

El afán de presentar, en la literatura contemporánea, un mundo inabarcable e ilógico se ve


claramente reflejado en las formas de representación del tiempo y del espacio en textos
principalmente narrativos y dramáticos.

La técnica literaria del montaje es la expresión de esta ruptura o transgresión temporal y


espacial. Una secuencia de escenas discontinuas, en las que se produce un cambio de un
presente a un pasado o a un futuro, o se produce un cambio de lugar en que ocurren las
acciones de los personajes, contiene esta forma de construir un conjunto de fragmentos cuya
relación se dilucida cuando se conoce la totalidad de la obra.

En el caso del montaje temporal, se rompe con la cronología de los acontecimientos y ya no


coinciden el tiempo cronológico o lineal con el tiempo de la narración o del relato (temporalidad
del proceso de enunciación). Así se van superponiendo el pasado, el presente y el futuro. Esta
ruptura temporal puede concretarse en un tipo de narración retrospectiva (disposición in
extrema res), en el relato interrumpido, en la intercalación y enmarcación de narraciones
subsidiarias y en la disposición in media res.

Mezcla de géneros

1. Descripción o definición

Entre los temas y rasgos formales caracterizadores de la literatura contemporánea, se encuentra


un elemento muy significativo: “rupturas genéricas: mezcla de diversos géneros (teatro épico;
novelas “dramáticas” o puramente dialogadas y carentes de narrador básico; narrativa
testimonial, etc.), desdibujamiento de la frontera entre literatura (ficción) e historia (realidad) o
entre literatura (ficción) y periodismo (realidad)” . En esta oportunidad, interesa revisar qué se
entiende por mezcla de géneros.

Es un recurso característico de las obras literarias contemporáneas, que consiste en la inclusión


de fragmentos de géneros literarios (o incluso no literarios) distintos a la secuencia envolvente
de una obra. Para ser más precisos, este recurso se verifica, por ejemplo, en la presencia de un
poema inserto en una novela u obra dramática, poemas visuales, poemas que incorporan temas
propios de la música, textos en prosa con fragmentos poéticos, textos narrativos exclusivamente
dialogados, textos narrativos con acotaciones propias de obras dramáticas, etc.

Monólogo interior o corriente de la conciencia

Se refiere a la técnica narrativa que intenta reproducir la forma en que nuestra mente va
urdiendo los pensamientos. Estos, habitualmente, no surgen de manera ordenada y coherente,
hilando una idea con otra sobre la base de la causa y efecto, sino que cuando pensamos es
divagamos y pasamos de una idea a otra, sin un hilo conductor muy claro. Esto es precisamente
lo que los escritores contemporáneos quisieron llevar a la literatura. Como ya no se creía en la
posibilidad de mirar el mundo de una manera externa y objetiva, el “monólogo interior” se
presentaba como una forma adecuada de evidenciar cómo el mundo únicamente se podía ver
desde el desorden de nuestros pensamientos.

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