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INDUSTRIAL
“Neurociencia”
AUTORES:
CURSO:
Matemática II
PROFESOR:
LIMA – PERU
2019 – I
Indice
I. Introducción
II. Antecedentes
V. Conclusiones
I. Introducción
La misión de las neurociencias es explicar la conducta en relación con los procesos del cerebro
desde las acciones motoras relativamente simples, como caminar o correr, hasta las funciones
cognitivas complejas, como el lenguaje, el pensamiento, y las funciones ejecutivas, entre otras
(Kandel, 1997).
Las neurociencias son un conjunto de disciplinas que tienen como objeto de estudio el sistema
nervioso.
Todas las funciones del cerebro, incluyendo el procesamiento de la información sensorial, la
programación de las respuestas motoras, emocionales y la capacidad de almacenar
información, etc., Desempeñan conjuntos específicos de neuronas conectadas entre sí (redes
neuronales).
Esta asignatura abre el camino al estudio de las neurociencias con el fin de rescatar su
aplicación en el campo de la educación.
En los últimos años, las investigaciones en las neurociencias han incrementado notablemente
y se escuchan términos como neurormarketing, neuroeconomía, neurofilosofia y
neuroeducación.
En Estados Unidos, en los 90 se declaró la década del cerebro, se inició el Proyecto Cerebro
Humano.
Desde la contribución de los médicos de la antigua cultura Paracas con sus prácticas de
trepanaciones craneanas hasta el actual Proyecto Brain que también busca construir un mapa
del cerebro artificiales a través de los modelos matemáticos y computacionales.
El hombre sólo se completa como ser plenamente humano por y en la cultura. No hay cultura
sin cerebro humano (aparato biológico dotado de habilidades para actuar, percibir, saber,
aprender), y no hay mente es decir capacidad de conciencia y pensamiento sin cultura.
(Morin,1999, p. 20)
I. Antecedentes
Cuenta la mitología griega que un buen día, mientras el Dios Zeus, paseaba por la orilla de un
lago, sintió un punzante e insoportable dolor de cabeza e hizo resonar el firmamento con sus
gritos. Hermes, el mensajero de los dioses del Olimpo, escuchó el divino estruendo y acudió
rápidamente en su auxilio. Luego de examinar a Zeus, llamó a Hefestos, el dios de los infiernos,
para que trajera una cuña y un martillo con que abrir el cráneo del desesperado Zeus. Al
realizarse la divina trepanación saltó Atenea, la diosa de la Sabiduría, la divinidad protectora de
Atenas, llena de astucia e inventiva, nacida no del vientre de su madre sino del cráneo de su
padre, en forma de una mujer joven, que nace dando un terrible grito de guerra, armada con
casco, lanza, escudo y coraza.
El interés del hombre por la obtención de conocimientos sobre el cerebro constituye una
motivación vigente en la historia de la ciencia. La estructura y funcionamiento del cerebro y
otros órganos del sistema nervioso central, ha devenido en microsistema y motivación por
desentrañar nuevos conocimientos. Este último aspecto potencia la capacidad explicativa y de
transferencia del conocimiento neurocientífico, de ahí que el conocimiento sobre su evolución
sea objeto de este acápite.
Hace más de diez mil años en Egipto, al embalsamar un cadáver se desechaba el cerebro a
través de los orificios nasales y se conservaba el resto del cuerpo con la creencia de que podía
ser utilizado en otra vida. Además, se practicaba la trepanación del cráneo consistente en una
perforación con el objetivo de curar al enfermo de ciertos humores. La trepanación ha sido
llevada a cabo tanto por razones médicas como místicas, y de su práctica hay indicios desde
la era neolítica, pues se han descubierto cráneos trepanados. Se cree, por pinturas encontradas
en cuevas, que el hombre neolítico creía que este tipo de cirugía podía curar epilepsia, migrañas
y desórdenes mentales.
En la costa del Perú, a finales del formativo superior, 500 antes de nuestra era, se desarrolló la
cultura Paracas, conocida por su riqueza textil y por el hallazgo del arqueólogo Julio C.Tello de
429 fardos funerarios, en 1925. Los fardos contenían restos momificados con cráneos humanos
trepanados y numerosos trépanos de obsidiana con mangos de madera de más de 2.000 años
de antigüedad.
Julio C. Tello, arqueólogo peruano, había publicado en 1912 un estudio de 200 cráneos
trepanados, seleccionados entre más de 10.000, obtenidos de las tumbas de los Yauyos,
sostiene Tello que fueron practicadas como tratamiento de fracturas deprimidas,
desprendimientos de periostio, periostitis y posiblemente por lesiones luéticas. También sugiere
que se usó como tratamiento de hematomas subdurales y por fracturas deprimidas que
producían trastornos convulsivos. donde al finalizar la operación se colocaba una lámina de oro
para cerrar la herida. De la misma forma fue empleado por la civilización Inca para eliminar
fragmentos de huesos o armas que quedaban incrustadas en el cráneo. Uno de los
instrumentos utilizados en la cirugía inca fue el " tumi un tipo de cuchillo. Y se sabe que también
conocieron el uso de vendas (Wylie, 2016)
Alrededor del año 500 a.C. los discípulos de Pitágoras ya debatían la idea de que el
cerebro podía ser el centro de la inteligencia. Filolaos de Tarento, médico discípulo de
Pitágoras, afirmaba la existencia de cuatro órganos vitales para un ser vivo racional:
cerebro, corazón, ombligo y la inteligencia en el cerebro. Para este el mérito del cerebro
era ser sede de la inteligencia, el corazón lo era del alma y de las sensaciones (Melo,
1998).
Hipócrates (460-379 a.C.), el erudito griego más influyente del siglo IV a.C. y considerado
padre de la medicina, expresó que en el cerebro además de ser el órgano de las sensaciones
lo era de la inteligencia. Este afirmaba que la rica variedad de experiencias mentales se la
debemos a este órgano, al expresar: Los hombres deben saber que el cerebro es responsable
exclusivo de las alegrías (…)Y gracias al cerebro, de manera especial, adquirimos sabiduría y
conocimientos, y vemos, oímos y sabemos lo que es repugnante y lo que es bello, lo que es
malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es insípido (…) Y gracias a este órgano nos
volvemos locos y deliramos (…) Y en este sentido soy de la opinión de que esta víscera ejerce
en el ser humano el mayor poder. (libro sobre las enfermedades sagradas, siglo IV a.C.). (Citado
por Melo, 1998, p. 6
Poco después Aristóteles (384-322 a.C.), afirmó que el corazón era el centro del intelecto y
que en este se enfriaba la sangre sobrecalentada. Según Melo (1998) en la antigüedad y la
Edad Media se pensó que la sede del alma y de las sensaciones era el corazón, pues el cerebro
se consideraba la víscera donde se transformaban los humores.
La teoría cardiocéntrica de la mente o alma tuvo larga repercusión en las inducciones
científicas de la antigüedad e imperó en Europa hasta los inicios del siglo XVII. Esta teoría fue
aceptada como dogma por no pocos médicos de la época, incluso por la iglesia, y entre sus
causas está la débil práctica de estudios anatómicos en cadáveres humanos hasta el
Renacimiento, a excepción de la Escuela Anatómica de Alejandría. De ahí la persistencia en la
especulación intelectual, y no de la investigación empírica para determinar lo verdadero o falso
de las suposiciones (Finger, 1994).
La figura más representativa de la medicina romana formada en Alejandría, Galeno (130-200
a.C.), aceptó la visión sobre el cerebro de Hipócrates. Él era médico de gladiadores, y presenció
lesiones espinales y cerebrales en estos. La práctica médica de Galeno estuvo influida por la
experiencia en la disección de ovejas y tocar con el dedo cerebros recién disecados, lo que le
permitiría observar que el cerebelo era más duro que le cerebro. Así, afirmó que el cerebro era
receptor de las sensaciones y el cerebelo debía de dar las órdenes a los músculos, y reconoció
que para la formación de la memoria era necesaria la impresión de imágenes en el cerebro,
para lo cual este era de consistencia blanda.
También Finger (1994), Galeno abrió el cerebro y comprobó que era una víscera hueca, cuyos
espacios, denominados ventrículos, estaban ocupados por un líquido. Este descubrimiento
pareció confirmar la teoría de que el funcionamiento del cuerpo se basa en el equilibrio de los
cuatro líquidos vitales (flema, sangre, bilis negra y bilis amarilla), conocidos como humores. Las
sensaciones eras registradas y los movimientos se iniciaban por el flujo de los humores a través
de los ventrículos cerebrales, y luego de los nervios, los cuales eran considerados conductores
huecos, al igual que los vasos sanguíneos
Según Laín (1963), la teoría de Galeno prevaleció durante casi 1500 años,
sin embargo, durante el Renacimiento, Andreas Vesalius (1514-1564) junto a otros
contemporáneos añadieron otros detalles a la estructura del cerebro, lo cual no modificó la
localización ventricular del cerebro, al menos en sus aspectos esenciales. Todo lo cual se
reafirmó a principios del siglo XVII cuando los franceses empezaron a desarrollar dispositivos
mecánicos controlados hidráulicamente. Las aplicaciones de estos aparatos apoyaron el
concepto de que el cerebro debía de ser semejante a una máquina y se supuso que el líquido
ventricular era presionado para salir de los ventrículos a través de los nervios, “bombeando”
líquido a losmúsculos y provocando el movimiento de las extremidades.
René Descartes (1596-1650), matemático y filósofo, fue el principal defensor de la teoría
hidromecánica de la función del cerebro. Este consideraba que la teoría mecánica de los
líquidos explicaba las propiedades funcionales del cerebro y la conducta de los animales,
incluso del hombre. Así, propuso que los mecanismos cerebrales humanos controlaban la
conducta, solo en la medida que esta se parecía a la de los animales.
Descartes consideró que los seres humanos tenían una parte mecánica (materia) y otra divina
(mente). De ahí que, si el alma se interpenetraba con la maquinaria del cuerpo, sin ser parte de
este (pues su esencia era divina), debía también abandonarla intacta durante la muerte,
independientemente del deterioro de su materia. Este pensamiento sobre la dualidad entre lo
material y lo inmaterial condujo a que la Iglesia y otras instituciones consintieran la realización
de estudios sobre las partes y funciones del cuerpo, incluso del cerebro, por médicos y
anatomistas, a plena luz del día y en todos sus aspectos (Meyer, 1999) Esto contribuyó a que
en el siglo XVII la anatomía se convirtiera en una disciplina médica altamente respetada, para
lo cual los estudios neuroanatómicos y neurológicos seguían en sus primeros pasos. Así,
médicos reunidos en academias, universidades y foros especializados empezaron a descubrir
casos clínicos de lesiones cerebrales o de tumores.
Más de la mitad de las investigaciones actuales en las Neurociencias tratan acerca del
aprendizaje y la memoria, lo cual sugiere un gran potencial para apoyar a los educadores en
su labor (King-Friedrichs, 2001).
Para Wolfe (2001), la información que las Neurociencias aportan provee información básica
para la toma de decisiones en estrategias de trabajo en el aula, y considera que es una de las
dimensiones fundamentales para alcanzar un proceso pedagógico pertinente y si El cerebro
humano es un órgano de una complejidad asombrosa y es resultado de una evolución, por ello
las investigaciones comparadas de los procesos de aprendizaje entre diferentes especies son
imprescindibles, y a su vez, resaltan el valor excepcional del aprendizaje humano, en particular
por su capacidad exclusiva de conservar la cultura de generación en generación mediante la
educación. Los niños pequeños son ya capaces de enseñar, y enseñando aprenden, como
decían los antiguos maestros,“docendo discimus”( Strauss, 2005).
En principio, se puede afirmar que el desarrollo de las Neurociencias se deriva del abordaje
multidisciplinario de los diversos fenómenos de interés, éstos incluyen desde los científicos de
áreas más básicas como el caso de los físicos con sus aportes al conocimiento de los
fundamentos de la excitabilidad celular o con sus aportes al desarrollo de redes neurales, hasta
los que abordan el conocimiento con aproximaciones clínicas y/o poblacionales que contribuyen
a dar una idea del ser humano integral.
No obstante, las Neurociencias dan cabida a prácticamente a todas las áreas del saber y cada
una ha hecho importantes aportes a diferentes áreas temáticas, de las cuales, cabe destacar
algunas como: desarrollo, envejecimiento y muerte neuronal; plasticidad celular y molecular;
percepción, psicofísica y movimiento; funciones mentales superiores (memoria y aprendizaje,
cognición, emociones, lenguaje, estados de conciencia); bases biológicas de las
psicopatologias; psicofarmacología; abordaje etoexperimental e implementación de modelos en
Neurociencias. Cada tema aquí mencionado podría subdividirse en sus respectivos
componentes de abordaje biofísico, neuroquímico, de genética y biología molecular, fisiológico,
farmacológico, clínico y hasta poblacional. Consecuentemente, las ciencias básicas día a día
profundizan más en la comprensión de los mecanismos que dan cuenta de cada tópico y, de
esta forma, pasan por el estudio de las bases moleculares indispensables para que ocurran y
se modulen dichos eventos hasta por la elaboración de modelos de redes neurales y de
simulación predictiva de los mismos basados en las interrelaciones de cada elemento
estudiado.
La genética hoy con el estudio del genoma humano y con los modelos de animales transgénicos
o las mutaciones dirigidas viene describiendo las capacidades innatas del comportamiento y la
posibilidad de manipularlas. La neurobiología del desarrollo ha hecho aportes significativos a
las definiciones de los períodos críticos de desarrollo neuronal durante los cuales existe una
alta vulnerabilidad del sistema nervioso con repercusiones duraderas o permanentes en el
comportamiento.
Los estudios de plasticidad neuronal y molecular han descrito mecanismos básicos
responsables por los cambios adaptativos en diferentes fases del desarrollo ontogenético
mejorando la comprensión de muchas de las preguntas relacionadas sobre los cambios
comportamentales adaptativos resultados de la experiencia del individuo haciendo énfasis en
los mecanismos sinápticos. La psicofísica y los estudios de percepción han contribuido
significativamente en la comprensión de las relaciones de categorías físicas medibles que
inciden sobre los órganos sensoriales y la estimación cuantitativa de la percepción de dichas
categorías. Quizás de los mayores avances se vienen dando con la comprensión de las
funciones neurales superiores ayudados por el avance de la electrofisiología, la imagenología
y el mejoramiento de los estudios de lesiones cerebrales en humanos y la manipulación
controlada de distintos elementos del sistema nervioso en modelos animales.
Sin ninguna duda, una de las necesidades y puntos de mayor desarrollo de las Neurociencias
ha estado en torno a la búsqueda y validación de diferentes tipos de modelos tanto animales
como de simulación, que representen las características esenciales de los procesos que
pretenden ser estudiados. En este aspecto, la psicofarmacología ha contribuido de manera
significativa con su aporte a la validación o evaluación de muchos modelos de enfermedades
mentales.
Adicionalmente, la psicofarmacología ha hecho contribuciones esenciales a la clasificación y
caracterización de receptores de membrana para los diferentes sistemas de neurotrasmisores
con sus consecuentes aportes utilizando substancias que remedan o antagonizan los efectos
funcionales repercutiendo en mejores opciones de tratamiento de los trastornos mentales. Es
absolutamente imposible describir con justicia utilizando pocas palabras, los significativos
avances en cada área de las Neurociencias pero si resulta necesario destacar que éstos sólo
son posibles en la medida que el abordaje viene siendo hecho de manera multidisciplinaria.
LA NEUROCIENCIA
1. DEFINICIÓN.
La neurociencia es el estudio de la estructura y la función química, farmacología, y
patología del sistema nervioso y de cómo los diferentes elementos del sistema
nervioso interaccionan y dan origen a la conducta.
Objetivos de la Neurociencia:
El Sistema Nervioso
El sistema nervioso humano contiene aproximadamente 100 mil millones de neuronas. Consiste
en el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y el sistema nervioso periférico que
incluye los nervios vegetativos, sensoriales y motores. El sistema nervioso se organiza en
circuitos y sistemas que controlan funciones como la visión, respiración y comportamiento.
La posibilidad de estudiar la biología de la neurona en cultivo y comprender los mecanismos
moleculares y genéticos que intervienen en la función neuronal ha permitido desarrollar nuevas
estrategias terapéuticas.
Por qué necesitamos el Sistema Nervioso
La concepción evolutiva es central en neurociencia. El sistema nervioso aparece básicamente
como una necesidad de los animales de moverse o desplazarse. Para esto es necesario captar
las características del medio ambiente, hacer una representación mental adecuada de la
realidad exterior e interior y predecir el impacto de las acciones y los acontecimientos externos.
El sistema nervioso es anticipatorio y realiza todo el tiempo hipótesis o representaciones sobre
el mundo externo.
Algunas de las ciencias implicadas son:
IMPORTANCIA DE LA NEUROCIENCIA
Las neurociencias tienen como objeto de estudio nada más ni nada menos que comprender el
complejo sistema mediante el cual funciona la mente humana, abordando ese estudio de
manera científica. Las células del cerebro, llamadas neuronas, se encuentran ampliamente
influenciadas por el entorno en el cual el individuo se relaciona con ese mismo entorno y con
las demás personas, y es por eso que las neurociencias también tienen disciplinas como el
caso del psicoanálisis, que está enfocado en el estudio de la conducta humana para develar
los rasgos actitudinales de cada persona. También, se encargan de desentrañar cómo es que
se produce el proceso de aprendizaje, de archivado de información en el cerebro, y los procesos
biológicos que tienden a facilitar el proceso de aprendizaje.
Es decir, que, a partir del estudio a distintos niveles: molecular, neuronal, redes neuronales,
conductual y cognitivo, la neurociencia trata de desentrañar la manera de cómo la actividad del
cerebro se relaciona con la psiquis y los comportamientos.
APORTES DE LA NEUROCIENCIA
Ya hace tiempo se viene discutiendo qué tan eficaz es la escuela y el sistema educativo en la
enseñanza del pensamiento crítico. La realidad no es ambigua en esto: hemos fracasado en
producir ciudadanos críticos y creativos, generadores de nuevo conocimiento relevante para la
sociedad.
¿Qué nos dicen las Neurociencias al respecto? ¿Qué propuestas nos ofrecen?
CONOCER EL CEREBRO. Algo clave para poder brindar una educación significativa a
nuestros niños y adolescentes es comprender en qué momento evolutivo se encuentran
sus cerebros y qué necesitan. Oportunamente, Piaget desarrolló su teoría epigenética
y su aporte se transformó en revolucionario. Hoy contamos con investigaciones
neurocientíficas que nos dicen que el cerebro debe ser estimulado de una manera
integral. Además, nos ayudan a comprender qué áreas se desarrollan y mediante qué
tipo de intervenciones. Sabemos por ejemplo que el área frontal, el área
específicamente humana, puede regular nuestras conductas ayudándonos a crear un
escenario futuro y también a inhibir el impulso inmediato. Asimismo, sabemos que áreas
como la corteza límbica, sobreestimuladas por la experiencia emocional social, pueden
producir desajustes conductuales y malestar anímico. En la adolescencia, el cerebro
sufre un cambio importante en cuanto a los ritmos de la vigilia-descanso: los horarios
muy tempranos son contraproducentes y la escuela ya debería plantearse la posibilidad
de iniciar la cursada en horarios más tardíos por la mañana o en horarios vespertinos.
VALORAR LA IMPORTANCIA DEL CONTACTO CON LA NATURALEZA Y CON EL MUNDO
SOCIAL de una manera espontánea en el transcurso de los primeros años
especialmente, pero en la vida del educando en general: esto le permite construir las
formas, los colores, el movimiento y la profundidad que dan esencia a los conceptos y
las ideas. Las experiencias nuevas y llenas de exploración sensitiva enriquecen su
mundo interno y la fantasía que va a dar lugar a su creatividad e intuición.
INTENTAR QUE EL NIÑO INDAGUE POR SÍ SOLO e intente, por distintos medios, encontrar
la explicación de los fenómenos que estudia: la curiosidad y lo que llamamos la Atención
Pura, la mente de principiante, es clave. Sugata Mitra, un reconocido doctor en Física,
en la India, ha estudiado cómo los niños pueden enseñarse a sí mismos a partir de
colocar pantallas de computadoras en huecos de las paredes. Así observó cómo los
chicos aprendían, en un contexto desprovisto de toda tecnología informática, a usarlas
y a conocer cómo accionar con sus dedos todas las funciones del dispositivo.
VALORAR LA MOTIVACIÓN COMO EL MOTOR DE TODO APRENDIZAJE. Sin ella, todos los
procesos subsiguientes se ven deteriorados. Si no existe este “combustible mental” para
los educandos, es imposible generar aprendizaje significativo.
Ilustración 1: NEUROEDUCACION
Para responder a esta pregunta, piense primero en el siguiente panorama: durante la evolución
de las sociedades y de los sistemas educativos, varias corrientes pedagógicas perfilaron el
quehacer del educador. Se abrieron las puertas de las escuelas al conductismo, al
constructivismo, al paradigma socio-cognitivo y a nuevas metodologías provenientes de
diferentes líneas de pensamiento. El panorama que se aprecia en las aulas, actualmente, acaba
siendo el de una práctica pedagógica híbrida, resultante de tantas corrientes y líneas, muchas
de ellas ya sobrepasadas y que no corresponden al perfil de alumno que frecuenta la escuela
del Siglo XXI. No obstante, independiente de la línea o corriente que perfila a un colegio o a un
educador, existe un proceso que se da en todo contexto pedagógico: el de enseñanza-
aprendizaje.
Lejos de que las Neurociencias se caractericen como una nueva corriente que entra al campo
educativo, o que se transformen en la salvación para resolver los problemas de aprendizaje o
de la calidad de la educación, la propuesta es que sea una ciencia que aporte nuevos
conocimientos al educador, por ello lo más importante para un educador es entender a las
Neurociencias como una forma de conocer de manera más amplia al cerebro -cómo es, cómo
aprende, cómo procesa, registra, conserva y evoca una información, entre otras cosas- para
que a partir de este conocimiento pueda mejorar las propuestas y experiencias de aprendizaje
que se dan en el aula.
Hasta bien entrada la década de los 80, el estudio del funcionamiento del cerebro en relación
con la conducta y el conocimiento, estaba muy enfocado en los procesos de aprendizaje,
lenguaje y razonamiento, sin prestar mayor atención a las emociones de la persona. Es decir,
no se daba a las emociones una importancia relevante dentro del proceso cognitivo.
Sin embargo, los avances recientes en neurociencias están demostrando, de una forma cada
vez más clara, las conexiones que existe entre emociones –sentimientos, afectos–,
pensamiento racional, medioambiente en que nos desenvolvemos y la toma de decisiones que
cada persona realiza a lo largo de su vida. Y esto hasta el punto de revolucionar nuestra
comprensión del rol que juegan los afectos en la educación.
EL CEREBRO
El cerebro es el mayor órgano del sistema nervioso central y forma parte del centro de control
de todo el cuerpo. También es responsable de la complejidad, origen y funcionamiento del
pensamiento, memoria, emociones y lenguaje.
Los cerebros son sumamente complejos. La complejidad de este órgano emerge por la
naturaleza de la unidad que nutre su funcionamiento: la neurona. Estas se comunican entre sí
por medio de largas fibras protoplasmáticas llamadas axones, que transmiten trenes de pulsos
de señales denominados potenciales de acción a partes distantes del cerebro o del cuerpo
depositándolas en células receptoras específicas.
Las esponjas que no poseen un sistema nervioso central, son capaces de coordinar las
contracciones de sus cuerpos y hasta su locomoción.
En el caso de los vertebrados, la espina dorsal contiene los circuitos neuronales capaces de
generar respuestas reflejas y patrones motores simples tales como los necesarios para nadar
o caminar. Sin embargo, el comportamiento sofisticado basado en el procesamiento de señales
sensitorias complejas requiere de las capacidades de integración de información con que
cuenta un cerebro centralizado.
PARTES DEL CEREBRO Y SUS CARACTERÍSTICAS
Ilustración 2: EL CEREBRO
Gran parte de las funciones fisiológicas del cerebro implica recibir información del resto del
cuerpo, interpretarla y guiar la respuesta del cuerpo. Es el último responsable del pensamiento
y movimiento que el cuerpo produce.
Los tipos de estímulos que el cerebro interpreta incluyen sonidos, luz, olores y dolor.
Permite a los humanos interaccionar exitosamente con el medio al comunicarse con otros e
interactuando con objetos inanimados.
El cerebro es compuesto de células nerviosas que interactúan con el resto del cuerpo a través
de la médula espinal y el sistema nervioso.
I: CORTEZA CEREBRAL
Sin embargo, esta división no es por la estructura real de la corteza cerebral, sino por los huesos
del cráneo que la protege.
La única excepción es que el lóbulo frontal y parietal se separan por el surco central, un pliegue
donde se unen la corteza somato sensorial primaria y la motora.
Este lóbulo controla varias funciones como la resolución de problemas, pensamiento creativo,
juicio, intelecto, atención, comportamiento, reacciones físicas, pensamiento abstracto,
movimientos coordinados, músculos coordinados y personalidad.
Lóbulo parietal
Si se produce una lesión en esta zona se pueden tener impedimentos para hacer tareas
sencillas cotidianas.
El cortex motor: permite que el cerebro controle el movimiento del cuerpo. Se localiza
en la parte media superior del cerebro.
El cortex sensorial: se localiza en la parte frontal del lóbulo parietal y recibe información
desde la médula espinal sobre la posición de varias partes del cuerpo y cómo se
mueven. Esta región también se puede usar para transmitir información del sentido del
tacto, incluyendo dolor o presión, la cual afecta a diferentes porciones del cuerpo.
Lóbulo temporal
El área de Wernicke es una porción del lóbulo temporal que se encuentra alrededor del cortex
auditivo y formula y entiende el habla.
Lóbulo occipital
El lóbulo occipital se encuentra en la parte posterior de la cabeza y controla la visión. Una lesión
en esta zona puede provocar dificultades para leer.
Cuerpo estriado
Está ubicado en las paredes de los hemisferios cerebrales y en él se encuentran los centros de
correlación y coordinación que regulan el ritmo de los movimientos, expresiones faciales
durante la comunicación.
Sistema límbico
Gran parte de las respuestas hormonales que el cuerpo genera se inician en esta área.
Está relacionado con la memoria, atención, instintos sexuales, emociones (por ejemplo placer,
miedo, agresividad), personalidad y la conducta.
Tálamo
Es un centro de relevo que controla la atención por el que pasan estímulos aferentes que llegan a la
conciencia.
Tronco del encéfalo
Todas las funciones vitales para la vida se originan en el tronco del encéfalo incluyendo presión
sanguínea, respiración y latido del corazón.
El cerebelo también se conoce como el “pequeño cerebro” y se considera la parte más antigua
del cerebro en la escala evolutiva.
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
Todos los seres humanos por naturaleza somos capaces de aprender. Desde que nacemos
comenzamos un proceso de aprendizaje que no termina hasta que morimos. Con cada nuevo
estímulo que recibimos de nuestro medio y con cada nueva información que absorbemos,
vamos modificando nuestro conjunto de conocimientos y nuestros esquemas de pensamiento.
Sin embargo, todos aprendemos de maneras distintas, procesamos la información que
recibimos a través de canales diferentes, tenemos ritmos de aprendizaje variables, contamos
con intereses y motivaciones distintas, entre otros.
FUNCIONES PRINCIPALES
Hasta no hace muchos años, se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de
funcionamiento hasta que por medio de imagenología se pudo determinar que cuando se
realiza una función, el cerebro actúa de manera semejante a una orquesta sinfónica
interactuando varias áreas entre sí. Además se pudo establecer que, cuando un área cerebral
es dañada, otra área puede realizar un reemplazo parcial de sus funciones.
CAPACIDADES COGNITIVAS
CEREBRO Y LENGUAJE
Aprender a escuchar sonidos, y ser capaces de repetirlos, ayudan a que la especie humana, y
también animal, evolucione y se mantenga subsistente en la Tierra. El sentido de la audición
está presente y desarrollado en nosotros desde antes de nacer. El oído del bebé en el útero de
la madre ya está en pleno funcionamiento, a diferencia de otros sentidos, como el de la vista,
que no está aún desarrollado. Es gracias a este sentido como aprendemos desde muy
pequeños a entender el mundo que nos rodea a través de los ruidos. Si desde bebés no
escuchásemos hablar a nadie, no nos sería posible el aprender a hablar. Es por ello el sentido
más importante en el desarrollo de nuestra experiencia vital y personal.
El cerebro humano es capaz de identificar tres características del lenguaje sonoro; una
característica es el tono, todos somos capaces de diferenciar una voz grave de una aguda. Esto
es porque estructuras como el cerebelo, el giro de Heschl, el giro frontal inferior, área parietal,
el área premotora y el área supratemporal, hacen una separación y por ello lo podemos
distinguir. Otra característica es la armonía, con activaciones en la corteza frontolateral inferior
y ventral premotora. Y la última característica es la melodía, con activaciones en el giro temporal
y plano temporal.
El lóbulo temporal está inferiormente situado en la fisura lateral (FL). Presenta una superficie
lateral y una basal. El giro temporal inferior se extiende hacia la parte basal. El área auditiva
primaria (giro de Heschl) está situada en el borde superior del giro temporal superior. Por tanto,
la percepción sonora del habla se produce en el giro de Heschl, en los hemisferios derecho e
izquierdo. Esas informaciones se transfieren al área de Wernicke la cual participa en la
comprensión del lenguaje hablado y al lóbulo parietal inferior, que reconocen la segmentación
fonemática de lo escuchado y, junto con la corteza prefrontal, interpretan esos sonidos. Para
identificar el significado, contrastan esa información con la contenida en varias áreas del lóbulo
temporal.
El área de Wernicke, se conoce así en honor al neurólogo que la describió por primera vez.
Pero también se la conoce por otros nombres como; área del conocimiento, área interpretativa
general, área de asociación terciaria. Está especialmente desarrollada en el hemisferio
dominante para el lenguaje, que, generalmente suele ser el lado izquierdo. El desarrollo de esta
área permite alcanzar niveles altos de comprensión y procesar la mayor parte de las funciones
intelectuales del cerebro. Se encarga de la decodificación de lo oído y de la preparación de
posibles respuestas. Es importante para la comprensión de palabras y en los discursos
significativos.
Da paso después al área de Broca, también conocida como el área motora de las palabras, que
se conecta con el área de Wernicke mediante el fascículo longitudinal superior. Se ubica en la
corteza prefrontal, en la parte anterior de la porción inferior de la corteza motora primaria,
cercana a la fisura lateral (FL). En la mayoría de los casos, es dominante en el lado izquierdo
del cerebro. Su función es permitir la realización de los patrones motores para la expresión de
las palabras, articulando el lenguaje hablado y también el escrito. Es la responsable de la
formación de las palabras en la que se activa el accionamiento de los músculos fonadores, es
decir laríngeos, respiratorios y de la boca, para asegurar la producción de sonidos articulados,
lo que tiene lugar en el área motora primaria, de donde parten las órdenes a los músculos
fonadores. Además se conecta con el área motora suplementaria, que tiene relación con la
iniciación del habla.
IV. Conclusiones
Pero los mayores descubrimientos se presentan en la segunda mitad del siglo pasado, tiempo
en el cual el ambiente académico ha presenciado el crecimiento acelerado de la neurociencia;
consecuentemente, sus descubrimientos y usos son cada vez más inesperados y tienen la
capacidad de influir en toda actividad de la sociedad, así lo afirman Jeeves y Brown al indicar
que durante esa época resurge el interés por el binomio Cerebro – Conducta.
Frente a tales avances, y antes de concluir el milenio anterior, por una iniciativa de la Biblioteca
del Congreso de Estados Unidos, el presidente de este país, George H.W. Bush6, emite la
proclama presidencial 6158 del 17 de julio de 1990, declarando que se iniciaba la “Década del
Cerebro” (Bush 1990), consecuentemente se aumenta el presupuesto para las investigaciones,
en especial para trastornos tipo Alzheimer, Parkinson, trastornos del habla, lenguaje y la
audición, la esquizofrenia, el autismo, derrames cerebrales, curas para lesiones en la medula
espinal, depresión, epilepsia y prevención de la enfermedad de Huntington. Además se
investigaría las causas y consecuencias de los adictos a las drogas y de su descendencia, entre
otras áreas. A la par, laboratorios de distintos países industrializados también incrementaron su
inversión en este tipo de investigaciones, considerándola como la cuarta gran ola de
transformación en la sociedad7.
La “década del cerebro” multiplicó a los interesados por el tema neurocientífico, como se pudo
constatar en la participación entre el “Encuentro Inaugural de la Sociedad para la Neurociencia”
de 1969, con un centenar de participantes y la reunión de 2005 con más de treinta mil
especialistas; para Jeeves y Brown, este interés cobra el cariz estatal, porque participan nueve
naciones pertenecientes a la Comunidad Europea ue invirtieron en investigaciones de
psicología y neurociencia, además de conformar una Comisión de Seguimiento. (Jeeves y
Brown 2010, 18) que invirtieron en investigaciones de psicología y neurociencia, además de
conformar una Comisión de Seguimiento. (Jeeves y Brown 2010, 18)
Por iniciativa del presidente estadounidense Barack Obama13, el 2 de abril de 2013 se informa
a la comunidad mundial que se inicia el proyecto “Brain Research through Advancing Innovative
Neurotechnologies (BRAIN)” (Obama 2013) con una inversión inicial de 100 millones de dólares
.