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FACULTAD DE DERECHO Y CC.

PP
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA

DERECHOS HUMANOS

DOCENTE

DR. GLORIA SABRINA SANTILLAN

TEMA

CASO PEDRO HUILCA TECSE

CICLO

ALUMNOS
RIOS PANDURO JHONATAN
SILVA LAGOS BENEDICTO JAVIER
RENGIFO RIOS JULIO CESAR

PUCALLPA –PERU

2019
DEDICATORIA

En primer lugar a Dios, por su


infinito cuidado y amor.

A mis padres, por su corazón tan


amoroso y comprensivo, que no
permiten que decaiga en este
amplio camino.
INDICE

CARATULA.

DEDICATORIA.

INTRODUCCIÓN.

CAPITULO UNICO

CASO PEDRO HUILCA TECSE

1. Antecedentes

2. Historia de Pedro Huilca Tecse

3. Asesinato de Pedro Huilca Tecse

4. El Caso Pedro Huilca Tecse ante la Corte Interamericana de

Derechos Humanos

5. Cuadro referencial del Proceso ante la Corte Interamericana De

Derechos Humanos

CONCLUSIONES

BILIOGRAFIA
INTRODUCCION

El caso Pedro Huilca Tecse, ocurrido entre los años 1991 y 1992 tras su homicidio en este
último dentro del mandato del ex presidente del Perú Alberto Fujimori Fujimori, en el
cual se ven violentados derechos fundamentales de todo ser humano establecidos como
tal dentro de la Declaración Universal de Derechos Humanos, como son la obligación de
respetar los derechos, Derecho a la vida, Garantías judiciales, Libertad de asociación,
Protección judicial, Obligación de reparar.

Pedro Huilca Tecse, secretario General de la Confederación General de Trabajadores del


Perú (CGTP) criticaba duramente las restricciones laborales que venían siendo adoptadas
por el gobierno de Alberto Fujimori. El 18 de diciembre de 1992 fue acribillado frente a
la puerta de su casa por miembros del Grupo Colina. Corte Interamericana de Derechos
Humanos ordenó al Estado peruano imponer justicia en este caso.

El 3 de marzo del 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó al Estado


Peruano investigar el asesinato del dirigente sindical Pedro Huilca Tecse, entonces
Secretario General de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), quien
durante sus últimos meses de vida fue un férreo crítico a las restricciones laborales que
venían siendo adoptadas por el primer gobierno de Alberto Fujimori. Hasta el día de hoy
la justicia peruana no ha cumplido con esta sentencia.
CASO PEDRO HULCA TECSE

1.1. ANTECEDENTES
Pedro Crisólogo Huilca Tecse nació en el año 1949 en el distrito de Ccorca, ubicado
en Cusco. A inicios de la década de 1990 asumió el cargo de Secretario General de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). En diciembre de 1992,
participó en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE). Aprovechó este foro para
criticar duramente las restricciones laborales que venían siendo adoptadas por el
gobierno de Alberto Fujimori Fujimori.
Entre los años 1991 y 1992, Alberto Fujimori había emitido una serie de leyes y
decretos legislativos que modificaban drásticamente las condiciones laborales en el
país. Pedro Huilca, entonces secretario general de la CGTP, se manifestó abiertamente
contra estas normas que, entre otras cosas, creaban las services. Por ello, había
promovido y participado en diversas marchas contra el fujimorismo. Esto lo había
convertido en un enemigo notorio del régimen. Aun así, Huilca tampoco era del
agrado de Sendero Luminoso, ya que gracias a su capacidad dialogadora, el dirigente
sindical podía coordinar conversaciones con gremios empresariales como la Confiep
y participar de la CADE. Por lo que también fue declarado enemigo del senderismo.
Esta es la historia de un hombre que buscaba justicia para los trabajadores y que en
su camino encontró la muerte en la puerta de su casa, frente a sus hijos. Esta es la
historia de un hombre que hace dos años había alcanzado reconocimiento público
gracias a un busto, pero que ahora lo ha perdido.

1.2. HISTORIA DE PEDRO HUILCA TECSE

Pedro Huilca Tecse nació en Cusco, el 4 de diciembre de 1949. Apenas egresado del
colegio, debió afrontar la responsabilidad de contribuir en el sostenimiento de su
modesto hogar y empezó a trabajar como obrero de construcción civil.
Desde 1981 ocupó diversos cargos dirigenciales en la Confederación General de
Trabajadores del Perú (CGTP), hasta que en su décimo Congreso Nacional, realizado
en marzo de 1992, fue elegido Secretario General de dicha agrupación.

Uno de sus rasgos distintivos fue su gran apertura al diálogo. Esta conducta le permitió
mantener un diálogo fluido con los directivos de la Cámara Peruana de la
Construcción (CAPECO), de la Confederación de Instituciones de la Empresa Privada
(CONFIEP) y con diversas autoridades gubernamentales. Esta disposición no fue
bien vista por Sendero Luminoso, que debido a ello calificó al dirigente como
“revisionista”.

1.3. ASESINATO DE PEDRO HUILCA TECSE

El 18 de diciembre de 1992, Pedro Huilca Tecse se levantó muy temprano y tras


desayunar con su familia salió a la cochera en busca del auto que le había asignado la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).

Regresó a su casa para recoger a su hija, Flor de María Huilca Gutiérrez y al hijo de
su pareja, Julio César Flores Escobar, y juntos salieron de la vivienda sin ningún mal
presagio. Los tres se dirigieron al vehículo, y ni bien entraron en él, se escucharon
los disparos que acabaron con la vida del dirigente sindical:

“(…) salimos y yo me senté al lado derecho de mi papá, y en ese momento(…) escuché


sonidos como cohetecillos, yo pensé que eran cohetecillos porque era diciembre (…)
cuando levanté la mirada vi gente rodeando el carro hacia el lado en que estaba
sentado mi papá, todos varones”.

Martha Flores Gutiérrez, pareja de Huilca Tecse, presenció el crimen desde la puerta
de su casa, pues había salido a despedirlo:

(…) Cuando estaba en la puerta de la casa, esperando que mi esposo encienda el


vehículo, veo a un hombre, de tamaño mediano, con camisa celeste y un chaleco
oscuro y se acerca y saca un arma que parecía ser una metralleta de mediano tamaño,
como la que usan los soldados, y le disparó (…) el sujeto que le disparó huyó
rápidamente. Luego aparecieron entre 08 y 10 hombres con armas y dispararon en
la puerta de mi casa.
Mientras tanto, la hija del secretario general de la CGTP salió del vehículo e intentó
en vano pedir ayuda. Al tratar de regresar a su vivienda se cruzó con una mujer que
tenía una pistola apuntando al vehículo en el que estaba su padre.

Me bajé del carro y quise entrar a mi casa, y al llegar al jardín estaba parada una
mujer con el arma en la mano, era joven de unos 30 años, de tez cobriza, delgada,
era una pistola y estaba rodeada de varios hombres (…) corrí a mi casa y sentí que
empezaron a disparar a la puerta que estaba abierta y hacia las ventanas. Yo estaba
con mis hermanos y marqué el 105 pero no me contestaban. Antes de entrar vi que en
jardín junto a esa mujer había varias personas paradas.

Todo sucedió muy rápido, los atacantes huyeron con rumbo desconocido. Recién
entonces, Flor de María Huilca y Martha Flores, pudieron acercarse al vehículo,
constataron que tanto Pedro Huilca Tecse y Julio Cesar Escobar habían sido
alcanzados por las balas. Con la ayuda de un vecino, Flor de María logró trasladar a
su padre, herido de muerte, al Hospital Cayetano Heredia, donde llegó cadáver.1

1.4. EL CASO PEDRO HUILCA TECSE ANTE LA CORTE INTERAMERICANA


DE DERECHOS HUMANOS
Debido a la impunidad en que se encontraban estos hechos dentro del fuero interno,
este caso fue llevado ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. En
octubre de 2003, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), emitió
un Informe de Fondo en el que sostuvo que este líder sindical presuntamente fue
ejecutado por miembros del Grupo Colina, escuadrón paramilitar de eliminación
selectiva que estaba dirigido operativamente por Santiago Martín Rivas y que se
encontraba vinculado al Servicio de Inteligencia Nacional. En aquella ocasión, la
CIDH recomendó realizar una investigación imparcial, efectiva e inmediata que
permitiera identificar y sancionar a los autores materiales e intelectuales del asesinato
del señor Huilca. Un par de años después, ante el incumplimiento del Estado peruano,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (“Corte IDH” o el “Tribunal”) emitió
una sentencia ordenando al Estado que “investigue efectivamente los hechos del caso.
En agosto de este año la Corte IDH llevó a cabo una nueva supervisión de
cumplimiento de su sentencia, en forma similar a las que realizara en los años 2006 y

1
http://www.larepublica.pe/29-09-2013/fiscalias-de-ddhh-y-de-terrorismo-de-ayacucho-archivaron-1335-casos
2008. Durante esta última supervisión, dicho Tribunal pudo constatar que el Estado
había dado cumplimiento a casi todas las reparaciones ordenadas, con una sola
excepción: aquella referida a la investigación del asesinato de este líder sindical.
Concretamente, la Corte IDH señaló que el Estado no había informado acerca del
avance de los dos procesos penales seguidos contra los presuntos integrantes del
Grupo Colina, ni sobre la denuncia penal presentada en contra de Alberto Fujimori
Fujimori.
Volviendo a nuestro sistema de justicia, este año se informó que las fiscalías de
derechos humanos y terrorismo de Ayacucho habrían archivado, por falta de “datos o
indicios suficientes”, 1335 casos y que solo habrían formalizado 103 denuncias
penales. Lo alarmante de estas cifras es que dentro de las causas archivadas, podemos
encontrar casos que cuentan con pronunciamientos de la CIDH que insta al Estado a
investigar lo sucedido.
Cabe preguntarnos, en nuestro país ¿se respetan nuestras garantías judiciales?
¿Contamos con el derecho al debido proceso? Pese a que existen pronunciamientos
de la Corte IDH y de nuestros propios tribunales, que reconocen que el derecho a la
verdad “[…] se encuentra subsumido en el derecho de la víctima o de sus familiares
a obtener de los órganos competentes del Estado el esclarecimiento de los hechos
violatorios y las responsabilidades correspondientes, a través de la investigación y el
juzgamiento de los responsables…]”. En esa medida, la deficiente actuación estatal
vulnera el derecho a la verdad tanto de los familiares de Pedro Huilca Tecse como de
las otras víctimas del conflicto armado.
En la actualidad, existe un estancamiento del proceso de judicialización de estos
casos. Frente a ello, el Estado debe dejar de poner trabas al esclarecimiento de estas
violaciones, acelerar las investigaciones que se encuentran pendientes e informar a la
población acerca del desarrollo de las mismas. Por ejemplo, en estos últimos meses,
se vienen llevando a cabo las audiencias de los juicios seguidos por la masacre de
Accomarca, el Cuartel “Los Cabitos” o a los miembros del Comando Rodrigo Franco,
los mismos que, pese a su importancia, no vienen siendo difundidos.
En palabras de Salomón Lerner Febres, expresidente de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación, “[…] un proceso de reconciliación es posible, y es necesario, por el
descubrimiento de la verdad de lo ocurrido en los años del conflicto armado
interno…] así como por la acción reparadora y sancionadora de la justicia […]”.
El Estado tiene que seguir impulsando las investigaciones pendientes y descubrir la
verdad para poder sancionar a los responsables y procurar, aunque tarde, justicia a las
miles de familias que siguen esperando una respuesta acerca de qué fue lo que les
pasó. La verdad como su bandera.2

2
Caso Huilca Tecse Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de marzo de 2005. Serie C No. 121.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_121_esp.pdf
1.5. PROCESO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

DERECHOS VIOLADOS Convención Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.) , Artículo 16 (Derecho a
Americana: la Libertad de Asociación) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 4
(Derecho a la vida) , Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) ,
Artículo 8 (Garantías Judiciales)

Otro(s) tratado(s) Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos


interamericano(s) en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ("Protocolo de
San Salvador")

Otros Convenio 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de


Instrumentos: sindicación – Organización Internacional del Trabajo

- Los hechos del presente caso se contextualizan en el marco del conflicto armado peruano, donde los
integrantes del grupo Colina, compuesto por miembros del Ejército, cometieron una serie de violaciones
a los derechos humanos como parte de una política antisubversiva que se extendió a la eliminación de
personas que eran percibidas contrarias al régimen. Pedro Huilca Tecse era secretario general de la
Confederación General de Trabajadores del Perú y participó durante muchos años como activista
político y sindical.
HECHOS - El 18 de diciembre de 1992 Pedro Huilca Tecse se disponía a salir de su domicilio en la ciudad de
Lima en compañía de sus hijos, cuando miembros del grupo Colina se les acercaron. Uno de ellos le
disparó varias veces, lo cual ocasionó su muerte. Sus familiares interpusieron una serie de recursos a
fin de que se investigue lo sucedide y se sancionen a los responsables de la muerte de Pedro Huilca
Tecse.

PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE - Fecha de remisión del caso a la Corte IDH: 12 de marzo de 2004
- Petitorio de la CIDH: La CIDH presentó la demanda con el fin de que la Corte IDH decidiera si el Perú
INTERAMERICANA DE DERECHOS violó el artículo 4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo
1.1 del mismo instrumento, en perjuicio de Pedro Crisólogo Huilca Tecse. Asimismo alegó la violación
HUMANOS de los artículos 8 y 25 de la de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio de la señora Martha Flores Gutiérrez, pareja de la
presunta víctima, y de sus hijos, Pedro Humberto Huilca Gutiérrez, Flor de María Huilca Gutiérrez,
Katiuska Tatiana Huilca Gutiérrez, José Carlos Huilca Flores e Indira Isabel Huilca Flores, así como de
Julio César Escobar Flores, este último hijastro de la presunta víctima e hijo de la señora Martha Flores
Gutiérrez.
- Petitorio de los representantes de las víctimas: Los representantes de las víctimas coincidieron con
el petitorio de la CIdh y además alegaron la violación del artículo 16 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en perjuicio de Pedro Crisólogo Huilca Tecse.

COMPETENCIA Y ADMISIBILIDAD La Corte es competente para conocer del presente caso, en los términos de los artículos 62 y 63.1 de
la Convención Americana, ya que el Perú es Estado Parte de la Convención desde el 28 de julio de
1978 y reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 21 de enero de 1981.

ANALISIS DE FONDO 62. En el presente caso, por existir un allanamiento por parte del Estado efectuado el 7 de septiembre
de 2004 (…), la Corte se limitará a pronunciarse, en lo que respecta al fondo del asunto, sobre las
pretensiones de las partes que fueron presentadas en la demanda y en el escrito de solicitudes y
argumentos.
64. (…) Hay indicios suficientes para concluir que la ejecución extrajudicial del señor Pedro Huilca Tecse
tuvo una motivación política, producto de una operación encubierta de inteligencia militar y tolerada
por diversas autoridades e instituciones nacionales.
65. La Corte recuerda (...) que cuando existe un patrón de violaciones a los derechos humanos, entre
ellas ejecuciones extrajudiciales impulsadas o toleradas por el Estado, contrarias al jus cogens, se
genera un clima incompatible con una efectiva protección del derecho a la vida. Este Tribunal ha
establecido que el derecho a la vida es de carácter fundamental, por cuanto de su salvaguarda depende
la realización de los demás derechos. Al no ser respetado el derecho a la vida, todos los derechos
carecen de sentido. Los Estados tienen la obligación de garantizar la creación de las condiciones que
se requieran para que no se produzcan violaciones de ese derecho inalienable y, en particular, el deber
de impedir que sus agentes atenten contra él.
66. El cumplimiento del artículo 4 de la Convención Americana, relacionado con el artículo 1.1 de la
misma, no sólo presupone que ninguna persona sea privada de su vida arbitrariamente (obligación
negativa), sino que además requiere que los Estados tomen todas las medidas apropiadas para
proteger y preservar el derecho a la vida (obligación positiva), bajo su deber de garantizar el pleno y
libre ejercicio de los derechos de todas las personas bajo su jurisdicción. Esta protección integral del
derecho a la vida por parte del Estado no sólo involucra a sus legisladores, sino a toda institución
estatal, y a quienes deben resguardar la seguridad, sean éstas sus fuerzas de policía o sus fuerzas
armadas. En razón de lo anterior, los Estados deben tomar todas las medidas necesarias, no sólo para
prevenir, juzgar y castigar la privación de la vida como consecuencia de actos criminales, en general,
sino también para prevenir las ejecuciones arbitrarias por parte de sus propios agentes de seguridad
67. En relación con la violación del artículo 16 de la Convención Americana, al que aludieron los
representantes (…) y de la cual el Estado reconoció su responsabilidad internacional (…), este Tribunal,
teniendo en cuenta las responsabilidades que le incumben de proteger los derechos humanos,
considera que la ejecución extrajudicial del señor Pedro Huilca Tecse, en el contexto del presente caso,
configuró una violación del contenido del derecho a la libertad de asociación, en relación con la libertad
sindical.
69. El artículo 16.1 de la Convención comprende el “derecho a asociarse libremente con fines
ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquier
otra índole”. Estos términos establecen literalmente que quienes están bajo la protección de la
Convención tienen no sólo el derecho y la libertad de asociarse libremente con otras personas, sin
intervención de las autoridades públicas que limiten o entorpezcan el ejercicio del respectivo derecho,
lo que representa, por lo tanto, un derecho de cada individuo. Además, gozan del derecho y la libertad
de buscar la realización común de un fin lícito, sin presiones o intromisiones que puedan alterar o
desnaturalizar su finalidad. Por lo tanto, la ejecución de un líder sindical (…) no restringe sólo la libertad
de asociación de un individuo, sino también el derecho y la libertad de determinado grupo a asociarse
libremente, sin miedo o temor, de donde resulta que el derecho protegido por el artículo 16 tiene un
alcance y un carácter especial. Se ponen así de manifiesto las dos dimensiones de la libertad de
asociación.
70. En su dimensión individual, la libertad de asociación, en materia laboral, no se agota con el
reconocimiento teórico del derecho a formar sindicatos, sino que comprende además,
inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para ejercer esa libertad. Cuando la
Convención proclama que la libertad de asociación comprende el derecho de asociarse libremente con
fines “de cualquier […] índole”, está subrayando que la libertad para asociarse y la persecución de
ciertos fines colectivos son indivisibles, de modo que una restricción de las posibilidades de asociarse
representa directamente, y en la misma medida, un límite al derecho de la colectividad de alcanzar los
fines que se proponga. De ahí la importancia de la adecuación con la Convención del régimen legal
aplicable a los sindicatos y de las acciones del Estado, o que ocurran con tolerancia de éste, que
pudieran hacer inoperante este derecho en la práctica.
71. En su dimensión social la libertad de asociación es un medio que permite a los integrantes de un
grupo o colectividad laboral alcanzar determinados fines en conjunto y beneficiarse de los mismos.
72. Las dos dimensiones mencionadas (…) de la libertad de asociación deben ser garantizadas
simultáneamente, sin perjuicio de las restricciones permitidas en el inciso 2 del artículo 16 de la
Convención. (…)
74. La Corte recuerda lo señalado en el Protocolo de San Salvador de 17 de noviembre de 1988 y en
el Convenio No. 87 de la OIT relativo a la Libertad Sindical y a la Protección del Derecho de Sindicación
de 17 de junio de 1948, los cuales en sus artículos 8.1.a y 11, respectivamente, comprenden la
obligación del Estado de permitir que los sindicatos, federaciones y confederaciones funcionen
libremente. El Perú ratificó el Convenio No. 87 de la OIT el 2 de marzo de 1960. (…)
77. Este Tribunal considera que el contenido de la libertad sindical, una forma de la libertad de
asociación, implica la potestad de elección respecto de cómo ejercerla. En este sentido, un individuo
no goza del pleno ejercicio del derecho a la libertad de asociación, si en realidad esta potestad es
inexistente o se reduce de tal forma que no pueda ponerla en práctica. El Estado debe garantizar que
las personas puedan ejercer libremente su libertad sindical sin temor de que serán sujetos a violencia
alguna, de lo contrario, se podría disminuir la capacidad de las agrupaciones de organizarse para la
protección de sus intereses.
78. Por todo lo anterior, el Tribunal considera que, en el presente caso, el ejercicio legítimo que hizo
el señor Pedro Huilca Tecse del derecho a la libertad de asociación, en materia sindical, le provocó una
represalia fatal, que a su vez consumó una violación en su perjuicio del artículo 16 de la Convención
Americana. Asimismo, el Tribunal considera que la ejecución del señor Pedro Huilca Tecse tuvo un
efecto amedrentador en los trabajadores del movimiento sindical peruano y con ello disminuyó la
libertad de un grupo determinado de ejercer ese derecho.
79. En consecuencia, de acuerdo con el allanamiento manifestado por el Estado, la Corte tiene por
establecidos los hechos a que se refiere el párrafo 60 de esta Sentencia y considera, además, que tal
como fue igualmente reconocido por el Estado, éste incurrió en responsabilidad internacional por la
violación de los derechos consagrados en los artículos 4.1 (Derecho a la Vida) y 16 (Libertad de
Asociación) de la Convención Americana, y el incumplimiento de la obligación establecida en el artículo
1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) de la misma, en perjuicio del señor Pedro Huilca Tecse.
80. Asimismo, de los términos del allanamiento se desprende que, en el proceso interno en el presente
caso hubo una obstrucción continua, así como una falta de diligencia en el desarrollo de las
investigaciones por parte del Estado, garantizando así la impunidad de los responsables materiales e
intelectuales respecto de los hechos ocurridos el 18 de diciembre de 1992 (…).
81. En este sentido, a pesar de haberse llevado a cabo un proceso judicial a nivel interno para investigar
lo ocurrido al señor Pedro Huilca Tecse, éste fue anulado y se encuentra pendiente de investigación y
resolución judicial. (…) [S]urge asimismo que el Estado ha llevado a cabo diferentes investigaciones,
(…), que podrían llevar al esclarecimiento de los hechos (…). Sin embargo, hasta la fecha de emisión
de la presente Sentencia, más de doce años después de ocurridos los hechos, el caso no ha sido
resuelto.
82. Lo anterior ha configurado una situación de grave impunidad. Al respecto, la Corte entiende como
impunidad la falta en su conjunto de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de
los responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convención Americana, toda vez
que el Estado tiene la obligación de combatir tal situación por todos los medios legales disponibles ya
que la impunidad propicia la repetición crónica de las violaciones de derechos humanos y la total
indefensión de las víctimas y de sus familiares.
83. Por lo anterior, considera igualmente la Corte que, conforme al allanamiento del Estado y a los
hechos establecidos del presente caso (…), el Perú es responsable por la violación de los derechos
consagrados en los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención
Americana, y por el incumplimiento de la obligación establecida en el artículo 1.1 (Obligación de
Respetar los Derechos) de la misma, en perjuicio de los siguientes familiares del señor Pedro Huilca
Tecse: la señora Martha Flores Gutiérrez, pareja de la presunta víctima; sus hijos, Pedro Humberto
Huilca Gutiérrez, Flor de María Huilca Gutiérrez, Katiuska Tatiana Huilca Gutiérrez, José Carlos Huilca
Flores, e Indira Isabel Huilca Flores, así como de Julio César Escobar Flores, éste último hijastro de la
presunta víctima e hijo de la señora Martha Flores Gutiérrez.

REPARACIONES La Corte declara que,


- La Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas constituye per se una forma de reparación.
La Corte dispone que:
- El Estado debe:
a) investigar efectivamente los hechos del presente caso con el fin de identificar, juzgar y sancionar a
los autores materiales e intelectuales de la ejecución extrajudicial del señor Pedro Huilca Tecse. El
resultado del proceso deberá ser públicamente divulgado;
b) realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad en relación con el presente caso, y
pedir una disculpa pública a los familiares de la víctima;
c) publicar en el Diario Oficial y en otro diario de circulación nacional, tanto la Sección denominada
“Hechos Establecidos” como la parte resolutiva de la presente Sentencia;
d) establecer una materia o curso sobre derechos humanos y derecho laboral, que se denomine
“Cátedra Pedro Huilca”;
e) recordar y exaltar en la celebración oficial del 1 de mayo (día del trabajo) la labor del señor Pedro
Huilca Tecse en favor del movimiento sindical del Perú.
f) erigir un busto en memoria del señor Pedro Huilca Tecse;
g) brindar atención y tratamiento psicológico a los familiares de la víctima.
h) pagar, por concepto de daño moral, US$ 60.000 por Pedro Huilca Tecse (víctima); US$ 40.000 a
Martha Flores Gutiérrez (compañera); US$ 20.000 a Indira Isabel Huilca Flores (hija); US$ 20.000 a
José Carlos Huilca Flores (hijo); US$ 40.000 a Flor de María Huilca Gutiérrez (hija); US$ 20.000 a
Katiuska Tatiana Huilca Gutiérrez (hija); US$ 20.000 a Pedro Humberto Huilca Gutiérrez (hijo); US$
30.000 a Julio César Escobar Flores (hijastro), familiares de la víctima del presente caso.
i) pagar la cantidad de US$ 20.000 a la señora Martha Flores Gutiérrez, por concepto de daño material;
y
j) depositar la indemnización consignada a favor de los menores Indira Isabel Huilca Flores y José
Carlos Huilca Flores en una inversión bancaria a nombre de éstos en una institución peruana solvente,
en dólares estadounidenses o en moneda nacional del Estado, a elección de la persona que legalmente
los represente, dentro del plazo pactado por la partes, y en las condiciones financieras más favorables
que permitan la legislación y la práctica bancaria.
- En la medida en que el acuerdo ha sido homologado por la Sentencia de Fondo, Reparaciones y
Costas, cualquier controversia o diferencia que se suscite será dilucidada por el Tribunal.
- El Estado debe rendir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos un informe sobre el
cumplimiento de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas dentro del plazo de un año contado a
partir de la notificación de la misma.
- Supervisará el cumplimiento de las obligaciones establecidas en la Sentencia de Fondo, Reparaciones
y Costas y dará por concluido este caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo
dispuesto en aquella.

PUNTOS RESOLUTIVOS La Corte,


- Admite el allanamiento efectuado por el Estado el 7 de septiembre de 2004.
- Homologa parcialmente el acuerdo relativo a las modalidades y plazos de cumplimiento de las
reparaciones suscrito el 6 de diciembre de 2004 entre el Estado y los representantes de la víctima y
sus familiares.
La Corte declara,
- Cesada la controversia en cuanto a los hechos que dieron origen al presente caso.
- Conforme a los términos del allanamiento efectuado por el Estado, éste violó los derechos
consagrados en los artículos 4.1 (Derecho a la Vida) y 16 (Libertad de Asociación) de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, e incumplió la obligación establecida en el artículo 1.1 (Obligación
de Respetar los Derechos) de la misma, en perjuicio del señor Pedro Huilca Tecse.
- Conforme a los términos del allanamiento efectuado por el Estado, éste violó los derechos
consagrados en los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, e incumplió la obligación establecida en el artículo 1.1 (Obligación
de Respetar los Derechos) de la misma, en perjuicio de los siguientes familiares del señor Pedro Huilca
Tecse: la señora Martha Flores Gutiérrez, pareja de la víctima; sus hijos, Pedro Humberto Huilca
Gutiérrez, Flor de María Huilca Gutiérrez, Katiuska Tatiana Huilca Gutiérrez, José Carlos Huilca Flores,
e Indira Isabel Huilca Flores, así como de Julio César Escobar Flores, éste último hijastro de la víctima
e hijo de la señora Martha Flores Gutiérrez.
CONCLUSIONES
1. El caso, al no alcanzar su esclarecimiento y sanción en la justicia peruana, llegó al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. El 3 de
marzo de 2005, la Corte de San José reconoció la falta de justicia y el profundo impacto que tuvo el asesinato de Pedro Huilca en el
movimiento sindical peruano, por lo que ordenó al Estado peruano investigar estos lamentables sucesos con el fin de identificar, juzgar y
sancionar a los autores materiales e intelectuales de esta ejecución extrajudicial.
2. El 4 de junio de 1997 enviaron la denuncia a la Comisión IDH la cual admitió la demanda. Durante el gobierno de Alejandro Toledo , el 7
de septiembre del 2004 el Estado se allanó completamente ante la demanda de la CIDH reconociendo su responsabilidad internacional en
el caso y comprometiéndose a pagar una indemnización a la familia Huilca. Sin embargo, según la propia Policia Nacional que volvió a
investigar el caso en el 2003 confirmó que Sendero Luminoso fue el autor del atentado.
3. La CIDH , en la cual estaba el juez peruano Diego García Sayán , falló en base al allanamiento del Estado indicando que el Estado era
culpable de la ejecución extrajudicial a Pedro Huilca Tecse que fue por móviles políticos. Asimismo ordena que el Estado indemnice con
270,000dólares a la familia Huilca (actualmente cancelado) y que en ceremonia pública reconozca su responsabilidad internacional y pida
disculpas a la familia. Asimismo exige otros actos como erigir un busto en memoria de Pedro Huilca y establecimiento de un curso de
DDHH en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos entre otros.
BIBLIOGRAFIA

1. Caso Huilca Tecse Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de marzo de 2005. Serie C No. 121. Disponible
en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_121_esp.pdf

2. http://www.larepublica.pe/29-09-2013/fiscalias-de-ddhh-y-de-terrorismo-de-ayacucho-archivaron-1335-casos

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