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Papeles del Psicólogo, 2005. Vol. 26, pp.

57-58 Sección Monográfica


SIMULACIÓN, ENGAÑO Y MENTIRA

Serafín Lemos Giráldez


Facultad de Psicología. Universidad de Oviedo

s evidente que la simulación, el engaño y la mentira pudo haber sido el motor que empujó a nuestros antepasa-

E forman parte de la naturaleza humana y están pre-


sentes tanto en la esfera personal como en la vida
dos a ir adquiriendo cada vez mayor inteligencia y a ha-
cerse cada vez más aficionados a mudar de opinión, a
social. Desde los más breves saludos estructurados, cerrar tratos, a farolear y a confabularse con otros; por lo
del estilo de “Buenos días, ¿qué tal estás? Bien, gracias”, en que estima que los seres humanos son mentirosos natos, ha-
donde las palabras pierden su significado genuino para biendo desarrollado formas mucho más sofisticadas de disi-
dar paso a meras fórmulas de cortesía, hasta las formas mulo que nuestros parientes primates más cercanos.
más elaboradas de comunicación en el complejo entrama- Pero el disimulo y el engaño a los demás no hubiera al-
do social se apoyan en un juego de roles, en donde se en- canzado tales órdenes de magnitud si los humanos no hu-
tremezcla lo que la persona es con lo que aparenta ser, la biéramos desarrollado también la habilidad de engañarnos
realidad con la imagen, la función de autor con la de actor. a nosotros mismos. El autoengaño nos ayuda a mentir a
El engaño no es exclusivo de la especie humana sino que otros de manera más convincente, y la capacidad para cre-
es también una característica que está presente en los pri- ernos nuestras propias mentiras nos ayuda a embaucar
mates y en otros animales que viven en entornos sociales de más eficazmente a los demás. Por otra parte, nos permite
gran complejidad; y en los reinos animal y vegetal son nu- alcanzar el grado de perfección de “mentir con sinceri-
merosos los seres vivos que han desarrollado, en el proceso dad”, sin necesidad de hacer un montaje teatral para fingir
evolutivo, capacidades de camuflaje y de adaptación muy que estamos diciendo la verdad. Esta es la tesis del socio-
elaboradas, que han prosperado gracias al efecto de con- biólogo Robert Trivers (2002), quien sostiene que la función
fundir a sus competidores o a sus depredadores. capital del autoengaño es poder engañar más fácilmente a
La supervivencia en un medio social complejo ha favoreci- otros, por cuanto la credulidad en el propio cuento lo hace
do el desarrollo de la neocorteza cerebral en el ser humano más convincente para los demás.
y en otros mamíferos superiores, que ha hecho posible la Así pues, el disimulo, la mentira implícita o el engaño deli-
adquisición de habilidades mentales extraordinarias, como berado forman parte de todos los escenarios en los que
son la auto-conciencia y la teoría de la mente, que permiten transcurre la vida social humana. En un proceso evolutivo
no sólo reconocer características personales sino también cuyas etapas se van consumiendo desde la infancia, se va
anticipar los pensamientos e intenciones de los congéneres, perdiendo la espontaneidad conforme se asienta la convic-
aumentando así las habilidades sociales y la cohesión gru- ción de que la sinceridad no siempre es posible ni conve-
pal. Sin entrar a discutir si el primate es consciente de su niente, porque puede perjudicar a la otra persona o a uno
conducta, si su pensamiento es reflexivo o si sus actos obe- mismo. Por eso, mienten los amigos bien intencionados con
decen a un plan preconcebido (hipótesis mentalista), o bien el fin de halagar, de edulcorar la realidad, de dar apoyo o
si dichas habilidades son resultado de meros reflejos inna- de proteger a la persona estimada; mienten los gobernan-
tos o de procesos de aprendizaje instrumental (hipótesis tes y los líderes sociales para conseguir sus propósitos, para
conductista), lo que parece evidente es que estas capacida- evitar problemas o para seducir al electorado (llegando a
des están en el origen de lo que Whiten y Byrne (1997) han la paradoja de que son los más mentirosos quienes mues-
denominado “inteligencia maquiavélica”; teoría según la tran el mayor empeño en desenmascarar las mentiras de
cual los primates han conseguido desarrollar diversas estra- sus adversarios); mienten los medios de comunicación, ocul-
tegias sociales que son ventajosas para la supervivencia, tando información o publicando información interesada,
recurriendo al uso convenenciero de comportamientos ago- enfatizando noticias o contrarrestándolas con otras; mien-
nistas o cooperativos, según lo exija la situación. La inteli- ten los publicistas y los vendedores en todas las transacio-
gencia maquiavélica es una capacidad que parece haber nes comerciales para persuadir a sus clientes; y, entre otros,
sido inducida por la necesidad de dominar formas cada mienten también los profesionales para defender sus intere-
vez más refinadas de manipulación y defraudación en el ses, el reconocimiento social o para lograr la satisfacción
medio social, y que se manifiesta a través del uso de estra- de sus clientes. En definitiva, todas las personas intentan
tegias de disimulo, mentira y engaño tácticos. Como tam- acomodar la realidad a sus propias intenciones, expectati-
bién señala Smith (2005), la inteligencia maquiavélica vas o necesidades; pero lo sorprendente es que, a sabien-

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das de que el mundo es así, actuamos como si todo fuera dad. En el trabajo de Arce y Fariña se presenta un procedi-
verdad o tal vez necesitamos persuadirnos de que lo es. miento sistematizado que estos autores han desarrollado
En los diferentes ámbitos del ejercicio profesional del psi- para tomar decisiones respecto a la fiabilidad y validez de
cólogo, el disimulo, el encubrimiento, la exageración, el fil- las declaraciones, o la veracidad de la huella psicológica
trado y el falseo de la información suministrada o la aducida o denunciada por los demandantes; mientras que
negación de problemas son fenómenos muy frecuentes, y el trabajo de Godoy e Higueras somete a crítica un proce-
constituyen un importante obstáculo a la hora de realizar dimiento dudosamente válido para determinar la credibili-
una correcta evaluación de cada caso y de tomar decisio- dad de los testimonios, cual es el Análisis del Contenido
nes. Con toda seguridad, los mismos inconvenientes existen Basado en Criterios (ACBC), utilizado por algunos psicólo-
en cualquier otra actividad profesional; pero en nuestro me- gos forenses. El artículo de Jaume Masip aborda exhausti-
dio, sin embargo, dichos comportamientos suelen estar de- vamente también una importante cuestión, de posible
terminados por diversas causas, a veces patológicas (la interés en el ámbito forense, como es si está fundamentada
existencia de algún trastorno mental), criminológicas (la ne- la creencia popular de que la mentira puede detectarse me-
cesidad de evitar responsabilidades jurídicas) o meramente jor a través de conductas no verbales que mediante el aná-
adaptativas (conseguir determinados objetivos en circuns- lisis de los mensajes verbales.
tancias adversas) (Rogers, 1997). Otros dos artículos analizan la simulación y el engaño en
Una premisa imprescindible para el ejercicio profesional del el ámbito clínico. El trabajo de Mercedes Inda y cols. ofrece
psicólogo es la cooperación y la honestidad del cliente o pa- algunas matizaciones conceptuales y metodológicas para el
ciente; de tal manera que la correcta evaluación y el diag- estudio de las conductas de simulación; describe las condi-
nóstico psicológicos dependen de la honestidad y del deseo ciones clínicas en las que, con mayor frecuencia, se mani-
de aportar información, por la persona evaluada, así como fiestan dichas conductas; y presenta algunos instrumentos
de la precisión y veracidad de los datos que ésta suministra. específicamente diseñados para su desenmascaramiento.
Aunque, en la práctica profesional, se suele asumir la veraci- Manuel Porcel y Rubén González, asumiendo abiertamente
dad de los testimonios y de los datos ofrecidos por los clientes que la mentira y el disimulo forman parte esencial del com-
o pacientes cuando describen sus comportamientos, sus esta- portamiento humano, sostienen que las conductas patológi-
dos, sus síntomas o sus problemas psicológicos, este supuesto cas son mera cobertura ficticia de los problemas de la vida
puede ser ingenuo. Como sabemos, numerosas razones pue- y que las intervenciones psicoterapéuticas, para tener éxito,
den dar lugar a la reserva y a la falta de cooperación, como deben operar bajo este supuesto.
son la búsqueda de un determinado objetivo (económico, El análisis y el manejo de la simulación y de la deseabili-
profesional o judicial), la duda respecto a la confidencialidad dad social en las evaluaciones psicológicas llevadas a cabo
de los datos, el desacuerdo con los puntos de vista y con los en los contextos organizacionales, fueron magníficamente
valores del profesional, la defensa de los propios intereses, la abordados por Jesús F. Salgado; mientras que, finalmente,
voluntariedad o la imposición de la evaluación o, simplemen- el disimulo y las respuestas de acomodo o deseabilidad so-
te, la inadvertencia en la realización de test y en la cumpli- cial en el MMPI-2 son expuestos en el trabajo realizado por
mentación de escalas o cuestionarios. La simulación, las Héctor González Ordí e Iciar Iruarrizaga.
actitudes defensivas o de camuflaje, no obstante, no son fe- Agradecemos a todos los autores su participación en este
nómenos dicotómicos sino que suelen presentarse con niveles monográfico, y esperamos que las contribuciones aquí pre-
de intensidad variable, dependiendo de las circunstancias o sentadas serán de gran interés y utilidad práctica para los
de los motivos que las impulsan. psicólogos profesionales.
Con el propósito de analizar estas cuestiones, hemos invita-
do a expertos en diversos campos de la actuación profesional REFERENCIAS
de los psicólogos a expresar sus puntos de vista sobre cómo el Rogers, R. (Ed.). (1997). Clinical assessment of malingering
disimulo, el engaño y la mentira pueden afectar a la validez and deception. New York: Guilford Press.
de la evaluación psicológica y cuáles son los procedimientos y Smith, D. L. (2005). Mentirosos natos. Mente y Cerebro, 14,
estrategias utilizados para contrarrestar su efecto. 64-69.
Los trabajos de Ramón Arce y Francisca Fariña, y de Ve- Trivers, R. (2002). Natural selection and social theory: Se-
rónica Godoy y Lorenzo Higueras abordan una cuestión lected Papers of Rober Trivers (Evolution and Cognition
muy polémica, como es la credibilidad del testimonio en en- Series). New York: Oxford University Press.
tornos forenses. La pregunta clave es si puede la credibili- Whiten, A. y Byrne, R. W. (Eds.). (1997). Machiavellian in-
dad de un testimonio ser objeto de investigación científica o telligence II: Extensions and evaluations. Cambridge:
si, por el contrario, ésta pertenece al ámbito de la subjetivi- Cambridge University Press.

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