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s evidente que la simulación, el engaño y la mentira pudo haber sido el motor que empujó a nuestros antepasa-
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Sección Monográfica SIMULACIÓN, ENGAÑO Y MENTIRA
das de que el mundo es así, actuamos como si todo fuera dad. En el trabajo de Arce y Fariña se presenta un procedi-
verdad o tal vez necesitamos persuadirnos de que lo es. miento sistematizado que estos autores han desarrollado
En los diferentes ámbitos del ejercicio profesional del psi- para tomar decisiones respecto a la fiabilidad y validez de
cólogo, el disimulo, el encubrimiento, la exageración, el fil- las declaraciones, o la veracidad de la huella psicológica
trado y el falseo de la información suministrada o la aducida o denunciada por los demandantes; mientras que
negación de problemas son fenómenos muy frecuentes, y el trabajo de Godoy e Higueras somete a crítica un proce-
constituyen un importante obstáculo a la hora de realizar dimiento dudosamente válido para determinar la credibili-
una correcta evaluación de cada caso y de tomar decisio- dad de los testimonios, cual es el Análisis del Contenido
nes. Con toda seguridad, los mismos inconvenientes existen Basado en Criterios (ACBC), utilizado por algunos psicólo-
en cualquier otra actividad profesional; pero en nuestro me- gos forenses. El artículo de Jaume Masip aborda exhausti-
dio, sin embargo, dichos comportamientos suelen estar de- vamente también una importante cuestión, de posible
terminados por diversas causas, a veces patológicas (la interés en el ámbito forense, como es si está fundamentada
existencia de algún trastorno mental), criminológicas (la ne- la creencia popular de que la mentira puede detectarse me-
cesidad de evitar responsabilidades jurídicas) o meramente jor a través de conductas no verbales que mediante el aná-
adaptativas (conseguir determinados objetivos en circuns- lisis de los mensajes verbales.
tancias adversas) (Rogers, 1997). Otros dos artículos analizan la simulación y el engaño en
Una premisa imprescindible para el ejercicio profesional del el ámbito clínico. El trabajo de Mercedes Inda y cols. ofrece
psicólogo es la cooperación y la honestidad del cliente o pa- algunas matizaciones conceptuales y metodológicas para el
ciente; de tal manera que la correcta evaluación y el diag- estudio de las conductas de simulación; describe las condi-
nóstico psicológicos dependen de la honestidad y del deseo ciones clínicas en las que, con mayor frecuencia, se mani-
de aportar información, por la persona evaluada, así como fiestan dichas conductas; y presenta algunos instrumentos
de la precisión y veracidad de los datos que ésta suministra. específicamente diseñados para su desenmascaramiento.
Aunque, en la práctica profesional, se suele asumir la veraci- Manuel Porcel y Rubén González, asumiendo abiertamente
dad de los testimonios y de los datos ofrecidos por los clientes que la mentira y el disimulo forman parte esencial del com-
o pacientes cuando describen sus comportamientos, sus esta- portamiento humano, sostienen que las conductas patológi-
dos, sus síntomas o sus problemas psicológicos, este supuesto cas son mera cobertura ficticia de los problemas de la vida
puede ser ingenuo. Como sabemos, numerosas razones pue- y que las intervenciones psicoterapéuticas, para tener éxito,
den dar lugar a la reserva y a la falta de cooperación, como deben operar bajo este supuesto.
son la búsqueda de un determinado objetivo (económico, El análisis y el manejo de la simulación y de la deseabili-
profesional o judicial), la duda respecto a la confidencialidad dad social en las evaluaciones psicológicas llevadas a cabo
de los datos, el desacuerdo con los puntos de vista y con los en los contextos organizacionales, fueron magníficamente
valores del profesional, la defensa de los propios intereses, la abordados por Jesús F. Salgado; mientras que, finalmente,
voluntariedad o la imposición de la evaluación o, simplemen- el disimulo y las respuestas de acomodo o deseabilidad so-
te, la inadvertencia en la realización de test y en la cumpli- cial en el MMPI-2 son expuestos en el trabajo realizado por
mentación de escalas o cuestionarios. La simulación, las Héctor González Ordí e Iciar Iruarrizaga.
actitudes defensivas o de camuflaje, no obstante, no son fe- Agradecemos a todos los autores su participación en este
nómenos dicotómicos sino que suelen presentarse con niveles monográfico, y esperamos que las contribuciones aquí pre-
de intensidad variable, dependiendo de las circunstancias o sentadas serán de gran interés y utilidad práctica para los
de los motivos que las impulsan. psicólogos profesionales.
Con el propósito de analizar estas cuestiones, hemos invita-
do a expertos en diversos campos de la actuación profesional REFERENCIAS
de los psicólogos a expresar sus puntos de vista sobre cómo el Rogers, R. (Ed.). (1997). Clinical assessment of malingering
disimulo, el engaño y la mentira pueden afectar a la validez and deception. New York: Guilford Press.
de la evaluación psicológica y cuáles son los procedimientos y Smith, D. L. (2005). Mentirosos natos. Mente y Cerebro, 14,
estrategias utilizados para contrarrestar su efecto. 64-69.
Los trabajos de Ramón Arce y Francisca Fariña, y de Ve- Trivers, R. (2002). Natural selection and social theory: Se-
rónica Godoy y Lorenzo Higueras abordan una cuestión lected Papers of Rober Trivers (Evolution and Cognition
muy polémica, como es la credibilidad del testimonio en en- Series). New York: Oxford University Press.
tornos forenses. La pregunta clave es si puede la credibili- Whiten, A. y Byrne, R. W. (Eds.). (1997). Machiavellian in-
dad de un testimonio ser objeto de investigación científica o telligence II: Extensions and evaluations. Cambridge:
si, por el contrario, ésta pertenece al ámbito de la subjetivi- Cambridge University Press.
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