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LOS NIÑOS DE BRASIL

IRA LEVY

ELABORO:
SONIA LETICIA FLORES ESPEJEL
PROFESORA:
El dilema de la clonación humana, agudizado después de la aparición de la
oveja Dolly, ha representado quizá uno de los límites más conflictivos de la biología
en tiempos recientes. La creación de la vida por parte del hombre ha sido un tema
recurrente y de fervoroso debate.

No obstante, la llegada de técnicas que permiten concebir la creación de seres


idénticos a partir de técnicas genéticas ha suscitado el debate sobre la posibilidad
de la clonación humana. Los niños del Brasil (1976) novela de Ira Levin, fue una de
las pioneras en tratar el tema de la clonación humana y, dentro del contexto histórico
en que se produjo, con una visión científica realista. Su argumento se centra en la
descripción de los experimentos del doctor Menguele para obtener un nuevo Adolf
Hitler mediante la clonación, lo que se convierte en el tema principal de la novela.

Esta novela nos permite conocer más sobre los diferentes procesos y datos
históricos que mencionan, es intrigante, pese a eso no puede ir más allá de la
ficción, puesto que la creación de un individuo para satisfacer el deseo de otra
persona es algo infame, además de la manipulación de la vida y de la personalidad
de un ser humano, que son derechos ajenos a el hombre

La idea de clonar un ser humano era demasiado macabra, futurista, y por lo tanto
imposible; sin embargo, no está lejos de la realidad actual y describe de una forma
muy concreta el proceso de clonación, con una trama interesante:

Corre el año 1973. En su escondite en Brasil, Josef Mengele miembro del partido
nazi que, una vez acabada la guerra, prosigue junto a una encubierta organización
nazi con sus trabajos científicos. se reúne con otros jerarcas nazis fugitivos para
hablarles de un proyecto muy ambicioso, del que depende el destino de la raza aria.
Para llevarlo a cabo, es necesario dar muerte a un centenar de hombres.
Ezra Lieberman, el más famoso cazador de nazis del mundo. debe utilizar su
apartamento, que comparte con su hermana Esther y que tiene dificultades para
pagar, como archivo de todos los casos que ha estado investigando durante años
dedicado a la caza de nazis, quejándose al casero porque las cañerías rotas pueden
hacer que pierda esos archivos.
Cuando llega a su casa tiene una llamada de un muchacho que estuvo fotografiando
a los alemanes, Barry Kohler que le dice que le mandó las fotos que hizo y que dice
estar investigando las actividades de un grupo de nazis, varios de los cuales son
criminales de guerra, asegurándole que tiene una pista muy importante, si bien a
Lieberman no le parece demasiado relevante la noticia de que hay nazis en
Sudamérica.
En una trepidante carrera contra el tiempo, Liebermann tratará de resolver el
enigma antes de que el diabólico plan de Mengele se haga realidad.

Su principal proyecto consistió, en tomar células de la piel del dictador e introducirlas


en 94 embriones previamente preparados. Así obtuvo 94 copias exactas de Adolf
Hitler.

La misión de sus colegas es la de acabar con 94 hombres en un periodo de dos


años y medio en fechas exactas y en diversas partes del mundo, hombres que
habrán cumplido los 65 años en la fecha indicada, hombres que no son judíos como
podrían esperar, sino honrados padres de familia con trabajos como funcionarios y
vidas normales. Pero porque asesinarlos: en sus ideas Josep Menguele, de que la
identidad genética no es suficiente para conseguir a un individuo idéntico, sino que
también es necesaria la identidad contextual, escogió a esas 94 familias en las
mismas circunstancias que la del propio Hitler y les entrego a un niño a cada una.
Y 14 años después, Mengele junto con su organización se disponen a asesinarlos
puesto que el padre de Hitler fue muerto cuando el cumplió esa misma edad.

Cada hombre recibe sus candidatos a morir, preguntando Mundt por el suyo, el jefe
de la oficina de correos de una pequeña población suiza, no entendiendo cómo va
a contribuir acabando con un funcionario mediocre a la mejora de la raza aria,
señalándole Mengele que no debe discutir las órdenes, sino cumplirlas sin implicar
a sus familias.

Mengele experimenta con Ismael, al que le ha pintado de azul los ojos, recibe la
visita de Seibert, que llega en un hidroavión, y que le informa de que están
consiguiendo sus pedidos, aunque le recrimina que no les hubiera hablado de
Lieberman, alegando Mengele que es un viejo al que nadie toma en serio, pues sus
seguidores dejaron ya de financiarle y no goza de credibilidad alguna, pese a lo cual
Seibert le dice que debió contarlo para retrasar su proyecto unos meses, diciéndole
a Mengele que tomó una decisión que no le competía, pidiéndole que haga regresar
a sus 6 hombres, a lo que Mengele se niega, pues le asegura que todo su plan se
basa en el cumplimiento estricto de las fechas previstas, para lo que ha convertido
al mundo entero en su laboratorio.

Mientras Lieberman parte hacia Gladbeck, encarga a su hermana que revise las
muertes violentas que le mandan de la agencia, quejándose ella que son
demasiadas y disponen de muy poco tiempo y dinero, recordándole Ezra que está
yendo a los lugares más cercanos por ello.

En principio parece acertado el método de Mengele, en cuanto a recrear sujetos de


idéntico comportamiento, las aristas que contiene lo hacen difícil de triunfar un
ciento por ciento, ya que en cada uno habita un universo totalmente diferente, claro
que se comparten algunos rasgos en el comportamiento general, cuestión diferente
es la total unificación entre sujetos.

Sus colegas llevan a cabo el asesinato de estos hombres, y al estar investigando


Liberman, observa que los niños son idénticos, morenos de ojos azules.

Menguele tiene un listado con los nombres de todos los niños, así como la ciudad
en la que viven

El propio Mengele se dirige a Quarryville en New Provicence para hacerse cargo de


Wheelock ante el que se hizo pasar por Lieberman y que lo recibe rodeado por sus
cuatro doberman, gracias a los cuales asegura no le asusta que los nazis quieran
atacarlo.
Mengele le dice que de niño le atacó un perro y se siente incómodo con estos,
haciendo que Wheelock los saque, momento en que él saca su pistola y tras decirle
que le lleve hasta el sótano, le dispara hasta acabar con él.
Se queda luego mirando sus álbumes para ver a Bobby, su hijo.
También Lieberman se dirige hacia allí, viéndolo Mengele llegar y dejando la puerta
abierta para que el hombre entra mientras él espera en el salón con la pistola que
dispara contra él cuando entra, aunque Lieberman, pese a su edad se pelea
duramente con él, hasta que el nazi, más joven que él consigue derribarlo y hacerse
con el arma diciéndole que le va a matar aunque antes le va a mostrar que sus
esfuerzos no sirvieron para nada, pues Hitler ha vuelto a nacer desde sus células
habiendo 94 niños que son duplicados genéticos de él, que donó en 1943 medio
litro de sangre y cedió un trozo de piel de su costado tras renunciar a tener hijos,
que sabía que nunca llegarían a ser como él, pero podría llegar a haber copias de
él.
Pese al riesgo Lieberman se levanta y va hasta la puerta tras la que están los perros,
y aunque recibe varios balazos consigue abrirla, procediendo los perros a atacarlo.
Llega entonces Bobby, el hijo de Wheelock, que en vez de atenderlos, se pone a
hacerles fotos mientras Mengele le halaga y le dice que está muy feliz de verlo, pues
es amigo de la familia y el médico que lo trajo al mundo, y pasó a saludarlos cuando
se vio sorprendido por el anciano, que lo esperaba con un arma, pidiéndole que se
lleve a los perros, a lo que Bobby responde que miente, pues los perros atacan a
quien va armado.
Lieberman le pide que llame a la policía, aunque cuando va a hacerlo Mengele le
dice que sabe cosas de él que no sabe ni su madre, como que no le va bien en el
colegio porque es más listo que sus profesores y que va a ser el mejor fotógrafo del
mundo, sintiéndose superior a los que le rodean pues es un duplicado del hombre
más grande de la historia, Hitler.
Pero el niño lo toma por un chiflado.
Lieberman le cuenta al niño que él ha matado a su padre y le pide que lo busque.
Mientras el muchacho lo hace Mengele le grita que fue el judío, su enemigo quien
lo hizo, gritándole que él llegará a ser muy grande, el salvador de la raza aria y que
sus padres no son importantes, pues fue él quien los eligió para él y una vez
cumplido su propósito deben desaparecer de su vida.
Pero cuando el niño ve a su padre muerto le dice que está chiflado y ordena a los
perros que acaben con él, disfrutando mientras lo mira.
Luego le dice a Lieberman que se desangrará si no llama a una ambulancia y que
solo lo hará si le promete no contar lo que ha hecho, debiendo hacerlo así.
Atendido en el hospital de Lancaster, donde recibe la visita de Dennett, que le dice
que Bruckner les contó todo y aunque Mengele haya muerto no ha ocurrido lo mismo
con los niños clonados, que deben morir también.
Lieberman, que le quitó a Mengele el listado de los niños se niega a entregárselo,
diciéndole a Dennett que al primer niño que muera denunciará a su organización a
la policía, pues ellos son inocentes, tras lo que procede a quemar el listado.
Entretanto Bobby revela las fotos que hizo, colgando como un trofeo la pulsera de
Mengele.

Josef Mengele cometió el error al no comprender la diversidad de vida que llevaría


cada una de sus 94 creaciones, niños que si bien vivían en entornos familiares
parecidos, respondían a culturas nacionales distintas e incluso diferencias
regionales que marcarían comportamientos característicos en cada uno de ellos,
por consiguiente el experimento de Mengele estaba destinado al fracaso, no solo
por su creencia errona de superioridad racial sino por su desacierto en la
configuración del comportamiento de los 94 niños reproducidos genéticamente por
él, Ezra Lieberman, analiza que lo que no comprendió Mengele, es que por más
que esos niños tuvieran los genes de Hitler y crecieran en un contexto similar al de
Hitler, eran inocentes en cuanto a que la maldad o el bien de sus conciencias se
determinaría con el tiempo a partir de sus vivencias sociales, por cuanto la
probabilidad de un tercer Reich en ellos era nula, nadie viviría con los mismos ojos
de Hitler nunca .

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