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TRABAJO PRACTICO N° 1 – TEORIA DEL DELITO

Luego de analizar los hechos del caso del trabajo, a continuación expongo algunas
consideraciones sobre las cuales he fundado mi decisión.

Partiendo de la base de que la cantidad de cannabis secuestrada es escasa, entiendo estar


ante un caso de tenencia de estupefacientes destinada a consumo personal sin existir razones
para sospechar un destino de la misma para narco menudeo en el ámbito carcelario. Por otro
lado, el fallo de Corte Suprema “ARRIOLA” del año 2006, al cual adhiero en mi pensamiento,
establece que el consumo de estupefacientes en el ámbito privado sin ostentación a terceros
está protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional.

El artículo 19 de la CN garantiza que las acciones privadas de los hombres que de ningún
modo ofendan al orden, moral pública, ni perjudiquen a un tercero, se reservan a Dios y están
exentas de la autoridad de los magistrados.

La ley 24.660 en su artículo 85, inciso c y la ley 12.256, artículo 47, inciso c consideran como
una falta grave del preso el poseer, ocultar, facilitar y/o traficar estupefacientes

En este punto, considero importante analizar si Simón Díaz, en el establecimiento carcelario,


goza de la esfera privada que habla el artículo 19 de la CN.

En mi opinión, la privacidad de los presos, en el ámbito carcelario, es restringida, por lo que,


dada la situación, entiendo no estar ante un caso de “acción privada que no perjudique a
terceros“(Art. 19 CN). La restricción a la libertad y las acciones privadas del delincuente son
un mal fundamentado en el objetivo de la ley de proteger los bienes jurídicos de terceros.

Por otro lado, el Estado es garante de la vida, salud física y psíquica de las personas
sometidas al encierro, por lo que impone reglamentos, normas disciplinarias y restricciones al
ámbito de privacidad, la restricción es manifiesta, además de necesaria dado que el recluso
debe estar sometido a la constante vigilancia por parte del servicio penitenciario y a la
convivencia con otros reclusos.

Por lo tanto, un preso que posee, oculta, facilita y/o trafica estupefacientes dentro del ámbito
carcelario incurriría en falta grave según lo dispone la ley y sin que ésta entre en conflicto con
lo que dispone el artículo 19 de la Constitución porque no se esta ante un caso de acción en la
esfera privada.
No obstante lo indicado precedentemente, entiendo que el caso del trabajo sucede otra
situación que requiere un análisis más complejo. Simón goza de salidas transitorias, por lo que
yo entiendo que durante sus salidas transitorias éste, temporalmente, recupera el ámbito en el
cual realiza las acciones privadas que habla el artículo 19 de la Constitución

La restricción a la privacidad sucede en el ámbito carcelario, mientras que Simón, al gozar de


salidas transitorias, podría decir que transitoriamente gozaba de su esfera de privacidad, lo
cual hace más complejo el análisis del caso según mi punto de vista.

Atendiendo a las circunstancias del caso, yo considero que Simón Díaz no ha incurrido en la
falta grave prevista por la ley, porque, si bien se le ha encontrado una escasa cantidad de
cannabis destinada a consumo personal eso sucedió en la requisa previa al ingreso al ámbito
carcelario, atento a que éste en su salida transitoria goza de su ámbito de privacidad, durante
ésta lo alcanza la garantía del artículo 19 de la CN. Por otro lado, según los hechos
planteados en el caso, no se observa una intención de ocultar e introducir el estupefaciente
mediante contrabando, ya que, Simón sabe de la requisa al momento del ingreso y este traía
el cannabis consigo contenido en un pote.

En conclusión, por las consideraciones puestas en análisis, yo en ocasión de juzgar el caso,


sobreseería a Simón y entendiendo que es la primera vez que sucede, me limitaría a realizar
un apercibimiento.

ALUMNO: JUAN SOSA ESCALADA

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