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Aliento de vida

‘’Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente’’. Génesis 2:7

La depresión, epidemia del siglo 21, una enfermedad de origen psicológico que se
traduce en síntomas como: apatía, tristeza profunda y crónica, irritabilidad, y perdida de
energía física, y la cual sus resultados pueden abarcar desde una vida miserable y que
muchas veces es causada por problemas químicos, traumas de la persona y en la gran
mayoría de las veces por una falta marcada de un propósito y sentido en la vida, lo que
se conoce hoy en día como ´´vacío existencial´´.

Pero no hay porque angustiarse, la Palabra de Dios ofrece una solución para este mal
que corroe a nuestra sociedad, y esta se encuentra en nuestro verso de hoy, cuando dice
que formó (creó) al hombre y le dio vida; la fuente de todo lo que somos es Dios y nada
más.

Cuando experimentamos el poder y amor de un Creador, Salvador y Redentor, tenemos


alegría, fe en medio de las tribulaciones, y lo mejor de todo: un propósito irrevocable de
vida que es el motor que nos impulsa a salir siempre adelante. Sin Dios, nuestras
posesiones materiales, títulos académicos y estatus sociales pasarán por nuestra vida,
dándonos una felicidad efímera y temporal, pero cuando entregamos nuestras vidas a
Dios, volvemos de manera automática a nuestros orígenes, a donde pertenecemos desde
el principio.

Hoy te invito a que busques el verdadero propósito y significado de tu existencia. Nada


ni nadie tiene el potencial, ni la capacidad que te podrá proporcionar la felicidad y el
gozo que Dios te dará.

Por: Rocío Mella J.

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