El término espiral logarítmica se debe a Pierre Varignon. La espiral logarítmica fue
estudiada por Descartes y Torricelli, pero la persona que le dedicó un libro fue Jakob Bernoulli, que la llamó Spira mirabilis «la espiral maravillosa». D'Arcy Thompson le dedicó un capítulo de su tratado On Growth and Form«Sobre crecimiento y forma» (1917). El nombre de spira mirabilis (espiral maravillosa) se lo debemos a Jacob Bernouilli (matemático suizo del siglo XVII), que la estudió en profundidad quedando cautivado por esta espiral hasta el punto de dejar escrito en su testamento que en su lápida debería figurar una espiral logarítmica con la inscripción “eadem mutata resurgo” (“Mutante y permanente, vuelvo a resurgir siendo el mismo”) para su tumba; pero contrariamente a su deseo de que fuese tallada una espiral logarítmica (constante en el crecimiento de su 0a1radio), la espiral que tallaron los maestros canteros en su tumba fue una espiral de Arquímedes (constante en la diferencia de los radios). La espiral logarítmica se distingue de la espiral de Arquímedes por el hecho de que las distancias entre sus brazos se incrementan en progresión geométrica, mientras que en una espiral de Arquímedes estas distancias son constantes. FACULTAD DE INGENIERÍA Y CIENCIAS BÁSICAS