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Diferenciamos tres niveles de gravedad, con distintos síntomas, cuyos límites son
difusos y dependen, además de los síntomas, de la edad del niño:
Su nivel semántico es ligeramente más escaso que en los niños que no tienen
retraso del lenguaje. Su comprensión, por otro lado, parece normal.
Puede que sea difícil asignar a un niño con retraso del lenguaje a una u otra categoría,
pero su uso para hacerse una idea del pronóstico es evidente.
Factores motores: en la emisión del lenguaje debe darse una gran agilidad de
los órganos fonoarticulatorios (boca, lengua…). Una ejercitación incorrecta
dificulta este aprendizaje.
Valoración
Al evaluar el lenguaje, tenemos en cuenta que está compuesto por tres dimensiones,
las cuales serán objeto de estudio: la forma (cómo se dice un mensaje hablado;
incluimos el nivel fonético-fonológico y el nivel morfosintáctico), el contenido (qué se
dice; lo constituye el nivel léxicosemántico) y el uso(qué utilización se da del lenguaje,
en un contexto y con unos fines determinados; aquí incluimos el nivel pragmático).
Nivel fonético-fonológico: al hablar de fonética nos referimos a los sonidos
como tal, mientras que la fonología estudia los fonemas. Parecen la misma cosa,
pero no es así; por ejemplo, con las palabras “cama” y “casa”, la fonética se
encargaría de todos los sonidos que al unir y articular correctamente forman cada
palabra, y la fonología se fijaría en los fonemas por su valor como elementos que
nos permiten diferenciar una palabra de la otra.
Nivel pragmático: hace referencia al uso social e interactivo del lenguaje. Es la comunicación
de la vida real. Se trata de un aspecto muy importante porque, en definitiva, es lo que hace
que una persona utilice el lenguaje adecuadamente para comunicarse con el resto de la gente
mediante la conversación. Comprende numerosos aspectos como son el uso de los gestos en la
comunicación, la expresión facial, el contacto ocular, el propósito de la conversación…
Se aconseja iniciar la reeducación lo más pronto posible, ya que está demostrado que
si existe retraso temprano se mostrará retraso del lenguaje posteriormente, junto con
dificultades de socialización.
Hay que tener en cuenta además, que los niños con retraso del lenguaje son mucho
más susceptibles de tener dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura. Esta
situación de riesgo es tanto mayor cuanto mayor sea el niño.
Conclusión
El retraso del lenguaje es una acronopatía; es decir un desfase entre el lenguaje del
niño y su edad real. Dependiendo de los componentes que esten afectados será un
retraso del lenguaje leve, moderado o grave. Así mismo, es aconsejable comenzar
tratamiento lo antes posible, tanto de forma directa con el niño como dando pautas a
sus padres.