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UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

FACULTAD DE INGENIERÍA

CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL

TEMA:

“ No dejar que mis emociones dicten mis acciones sino hacer que mis acciones
dicten mis emociones”

ALUMNO:
Contreras Contreras Dan Esau

ASESOR:

ING. Hidalgo Gomez, Alfonso

MATERIA:

Liderazgo Empresarial

TARMA – 2019
No dejar que mis emociones dicten mis acciones sino hacer que mis acciones
dicten mis emociones
¿Cuántas veces no ha sonado el despertador y lo primero en lo que pensamos es en nuestras
emociones y cómo nos sentimos? El día de hoy estoy cansado. Necesito descansar un poco más. Si
me levanto y hago ejercicio voy a estar cansado. Es mejor quedarme en la cama y seguir
descansando. Irónicamente, cuando reflexionamos sobre cómo fue nuestro desempeño durante ese
día, nos damos cuenta que después de tomar esa decisión fácil, estuvimos cansados durante el
resto de nuestro día y no sentimos que dimos todo lo que pudimos haber dado. Es decir, pensamos
que nuestras emociones deben determinar nuestras acciones. La realidad es que, para convertirte
en la mejor versión de ti mismo, tus acciones deben de guiar tus emociones.
Imaginemos el ejemplo nuevamente, suena el despertador y naturalmente estamos cansados.
Nuestras emociones nos dicen eso. ¿Qué pasaría si decidimos que vamos a hacer que nuestro
comportamiento dicte nuestras emociones y nos levantamos a hacer ejercicio? Nos costaría mucho
trabajo despertarnos y llegar hasta el gimnasio, pero una vez ahí y después de comenzar nuestro
ejercicio comenzaríamos a sentirnos mejor. Al terminar, tendríamos más energía que con la que
nos levantamos y probablemente tendríamos un mejor día. En este escenario hicimos que nuestros
comportamientos dictaran nuestras emociones y no de la otra forma. Llevar a cabo este
comportamiento de forma consistente cambiará la persona que eres.
Para todos nosotros es muy difícil controlar nuestras emociones. Es muy difícil que suene el
despertador y sentirnos emocionados de que esté comenzando un nuevo día. Donde podemos
intervenir es en la forma en la que reaccionamos a nuestras emociones y las acciones que llevamos
al respecto. Este es nuestra gran habilidad como seres humanos. Entre cada estímulo que
recibimos, tenemos un espacio donde podemos decidir la reacción a este estímulo. Cuando
comenzamos a darnos cuenta de este poder, comenzamos a tener un mayor poder sobre nuestras
emociones.
La mejor fórmula que he encontrado para guiar mis acciones es ante cualquier estímulo el pensar
en los valores e identidad de esa mejor versión de mi mismo en la que me quiero convertir. ¿No
tengo ganas de terminar un reporte? En vez de buscar justificar el porqué no hacer el reporte el
día de hoy, reflexiono sobre qué tipo de líder quiero ser y las cualidades con las cuáles me gustaría
que otros me vieran. Al hacer esto, encuentro la fuerza de voluntad para hacer el reporte y como
por arte de magia mi cansancio se convierte en un sentimiento de satisfacción por haber
conseguido mis objetivos durante el día. Ante cualquier emoción negativa, frustración o enojo
aplico este mismo principio. Lo que he encontrado es que llevar a cabo las acciones correctas me
llevan en la mayoría de los casos a generar sentimientos positivos y sentirme mucho mejor.
Todos los días, mi objetivo es no dejar que mis emociones dicten mis acciones sino hacer que mis
acciones dicten mis emociones. En los días en que logro este objetivo, me doy cuenta que estoy
más relajado, satisfecho y contento además de haber tenido días mucho más productivos y
retadores. Es un principio básico pero poderoso. No dejes que tus emociones dicten tus acciones.
Usa tu poder como ser humano para hacer que tus acciones te lleven a tener emociones más
positivas. Unos días de práctica con este hábito te harán tener mucho mejores días y poco a poco
a convertirte en esa mejor versión de ti mismo que tanto añoras.

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