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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO

VICERECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO

LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL DERIVADA DEL CAUTIVERIO


DE LA FAUNA DOMÉSTICA LIBRE EN EL CONTEXTO DEL
ORDENAMIENTO JURÍDICO VENEZOLANO

Autoras:

BARQUISIMETO, MARZO 2016


UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICERECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO

LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL DERIVADA DEL CAUTIVERIO


DE LA FAUNA DOMÉSTICA LIBRE EN EL CONTEXTO DEL
ORDENAMIENTO JURÍDICO VENEZOLANO

BARQUISIMETO, MARZO 2016


CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Históricamente el reino animal ha sufrido numerosas formas de maltrato y violencia


interpersonal dentro del hábitat humano, en el cual han sido expuestos a riñas, muerte por
maltrato, tratos crueles, castigos, explotación, abandono, esclavitud, disección,
desprotección, mutilación, zoofilia, práctica de deporte excesivo y de experimentación, entre
otros comportamientos que a diario amenazan la integridad y el bienestar animal, como la
negligencia en cuidados básicos, suministro de refugio, de alimentación y de atención
veterinaria.
Desde este punto de vista , encontramos que el maltrato animal ha
aumentado de forma alarmante en los últimos años alrededor del mundo, y
se ha convertido en un problema que cada vez genera mayor preocupación
social, tanto por su incremento cuantitativo, que constituye indicadores del
riesgo social, como por su peligrosidad cualitativa, pese a que el trato a los
animales ha sido hace mucho tiempo objeto de debate, pero el bienestar es
un problema muy controvertido, sin lograr que el hombre adquiera
sensibilidad ecológica y ética, en su forma de interrelación con los seres con
los que habita en su mundo natural, como lo plantea Cavalieri (1999)
“constituye el intento de poner en marcha una cruzada al final de la cual
habrá cambiado nuestro modo de contemplar a los animales y el modo de
contemplarnos a nosotros mismos”.(p 23)
Al respecto, la denominada prensa animalística, descubrió que en
Chile ha aumentado considerablemente el maltrato animal, como producto de
“la falencia del artículo 291 bis, la Ley 20.380 sobre la Protección de los
Animales, nunca dictó un reglamento que establezca las sanciones ni menos
la forma en que debe ser aplicado su articulado (Hurtado, 2012), y en
términos semejantes, el diario El Universal de México revela que cada año un
millón de mascotas aproximadamente sufre maltrato (Arellano, 2009),
situación que también se presenta en República Dominicana y Argentina,
países donde aún prevalece el maltrato, la tortura, el abandono y el tráfico de
animales exóticos, pese a que el maltrato constituye una “antesala de la
violencia social.
Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU); el 15
de octubre de 1978, se proclamó La Declaración Universal de los Derechos
del Animal, en el preámbulo de la misma se establece que: "Todo animal
posee derechos; que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos
han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la
naturaleza y contra los animales; y que el respeto del hombre hacia los
animales está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos". (p 3)

El maltrato animal comprende una gama de sentimientos que causan dolor


innecesario, sufrimiento o estrés animal que va desde la negligencia en los cuidados
básicos hasta el asesinato malicioso e intencional. Esto no solo afecta a los animales
víctimas de estos maltratos sino a la sociedad también ya que esto está vinculado
íntimamente a la violencia. Interpersonal, según estos estudios que se han realizado
desde hace más de treinta años la gran mayoría de los abusadores comparten una
historia de castigo hacia animales realizándolo desde niño cuando solo lo hacían por
diversión.
En Venezuela, existe la Ley para la Protección de la Fauna Doméstica
Libre y en Cautiverio, aprobada por la Asamblea Nacional y publicada en el año
2010, y que se exhibe como un instrumento jurídico, por demás realista, tanto en
el contenido teórico como en el accionar legal, para establecer los derechos de
los animales y las responsabilidades del actor. Los delitos de crueldad animal,
se tipifican según el grado de infracción, que van de leves, a graves y, muy
graves. Las multas se pagan acorde a una cifra de unidades tributarias. Los
responsables del crimen, sea una persona natural, un show circense, una granja
de contacto, parques de recreación, o cualquier otra forma de tenencia animal,
podrían enfrentar juicios penales, que abarcan la privación de libertad, el
despojo de la especie maltratada y la no posibilidad de adoptar animales en un
futuro.
Básicamente, se busca proteger, controlar y conllevar al bienestar de
la fauna. De allí, que el artículo 18, hace referencia a la necesidad de que los
animales, se hallen en un lugar profiláctico, libre de riesgos a su integridad
humana. A su vez, el artículo 21, trata sobre el registro legal de la mascota,
por parte del propietario. Mientras que el artículo 66, especifica que el
maltrato, implica la causa que infunda dolor en el animal, el uso de la especie
a trabajos forzosos que lo pongan en peligro, la falta de controles veterinarios
y el reincidir en delitos previamente tipificados por la ley.
Por tales razones, el artículo 74, pretende no sólo sancionar el delito
animal, sino evitar el sufrir de la especie y el intento de reformar al infractor.
Acorde a la situación, se podría sacrificar al animal, para acabar con el
estado de agonía o agresividad que presente. El propietario, tendría que
realizar trabajos comunitarios como mecanismo de reinserción social. Lo
cierto, es que el sustento físico no siempre es suficiente para evitar la
impunidad de los delitos, y más aún, en lo relacionado a la crueldad animal,
pues las reglas del juego, tienden a desconocerse tanto por la gente como
por los organismos que les compete hacerlas cumplir.
Es de resaltar que El Código Penal de Venezuela, en su artículo 437,
señala: “El que sin necesidad haya matado un animal ajeno o le haya
causado algún mal que lo inutilice, será penado por acusación de la parte
agraviada, con arresto de 8 a 45 días. Si el perjuicio es ligero, podrá
aplicarse solamente multa hasta por 150 unidades tributarias. Si el animal tan
sólo hubiere disminuido de valor la pena de arresto será máximo de 15 días
o la multa de 150 unidades tributarias”.
En lo antes expuesto se puede apreciar que hay una contradicción
entre ambos marcos legales, en la Ley para la Protección de la Fauna
Doméstica y en Cautiverio estipula sanciones menores a las del Código
Penal. La Ley para la Protección de la Fauna Silvestre sólo controla la caza
de especies y la Ley Penal del Ambiente carece de sanciones específicas
para el maltrato de animales. Todas tienen vacíos y se necesita un marco
legal amplio que proteja a los animales por igual.
No obstante, dicha normatividad se ha quedado corta, toda vez que
las sanciones impuestas no son lo suficientemente fuertes para corregir a los
infractores, pese a que cada día se incrementan los índices de maltrato,
demostrando con ello que las medidas adoptadas para contrarrestar este
flagelo son a todas luces ineficaces
La presente investigación se realiza porque la legislación vigente en
cuanto a la protección de los derechos de los animales se encuentra
desactualizada, toda vez que las normas aplicables son muy antiguas, y en
las mismas, se estipulan sanciones para quienes trasgredan los derechos de
los animales pero de una forma muy escueta, al mismo tiempo que los actos
de crueldad cometidos en contra de los animales, no son considerados como
delitos, y los penas aplicables son solo de índole pecuniario.
El objetivo que persigue esta investigación es promover la reforma de
las leyes que tutelan y, reconocen los derechos de los animales, toda vez
que hasta la fecha no se ha realizado un estudio formal, concreto,
sistemático y real de los derechos de los animales y la necesidad de aplicar
sanciones penales reales, en contra de las personas que maltratan a los
animales, debido a la situación actual en cuanto a las penas estipuladas

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