Es el conjunto de conceptos y lineamientos que utiliza la organización para
sobrevivir y crecer, y para obtener productividad en el presente y asegurar su sustentabilidad en el futuro. La estrategia empresarial está conformada por las directrices estratégicas (la definición del negocio, la visión, al misión, la disciplina, los valores organizacionales), los objetivos estratégicos (con sus indicadores y metas) y los proyectos de mejora (con sus actividades de mejora). La estrategia empresarial contesta la pregunta ¿En qué soy diferente a los competidores?
La estrategia empresarial es la manera en que una organización define cómo
creará valor. Se trata del qué hacer y cómo hacerlo. Define los objetivos de la empresa y las acciones y recursos a emplear para cumplir con dichos objetivos.
Una buena estrategia empresarial debe considerar dos aspectos claves e
imprescindibles:
Comunicación interna: la estrategia debe ser comunicada de la manera
más clara a todas las instancias de la organización, llegando a todos los involucrados en los diversos procesos que se han de desarrollar. Adaptación a los cambios del entorno: existen factores externos a la organización, los mismos que pueden estar sujetos a cambios que afectan el desarrollo de la empresa. En consecuencia, la estrategia debe contar con planes de contingencia para afrontar dichos cambios del entorno y para adaptarse a nuevas situaciones.
CARACTERÍSTICAS DE LA ESTRATEGIA
Como características de las decisiones para la estrategia se pueden señalar las
siguientes:
Su naturaleza es esencialmente compleja.
Son adoptadas en condiciones de alta incertidumbre. Afectan al conjunto de decisiones de la empresa a todos los niveles. Requieren de un planteamiento integrado de la organización. La red de relaciones externas es un elemento básico para el éxito de la estrategia. Suelen requerir cambios en las organizaciones.
ACCIONES DE LA ESTRATEGIA EMPRESARIAL
Fijar los objetivos a largo plazo de la empresa, los programas de acción y
la adecuada asignación de recursos. Definir las tareas directivas y el ámbito competitivo de la empresa. Perseguir la consecución de una ventaja competitiva sostenible a largo plazo, en cada uno de sus negocios, estableciendo una posición rentable y duradera frente a las fuerzas que determinan la competencia en el sector. Permitir desarrollar las competencias de la empresa