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UNIVERSIDAD PRIVADA ´´ALAS PERUANAS´´- FILIAL HUANCAYO

FACULTAD: INGENIERIA Y ARQUITECTURA


ESCUELA: INGENIERIA CIVIL

CURSO: FILOSOFÍA

TEMA: ESCUELA Y PENSAMIENTO PLATÓNICO

DOCENTE: Dr. Peralta Villanes Arturo


Alfredo
INTEGRANTES: - Alvarez Enriquez Jose Antony
- Ccanto Obregon Wilson
- Grabiel Torres Roger
- Aliaga Medina Anderson

CICLO: I
TURNO: MAÑANA
INDICE
1 INTRODUCCION ......................................................................................... 3
2 PLATÒN ...................................................................................................... 4
3 CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO PLATÓNICO........................... 8
3.1 La teoría de las ideas ........................................................................... 8
3.2 El conocimiento ..................................................................................... 8
3.3 Ética y política ....................................................................................... 9
3.4 Mito de la caverna ................................................................................. 9
3.5 Mito de Fedro ...................................................................................... 10
3.6 Características del pensamiento ......................................................... 10
4 LA ESCUELA PLATONICA ....................................................................... 11
5 FRASES PLATÓNICAS ............................................................................. 12
1 INTRODUCCION

La filosofía es una ciencia que tiene como campo de estudio la investigación de


las leyes más amplias, de carácter universal o muy general, que caracterizan y
dirigen el desarrollo y los cambios que se producen en la naturaleza, la sociedad
y el pensamiento humano, las cuales son tres grandes agrupamientos de
procesos o fenómenos que componen la llamara realidad objetiva
2 PLATÒN

Arístocles de Atenas, apodado Platón, nace, probablemente, el año 428-427


a.n.e. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre,
Aristón, se proclamaba descendiente del rey Codro, el último rey de Atenas. Su
madre Períctiona, descendía de la familia de Solón, el antiguo legislador griego.
Era además hermana de Cármides y prima de Critias, dos de los treinta tiranos
que protagonizaron un golpe de estado oligárquico el año 404. Platón tuvo dos
hermanos, Glaucón y Adimanto, y una hermana, Potone. A la muerte de Aristón,
Períctina se casó con su tío Pirilampo, amigo y partidario prominente de Pericles,
con quien tuvo otro hijo, Antifón.
Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es
posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo.
A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento
decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces 63 años y se convertirá en su
único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares, como por
vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según
narra en la Carta VII dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante
el régimen de los treinta tiranos sus parientes (Critias, Cármides) y conocidos le
invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me hice unas ilusiones que nada tenían
de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en efecto, que ellos iban
a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la
justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno
desilusionaron a Platón; sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el
hombre más justo de su tiempo») en el prendimiento de León de Salamina (un
exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte. Pero «Sócrates no
obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice
de acciones criminales». Los exiliados del partido democrático se rehicieron bajo
la dirección de Trasíbulo y, con el apoyo del pueblo ateniense, derrotaron a los
oligarcas. Al principio los hombres del nuevo gobierno utilizaron una gran
moderación, votando icluso una amnistía, para poner fin a la guerra civil. De
nuevo Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero
ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates:
«he aquí que gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates,
nuestro amigo, y presentan contra él una acusación de las más graves, que él
ciertamente no merecía de manera alguna: fue por impiedad por lo que los unos
le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre que no
había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de
aquéllos, desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en
desgracia». La injusticia del orden oligárquico y los errores de la democracia
conducen a Platón a orientar su pensamiento en el sentido en encontrar un
fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me sentí
irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo
con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la
vida privada. Así, pues, no acabarán los males para los hombres hasta que
llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al poder o hasta que los jefes
de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad no se pongan
verdaderamente a filosofar»

El año 399 tiene lugar la condena y muerte de Sócrates que despejarán los
posteriores caminos del padre de la Filosofía académica. Temiendo ser
molestado por su condición de amigo y discípulo de Sócrates, Platón se refugia
en Megara donde permaneció probablemente tres años, entrando en relación
con la escuela y con Euclides de Megara. Posteriormente partió para Africa,
visitando, primero, Egipto y, después, la Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de
Cirene y al matemático Teodoro. A partir de este momento se dan varias
versiones de sus viajes. Para unos regresa directamente a Atenas, para otros va
a Italia meridional a fin de conocer las sedes pitagóricas y a Arquitas de Tarento.
Hacia el año 388 abandona Italia (o Atenas) para dirigirse a Sicilia. En Siracusa
reina un griego, Dionisio I el Anciano, que tiene en jaque a los cartagineses y se
ha convertido en amo de Sicilia. Platón íntima con Dión, cuñado de Dionisio, gran
admirador de los socráticos. El caso es que después de ser llamado por el rey,
el propio Dionisio lo expulsa (no se conocen exactamente los motivos). Embarca
en una nave espartana que hace escala en la isla de Aegina, a la sazón en guerra
con Atenas, y Platón es hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien
había conocido en Cirene. En el 387 regresa a Atenas y funda la Academia,
primera escuela de filosofía organizada, origen de las actuales universidades.
Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la enseñanza.
Pero el filósofo volverá en otras dos ocasiones a Siracusa. El año 367 muere
Dionisio I y le sucede en el trono su primogénito Dionisio II. Dión concibe la idea
de traer a Platón a Siracusa como tutor del sucesor de su cuñado. Platón no era
optimista sobre los resultados, pero Dión y Arquitas le convencen haciéndole ver
las perspectivas de reformas políticas que se le ofrecen. Platón acude a Siracusa
dejando a Eudoxo al frente de la Academia. Muy pronto el joven Dionisio ve en
Dión y en Platón dos rivales, por lo que destierra a Dión y más tarde hace lo
mismo con el filósofo. Con todo les promete el regreso.
El año 366 vuelve a Atenas donde permanecerá seis años. Posteriormente
(361) Dionisio invita de nuevo a Platón y el filósofo se dirige a Siracusa
acompañado de varios discípulos. Heráclides Póntico es ahora el encargado de
regir la Academia. De nuevo, la actitud de Dionisio fue tajante con el ateniense
que, preso, consiguió ser liberado merced a la intervención de Arquitas. Una vez
libre regresó a Atenas. Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un
ejército del que formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró
una dictadura. Sin embargo, a los tres años fue asesinado por su amigo, el
platónico Calipo.
Platón, por su parte, continuó en Atenas su trabajo al frente de la Academia
hasta el año 348-347, fecha probable de su muerte.
Hay fundamentos sólidos para considerar a Platón como el verdadero fundador
de la filosofía como nueva «disciplina institucionalizada», como
disciplina académica (que no puede confundirse con lo que hoy
llamamos filosofía universitaria, de profesores para profesores). Podría decirse
entonces que antes de Platón no hubo propiamente filosofía, sino prehistoria de
la filosofía, filosofía presocrática, como designó Panecio el Estoico a todos los
pensadores que antecedieron a Sócrates. Porque, aun siendo tan diferente la
inspiración de Sócrates y la de Platón, tampoco puede olvidarse que el Sócrates
que ha pasado a la historia de la filosofía occidental ha sido principalmente el
Sócrates a través del cual Platón expone sus ideas en sus Diálogos. Los
«presocráticos» habrían sido, más que filósofos, en sentido académico,
precursores de la filosofía, metafísicos que instauraron sin duda un estilo nuevo
de pensar, respecto de las tradiciones mitológicas, que iniciaron la crítica
racionalista a las religiones primarias y secundarias, pero que propiamente «no
sabían lo que decían», actuando como soldados bisoños, en palabras
de Aristóteles. No lo sabían, ni lo podían saber, porque sólo tras la confrontación
de sus propias concepciones del Universo podrían comenzar a conocer los
límites y estructura de sus propios pensamientos. En todo caso, las escuelas
presocráticas –la escuela de Mileto, la escuela de Pitágoras, la escuela eleática–
no fueron propiamente escuelas de filosofía, sino también de Astronomía, de
Matemáticas, incluso heteiras o «escuelas de sabiduría». Sólo cuando las
escuelas presocráticas se enfrentasen entre sí pudo aparecer un nuevo nivel
crítico, vecino del escepticismo, cuya versión histórica más importante fue la
sofística ateniense. Del seno de la sofística salieron Sócrates y el propio Platón:
basta leer el diálogo Protágoras.
Platón, tras la muerte de Sócrates, y atraído por los pitagóricos de la Magna
Grecia, volvió a Atenas, en donde fundó la Academia, como un centro dedicado
precisamente a la formación de los jóvenes, que les hiciera capaces de dirigir la
política de las ciudades estado griegas en plena expansión. Aristóteles, maestro
de Alejandro Magno, fue uno de tales discípulos, sin duda el más importante. De
cualquier modo Platón orientó gran parte de su obra a analizar las ideas políticas
más esenciales, desde el punto de vista de un racionalismo cuya actualidad
resulta aún hoy asombrosa. Ahí están la República y Las Leyes. Es cierto que
estas obras, en las que se defienden ideas comunistas (al menos con referencia
a las clases superiores) han sido muchas veces interpretadas como una
expresión puramente ideológica de la aristocracia ateniense. El diamatsoviético
vio a Platón como un idealista genuino, y Popper, o los llamados nuevos
filósofos franceses (Lévy, Glucksmann) vieron a Platón como pensador
claramente totalitario, pre-fascista o incluso pre-stalinista. Pero este juicio, una
vez caída la Unión Soviética, puede reducirse a sus justos términos (los términos
oportunistas de la Guerra Fría), términos en todo caso anacrónicos (¿qué
entendían por idealismo los funcionarios del diamat?) y desajustados a la
realidad: Platón, como también Aristóteles, fue crítico acerbo de la democracia;
pero, ¿acaso la democracia ateniense, como la democracia de Pericles, puede
considerarse hoy como la precursora de la forma más alta de organización del
Estado?
Desde las coordenadas del materialismo filosófico, Platón, precisamente por
su teoría de las Ideas impersonales, está más cerca del materialismo que lo que
pudiera estarlo Aristóteles, fundador de lo que hoy llamamos la Ontoteología o
Teología natural. Platón, gran matemático, es quien sentó las bases de la
racionalidad dialéctica, cuya influencia en los siglos posteriores llega hasta
nosotros con mayor fuerza aún que la del racionalismo silogístico de Aristóteles.
Platón es, visto desde el materialismo filosófico, el descubridor de los grandes
principios que hoy llamamos «principios de la symploké», y principalmente del
principio de la discontinuidad, desconocido por tantos materialistas de la época
moderna (incluyendo a Engels): «Si todo estuviera conectado con todo no
podríamos conocer nada». No podemos olvidar que el principio «todo está
vinculado con todo» sigue siendo aún el ideal de la sabiduría de tantos físicos y
metafísicos actuales.
3 CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO PLATÓNICO

3.1 La teoría de las ideas

Platón representa el dualismo. Según él, existen dos


mundos totalmente contrapuestos: el mundo de las ideas
y el mundo sensible. El mundo de las ideas se caracteriza
por lo único, eterno, inmutable e inmaterial, y es superior
al mundo sensible, que se caracteriza por lo múltiple,
perecedero, cambiante y material.
Las ideas son plasmadas en el mundo sensible por la
acción del demiurgo. Además, éste establece la
jerarquización del mundo de las ideas. En el nivel más bajo
se sitúan las ideas matemáticas. En un nivel más alto se
encuentran la belleza y la justicia. La jerarquización
culmina con la idea de bien, el origen del mundo de las
ideas y el máximo grado de conocimiento al que el ser
humano puede aspirar.
3.2 El conocimiento

El pensamiento platónico defiende que el conocimiento de las cosas se alcanza


mediante la dialéctica, cuyo significado en ambiguo. Primero, se define como el
camino que lleva al ser humano desde la ignorancia al conocimiento del mundo
de las ideas. Segundo, se define como la ciencia de las ideas; es decir, el saber
que nos permite conocer las ideas y establecer una jerarquización entre ellas.
Existen dos tipos de conocimiento: la ciencia y la opinión. La ciencia tiene por
objeto el conocimiento de las ideas, siendo un conocimiento seguro e invariable.
La opinión, en cambio, se refiere al ámbito de lo cambiante y perecedero y es un
conocimiento variable e inseguro.
Según Platón, el hombre es una realidad dual, ya que es la confluencia del alma
(originaria del mundo de las ideas) y del cuerpo (originario del mundo sensible).
Cuando el alma se une al cuerpo accidentalmente, olvida la existencia del mundo
de las ideas y cae en la ignorancia. Sin embargo, observando el mundo sensible,
sigue un camino a través del cual intenta recordar las ideas, culminando en la
idea de bien. A este recuerdo se le denomina reminiscencia.
3.3 Ética y política

La ética y política de Platón se puede explicar remitiéndonos al concepto de


justicia. Según Platón, la justicia en el individuo consiste en el acuerdo de las
tres partes del alma:
- El alma racional, representada por la sabiduría, la
prudencia y la razón. Busca alcanzar el conocimiento a
través de la ciencia.
- El alma irascible, representada por el valor y el ánimo.
Controla la capacidad para organizar acciones en
función del apetito.
- El alma concupiscible, representada por la moderación
y el apetito.
En la sociedad también existe la justicia, que consiste
en el acuerdo de los tres grupos sociales existentes:
- Gobernantes: son el símil con alma racional.
- Soldados: son el símil con alma irascible.
- Artesanos: son el símil con alma concupiscible.
Para Platón, existen seis tipos de gobierno que,
ordenados de óptimo a pésimo son:
- Aristocracia, o gobierno de los sabios (filósofos).
- Timocracia, o gobierno de la ambición.
- Oligarquía, o gobierno del poder del dinero.
- Democracia, o gobierno del pueblo.
- Tiranía, o degradación de la verdad y la libertad.

3.4 Mito de la caverna

Este mito es un símil de la vida de Sócrates. Cuenta que en una caverna (el
mundo sensible) habitan varias personas encadenadas. El Sol (demiurgo)
proyecta sobre la pared de la cueva las sombras, procedentes de elementos del
exterior de la cueva (mundo de las ideas). Sin embargo, en la cueva no se
aprecia su forma, por lo que se pierde información.
Un día, una de las personas rompe las cadenas y emprender el camino para salir
de la cueva (dialéctica). Al salir, el Sol (idea de bien) le ciega, pero poco a poco
se iría acostumbrando al mundo exterior hasta que llega a poder ver el Sol
(reminiscencia) y darse cuenta de que él es el responsable de la vida.
En el hipotético caso de que volviese a la cueva a contar lo que vio (que el mundo
exterior es real y verdadero, al contrario que el interiro de la cueva), los demás
lo asesinarían acusándolo de mentiroso, ya que aceptar este hecho supondría
un cambio radical y repentino.
3.5 Mito de Fedro

En este mito se hacer un símil del


alma con un carro alado. El alma está
formada por el alma racional, el alma
irascible y el alma concupiscible. En
este mito, el alma racional es
representada por un auriga, el alma
irascible por un caballo blanco
(bueno) y el alma concupiscible por
un caballo negro (malo). Para
alcanzar la justicia, o acuerdo de las
tres partes del alma, el auriga y el
caballo blanco deben controlar al
caballo negro, que intenta conducir el
carro hacia el mundo sensible, para
poder así seguir a los Dioses en su
camino hacia la justicia.

3.6 Características del pensamiento

 El pensar lógico se caracteriza porque opera mediante conceptos.


 El pensar siempre responde a una motivación, que puede estar
originada en el ambiente natural, social o cultural, o en el sujeto
pensante.
 El pensar es una resolución de problemas. La necesidad exige
satisfacción.
 El proceso del pensar lógico siempre sigue una determinada dirección.
Esta dirección va en busca de una conclusión o de la solución de un
problema, no sigue propiamente una línea recta sino más bien
zigzagueante con avances, paradas, rodeos y hasta retrocesos.
 El proceso del pensar se presenta como una totalidad coherente y
organizada, en lo que respecta a sus diversos aspectos, elementos y
etapas.
4 LA ESCUELA PLATONICA

Platón pasó su vida buscando la verdad por medio de la razón. Creó la Academia
donde confluían quienes también dedicarían sus vidas a investigarla, bajo la
dirección de su insigne maestro.
Platón jerarquizaba la vida intelectual y estaba convencido de la existencia de
los valores morales y de la necesidad de la cultura ética.
Según este filósofo, el alma, que es inmortal, es lo más importante; y la virtud, la
única fuente de felicidad.
La conducta moral debe observarse tanto en lo privado como en lo público,
tratando de evitar de aprovecharse de las oportunidades personales que ofrece
el ejercicio del poder.
Para Platón tanto el hombre como el Universo son racionales gracias al genuino
poder del Espíritu, razón divina que ordena todas las cosas de acuerdo a un plan
ideal, de manera que la armonía del macrocosmos también se produce en el
microcosmos.
El hombre que vive su vida orientado por la razón y trata de realizarse según su
ideal, se identifica con la divinidad y logra ser feliz en este mundo y también
después de esta vida.
Platón no intentaba no darle importancia a esta vida, sino que estaba totalmente
convencido de la realidad de la trascendencia.
Aristóteles es influenciado por la filosofía de Platón y reconoce como él, que la
verdadera felicidad en este mundo se obtiene por medio de la virtud y que la
sabiduría se logra con la vida recta.
Platón influye notablemente en San Agustín, importante representante de la
filosofía medieval y motor principal de su conversión al cristianismo, que
atormentado por el pecado encuentra una explicación racional sobre la
naturaleza del mal, no como una entidad con esencia propia sino como la
ausencia de bien.
Durante el Renacimiento también existen algunos intentos de renovación de la
filosofía platónica; y en la modernidad no se puede negar la influencia de este
filósofo en todo pensamiento espiritualista, en la epistemología del idealismo
objetivo, en su metafísica, su ética y su sistema político.
El pensamiento de Platón no es una doctrina cerrada ni terminada, y eso quizás
sea lo mejor de ella, porque permite a partir de los principales conceptos elaborar
una continuidad en función de la realidad histórica y las necesidades de cada
época.
El pensamiento griego en general le daba mucha importancia a la conciencia
política. Era impensable un hombre ético fuera de la comunidad o un Estado
ideal que a la vez no fuera virtuoso.
Platón no se reduce a jerarquizar la conducta recta del hombre individual, sino
que también muestra en La República la forma arquetípica hacia la cual todas
las fuerzas políticas deben aproximarse.
Muchas de las aseveraciones de Platón en La República sobre el Estado ideal
pueden ser imposibles de realizar o tal vez no convenientes para ninguno, pero
es indudable que fue un precursor de la idea de la función innegable del Estado
en la protección de la dignidad del hombre para colaborar en la sociedad en que
vive con el fin de lograr su realización personal y máximo bienestar. Tal vez se
puede extrañar en la doctrina platónica la escasa importancia hacia las libertades
individuales cuando le adjudica a los gobernantes la tarea de clasificar en clases
a los individuos para asignarles las tareas según sus habilidades, desatendiendo
de esta manera el valor de la subjetividad individual. En esta escuela se
desarrolló casi todo el trabajo matemático de esa época, también se enseñó:
Medicina, Retorica y Astronomía. Llega a su fin la escuela platónica por el
emperador bizantino Justiniano I ordenó su clausura.

Sin embargo, todavía hoy en día se sigue hablando de su doctrina, ya sea a favor
o en contra.

5 FRASES PLATÓNICAS

Una de las frases de


Platón acerca de la fe
durante tiempos difíciles.
Una de las propuestas de
Platón “mejor calidad que
cantidad”.

Una reflexión sobre las


capacidades limitadas
y los recursos escasos
con los que cuentan
las personas.

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