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ACERCA DEL CONSTITUCIÓN SUBJETIVA PRECARIA Y LA TAREA DEL TERAPEUTA DE NIÑOS

Viña del Mar, Octubre 20, 2018

Primera parte:
El concepto de subjetivación precaria lo he venido utilizando en comunicaciones y
artículos desde comienzos de esta década. Sin embargo no me atribuyo una
autoría
sobre esa expresión ya que, con otras palabras, escritos de diferentes autores han
motivado mi reflexión sobre el tema. Reconozco, eso sí,que en mi práctica clínica
con adultos, empecé a rastrear la pesada significación de circunstancias, eventos
y tropiezos en la vida infantil y a otorgarle un sentido distinto a la intervención
psicoanalítica con adultos etiquetados como patologías del narcisismo, fronterizos,
etc. Al menos para mi la palabra precario no es un mote definitivo, lo precario
admite
el cambio y, por lo tanto, se abre a la esperanza, indispensable para cualquier
trabajo terapéutico.

Para comenzar tengo que recalcar que la idea de una constitución subjetiva, o
subjetivacion, la entiendo como proceso y, por oposición, a las ideas de
estructura, trastorno y, en general, a todos lo que induzca a pensar en una
congelación del psiquismo o en la psiquis como aparato.

No estoy sola cuando considero al psiquismo un proceso absolutamente dinámico


que fluye apoyado en dos pilares: lo somático y lo aportado por la cultura que
recibe, de buen o mal grado, al recién nacido.

Los somático incluye bastante más que el mero cerebro, también es una variable
dinámica: desdeantes del nacimiento hasta su muerte nuestro cuerpo está en
transformación permanente, tanto a nivel celular y molecular, como también con
cambios perceptibles para todos.
En lo anterior influyen muchas variables: en primer lugar el propio desarrollo desde
la concepción, luego la naturaleza evolutiva del crecimiento del ser humano, único
mamífero cuya sexualidad es interrumpida a mitad de camino por una larga etapa
de latencia, fenómeno que es sin duda una herencia arcaica de la humanidad
organizada en colectivos. Fue Sigmund Freud quien es acuñó el concepto de
etapa de latencia. No quiero detenerme conceptos que los psicólogos estudian en
pregrado, pero cabe decir que para Freud en esta etapa la energía libidinal va a
expresarse por las actividades exploratorias del niño, por el descubrimiento de
ideas y de hechos, de las cosas del mundo, por el crecimiento de los intercambios
sociales, etc.
Sin latencia nosotrostendríamos similar destino al de losprimos simios: nuestra
vida sería corta y nuestra psiquis no tendría espacio temporal para su desarrollo.
La latencia están el origen de lo que llamamos la vida intelectual, de la formación
del carácter y de los rasgos predominantes de lo que se dará en llamar "la
personalidad"aunque debemos recordar qué "personalidad" viene de persona y
persona, etimológicamente, significa máscara, fachada.

En todo el proceso de transformación del psiquismo, siempre están interviniendo


lo cultural con lo natural. No es posible que el psicoanálisis desconozca cualquiera
de estos factores.

Sin embargo la prevalenciade las posiciones lacanianas en Latinoamérica (incluso


con neologismo propio: lacanoamericano), relegó por algún tiempo las ideas
incluso bien explicitadas por Freud.
En su"Proyecto de una psicología para neurólogos¨ (1895, 1950) hay una frase
que sigue lúcidamente vigente, en resumen que: los cuidado maternales ( o de
quien ejerza esta función) al niño darán origen más tarde al pudor y la moralidad.
Quien cuida al niño lo sostiene, abraza, asea, alimenta, manipula, transporta,
etc., y cada una de estas actividades son realizadas de acuerdo a su propia
introducción previa de las pautas culturales y así introduce las bases de la
moralidad, motejada equivocadamente a veces de "moral natural".
Se considera que este - a veces vilipendiado texto- sería el verdadero origen de la
metapsicología freudiana, donde siempre encontraremos la insistencia acerca de
la labilidad de la frontera entre lo biológico y o psíquico.

En cuanto a las teorías de la constitución temprana, podemos señalar que, desde


la especulación teórica, ya en 1952 Melanie Klein sostuvo que el recién nacido
padece ansiedades persecutorias, las cuales surgirían a partir de la pérdida de la
comodidad y seguridad experimentadas en la vida intrauterina y se verían
interrumpidas abruptamente por el proceso del nacimiento, en sí una experiencia
traumática.

Por su parte Rascovsky, en 1974, iba aún más lejos al sostener quela posibilidad
de existencia de dichas ansiedades persecutorias estaba dada porque la pulsión
de muerte y sus condiciones materiales preexistían en el feto antes del
nacimiento. El concilio el nacimiento como un primer y decisivo gran trauma, el
cual , sin embargo y justamente a causa de su magnitud, estaba destinado a la
amnesia.

En una posición seriamente investigativa, Esther Bick (psicoanalista de niños,


comienzadesde los años cincuenta del siglo pasado a desarrollar su método para
practicar la detallada observación de bebés y sus madres, método que fue
transmitiendo en la Clinica Tavistock en su calidad de colaboradora de J. Bowlby,
Ella trataba de comprender lo esencial del mundo de los neonatos en sus primeros
días y las transformaciones que se van sucediendo en este periodo. Reporta
(1968) que, a través de la sensorialidad del niño, puesta en juego por el contacto
con su madre, emerge una experiencia infantil que consistiría en el "aferramiento"
a cierta voz,cierto ritmo, ciertos tipos de contactos sabores y olores. Con esto el
bebé iría accediendo a una noción de presencia y continuidad.
Como conclusión de sus investigaciones reportadas concluye que, antes de las
posiciones teóricamente planteadas por Klein, sería observable la generación de
una posición de aferramiento o adhesiva.
Donald Meltzer recibió en Tavistock entrenamiento en el método Bick de
observación de bebes. En 1975, en su libro Explorations in Autism describirá una
identificación previa a la identificación proyectiva, a la que llama "identificación
adhesiva".
Fue su trabajo de observación de niños autistas lo que le permitió acuñar este
concepto. A través de dicha obsevación fue percatandose de que tal "identificación
adhesiva, indispensable o al menos necesaria en los primeros días de vida, posría
oersistir en alautismo como una patología, en la cual el aparato perceptual parece
estar desarticulado Y se produce una desconexión con lo emocional que hace muy
dificultoso el acceso terapéutico.
También Margaret Mahler, con su teoría de la "Separación - individuación" rescató
la idea de una etapa autística normal propia de los primerísimos días del niño,
cuando se vive en un perfecto e incuestionable estado de unidad con la madre.
Los niños autistas primarios, quienes nunca accedieron a ese estado de unidad
con la madre, se mantendrían en un estado de aislamiento, aterrorizados del
mundo social y rechazando el contacto humano. En cambio, los niños autistas y
psicóticos· habrían perdido demasiado pronto el estado de unidad. Mahler no
rechaza la teoría kleiniana, pero sostiene qué, necesariamente, la etapa autística
normal es previa a que el infante pueda albergar cualquier noción de separación
del cuerpo de la
Podemos apreciar que la observación de bebés se ha transformado en una
tradición seria y muy respetable y, en los últimos 35 años apoyados en las
neurociencias surgieron autores que investigan, la relación madre - feto en el
embarazo, preocupados tanto por las dinámicas como por las consecuencias
psíquico emocionales de esta relación.
Debo a una colega en formación el hallazgo de un autor quien, desde 1980,
contribuyóa la confluencia neurociencias - psicoanálisis. Mauro Mancia,i
neurofisiólogo y psicoanalista italiano, es un investigador que dio cuenta de
trabajos sobrela interfaz que se abre entre el psicoanálisisy la neurociencia, a
partir de los hallazgos de esta última en el estudio de las emociones, el desarrollo
de la mente infantil, los diversos sistemas de la memoria y sobre el desarrollo del
lenguaje a partir de la recepción de la voz materna en época prenatal, hasta la
organización neurológica precoz de los centros sensoriales, motor, gramaticales y
semánticos del lenguaje. En 2005publica elactualizado compendio Psychoanalysis
and Neuroscience
Resumiendo brevemente, este autor nos muestra como la maduración ontogénica
fetal, al concernir funciones motoras sensoriales e integrativas del sistema
nervioso central, va ah indicarnos cono es que empieza la vida mental del bebé. A
partir de su quinto mes el feto comienza a producir respuestas a los estímulos
táctiles, kinestesicos, térmicos, de luz y de sabor. La utilización que el bebé puede
hacer de su sensorialidad naturalmente tiene que ver con el contenedor materno,
pero este uso promueve los primeros indicios fde una diferenciación cualitativa
entre el continente (la madre) y el contenido (bebé).
El feto percibe atenuados y filtrados a través del cuerpo materno, las variaciones
del ritmo cardíaco, la presión arterial, el ritmo respiratorio, la mayor o menor
oxigenación, de los ruidos y sonidos, así como también influirán en sus
respuestas vegetativas los cambios neuroendocrinosy las variacioines en los
ritmos circadianos.
La vida psíquica prenatal se constituye por las experiencias fetales, intermediadas
por la experiencia materna,que dejan huellas no traducibles a palabras mientras el
feto se desarrolla mayoritariamente en un estado de sueño.
Lo anterior condicionaría la formación de una "piel", según Mancia "un núcleo de
actividad mental necesaria para sentirse cohesionado y contenido, lo que más
adelante posibilitaría la capacidad de formación de un self. "
En general, si todo va bien en el embarazo, en esta sensorialidad trasmitida habrá
ritmicidad y constancia la cual garantizarían un proceso de maduración fetal yde
seguridad de la vida prenatal. Es lógico deducir que sus alteraciones producirían
efectos que pudieron ser leídos como ansiedades persecutorias por los teóricos de
antaño, pero que ahora podemos leer como los primeros escollos en una
subjetivación en proceso. Más allá de la transmisión de estados biológicos
podemos entender que los rudimentos de una vida psíquica y emocional podrían
ser claves para entender las dificultades muy precoces de algunos bebés.
Lo revisado hasta ahora nos indica la continuidad delpsiquismo como un proceso
dinámico en el cual y desde sus inicios todo permanece y todo cambia en uno u
otro sentido. Hay una envoltura psíquica que Didier Anzieu llamó "yo piel", esta
envoltura contiene nada una permanencia que no tiene la fijeza de una estructura,
pero que tampoco es toda máscara o toda ficción, como ha postulado cierto
lacanismo.
Después del nacimiento y durante el resto de la vida seguirán produciendo los
efectos de otras complejas interacciones posteriores: de los fracasos o éxitos de
la crianza, de la mismas capacidades madurativos del niño y del joven y de las
capacidades o dificultades integrativas del adulto.
La subjetivación precaria nos refiere a los procesos y dinamismos que han
sucedido en un sin número de situaciones a lo largo de los primeros años de vida
y que pueden complotar para que no se produzca un adulto integrado y armónico.
Un niño puede ser o haber estado insuficientemente estimulado, por ejemplo por
entornos depresivo o, por lo contrario excesivamente excitado por contacto con
adultos violentos sin controles éticos, etcétera. Por su propio lado el niño puede
presentar a su vez dificultades fisiológicas peculiares: debilidad muscular
enfermedades crónicas, maduración lenta en comparación a la curva normal
etaria, o puede igualmente resultar malnutrido en el sentido de la carencia o de la
obesidad.
Las aspiraciones y expectativas hacia el y su vida futura pueden ser
excesivamente altas y paralizantes o, por lo contrario, muy bajas - no hay espacio
psíquico en el entorno familiar para ensoñar con el destino del hijo más allá de la
supervivencia.
Y, encima de todo esto, está la noción de trauma.
Los psicólogos clínicos están familiarizados con el así llamado "síndrome de
estrés postraumático". Pero el trauma puede ser entendido también, en una forma
que resulta más fértil para la clínica, como aquello que estorba en o malogra a
los procesos psíquicos intervinientes en la subjetivación.
René Roussillon (2002), psicoanalista francés preocupado por la proliferación de
cuadros de difícil o imposible ubicación en la teoría psicoanalítica clásica, los
cuales
desafían o inmovilizan a la práctica, acuñó el término "cuadros de sufrimiento
identitario - narcisistas" y se propuso conocer a su fondo su origen y desarrollo.
No buscaba tanto construir una teoría como fundamentalmente conseguir un
marco que fuera de utilidad para la praxis y para los pacientes, muchas veces
cronificados tras diagnósticos demoledores.
Desde la perspectiva freudiana, al ubicar la angustia en la categoría de los
afectos, se la sitúa como uno de los sistemas de auto - información del yo. Es
decir, como todo afecto, informaría al yo de la manera en que está siendo tomado,
perturbado por lo que pasa dentro de sí mismo o, tratándose de la angustia, en
sus fronteras. El recorrido que realiza, deconstruyendo el concepto freudiano, lo
lleva a plantear que lo que pasa en los cuadros psicopatológicos que estudia tiene
que ver con la ausencia de organización de la angustia como señal de alarma.
Roussillon comienza por pensar en traumas tempranos para acceder a lo que
aconteció en estos trastornos desestima que el concepto de represión
freudianasea útil para dar cuenta de toda una líneade sufrimientos al origen de las
patologías que nos interesan. Introduce entonces el término "clivaje", para
describir la situación tópica de ciertos acontecimientos de la vida quien no son
pasibles de represión, porque no han sido representados y y, sin embargo son
verdaderamente inconscientes, es decir no integrados en la subjetividad, en la que
influyen poderosamente.
Su innegable y perturbadora presencia resultará en diferencias en los procesos
transferenciales que condicionan las modalidades de escucha analítica: la
dialéctica intersubjetiva del psicoanálisis sufre inflexiones paradojales. En el
universo transferencial lo que prevalece entonces es la problemática de lo
negativo, (en el mismo sentido que André Green usa la expresión).
Roussillon postula que, evidentemente, hay un tipo de experiencias, coyunturas
traumáticas primarias, que surgen efectos sobre la totalidad del cuadro clínico. así
que el traumatismo primario afecta la organización de los procesos psíquicos y de
la simbolización primaria. Recogeentonces las conceptualizaciones
Winnicottianas sobre trauma para desarrollar un modelo que dice se adapta muy
bien a los traumas precoces y muy precoces. Utiliza el el termino winnicottiano de
"Agonia", ya que evoca la idea de un sufrimiento psíquico en una situación
extrema, casi una muerte psíquica. La excitación extendida y profunda provocaría
un dolor psíquico intenso y del yo en esos momentos tempranos, posibilidad de
elaboración de esta experiencia. Para retirarse de la experiencia traumática el
bebé debe retirarse de la propia subjetividad y no habría, debido a la extrema
inmadurez del yo en esos momentos tempranos, posibilidad de elaboración de
esta experiencia. Para retirarse de la experiencia traumática el bebé debe retirarse
de la propia subjetividad.
En un trabajo reciente (2015)ii comienza reconociendo de antemano que, en la
primera infancia, psique – soma se encuentran en, sus modos de comunicación y
expresividad, tan estrechamente relacionados que, para él, pensar la clínica de
este período resulta muy fructífero para el estudio psiquis – soma.

Se detiene en la vulnerabilidad de la primera infancia, etapa propicia al trauma


que define un primer periodo critico: Lo arcaico. Esta fase, que Roussillon llama
arcaica, es la del “apego versus proceso de diferenciación”, lo que conlleva al
devenir de la estructuración de la diferencia principal de Yo / no-yo. (o sí mismo -
objeto) .

El proceso de apego o vínculo primario es la creación del primer lazo con un


objeto-otro doble de sí mismo, con un "otro – espejo de sí mismo”. El apego
humano reposa sobre una paradoja; el enlace debe construirse con un otro, “un
sujeto otro”, pero otro sólo en cuanto este sea lo suficientemente "doble". Esta
puesta en escena supone un “otro” que sea empático, acorde y consistente, en
sus actitudes y respuestas, a las mociones e impulsos del bebé. Además, supone
un trabajo de ajuste recíproco del lactante y el objeto de apego, para que el
proceso de identificación de sí en el en el reencuentro con el otro pueda
efectuarse de una modo suficientemente "seguro. Los procesos esenciales de esta
etapa serían: amarse a sí mismo a través del amor del otro, investirse y
reconocerse a sí mismo a través de la forma en que se es amado y “reflejado” por
el otro el otro y de sus ulteriores adecuaciones al proceso. El psicoanálisis
freudiano llama narcisismo primario a esta fase.

En ella, todo lo que pueda entrabar la aplicación de la paradoja del narcisismo


primario cualquier dislocación en el proceso,de "construir la relación con el otro
como un doble de sí mismo" adquirirá un naturaleza traumática, ya sea como un
“plus” de extrañeza del Otro que lo hará devenir “bizarro” (Bion), o bien como una
tal cercanía del otro que hará que éste pierda su específico valor como otro, su
alteridad, ( Esto se refiere a la fusión y adhesividad). , En cualquiera de estos
casos, el primer enlace entre sí y el otro, resultará desviado, pervertido o fracasará
en su construcción.
La crisis infantil.
El período que instaura y despliega el establecimiento de una relación triangular
en la cual el objeto - otro, reenvía siempre a un otro objeto, un objeto diferente,
caracteriza el período infantil de la diferenciación y la sexuación. La cuestión de la
diferencia con el otro se sitúa en el centro de la puesta en escena de la
experiencia subjetiva, de su simbolización. Aquí, señala Roussillon, los parámetros
fundamentales se organizan en torno a la diferencia de los sexos ya la diferencia
generacional, que es una diferencia de lo sexual según la generación de
pertenencia. En el escenario de lo que el psicoanálisis clásico llama la “crisis
edípica”, todo lo que implique amenazas para el trabajo de diferenciación
adquirirá, potencialmente, valor traumático, en medida que obstaculice el
desarrollo de las capacidades para enfrentar las crisis y su progresiva
organización dinámica, es decir que impida que se establezcan operadores de
ajuste de sentido de la experiencia subjetiva.
Rousillon considera ejemplo típico de eso a los "abusos" sexuales, que
desorganizan o directamente abolen el proceso de diferenciación generacional de
la sexualidad. Señala que esto son los más llamativos, pero que todo "abuso"
pulsional, sexual o narcisista, "amoroso" o "agresivo", puede tener el mismo tipo
de efectos desorganizadores. En efecto la sexualidad infantil (caracterizada por la
maduración incompleta, por lo inacabado) no posee efectos de descarga por
medios específicos, como podría suceder, por ejemplo, en la adolescencia o
madurez sexual.
Para concluir, digamos que Roussillon va a hacer hincapié en que los momentos o
relaciones "traumáticas" de esa época también retoman y reviven los elementos
traumáticos anteriores, más precoces. Señala que “los traumas se llaman entre sí,
interfieren y también se enmascaran unos con otros, ya que es cierto que las
problemáticas precoces de la etapa apego – diferenciación son también
reinterpretados o reorganizadas – desorganizadas por las experiencias
diferenciadoras, o por las experiencias de confusión más tardías.

Para Ricardo Rodulfo, quien desde hace 40 años enseñó Psicoanalisis con Niños
en la UBA, lo esencial es que el psicoanálisis se resitúe e en el medio que le es
propio: entre lo psíquico y lo orgánico, entre lo individual y lo social
convencionales.
El promueve (Rodulfo,1987, 1998)una clínica que privilegie el desarrollo de la
capacidad historizante, de la creatividad y de la autonomía del paciente. Aboga
fuertemente por la deconstrucción, a la manera del filósofo Derrida, del
psicoanálisis tradicional, apostando por un psicoanálisis desencarnado de mitos.
Se dedica a trabajar y comprender tanto trastornos en laestructuración de la
imagen inconsciente del cuerpo, (que luego devendrían designados
comonarcisistas no psicóticos), como el retraso mental y la discapacidad.
Esto se manifiesta en una posición como analista de niños en la que se privilegia
el juego como posibilidad de producción de ligazón, de inicios de simbolización y
donde no se procede con sujeción a estándares teóricos. Por ejemplo, Rodulfo
menciona lo lamentable de la asimilación demasiado simple de significante a
palabra. Esto implicaría instalar todo el campo de la palabra bajo el imperativo
superyoico. Sin embargo,la palabra tiene connotaciones significantes y no
significantes, poéticos, musicales, rítmicos, humorísticos, por onomatopeya las
palabras pueden denotar texturas, sabores, evocar experiencias como en
“arroyuelo” que evoca el rumor del agua corriendo, maullido. Algunos niños utilizan
ciertas palabras para tranquilizarse, otros simplemente porque les gusta como
suenan, etc. Aparece entonces aquí una connotación del orden de lo sensorial, de
advertir en el niño las trazas, a través de sus preferencias, de su alegría, de su
potencialidad para jugar, para disfrutar de sus capacidades perceptivas, motrices,
creativas, etc.
Por lo avanzado de la hora, debo dejar hasta aquí el trabajo propuesto, pero les
envío un apéndice que consiste en la revisión del libro de 2005 de Ricardo Rodulfo
“El psicoanálisis de nuevo”.

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La segunda parte de la presentación hemos convenido no entregarla por tratarse
de material clínico confidencial.

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