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Primera parte:
El concepto de subjetivación precaria lo he venido utilizando en comunicaciones y
artículos desde comienzos de esta década. Sin embargo no me atribuyo una
autoría
sobre esa expresión ya que, con otras palabras, escritos de diferentes autores han
motivado mi reflexión sobre el tema. Reconozco, eso sí,que en mi práctica clínica
con adultos, empecé a rastrear la pesada significación de circunstancias, eventos
y tropiezos en la vida infantil y a otorgarle un sentido distinto a la intervención
psicoanalítica con adultos etiquetados como patologías del narcisismo, fronterizos,
etc. Al menos para mi la palabra precario no es un mote definitivo, lo precario
admite
el cambio y, por lo tanto, se abre a la esperanza, indispensable para cualquier
trabajo terapéutico.
Para comenzar tengo que recalcar que la idea de una constitución subjetiva, o
subjetivacion, la entiendo como proceso y, por oposición, a las ideas de
estructura, trastorno y, en general, a todos lo que induzca a pensar en una
congelación del psiquismo o en la psiquis como aparato.
Los somático incluye bastante más que el mero cerebro, también es una variable
dinámica: desdeantes del nacimiento hasta su muerte nuestro cuerpo está en
transformación permanente, tanto a nivel celular y molecular, como también con
cambios perceptibles para todos.
En lo anterior influyen muchas variables: en primer lugar el propio desarrollo desde
la concepción, luego la naturaleza evolutiva del crecimiento del ser humano, único
mamífero cuya sexualidad es interrumpida a mitad de camino por una larga etapa
de latencia, fenómeno que es sin duda una herencia arcaica de la humanidad
organizada en colectivos. Fue Sigmund Freud quien es acuñó el concepto de
etapa de latencia. No quiero detenerme conceptos que los psicólogos estudian en
pregrado, pero cabe decir que para Freud en esta etapa la energía libidinal va a
expresarse por las actividades exploratorias del niño, por el descubrimiento de
ideas y de hechos, de las cosas del mundo, por el crecimiento de los intercambios
sociales, etc.
Sin latencia nosotrostendríamos similar destino al de losprimos simios: nuestra
vida sería corta y nuestra psiquis no tendría espacio temporal para su desarrollo.
La latencia están el origen de lo que llamamos la vida intelectual, de la formación
del carácter y de los rasgos predominantes de lo que se dará en llamar "la
personalidad"aunque debemos recordar qué "personalidad" viene de persona y
persona, etimológicamente, significa máscara, fachada.
Por su parte Rascovsky, en 1974, iba aún más lejos al sostener quela posibilidad
de existencia de dichas ansiedades persecutorias estaba dada porque la pulsión
de muerte y sus condiciones materiales preexistían en el feto antes del
nacimiento. El concilio el nacimiento como un primer y decisivo gran trauma, el
cual , sin embargo y justamente a causa de su magnitud, estaba destinado a la
amnesia.
Para Ricardo Rodulfo, quien desde hace 40 años enseñó Psicoanalisis con Niños
en la UBA, lo esencial es que el psicoanálisis se resitúe e en el medio que le es
propio: entre lo psíquico y lo orgánico, entre lo individual y lo social
convencionales.
El promueve (Rodulfo,1987, 1998)una clínica que privilegie el desarrollo de la
capacidad historizante, de la creatividad y de la autonomía del paciente. Aboga
fuertemente por la deconstrucción, a la manera del filósofo Derrida, del
psicoanálisis tradicional, apostando por un psicoanálisis desencarnado de mitos.
Se dedica a trabajar y comprender tanto trastornos en laestructuración de la
imagen inconsciente del cuerpo, (que luego devendrían designados
comonarcisistas no psicóticos), como el retraso mental y la discapacidad.
Esto se manifiesta en una posición como analista de niños en la que se privilegia
el juego como posibilidad de producción de ligazón, de inicios de simbolización y
donde no se procede con sujeción a estándares teóricos. Por ejemplo, Rodulfo
menciona lo lamentable de la asimilación demasiado simple de significante a
palabra. Esto implicaría instalar todo el campo de la palabra bajo el imperativo
superyoico. Sin embargo,la palabra tiene connotaciones significantes y no
significantes, poéticos, musicales, rítmicos, humorísticos, por onomatopeya las
palabras pueden denotar texturas, sabores, evocar experiencias como en
“arroyuelo” que evoca el rumor del agua corriendo, maullido. Algunos niños utilizan
ciertas palabras para tranquilizarse, otros simplemente porque les gusta como
suenan, etc. Aparece entonces aquí una connotación del orden de lo sensorial, de
advertir en el niño las trazas, a través de sus preferencias, de su alegría, de su
potencialidad para jugar, para disfrutar de sus capacidades perceptivas, motrices,
creativas, etc.
Por lo avanzado de la hora, debo dejar hasta aquí el trabajo propuesto, pero les
envío un apéndice que consiste en la revisión del libro de 2005 de Ricardo Rodulfo
“El psicoanálisis de nuevo”.
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La segunda parte de la presentación hemos convenido no entregarla por tratarse
de material clínico confidencial.