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una ideología, aunque haya sido utilizado por la ideología neoliberal como argumento para
financieros, permitida por las nuevas tecnologías de información y comunicación y favorecida por la
significa que todos dependemos unos de otros y que lo que suceda en un lugar puede tener
pareciera alienante y sin posibilidad para la humanidad de optar por otro camino. Bajo estas
propósito, un aprovechamiento o una oportunidad. Para enriquecer la categoría que se está trabajando,
dice Marco Raúl Mejía refiriéndose a la globalización: Vivimos una reestructuración y una nueva
culturales, demográficos, militares, etc, que trascienden un país, que establecen entre ellos otras
maneras de articulación e interrelación, construyendo de otra manera las formaciones sociales. Por
eso se dice que asistimos a una reestructuración de los modos de ser, sentir, hacer, pensar, saber y
emprender cambiando los contextos de acción y reflexión. (Mejía, 2006: 22). Esa reestructuración de
modos de ser encuentra su lecho en dinámicas subjetivas que trabajan y se insertan en los individuos
tomando la forma de discursos, prácticas, valores, rituales o costumbres. A estos modos de ser se les
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Estudiante Doctorado en Filosofía, USTA. 2014-Docente UPN, Facultad de Educación Física. Docente
Colegio San Agustín IED Secretaría de educación de Bogotá. C_pachequin@yahoo.es
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Castells, Manuel. (2007). Globalización y antiglobalización. En: Pánico en la globalización. Fica. Bogotá.
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puede denominar performatividad, concepto utilizado por Judith Butler para plantear la dicotomía
sexo/género y que para nuestros propósitos se utilizará para relacionar un conjunto de operaciones
que los individuos realizan sobre ellos mismos. Esos modos de ser en perspectiva performativa, hacen
referencia a la identidad o a las identidades que la globalización ha planteado como escenario molar
junto a otros escenarios molares como la economía de mercado. Por escenarios molares quiero
referirme a los contextos, circunstancias y prácticas que incorporan masivamente a los sujetos en
diversas racionalidades; en este caso, las características de la globalidad, los aspectos del
Dentro del seminario orientado por el Dr Antolínez se planteó la pregunta ¿qué somos? Y sin duda
los escenarios molares de hoy, inciden en la categoría ontología del presente como lo señala Foucault.
(Foucault, 2011). Sin embargo, lo que somos hoy no es producto de lo contemporáneo, sino que es
Para América latina podríamos plantear la circunstancia de un pensamiento délfico como condición
mismo y el cuidarse a sí mismo invitarían a vislumbrar el linaje de lo que somos hoy y reconocer
unas formas de ser. Pero, ¿qué entender por cuidado de sí? El cuidado de sí, sería el trabajo o los
trabajos que por cuenta propia escoge el sujeto para transformar su ser existente, y para este caso, la
meditada. En sentido estricto, epimeleia heatou, cuidado de sí e inquietud de sí, designan lo mismo.
Ahora, el sí mismo, heauton, se toma desde lo que Foucault describe del dialogo entre Sócrates y
Alcibiades cuando éste último desea gobernar a los demás; Sócrates invita a reflexionar a Alcibiades
sobre su educación, en lo que es él y a que se conozca un poco más y es allí en donde se vale de la
noción gnothi seauton que designa el conócete a ti mismo (Foucault, 2001, pág 66). Entonces el
ocuparse de sí mismo (cuidarse de sí) vendría a ser conocerse a sí mismo. No se preguntaría por el
tipo de persona que es, ni cuál es su naturaleza o cómo está compuesto, sino, por ese elemento que es
igual del lado del sujeto y del lado del objeto. ¿Qué es ese elemento idéntico que, en cierto modo,
está presente de uno a otro extremo de la inquietud de sí: sujeto de la inquietud, objeto de la
inquietud? Pues bien, el elemento idéntico, el sí mismo, el heauton, es el alma, el alma sujeto.
Ocuparse de sí mismo será ocuparse de sí en cuanto uno es sujeto de cierta cantidad de cosas: sujeto
general, sujeto también de la relación consigo mismo (Foucault, 2001). Latinoamérica es entonces
sujeta de cierta cantidad de cosas que designan su performatividad desde unas relaciones y actitudes
de diversos escenarios molares y el acontecimiento inmanente para ella sería la identidad de su alma.
Ya se tiene una panorámica de lo que la globalización como oportunidad empezó a tejer con buenas
intenciones y sin error se puede decir, que es un fenómeno de múltiples caras que debe superar el
globalización, casi todo pensamiento apunta a señalar aspectos de mercado, aspectos de dinero y
estrategias políticas. Sin embargo, desde esta perspectiva, la globalización enmarca procesos de
los mercados entendidos como el conjunto de transacciones o acuerdo de negocios entre compradores
forma los asuntos políticos y económico-sociales de la sociedad. (Giraldo, 2006: 10). Por
consiguiente, la economía es la gran aliada del mercado y es entendida (ésta primera) según el
diccionario de la Real Academia Española (RAE) como la ciencia que estudia los métodos más
eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos.
Por consiguiente, para comprender mejor la situación y el escenario en donde la globalización ejerce
su mayor fuerza (no la única) es pertinente aclarar lo que se denomina la Economía de Mercado cuya
sigla será para este escrito E.M. y una vez más, el RAE sirve como apoyo referencial para seguir con
la tarea propuesta. La E.M. es un sistema económico en el que las decisiones tienden a obtener el
mayor beneficio según los precios de la oferta y la demanda con un mínimo de regulación. Es decir,
la E.M. hace referencia a la organización social destinada a facilitar la producción y el consumo de
los bienes, servicios y prácticas surgidos del juego entre la oferta y la demanda. Esa producción, ese
consumo, esa oferta y esa demanda se desarrollan en el mercado y como se señalaba antes, este es
quien resuelve de la mejor forma los asuntos políticos y económico-sociales se podría decir del
sí misma o de conocerse a sí misma por que se mira y se analiza desde lo que Europa y EEUU son.
Es decir, nos andamos comparando con sus racionalidades, anhelamos sus formas de ser y hacer y
inseguridad propia de los pueblos colonizados y como menciona Leopoldo Zea “…Mientras el
difícil pensar de otro modo ya que “América no ha empezado aún su historia universal” como lo
describe Ortega y Gasset y sería complejo salir de las formas hegemónicas que la determinan.
CONCLUSIÓN
Nuestra filosofía, si tenemos una, debe permitirnos pensar la realidad en este momento histórico. No
debe estar a la sombra de la conciencia de otra cultura, sino generar posibilidades simultáneas en las
formas de ser y hacer propias. Aunque los escenarios molares están de forma planetaria, los
latinoamericanos deben reinventarse de forma heteroutópica, crear líneas de fuga como respuesta a
las múltiples identidades performativas. Debemos crear nuestra propia historia y mirar cómo resolver
nuestros problemas sin olvidar que antes de la colonia se hablaba de una cultura precolombina o
prehispánica y también sin olvidar que por imitar y no saber hacer, hubo “patrias bobas”.
El ocuparse de sí mismo, junto al conocerse a sí mismo desde Latinoamérica, vendría justificar las
escenario molar no puede ser la única circunstancia por la cual se determine lo que somos.
REFERENCIAS