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15 DE ABRIL DE 2019
ALUMNO: TAMARA CASTILLO QUIROGA
1. Métodos o enfoques que promueven la comunicación gestual
En las personas sordas una educación bilingüe sólida es la que permite el aprendizaje en dos
idiomas, cuyo contexto escolar ofrece múltiples oportunidades para la adquisición del
conocimiento al nivel del grado en el idioma de señas de la comunidad sorda y el desarrollo de la
lectoescritura en la lengua de la mayoría oyente.
El niño sordo bilingüe puede ser comparado con otros niños pertenecientes a minorías bilingües
que utilizan y desarrollan dos lenguas, y a la vez se diferencia de estas por su condición específica,
ya que los bilingües no son la suma dos monolingües sino que presentan una configuración
lingüística única y especifica. La coexistencia y constante interacción entre sus dos lenguas resulta
de un sistema lingüístico diferente pero completo.
Un sordo bilingüe entonces, presenta una configuración lingüística que resulta de la conjugación
de una lengua que pertenece a la sociedad mayoritaria que se transmite en una modalidad oral -
auditiva –escrita y otra lengua que se transmite en una modalidad visual y gestual.
El enfoque propio bilingüe-bicultural propone dar acceso al niño sordo a las mismas posibilidades
psico-sociolinguistica que tiene el niño oyente. El objetivo es crear una identidad bicultural
confortable al permitir al niño desarrollar sus potencialidades dentro de la cultura sorda y
aproximarse a través de ella a la cultura oyente. Es necesario, pues incluir dos lenguas y dos
culturas dentro de la escuela en dos contextos diferenciados, es decir, con representantes de
ambas comunidades
Durante los últimos años se ha planteado la necesidad de dar un rol central al desarrollo de la
LSCh en niños sordos, valorando esta como una lengua al igual que cualquier otra. Un paso
importante para comenzar a eliminar las barreras de comunicación en las comunidades en las que
participan personas sordas, es el que las personas conozcan algunas señas de la LSCh.
Todas las lenguas disponen de unos mecanismos internos que les permiten generar vocabulario, y
la Lengua de Signos Española (LSE) también dispone de estos recursos. Unos son comparables a los
que utiliza el castellano para la creación de palabras nuevas (neologismos) y otros son exclusivos
de la LSE.
Lectura labio facial: Proceso complejo mediante el cual, el niño sordo, se vale de
múltiples pistas para entender a los interlocutores oyentes y que incluye: la
lectura labial (recepción y percepción del movimiento o patrón motor de habla), la
lectura facial (la percepción y significación de las expresiones faciales), los
elementos lingüísticos (gramaticales y semánticos) del discurso, la
contextualización y significación comunicativa del discurso y la utilización de la
audición residual (con o sin uso de ayudas técnicas) en un intento integrador de la
percepción auditivo-visual del habla.
En la LLF es necesario percibir lo que puede ser visto, interpretar lo que se ha visto y completar lo
que no se ha visto (Perelló 1992). La mayoría de los alumnos sordos tienen dificultades para captar
los mensajes orales a través de la audición, por lo que necesitan de esta información
complementaria. Los modelos actuales de percepción de las palabras en personas oyentes
muestran que la información visual que acompaña a la producción del habla forma parte del
proceso de percepción de las palabras, es decir, estos modelos proponen que la percepción de las
palabras es audiovisual y no solamente acústica.
La LLF presenta una serie de dificultades o limitaciones para la comprensión del lenguaje oral sin
audición (Domínguez y Alonso, 2004): el lenguaje oral no es totalmente visible (hay un conjunto de
sonidos, /g/, /x/, /k/), que no tienen imagen a través de la lectura labial; y otros cuya imagen labial
es similar /b/-/m/-/p/; /l/- /n/-/r/; /d/-/t/-/0/); las condiciones materiales de la producción del
mensaje hablado (distancia, condiciones de iluminación, presencia de obstáculos, forma de
articular y tipo de lenguaje usado por el interlocutor); las características personales del labio-
lector; y las propias características de la LLF, al estar ligada a la vía visual. Todo ello provoca que la
LLF sea siempre parcial y ambigua, por lo que difícilmente puede convertirse en el medio único
para la comprensión del lenguaje oral en los niños con una sordera profunda y prelocutiva.
La lectura de habla (LLF) debe estar presente en la educación de los alumnos sordos con cualquier
déficit auditivo. El niño sordo realiza de un modo intuitivo la percepción del lenguaje mediante la
vista, como medio sustitutivo y complementario a la pérdida de información auditiva. Para el
alumno con una sordera prelocutiva el aprendizaje será más costoso, ya que se supone que han
tenido una relación limitada con el lenguaje hablado. Sin embargo, dado que la captación del
lenguaje hablado es audiovisual, sería conveniente incluir la enseñanza de dicha habilidad con el
objetivo de potenciar todas las entradas posibles de la información.
Clave de Fitzgerald: Fue creada por Edith Fitzgerald en 1925, quien fue profesora
de inglés en E. U. A. y a la vez era sorda, y desarrollo unas claves para organizar de
manera lógica la lengua oral y poderla escribir de manera estructurada. Una de las
desventajas de estas claves es que no es muy atractivo para los niños el
organizador o escribir las palabras de esta manera en un principio. Las bases del
uso de estas claves son:
La clave se va moviendo y cambiando gradualmente a medida que
se va desarrollando el mensaje o habla.
La clave debe estar colocada en la parte superior de la pizarra
Hay que usar la clave cada vez que enseñe un término nuevo, para
corregir errores de construcción u omisión.
Hay que dejar que el niño ordene su lenguaje por sí mismo
siguiendo la clave.
Existen ocho claves para identificar verbos, adjetivos, pronombres,
nexos de unión, infinitivo, participio, gerundio y predicativo
sustantivo.
Esta clave representa de manera gráfica las principales relaciones sintácticas, facilitando así que el
niño las aprenda.
La Clave Fitzgerald se sustenta bajo la idea de que los niños sordos no pueden aprender el
lenguaje oral bajo medios naturales, sino que debe aprenderse estructuradamente, analizando y
categorizando sus reglas gramaticales.
Las categorías que se utilizan son: Qué, quién, dónde, y cuándo, el niño debe aprender a generar
respuestas correctas colocando las palabras en cada categoría.
La clave tiene como apoyo visual unos símbolos que representan las partes de la oración como por
ejemplo: verbos, adjetivos, pronombres etc.
Es un sistema de apoyo visual que ocupa la lectura labio facial más un sistema de códigos
realizados con los dedos que representan las vocales y la posición de la mano con referencia a lado
de la cara, en la barbilla o garganta; que representa las consonantes de una lengua oral
determinada, y a estos indicadores se les llama kinemas. El sistema representa gestualmente os
sonidos del habla para complementar la información que se reciba o se envié, al igual que aclara
las confusiones que se presenten por la LLF. Este sistema tiene el objetivo de que el niño sordo
logre formar representaciones mentales de los sonidos y segmentos del habla similares a los que
desarrolla el niño oyente. La limitación de este como método oral es que solo sirve para aprender
a distinguir visualmente los fonemas, pero no ayuda a producirlos oralmente.
La Palabra Complementada o Cued Speech (LPC) fue creada en 1967 por Cornet en el marco de la
educación de los niños y jóvenes sordos con el objetivo de facilitar la comprensión de los mensajes
hablados. En la versión española, este sistema se dió a conocer en 1998 por Torres.
La Palabra Complementada es un sistema que hace posible el desarrollo lingüístico oral en todos
sus aspectos: fonológico, semántico, morfosintáctico y pragmático.
La Terapia Auditivo Verbal no es una serie de principios para la enseñanza escolar o una técnica
para ser aplicada dos veces por semana en un gabinete. Es un estilo de interacción, una “forma de
vida “ para ser practicada diariamente. El objetivo es que los padres aprendan los principios
auditivo-verbales para que los apliquen con sus niños con deficiencias auditivas.
La filosofía Auditivo Verbal apoya el derecho que tienen los niños, con cualquier grado de pérdida
auditiva, a que se les dé la oportunidad de desarrollar la habilidad de escuchar y usar la
comunicación verbal con su propia familia y la comunidad.
La Terapia AV está basada en una serie de lógica y crítica de principios cuyo cumplimiento es
necesario para aumentar las probabilidades de que los niños pequeños con deficiencias auditivas
puedan ser educados para usar incluso mínimas cantidades de audición residual, y una vez
amplificada en formas óptima, a través de ella, aprender a escuchar, a procesar el lenguaje verbal
y a hablar.
El término "Comunicación Bimodal" se refiere, por lo tanto, a este tipo de estrategia comunicativa
y no a un conjunto fijo de signos ni a una metodología propia de implementación que suele variar
según las características de los niños y niñas. Por ejemplo, el "habla signada" (Schaeffer y col.
2005) es la aplicación de los principios de la comunicación bimodal a poblaciones pertenecientes al
espectro autista. El método Makaton (Walter, 1990) introduce en el desarrollo de la comunicación
bimodal una determinada estrategia de enseñanza (incluyendo una cierta jerarquía "estándar" en
la introducción de los signos), y prevé su combinación con sistemas pictográficos.
"Comunicación Bimodal", por lo tanto, es un concepto genérico que incluye cualquier programa
que combine el uso de signos manuales con el lenguaje oral así como las adaptaciones de las
estrategias de interacción, con el fin de mejorar la comunicación y de potenciar el acceso al habla.
El objetivo esencial es evitar que el desfase inevitable entre la edad de un niño o una niña y sus
capacidades de usar el lenguaje oral perjudique su desarrollo (Horner y Budd, 1985); quiere
recurrir a un sistema comunicativo que asegure una mejor integración social y afectiva, que
permita adelantar los aprendizajes y que, al mismo tiempo, acelere la aparición del lenguaje oral.
3. Métodos o enfoques que promueven cualquier forma de comunicación
a) Comunicación Total: No es un sistema ni un método de enseñanza y surge como una
respuesta en contra a los métodos oralistas que restringían la comunicación en su más
amplio sentido.
Este tipo de comunicación más que una metodología o técnica específica, es una filosofía
educativa que busca que las personas sordas sean vistas por sus aptitudes de comunicación más
que por sus deficiencias o limitaciones. Por lo tanto, las terapeutas integran esta filosofía a sus
sesiones para que traten de utilizar todos los recursos posibles que le sirvan al niño para que este
desarrolle una competencia lingüística y comunicativa. Dentro de estos recursos se encuentran: la
lengua de señas, la palabra complementada, las dactilología, los sistemas bimodales, gestos,
mímica y claves visuales, estimulación auditiva, LLF y el habla (Valmaseda & Alonso, 2000)
Bibliografía