Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
La pequeña iglesia bautista de Zambia era pobre. Los miembros querían mucho a
su pastor, Godfrey Mulando, pero no podían pagar su sueldo. Este amor era
mutuo y el pastor se había dedicado por entero a guiar a su congregación en su
diario caminar con Dios. Sin embargo, le habían advertido que no hablase acerca
del dinero si no quería espantar a las gentes, haciendo que se alejasen.
Descubrieron que Dios les devolvía más de lo que daban, pues no solamente
recibieron bendición en sus vidas personales, sino que Dios bendijo, además, a la
iglesia. Esta creció, y al darse cuenta los miembros de que Dios honraba sus
promesas, ellos mismos comenzaron a compartir su gozo, y a Cristo con sus
amigos, con sus vecinos y familiares. Comenzaron a traer a otras personas a las
reuniones de la iglesia, de modo que creció de tal manera que tuvieron que
derrumbar las paredes y ampliar el edificio. Se fundó otra iglesia, hija de la
primera, en un lugar donde faltaba el testimonio del evangelio. Luego surgió otra
y otra, hasta que hubo un total de cinco iglesias donde al principio solamente
había habido una que a duras penas existía.
"Cuando mi gente comenzó a dar, se dieron cuenta de que tenían un papel muy
importante que representar dentro de todo el ámbito de la evangelización. Con
anterioridad no habían sido otra cosa que espectadores en el templo, pero
cuando empezaron a dar el diezmo y la ofrenda para la obra de Dios,
comenzaron a darse cuenta de la responsabilidad que tenían de dar testimonio, de
atraer a las almas, de enseñarles y ayudarles, y se sintieron muy emocionados",
dijo el pastor Mulando.