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Juzgado Letrado en lo Civil de 6°Turno

Sentencia N°32/2013

Montevideo, 26 de junio de 2013

VISTOS:

Para Sentencia Definitiva de Segunda Instancia, estos autos caratulados: “Compañia de Seguros Alianca Da
Bahía Uruguay S.A c/ Dhl Express”, -Daños y Perjuicios-, I.U.E.: 2-9213/2012, venidos a conocimiento de la
Sede, en mérito al recurso de apelación y adhesión al mismo, interpuesto respectivamente por la parte demandada
y actora, contra la Sentencia definitiva Nº50/2012 de fecha 20/11/2012, dictada por la Sra. Juez de Paz
Departamental de la Capital de 13º Turno, Dra. Veigan G. Eula.

RESULTANDO:

1. Dicho fallo, cuya relación de antecedentes se ajusta a las resultancias de autos, y se tiene por reproducida,
amparó parcialmente la demanda, y en su mérito condenó a DHL Internacional SRL al pago a la parte actora, de
la suma de U$S2.541.- como indemnización por los daños y perjuicios ocasionados por los faltantes constatados,
con más los intereses corrientes, sin especial condenación.

2. La parte demandada DHL Uruguay SRL se agravió, en cuanto estima que ha habido una incorrecta valoración
de la prueba en la sentencia de primera instancia.

Como se advierte, por lo expuesto precedentemente, es pertinente señalar que quien ha comparecido en este
proceso como demandado ha sido DHL (Uruguay) SRL, lo cual no ha sido objetado ni por las partes ni por la
Sede de primera Instancia, por lo que habrá de corregirse en este punto la carátula, así como lo registrado en el
sistema informático a su respecto.

Manifiesta que se está ante un régimen, que lo único que se requiere para responsabilizar a la empresa
transportista, es acreditar el faltante durante el transporte. Por ende, si la actora no prueba que el faltante se
produjo durante el mismo, no se puede responsabilizar a DHL. Tan inflexible es para con el transportista, como
para quien contrata el transporte (comitente), y es así que debe probar fehacientemente que el faltante se produjo
durante el transporte.

Probado este extremo, el transportista solo podrá eximirse de responsabilidad, por vicio de la carga o embalaje,
acto de guerra, conflicto armado y acto de autoridad pública, o exonerarse por hecho o culpa de la víctima.

El reclamo de autos se basa en la documentación que expide TCU con las observaciones de las partidas en cada
caso.

Toda la prueba de la actora, se basa en documentación unilateral de TCU quien tiene un interés directo, en que
cualquier faltante de las mercaderías, que guarda en sus depósitos, se ubique antes del ingreso a los mismos, es
decir en el transporte.

Las actas de TCU son documentos unilaterales, emanados de parte interesada, en que la responsabilidad recaiga
en órbita del transportista. Además, el ingreso de las cargas a TCU es obligatorio por ley, es la depositaria
institucional.

DHL no elije ingresar la mercadería que transporta a TCU, sino que lo hace en cumplimiento de la normativa
vigente. Condenar a DHL por el documento de TCU, es presumir que estuvo presente al momento de labrarse un
documento en el que no luce ninguna firma de la empresa, y bajo esa presunción, peligrosa por cierto,
responsabilizar a la transportista por los faltantes.

Sin perjuicio de todo lo señalado, y para el caso de que se confirmara la Sentencia de Primera Instancia, y esta
parte resultara condenada debe aplicarse el art.22.3 de la Convención de Montreal y limitarse la responsabilidad,
según lo dispuesto en dicho artículo.

La actora pretende alegar la inexistencia de limitación de la responsabilidad manifestando que en las Guías
Aéreas existe valor declarado, lo que habilitaría lo no aplicación de lo dispuesto en el art.22.3 de la Convención.

El valor declarado que luce en la Guía aérea no es el requerido por la norma. En las Guías que se agregan aparece
un valor declarado bajo la denominación “Custome Value”, lo cual no constituye la declaración especial exigida
por la normativa citada. Además la norma requiere adicionalmente el pago de una tarifa especial, la cual no fue
abonada en el caso de autos, tal y como surge de la documentación que acompaña a la demanda.
Corresponde por tanto la limitación de la responsabilidad. El valor del DEG a la fecha de contestación de la
demanda era de U$S1,53414 por kg faltante. Por cada kg faltante se debe limitar la responsabilidad del
transportador a 17 DEGS, lo que equivale a decir que (en caso de existir responsabilidad de esta parte), se
deberían U$S26,08038 por kg faltante.

Según surge de la documentación agregada por la actora, el faltante sería de 1,68 kg. Por tanto de resultar
condenada esta parte, la responsabilidad estaría limitada al pago de la suma de U$S43,8.

Solicita se revoque la recurrida rechazándose el reclamo de la actora, pero de acogerse el reclamo, se revoque la
sentencia de primera instancia en cuanto a los montos, aplicándose la limitación de la responsabilidad en los
términos expuestos.

3. Conferido traslado del recurso de apelación la parte actora contesta el mismo, y se adhiere al recurso
interpuesto.

Manifiesta que la demandada, con una importante mala fé continúa insistiendo en que el acta de TCU, no le es
oponible.

Es un hecho notorio que la compañía aérea se encuentra presente siempre en la confección de este documento,
pretender desconocerlo sin aportar prueba alguna, no es serio. No puede aceptarse que la compañía aérea no
realice ningún control cuando la mercadería la retira TCU. Además debe tenerse presente que quien está cuando
recibe la mercadería TCU es la propia Dirección de Aduanas. El argumento es absurdo por lo que cae por su
propio peso.

Lo cierto es que la demandada no cumplió con la obligación de resultado que le incumbe, cuando llegó al
aeropuerto, la mercadería tenía faltante, no entregó, como recibió.

TCU es ajeno a las partes. Conforme lo edicta la Ley Nº17.555 y la Ley Nº16.246, al Aeropuerto Internacional de
Carrasco se le confirió régimen de Puerto Libre, y a sus efectos se dictaron los decretos reglamentarios N°376/02
y Nº409/2008.

TCU es el concesionario y quien realiza estas tareas. El personal de TCU se encuentra acompañado de personal
de Aduanas y con representante de la compañía aérea. No se produce el traspaso de mercadería de uno a otro, sin
que ambos lo verifiquen. Lo que sucede es que la compañía nunca suscribe las observaciones, y terminan siendo
puestas en manifiesto por TCU mediante un acta.

El depósito en TCU es preceptivo, por lo tanto de ninguna manera puede aceptarse que la demandada no se
encontrara en el control, cuando su responsabilidad es tan rígida.

Con relación al límite de responsabilidad, en casos como el presente donde el valor se encuentra declarado
expresamente en la guía aérea, el límite se calcula conforme al valor que figura en dicho documento (art.22 de la
Convención de Montreal).

En el documento aéreo se estampa expresamente el valor que se declara: U$S10.750.- y conforme al cual se
abona el flete correspondiente, no corresponde la imposición de los límites previstos, sino hasta la suma
declarada, es decir los U$S10.750.-

Se coincide plenamente con la Sra. Juez a quo, que aquí existe claramente un valor declarado y que la demandada
no se beneficia de limitación de responsabilidad, sino que responde hasta la suma del valor declarado con los
intereses corrientes, costas y costos.

Asimismo se adhiere a la apelación, exponiendo que en el caso de autos se abonó el valor FOB, con más el flete y
aumento de póliza, y por ese monto es el que está habilitada esta parte a reclamar, y no más. La compañía
peticiona entonces por subrogación la suma de U$S2.988,82 valor sumamente inferior al valor en plaza de los
faltantes, y a su vez también inferior con el valor declarado en el conocimiento de embarque, que es de
U$S10.752,50. Siendo una reclamación inferior al monto que hubiere podido reclamar el consignatario, y
encontándose dentro de los márgenes del valro declarado en el conocimiento de embarque, se entiende que se
debió acoger in totum la pretensión. El documento que tiene esta declaración, no es otro que el conocimiento de
embarque.

Por ello, se agravia esta parte que se tome como valor declarado el valor FOB de la factura (U$S2.541.-), cuando
por la naturaleza misma de dicho instituto, lo que la Sede debió tomar en cuenta es el declarado en el
conocimiento de embarque (U$S10.752,50), y considerar que lo que se impetra es una suma inferior al mismo,
por lo que dicho límite no es excedido.
El documento que contiene la declaración de valor, no ha sido controvertido, así como tampoco la liquidación de
las faltantes, ni han sido objeto de agravio, y por lo tanto, ello ha quedado saldado con la sentencia.

Solicita se acoja la demanda en todos sus términos, con costas y costos, por haber actuado la demandada a
sabiendas de su sin razón.

4. Conferido traslado de la adhesión, comparece la demandada a evacuarlo, exponiendo que el faltante alegado
por la actora es parcial, y no puede dejarse al arbitrio de la misma determinarlo dentro del máximo declarado en
el conocimiento de embarque, como lo entendió de forma correcta la sentenciante de primer grado.

Del dcoumento de fs.4 surge que el valor por unidad de los celulares faltantes es de U$S121.-, faltaron 21
unidades, por lo que el monto del faltante, asciende a U$S2.541.-

Se rechaza además, que se argumente mala fé de esta parte por defender una posición cierta, como es que no se
estuvo presente cuando se elaboró el documento de TCU, y eso es lo que se pide que se revea.

En definitiva, pide se disponga conforme a lo solicitado en su escrito de apelación.

5. Por providencia Nº587/2013, la Sede de origen franqueó la Alzada; y recibidos lo autos con fecha 19/04/2013,
por providencia Nº 1120/2013 de fecha 24/04/2013, esta Sede asumió competencia y se ordenó que los autos
pasaran para Estudio por el término legal, con notificación personal de las partes.

6. El Tribunal emitirá decisión anticipada en estos autos, al amparo de lo establecido en el art.200.2 del Código
General del Proceso.

CONSIDERANDO:

1. El casus de obrados se encuentra regido por la Convención de Varsovia (en adelante CV) del 12/10/1929,
ratificado por nuestro país por el Decreto Ley Nº14.289 del 10/10/1978, y por las disposiciones conconcordantes,
complementarias y modificativas del Convenio de Montreal (en adelante CM), sancionado por la Ley Nº18.169
el 25/08/2007, al requerirse la indemnización por daños y perjuicios derivados de incumplimiento de contrato de
transporte aéreo internacional, considerado como tal, a la luz de las disposiciones del art.1º de las mentadas
normativas.

Huelga señalar, pero no obstante lo establecemos, que en la especie, quien acciona es la compañía de seguros,
que actúa en subrogación de un importador, luego de haber pagado la indemnización correspondiente (art.669 del
Código de Comercio).

2. A juicio de esta sentenciante como se expresa en Sentencia de TAC 4º del 14/08/1989: ...”el régimen de
responsabilidad del porteador aéreo, es subjetivo, es decir que está estructurado sobre la base del concepto de
culpa, resultando la misma del mero incumplimiento del contrato de transporte y quedando a cargo del
transportador la prueba de su irresponsabilidad en base a la existencia de un eximente válido de exoneración...”
(Domingo López Saavedra: “Algunos aspectos de la responsabilidad del transportador aéreo”, en RTYS, 1, pag.
105), (arts. 18 a 19 CV y 18 y 20 CM).

3. Valorada la prueba de autos conforme a las reglas de la sana crítica, art.140 del C.G.P., ha quedado acreditado
en obrados el incumplimiento de la demandada, al entregar la mercadería cuyo transporte se le encomendó, con
faltantes.

En efecto del documento Acta N°101.375 “Condición de Ingreso a TCU”, elaborado por Terminal de Cargas
Uruguay (fs.12), surge la constatación de la faltante.

Dicho documento emanado de la Terminal de Cargas Uruguay, con amparo en lo dispuesto en las Leyes Nº17.555
y Nº16.246, y sus decretos reglamentarios Nº376/02, y Nº409/2008, ha sido cuestionado por la demandada, en los
siguientes términos.

Las actas de TCU son documentos unilaterales, emanados de parte interesada, en que la responsabilidad recaiga
en órbita del transportista. Además, el ingreso de las cargas a TCU es obligatorio por ley, es la depositaria
institucional.

DHL no elije ingresar la mercadería que transporta a TCU, sino que lo hace en cumplimiento de la normativa
vigente. Condenar a DHL por el documento de TCU, es presumir que estuvo presente al momento de labrarse un
documento en el que no luce ninguna firma de la empresa, y bajo esa presunción, peligrosa por cierto,
responsabilizar a la transportista por los faltantes.
Ahora bien, el recaudo de referencia es un documento emanado de TCU, depositante portuario del Aeropuerto
Internacional de Carrasco, encargado de controlar el ingreso de la mercadería que ha arribado al aeropuerto, antes
de su ingreso al mismo. No puede obviarse que la mercadería que ingresa en esta etapa de su tránsito, queda a
disposición directa de la Dirección Nacional de Aduanas, por imperio de lo dispuesto en las normativas
precedentemente citadas.

Si lo contenido en dicho documento fuera falso, debió el demandado atacarlo por falsedad, lo que no hizo
(art.172.1 del C.G.P.). No desconoce lo allí establecido, solo se limita a expresar que, como no luce estampada
firma de representante de la Compañía aérea, no se hizo el acta de constatación en presencia de la misma. Esta
sola afirmación, no alcanza para destruír la eficacia probatoria del instrumento objetado.

Corresponde además asentar que la demandada no invocó, ni asimismo acreditó eximente alguna de
responsabilidad del transporte. Esta parte debió invocar, lo que no hizo, y menos aún probar que existieron causas
que la exoneraban de responsabilidad. Tampoco alegó o acreditó, que inmediatamente de recibida la protesta, la
que niega (fs.15), una investigación a sus efectos, o inmediatamente contestó la misma, informando la
circunstancia de defensa que ahora alega, teniéndose presente las pesadas cargas y presunciones que recaen sobre
el transportista por imperio legal, quien a fin de salvaguardar su responsabilidad, no puede sino esperarse en
conducta diligente, esté presente cuando se inspecciona la condición de ingreso a TCU.

Todo lo cual, nos hace concluir en la veracidad de lo consignado en el documento de condición de ingreso.

Nótese que en el mismo al final, se estampa: ...”La presente información responde a lo constatado conjuntamente
con la compañía aérea, en la instancia de control de ingreso de carga a TCU SA...”.

Finalmente también es pertinente establecer que tampoco se ha argumentado, o justificado, que el faltante de
mercadería, se hubiera producido después de su ingreso a TCU.

Determinado el incumplimiento del transportista, corresponde ingresar al estudio de los daños reclamados, lo que
fue objeto de agravio por ambas partes.

Se reclama por la actora la cantidad de U$S2.988,82, correspondiente al valor FOB, con más el flete y aumento
de póliza.

Alega la demandada que corresponde aplicar la cláusula de limitación de responsabilidad prevista en el art.22.3
de la CM. Indica que la suma pretendida es superior a lo dispuesto en la Convención de Montreal que establece
como límite de responsabilidad 17 Derechos Especiales de Giro por kilogramo.

Pero si bien se estipula lo antes descripto, el art. 22 de la CM, al establecer el límite de responsabilidad aclara que
esto será así: ...“a menos que el expedidor haya hecho al transportista, al entregarle el bulto, una declaración
especial del valor de la entrega de éste en el lugar de destino, y haya pagado una suma suplementaria, si hay lugar
a ello. En este caso, el transportista estará obligado a pagar una suma que no excederá del importe de la suma
declarada, a menos que pruebe que este importe es superior al valor real de la entrega en el lugar de destino para
el expedidor...”, lo que en el casus aconteció, habiéndose estampado la declaración de la suma U$S10.752,50
(fs.3).

En consecuencia la suma pretendida por la actora por daños y perjuicios en los términos del art.222 del C. Com.,
-esto es “la pérdida que ha sufrido y del lucro que se le ha privado”, determinada en la especie por el costo
pagado según factura, más el valor del flete, más el valor aumento de poliza, los que da el valor CIF-, no supera
la declaración especial del valor de la entrega del bulto en el lugar de destino.

Tampoco es necesario para la declaración de referencia, haber pagado una suma suplementaria, como lo pretende
el demandado. El texto de la norma es claro cuando expone si hay lugar a ello, por lo cual, no es un requisito que
deba estar para poder atenernos a la declaración especial.

El agravio de que la determinación de los daños y perjuicios bajo esta óptica, parecería quedar en una suerte de
discrecionalidad de la actora, no se comparte: al clebrarse el contrato de transporte de mercadería internacional la
suma multicitada, fue expresamente establecida y conocida por el transportador aéreo. Las partes deben estar
atentas, a cuanto dicen y estipulan en sus contrataciones, so pena de verse perjudicados ante esta falta de
diligencia.

En consecuencia, se confirmará la sentencia de primera instancia, salvo en cuanto al monto de los daños y
perjuicios, en lo que se revocará, acogiendo el total pretendido por la accionante, esto es, la suma de
U$S2.988,82.
5. No se impondrá condena especial, atento a la conducta procesal de las partes, ponderándose que el demandado
pudo impugnar, considerándose asistido de alguna razón (art.261, 56 y 198 del C.G.P y 688 C.C.).

Por todo lo expuesto y lo dispuesto en las normas precitadas y arts.24 y 197 del C.G.P.,

FALLO:

Confirmando la sentencia de primera instancia, salvo en cuanto al monto de los daños y perjuicios condenados
-aspecto en que se la revoca-, los que se establecen en U$S2.988,82; sin especial condenación en el grado.

Modifíquese la carátula, en cuanto a la designación de la parte demandada, así como en el registro del sistema
informático, estableciéndose que la correcta es: “DHL (Uruguay) SRL”.

Honorarios Fictos Profesionales de la Alzada a los solos efectos fiscales: 3 BPC.

Notifíquese personalmente, y oportunamente devuélvase a la Sede de origen.-

Bórtoli Porro(r.)

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