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Introducción a la consejería
1. La ira y el resentimiento.
Cuando nos enojamos, siempre es porque algo no nos parece bien o alguien nos hizo algún mal, sin
embargo, no es ningún problema enojarnos. El problema está cuando nos enojamos, devolvemos el
mal que nos han hecho de otra manera, o hacer mal a alguien porque algo nos salió mal. En
(Proverbios 29:11) la palabra de Dios nos enseña que el dar seguimiento a nuestro enojo nos lleva a
hacer cosas incorrectas a otros.
2. La comunicación falla.
Si permitimos que la ira aumente y no dejamos o hacemos algo para que disminuya, de alguna
manera, podemos terminar pecando como pasó con Herodes. Marcos 6:19 – “Pero Herodías le
acechaba, y deseaba matarle, y no podía.”
Normalmente las personas piensan que el trabajo duro es lo más que causa las tensiones, pero en
realidad lo que más causa las tensiones son lo siguiente: sentirse insuficiente, querer muchas cosas,
tener miedo, una mala actitud, son los aspectos que causan las tensiones en la vida de una persona.
Por tener ciertos problemas que causan las tensiones, una persona puede encontrarse con las
siguientes consecuencias enfermedades físicas, confusión mental y sentirse deprimo
espiritualmente
Así como hay causas de la presión y la tensión también existe la cura para estos problemas, la cura
es descubrir el poder de Dios, cuando una persona descubre el poder de Dios, en tal momento va a
estar siempre reconociendo su problema y entonces controlará si enojo. Porque se ha renovado
Debemos tener claro que la ira positiva no es ningún problema, porque cuando el enojo esta
acompañado con hacer mal a alguien por algún mal que le hizo, eso el problema, llamada ira
pervertida. Por tanto como cristianos espirituales, aun mas como consejeros debemos controlar el
enojo y no el enojo a nosotros.