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ESTUDIO DE LA METODOLOGIA DE LA EXTRACCION DEL ACEITE DE SOYA

I. OBJETIVOS

 Establecer la variedad de semilla idónea para la extracción de aceite.


 Realizar un análisis comparativo de extracción de aceite de soya en semillas
específicas.
 Reconocer e identificar la importancia del consumo de aceite de soya.

II. IMPORTANCIA DE LA SOYA

La importancia de la soya en el mercado mundial radica principalmente en las


características de su composición química, que hacen de este producto un alimento de gran
valor nutritivo comparable a la leche, huevo y carne (Mazzani, 1963).

Los componentes principales de las semillas de soya son la proteína y el aceite. La mayor
parte de los cultivares mejorados contienen de 40 a 42% de proteína no contiene colesterol,
15% de carbohidratos, 15% de fibra, 14% de humedad y 20 a 22% de aceite, considerando
el peso seco de la semilla. La proteína de soya se caracteriza por un equilibrio entre los
aminoácidos, con bajas concentraciones de los aminoácidos azufrados, metionina, cistina y
elevadas concentraciones de lisina y triptófano. Los cereales presentan una situación
inversa, y por lo tanto, mediante la combinación de la soya con los cereales es posible
obtener un alimento de buena calidad proteínica. De la soya se preparan diversos tipos de
comida, incluyendo bebidas, pastas, requesones y condimentos fermentados, algunos
parecidos a la leche, el queso y la carne (FAO, 1995; Ciat y Anapo, 1992).

Actualmente y gracias a la difusión de organismos como la Asociación Americana de Soya


de varias investigaciones que destacan los beneficios que tiene la soya en la salud, se ha
empezado a dar cabida a esta noble leguminosa en la dieta de países como México.

Además provee de la mayoría de los aminoácidos indispensables para el organismo, así


mismo es rica en potasio y es una buena fuente de magnesio, fósforo, hierro, calcio,
manganeso, folatos y contiene algunas vitaminas como son las vitamina E y B6.

El frijol de soya es una leguminosa, que por su elevado contenido de aceite, es considerada
una oleaginosa.

La soya, además de prevenir varias enfermedades, puede ser un agente protector de las
mismas.

III. VARIEDADES DE SOYA EN EL PERÚ

El cultivo de soya comprende un número considerable de variedades y estirpes


ecológicamente muy diferenciada, calculándose en aproximadamente 1 ,000 entre ensayos
en diferentes partes del mundo. Estudios de mejoramiento y selección de esta especie datan
desde hace mucho tiempo y proceden de Estados Unidos de Norteamérica (Box, J., 1961).
En la China las variedades de soya con clasificados según el color, forma y tamaño de la
semilla, además de la época de siembra. En cambio en los Estados Unidos la clasificación
se basa principalmente a los distintos usos de la planta y adaptabilidad de las variedades a
diferentes zonas del país (Arruda, A. P., 1977).

El Programa de Investigación de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo dependiente de


la Universidad de Guayaquil, también ha desarrollado variedades como: Vinces UG-1,
Vinces UG-2 y Vinces UG-3, difundidas entre la comunidad campesina en la década de los
90 y que ha que tuvo una buena aceptación por sus buenas características agronómicas
como altura de carga, rendimiento de grano y tolerante a problemas fitoparasitarios.
Garcés-Fiallos et al. (2014), en su trabajo de investigación sobre agronomía, producción y
calidad de grano de variedades de soya P-34, Kamerún, INIAP-305, INIAP-306 y
Josefina1, durante dos épocas de cultivo, encontraron una altura de carga con valores
promedios de 16,04 cm para la época seca. Durante las dos épocas, las variedades
mostraron comportamiento similar, mostrándose Josefina-1 estadísticamente inferior a los
demás materiales genéticos evaluados, con valor promedio de 10 cm.
Según Maldonado y Ascencio (2012), en su trabajo evaluativo con la nueva variedad de
soya para el trópico húmedo de México Tamesí, encontraron que las primeras vainas se
encontraban a una altura de 13 cm del suelo, la cual es apropiada para el corte, por lo que
puede cosecharse mecánicamente sin problemas de pérdidas de grano.
El carácter altura de carga mostró una alta variabilidad entre los genotipos estudiados en
Cuba, se destacó la variedad Incasoy-15, que fue significativamente superior a las demás
variedades e integró un grupo compuesto por la Incasoy-9, 10, 32 y Cubasoy-23, sin
diferencia significativa con la Incasoy-20. Es de mencionar que la altura de corte constituye
un carácter importante a tener en cuenta cuando se seleccionan variedades para la cosecha
mecanizada, pues valores muy bajos pueden conducir a pérdidas excesivas (Ponce et al.,
2002).
Según Santi et al. (2012), en su trabajo que tuvo como objetivo evaluar producción del
cultivo de soya en Brasil, fue con el material PRGA que se obtuvo un rendimiento 4860 kg
ha-1, con la PRGM de 3180 kg ha-1 y con la PRGB de 1980 kg ha-1, con coeficiente de
variación (CV) de 16,20 por ciento.

IV. PRODUCCION NACIONAL E INTERNACIONAL

La superficie mundial de soya en los años 2012 y 2013 alcanzó a 109.22 millones de
hectáreas, la mayor superficie cultivada fue en Estados Unidos con 30.82 millones de
hectáreas. En cuanto a la producción mundial de soya, en el 2012-2013 fue de 267 millones
de toneladas, el principal productor fue Brasil con el 30.67%, el rendimiento promedio de
soya a nivel mundial en la misma gestión fue de 2450 kg ha-1, el país que tuvo el mayor
rendimiento fue Canadá con 3030 kg ha-1, mientras que el de menor rendimiento fue en la
India con 1060 kg ha-1. A nivel Sudamericano el país con mayor rendimiento fue Brasil
con 2960 kg ha-1 (Llanos, 2014).

Actualmente la soya es la oleaginosa que más se produce en el mundo, en general se ha


reportado 102,993.246 ha, de las cuales el 85% de dicha área es cultivada en América
(INEC, 2009) para una producción de 260,915.871 toneladas, que son utilizadas para
obtener 42 millones de toneladas de aceite y proteína para consumo humano y alimentación
animal (FAO, 2013); sus granos son considerados muy versátiles, ya que pueden ser
consumidos como semillas de soya, brotes de soya, y asimismo pueden ser procesados para
obtener derivados como: leche de soya, tofu, salsa de soya y harina (Sobral y Wagner,
2009). Además, la soya puede ser insumo de productos no comestibles, tales como cera
para velas y biodiesel (INEC, 2009).

En la actualidad, Estados Unidos es el principal productor de soya en el mundo con el 35%


de la producción mundial de soya.

Sin embargo el cultivo de soja en América del sur ha aumentado en los últimos años. Ya
que Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Perú tienen el 50% de la producción mundial.

Según el análisis de crecimiento en la producción de soya en América del Sur, se estima


que en un máximo de seis años, Brasil tendrá la mayor área plantada de soya en el mundo.

Los ocho principales países productores de soja en el mundo son, en su orden, Estados
Unidos, Brasil, Argentina, China, India, Paraguay, Canadá y Bolivia, pero solo los
sudamericanos disponen de tierras para extenderse de manera significativa en sus cultivos.
Los agricultores de soja estadounidenses han eliminado casi por completo el arado de sus
campos. A pesar de que la siembra “directa” era factible en un número limitado de tipos de
suelo agrícola en un número limitado de latitudes de los EE. UU antes de la llegada de los
cultivos procedentes de la biotecnología, el mayor impacto medioambiental de los cultivos
de la biotecnología ha sido la adopción generalizada de la siembra directa. De hecho, la
superficie de siembra directa en los EE. UU ha aumentado un 35 por ciento desde la
introducción de soja tolerante a los herbicidas.

La producción de soja orgánica ocupa actualmente menos del 0,2 por ciento del terreno
destinado al cultivo de soja en los EE. UU. (Martinez, 2012)

En el Perú la soya es cultivada en tres regiones. Entre ellas mencionamos la región


Ayacucho, Huancayo y Amazonas.
En Ayacucho, se cultiva en la selva de San Francisco; en tanto que en Amazonas, se cultiva
es la provincia de Bagua Chica y Bagua Grande.
El Perú solamente produce el 6% de la producción mundial, pero cave recalcar que a
diferencia de otros países del mundo es que la soya peruana no tiene modificación genética,
y se caracteriza por ser de granos relativamente grandes que las importadas.

De acuerdo al portal Agrodata Perú, el país desde dónde más se importó este producto fue
Paraguay, donde se registraron compras por US$ 28.071.674. Le siguen en relevancia
Estados Unidos (US$ 25.993.344), Bolivia (US$ 4.064.412), Canadá (US$ 1.046.618) y
Argentina con US$ 165.519.

Entre las principales empresas importadoras –siempre en el periodo indicado-, se


encuentran Contilatin del Perú, responsable del 38% de importaciones del rubro. A
continuación figuran ADM Andina (24%), San Fernando SA (15%), Corporación Rico
SAC (6%), Bunge Perú SAC (4%), Novo Grain Trading Company SAC (3%), Gloria SA
(2%) y otros de menor cuantía que juntos representan 8%.

El precio promedio de la soya en el mercado internacional es de US$ 0.407 el kilo. (Koo,


2019)

V. CULTIVO DE SOYA
El nombre de género Glycine fue introducido originalmente por Linnaeus (1737). La
palabra glycine deriva del griego - glykys (dulce) y se refiere, probablemente al dulzor de
los tubérculos comestibles con forma de pera. La soja/soya cultivada primero apareció en
Species Plantarum, bajo el nombre de Phaseolus max L. La combinación, Glycine max (L.),
fue propuesta por Merrill en 1917, ha llegado a ser el nombre válido para esta planta (Legaz
et al, 1995).
En el siglo XVII la soya llega a India, Ceilán (hoy Sri Lanka) y Malasia (zona continental
de la actual Malasia). Alrededor de 1740 se incorpora a la colección del Jardín Botánico de
París, mientras que en Estados Unidos no aparece hasta 1804. En Sudamérica se implanta
entre finales de siglo XIX y principios del XX. (Guamán, R. 2006).
La soya para los emperadores chinos era una de las cinco semillas sagradas, junto con el
arroz, el trigo, la cebada y el mijo. Reconocían en la soya no sólo sus propiedades
nutritivas, sino también sus propiedades para prevenir enfermedades. A principios del siglo
XIX se empezó a cultivar en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa y en Norteamérica,
la soya no se empleó en la alimentación humana. La primera cosecha comercial de soya se
plantó en 1929 para suministrar semillas para hacer salsa de soya. Desde esos inicios
tempranos e insignificantes, la importancia de la soya ha sido bastante espectacular.
(Peñaloza, P. 2005).
La soja es nativa del norte y centro de China, aproximadamente en el siglo XI AC. En
América fue introducida por Estados Unidos en 1765, sin embargo su gran expansión se
inició en 1840. En Brasil fue introducida en 1882, pero su difusión se produjo a principios
del siglo XX. (Gutiérrez, V. 1984).

ASPECTOS TAXONOMÍCOS
El cultivo de soya pertenece al Reino Plantae, a la división Magnoliophyta, a la Clase
Magnoliopsida, asimismo a la Subclase Rosidae, a la orden Fabales, a la Familia Fabácea,
Subfamilia Faboideae, al Género Glycine Especie Max y el Merr, Nombre científico:
Glycine max (L.) Merr, (Saumell, H.2005).

Planta
La soya al igual que las habas, se forman dentro de las vainas o legumbres, que es el fruto
típico de esta familia de plantas. Se trata de una planta anual que se cultiva durante la
estación cálida. La semilla de soya se recolecta cuando la vaina amarillea. (Pérez, M.
2008).
El factor principal en su desarrollo en los países orientales fue la escasez de proteínas de
alta calidad para la alimentación. Para sus pobladores, la soya ha sido siempre un vegetal
sagrado, literalmente un regalo de los dioses, que, al igual que los mexicanos con el maíz,
aprendieron a preparar de muchas formas distintas, (Pérez, M. 2008).

Raíz
Cuando comienza la germinación, lo que se desarrolla en primer lugar es la raíz del
embrión (radícula), que va a ser la encargada de absorber el agua y los nutrientes y asegurar
la fijación de la planta al suelo. La raíz central de la soya no profundiza excesivamente,
entre cinco y seis semanas desde la emergencia de la plántula. Las raíces empiezan a crecer
cuando las condiciones de la humedad y temperaturas del suelo son adecuadas. Al final del
ciclo de cultivo pueden haber alcanzado incluso un metro y medio de profundidad, aunque
el mayor volumen radicular se concentra en los primeros 30 cm.
Tallo
El tallo de la planta de soya es rígido y erecto, cuya altura puede variar entre 0,4 a 1,5 m,
dependiendo de la variedad y las condiciones de cultivo. Suele ser ramificado, tiene
tendencia a acamarse, aunque existen variedades resistentes al vuelco. (Nato, V. 2011).
Hojas
Son alternas, compuestas, excepto las basales, que son simples. Son trifoliadas, con los
foliolos oval-lanceolados. Color verde característico que se torna amarillo en la madurez,
quedando las plantas sin hojas, (Nato, V. 2011).

Flores
Las flores son autógamas, lo que significa que la fecundación se produce en el interior de
las mismas. Ello permite preservar todas las características de las plantas originales aunque
la propagación se realice por medio de semillas. Las flores (y por tanto, las legumbres) se
ubican en el punto de unión de las hojas con el tallo principal o con las ramas laterales
(axila de la hoja), y se agrupan formando un racimo. Se encuentran en inflorescencias
racimosas axilares en número variable. Son amariposadas y de color blanquecino o púrpura,
según la variedad, (Euroagro. 2011).

Fruto
Es una vaina dehiscente por ambas suturas. La longitud de la vaina es de 2 a 7 cm. Cada
fruto contiene de 3 a 4 semillas. A partir de las flores fecundadas se originan las típicas
vainas de las leguminosas, que en la soya pueden tener hasta cuatro granos cada una. La
coloración de estas vainas y la presencia o ausencia de pilosidad son características
relevantes para identificar los distintos cultivares de soya, (Trandb Dong, E. 1992).

Semilla
La semilla de Soya se compone de dos partes: el tegumento o capa protectora y el embrión,
donde se encuentran los órganos básicos de formación de la planta adulta, y los cotiledones
u hojas embrionarias con tejidos de reserva, que contienen fundamentalmente aceite y
proteínas. En el centro de la superficie de la simiente se localiza el hilo, zona de forma
elíptica que constituye una característica importante para diferenciar los cultivares
(Durango, W. et, al. 2008).
La semilla generalmente es esférica, del tamaño de un guisante y de color amarillo.
Algunas variedades presentan una mancha negra que corresponde al hilo de la semilla. Su
tamaño es mediano (100 semillas pesan de 5 a 40 gramos, aunque en las variedades
comerciales oscila de 10 a 20 gramos). La semilla es rica en proteínas y en aceites. En
algunas variedades mejoradas presenta alrededor del 40-42% de proteína y del 20-22% en
aceite, respecto a su peso seco. En la proteína de soya hay un buen balance de aminoácidos
esenciales, destacando lisina y leucina, (Haro, S. y Pacheco, J. 2013).

VI. BIBLIOGRAFIA

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