Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
I. OBJETIVOS
Los componentes principales de las semillas de soya son la proteína y el aceite. La mayor
parte de los cultivares mejorados contienen de 40 a 42% de proteína no contiene colesterol,
15% de carbohidratos, 15% de fibra, 14% de humedad y 20 a 22% de aceite, considerando
el peso seco de la semilla. La proteína de soya se caracteriza por un equilibrio entre los
aminoácidos, con bajas concentraciones de los aminoácidos azufrados, metionina, cistina y
elevadas concentraciones de lisina y triptófano. Los cereales presentan una situación
inversa, y por lo tanto, mediante la combinación de la soya con los cereales es posible
obtener un alimento de buena calidad proteínica. De la soya se preparan diversos tipos de
comida, incluyendo bebidas, pastas, requesones y condimentos fermentados, algunos
parecidos a la leche, el queso y la carne (FAO, 1995; Ciat y Anapo, 1992).
El frijol de soya es una leguminosa, que por su elevado contenido de aceite, es considerada
una oleaginosa.
La soya, además de prevenir varias enfermedades, puede ser un agente protector de las
mismas.
La superficie mundial de soya en los años 2012 y 2013 alcanzó a 109.22 millones de
hectáreas, la mayor superficie cultivada fue en Estados Unidos con 30.82 millones de
hectáreas. En cuanto a la producción mundial de soya, en el 2012-2013 fue de 267 millones
de toneladas, el principal productor fue Brasil con el 30.67%, el rendimiento promedio de
soya a nivel mundial en la misma gestión fue de 2450 kg ha-1, el país que tuvo el mayor
rendimiento fue Canadá con 3030 kg ha-1, mientras que el de menor rendimiento fue en la
India con 1060 kg ha-1. A nivel Sudamericano el país con mayor rendimiento fue Brasil
con 2960 kg ha-1 (Llanos, 2014).
Sin embargo el cultivo de soja en América del sur ha aumentado en los últimos años. Ya
que Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Perú tienen el 50% de la producción mundial.
Los ocho principales países productores de soja en el mundo son, en su orden, Estados
Unidos, Brasil, Argentina, China, India, Paraguay, Canadá y Bolivia, pero solo los
sudamericanos disponen de tierras para extenderse de manera significativa en sus cultivos.
Los agricultores de soja estadounidenses han eliminado casi por completo el arado de sus
campos. A pesar de que la siembra “directa” era factible en un número limitado de tipos de
suelo agrícola en un número limitado de latitudes de los EE. UU antes de la llegada de los
cultivos procedentes de la biotecnología, el mayor impacto medioambiental de los cultivos
de la biotecnología ha sido la adopción generalizada de la siembra directa. De hecho, la
superficie de siembra directa en los EE. UU ha aumentado un 35 por ciento desde la
introducción de soja tolerante a los herbicidas.
La producción de soja orgánica ocupa actualmente menos del 0,2 por ciento del terreno
destinado al cultivo de soja en los EE. UU. (Martinez, 2012)
De acuerdo al portal Agrodata Perú, el país desde dónde más se importó este producto fue
Paraguay, donde se registraron compras por US$ 28.071.674. Le siguen en relevancia
Estados Unidos (US$ 25.993.344), Bolivia (US$ 4.064.412), Canadá (US$ 1.046.618) y
Argentina con US$ 165.519.
V. CULTIVO DE SOYA
El nombre de género Glycine fue introducido originalmente por Linnaeus (1737). La
palabra glycine deriva del griego - glykys (dulce) y se refiere, probablemente al dulzor de
los tubérculos comestibles con forma de pera. La soja/soya cultivada primero apareció en
Species Plantarum, bajo el nombre de Phaseolus max L. La combinación, Glycine max (L.),
fue propuesta por Merrill en 1917, ha llegado a ser el nombre válido para esta planta (Legaz
et al, 1995).
En el siglo XVII la soya llega a India, Ceilán (hoy Sri Lanka) y Malasia (zona continental
de la actual Malasia). Alrededor de 1740 se incorpora a la colección del Jardín Botánico de
París, mientras que en Estados Unidos no aparece hasta 1804. En Sudamérica se implanta
entre finales de siglo XIX y principios del XX. (Guamán, R. 2006).
La soya para los emperadores chinos era una de las cinco semillas sagradas, junto con el
arroz, el trigo, la cebada y el mijo. Reconocían en la soya no sólo sus propiedades
nutritivas, sino también sus propiedades para prevenir enfermedades. A principios del siglo
XIX se empezó a cultivar en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa y en Norteamérica,
la soya no se empleó en la alimentación humana. La primera cosecha comercial de soya se
plantó en 1929 para suministrar semillas para hacer salsa de soya. Desde esos inicios
tempranos e insignificantes, la importancia de la soya ha sido bastante espectacular.
(Peñaloza, P. 2005).
La soja es nativa del norte y centro de China, aproximadamente en el siglo XI AC. En
América fue introducida por Estados Unidos en 1765, sin embargo su gran expansión se
inició en 1840. En Brasil fue introducida en 1882, pero su difusión se produjo a principios
del siglo XX. (Gutiérrez, V. 1984).
ASPECTOS TAXONOMÍCOS
El cultivo de soya pertenece al Reino Plantae, a la división Magnoliophyta, a la Clase
Magnoliopsida, asimismo a la Subclase Rosidae, a la orden Fabales, a la Familia Fabácea,
Subfamilia Faboideae, al Género Glycine Especie Max y el Merr, Nombre científico:
Glycine max (L.) Merr, (Saumell, H.2005).
Planta
La soya al igual que las habas, se forman dentro de las vainas o legumbres, que es el fruto
típico de esta familia de plantas. Se trata de una planta anual que se cultiva durante la
estación cálida. La semilla de soya se recolecta cuando la vaina amarillea. (Pérez, M.
2008).
El factor principal en su desarrollo en los países orientales fue la escasez de proteínas de
alta calidad para la alimentación. Para sus pobladores, la soya ha sido siempre un vegetal
sagrado, literalmente un regalo de los dioses, que, al igual que los mexicanos con el maíz,
aprendieron a preparar de muchas formas distintas, (Pérez, M. 2008).
Raíz
Cuando comienza la germinación, lo que se desarrolla en primer lugar es la raíz del
embrión (radícula), que va a ser la encargada de absorber el agua y los nutrientes y asegurar
la fijación de la planta al suelo. La raíz central de la soya no profundiza excesivamente,
entre cinco y seis semanas desde la emergencia de la plántula. Las raíces empiezan a crecer
cuando las condiciones de la humedad y temperaturas del suelo son adecuadas. Al final del
ciclo de cultivo pueden haber alcanzado incluso un metro y medio de profundidad, aunque
el mayor volumen radicular se concentra en los primeros 30 cm.
Tallo
El tallo de la planta de soya es rígido y erecto, cuya altura puede variar entre 0,4 a 1,5 m,
dependiendo de la variedad y las condiciones de cultivo. Suele ser ramificado, tiene
tendencia a acamarse, aunque existen variedades resistentes al vuelco. (Nato, V. 2011).
Hojas
Son alternas, compuestas, excepto las basales, que son simples. Son trifoliadas, con los
foliolos oval-lanceolados. Color verde característico que se torna amarillo en la madurez,
quedando las plantas sin hojas, (Nato, V. 2011).
Flores
Las flores son autógamas, lo que significa que la fecundación se produce en el interior de
las mismas. Ello permite preservar todas las características de las plantas originales aunque
la propagación se realice por medio de semillas. Las flores (y por tanto, las legumbres) se
ubican en el punto de unión de las hojas con el tallo principal o con las ramas laterales
(axila de la hoja), y se agrupan formando un racimo. Se encuentran en inflorescencias
racimosas axilares en número variable. Son amariposadas y de color blanquecino o púrpura,
según la variedad, (Euroagro. 2011).
Fruto
Es una vaina dehiscente por ambas suturas. La longitud de la vaina es de 2 a 7 cm. Cada
fruto contiene de 3 a 4 semillas. A partir de las flores fecundadas se originan las típicas
vainas de las leguminosas, que en la soya pueden tener hasta cuatro granos cada una. La
coloración de estas vainas y la presencia o ausencia de pilosidad son características
relevantes para identificar los distintos cultivares de soya, (Trandb Dong, E. 1992).
Semilla
La semilla de Soya se compone de dos partes: el tegumento o capa protectora y el embrión,
donde se encuentran los órganos básicos de formación de la planta adulta, y los cotiledones
u hojas embrionarias con tejidos de reserva, que contienen fundamentalmente aceite y
proteínas. En el centro de la superficie de la simiente se localiza el hilo, zona de forma
elíptica que constituye una característica importante para diferenciar los cultivares
(Durango, W. et, al. 2008).
La semilla generalmente es esférica, del tamaño de un guisante y de color amarillo.
Algunas variedades presentan una mancha negra que corresponde al hilo de la semilla. Su
tamaño es mediano (100 semillas pesan de 5 a 40 gramos, aunque en las variedades
comerciales oscila de 10 a 20 gramos). La semilla es rica en proteínas y en aceites. En
algunas variedades mejoradas presenta alrededor del 40-42% de proteína y del 20-22% en
aceite, respecto a su peso seco. En la proteína de soya hay un buen balance de aminoácidos
esenciales, destacando lisina y leucina, (Haro, S. y Pacheco, J. 2013).
VI. BIBLIOGRAFIA
Haro, S. y Pacheco, J. 2013. Respuesta agronómica del cultivo de soya (Glycine max L.) a
la aplicación de cinco bioestimulantes foliares, en el sitio ventanilla, cantón ventanas
provincia los ríos. Universidad Estatal de Bolívar Facultad de Ciencias Agropecuarias
Recursos Naturales y del Ambiente Escuela de Ingeniería Agronómica. Caracas –
Venezuela.
Koo, W. 2019. Soya grano Perú importación 2019 marzo - Agrodataperu. Retrieved from
https://www.agrodataperu.com/2019/04/soya-grano-peru-importacion-2019-marzo.html
Maldonado, NM; Ascencio, GL. 2012. Tamesí, nueva variedad de soya para el trópico
húmedo de México (en línea). Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas 3(8):1671-1677.
Consultado 20 de nov. 2015. Disponible en
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=263124770017.
Santi, AL; Amado, TJC; Cherubin, MR; Martin, TN; Pires, JL; Flora, LP Della; Basso, CJ.
2012. Análise de componentes principais de atributos químicos e físicos do solo limitantes
à produtividade de grãos. Pesquisa Agropecuaria Brasileira 47(9):1346-1357. DOI:
https://doi.org/10.1590/S0100-204X2012000900020.
Saumell, E. 2005. Soja, información técnica para su mejor conocimiento y cultivo. Editorial
Hemisferio sur S.A. Segunda Edición. Buenos Aires – Argentina. Pag. 14 – 51.
Trandb Dong, E. 1992. Cultivo de soya, información técnica sobre bioestimulantes. Madrid
– España. Pág. 35.