Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
¿Qué pasa en Naciones Unidas y por qué nos afecta? Pregunta no fácil de
contestar, sin embargo, daré un ejemplo, el más reciente.
En los primeros párrafos del reporte, el Sr. Munoz expone sus ideas acerca de
que la religión constituye un obstáculo para la satisfacción sexual. Afirma que
la religión promueve el patriarcado y este busca controlar la sexualidad, es “un
sistema del orden social que impone la supremacía del hombre sobre la
mujer…determina roles estrictos para hombres y mujeres y aún divide los
sexos contra ellos mismos” (Párr. 7). El reporte añade que “la gente joven que
cree en la completa igualdad de género, tiene mejor vida sexual” (Párr. 21).
Uno de los aspectos más inquietantes de este reporte son los esfuerzos del
relator para disminuir la participación de los padres en la educación sexual de
sus hijos, así en este aspecto, los padres no tienen nada qué ver, según el
reporte. Alude a la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC, por sus siglas
en inglés) y abiertamente afirma que una barrera para la educación sexual es
“permitir a los padres que se eximan de esa educación” (Párr. 27) y que la
educación sexual debe ser una parte obligatoria de la educación primaria.
Tal parece que el relator cree que aún a los estudiantes de educación
elemental debe enseñárseles acerca de su “derecho al placer sexual”. El
matrimonio sólo se menciona en una ocasión en un contexto negativo (Párr.
69). Extrañamente se refiere de manera continua al necesario papel del
gobierno para proveer de “mejor vida sexual” para gente joven y al “objetivo
de educación para la sexualidad”, es decir, no eduquemos a nuestros hijos, el
gobierno les enseñará todo lo que ellos necesitan saber sobre sexualidad,
¿será esto posible? No sólo eso, sino que no pierde la oportunidad de
promover la “diversidad sexual” a través de los Principios Yogyakarta,
documento subversivo que busca redefinir el género y promover
reconocimiento legal y social, protección y promoción de todos los tipos de
orientación sexual, mediante la de-construcción de los roles masculino y
femenino y el apoyo a la ‘normalización’ de un amplio rango de
comportamientos sexuales.
Lo que la Santa Sede declaró acerca de este reporte, fue enfocado desde el
punto de vista de los derechos anteriores de la familia y de los derechos y
responsabilidades de los padres a la educación de sus hijos de acuerdo al
mejor interés de los niños. “Un hombre y una mujer unidos en matrimonio
junto a sus hijos forman una familia que constituye la unidad grupal natural y
fundamental de la sociedad (Declaración Universal de Derechos Humanos, 16-
3).