Vous êtes sur la page 1sur 3

Sexualizando a los niños

Norma Mendoza Alexandry

¿Qué pasa en Naciones Unidas y por qué nos afecta? Pregunta no fácil de
contestar, sin embargo, daré un ejemplo, el más reciente.

El 25 de octubre, la Asamblea General de Naciones Unidas recibió un reporte


radical de uno de sus “expertos”, el señor Vernon Munoz, quien proclama que
existe un derecho humano internacional a una nueva, elucubrada, inaudita y
confusa frase denominada “educación comprensiva de la sexualidad”
(comprehensive sexual education). El reporte, “El Relator Especial Acerca del
Derecho a la Educación” (The Special Rapporteur on the Right to Education)
subraya principalmente cómo los niños tienen un supuesto derecho a la
educación sexual “sin interferencia de los padres, de la religión y de ideas
patriarcales anticuadas que fueron ideadas para reprimir la sexualidad”. En
otras palabras, de acuerdo a este reporte, a los niños de 5 años o aún de pre-
escolar debe enseñárseles acerca de su ‘derecho’ al placer sexual.

El reporte aduce que al introducir la educación acerca de este supuesto


derecho humano a “experiencias sexuales placenteras” requerirá que la
homosexualidad y diversas identidades de género deben ser difundidas en las
escuelas y enseñadas como algo normal.

En los primeros párrafos del reporte, el Sr. Munoz expone sus ideas acerca de
que la religión constituye un obstáculo para la satisfacción sexual. Afirma que
la religión promueve el patriarcado y este busca controlar la sexualidad, es “un
sistema del orden social que impone la supremacía del hombre sobre la
mujer…determina roles estrictos para hombres y mujeres y aún divide los
sexos contra ellos mismos” (Párr. 7). El reporte añade que “la gente joven que
cree en la completa igualdad de género, tiene mejor vida sexual” (Párr. 21).

Este reporte ataca directamente las enseñanzas religiosas y culturales que


enfatizan la abstinencia y considera los intentos de los padres de proteger a
sus hijos de la inapropiada educación sexual como una “barrera” para los
niños, quienes tienen “derecho” a la educación comprensiva de la sexualidad.
Además advierte que en algunos casos “la educación sexual ha sido obstruida
en nombre de ideas religiosas” y descabelladamente afirma que “la educación
comprensiva de la sexualidad actúa como fiador de un entorno plural y
democrático”.

Uno de los aspectos más inquietantes de este reporte son los esfuerzos del
relator para disminuir la participación de los padres en la educación sexual de
sus hijos, así en este aspecto, los padres no tienen nada qué ver, según el
reporte. Alude a la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC, por sus siglas
en inglés) y abiertamente afirma que una barrera para la educación sexual es
“permitir a los padres que se eximan de esa educación” (Párr. 27) y que la
educación sexual debe ser una parte obligatoria de la educación primaria.

Tal parece que el relator cree que aún a los estudiantes de educación
elemental debe enseñárseles acerca de su “derecho al placer sexual”. El
matrimonio sólo se menciona en una ocasión en un contexto negativo (Párr.
69). Extrañamente se refiere de manera continua al necesario papel del
gobierno para proveer de “mejor vida sexual” para gente joven y al “objetivo
de educación para la sexualidad”, es decir, no eduquemos a nuestros hijos, el
gobierno les enseñará todo lo que ellos necesitan saber sobre sexualidad,
¿será esto posible? No sólo eso, sino que no pierde la oportunidad de
promover la “diversidad sexual” a través de los Principios Yogyakarta,
documento subversivo que busca redefinir el género y promover
reconocimiento legal y social, protección y promoción de todos los tipos de
orientación sexual, mediante la de-construcción de los roles masculino y
femenino y el apoyo a la ‘normalización’ de un amplio rango de
comportamientos sexuales.

Los países que apoyaron este reporte imponiendo su concepto de “derechos


sexuales” al mundo, incluyeron a la Unión Europea (27 países), Canadá,
Suecia, Noruega, Suiza, Liechtenstein, Argentina y Portugal. Pero también
muchos Estados miembros de N.U. lo rechazaron: la Federación Rusa, la Santa
Sede, los Grupos Árabe y Africano, la Organización de Países Islámicos (OIC),
CARICOM (Coalición de Estados Miembros Caribeños) y E.U.A. quien expresó su
apoyo al derecho a la educación, pero añadió que no existe un derecho
internacional a la educación comprensiva de la sexualidad.

Lo que la Santa Sede declaró acerca de este reporte, fue enfocado desde el
punto de vista de los derechos anteriores de la familia y de los derechos y
responsabilidades de los padres a la educación de sus hijos de acuerdo al
mejor interés de los niños. “Un hombre y una mujer unidos en matrimonio
junto a sus hijos forman una familia que constituye la unidad grupal natural y
fundamental de la sociedad (Declaración Universal de Derechos Humanos, 16-
3).

Esta institución es previa a cualquier reconocimiento por la autoridad pública,


que tiene la obligación de reconocerla. En la familia el niño aprende valores
morales, comienza a honrar a Dios y a hacer buen uso de su libertad. La vida
familiar es el inicio de la vida en sociedad”.

Menciona además que otros instrumentos internacionales han afirmado


consistentemente el derecho y responsabilidad de los padres a la educación de
sus hijos: CRC (Art. 18,1); Convención Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos y el Convenio sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales que
llaman al respeto de la libertad de los padres “para asegurar la educación
religiosa y moral de sus hijos en conformidad con sus propias convicciones”
(ICCR, Art 184 y ICESCR, Art. 13,3).

CARICOM entregó una declaración criticando fuertemente el reporte: “De


acuerdo al entendimiento de CARICOM, un derecho a la educación sexual, un
derecho a la educación comprensiva de la sexualidad o un derecho a la
educación de la sexualidad, no existen en ningún instrumento acordado
internacional de derechos humanos… Por tanto nosotros deseamos interponer
y asentar nuestra fuerte desaprobación de este intento por el Relator Especial
para crear un nuevo derecho dentro del derecho a la educación universalmente
establecido, habiéndose excedido en su mandato y al mandato del Consejo
mismo en el proceso…Nosotros lo tomamos como una ofensa del Relator
Especial, al haberse permitido introducir sus intereses personales a expensas
de los Estados Miembros”.

Sin embargo no todo ha terminado. Un delegado de N.U. advirtió que todavía


se necesita permanecer en alerta, ya que las naciones que apoyaron el reporte
sexual radical, aún tratarán de que este reporte sea endosado, al deslizarlo en
alguna resolución de N.U. e intentar legitimarlo.

Lo importante es que la oposición que se desató a este reporte del Relator


Especial de N.U. a través de Internet, de la Santa Sede y de coalición de países
dejó claro un mensaje importante: ¡No existe un derecho internacionalmente
reconocido a la educación comprensiva de la sexualidad!

Vous aimerez peut-être aussi