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reflejo prensil discriminatorio 39 que demuestra que posee los elementos innatos
significativos para distinguir, de modo sensorio-motor, entre el objeto parcial
vivo y la materia inanimada. Esta capacidad original para discriminar lo ani-
mado de lo inanimado fue denominada Urunterscheidung: protodiakrisis, por
von Monakow 39.
La fase presimbiótica, normalmente autista, de la unidad madre-niño
cede paso a la fase simbiótica propiamente dicha (aproximadamente a partir
de los tres meses de vida). Durante los períodos de vigilia en que siente hambre,
el bebé de tres o cuatro meses parece percibir, al menos temporariamente y
como una suerte de guestalt, esa pequeña 'Parte de la realidad externa repre-
sentada por el pecho, el rostro y las manos de la madre, la guestalt de sus
cuidados como tales. Esto tiene lugar en la matriz de las secuencias gratifica-
ción-frustración orales en la situación normal de la lactancia. Esta etapa de
borrosa percepción del "objeto que satisface necesidades", señala el comienzo
de la fase de simbiosis en la que el niño se comporta y funciona como si él y
la madre constituyeran un sistema omnipotente (una unidad dual) dentro de
límites comunes (una membrana simbléticc, por así decirlo). A esta fase .slm-
biótica le sigue la llamada fase de separación-individuación propiamente dicha.
Al mismo tiempo, va teniendo lugar la maduración y la consolidación de fun-
ciones yoicas autónomas tales como la locomoción y el comienzo del lenguaje 82.
Dos condiciones son imprescindibles para la estructuración del Yo y la
neutralización de los impulsos que permiten alcanzar la individuación, esto es,
un sentido de entidad e identidad individuales: 1) los estímulos enteroceptivos-
propioceptivos no deben ser tan persistentes y tan intensos como para impedir
la formación de la 'estructura; 2) en ausencia de un "organizador interno"
en el bebé humano (Spitz), la pareja simbiótica debe estar en condiciones
de servir como paragolpes frente a los estímulos internos y externos, organi-
zándolos gradualmente .pcro el niño y orientando a este último hada mundo
interno versus mundo externo, esto es, hacia la formación de límites y la
percepción sensorial. Freud afirmó 8: "Cobe decir que las percepciones tienen
para el Yo la misma significación que los instintos para el Ello". Hartmann
señaló que la formación de estructuras y la n'eutralización de los impulsos
202 configuran un proceso circular: la estructura se forma cuando el. niño se vuelca
Autismo y simbiosis: dos trastornos extremos de la identidad
El sentido de la autoidentidad
El sentido de la identidad individual se da a través de nuestras sensa-
ciones corporales. Su núcleo es la imagen corporal, que consiste en una carga
predominantemente llbldlnel y bastante estabilizada del cuerpo en sus partes
centrales y periféricas 11. "El cuerpo del niño es interno y externo al mismo
tiempo. En virtud de esta característica, se destaca para él del resto del mundo
y le permite así elaborar la distinción entre Self y no Self" 12, 14. Los estímulos
internos propioceptivos, así como las percepciones de contacto, la sensibilidad
profunda a la presión y el intercambio térmico, además de las experiencias
kinestésicas (equilibrio) en la lactancia hacen una contribución mucho más
importante e inmediata al núcleo de nuestro sentido de la identidad, a nuestra
imagen .ccrpcrol, que las posteriores imágenes visuales y auditivas vinculadas
con la percepción a distancia. Estas últimas hacen su principal contribución al
reconocimiento y la distinción del mundo objetal. la integración de nuestras
sensaciones corporales y de las fantasías inconscientes acerca del Self corporal,
sobre todo sus contenidos, con los datos visuales, auditivos y kinestésicos al
respecto, constituye una adquisición relativamente tardía del Yo; coincide con
el primer nivel de integración del sentido de la identidad, que depende de la 205
Margaret S. Mahler
el retiro 'de la- carga libidinal) de modo que tiene lugar una enajenación en
términos de deanimaci6n y dediferenciación. Con el retiro de cargas del mun-
do de los objetos vivos, el propio cuerpo del niño, alcanzan predominio las
sensaciones corporales que derivan directamente de los procesos instintivos
que no gobierna el Yo. Tales sentimientos usurpan el lugar del mundo objetal
lino YO". El cuerpo y las sensaciones que aquél transmite constituyen los únicos
objetos restantes del Yo. El segundo aspecto es la enajenación con respecto al
propio cuerpo, la fragmentación de la imagen corporal, cuyas partes están
cargadas con energía burdamente agresivizada. Este segundo aspecto del
derrumbe simbiótico psicótico es la contraparte de la delibidinizac.ión del mundo
objetal, y se manifiesta como la elaboración psicótica del conflicto bisexual
que, en el caso de George, coincidió con el nacimiento de la hermana (y con
su fase fálica). El segundo nivel de integración del sentido de identidad es la
resolución de la identificación bisexual. La maduraci6n psicosexual también
está predeterminada y, por lo tanto, tiene lugar aun cuando no se esteblezeen
la relación objetal y la prueba de realidad. Parecerla que la fase fálica trae
consigo un hecho de suma -importancia en la maduración, a saber, la con-
centración masiva de libido en las partes sexuales de la imagen corporal. Tal
proceso se produce cualesquiera sean las influencias ambientales. En los casos
normales, provoca inevitablemente cambios importantes de carga en términos
de las representaciones de la imagen corporal que emergen por vio de las
fases libidinales pregenitales, e identificaciones bisexuales tendientes al firme
establecimiento de la identidad sexual. Esta segunda fase de integración de
la imagen corporal y el sentimiento de identidad parece depender de una
serie de factores importantes: 1) la integración eficaz de las fases pregenitales
del desarrollo; 2) la identificación exitosa con la figura parental del mismo
sexo, para la cual la actitud emocional frente a la identidad sexual del niño
es de suma importancia, y 3) la capacidad del Yo para integrar los rec:uerdos,
las ideas y los sentimientos concernientes al Self en una organización firme-
mente cargada y jerárquicamente estratificada de representaciones del Self.
La disociación de los constituyentes del sentimiento de identidad está
precedida por la pérdida de la facultad humana innata para discriminar lo 209
Margaret S. Mahler
Cabe suponer que tampoco los límites de su Self estaban cargados con energía
neutralizada y que su imagen corporal no se diferenciaba más allá de con-
fusas ·representaciones bisexuales del Self y de objeto. George parecía haber
intentado desesperadamente utilizar recursos de contrtJcargas 'para impedir. la
fragmentación de su frágil Yo. Trataba de contrarrestar la inminente pérdida
del mundo Iibidinal de objetos reconquisténdolc en un sentido concreto me-
diante las facultades para la percepción por contacto de su Yo. Compulsiva y
febrilmente trataba de tocar todo lo que lo rodeaba; evidentemente, lo que
quería era distinguir por comparación los barriles de cerveza y el cuerpo de
su madre embarazada. Cuando nació su hermana, George comparaba, siem-
pre por medios táctiles, símbolos concretos de la anatomía femenina y mas-
culina y, al mismo tiempo, trataba quizá de distinguir las formas semianima-
das e inanimadas y los fenómenos de las experiencias orales y anales.
El . problema bisexual intensificó notablemente la lucha de este niño
por recuperar su unidad simbiótica con la "madre perdida". El temor a la
castración y la envidia frente a la relación Cntima de la hermana y la madre
parecían impulsar a George a intensas alucinaciones corporales, caracteriza-
das 'por contenidos psicóticamente destructivos.
La alucinación más notable de George durante la hospitalización con-
sistió en ver que el fuego destruía a su hermana. Al principio, el niño solfa
verbalizar durante 'estas alucinaciones, lo cual nos permitió comprender su
agitación cuando tenía esas visiones.
Parecía que sus intentos alucinatorios y delirantes de restitución consls-
tían en tendencias incorporativas y destructivas con respecto a su hermana
ya su, madre. En .sus periodos más lúcidos solía decir: "Tengo miedo de· matar
a mi madre. Pienso que quiero matarla. Sí, pienso en matarla, yesos .penso-
mientes me-ponen muy mal. Eso me da una sensación fea en la cabeza. Me
siento muy mal cuando estoy en casa. Doctor, usted tiene que sccérmelo",
La defusión de los instintos parece traer como resultado una agresiviza-
clén despareja' de las imágenes corporales parciales, y una confusión de las
representaciones de objeto con losintroyectos. Los fragmentos de las imáge-
nes del Self son secundcrlcmente recargados, aunque con energía groseramen- 211
Margaret S. Mahler
eso es lo que tengo aquí dentro": Durante el resto del día, George permaneció
sentado solo en un rincón, con una especie de euforia hilarante, comunicán-
dose con el objeto amoroso introyectado 28, 24.
Esta conducta y el afecto resultante nos permitió comprender que George
introyectaba el objeto amado y lograba así restaurar su unidad simbi6tica
previa con la madre.
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por publicarse, Am. J. Psa. 213
Margaret S. Mahler
Resumen
Summary'
Les investigations portées sur la schizophrénie ehez les enfants nous permettent
de signaler:
1) Un défaut fondamental congénital out tres prématurément acquis du Mol
a) dont une des manifestations chez les enfants autistiques est I'incapacité pour dlserl-
mlner pereeptuellement entre ce qui est inanimé, et, surteut, de la mere cornme un
etre vivant, b) tandis que chez I'enfant psychotique symbiotique la manifestation la
plus importante de ce défaut fondamental est I'insuffisance d'obstac:les face aux 215
Margaret S. Mahler
,
I
stimulants (qul .empéche que la mer·eagisse comme efficiente d+fense contre la sursti-
mulcflon des I'extérieur).
2) -Cemme conséquence de ces déficiences, la mere n'e~t pas tout a fait ep-
per~ue (eornme dans I'autisme) ou bien elle demeure non différenciée par rapport au
self (syndrome symbiotique). Or, toutes les relations evee le monde objétal, ave e le
propre corps et avec les concepts rapportés au self sont altérés.
3) A coté de la déficience fondamentale, on pose des problemes additionnels
dOs a ce que la maturation avance tandis que le développement se retarde.
4) Une des apparitions plus décissives au cours de la mcturetlon a Iieu a la
phase phalique. La concentration de I'énergie psychique dans Irs organes sexuels (et
dans le propre corps de l'enfcnr) mene a un majeur cppcuvrissement de. la catexie
objétal·e, déja précaire. Cette phese se ressemble en plusieurs cispeds au cadre de la
prépsychose ou de la pseudopsychose dans la puberté (dans laquelle un trouble sérleux
subjectivement eppercu du sens de I'identité devient si remarquable.), de laquelle iI
semble étre un précurseur.
5) Afin de survivre, I'enfanf doit développe.r plusieurs ~ressources restltutives,
que j'ai essayé d'iIIustrer au moyen d'un caso
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