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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO
“SANTIAGO MARIÑO”
EXTENSIÓN MARACAY

ENSAYO

(Maracay, Junio 2019)


INTRODUCCION

La ética como punto de investigación nace a partir de la inquietud de explicar lo


bueno y lo malo de las acciones del ser humano. De aquí nacen las diferentes
escuelas éticas, y con el transcurso de los años se va reformando todo lo relacionado
a la ética. Resulta inadecuado en una sociedad basada en normas positivas, el ideal
del ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen
condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos. Se habla de
moral, cuando las decisiones de la vida en sociedad son sustentadas y realizadas por
la conciencia del hombre, como facultad específica que emite juicios sobre lo que es
bueno o malo, recto o desordenado, conveniente o inconveniente.
La ética, entonces, supone una conducta y toda conducta tiene normas o criterios
a los que tiene que ajustarse. Estos criterios son establecidos por la conciencia moral
del individuo. Es allí donde se fijan las relaciones de conveniencia o disconformidad
con los principios y los hechos. La ética determina, por medio de enunciados
normativos, qué debe hacerse en la vida en sociedad, a qué se está obligado o, en
general, qué debe ser. Esta determinación se realiza por dos vías: mediante la
formulación de principios generales y particulares, o mediante la elección de un
procedimiento ecuánime y generalmente aceptado, capaz de permitir una decisión
sobre cada acción éticamente relevante. Cabe una distinción entre los enunciados
de la ética: deontológico y axiológico. Los primeros se refieren al deber (por tanto se
aplican a una acción o a un agente en tanto que obligatoria u obligado). Los
segundos se refieren al valor (se aplican a objetos o estados de cosas en tanto que
objetivamente valiosos o simplemente valioso para alguien).
Reglas Éticas Generales y Particulares.
No cabe duda que, entre unas profesiones y otras, existen rasgos diferenciales
que exigen la adecuación, a cada actividad concreta, de los principios generales
básicos de tales reglas éticas, como son el no causar daños o el abstenerse de
conductas lesivas para los intereses generales o particulares. Por esta razón se hace
necesario establecer códigos deontológicos que contengan, junto a las normas
éticas de carácter general, otras específicas de la profesión de que se trate.
La ética general establece las normas universales del obrar humano, válidas para
todo hombre en cuanto tal, los deberes morales comunes a todos los hombres.
Mientras que, La ética especial determina y fundamenta cuál debe ser el
comportamiento humano, teniendo en cuenta las circunstancias particulares de
cada situación. Únicamente el hombre es sujeto moral, pues solo el hombre es capaz
de reflexionar sobre sí mismo, tener conciencia de sí y de las cosas como ajenas a sí.
En esta capacidad de objetivar el mundo circundante, que se extiende incluso a sus
propias acciones, a las que puede ver a distancia, juzgarlas y valorarlas, estriba la
capacidad de ser sujeto moral, capacidad que es inherente a la condición humana.
Para que un acto pueda ser juzgado como moral o inmoral, el hombre debe
contar con dos requisitos previos: conocimiento y libertad. Debe conocer todas las
alternativas posibles de su obrar y todas las consecuencias de cada una de ellas.
También debe ser libre para decidir, sin presiones de ningún tipo. De ahí derivan la
imputabilidad y la responsabilidad de los actos humanos. Estas se pueden ver
alteradas por algunos factores que las condicionan. Estos condicionamientos que
limitan la libertad del hombre y su obrar como sujeto moral pueden ser psicológicos
o sociales. Así, el miedo que paraliza, la timidez que impide actuar, o los valores
impuestos por el grupo social, limitan la libertad de acción y de conciencia que
presupone el acto moral. La conciencia moral, inherente a la naturaleza humana,
sigue un largo proceso de maduración, en el cual se pueden reconocer varias
instancias. En una primera etapa, el niño funciona como un mero eco resonante de
la moralidad adulta. Aprueba y desaprueba sin ser consciente de los fundamentos
de ello; La conciencia moral, en esta etapa sirve a un fin que no es conocido por el
sujeto, pues el niño se apropia sin quererlo, de la moralidad dominante en su medio.
Más tarde, el sujeto comenzará a introyectar valores que no ha elegido, no ha
optado por ellos con responsabilidad y conciencia. El temor a la censura es el motor
que lo impulsa a obrar, y la “buena conciencia” coincide aquí con la obediencia.
Defenderá conscientemente y con total convicción determinadas posturas éticas
que creerá suyas, pero que sólo han sido puestas en él por la cultura en que está
inmerso.

Naturaleza de las normas éticas.


Es compleja porque no es única o unívoca sino distinta o diversa según cada uno
de sus aspectos constitutivos determinantes y, mientras que la naturaleza que
determinan unos aspectos las asemeja al resto de las normas jurídicas, la que
determinan otros aspectos resulta contradictoria con las anteriores y las distingue,
separa o, incluso en algunos supuestos, contrapone con sus iguales de referencia del
resto del ordenamiento jurídico. De suerte que si en unos aspectos son como
cualquier otra norma, no lo son en otros, haciendo todo ello que las normas éticas
constituyan un tipo especial o singular de derecho, que venimos denominando
“Ética Jurídica” y calificando como “Codificación Jurídica de Cuarta Generación”,
según criterios analíticos que no es este el lugar de exponer, pero que la hace
sucesiva o sucesora y superior a codificaciones geológicamente previas o
precedentes, desde el tabú primitivo, pasando por los mandatos o mandamientos
religiosos y concluyendo con el derecho común, por éste orden.
1. Por su estructura son normas jurídicas: La normas éticas, como cualquier
otra norma de las que componen el ordenamiento jurídico y por su estructura, son
normas jurídicas y, por tanto, obligatorias bajo coerción del poder punitivo del
Estado, en este caso delegado en los Colegios Profesionales mediante el
otorgamiento a estos de potestad disciplinaria, sometida a los principios y dictados
del derecho administrativo sancionador para enjuiciar, sancionar y ejecutar con
carácter forzoso las sanciones impuestas a sus infractores, sin perjuicio de los
procedimientos, recursos y garantías establecidos legal o reglamentariamente al
efecto. Aspecto éste de su naturaleza, por el que se igualan o asemejan al resto del
ordenamiento jurídico o “Derecho común”.
2. Por su finalidad: Son disolventes del interés o derecho común propio del que
viene llamado a respetarlas, es decir, su propósito o finalidad, resulta imposible de
explicar o comprender si no se entiende previamente la doble naturaleza de toda
actividad profesional. Pues dichas actividades nacieron en el mundo clásico y en el
que podríamos denominar “núcleo duro” del profesionalismo incipiente
(fundamentalmente la medicina y la abogacía), como prestaciones sacramentales
ligadas a necesidades básicas de los miembros de las tribus (primero) y de la Civitas
(después), De tal suerte que, en los trances de contradicción entre ambas
naturalezas, adelanta y anuncia con su código de buenas prácticas o ético, que
situará la prestación de su facultad en ciencia y conciencia del lado del interés que
administre sin dejarse guiar por el suyo propio.
3. Por su contenido son normas de comportamiento y no de Derecho
Común: Y será precisamente de la naturaleza que fragua dicha finalidad de la que
se va a desprender la naturaleza de dichas normas por sus contenidos y sus
cualidades, desde este aspecto que las distingue de forma esencial de cualquier otro
Código o norma jurídica existente y, desde luego, de las que integran lo que viene en
denominarse “Derecho común”, sea general o especial. Pues mientras las normas de
derecho común regulan en términos generales la significación, naturaleza y
consecuencias jurídicas del comportamiento o de los actos humanos, las normas que
integran los Códigos Éticos regulan, detallan, aconsejan, reclaman o exigen el
comportamiento mismo, es decir, un determinado tipo de comportamiento.
Solvencia Deontológica.
El sometimiento a un código de valores morales, compartido y voluntariamente
aceptado, engendra solvencia y buena reputación; la ética se transforma así en un
valor añadido a la calidad del servicio, lo que origina con frecuencia una mejora en la
cuenta de los resultados. Con más razón todavía el comportamiento moral y ético de
un profesional debe procurar ser ejemplo para los demás de su área y modelo a
seguir por el resto de los ciudadanos. Aquellas personas llamadas a ser profesionales
en el mundo no conocen ni observan las normas de comportamiento para con sus
colegas y para sus clientes, entonces podrá afirmarse que es solamente cuestión de
tiempo para que la sociedad misma le pase factura a dicho colectivo.
En este caso, la fundamentación de los códigos profesionales es clara: pretenden
la promoción de un modelo profesional, con pautas o guías de comportamiento para
sus miembros, y al tiempo, ofrecer un estándar de calidad, que dé confianza a la
sociedad y así contar con una solvencia moral profesional.

Colegio Profesional y Colegiación


Los colegios profesionales se remontan a la edad media. Estos, nacen en Europa
en el siglo XI con la figura de los craft-guilds, como asociaciones de trabajadores que
mezclaban intereses profesionales con particulares. En diversos países comenzaron
a impulsar desde los claustros de las universidades como órganos de agrupación de
profesionales en pro de la defensa de sus derechos. Hasta el siglo XIX, aumentaron
en número y profesiones, defendiendo una posición cerrada y unitaria en el
desempeño de la profesión; sobrevivieron los desafíos y comenzaron a adquirir
todas las funciones que tienen hoy día, sin contar con todas las que ya han perdido
en las modificaciones legislativas que se han llevado a cabo en todo este tiempo.
Para acceder a una colegiación, debemos estar en posesión de la titulación exigida
por la ley de cada profesión y cumplir con los estatutos que tenga cada colegio.
CONCLUSION

La ética trata permanentemente y vigorosamente de combatir la separación o


divorcio que se ha pretendido establecer entre las ideas y la vida, es decir, la actitud
negativa del hombre que considera que la regla moral hay que respetarla a
distancia. La ética debe ser considerada como constante disciplina para la vida, pues
nos obliga a realizar nuestras labores con eficiencia y a mantener una actitud de
rechazo frente a todo lo que minimice nuestra dignidad. De aquí es que se dice que
el hombre es un ser inexorablemente moral, pues su vida no le viene dada con
dignidad y moral, sino que debe hacerla, debe construirla con moral y dignidad. El
hombre que adquiere una moral bien pertrechada espiritualmente se convierte en
un ferviente defensor de la justicia y en un fermento de renovación en todos los
aspectos de la vida. La personalidad moral se va definiendo a través de cada uno de
los actos humanos. Con cada nueva posibilidad que nos apropiamos, con cada
actualización de un vicio o de una virtud, descubrimos, corregimos o subrayamos los
rasgos de nuestro carácter. Las normas éticas, generalmente aceptadas, proveen al
profesional de un medio eficaz para evaluar su propio trabajo y poder determinar si
este satisface sus responsabilidades. Toda profesión lleva sobre sus hombros el peso
de graves deberes y de hondas responsabilidades, que el profesional solo podrá
vencer si pone sus conocimientos al servicio de una conciencia fina y delicada. Todo
profesional está obligado a amar la verdad, a dedicarse plenamente a la
investigación científica y a practicar el bien en todas sus gradaciones. El primer
deber de la persona que se prepara es ponerse en condición de ejercer su profesión,
cultivando la mente con el estudio de lo que se necesita saber y pertrechando su
voluntad con todos los motivos del bien obrar.
BIBLIOGRAFÍA

http://www.cpnaa.gov.co/cpnaa/BancoMedios/Documentos%20PDF/deontologi
a.pdf
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lhr/gonzalez_a_m/capitulo2.
pdf
http://www.monografias.com/trabajos57/codigo-etica-profesional/codigo-etica-
profesional2.shtml

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