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la conciencia y tenemos que educarnos para ello y practicarlo en todas las dinámicas de la
vida, lo cual implica una transformación de los sistemas de relaciones tanto en la familia, en
educación para la democracia es aquella educación que se ofrece para enseñar y promover
democrática. (, p. 1)
La autora sostiene que una educación para la democracia busca promover en los sujetos:
Keen y Tirca (1999) agregan la competencia en las prácticas necesarias para participar
Rodino (2002) plantea que en última instancia estos objetivos apuntan construir prácticas
de interrelación, de organización y de gestión colectiva. Al decir “prácticas” decimos
contrario, la meta es formar sujetos para una acción autónoma, crítica y responsable guiada
liberación que permite a las personas ser más consciente de la realidad en la que viven y
poder transformarla. En este sentido, se puede decir que el proyecto educativo freireano es
un proyecto entre cuyas finalidades se encuentra la aspiración a que las personas alcancen la
ejercida contra las personas para dificultar su participación, de forma activa, en un proceso
democrático y participativo.
Para Dewey, democracia significaba libertad, y una sociedad libre era el objetivo de la
pragmatismo, en la pedagogía que debería aplicarse en las aulas para inculcar ese sentido
democrático a los niños desde la tierna edad. La educación, que no sólo se centra en los
niños (en el bagaje que traen ellos al llegar a la escuela), ni en la tradicionalista (centrada en
los programas), sino también la enfocada en los maestros, los formadores de estos niños, es
la que cumple el designio de la verdadera transformación social. (Guedea, 2016 p.2)
El maestro es una pieza fundamental, pensaba Dewey, para educar a los niños para la
democracia, y en este sentido la escuela debe convertirse en “una institución que sea,
la vida moderna simplificando el entorno de forma que pueda ser comprendido por un joven
y una mente no familiarizada, y también sirve para eliminar “las indignas características de
sirve para “equilibrar los elementos del entorno social y para ver si cada individuo consigue
una oportunidad para escapar de las limitaciones del grupo social en el que ha nacido, y
Como propone López (2017) en su artículo Pedagogía para la Democracia, una escuela
provocará el rompimiento de los paradigmas en los que se afinca lo más estructural del
Pero esta presencia de la escuela en una cultura del consenso y de la participación debe
de ser un ente de opinión incidente en las decisiones comunales porque su naturaleza, como
la educación, es principio y fin del supremo sentido de justicia y equidad.( Lopez, 2017,
pág. 7)
Tenti Fanfani, Emilio (1993) en su libro “Escuela y política. Formación del ciudadano
del año 2000 plantea que la democracia se aprende de dos modos: Uno es el modo
aprenderse desde la más tierna infancia. “La primera educadora política es la familia. Es
general ni los niños ni los adultos “saben” que aprenden y enseñan hábitos y disposiciones
autoridad y ciertos modos de hacer las cosas junto con determinados esquemas de
“Se trata de prácticas reguladas por normas, recursos, agentes especializados, sistemas
de control, etc. Los objetivos aparecen definidos, así como los medios y los recursos. Aquí
que sustentan la Democracia. En las escuelas hay que debatir positivamente sobre de las
leyes democráticas por las que se rige nuestra sociedad, sobre las instituciones y sobre las
obligaciones y los derechos de los ciudadanos. Este es un debate que hace que el alumno se
Tenti Fanfani (1993) sostiene que en la escuela, junto con la educación democrática
también existe una pedagogía espontánea de la democracia “Es la que circula en las
prácticas escolares sin que los sujetos se lo propongan”(p.5). Es decir, no se trata de una
dimensión completamente oculta ni completamente visible debido a que todos los sujetos
Tal como sostiene Brunner (2014) enseñar Democracia es labor de todos los ciudadanos
pero son las escuelas junto con las familias las que van a crear la futura ciudadanía de
nuestro país. La familia y la escuela son simétricas en este sentido, y ocupan ambos un lugar
fundamental en este particular proceso educativo. La casa se convierte en un espejo que
refleja lo que el niño aprende en clase y los colegios reflejan lo que el chico aprende en
casa. (p.8)
En los dos ámbitos, escuela y familia, se aprende a rechazar el poder absoluto que
intentando integrar todas las aportaciones y progresar teniendo en cuenta todas las
(pag.9)