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ACTIVIDAD N°1: ANÁLISIS DE VIDEOS

En mi opinión, la alusión que realiza Jorge Larrosa respecto al “temblor del maestrx” refleja la
responsabilidad inherente a la práctica y experiencia docente en relación al alumnx. En tanto que toda
experiencia docente implica una relación intersubjetiva en la cual el docente se comunica, se pone en
contacto con una alteridad – representada en el alumnx –, dicha relación supone una dimensión ética entre
ambos. Si se concibe a la educación como una transmisión intergeneracional, siguiendo a Bárcena, entonces
podría pensarse que la relación docente-alumnx instituye una responsabilidad ética del primero sobre el
segundo, por la cual debe construir un espacio de significatividad en la experiencia común entre ambos, en
los conocimientos y saberes transmitidos entre ambas generaciones (esto es, compartidos, producidos,
circulados y apropiados). Y, en la medida en que en dicha relación se ponen en juego sentidos y
representaciones del mundo y de la realidad social diferentes, será mayor la responsabilidad que asume el
docente en garantizar la significatividad de la experiencia construida. El temblor, en tanto experiencia
subjetiva del docente, refleja el efecto que produce este mandato ético de relacionarse con la alteridad, con la
nueva generación, con el alumno.
En el caso particular de la sociología, el espacio de experiencia que construye el docente con el alumnx se
constituye en la desnaturalización y representación crítica de la realidad social, de la vida cotidiana, del
mundo en el que vivimos. Como diría Lucas Rubinich, la sociología demanda la interrogación, el
cuestionarse, el preguntarse constantemente para no aceptar la realidad como un hecho dado, no aceptar la
“doxa”. En este sentido, se podría pensar la relación ética entre el docente y el alumnx como una
responsabilidad que asume el primero en presentar y construir nuevas visiones y representaciones del mundo,
cristalizar la exclamación de protesta “esto no puede ser” que planteaba Larrosa en una experiencia educativa
de transmisión, producción y apropiación de conocimientos con el alumno. Por medio de una “palabra
fecunda” el docente asume la responsabilidad ética de presentar y producir en la experiencia con el alumnx la
transformación de los modos de percibir y comprender el mundo, fundir las visiones del pasado y del
presente en pos de una transformación del futuro.

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