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El culto a la Virgen de los Ángeles (1824-1935): Una aproximación a la mentalidad

Religiosa en Costa Rica.

Capitulo 3

La Virgen de los Angeles y la Nacionalidad Costarricense

El autor sostiene la tesis de que el surgimiento del sentimiento nacionalista se remota al


ultimo tercio del Siglo XVIII, ya que la noción elemento constitutivo de la nacionalidad
ya era conocida por el costarricense de aquel entonces. Ciertos elementos
protonacionalistas se encuentran presentes durante dicho periodo de los cuales podemos
destacar el uso de ciertos vocablos. Palabras como patria y paisano fueron para los
criollo términos que expresaban un ideal de posesión y de identidad con el terruño,
están palabras se empezaron a difundir entre los habitantes, pero su alcance geográfico
era sumamente reducido debido a que solo comprendían la ciudad y no la provincia
entera. A fines del Siglo XVIII empezaba a notarse una separación entre las
concepciones de ciudad y patria, reduciéndose el significado de ciudad y ampliándose el
de patria, dicha cohesión protonacionalista que se iba gestando fue detectada fuera de
nuestras fronteras. Ya para el Siglo XIX este sentimiento se plasma en la obviación de
muchas autoridades y ciudadanos de colocar la designación provincia o gobernación,
utilizando solo el nombre de la ciudad o provincia.

En cuanto hecho se puede destacar el estancamiento económico de Costa Rica durante


la época colonial, debido a eso, la Corona no tuvo por la provincia el más mínimo
interés, lo que hizo que las personas encargadas de administrar la Gobernación lo
hicieran con gran autonomía, lo que ayudo a crear sentimientos protonacionalistas,
principalmente en Cartago. El dinamismo económico de la ciudad de Alajuela y San
José permitió que las ideas liberales circularan con mayor difusión y arraigo. De igual
forma la unidad religiosa y lingüística en conjunto con la concentración de población en
el Valle Central, hicieron posible al coincidir en tiempo y espacio esa unificación.

Ahora bien la relación entre el culto y el protonacionalismo se remota a 1872 cuando


Santiago patrón de España y patrón de Cartago hasta ese momento, es cambiado por la
Virgen de los Ángeles. Este cambio resalto la discrepancia de los criollos con las
autoridades españolas, por lo que el cambio significo una manera de los criollos de
diferenciarse de los españoles. La virgen también significaba una unión de los diversos
sectores sociales y un representante del ideal de patria pues se cría que había aparecido
en Cartago para derramar bendiciones en esta zona.

Por último la escuelas primarias adjuntas al templo de la Virgen, se destinaban


sacerdotes identificados con la ciudad, por lo inculcaron en sus alumnos ese apogeo
hacia el terruño con la Virgen de los Ángeles.

Un Culto Local

El Culto a la Virgen de los Ángeles se manifiesta primordialmente en el


protonacionalismo en Cartago ya que hasta fines del Siglo XIX llega a ser una
expresión religiosa nacional. El culto es impulsado por el interés de los criollos de
Cartago para manifestar sus diferencias con las otras ciudades durante los primeros años
de vida independiente, marcados por los roces localistas. Por ello muchas veces los
parracos simularon el robo de la imagen culpando a los josefinos, con el objetivo de
incitar las pasiones políticas del pueblo cartaginés a través de la fe religiosa, en defensa
principalmente de recuperar su status de capital. Por otra parte durante estas épocas las
fiestas religiosas a honor de la Virgen sirvió para estrechar vínculos entre los grupos
dominantes de ambas ciudades. Por ello en 1824 se declara a la Virgen de los Ángeles
como patrona de Costa Rica, mecanismo utilizado por las autoridades josefinas para
eliminar la disconformidad de Cartago, concediéndole el privilegio de que su Virgen
patrona lo fuera del estado entero. De manera tal que la religión fue un instrumento útil
para consolidar una comunidad nacional.

No obstante los conflictos siguieron y la fe de los devotos católicos siguió siendo


manipulada con fines meramente políticos, sin embargo para la primera mitad del Siglo
XIX a pesar de los esfuerzos de la autoridades y la Iglesia para impulsar la devoción al
costarricense, la imagen no se logro incorporar completamente a la ciudadanía
costarricense, dichos conflictos solo vinieron a fortalecer el regionalismo cartaginés.
Para 1850 el culto se empieza a expandir hacia el resto del país, debido a la apertura de
la vía férrea, la consolidación de la burguesía al poder nacional y con ello una serie de
instrumentos ideológicos que les permitieron afianzar más su posición. A pesar de esto
el culto no se consolida y prueba de ello es que en la campaña nacional solo los
cartagineses se encomendaron a su protección. Posteriormente bajo la influencia del
pensamiento liberal, la burguesía empezara a restringir el papel de la Iglesia dentro de la
sociedad. Es por esto que la Iglesia con el fin de mantener su posición, recurrió al igual
que en años anteriores a inventar robos culpando a los liberales. A pesar de la expansión
durante la segunda mitad del Siglo XIX el culto continúa teniendo poco arraigo fuera de
Cartago.

Hacia la nacionalización del culto

A partir de 1880 tanto sacerdotes y laicos fortalecen por diversos medios, la


identificación entre la Virgen de los Ángeles y la Republica de Costa Rica. Para la
Iglesia era vital fortalecer dentro de sus seguidores, la idea de que el orden y el progreso
social, solo se encontraban a aquellas naciones donde imperaba la religión. Con esto, lo
que pretendía era contrarrestar el movimiento liberal. Fue precisamente a través de la
incentivación del culto a la Virgen como la Iglesia trató de mantener su posición dentro
de la sociedad costarricense. De modo que se trata de inculcar en los devotos la
identificación entre el culto y la nacionalidad costarricense mediante: el hacer cree al
devoto que las diferencias geográficas se borrar al calor del culto, relacionan el culto
con una tradición ancestral ligada al ser costarricense, se impulsa la idea de adhesión al
culto por el peso de la tradición. De manera tal que se refleja el aporte dado por la
Iglesia a la consolidación del Estado nacional, mediante la formación de una fe nacional
en torno a la Virgen de los Ángeles. La devoción a la Virgen dentro del ser
costarricense, no es una obra exclusiva de la Iglesia, sino también de personas salidas de
las clases dominantes, quienes buscaban fortalecer este culto.

Comunidad ideal, comunidad real

Por medio del culto a la Virgen de los Ángeles se trataba de inculcar en lo devotos de la
imagen que la sociedad costarricense no tenía distingos de clase. Sin embargo esta
supuesta igualdad que se presentaba solo se encontraba en un hecho: la fé. Pues aunque
ambas clases realizaban todos los ritos, apenas terminaba el acto religioso que hacía
posible esa convergencia masiva de personas distintas clases sociales, desaparecía
también esa falsa igualdad de clases sociales. Por otra parte a pesar de que la misma
iglesia impulsa la idea de una sociedad igualitaria, en otros discursos presenta una
división de clase e incluso llega a bendecir ese orden de cosas, al señalar que ha sido
instituido desde lo alto. La Iglesia hasta llegar a proponer a sus fieles la idea de que no
debe romperse ese orden social, ya que ello seri ir en contra de los designios divinos. De
tal manera que la Iglesia pretendía encubrir las diferencias de clase en el país, tratando
de inculcar en sus seguidores la idea de que tales diferencias no existían.

Para principios del Siglo XX, cuando las tensiones sociales, políticas y económicas se
incrementaron, nuevamente el culto a la Virgen de los Ángeles tuvo un papel
sumamente importante, ya que se manipulo la fe con fines extra religiosos. Con el
objetivo de aplacar la entrada del movimiento comunista en el país, el sentimiento
religioso fue manipulado por la clerecía y las elites canalizando la efervescencia política
de entonces mediante los ritos religiosos: el tricentenario de la aparición.

Capitulo 4

El Arquetipo Sagrado

El locus

Espacio sagrado en donde se hace posible el milagro, donde lo profano y lo sagrado


toman contacto, aquí es donde ha surgido el mito y se realiza el rito, en síntesis, es en
este punto donde desemboca toda la fe del creyente. Desde aquí se hace presente lo
divino, donde el arquetipo “derrama sus bendiciones sobre aquellos que le rinden
culto”. En el caso del culto a la virgen, el espacio sagrado surge en el lugar donde la
imagen apareció por primera vez, es decir, en los alrededores de Cartago, en breñal
sobre una piedra. Con el paso del tiempo, la iglesia construida sobre la piedra, fue
constituyéndose en el lugar donde concurrían los devotos de la imagen a pedir auxilio
en sus tribulaciones. Los esfuerzos de curas y laicos se centraron en volcar la fe de los
costarricenses hacia el templo de Nuestra Señora.

De esta manera Cartago era para los fieles devotos de la Virgen la ciudad del milagro,
una ciudad sagrada escogida por la providencia y por lo tanto el orgullo para la patria.
Una vez que se expande el culto por toda la República, la iglesia trato de inculcar en la
mente de los devotos la idea de que en Costa Rica existía un inmenso locus, donde la
imagen en estudio espacio sus dones. Se vincula la defensa de la democracia con tal
afirmación, al decir que el locus desde donde se salvaguardan los intereses más
preciados de la patria.

Alrededor del locus había una serie de creencias relacionadas con la fantasía popular, no
pudiéndose establecer clara diferencia entre el culto religioso y la superstición, ya que
esta última se infiltraba dentro de ellas, en las distintas formas en que se concebía el
locus y a la Virgen que se hacia presente en él.

Modelo de mujer, modelo de madre


La Virgen asume un estereotipo maternal impulsado dentro de la mentalidad y acciones
de las mujeres, pretendiendo que la mujer acepte dicho modelo sin siquiera
cuestionarlo. La mujer al igual que la virgen, era hija, es este caso hija de Dios, una hija
obediente en un grado externo. La virgen era esposa, una esposa modelo aquella que
acepta ser relegada a una segunda posición permaneciendo enclaustrada en su hogar, y
cuya principal misión era traer hijos al mundo. Pero sobre todas las cualidades, la que
más se buscaba inculcar era su carácter maternal, ennobleciendo la función maternal,
elevándolo hacia un plano ideal: el amor hacia la madre celestial.

Las causas fundamentales que impulsaron esta faceta de la Virgen se deduce que buena
parte de las familias de la región central del país estaban encabezadas por mujeres,
debido a una pérdida de cohesión en el lazo familiar, culpándose a la mujer por su falta
de pudo. En esta sociedad machista a la mujer se le recrimina por el más mínimo desliz.
De manera que el culto mariano, impulsa la creencia en la supremacía física e
intelectual del hombre y a la mujer se le establece una superioridad moral y espiritual
innata sobre los hombres, estando la mujer supedita al hombre. Si la mujer permanecía
enclaustrada en el hogar, esto era sumamente beneficioso para el sistema, ya que ella
sería la encargada de vela por el cuidado y reproducción de la fuerza laboral, que
necesita el proceso productivo.

La Virgen de los Ángeles: milagrosa intercesora

El arquetipo es el elemento intercesor entre las personas y sus deidades, la Virgen de los
Ángeles es el arquetipo costarricense, el cual, según el creyente, lo protege de las
adversidades de la vida cotidiana. Por su enorme fe, creía que la imagen tenía el poder
de operar portentosos milagros. Aquellos interesados en la difusión del culto irradiaron
el carácter milagroso, atribuido a la imagen, hacia todo lo que estaba en su alrededor,
por ejemplo el agua de la fuente. Sin duda la Iglesia trato por los medios inculcar en sus
feligreses que la imagen era milagrosa en busca de fortalecer la creencia en la imagen.

Existe una serie de hechos que el creyente acepta como milagrosos. En los que se
encuentra, la superstición, el dominio que tiene la imagen sobre la naturaleza, la
creencia de que la imagen podía curar las dolencias físicas y morales, las cosas
relacionadas con el azar, etc.
Todos estos milagros, son una manifestación de la supeditación de las personas a lo
trascendente y, a medida que su enajenación religiosa sea más fuerte, más depositara su
fe en la presencia del milagro.

También se cree que la Virgen concede favores a todos aquello que elevan ante ella sus
preces, además existía la creencias que si la imagen salía de su templo, quedaban
totalmente desamparados. Por último se pensaba que ella podía castigar a los que el
faltaban el respeto. Estableciéndose una dependencia y temor a la imagen.

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