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La Alltagsgeschichte en Alemania

Martin BIERSACK
Universidad de Ratisbona

1. Introducción
Julio 2008 en Granada. Fue el último día de mi estancia de investigación, después de haber
pasado bastante tiempo en esta ciudad. Por casualidad, fui a una exposición de fotografía en el
centro cultural de la Universidad, en la Casa de Porras. Allí ví una exposición sorprendente
con el título Estudiantes en cuerpo y alma de un fotógrafo, para mi desconocido, llamado
Marcos Corzo. Trató de describir con sus fotografías que es la vida cotidiana de un estudiante
en Granada, en las palabras del propio Marcos Corzo: “[… ] exponiendo una lista de
emociones y miradas capaces de encontrar un vínculo entre el espectáculo de la realidad y la
magia de la creación; una comunión entre la belleza y la reflexión, entre la mirada y la
impresión. El fotógrafo, que merodea por escenarios emocionales ofrece imágenes para el
ensueño, para la evocación, para la hermosura y la exaltación […]”.1
También yo había sido estudiante en Granada, a finales de los noventa, con el intercambio
Erasmus y posteriormente con el doctorado. Y precisamente en mi último dia en Granada ví la
fotografía de un letrero donde solo se leía: Aula 12, y abajo como explicación: en el Centro de
Lenguas modernas. En otra foto se veían estudiantes subiendo las escaleras de la facultad de
ciencias, en otra un piso compartido cualquiera, y en otra, una parada de autobus en la Gran
Via con estudiantes y sus carpetas, esperando.
Por casualidad, esa era también mi parada diaria, y la vida que vi retratada durante años
también fue la mía. ¿Por qué recuerdo tan bien esa exposición? ¿Por qué me emocionó tanto,
a pesar de su sencillez? O, mejor: ¿Por qué el fotógrafo se decidió a hacer una exposición con
motivos tan normales que todos pueden ver cada día en la misma ciudad en vivo? Creo que
estaba en la misma condición que yo. Quizá fue un estudiante que estaba acabando la carrera,
y con eso se dio cuenta de algo fundamental: lo que pierde definitivamente no es la ciencia, o
la Alhambra o los amigos, sino la vida cotidiana del estudiante. Y es allí donde se percibe la
vida cotidiana: solo aparece en momentos especiales, quizá extremos, donde lo normal y
diario se ve alterado o desaparece por completo. Nace la nostalgia, tan ligada a la vida
cotidiana para los espectatores.

2. Alltagsgeschichte versus Historia social


Nostalgia, sentimentalidad, miradas hacia lo pequeño y no-significativo, sin valor explicativo
visible – toda mi introducción personal puede ser descrita en estas palabras, y con eso parece
comprensible que la acogida de la Alltagsgeschichte – la Historia de la Vida cotidiana – en
Alemania en los años setenta y ochenta no fue demasiado favorable:
“Historiadores descalzos“, la “papilla de mijo“ de la historia cotidiana, “neoromanticismo y
pseudorealismo” o un “laberinto de las ilusiones” – con estos terminos llegó en los años
ochenta el veredicto papal –, no desde Roma, sino desde Bielefeld, donde residía el padre de
la Historia social alemana, Hans-Ulrich Wehler. Fue una reacción durísima por parte de
Wehler, cuando aparecieron los primeros trabajos y escritos metódológicos de la
Alltagsgeschichte.2

1
http://secretariageneral.ugr.es/pages/memorias/academica/20072008/alumnado/porras
2
Véase sobre Hans-Ulrich Wehler y su reacción ante la Historia de la Vida Cotidiana: ZORN, Wolfgang,
“Alltagsgeschichte. Konjunktur und bleibende Aufgaben“, Wirtschafts- und Sozialgeschichte. Arbeitsgebiete –
Probleme – Perspektiven, Wiesbaden, 2004, pp. 325-344, p. 330.
Hoy en día, los debates de los años ochenta nos parecen curiosos, sino graciosos, y solo se
puede entender si se tiene en cuenta la historia de la historiografía alemana después de la
segunda guerra mundial.
Para la historiografía alemana el enfoque principal fue, hasta los años sesenta, la historia de
las grandes cuestiones políticas, preferentemente la historia de las relaciones internacionales.
Las acciones de Estado, los grandes hechos, y los grandes hombres de Estado como
protagonistas de la historia, cobraron mucha atención por parte de una historiografía que
seguía fiel al historismo alemán decimonónico y su método: la hermenéutica. Contra esta
corriente dominante protestaron en los años sesenta jóvenes historiadores que habían
aprendido de la historiografía anglosajona o francesa y pretendían combinar teorías sociales
con una investigación empírica e histórica. Su interés se centraba en estructuras, procesos e
intereses sociales. Nació la Historia social alemana que situó la historia en el ámbito de las
ciencias sociales. Claro que, para una historiografía de esta talla, todo lo anterior a la
Revolución francesa carecía de interés. La historia de la sociedad es, sobre todo, la historia de
la sociedad actual. Con duras peleas contra la historiografía política establecida, pero
favorecido tanto por el cambio generacional como por la fundación de muchas universidades
en la Alemania de los años sesenta y setenta, la Historia social alemana logró convertirse en
la corriente historiográfica dominante, con su centro incuestionable en la Universidad de
Bielefeld.3
Si la Historia social alemana nació con una fuerte discusión contra la establecida historia
política, ella, al verse en la situación dominante, hizo lo mismo con la naciente
Alltagsgeschichte. La criticó duramente. Primero, veían en la Historia de la Vida cotidiana
una vuelta al romanticismo por su tendencia hacia el subjetivismo, el irracionalismo y la
empatía. La historia para Hans-Ulrich Wehler, en cambio, tenía la obligación de esclarecer, y
la Historia de la Vida cotidiana echaba a perder la herencia de “racionalización y
modernización occidental”.4 Segundo, constataron una pérdida de teoría, el olvido de la
totalidad de la sociedad, por el enfoque de la Historia de la Vida cotidiana hacia lo concreto.5
¿Tenían razón los críticos de la Historia de la Vida cotidiana? Es válido comparar la Historia
de la Vida cotidiana con el romanticismo o algo un tanto peyorativo como el costumbrismo o
el Biedermeier, confróntandolo con las grandes estructuras y la claridad del Bauhaus o del
arte abstracto?
El surgimiento de la Historia de la Vida cotidiana en los años setenta y ochenta en Alemania
está integrado en un contexto cultural más amplio. Fueron la crisis de la idea del progreso, la
conciencia por los problemas ecológicos, los límites de un modelo político que dependía de
un constante crecimiento económico, entre otros. Esta crisis en lo político llevaba a una vuelta
a lo privado, lo individual, pero también a la nostalgia. Esta crisis se tradujo en la crisis de una
historiografía que creía en la modernización y una constante mejora de la sociedad humana
como era el caso de la Historia social.6

3. Las premisas de la Alltagsgeschichte


Ahora he hablado de la Alltagsgeschichte desde el punto de vista ajeno, desde el lugar de sus
críticos. Pero ¿cuáles eran las posturas que tanto se criticaron en los años ochenta? ¿Qué es –
polémicas aparte – lo que pretendían historiadores como Alf Lüdtke y Hans Medick?

3
SALDERN, Adelheid von, “ ‘Schwere Geburten’. Neue Forschungsrichtungen in der bundesrepublikanischen
Geschichtswissenschaft (1960-2000)“, en: WerkstattGeschichte, 40 (2005), pp. 5-30, pp. 6-7.
4
Hans-Ulrich Wehler, citado en: BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald (Eds.), Quellen zur Alltagsgeschichte
der Deutschen. 1815-1870, Darmstadt, 2005, p. 4.
5
SALDERN, art. cit., p. 14.
6
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit., p. 6.
La Alltagsgeschichte nace de la crítica de la Historia social. Para los historiadores de la vida
cotidiana, la Historia social se centró demasiado en la exploración de las condiciones
socioeconómicas mensurables y la reconstrucción de procesos económocos, demográficos y
sociales.7 La Historia social para Alf Lüdtke tenía el mérito de llamar la atención a las masas,
a la multidud. Pero seguía siendo una masa sin nombre ni cara, solo una cifra estatística de la
constelación social. Desatendieron la actividad de hombres concretos en los procesos
históricos. Allí empezaron los pioneros de la Alltagsgeschichte en Alemania. Se preguntaron
quienes fueron los trabajadores sin nombre, los protagonistas de la revolución industrial en
Alemania o los colaboradores anónimos de los nazis en los barrios.8
Para los pioneros de la Alltagsgeschichte en Alemania, el centro de atención fue – primero –
la “experiencia” de los actores de la historia, y – segundo – sus “prácticas”. Las prácticas son
las formas en las que el individuo se apropia del mundo, y la transformación que dicha
apropiación causa en el mundo. Para Alf Lüdtke, esta apropiación de una situación concreta
por el individuo es lo esencial de la Alltagsgeschichte. Este individuo como actor de la
historia ya no era el gran hombre de Estado, o la multitud sin nombre. Se escribía “Geschichte
von unten”, historia desde abajo.9
El termino “Alltag” – lo cotidiano – no significa un lugar concreto, sino una perspectiva, un
enfoque de investigación que se interesa por las circunstacias donde el hombre se da cuenta de
su propia situación e intenta apropiarse de ella.10 Relacionado con la apropiación de una
situación concreta encontramos el término “Eigensinn” – la obstinación – el cual se refiere no
tanto a la resistencia contra una estructura dominante como a la pluralidad de las formas de
apropiación. Un individuo puede reaccionar aceptando, colaborando, evitando, huyendo,
distanciandose, resistiendo, o todo al mismo tiempo y sin que fuera necesaria una lógica para
explicar su comportamiento. El “Eigensinn” se interpretaría como algo muy propio del
individuo en el momento de apropiarse de una situación histórica.11
Alf Lüdtke habla del ejemplo de un oficial alemán, Max Liedtke, quién en julio de 1942 cerró
un puente para unidades de la SS. Dilató así el traslado y la destrucción inmediata de un
ghetto, aunque sin poder evitarla del todo. Para el oficial, esta resistencia no tuvo ningún
perjuicio. Unos meses más tarde le encontramos como comandante de una ciudad en el
Caúcaso, donde el mismo hombre, que hacía algunos meses había resistido bravamente a una
orden cruel de la SS, ahora sin dilación, ejecutaba civilistas. Solo la mirada microscópica del
historiador podía derrumbar una seguridad hecha, la de creer que el hombre sigue una linea
fija, que el hombre y su conducta son siempre racionales, comprensibles y que una tipología
puede ser útil y posible. Nada de eso. Para contestar el ¿por qué? de esta oscilación en la
conducta humana haría falta buscar muchos ejemplos concretos más, ejemplos de la vida
cotidiana, de curriculos y prácticas de la vida.12
Bajo estas premisas metódicas, la Alltagsgeschichte alemana iba ahora preferentemente hacia
dos temas: el primero, la vida cotidiana de los trabajadores de la revolución industrial. Del
mismo modo que el romanticismo, que nació justamente cuando la modernización y la

7
DÜLMEN, Richard van, “Historische Anthropologie in der deutschen Geschichtsschreibung”, en Geschichte in
Wissenschaft und Unterricht, 42 (1991), p. 698.
8
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte: Stand der Diskussion und Perspektiven“, Alltag in der Pflege – wie machen
sich Pflegende bemerkbar?, Frankfurt/M., 2009, pp. 13-26, p. 16.
9
Ibid., pp. 14-16.
10
LAAK, Dirk van, “Alltagsgeschichte“, Aufriss der historischen Wissenschaften, vol. 7. Neue Themen und
Methoden in der Geschichtswissenschaft, Stuttgart, 2003, pp. 14-80, p. 68.
11
DAVIS, Belinda; LINDENBERGER, Thomas; WILDT, Michael, “Einleitung“, Alltag, Erfahrung, Eigensinn.
Historisch-anthropologische Erkundungen, Frankfurt/M., 2008, pp. 11-28, p. 18.
12
LÜDTKE, art. cit., pp. 23-24.
industria iban a transformar definitivamente el mundo, la Alltagsgeschichte comenzó a
interesarse por la realidad de los trabajadores de las fábricas y minas de la Cuenca del Ruhr
justamente cuando estas estaban desapareciendo. El segundo tema de interés fue la vida
cotidiana durante el nazismo. En los primeros dos decenios después de la guerra, la atención
de los historiadores se centraba, sobre todo, en los mayores criminales como Hitler, Himmler,
o Göhring, y después, a partir de los años sesenta, en temas como la política social de los
nazis, el racismo o la estructura del poder. La identidad de los colaboradores y victimas de los
nazis seguía en el anonimato.13
Encontrar las huellas del nazismo en todos los sitios, las propias familias, el barrio, en las
escuelas, o en empresas fue la meta de un movimiento que tuvo su plataforma en la asociación
Geschichtswerkstatt.14 Estos talleres de la historia están en estrecha relación con la
Alltagsgeschichte. Pretendían llevar a cabo tanto el proyecto de reescribir la historia desde
abajo, como el de sacar la historiografía de los despachos académicos de los eruditos y
ponerla al alcanze del pueblo. Desde el principio se entendían como una versión crítica de los
“Geschichtsvereine”, las tradicionales asociaciones de historiadores de los distintos pueblos y
ciudades, donde aficcionados pretendían más bien ensalzar la historia local de su propia
patria. Las “Geschichtswerkstätten”, en cambio, fueron un movimiento crítico que se interesó
sobre todo por el pasado nacionalsocialista.15
Creo que no se debe hablar de una pérdida del espiritu crítico por parte de la
Alltagsgeschichte, como lo hacían los representantes de la Historia social. La
Alltagsgeschichte era crítica, y lo era en lo concreto. Pero quizá Wehler tenía razón al
relacionar la Alltagsgeschichte con el romanticismo, solo que para Wehler el romanticismo
era una equivocación y lo correcto era la ilustración. El espíritu racional contra el sentimiento
irracional. Estructura contra experiencia. La Alltagsgeschichte y el romanticismo tenían en
común su postura crítica frente a las grandes ideas de progreso y modernización; eran, por lo
tanto, una crítica de la cultura – respectivamente historiografía – predominante, y, en el caso
de la Alltagsgeschichte, también del papel del historiador como profesional que explicaba e
interpretaba la verdad. Como a los grandes pintores del romanticismo, por ejemplo Caspar
David Friedrich, no les interesa el detalle de la naturaleza o del hombre en sí, sino lo que la
naturaleza evoca en el hombre (la experiencia) y la transformación que dicha experiencia del
espectator o artista provoca en la naturaleza mediante la fantasía y el cambio de perspectiva
(la práctica).
La crítica decía que la mirada a la práctica cotidiana de los actores sobrevalora las
posibilidades de acción de estos. Alf Lüdtke, en cambio, creía que preguntar por las formas de
adaptación de un individuo a una situación concreta da la posibilidad de acercarse a los dos
polos “dado por algo exterior” – estructura – y “hecho propiamente” – experiencia y práctica
– de forma descriptiva, con un mayor sentido para los matices.16 Postula, siguiendo a Arlette
Farge, una nueva forma de presentar la historia mediante la incorporación de citas largas.
Dice: Querida lectora, querido lector, interpreta tu mismo con y de los materiales; intenta tu
reconstrucción, la que te parezca fidedigna!17
Uno de los resultados de esta postura que pretende volver a las fuentes y confrontar al lector
con los mismos testimonios es la colección Quellen zur Alltagsgeschichte der Deutschen vom

13
LÜDTKE, art. cit., pp. 18-19.
14
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit., pp. 6-7.
15
Véase: SZODRZYNSKI Joachim (ed.), Geschichtswerkstätten gestern – heute – morgen. Bewegung!
Stillstand. Aufbruch?, Hamburgo, 2004.
16
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, en Historische Anthropologie, 11 (2003), pp.
278-295, pp. 290-293.
17
Ibid., p. 294 y FARGE, Arlette, Le gout de l’archive, Paris, 1989.
Mittelalter bis heute, Fuentes para la historia cotidiana de los alemanes desde la Edad media
hasta hoy. En la portada, los editores dicen que las fuentes deberían dar “tanto al historiador
como al lector aficcionado la posibilidad de conocer de manera inmediata y autónoma los
principales caminos, actores y estructuras de la historia alemana.18
Que los temas preferentes de la Alltagsgeschichte fueran la industrialización, la primera y
segunda guerra mundial y el nazismo es comprensible por una razón simple que ya he
mencionado al comienzo de mi discurso: lo cotidiano tiene un gran problema para el
historiador. Cuanto más cotidiana es una práctica o una experiencia, menos constancia deja
para los historiadores. Es en las situaciones extremas, donde el hombre ve alterarse su rutina
diaria e intenta adaptar su vida cotidiana a lo nuevo o lo extraordinario. Las experiencias y el
“Eigensinn” – obstinación– en el proceso de adaptación son más visibles en tales situaciones.

4. Auge y crisis de la Alltagsgeschichte


La Alltagsgeschichte conoció su mayor auge ya en los años ochenta, justamente cuando
surgieron las críticas por parte de los establecidos historiadores de la Historia social. En 1983
se fundó en Münster la primera serie monográfica que incluyó el término Alltagsgeschichte
en su título: la colección “Studien zur Geschichte des Alltags” – estudios sobre la historia de
la vida cotidiana.19 Con los años y el éxito de la Alltagsgeschichte, los representantes de la
Historia social no podían permanecer en su postura de crítica total. Intentaron entonces
integrar en su propio concepto historiográfico lo que para ellos fue lo bueno de la Historia de
la Vida cotidiana: la dimensión de la experiencia, de cómo el individuó reaccionó ante el
hecho de las grandes estructuras. Según esta postura, la Historia de la Vida cotidiana debería
ser, por lo tanto, una ampliación necesaria de la Historia social.20
Jürgen Kocka publicó en 1986 un artículo con el título Historia social entre historia
estructural e historia de las experiencias donde expone que él no espera de los historiadores
de la Alltagsgeschichte que construyan el puente entre la Historia de la Vida cotidiana y la
Historia social:
De los historiadores de la cotidianeidad cabe esperar poco. Con su inclinación a las menudencias, su
desconfianza frente a las estructuras y los procesos, y no pocas veces también frente a la historia y a la
sociología profesionales, con su mayoritaria predilección por una reproducción de experiencias,
simpatizante y conceptualmente pobre, a ser posible a través de recuerdos transmitidos, seguirán
descubriendo y alumbrando nichos.21
Debido a este juicio poco favorable sobre los historiadores de la vida cotidiana, se podría
suponer que Kocka pensó en los propios representantes de la Historia social para esta misión
de unir experiencia y estructura.
Quizá la Historia social alemana hubiera integrado la Historia de la Vida cotidiana como
mera prolongación de sus supuestos sin aceptar esta posibilidad para una renovación. Pero la
historia de la historiografía fue otra. Por dos veces la Alltagsgeschichte fue objeto de debates
en la reunión más importante de la historiografía alemana: el Historikertag. En 1984 se
discutía todavía sobre posibilidades y límites de la Historia de la Vida cotidiana. En 1992 se
celebró un debate con el título: “Qué es lo que llega después de la Historia de la Vida

18
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit.
19
ZORN, Wolfgang, “Alltagsgeschichte. Konjunkturen und bleibende Aufgaben“, Sozial- und
Wirtschaftsgeschichte, Stuttgart, 2004, pp. 325-343, pp. 327-328.
20
KOCKA, Jürgen, Sozialgeschichte, segunda edición, Göttingen, 1986, pp. 152-160 y 162-164.
21
KOCKA, Jürgen, “La historia social, entre la historia de la estructuras y la historia de la experiencias”,
publicado en versión castellana en, Historia social y conciencia histórica, Madrid, 2002, pp. 65-86 (cita p. 84).
Cito según PEÑA, Manuel, “La Vida Cotidiana en la época moderna. Disciplinas y rechazos”, Historia social, 66
(2010), pp. 41-56.
cotidiana? Perspectivas de la Historia social y de la Historia de la Vida cotidiana de los años
noventa.” Las premisas de la Alltagsgeschichte habían sido aceptadas.
Algunos, como Wolfgang Hardtwig, dijeron que con el éxito de la Historia de la Vida
cotidiana finalmente había terminado el “Sonderweg” – la apartación – de la historiografía
alemana que desde entonces formaba parte otra vez, después de noventa años de separación,
de un movimiento común de la historiografía internacional.22 Pero los orgnizadores del debate
– por lo menos eso parece – creían en el enfoque de la Alltagsgeschichte como algo del
pasado, sin futuro.

5. Alltagsgeschichte y Nueva Historia cultural


La causa se debía ver en los comienzos de una nueva corriente historiográfica. También la
historiografía alemana vivía desde los años ochenta el interés por la antropología cultural. La
historiografía tomó de la etnología un concepto de cultura que trata la cultura como el sistema
con cuya ayuda el hombre asimila el mundo. Empezaron a centrar su atención en el análisis de
los procesos mentales y espirituales de esta asimilación. Temas como la representación
simbólica, la memoria o la práctica del poder ganaron importancia. Con su naciente éxito, la
historia cultural fue otra corriente que cuestionó la supremacia de la Historia social. Otra vez
fue Wehler quién con palabras afiladas comentó lo que estaba pasando en la historiografía:
Además, existe ahora entre los historiadores centrados en la etnología, una coquetería con lo arbitrario
en la suma de noticias sobre cabylos y nuevo zelandios, sobre cazadores de cabezas en Filipinas y
campesinos de Provenza. Sin lugar a dudas, uno puede aprender de la pluralidad sociocultura
continuamente, - que el mundo está lleno de colores lo sabían también ya Thucydides y Herodot. Hay
que esperar con calma que cuestiones esclarecedoras de la etnología pueden ser destiladas por la
historiografía, los proyectos que puede llevar a cabo mejor que otras disciplinas vecinas.23
Wehler publicó estas palabras en 1985 no en una revista para eruditos, sino en el semanal más
influyente alemán: Die Zeit.
Si los historiadores de la Historia social habían pretendido ignorar la Alltagsgeschichte, los
antropólogos culturales iban desde el principio en el camino inverso: intentaron integrar la
Alltagsgeschichte con sus temas en su propio area de investigación. Paradigmática puede ser
la revista Historische Kulturanthropologie – Antropología cultural histórica. En el subtítulo
de esta revista aparecen tres campos históricos: cultura – sociedad – vida cotidiana. La
Alltagsgeschichte formaba, por lo tanto, parte de la antropología cultural.24
Lo que triunfó en Alemania no fue solamente la antropología cultural, sino a partir de la
segunda mitad de los años noventa la Nueva historia cultural. Se puede hablar de un nuevo
cambio de paradigma que convirtió la Historia social en algo pasado. Para la
Alltagsgeschichte, el auge de la historia cultural fue tanto un reto como una posibilidad. Ute
Daniel, quien publicó en 2001 con su Kompendium Kulturgeschichte el primer manual alemán
sobre la corriente de la nueva historia cultural, postuló que el “Alltag” ha acabado,
desaparecido dentro de lo que hoy se llama historia cultural.25
La historia cultural no solamente integró los temas de la Alltagsgeschichte, sino que cuestionó
uno de sus conceptos cruciales: el de la experiencia.26 La cuestión después del linguistic turn

22
HARDTWIG, Wolfgang, “Alltagsgeschichte heute. Eine kritische Bilanz“, Sozialgeschichte –
Alltagsgeschichte – Mikrohistorie. Eine kritische Bilanz, Göttingen, 1994, pp. 19-22.
23
WEHLER; Hans-Ulrich, citado en: SALDERN, art. cit., pp. 19-20.
24
ZORN, art. cit., pp. 332-334.
25
DANIEL, Ute, Kompendium Kulturgeschichte. Theorien, Praxis, Schlüsselwörter, Frankfurt/M., 2001, pp.
307s.
26
CANNING, Kathleen, “Problematische Dichotomien. Erfahrung zwischen Materialität und Narrativität“, en
Historische Anthropologie, 10 (2002), pp. 163-182, p. 176.
era si el hombre como sujeto podría tener experiencias auténticas relevantes para la vida
cotidiana, o si las experiencias solo serían posibles como resultados de discursos y formas
simbólicas. Desde este último punto de vista, la experiencia dependía de las estructuras
simbólicas y las condiciones discursivas y se formaba con ellas. Los defensores de la
experiencia, en cambio, subrayaron que el lenguaje no construía la realidad, sino que la
representaba.27 El debate sigue abierto.
Alf Lüdtke no quería aceptar las posturas radicales del linguistic turn, alegando que la vida
cotidiana, con su desmensurabilidad y omnipresencia, requería un énfasis en lo no-
espectacular-material y también en la variedad y pluralidad de las prácticas cotidianas.
Discursos o formas simbólicas dan un marco para las prácticas de la vida cotidiana, pero
igualmente dan la posibilidad para reinterpretar, cambiar o deshacer practicás ajenas y
propias. Lo que importa, por lo tanto, es contrastar los discursos y formas simbólicas con las
pautas de curriculum individuales, de como el individuo adopta normas, discuros o
expetativas en su práctica diaria, yendo al taller para trabajar, cumpliendo con el horario
laboral o evitando lo que la familia o el público esperaba de uno como hombre o como
mujer.28

6. La Alltagsgeschichte a comienzos del nuevo milenio


Se puede alegar que la Alltagsgeschichte con su fijación en lo concreto aceptó, finalmente,
tanto de la Historia social como de la Nueva historia cultural la integración de un marco
teórico más amplio. Pero, quizá, por eso ahora es tan poco visible en Alemania, porque se
integró perfectamente el marco más amplio de la Nueva historia cultural y de la vieja Historia
social. Sobre esta última dice Wolfgang Zorn en 2004: la Alltagsgeschichte ha influido
profundamente en la historiografía alemana y sus huellas son perceptibles en la Historia
social. La historia de las experiencias, adaptaciones, percepciones y de la práctica de la vida
cotidiana foman parte de ella.29
Pero a comienzos del nuevo milenio parecía que no se había logrado establecer la
Alltagsgeschichte como término interdisciplinar o como una corriente historiográfica
independiente. La bibliografía de libros impresos en alemán cuenta para los años 2002/3 solo
con cinco títulos sobre la Alltagsgeschichte, de los cuales dos son segundas ediciones.30 La
Alltagsgeschichte como una corriente propia dentro de la historiografía alemana se veía, por
lo tanto, en peligro de extinción.
Uno de los más influyentes manuales de métodos para la historia de Lutz Raphael sí menciona
a los pioneros de la Alltagsgeschichte alemana, Hans Medick y Alf Lüdtke, con su entonces
grupo de investigación en el Max-Planck-Institut en Göttingen, pero los subedita a lo que el
llama: nueva Historia social de los efectos del gobierno. No menciona en todo su libro el
termino Alltagsgeschichte.31 Hartwig Brandt y Ewald Grothe, los dos editores de las Fuentes
para la historia cotidiana de los alemanas hablan en 2005 de la Alltagsgeschichte ya
preferentemente en el pasado. La tratan como una corriente historiográfica ligada
principalmente a los años ochenta.32
Otros temas relevantes de la Historia de la Vida cotidiana son la historia del cuerpo y el
análisis de testimonios propios o personales como diarios, cartas o autobiografías, llamado

27
PILLER, Gudrun, Private Körper. Spuren des Leibes in Selbstzeugnissen des 18. Jahrhunderts, Colonia, 2007,
p. 9.
28
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, art. cit., pp. 279-280.
29
ZORN, art. cit., pp. 342-343.
30
ZORN, art. cit., p. 336.
31
RAPHAEL, Lutz, Geschichtswissenschaft im Zeitalter der Extreme, München, 2003, p. 185.
32
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit, p. 5-8.
“Selbstzeugnisforschung” en alemán. Un reciente trabajo que une los dos temas para el siglo
XVIII es “Private Körper” – cuerpos privados – de Gudrun Piller del año 2007. Es llamativo
que la autora se refiera tanto a la categoria de la experiencia como a la obstinación – el
“Eigensinn” – dos categorias centrales para la Alltagsgeschichte. No solo cita a Alf Lüdtke
sino que publica su monografía en una serie, donde el propio Lüdke figura como editor:
Selbstzeugnisse der Neuzeit – testimonios propios de la Edad moderna.33 Pero no menciona ni
una palabra sobre el concepto de Alltagsgeschichte.
El mismo Alf Lüdtke editó en 2008 un recopilación llamada Vidas de eruditos. Práctica del
saber en la Edad moderna.34 Prescinde totalmente del término Alltagsgeschichte, pero lo que
propone es una nueva historia de la ciencia que parte del científico. ¿Cómo hicieron los
científicos la ciencia? ¿Cómo vieron su trabajo, de qué se dieron cuenta en su entorno
científico y qué ignoraron?35 Lüdtke, por lo tanto, sigue fiel a sus premisas de la experiencia,
la práctica y lo cotidiano, integrando ahora conceptos de la Sociología del saber y de la Nueva
Historia cultural. Esta recopilación quizá sea paradigmática de como se trata
Alltagsgeschichte ahora en Alemania sin llamarla así.
Una mirada al extranjero parecía confirmar que el termino Alltagsgeschichte no había logrado
establecerse dentro de la historiografía. El ya mencionado Wolfgang Zorn dice todavía en
2004 que en el extranjero se ignoró el término “Alltagsgeschichte” así como sus equivalentes
franceses “histoire du quotidien” e ingleses “everyday history” casí por completo.36
Parece que ahora la Alltagsgeschichte – con su propio término – ha recobrado vida. Eso
demuestra una conferencia celebrada en 2008 en Erfurt a causa de la emeritación de Alf
Lüdtke con el título Lo cotidiano en perspectiva transnacional, o: sobre la actualidad de la
Historia de la vida cotidiana. Una sección iba dedicada a vida cotidiana y experiencia
colonial. Quizá la historiografía alemana se está dando cuenta ahora de que el concepto no
está limitado a Alemania y sigue vivo en otros países.37
También en otro campo, en el de las ciencias políticas, se está aceptando tanto el termino
como el enfoque de la Alltagsgeschichte. Dirk Lange, en un trabajo ya del año 2003 sobre
vida cotidiana y ciencias políticas, resalta dos peligros para una supuesta colaboración entre
vida cotidiana y las ciencias sociales e históricas. Por un lado, desde el punto de vista de la
Historia social, una mera prolongación de sus supuestos a lo cotidiano, utilizando la
Alltagsgeschichte solamente como una ilustración de lo estructural, no hubiera aportado nada.
Hacía falta aceptar el factor de la experiencia subjetiva como un factor objetivo para la
construcción de la realidad. Por otro lado, desde el punto de vista de la Historia de la Vida
cotidiana, la concentración en la experiencia concreta, para no caer en un subjetivismo, no
debería obviar que las experiencias cotidianas dependen de procesos y estructuras mayores.38
Es, por lo tanto, el viejo problema de como relacionar estructura y experiencia que conmueve
también a las ciencias políticas.
Otro proyecto actual de la Universidad de Erfurt, donde enseñó Alf Lüdtke hasta el 2008,
relacionado por su enfoque con la Alltagsgeschichte, es la investigación sobre espacios de lo

33
PILLER, Gudrun, op. cit., p. 8, n. 37.
34
LÜDTKE Alf, Gelehrtenleben. Wissenspraxis in der Neuzeit, Böhlau, 2008.
35
Ibid., p. 27
36
ZORN, art. cit., p. 342.
37
Alltag in transnationaler Perspektive, oder: Zur Aktualität der Alltagsgeschichte – Everyday Life in
Transnational Perspective: Alltagsgeschichte Revisited. Véase: http://hsozkult.geschichte.hu-
berlin.de/termine/id=10074
38
LANGE, Dirk, Politische Alltagsgeschichte. Ein interdisziplinäres Forschungskonzept im Spannungsfeld von
Politik- und Geschichtswissenschaft, Leipzig, 2003, pp. 90-91.
clandestino en la alta Edad moderna, una sociedad donde presencia y comportamiento eran
claves, pero no obstante se dieron rituales e interacción clandestinas.39
La historiografía de la nobleza también ha empezado a interesarse por la vida cotidiana. En
2009 se celebró una conferencia en la der School of Historia del Institute for Advanced
Studies de la Universidad de Friburgo con el título Lo que hace noble al noble – obstinación
aristocrática en derecho, política y estética europeos (siglos XVI-XX).40 El termino
“Eigensinn” – obstinación – que tanta importancia tiene para la Historia de la Vida cotidiana
aparece no solo en el título sino da el enfoque para toda la conferencia.
Otros temas actuales de la Alltagsgeschichte en Alemania son, según Alf Lüdtke, primero “el
gobierno como práctica social”. Para la historia moderna interesa sobre todo ¿qué significa el
nacimiento del Estado moderno para el individuo? ¿Cómo reaccionó el súbdito ante el
aumento de control por parte del régimen de gobierno? ¿Qué formas de adaptación existían?
¿Llegaron a ejercer la resistencia contra el gobierno? 41 El segundo tema de gran actualidad
son las “migraciones”; el tercer tema sería el gobierno y el poder en tiempos extremos. Se
piensa sobre todo en la primera guerra mundial y la Alemania nazi.42
En un homenaje a Alf Lüdtke, celebrado también en 2008, se ofrece un estado de la cuestión
sobre la Alltagsgeschichte, donde los editores dicen que “la Alltagsgeschichte no es una
corriente historiográfica como la Historia social, económica, política o cultural, sino más bien
un código para resolver una perspectiva complicada. [...] Abarca una multitud de
procedimientos teóricos y metodológicos para analizar objetos muy variados. [...] Su punto en
común es la crítica de los modelos grandes, de las historias magistrales. Alltagsgeschichte hoy
en dia sería la mirada hacia lo superfluo, hacia el “punctum” en las palabras de Roland
Barthes, un detalle en una fotografía que – como un relámpago oscilante – de repente es capaz
de aclarar toda la fotografía”.43

7. Epílogo
Se podría terminar aquí, porque con la fotografía se ha cerrado el círculo, pero quiero llamar
la atención sobre influencias de la Alltagsgeschichte en la sociedad alemana actual.
La Alltagsgeschichte ha entrado muy recientemente en las materias impartidas en los
institutos de enseñanza secundaria en Alemania. Sí hasta principios del siglo XXI la
asignatura de historia en las escuelas estaba ligada a la historia política, preferentemente
exterior, y a la Historia social, ahora, desde hace un año, se enseña por vez primera un
curriculum para los alumnos de los últimos dos años que empieza con la experiencia y las
condiciones del hombre en la Alta Edad moderna y en la industrialización. Temas obligatorios
son: enfermedades, la muerte, la casa, el papel de hombre, mujer y niño, el trabajo y la
experiencia del poder.44 Cabe esperar que tal cambio curricular aumentará notablemente el
peso de la Historia de la Vida cotidiana, sobre todo para la historia de la alta Edad moderna,
debido al potencial multiplicador de las escuelas.

39
http://www.h-net.org/reviews/showrev.php?id=29796
40
Was den Adel adelig macht – Adliger Eigensinn in Recht, Politik und Ästhetik Europas (16. – 20.
Jahrhundert). Un resumen de la conferencia en: http://hsozkult.geschichte.hu-
berlin.de/tagungsberichte/id=2738&count=215&recno=16&sort=datum&order=down&geschichte=174
41
Por ejemplo: HOHKAMP, Michaela, Herrschaft in der Herrschaft. Die vorderösterreichische Obervogtei
Triberg von 1737 bis 1780, Göttingen, 1998.
42
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, art. cit., pp. 284-288.
43
DAVIS, Belinda; LINDENBERGER, Thomas; WILDT, Michael, art. cit., p. 17.
44
Por ejemplo el curriculum para el Gymnasium en Baviera: http://www.isb-gym8-
lehrplan.de/contentserv/3.1.neu/g8.de/index.php?StoryID=26414
Según el punto de vista estructuralista sería así. Los profesores y los alumnos se adaptarían a
lo que el gobierno redacta con sus normas y con su poder coercitivo. Pero, quizá exista una
forma de obstinación por parte del profesorado. La mayoría fue formado en los años ochenta
en las universidades. Para ellos, historia es crítica social y política. No hablar de las relaciones
exteriores de Bismarck y del complejo cuadro político que dejo estallar la I. Guerra mundial
les parece un crimen. Conociendo su autonomia y su Eigensinn (obstinación), creo que el
viejo concepto curricular va a persistir por un tiempo. Para saberlo haría falta una
investigación sobre el Alltag en la escuela.
Otro debate muy actual que ha conmovido al público alemán es el debate sobre la integración
de los musulmanes. Todo estalló por un libro del político y ex-miembro del Banco federal
alemán Thilo Sarrazin, quien con palabras muy críticas y tesis casí racistas, ve en pelígro la
cultura alemana, y ve fracasada la sociedad transcultural.45 Un reciente artículo en el semanal
Die Zeit con el título “Brezeln para el Bósporo” 46 cuenta la historia de unos turcos alemanes
que emigraron a Istanbul, ciudad de sus padres, después de haber pasado toda su vida en
Alemania. Allí se dieron cuenta de algo para ellos sorprendente: si en Alemania el principal
problema fue la discriminación positiva y negativa – siempre la sociedad los tachaba de turcos
– ahora se dieron cuenta de lo alemanes que eran y que se sentían. Una mujer iba hasta al Ikea
– a pesar de ser sueco – para ver el Praktiker, una cadena alemana de bricolaje, desde la
Cafetería y poder beber café alemán. Lo que el actual debate alemán ignora es la vida
cotidiana de los hijos de los inmigrantes turcos que han nacido ya en Alemania. Siguen siendo
musulmanes, quizá lleven pañuelo, y si Turquía juega contra alemania llevan la bandera roja
con la media luna. Es lo visible, lo que también la Historia cultural detectaría dentro de cien
años. Barbara Stollberg-Rilinger comienza su importante artículo sobre la comunicación
simbólica justamente llamando la atención sobre “pañuelos, crucifijos o juramentos [que]
están en el centro de fuertes conflictos sobre valores sociales básicos.”47 Pero lo no-visible de
los turcos-alemanes para algún y otro político o escritor, pero también para un enfoque
historiográfico que se conforma con los símbolos, es su vida cotidiana, que se hayan integrado
perfectamente a la vida alemana en su dia a dia. Y, al igual que el fotógrafo granadino y yo
antes de irme de Granada, los turcos-alemanes se dan cuenta de su vida cotidiana cuando
desaparece y es el preciso momento en el que el historiador puede apreciarla.

45
Thilo Sarrazin, Deutschland schafft sich ab. Wie wir unser Land aufs Spiel setzen, Stuttgart 2010.
46
Michael Thumann, “Brezeln für den Bosporus“, Die Zeit, 44, 28.10.2010.
47
STOLLBERG-RILINGER, Barbara, “Symbolische Kommunikation in der Vormoderne. Begriffe – Thesen –
Forschungsperspektiven“, Zeitschrift für historische Forschung, 31 (2004), pp. 489-528, p. 489.

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