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Martin BIERSACK
Universidad de Ratisbona
1. Introducción
Julio 2008 en Granada. Fue el último día de mi estancia de investigación, después de haber
pasado bastante tiempo en esta ciudad. Por casualidad, fui a una exposición de fotografía en el
centro cultural de la Universidad, en la Casa de Porras. Allí ví una exposición sorprendente
con el título Estudiantes en cuerpo y alma de un fotógrafo, para mi desconocido, llamado
Marcos Corzo. Trató de describir con sus fotografías que es la vida cotidiana de un estudiante
en Granada, en las palabras del propio Marcos Corzo: “[… ] exponiendo una lista de
emociones y miradas capaces de encontrar un vínculo entre el espectáculo de la realidad y la
magia de la creación; una comunión entre la belleza y la reflexión, entre la mirada y la
impresión. El fotógrafo, que merodea por escenarios emocionales ofrece imágenes para el
ensueño, para la evocación, para la hermosura y la exaltación […]”.1
También yo había sido estudiante en Granada, a finales de los noventa, con el intercambio
Erasmus y posteriormente con el doctorado. Y precisamente en mi último dia en Granada ví la
fotografía de un letrero donde solo se leía: Aula 12, y abajo como explicación: en el Centro de
Lenguas modernas. En otra foto se veían estudiantes subiendo las escaleras de la facultad de
ciencias, en otra un piso compartido cualquiera, y en otra, una parada de autobus en la Gran
Via con estudiantes y sus carpetas, esperando.
Por casualidad, esa era también mi parada diaria, y la vida que vi retratada durante años
también fue la mía. ¿Por qué recuerdo tan bien esa exposición? ¿Por qué me emocionó tanto,
a pesar de su sencillez? O, mejor: ¿Por qué el fotógrafo se decidió a hacer una exposición con
motivos tan normales que todos pueden ver cada día en la misma ciudad en vivo? Creo que
estaba en la misma condición que yo. Quizá fue un estudiante que estaba acabando la carrera,
y con eso se dio cuenta de algo fundamental: lo que pierde definitivamente no es la ciencia, o
la Alhambra o los amigos, sino la vida cotidiana del estudiante. Y es allí donde se percibe la
vida cotidiana: solo aparece en momentos especiales, quizá extremos, donde lo normal y
diario se ve alterado o desaparece por completo. Nace la nostalgia, tan ligada a la vida
cotidiana para los espectatores.
1
http://secretariageneral.ugr.es/pages/memorias/academica/20072008/alumnado/porras
2
Véase sobre Hans-Ulrich Wehler y su reacción ante la Historia de la Vida Cotidiana: ZORN, Wolfgang,
“Alltagsgeschichte. Konjunktur und bleibende Aufgaben“, Wirtschafts- und Sozialgeschichte. Arbeitsgebiete –
Probleme – Perspektiven, Wiesbaden, 2004, pp. 325-344, p. 330.
Hoy en día, los debates de los años ochenta nos parecen curiosos, sino graciosos, y solo se
puede entender si se tiene en cuenta la historia de la historiografía alemana después de la
segunda guerra mundial.
Para la historiografía alemana el enfoque principal fue, hasta los años sesenta, la historia de
las grandes cuestiones políticas, preferentemente la historia de las relaciones internacionales.
Las acciones de Estado, los grandes hechos, y los grandes hombres de Estado como
protagonistas de la historia, cobraron mucha atención por parte de una historiografía que
seguía fiel al historismo alemán decimonónico y su método: la hermenéutica. Contra esta
corriente dominante protestaron en los años sesenta jóvenes historiadores que habían
aprendido de la historiografía anglosajona o francesa y pretendían combinar teorías sociales
con una investigación empírica e histórica. Su interés se centraba en estructuras, procesos e
intereses sociales. Nació la Historia social alemana que situó la historia en el ámbito de las
ciencias sociales. Claro que, para una historiografía de esta talla, todo lo anterior a la
Revolución francesa carecía de interés. La historia de la sociedad es, sobre todo, la historia de
la sociedad actual. Con duras peleas contra la historiografía política establecida, pero
favorecido tanto por el cambio generacional como por la fundación de muchas universidades
en la Alemania de los años sesenta y setenta, la Historia social alemana logró convertirse en
la corriente historiográfica dominante, con su centro incuestionable en la Universidad de
Bielefeld.3
Si la Historia social alemana nació con una fuerte discusión contra la establecida historia
política, ella, al verse en la situación dominante, hizo lo mismo con la naciente
Alltagsgeschichte. La criticó duramente. Primero, veían en la Historia de la Vida cotidiana
una vuelta al romanticismo por su tendencia hacia el subjetivismo, el irracionalismo y la
empatía. La historia para Hans-Ulrich Wehler, en cambio, tenía la obligación de esclarecer, y
la Historia de la Vida cotidiana echaba a perder la herencia de “racionalización y
modernización occidental”.4 Segundo, constataron una pérdida de teoría, el olvido de la
totalidad de la sociedad, por el enfoque de la Historia de la Vida cotidiana hacia lo concreto.5
¿Tenían razón los críticos de la Historia de la Vida cotidiana? Es válido comparar la Historia
de la Vida cotidiana con el romanticismo o algo un tanto peyorativo como el costumbrismo o
el Biedermeier, confróntandolo con las grandes estructuras y la claridad del Bauhaus o del
arte abstracto?
El surgimiento de la Historia de la Vida cotidiana en los años setenta y ochenta en Alemania
está integrado en un contexto cultural más amplio. Fueron la crisis de la idea del progreso, la
conciencia por los problemas ecológicos, los límites de un modelo político que dependía de
un constante crecimiento económico, entre otros. Esta crisis en lo político llevaba a una vuelta
a lo privado, lo individual, pero también a la nostalgia. Esta crisis se tradujo en la crisis de una
historiografía que creía en la modernización y una constante mejora de la sociedad humana
como era el caso de la Historia social.6
3
SALDERN, Adelheid von, “ ‘Schwere Geburten’. Neue Forschungsrichtungen in der bundesrepublikanischen
Geschichtswissenschaft (1960-2000)“, en: WerkstattGeschichte, 40 (2005), pp. 5-30, pp. 6-7.
4
Hans-Ulrich Wehler, citado en: BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald (Eds.), Quellen zur Alltagsgeschichte
der Deutschen. 1815-1870, Darmstadt, 2005, p. 4.
5
SALDERN, art. cit., p. 14.
6
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit., p. 6.
La Alltagsgeschichte nace de la crítica de la Historia social. Para los historiadores de la vida
cotidiana, la Historia social se centró demasiado en la exploración de las condiciones
socioeconómicas mensurables y la reconstrucción de procesos económocos, demográficos y
sociales.7 La Historia social para Alf Lüdtke tenía el mérito de llamar la atención a las masas,
a la multidud. Pero seguía siendo una masa sin nombre ni cara, solo una cifra estatística de la
constelación social. Desatendieron la actividad de hombres concretos en los procesos
históricos. Allí empezaron los pioneros de la Alltagsgeschichte en Alemania. Se preguntaron
quienes fueron los trabajadores sin nombre, los protagonistas de la revolución industrial en
Alemania o los colaboradores anónimos de los nazis en los barrios.8
Para los pioneros de la Alltagsgeschichte en Alemania, el centro de atención fue – primero –
la “experiencia” de los actores de la historia, y – segundo – sus “prácticas”. Las prácticas son
las formas en las que el individuo se apropia del mundo, y la transformación que dicha
apropiación causa en el mundo. Para Alf Lüdtke, esta apropiación de una situación concreta
por el individuo es lo esencial de la Alltagsgeschichte. Este individuo como actor de la
historia ya no era el gran hombre de Estado, o la multitud sin nombre. Se escribía “Geschichte
von unten”, historia desde abajo.9
El termino “Alltag” – lo cotidiano – no significa un lugar concreto, sino una perspectiva, un
enfoque de investigación que se interesa por las circunstacias donde el hombre se da cuenta de
su propia situación e intenta apropiarse de ella.10 Relacionado con la apropiación de una
situación concreta encontramos el término “Eigensinn” – la obstinación – el cual se refiere no
tanto a la resistencia contra una estructura dominante como a la pluralidad de las formas de
apropiación. Un individuo puede reaccionar aceptando, colaborando, evitando, huyendo,
distanciandose, resistiendo, o todo al mismo tiempo y sin que fuera necesaria una lógica para
explicar su comportamiento. El “Eigensinn” se interpretaría como algo muy propio del
individuo en el momento de apropiarse de una situación histórica.11
Alf Lüdtke habla del ejemplo de un oficial alemán, Max Liedtke, quién en julio de 1942 cerró
un puente para unidades de la SS. Dilató así el traslado y la destrucción inmediata de un
ghetto, aunque sin poder evitarla del todo. Para el oficial, esta resistencia no tuvo ningún
perjuicio. Unos meses más tarde le encontramos como comandante de una ciudad en el
Caúcaso, donde el mismo hombre, que hacía algunos meses había resistido bravamente a una
orden cruel de la SS, ahora sin dilación, ejecutaba civilistas. Solo la mirada microscópica del
historiador podía derrumbar una seguridad hecha, la de creer que el hombre sigue una linea
fija, que el hombre y su conducta son siempre racionales, comprensibles y que una tipología
puede ser útil y posible. Nada de eso. Para contestar el ¿por qué? de esta oscilación en la
conducta humana haría falta buscar muchos ejemplos concretos más, ejemplos de la vida
cotidiana, de curriculos y prácticas de la vida.12
Bajo estas premisas metódicas, la Alltagsgeschichte alemana iba ahora preferentemente hacia
dos temas: el primero, la vida cotidiana de los trabajadores de la revolución industrial. Del
mismo modo que el romanticismo, que nació justamente cuando la modernización y la
7
DÜLMEN, Richard van, “Historische Anthropologie in der deutschen Geschichtsschreibung”, en Geschichte in
Wissenschaft und Unterricht, 42 (1991), p. 698.
8
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte: Stand der Diskussion und Perspektiven“, Alltag in der Pflege – wie machen
sich Pflegende bemerkbar?, Frankfurt/M., 2009, pp. 13-26, p. 16.
9
Ibid., pp. 14-16.
10
LAAK, Dirk van, “Alltagsgeschichte“, Aufriss der historischen Wissenschaften, vol. 7. Neue Themen und
Methoden in der Geschichtswissenschaft, Stuttgart, 2003, pp. 14-80, p. 68.
11
DAVIS, Belinda; LINDENBERGER, Thomas; WILDT, Michael, “Einleitung“, Alltag, Erfahrung, Eigensinn.
Historisch-anthropologische Erkundungen, Frankfurt/M., 2008, pp. 11-28, p. 18.
12
LÜDTKE, art. cit., pp. 23-24.
industria iban a transformar definitivamente el mundo, la Alltagsgeschichte comenzó a
interesarse por la realidad de los trabajadores de las fábricas y minas de la Cuenca del Ruhr
justamente cuando estas estaban desapareciendo. El segundo tema de interés fue la vida
cotidiana durante el nazismo. En los primeros dos decenios después de la guerra, la atención
de los historiadores se centraba, sobre todo, en los mayores criminales como Hitler, Himmler,
o Göhring, y después, a partir de los años sesenta, en temas como la política social de los
nazis, el racismo o la estructura del poder. La identidad de los colaboradores y victimas de los
nazis seguía en el anonimato.13
Encontrar las huellas del nazismo en todos los sitios, las propias familias, el barrio, en las
escuelas, o en empresas fue la meta de un movimiento que tuvo su plataforma en la asociación
Geschichtswerkstatt.14 Estos talleres de la historia están en estrecha relación con la
Alltagsgeschichte. Pretendían llevar a cabo tanto el proyecto de reescribir la historia desde
abajo, como el de sacar la historiografía de los despachos académicos de los eruditos y
ponerla al alcanze del pueblo. Desde el principio se entendían como una versión crítica de los
“Geschichtsvereine”, las tradicionales asociaciones de historiadores de los distintos pueblos y
ciudades, donde aficcionados pretendían más bien ensalzar la historia local de su propia
patria. Las “Geschichtswerkstätten”, en cambio, fueron un movimiento crítico que se interesó
sobre todo por el pasado nacionalsocialista.15
Creo que no se debe hablar de una pérdida del espiritu crítico por parte de la
Alltagsgeschichte, como lo hacían los representantes de la Historia social. La
Alltagsgeschichte era crítica, y lo era en lo concreto. Pero quizá Wehler tenía razón al
relacionar la Alltagsgeschichte con el romanticismo, solo que para Wehler el romanticismo
era una equivocación y lo correcto era la ilustración. El espíritu racional contra el sentimiento
irracional. Estructura contra experiencia. La Alltagsgeschichte y el romanticismo tenían en
común su postura crítica frente a las grandes ideas de progreso y modernización; eran, por lo
tanto, una crítica de la cultura – respectivamente historiografía – predominante, y, en el caso
de la Alltagsgeschichte, también del papel del historiador como profesional que explicaba e
interpretaba la verdad. Como a los grandes pintores del romanticismo, por ejemplo Caspar
David Friedrich, no les interesa el detalle de la naturaleza o del hombre en sí, sino lo que la
naturaleza evoca en el hombre (la experiencia) y la transformación que dicha experiencia del
espectator o artista provoca en la naturaleza mediante la fantasía y el cambio de perspectiva
(la práctica).
La crítica decía que la mirada a la práctica cotidiana de los actores sobrevalora las
posibilidades de acción de estos. Alf Lüdtke, en cambio, creía que preguntar por las formas de
adaptación de un individuo a una situación concreta da la posibilidad de acercarse a los dos
polos “dado por algo exterior” – estructura – y “hecho propiamente” – experiencia y práctica
– de forma descriptiva, con un mayor sentido para los matices.16 Postula, siguiendo a Arlette
Farge, una nueva forma de presentar la historia mediante la incorporación de citas largas.
Dice: Querida lectora, querido lector, interpreta tu mismo con y de los materiales; intenta tu
reconstrucción, la que te parezca fidedigna!17
Uno de los resultados de esta postura que pretende volver a las fuentes y confrontar al lector
con los mismos testimonios es la colección Quellen zur Alltagsgeschichte der Deutschen vom
13
LÜDTKE, art. cit., pp. 18-19.
14
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit., pp. 6-7.
15
Véase: SZODRZYNSKI Joachim (ed.), Geschichtswerkstätten gestern – heute – morgen. Bewegung!
Stillstand. Aufbruch?, Hamburgo, 2004.
16
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, en Historische Anthropologie, 11 (2003), pp.
278-295, pp. 290-293.
17
Ibid., p. 294 y FARGE, Arlette, Le gout de l’archive, Paris, 1989.
Mittelalter bis heute, Fuentes para la historia cotidiana de los alemanes desde la Edad media
hasta hoy. En la portada, los editores dicen que las fuentes deberían dar “tanto al historiador
como al lector aficcionado la posibilidad de conocer de manera inmediata y autónoma los
principales caminos, actores y estructuras de la historia alemana.18
Que los temas preferentes de la Alltagsgeschichte fueran la industrialización, la primera y
segunda guerra mundial y el nazismo es comprensible por una razón simple que ya he
mencionado al comienzo de mi discurso: lo cotidiano tiene un gran problema para el
historiador. Cuanto más cotidiana es una práctica o una experiencia, menos constancia deja
para los historiadores. Es en las situaciones extremas, donde el hombre ve alterarse su rutina
diaria e intenta adaptar su vida cotidiana a lo nuevo o lo extraordinario. Las experiencias y el
“Eigensinn” – obstinación– en el proceso de adaptación son más visibles en tales situaciones.
18
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit.
19
ZORN, Wolfgang, “Alltagsgeschichte. Konjunkturen und bleibende Aufgaben“, Sozial- und
Wirtschaftsgeschichte, Stuttgart, 2004, pp. 325-343, pp. 327-328.
20
KOCKA, Jürgen, Sozialgeschichte, segunda edición, Göttingen, 1986, pp. 152-160 y 162-164.
21
KOCKA, Jürgen, “La historia social, entre la historia de la estructuras y la historia de la experiencias”,
publicado en versión castellana en, Historia social y conciencia histórica, Madrid, 2002, pp. 65-86 (cita p. 84).
Cito según PEÑA, Manuel, “La Vida Cotidiana en la época moderna. Disciplinas y rechazos”, Historia social, 66
(2010), pp. 41-56.
cotidiana? Perspectivas de la Historia social y de la Historia de la Vida cotidiana de los años
noventa.” Las premisas de la Alltagsgeschichte habían sido aceptadas.
Algunos, como Wolfgang Hardtwig, dijeron que con el éxito de la Historia de la Vida
cotidiana finalmente había terminado el “Sonderweg” – la apartación – de la historiografía
alemana que desde entonces formaba parte otra vez, después de noventa años de separación,
de un movimiento común de la historiografía internacional.22 Pero los orgnizadores del debate
– por lo menos eso parece – creían en el enfoque de la Alltagsgeschichte como algo del
pasado, sin futuro.
22
HARDTWIG, Wolfgang, “Alltagsgeschichte heute. Eine kritische Bilanz“, Sozialgeschichte –
Alltagsgeschichte – Mikrohistorie. Eine kritische Bilanz, Göttingen, 1994, pp. 19-22.
23
WEHLER; Hans-Ulrich, citado en: SALDERN, art. cit., pp. 19-20.
24
ZORN, art. cit., pp. 332-334.
25
DANIEL, Ute, Kompendium Kulturgeschichte. Theorien, Praxis, Schlüsselwörter, Frankfurt/M., 2001, pp.
307s.
26
CANNING, Kathleen, “Problematische Dichotomien. Erfahrung zwischen Materialität und Narrativität“, en
Historische Anthropologie, 10 (2002), pp. 163-182, p. 176.
era si el hombre como sujeto podría tener experiencias auténticas relevantes para la vida
cotidiana, o si las experiencias solo serían posibles como resultados de discursos y formas
simbólicas. Desde este último punto de vista, la experiencia dependía de las estructuras
simbólicas y las condiciones discursivas y se formaba con ellas. Los defensores de la
experiencia, en cambio, subrayaron que el lenguaje no construía la realidad, sino que la
representaba.27 El debate sigue abierto.
Alf Lüdtke no quería aceptar las posturas radicales del linguistic turn, alegando que la vida
cotidiana, con su desmensurabilidad y omnipresencia, requería un énfasis en lo no-
espectacular-material y también en la variedad y pluralidad de las prácticas cotidianas.
Discursos o formas simbólicas dan un marco para las prácticas de la vida cotidiana, pero
igualmente dan la posibilidad para reinterpretar, cambiar o deshacer practicás ajenas y
propias. Lo que importa, por lo tanto, es contrastar los discursos y formas simbólicas con las
pautas de curriculum individuales, de como el individuo adopta normas, discuros o
expetativas en su práctica diaria, yendo al taller para trabajar, cumpliendo con el horario
laboral o evitando lo que la familia o el público esperaba de uno como hombre o como
mujer.28
27
PILLER, Gudrun, Private Körper. Spuren des Leibes in Selbstzeugnissen des 18. Jahrhunderts, Colonia, 2007,
p. 9.
28
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, art. cit., pp. 279-280.
29
ZORN, art. cit., pp. 342-343.
30
ZORN, art. cit., p. 336.
31
RAPHAEL, Lutz, Geschichtswissenschaft im Zeitalter der Extreme, München, 2003, p. 185.
32
BRANDT, Hartwig; GROTHE, Ewald, op. cit, p. 5-8.
“Selbstzeugnisforschung” en alemán. Un reciente trabajo que une los dos temas para el siglo
XVIII es “Private Körper” – cuerpos privados – de Gudrun Piller del año 2007. Es llamativo
que la autora se refiera tanto a la categoria de la experiencia como a la obstinación – el
“Eigensinn” – dos categorias centrales para la Alltagsgeschichte. No solo cita a Alf Lüdtke
sino que publica su monografía en una serie, donde el propio Lüdke figura como editor:
Selbstzeugnisse der Neuzeit – testimonios propios de la Edad moderna.33 Pero no menciona ni
una palabra sobre el concepto de Alltagsgeschichte.
El mismo Alf Lüdtke editó en 2008 un recopilación llamada Vidas de eruditos. Práctica del
saber en la Edad moderna.34 Prescinde totalmente del término Alltagsgeschichte, pero lo que
propone es una nueva historia de la ciencia que parte del científico. ¿Cómo hicieron los
científicos la ciencia? ¿Cómo vieron su trabajo, de qué se dieron cuenta en su entorno
científico y qué ignoraron?35 Lüdtke, por lo tanto, sigue fiel a sus premisas de la experiencia,
la práctica y lo cotidiano, integrando ahora conceptos de la Sociología del saber y de la Nueva
Historia cultural. Esta recopilación quizá sea paradigmática de como se trata
Alltagsgeschichte ahora en Alemania sin llamarla así.
Una mirada al extranjero parecía confirmar que el termino Alltagsgeschichte no había logrado
establecerse dentro de la historiografía. El ya mencionado Wolfgang Zorn dice todavía en
2004 que en el extranjero se ignoró el término “Alltagsgeschichte” así como sus equivalentes
franceses “histoire du quotidien” e ingleses “everyday history” casí por completo.36
Parece que ahora la Alltagsgeschichte – con su propio término – ha recobrado vida. Eso
demuestra una conferencia celebrada en 2008 en Erfurt a causa de la emeritación de Alf
Lüdtke con el título Lo cotidiano en perspectiva transnacional, o: sobre la actualidad de la
Historia de la vida cotidiana. Una sección iba dedicada a vida cotidiana y experiencia
colonial. Quizá la historiografía alemana se está dando cuenta ahora de que el concepto no
está limitado a Alemania y sigue vivo en otros países.37
También en otro campo, en el de las ciencias políticas, se está aceptando tanto el termino
como el enfoque de la Alltagsgeschichte. Dirk Lange, en un trabajo ya del año 2003 sobre
vida cotidiana y ciencias políticas, resalta dos peligros para una supuesta colaboración entre
vida cotidiana y las ciencias sociales e históricas. Por un lado, desde el punto de vista de la
Historia social, una mera prolongación de sus supuestos a lo cotidiano, utilizando la
Alltagsgeschichte solamente como una ilustración de lo estructural, no hubiera aportado nada.
Hacía falta aceptar el factor de la experiencia subjetiva como un factor objetivo para la
construcción de la realidad. Por otro lado, desde el punto de vista de la Historia de la Vida
cotidiana, la concentración en la experiencia concreta, para no caer en un subjetivismo, no
debería obviar que las experiencias cotidianas dependen de procesos y estructuras mayores.38
Es, por lo tanto, el viejo problema de como relacionar estructura y experiencia que conmueve
también a las ciencias políticas.
Otro proyecto actual de la Universidad de Erfurt, donde enseñó Alf Lüdtke hasta el 2008,
relacionado por su enfoque con la Alltagsgeschichte, es la investigación sobre espacios de lo
33
PILLER, Gudrun, op. cit., p. 8, n. 37.
34
LÜDTKE Alf, Gelehrtenleben. Wissenspraxis in der Neuzeit, Böhlau, 2008.
35
Ibid., p. 27
36
ZORN, art. cit., p. 342.
37
Alltag in transnationaler Perspektive, oder: Zur Aktualität der Alltagsgeschichte – Everyday Life in
Transnational Perspective: Alltagsgeschichte Revisited. Véase: http://hsozkult.geschichte.hu-
berlin.de/termine/id=10074
38
LANGE, Dirk, Politische Alltagsgeschichte. Ein interdisziplinäres Forschungskonzept im Spannungsfeld von
Politik- und Geschichtswissenschaft, Leipzig, 2003, pp. 90-91.
clandestino en la alta Edad moderna, una sociedad donde presencia y comportamiento eran
claves, pero no obstante se dieron rituales e interacción clandestinas.39
La historiografía de la nobleza también ha empezado a interesarse por la vida cotidiana. En
2009 se celebró una conferencia en la der School of Historia del Institute for Advanced
Studies de la Universidad de Friburgo con el título Lo que hace noble al noble – obstinación
aristocrática en derecho, política y estética europeos (siglos XVI-XX).40 El termino
“Eigensinn” – obstinación – que tanta importancia tiene para la Historia de la Vida cotidiana
aparece no solo en el título sino da el enfoque para toda la conferencia.
Otros temas actuales de la Alltagsgeschichte en Alemania son, según Alf Lüdtke, primero “el
gobierno como práctica social”. Para la historia moderna interesa sobre todo ¿qué significa el
nacimiento del Estado moderno para el individuo? ¿Cómo reaccionó el súbdito ante el
aumento de control por parte del régimen de gobierno? ¿Qué formas de adaptación existían?
¿Llegaron a ejercer la resistencia contra el gobierno? 41 El segundo tema de gran actualidad
son las “migraciones”; el tercer tema sería el gobierno y el poder en tiempos extremos. Se
piensa sobre todo en la primera guerra mundial y la Alemania nazi.42
En un homenaje a Alf Lüdtke, celebrado también en 2008, se ofrece un estado de la cuestión
sobre la Alltagsgeschichte, donde los editores dicen que “la Alltagsgeschichte no es una
corriente historiográfica como la Historia social, económica, política o cultural, sino más bien
un código para resolver una perspectiva complicada. [...] Abarca una multitud de
procedimientos teóricos y metodológicos para analizar objetos muy variados. [...] Su punto en
común es la crítica de los modelos grandes, de las historias magistrales. Alltagsgeschichte hoy
en dia sería la mirada hacia lo superfluo, hacia el “punctum” en las palabras de Roland
Barthes, un detalle en una fotografía que – como un relámpago oscilante – de repente es capaz
de aclarar toda la fotografía”.43
7. Epílogo
Se podría terminar aquí, porque con la fotografía se ha cerrado el círculo, pero quiero llamar
la atención sobre influencias de la Alltagsgeschichte en la sociedad alemana actual.
La Alltagsgeschichte ha entrado muy recientemente en las materias impartidas en los
institutos de enseñanza secundaria en Alemania. Sí hasta principios del siglo XXI la
asignatura de historia en las escuelas estaba ligada a la historia política, preferentemente
exterior, y a la Historia social, ahora, desde hace un año, se enseña por vez primera un
curriculum para los alumnos de los últimos dos años que empieza con la experiencia y las
condiciones del hombre en la Alta Edad moderna y en la industrialización. Temas obligatorios
son: enfermedades, la muerte, la casa, el papel de hombre, mujer y niño, el trabajo y la
experiencia del poder.44 Cabe esperar que tal cambio curricular aumentará notablemente el
peso de la Historia de la Vida cotidiana, sobre todo para la historia de la alta Edad moderna,
debido al potencial multiplicador de las escuelas.
39
http://www.h-net.org/reviews/showrev.php?id=29796
40
Was den Adel adelig macht – Adliger Eigensinn in Recht, Politik und Ästhetik Europas (16. – 20.
Jahrhundert). Un resumen de la conferencia en: http://hsozkult.geschichte.hu-
berlin.de/tagungsberichte/id=2738&count=215&recno=16&sort=datum&order=down&geschichte=174
41
Por ejemplo: HOHKAMP, Michaela, Herrschaft in der Herrschaft. Die vorderösterreichische Obervogtei
Triberg von 1737 bis 1780, Göttingen, 1998.
42
LÜDTKE, Alf, “Alltagsgeschichte – ein Bericht von unterwegs“, art. cit., pp. 284-288.
43
DAVIS, Belinda; LINDENBERGER, Thomas; WILDT, Michael, art. cit., p. 17.
44
Por ejemplo el curriculum para el Gymnasium en Baviera: http://www.isb-gym8-
lehrplan.de/contentserv/3.1.neu/g8.de/index.php?StoryID=26414
Según el punto de vista estructuralista sería así. Los profesores y los alumnos se adaptarían a
lo que el gobierno redacta con sus normas y con su poder coercitivo. Pero, quizá exista una
forma de obstinación por parte del profesorado. La mayoría fue formado en los años ochenta
en las universidades. Para ellos, historia es crítica social y política. No hablar de las relaciones
exteriores de Bismarck y del complejo cuadro político que dejo estallar la I. Guerra mundial
les parece un crimen. Conociendo su autonomia y su Eigensinn (obstinación), creo que el
viejo concepto curricular va a persistir por un tiempo. Para saberlo haría falta una
investigación sobre el Alltag en la escuela.
Otro debate muy actual que ha conmovido al público alemán es el debate sobre la integración
de los musulmanes. Todo estalló por un libro del político y ex-miembro del Banco federal
alemán Thilo Sarrazin, quien con palabras muy críticas y tesis casí racistas, ve en pelígro la
cultura alemana, y ve fracasada la sociedad transcultural.45 Un reciente artículo en el semanal
Die Zeit con el título “Brezeln para el Bósporo” 46 cuenta la historia de unos turcos alemanes
que emigraron a Istanbul, ciudad de sus padres, después de haber pasado toda su vida en
Alemania. Allí se dieron cuenta de algo para ellos sorprendente: si en Alemania el principal
problema fue la discriminación positiva y negativa – siempre la sociedad los tachaba de turcos
– ahora se dieron cuenta de lo alemanes que eran y que se sentían. Una mujer iba hasta al Ikea
– a pesar de ser sueco – para ver el Praktiker, una cadena alemana de bricolaje, desde la
Cafetería y poder beber café alemán. Lo que el actual debate alemán ignora es la vida
cotidiana de los hijos de los inmigrantes turcos que han nacido ya en Alemania. Siguen siendo
musulmanes, quizá lleven pañuelo, y si Turquía juega contra alemania llevan la bandera roja
con la media luna. Es lo visible, lo que también la Historia cultural detectaría dentro de cien
años. Barbara Stollberg-Rilinger comienza su importante artículo sobre la comunicación
simbólica justamente llamando la atención sobre “pañuelos, crucifijos o juramentos [que]
están en el centro de fuertes conflictos sobre valores sociales básicos.”47 Pero lo no-visible de
los turcos-alemanes para algún y otro político o escritor, pero también para un enfoque
historiográfico que se conforma con los símbolos, es su vida cotidiana, que se hayan integrado
perfectamente a la vida alemana en su dia a dia. Y, al igual que el fotógrafo granadino y yo
antes de irme de Granada, los turcos-alemanes se dan cuenta de su vida cotidiana cuando
desaparece y es el preciso momento en el que el historiador puede apreciarla.
45
Thilo Sarrazin, Deutschland schafft sich ab. Wie wir unser Land aufs Spiel setzen, Stuttgart 2010.
46
Michael Thumann, “Brezeln für den Bosporus“, Die Zeit, 44, 28.10.2010.
47
STOLLBERG-RILINGER, Barbara, “Symbolische Kommunikation in der Vormoderne. Begriffe – Thesen –
Forschungsperspektiven“, Zeitschrift für historische Forschung, 31 (2004), pp. 489-528, p. 489.