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Psicología Social Y Comunitaria

Post Conflicto en Colombia


Introducción

En la última década del siglo XX, Colombia vivió grandes transformaciones institucionales

debido a la historia de conflictos sociopolíticos y militares, una transición de la guerra, el

fenómeno del paramilitarismo y el fenómeno de la guerrilla buscando la desvinculación y

reintegración social (Madariaga, Molinares, & Baena, 2016).

El conflicto es un fenómeno inherente a la sociedad, donde los obstáculos e intereses

confrontados no son ajenos a la existencia de vida en el universo, son una realidad constante en

ella y por tanto su superación será vital para su subsistencia (Suárez & Castillo, 2016).

No puede entenderse el posconflicto, simplemente, como periodo de tiempo que precede a la

terminación del conflicto armado (Garzón, Parra, & Pineda, 2003). El postconflicto abarca una

serie de fenómenos consecuencia del mismo que deben ser evaluadas desde los acuerdos para

evitar anormalidades y problemas que se pueden derivar de un acuerdo de paz.

El posconflicto es también una ventana de oportunidad para hacer los ajustes que el país

demanda desde hace un tiempo y que son cada vez más apremiantes. Esto es cierto en materia de

desarrollo rural, de lucha contra el narcotráfico, de fortalecimiento del sistema político, y de

desarrollo territorial (Molano-Rojas, 2015).

El postconflicto debe contemplar “los aspectos principales que se destacan, en esta definición,

son la formación de capacidades y la utilización positiva que deben hacer de ellas los individuos

para la construcción de una sociedad reintegrada a nivel rural y urbano en el marco de un

posconflicto” (Madariaga, Molinares, & Baena, 2016).


Justificación:

En este documento de investigación, pretendemos identificar y determinar las diferentes

funciones sociales que tiene la población de adultos mayores que vivieron el conflicto armado en

Colombia. Siendo una de las problemáticas más notables del país y la cual se está manejando con

preferencia en la actualidad; es entonces que se hace cautivador mirar desde la rama de la

psicología social, la multiplicidad del entendimiento y las visualizaciones sobre éste tema.

También es importante establecer los aspectos de la cara histórica, las representaciones

psicológicas, sociales y culturales frente al conflicto armado que se interpone en la cimentación

del mismo y en la manera en la que los adultos mayores están interpretando su realidad en el

ámbito colombiano.

Partiendo de la base anteriormente planteada, es considerable contemplar la voz de los adultos

mayores por medio de los contextos sociales, ya que son los que vivieron en carne propia la era

del conflicto armado y nunca han tenido un día de paz.

Igual que en el ámbito de la salud; que incentiva la prevención de enfermedades con actos y

técnicas con la finalidad de aumentar las condiciones de vida, sean personales o comunales; así

mismo, en el campo de la psicología debemos ocuparnos de temas y problemáticas actuales,

promover su crecimiento, los cambios a los que está expuesta, las transformaciones sociales y

culturales y ver cómo puede contribuir en su consolidación; tal es el caso del posconflicto.

Abordar desde la comprensión los problemas relevantes para nuestra comunidad, ya sea

ciudad, municipio, región y en este caso el país completo, con el ánimo de observar y descubrir

nuevos caminos que nos permitan abordar y afrontar estos fenómenos psicosociales. En este

sentido la investigación es concerniente ya que aborda una temática del hoy, del día a día
nacional con referencia a los adultos mayores que sufrieron el conflicto armado y por ende tienen

mayor conocimiento en un posible escenario posconflicto.

Siendo interesante, llegar a comprender qué tenemos representaciones sociales frente al

conflicto armado una división política. Pecaút y Gutiérrez (s.f., citados por Pizarro, 2015)

expresan que se pueden distinguir dos fases: la primera en la cual emergen los grupos

guerrilleros, con ideales revolucionarios de cambio social y la segunda fase la emergencia de las

guerrillas de segunda generación, en las cuales se da el surgimiento del tráfico de drogas y el

nacimiento de los grupos paramilitares (Gutiérrez, s.f., citado por Pizarro, 2015).

Con este breve contexto queda clara esta parte de la historia del conflicto armado en

Colombia, y nos nace la necesidad de entender lo sufrido por los adultos mayores ya que directa

o indirectamente estuvieron afectados por este conflicto y en la actualidad saben el proceso de

los diálogos de paz y el posconflicto.

Es importante saber el punto de vita de los adultos mayores frente a este proceso de paz que

se efectuó entre el gobierno y el grupo armado las farc ya que por décadas se han visto inmersos

en violencia, secuestro, muertes, atentados, violaciones etc, y por el solo hecho de ser

Colombianos les afecta, este proceso para muchos es una esperanza del fin de la guerra y para

otros puede ser solo la solución de uno de tantos problemas que tiene la población colombiana.
Objetivo general

Establecer por medio de investigación la situación actual que vive Colombia frente al conflicto

armado.

Objetivos específicos:

1. conocer por medio de investigación la era de conflicto armado por la que atravesó

Colombia.

2. por medio de la teoría social internacionalismo simbólico, entablamos comunicación con la

comunidad para conocer su punto de vita frente a la situación actual de posconflicto.

3. Conocer la credibilidad que tiene la comunidad con respecto al acuerdo de paz y si éste ha

generado un cambio positivo o por el contrario ha traído detrimento al municipio.


Marco Contextual:

Soacha es el municipio más poblado del departamento de Cundinamarca en Colombia. Su área es

de 184 km² y su población es de 556.268 (2019).2 Su área urbana está conurbada con la del

Distrito Capital de Bogotá, siendo parte de su área metropolitana. Es la capital de la Provincia de

Soacha, de la que solo hacen parte dos municipios: Soacha y Sibaté.

En Soacha hay 55.000 victimas del conflicto, registradas en la Unidad Nacional de Víctimas y

en la Unidad Municipal, a partir de 2008. Esto acrecienta la problemática social “porque ninguna

llega con platica en el bolsillo”, y terminan por engrosar los cinturones de miseria. En el espacio

libre verde que veían en la parte alta, donde hay riesgos de deslizamiento, ahí sembraban su

cambuche. Y aumentó el desempleo, la drogadicción. Eleazar González Casas,alcalde Soacha.

¿Qué tan grande es el cinturón de pobreza?

Más del 65 por ciento de la gente es estrato 1. Solo en educación hay una de las peores tipologías

del país: mientras otros municipios pueden invertir 2.240.000 pesos por niño atendido al año,

Soacha tiene 1.520.000 pesos. Mire esto: nos giran 8 pesos diarios para salud pública, que

multiplicado por 365 días da 2.920 pesos para cada soachuno. El indicador nacional en hospitales

es de 2,5 camas por cada 1.000 habitantes y en Soacha es de 0,7.

En realidad Soacha no está preparada en su totalidad para llevar a cabo el desarrollo del

posconflicto, pero sí tiene la oportunidad perfecta para que las víctimas, comunidad y

desmovilizados fortalezcan los proyectos y acciones para sacar un posconflicto donde la

inclusión sea la prioridad.


Marco Teórico

Colombia se halla sumida en un conflicto armado desde la década de los 60 los involucrados

son las guerrillas de la izquierda, paramilitares, narcotraficantes, el gobierno, las fuerzas armada

y la sociedad civil, entre 1946 y 1966 se vivió una sangrienta etapa donde había una división

política de quienes apoyaban al partido liberal contra los que apoyaban al partido conservador,

las guerrillas nacieron en los sesenta, estos grupos se hacían llamar fuerzas armadas

revolucionarias y se dividían en diversos grupos tales como las farc, eln, m19, epl, a su vez los

grupos paramilitares emergieron a comienzos de los ochenta conformados por narcotraficantes,

ganaderos, y algunos militares, su fin era protegerse de los actos terroristas generados por las

guerrillas, estos grupos violentos creados desde diferentes perspectivas pero centrados en

mantener a Colombia sumergida en violencia por más de cuatro décadas.

Sin embargo, se conoce que a partir del 2003 han decrecido los índices de actos terroristas y

tasas de homicidio, pues ha habido avances importantes con refuerzo de instituciones como

batallones y fuerza pública y se ha mejorado las fallas en cuanto a temas de salud educación y el

logro de una economía atractiva a inversionistas que ha beneficiado al país ayudando a controlar

estas fuerzas revolucionarias, aún no es claro cuál es la razón del conflicto interno en el país,

pero se manejan una serie de hipótesis que apuntan a factores económicos, sociales, inclusión o

exclusión política, entre otros, no obstante Blattman y Miguel (2010), citado por Yaffe

(2011),refieren que “las guerras civiles tienen mayor probabilidad de ocurrencia en países que

son pobres y ocurren después de choques negativos de ingresos; en países con un Estado débil o

con instituciones estatales corruptas; con regiones periféricas escasamente pobladas, con terrenos

boscosos y montañosos, y con recursos valiosos”(p.191).


Según la relatoría, los actores principales del conflicto armado de Colombia han sido dos en

la primera fase (1964-1980) y tres, en la segunda (1980-2015), sin dejar de lado otros actores

sociales y políticos que cumplen papeles importantes, Reiner (2007).

Fase 1964-1980: sobresalen la confrontación de las “guerrillas de primera generación” y las

Fuerzas Militares y fue caracterizada por el debilitamiento de la guerrilla a finales de los sesenta

y principios de los setenta, Moser (2001).

Fase 1980-2015: esta fase ha permitido que el conflicto se agudice tras la aparición de los

grupos paramilitares y los “recursos financieros sin antecedentes provenientes del tráfico de

drogas, el secuestro y la extorsión”, lo que dio pie a lo que los académicos denominan “terceros

oportunistas”, es decir organizaciones criminales o agentes políticos que han buscado obtener

beneficios particulares con el conflicto. (Ortiz, 2015).

Los actores de la guerra son el Eln, las Farc, los restos criminalizados del Epl, las

autodefensas y las bandas organizadas de delincuentes de todos los pelajes, Villarraga (2008).

Las Fuerzas Armadas no andan por ahí haciendo su propia guerra, sino viendo cómo defender a

un Estado que las hostiliza con algunos de sus organismos, las desconoce por otros y muchas

veces las emplea equivocadamente para terminar cobrándose cuentas, al paso que les escatima

los recursos necesarios para una confrontación en la cual no toma parte con los apoyos

requeridos para obrar paralelamente con ellas sobre factores y causas de violencia. A excepción

de las bandas puramente criminales, con los demás actores debe hallar entendimiento el

Gobierno en esta etapa que busca ahincadamente la paz. No pueden establecerse diferencias, ni

esperar las presiones delictivas para entrar en diálogos con unos u otros. Muy sensible el

secuestro de una parlamentaria bienvenida al seno de la sociedad, que admira su coraje y su

reciedumbre ante los plagiarios, pero no lo son menos los que retienen en calidad de rehenes las
Farc. Atroz y condenable el secuestro de los pasajeros del avión de Avianca y el de los feligreses

de la iglesia caleña, pero no pueden echar al olvido a los centenares de civiles y miembros de la

Fuerza Pública secuestrados por la poderosa organización subversiva que impone condiciones al

Estado. (TOVAR, 1999)

La desigualdad económica, la exclusión de ciertos grupos o clases como lo son los indígenas,

los afros descendientes, entre otros, las migraciones hacia el exterior y las migraciones campo-

ciudad, así como la población desplazada por la violencia directa que viven, Pizarro (2005). La

falta de respeto por los derechos fundamentales a la vida, La integridad personal y la libertad

individual. La pobreza y el deterioro del sistema educativo dejan un atraso en la educación y la

cultura que se refleja en inseguridad y violencia.

La codicia por los recursos naturales (oro, carbón, petróleo, ganadería, café, etc.) y la renta

proveniente de su exportación, las áreas ricas en recursos primarios exportables sean convertido

en puntos focales de confrontación civil, Los incrementos de precios, Las luchas frecuentes de

las guerras armadas por el control territorial de zonas lucrativas o áreas de riqueza, Nussio

(2012). El narcotráfico y la economía de la guerra cuyos recursos potenciaban a los distintos

grupos armados y criminales que posibilitó la problemática como los cultivos ilícitos y la

asociación de actores políticos con estos grupos, Howe (2012). Los secuestros y extorsión que

dio recursos a los grupos guerrilleros y aumentó su capacidad de reclutamiento.

La dejación de las armas, la reinserción de actores armados a la vida civil, en lo económico

social y político; siempre ha sido la gran apuesta por parte del gobierno colombiano, Muggah

(2009). Partiendo desde las negociaciones de paz que produjeron la amnistía de 1982 y los pactos

de tregua bilateral suscritos por el entonces presidente Belisario Betancourt con la mayoría de las

guerrillas armadas, segunda por los acuerdos de paz suscritos en el contexto de la conformación
de la Asamblea Constituyente a principios de los años noventa, una tercera relacionada con los

mecanismos jurídicos para propiciar de manera individual la reintegración de desertores de la

guerrilla y por último los acuerdos de desmovilización paramilitar suscritos en el gobierno de

Álvaro Uribe, Fisas (2011). Actualmente, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos logra

concretar un proceso de paz entre el gobierno colombiano y las fuerzas revolucionarias de

Colombia (FARC-EP) logrando un desarme importante de alguno frente de esta organización,

retornando la vida civil a sus ex combatientes, con este firmado de paz se logró reducir los

índices de violencia, terrorismo, desplazamientos forzados, atentados terroristas, Etc. En todo el

territorio nacional, Beittel (2013).

La teoría social en la que llevaremos a cabo el proyecto es el internacionalismo simbólico,

con esta teoría buscamos centrarnos en la problemática del conflicto armado en Colombia y en la

actualidad como se está viviendo el posconflicto, el interaccionismo simbólico se dedica a

analizar diversos puntos como la sociedad, el significado que las relaciones interpersonales

tienen para cada individuo y toma la comunicación como la base de toda interacción social,

Blúmer (1982), público en su libro Symbolic Interaction tres premisas importantes la primera es

que el ser humano orienta sus actos hacia las cosas en función de lo que éstas significan para él,

la segunda premisa es que el significado de estas cosas se deriva de, o surge como consecuencia

de la interacción social que cada cual mantiene con el prójimo y la tercera es que los significados

se manipulan y modifican mediante un proceso interpretativo desarrollado por la persona al

enfrentarse con las cosas que va hallando a su paso, esto quiere decir que los seres humanos

manejamos perspectivas diferentes y estas se crean a través de la interacción con la sociedad

aunque pueden modificarse según el entorno en el que este se encuentre, esta teoría será muy útil

para nuestro proyecto ya que el tema central de investigación es el posconflicto donde se


llevaron a cabo procesos de paz con grupos armados por medio del diálogo y llegaron a acuerdos

manteniendo una óptima comunicación entre las partes, para este proceso se debía tener en

cuenta la sociedad y la perspectiva que tenían del conflicto armado, ya que manejaban diferentes

puntos de vista tanto víctimas como victimarios, para esta teoría lo más importante es la

comunicación por lo que por medio de esta entraremos a investigar cómo fue el proceso durante

el conflicto armado y qué acogida a tenido la firma de los acuerdos de paz y el posconflicto que

se vive en la actualidad.

El primer artículo citado corresponde a una investigación donde se exploraron “las

condiciones para el logro de la gobernabilidad y el desarrollo humano sustentable a partir de una

mirada reflexiva sobre parte de la investigación realizada en Colombia en los problemas del

conflicto, posconflicto, reconciliación y papel de la sociedad civil” (Guerra & Plata, 2005). Estos

autores plantean que los investigadores deberían profundizar más en las causas de las

problemáticas en Colombia para así poder determinar acciones que corrijan las problemáticas de

raíz, según los autores “el reto es construir una sociedad democrática, participativa, incluyente,

respetuosa del medioambiente y de la diversidad cultural en la que sea dable la comprensión, la

solidaridad y la compasión” (Guerra & Plata, 2005).

Otro trabajo que traemos a colocación es Investigaciones y comprensiones del conflicto

armado en Colombia salud mental y familia, la investigación trata de comprender a través del

análisis de la psicología clínica los fenómenos psicopatológicos que enfrentan la población

afectada por el conflicto armado en Colombia en diferentes factores como el desplazamiento

forzado, desaparición forzada, secuestros o extorsiones. En este estudio “en cuanto a la salud

mental y la psicopatología, se observó la determinación intrapsíquica del trastorno mental, que


termina siendo una causa de la inmersión del ser humano en la violencia, pero no se analizan a

profundidad los fenómenos ecosistémicos” (Venegas, Gutiérrez, & Caicedo Cardeñosa, 2017).

El conflicto armado ha sido una de las realidades más crueles de Colombia por la cantidad de

pérdidas humanas, el deterioro emocional de la sociedad y los problemas que subyacen del

mismo conflicto armado. El trabajo de grado de (Pedraza, 2016) realizó aproximaciones

significativas a la percepción sobre la paz, violencia, conflicto, posconflicto y otras realidades

que conmueven al país desde hace varios años e incluso décadas.

Los jóvenes del municipio de Cajicá no tenían claras las definiciones asociadas con el

conflicto armado, la mayoría de los estudiantes coincidieron en que es necesaria la convivencia

pacífica se logra a través de la democracia y de la tolerancia por las diferencias (inclusión),

también “al mismo tiempo para los estudiantes es claro que los conflictos no se eliminan sino se

transforman, pues tienen presente que hacen parte de la naturaleza humana, es decir, están

implícitos en la vida cotidiana de toda agrupación social” (Pedraza, 2016).

El cuarto trabajo de investigación trata de dar respuesta a una pregunta muy controversial ¿si

posible una reinserción exitosa a la sociedad de los futuros desmovilizados?, y plantea que

posiblemente para que los guerrilleros se reinserten a la vida civil deberían cambiar las

ideológicas marxistas y leninistas con el objetivo de que no surjan más grupos armados, y

plantea otra incógnita interesante ¿hasta dónde se podrá transformar esta ideología para que

eventualmente no surjan más grupos armados en Colombia? Pero esto solo depende de factores

motivacionales, mentales e incluso de realización personal.


Una reinserción en la vida civil por parte de los combatientes de las FARC traza nuevos

desafíos tanto para ellos como para el Estado y la sociedad. Colombia sabe que es firmar tratados

de paz, en efecto, se logra evidenciar los acuerdos alcanzados con el movimiento Guerrillero M-

19 en 1990 y con el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006, siendo

esté el más reciente. Por estas razones el país no es ajeno a dicha realidad (Gamboa & Londoño

Piedrahita, 2015, p. 15)

El siguiente autor tomado es con su artículo que básicamente nos habla sobre los retos que

tiene Colombia en especial la Sierra de la Macarena para llegar al periodo de transición y

posconflicto, la investigación llega a consideraciones donde “se plantean algunos límites que

enfrenta la construcción de paz en esta región y se propone como alternativa la articulación entre

la justicia transicional y la justicia local para tramitar estos escenarios de violencia” (Marín

González, 2017).

Como resultado de esta investigación se propone que ese doble registro de los civiles en el

marco de la violencia de las guerras civiles se comprenda a partir del concepto de victimización

horizontal. Este concepto permite visibilizar aquellas zonas grises en donde no hay claridad

moral y cognitiva sobre quién es victimario y quién es víctima; asimismo, permite problematizar

concepciones tradicionales de victimización asociadas a lecturas clásicas de la justicia

transicional (Marín González, 2017, p. 19).

La investigación permite concluir que la implementación territorial de los acuerdos de paz y

la prevención de las violencias en el posconflicto, deberán pasar, entre otras cosas, por la

recuperación de los tejidos comunitarios. Como estrategia y con el concurso de las comunidades
se debe promover la desnaturalización de la violencia y construir instancias de perdón, mediante

la participación activa y el reconocimiento de todos los actores implicados en la violencia. Solo

mediante el trámite de la violencia intracomunitaria es posible pensar en el silenciamiento

definitivo de los fusiles en aquellas regiones afectadas por el conflicto armado (Marín González,

2017, p. 19).

La siguiente investigación que tiene por título Seguridad Ciudadana y Posconflicto en Bogotá:

Dilemas y Desafíos realizada por (González, 2016) trato de medir el impacto que conlleva el

posconflicto en Bogotá centrándose en el aspecto de seguridad debido a los problemas que se

podrían desencadenar en la ciudad, el articulo muestra de manera clara y precisa las políticas de

seguridad que se han implantado en la ciudad de Bogotá y los resultados que han obtenido,

además muestra cuál debería ser el papel de la ciudad frente al posconflicto.

Los fenómenos delictivos y estructuras criminales presentarán una mutación, no sólo en

Bogotá. Podría darse que las Bacrim, la delincuencia común y la delincuencia organizada,

cambien hacia estructuras con una mayor disponibilidad de experiencia delincuencial,

principalmente por la inclusión de desmovilizados reincidentes o de un remanente de no

desmovilizados, que surgirían del proceso de negociación de La Habana. Pero, además por la

permanencia en la capital de unas viejas realidades de inseguridad producidas por fenómenos

como la territorialización de la inseguridad ciudadana. Un eventual posconflicto también traerá

como consecuencia, un vacío del monopolio ilícito de las armas y de la cadena delictiva en todas

las áreas geográficas urbanas donde estos grupos guerrilleros actuaban a través de sus milicias

(González, 2016, p.13)


Por último, (Varona, 2014) redacto un artículo titulado Posconflicto y Paz un camino incierto,

en el que expresa una opinión de que los acuerdos de paz se deben realizar de acuerdo a las

necesidades de la población civil afectada y que no solo a voluntad política, ya que se pasan por

alto algunas problemáticas que afectan dramáticamente a los civiles afectados por la guerra.

Así pues, la voluntad política de las partes en el proceso de negociación en la ciudad de la

Habana, debe estar orientada a terminar con más de cincuenta años de violencia generalizada y

sistemática. Lo demás y tal vez de mayor envergadura, es decir, acuerdos sociales, políticos,

económicos y culturales deben ser concertados directamente con la población civil, sin

intermediarios ni representantes. La construcción de la Paz en un escenario de posconflicto es un

asunto de más de 40 millones de colombianos y colombianas, interesados en edificar un orden

social justo y equitativo. Es por esta razón que no es un asunto meramente electoral como la

coyuntura lo denota, es un compromiso imprescindible con la construcción de un país que

respete el carácter heterogéneo de su composición; es un compromiso con las generaciones

futuras (Varona, 2014, p. 3).


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Anexos
Entrevista y tabulación de respuestas (10 entrevistados).

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