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FACULTAD DE QUIMICA E INDUSTRIAS ALIMENTARIAS

FENÓMENO TÓXICO

INTEGRANTES

Ballena Bances Yovany.

Domínguez López Maritza.

Galvezmata Pacherrez Karla.

Huamán Gonzales Sujey.

Silva Pajares Elva Analú.

DOCENTE

MSc. Ing. Mónica T. Zúñiga Vallejos.

CURSO

Practica
Toxicología y legislación Nº 01:
alimentaria.
FENÓMENO TÓXICO:
1. DEFINICIÓN. -

La toxicidad es un fenómeno complejo en el que intervienen numerosos factores.


Se pueden distinguir tres fases, cuyo último estado es la aparición de efectos
perjudiciales para el órgano diana (el órgano blanco).

Xenobióticos:
La palabra xenobiótico deriva del griego xeno ('extraño') y bio ('vida'). Un
xenobiótico es una sustancia química que se encuentra dentro de un organismo
que no se produce naturalmente o se espera que no esté presente dentro del
organismo.

2. EFECTOS TOXICOS. –

Los efectos tóxicos dependen de varios factores:


 Llegada de la sustancia al sitio de acción.
 Concentración en el sitio de acción.
 Tiempo suficiente para provocar la respuesta tóxica.
 Biotransformación (metabolito activo).

3. FASES. -

Las fases del fenómeno tóxico son: fase de exposición, fase toxicocinética y fase
toxicodinámica:

3.1. Fase de exposición:


Comprende todos los procesos que se producen entre diversos tóxicos o la
influencia que tienen sobre ellos los factores ambientales (luz, temperatura,
humedad, etc.). Los tóxicos pueden sufrir transformaciones químicas,
degradación, biodegradación (por microorganismos) y desintegración.

3.2. La fase toxicocinética:


Comprende la absorción de los tóxicos en el organismo y todos los procesos
subsiguientes: transporte por los fluidos corporales, distribución y
acumulación en tejidos y órganos, biotransformación en metabolitos y
eliminación del organismo (excreción) de los tóxicos o metabolitos.

3.3. La fase toxicodinámica:


Se refiere a la interacción de los tóxicos (moléculas, iones, coloides) con
lugares de acción específicos en las células o dentro de ellas (receptores),
con el resultado último de un efecto tóxico.
4. TOXICOCINÉTICA. –

Se define a la toxicocinética como el conjunto de fenómenos que experimenta el


tóxico desde su entrada a un organismo hasta su eliminación.
La toxicocinética se ocupa del movimiento de las sustancias químicas hacía,
dentro y fuera del cuerpo.

El factor crucial para determinar los efectos adversos en la salud que resultan de
la exposición a una sustancia química tóxica es la cantidad de esta que llega
hasta un tejido diana (afectado). Esta dosis efectiva depende, en parte, de cuatro
factores, comúnmente resumidos por las siglas ADME: absorción, distribución,
metabolismo y excreción.

Fig. 1: representación esquemática de la interacción de un tóxico en un


organismo.
La absorción es el mecanismo natural por el cual las sustancias pasan a través
de los recubrimientos del cuerpo para entrar en este. Una vez que son
absorbidas, se distribuyen por todo el cuerpo a todas las células o bien a uno o
varios lugares de almacenamiento específicos. Toda sustancia absorbida puede
experimentar también una transformación metabólica en diversas partes del
cuerpo.

La excreción es el proceso opuesto a la absorción; es el traslado de sustancias


fuera del cuerpo y los seres humanos tienen varios mecanismos para hacerlo.
La acción biológica de una sustancia tóxica puede terminar en el
almacenamiento, la transformación metabólica o la excreción.

4.1. Absorción:
Estudia el paso de los tóxicos a través de las membranas biológicas hasta llegar
a la circulación general para su distribución. Las superficies del organismo están
cubiertas por células epiteliales y éstas por membranas formadas por una doble
capa de fosfolípidos y proteínas que les confieren sus propiedades químicas. El
paso de los xenobióticos a su vez depende de sus propiedades fisicoquímicas y
de la facilidad que tengan para combinarse con los componentes moleculares de
las membranas, particularmente con la fracción lipídica. Factores que influyen en
la absorción:
 Vía de administración.
 Alimentos o fluidos.
 Formulación de la dosificación.
 Superficie de absorción, irrigación.
 Acidez del estómago.
 Motilidad gastrointestinal.

Para que un organismo se mantenga vivo, debe tener la capacidad de tomar de


su alrededor los nutrientes que necesita. En el cuerpo humano, las vías
respiratorias y el aparato digestivo están especialmente diseñados para hacer
eso.
Lamentablemente, este eficiente sistema de absorción de nutrientes funciona
igualmente bien para la absorción de muchas sustancias tóxicas que entran a
los pulmones o al aparato digestivo. Antes de tratar estas dos vías principales de
absorción más detalladamente, veamos cómo las sustancias atraviesan las
membranas celulares.
Las sustancias pueden atravesar las membranas biológicas por cualquiera de
dos mecanismos: el transporte activo o pasivo. El transporte pasivo es el
traspaso de una membrana sencillamente por leyes básicas de la física: seguir
un gradiente de concentración. Siempre que la membrana sea permeable a la
sustancia, esta tiende a moverse de áreas de mayor concentración a áreas de
concentración inferior. Por otro lado, en el proceso de transporte activo, se
emplea la energía para mover una sustancia a través de una membrana, de
manera que el gradiente de concentración no es un factor. El transporte activo
de algunos elementos traza es fundamental para mantener la vida humana.
Lamentablemente, algunas sustancias tóxicas también pueden aprovechar estos
mecanismos de transporte beneficioso.

MECANISMOS DE ABSORCIÓN:
Las personas se hallan expuestas a numerosos tóxicos que están presentes en
el medio ambiente profesional o general, y que pueden penetrar en el organismo
humano por tres vías de entrada principales:

A través del tracto respiratorio, por inhalación de aire contaminado.


A través del tracto gastrointestinal, por ingestión de comida y bebida
contaminadas.
A través de la piel, por penetración dérmica, también llamada percutánea.

I. Absorción respiratoria:
La absorción en los pulmones es la principal vía de entrada de numerosos
tóxicos que están en suspensión en el aire (gases, vapores, humos,
nieblas, polvos, aerosoles, etc.).

El tracto respiratorio (TR) es un sistema ideal para el intercambio de


gases, pues posee una membrana cuya superficie es de 30 m2
(espiración) a 100 m2 (inspiración profunda), tras la cual hay una red de
unos 2.000 km de capilares. Este sistema, que se ha ido desarrollando a
lo largo de la evolución, está contenido en un espacio relativamente
pequeño (la cavidad torácica) y cuenta con la protección de las costillas.
Desde el punto de vista anatómico y fisiológico, el TR puede dividirse en
tres compartimientos:

o La parte superior o compartimiento nasofaríngeo (NF), que se inicia


en los orificios de la nariz y se extiende hasta la faringe y la laringe;
funciona como un sistema de acondicionamiento del aire.
o El árbol traqueobronquial (TB), integrado por numerosos tubos de
diversos tamaños que llevan el aire a los pulmones.
o El compartimiento pulmonar (P), que consta de millones de
alveolos (sacos de aire) dispuestos en formas arracimadas.
Fig. 2: Representación del aparato respiratorio y la forma en que entra un
xenobiótico.

Los mecanismos fisiológicos de eliminación de partículas extrañas por lo


general son útiles sólo cuando éstas son muy grandes y pueden ser
fagocitadas o eliminadas con la secreción mucosa a través de la tos, o
bien cuando son muy pequeños en cuyo caso permanecen suspendidos
sin llegar al alveolo o si lo hacen, su absorción es muy lenta lo que permite
su eliminación vía el sistema linfático. Las partículas que miden entre 1 a
5µ, son las más aptas para llegar al alveolo.

Las partículas menores a los 10 µm pueden llegar hasta la región alveolar


y permanecer meses y hasta años. El máximo depósito alveolar ocurre
para las partículas con tamaño entre 2 µm a 5 µm.

II. Absorción cutánea:


la vía de exposición humana a los contaminantes tóxicos del aire
demostró que algunas sustancias transportadas por el aire pueden
atravesar la barrera de la piel. La mayoría de sustancias químicas
absorbidas de esta manera pasan a través de la piel misma, las células
epidérmicas. Las glándulas sudoríparas y los folículos del pelo, a pesar
de proporcionar acceso fácil al cuerpo, son muy pocos y se encuentran
muy distanciados como para producir alguna consecuencia.

La velocidad de absorción va a depender de las propiedades de los


tóxicos: su tamaño, solubilidad y grado de ionización. Esta absorción no
es la misma en toda la piel ya que hay variación en las regiones del
cuerpo. Por esta vía pueden absorberse tóxicos tan potentes como son
los insecticidas orgánicos fosforados (paratión, malatión), anilinas (tintas,
"marcadores"), disolventes orgánicos (benceno, tolueno), compuestos
orgánicos de los metales (tetraetilo de plomo, etc).
Fig.3: Estructura de la piel.

III. Absorción gastrointestinal:


Se pueden ingerir tóxicos mediante deglución accidental, consumo de
alimentos y bebidas contaminados o deglución de partículas procedentes
del tracto respiratorio.

La absorción puede realizarse a lo largo de todo el aparato digestivo,


incluida la boca y el recto, pero el intestino delgado es la zona principal
donde ella puede ocurrir. Aunque la mayor parte de la absorción ocurre
por difusión sencilla, algunas sustancias tóxicas se absorben activamente
por medio de mecanismos de transporte intestinal diseñados para la
captación de nutrientes fundamentales, como el hierro y el calcio.

Todo lo absorbido a través del intestino delgado se desplaza primero al


hígado para ser procesado, con lo cual este se convierte en un enlace
vital para otros procesos toxicocinéticos de distribución, metabolismo y
excreción. Los procesos que puede iniciar el hígado incluyen los
siguientes:

 Almacenamiento;
 secreción dentro de la bilis.
 descarga en la circulación general.

Una vez que una sustancia es absorbida, se puede distribuir a distintas


partes del cuerpo de diversas maneras. Ahora centremos nuestra
atención en el segundo proceso toxicocinético de distribución.
4.2. Distribución:
Una vez que una sustancia es absorbida dentro del torrente sanguíneo, puede
alcanzar virtualmente cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, todavía deberá
dejar el torrente sanguíneo y entrar en las células corporales. La tasa de
distribución a un tejido depende principalmente de dos factores:

 El flujo sanguíneo a través del tejido.


 La facilidad con que la sustancia química atraviesa la membrana capilar y
penetra las células del tejido (es decir, la capacidad que tiene para
atravesar las membranas celulares). Generalmente, la alta liposolubilidad
es buena conductora para efectuar el transporte a través de membranas
biológicas.

Algunas sustancias no atraviesan fácilmente las membranas celulares (a menos


que sean transportadas activamente) y, por consiguiente, tienen una distribución
limitada. Las sustancias que pasan fácilmente a través de las membranas
celulares se distribuyen por todo el cuerpo.

A menudo, después de la exposición, la distribución de una sustancia varía con


el tiempo. Por ejemplo, poco después de la absorción, la mayor parte del plomo
inorgánico se localiza en el hígado, los riñones y los glóbulos rojos. Sin embargo,
dos horas después, 50 por ciento se encuentra en el hígado y un mes después,
90 por ciento del plomo restante en los huesos.

En el cuadro 1 indica en qué momento diversas sustancias químicas tienden a


acumularse en el cuerpo y dónde tienden a ejercer sus efectos tóxicos:

Cuadro 1: acumulación de sustancias químicas en el cuerpo.

Un lugar de almacenamiento puede o no ser el lugar donde ocurre la acción


tóxica. Si no lo es, el almacenamiento se puede considerar un mecanismo
protector, porque generalmente cuando un contaminante circula libremente
origina los efectos más perjudiciales. Las sustancias químicas almacenadas
pueden permanecer en el cuerpo durante años sin efecto adverso evidente (por
ejemplo, el DDT), o bien su acumulación puede producir efectos adversos de
desarrollo lento, como la intoxicación crónica por cadmio (elemento quimico).

4.3. Metabolismo (biotransformación):


El tercer proceso de la secuencia ADME, el metabolismo, también es conocido
como biotransformación, comprende la suma de los procesos por los cuales
un organismo vivo somete a una sustancia extraña a un cambio químico. La
biotransformación de sustancias tóxicas en el cuerpo busca que las sustancias
lipofílicas sean más hidrofílicas o solubles en agua. Los seres humanos cuentan
con un arsenal variado de procesos enzimáticos que promueven esta conversión
beneficiosa, que ayuda a la excreción de las sustancias nocivas.

Los órganos encargados de metabolizar son fundamentalmente el hígado


(laboratorio del cuerpo por excelencia), riñón, pulmones, plasma e intestino.
Estos procesos metabólicos se realizan mediante reacciones químicas: oxido
reducción e hidrólisis.

Factores que afectan la biotransformación:


Un compuesto extraño se biotransforma por reacciones químicas. La velocidad
y grado de reacciones puede afectarse por varios factores:

1) Edad y desarrollo.
2) Sexo.
3) Embarazo y hormonas.
4) Inhibición química de la biotransformación
5) Inducción.

4.4. Excreción:
La fase final del proceso toxicológico es la excreción de los compuestos
originales y los metabolitos productos de la biotransformación. Los fenómenos
generales del paso a través de las membranas se aplican igualmente para la
eliminación, únicamente que estos intercambios se realizan en sentido contrario:
de los tejidos a la sangre y de ésta al exterior.

La ruta más importante de excreción es el riñón. Otras vías como la bilis,


pulmones, saliva, sudor y leche son importantes sólo en casos especiales. Los
riñones son los órganos diseñados precisamente para la excreción. A través de
ellos se eliminan la mayoría de los subproductos del metabolismo normal y la
mayoría de los xenobióticos.

El riñón elimina fundamentalmente de dos formas:


 Filtración: por canales acuosos de glomérulos hasta orina.
 Secreción tubular: por transporte activo forzado, se produce cuando
tiene carga eléctrica.

Características del fármaco para que se pueda eliminar:


 Poco liposoluble.
 Coeficiente de partición lípido-agua bajo.

Dependiendo del pH de la orina se determina la eliminación del fármaco:


 pH ácido: se absorbe.
 pH básico: se elimina.
Vida media: La vida media de un fármaco es el tiempo que el organismo tarda en
eliminar la mitad del mismo circulante en plasma. Normalmente tras 5VM de un
fármaco se considera que está eliminado.

Estado estable: El estado estable de un fármaco es cuando conseguimos que la


absorción y la eliminación sea la misma.

5. MECANISMOS DE PASO A TRAVES DE LA MEMBRANA:

5.1. Difusión pasiva:

La difusión pasiva consiste en el paso de una sustancia a través de la membrana


biológica en función del gradiente de concentración; es decir, pasando de la zona
de mayor concentración a la de menor concentración. Es el mecanismo más
importante de todos cuantos puede utilizar el tóxico, interviniendo sobre todo en
la absorción por vía respiratoria y digestiva.

La velocidad de difusión de una sustancia a través de una membrana viene


determinada por la Ley de Fick, que dice que la velocidad de difusión es
directamente proporcional a una constante (K), a la superficie de absorción (A) y
al gradiente de concentración (C1-C2), e inversamente proporcional al grosor de
la membrana (d).

La constante de difusión "K", depende a su vez de varios factores:

 Tamaño o peso molecular.


 Forma.
 Grado de ionización.
 Liposolubilidad.

En el caso de gases y vapores el factor más importante es la presión parcial del


gas en cada compartimento (gradiente de concentración entre el compartimento
alveolar y el sanguíneo). En el caso de líquidos es fundamental la liposolubilidad.
Fig. 4: Ley de Fick.

5.2. Filtración (poros capilares):

La filtración se realiza a través de los poros de la membrana. La membrana


biológica tiene "poros acuosos" o canales de 4-40 Angstrom de diámetro (1 A =
0.1 nanómetros) que dejan pasar compuestos hidrófilos, iones y electrólitos de
hasta 60.000 daltons de peso molecular. Esos poros pueden ser tanto de
carácter proteico (figura 5) como fenestraciones o “huecos” intra o intercelulares
(figura 6, flechas).

Fig. 5: canal proteico.

Fig. 6: Fenestraciones intracelulares.

5.3. Transporte activo:

El transporte activo corresponde al paso de sustancias a través de la membrana


en contra de un gradiente de concentración. Ello se produce gracias a un
transportador específico o “carrier”, con consumo de energía en forma de ATP.
5.4. Pinocitosis:

La pinocitosis consiste en la invaginación de la membrana para introducir una


partícula o molécula, generalmente insoluble y de gran tamaño molecular. Este
mecanismo se utiliza fundamentalmente para la absorción de partículas sólidas
(polvos tóxicos responsables de las enfermedades pulmonares de los mineros
(neumoconiosis) y de la antracosis pulmonar de los fumadores de tabaco).

Fig. 7: Pinocitosis.

6. BIBLIOGRAFÍAS:

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