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LA GRAMATICA NARRATIVA DE GREIMAS
Pau Ricoeur
Traducci6n: RENATO PRADA OroPEzA
El interés de la gramatica narrativa de Greimas es componer,
grado por grado, las condiciones de la narratividad a partir
de un modelo légico tan poco complejo como sea posible y
que no comporta inicialmente ningtin cardcter cronolégico.
La cuestién es saber si para abarcar la estructura de los rela-
tos efectivamente producidos por las tradiciones orales y es-
critas, las adiciones sucesivas a las cuales procede el autor
para enriquecer su modelo inicial sacan sus capacidades espe-
cificamente narrativas del modelo inicial o de presuposiciones
extrinsecas. E] desaffo que enfrenta Greimas consiste, entonces,
cn mantener la equivalencia del comienzo al fin entre el mo-
delo inicial y la matriz terminal, a pesar de los afiadidos
posteriores. Este desafio debe ser sometido a prueba, teérica
y practicamente; lo que haremos aqui en el plano tedrico; es
decir, siguiendo al autor paso a paso en la constituci6n de su
modelo terminal, sin considerar los ejemplos susceptibles de
verificar a posteriori la fecundidad del método.
La cuesti6n de la equivalencia entre el modelo inicial y
la matriz terminal se deja descomponer en varias instancias,
segiin el mismo orden que sigue el autor en sus “Elementos
de una gramatica narrativa” (en Du Sens. Essais sémiotiques,
Ed. du Seuil, Paris, 1970. Hay traduccién espafiola: En tor-
no al sentido, Ed. Fragua).[8]
Se pueden seguir cuatro instancias de narrativizacién del
modelo:
Primeramente, en el nivel de lo que el autor lama la
gramatica fundamental, cuando introduce por primera vez
la nocién de “narrativizacién” (164), y esto al interior mismo
de la gramatica fundamental.
En segundo lugar, en el pasaje de la gramftica funda-
mental a la “gramatica narrativa de superficie”, cuando el
autor introduce la consideracién del “hacer”, luego la del
“querer-hacer” y del “poder-hacer”, sobre el cual se establece
la nocién del “enunciado-narrativo”.
En tercer lugar, en el curso del desarrollo de la gramatica
de superficie con la introduccién de un factor polémico, que
condiciona la nocién de “actuacién” (performancia) tenida
por “unidad narrativa” ejemplar.
En cuarto lugar, todavia en el desarrollo de la gramiatica
de superficie, cuando la estructura del intercambio ofrece
una representacién “topolégica”, es decir una reformulacién
en términos de transferencia de un “lugar” a otro de todas las
operaciones generadoras de la narracién: las “cadenas per-
formativas” proporcionan la garantia de la estructura narra-
tiva propiamente dicha.
La cuestién est4 siempre en saber si el equivalente al mo-
delo inicial es mantenido, en el sentido en que los grados
sucesivos de narrativizacién se limitarian a desplegar la fuerza
légica inicial del modelo, a explicitarla, de manera que haga
manifiesta, en el sentido de hacer aparente, la estructura pro-
funda.
La simple presentacién del meollo del argumento deja
entrever algo del rigor y del detalle minucioso de las distin-
ciones destinadas a Henar progresivamente la distancia entre
aquello que el autor Hama “las instancias fundamentales ab
quo [de las cuales] y las “instancias tiltimas ad quem” [hacia
las cuales].' Fl trabajo de pensamiento que vamos a seguir en
+ "Para hacerlo hay que concebir la teoria semidtica de tal manera que
entre las instancias fundamentales ab quo, donde la substancia semAntica recibe
primeras articulaciones y se constituye en forma significante, y las instancias
Gltimas ad quem, donde Ja significacién se manifiesta a través de miiltiples(9]
sus puntos fundamentales es propiamente un trabajo de me-
diacién, en el cual importa captar el progreso antes de evaluar
la pertinencia. Nunca se pondra demasiada atencién a distin-
ciones tan refinadas como las de: 1) “narrativizacién” (del
modelo taxonémico) ; 2) “enunciado narrativo”; 3) “unidad
narrativa” o “performancia”; 4) “serie narrativa”. Tomare-
mos esos términos por titulos de nuestros cuatro grados o
instancias de descripcién y discusién de la teoria.
I. Nivel de la gramdtica fundamental:
primer grado de “narrativizacién”
Recordemos la naturaleza de los constrenimientos a los que el
modelo inicial debe satisfacer: en primer lugar, debe consti-
tuirse en un nivel Ilamado “inmanente”, es decir anterior al
de su “manifestacién” en cualquier sustancia lingiifstica, o
aun en una sustancia no lingiiistica (pintura, cine, etc.) ; lue-
go, debe presentar, de entrada, un cardcter discursivo, es de-
cir, estar constituido por unidades m4s amplias que el enun-
ciado (el cual se manifiesta como frase). Estas dos exigencias
definen el nivel semistico de anflisis. Hay que subrayar de
inmediato que la segunda exigencia introduce la condicién
minima de narrativizacién, a saber que ésta comporta un 1
go de “composicién” {para hablar como Aristételes) de frases
en discursos, rasgo que no se deriva de la constitucién fri
Tenguajes, se dispone un vasto espacio para la instalacién de una instancia de
mediacién donde seran situadas las estructuras semidticas que posean un estatuto
auténomo —entre las que contamos las estructuras narrativas— ugar en el
que se claborarén las articulaciones complementarias de contenido y una ae
de gramética, a Ia vez general y fundamental, que preside la instaura
los diseursos articulados” (Du sens, pp. 159-160). Un aio antes, Greimas hain
escrito en “Ios juegos de los constreiiimientos semidticos" (en colaboracién
con Frangois Rastier —articuln aparecido en inglés en Yale French Studies, No
41, titulado: Game, play, littérature, 1968, bajo el titulo “Interaction of se-
miotic constraints”, vuelto a publicar en Du «ens, pp ): “AL menos por
cuidado de inteligibilidad, se puede imaginar que el espiritu. humano, para
Megara la construccién de objetos culturales (literarios, miticos, pictéricos,
etc.) parte de clementos simples y sigue un recorride complejo, encontrando
sobre su camino tanto constrefiimientos que debe cumplir como clecciones que
puede operar. Tratamos de dar una primera idea de ese recorrido” (Du sens,
p. 135).