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El Libro de Amós es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo. Pertenece a la
colección de los así llamados "Profetas Menores" debido a su escasa extensión y se encuentra
ubicado entre los libros de Joel y Abdías.1
Índice
1Autor y fecha
2Contexto histórico
3Contenido
4Manipulación posterior
5Sentido religioso
6Véase también
7Referencias
8Enlaces externos
Autor y fecha[editar]
Amós era punzador de higos sicómoros en Teqoa, durante el reinado del rey Jeroboam II. Esta
práctica se aplicaba a unas higueras descendientes de las egipcias para la maduración del fruto.
Escribió su libro cerca del año 803 a. C., y tenía —según se evidencia en el propio texto—
extraordinarios conocimientos de la política de su país.23
Profetizó, en un principio, en Bet-el en fiestas ilegítimas, utilizando los poderes de su verba para
llevar al pueblo hacia la fe verdadera.
Contexto histórico[editar]
Es el mismo que se describe en el Libro de Oseas.
Contenido[editar]
El libro de Amós incluye:4
Manipulación posterior[editar]
La autenticidad de la mayor parte del libro no ha sido discutida. A pesar de ello, hay evidencia
incontrastable de manipulación en ciertos bloques de texto, donde se ha cambiado mucho y que,
por lo mismo, no pueden atribuirse a la mano del autor original, por ejemplo en el capítulo 7:5
10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha
levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. 11
Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en
cautiverio. 12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y
profetiza allá; 13 y no profetices más en Bet El, porque es santuario del rey, y capital del reino. 14
Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy
boyero, y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y
profetiza a mi pueblo Israel. 16 Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra
Israel, ni hables contra la casa de Isaac. 17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera
en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes;
y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.
Y en el capítulo 8:
4 Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra, 5 diciendo:
¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y
achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza, 6 para
comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos
del trigo? 7 Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras. 8 ¿No se
estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo habitante de ella? Subirá toda, como un río, y
crecerá y mermará como el río de Egipto. 9 Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que
haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro. 10 Y cambiaré
vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo
lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como
día amargo. 11 He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra,
no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. 12 E irán errantes de mar a
mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán. 13 En
aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed. 14 Los que juran por el
pecado de Samaria, y dicen: Por tu Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y nunca
más se levantarán.
Se desconocen las razones de las acusaciones hechas acerca de la manipulación de dicho libro, no
manifestando pruebas fehacientes que determinen la veracidad de dichas acusaciones.