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Historia de la psicopatología

la psicopatología, (del griego, psyché: alma; pathos: enfermedad; y logos: discurso


racional) es una disciplina científica cuyo objeto de estudio es la conducta anormal o
desviada, y que presta especial interés a la naturaleza u orígenes de los
comportamientos patológicos. Sirve como base para disciplinas más aplicadas, como
la psicología clínica o la psiquiatría, y guía los procesos
de prevención, diagnóstico y tratamiento. Uno de sus principales objetivos es lograr
establecer unos principios generales que permitan identificar las causas de la
conducta anormal mediante la aplicación del método científico.1
A lo largo de la historia de la psicopatología, el concepto mismo de enfermedad
mental ha evolucionado en función del momento histórico y de las circunstancias
culturales de cada sociedad. Tanto la conducta anormal como el modo en que debía
ser tratada se han entendido de muy distintas formas desde la antigüedad hasta
nuestros días. Así, podemos señalar las primeras
concepciones mágicas y animistas de las sociedades primitivas; la notable influencia
de los factores religiosos durante la Edad Media que impulsaron una visión de
la locura como castigo divino ante el pecado; la progresiva tendencia hacia la
asunción de posiciones de carácter más organicista a partir del siglo XIX y el posterior
desarrollo de la psicobiología y la psicofarmacología; y los modelos de corte
psicogénico, que buscan las causas de la desviación conductual en factores de índole
psicológico o psicosocial.

HISTORIA DE LAPSICOPATOLOGÍA

ANTIGÜEDAD
La conducta anormales atribuía a las fuerzas sobrenaturales mágicas como los
espíritus malignos o eldemonio.

En las comunidades con estas creencias, la“terapia” por lo general


consistía en el exorcismo: expulsar al demonio que vivedentro del
individuo por medio de la magia yla oración.

CULTURA GRIEGA Y ROMANA


Una característica dela opinión popular era la creencia delorigen
sobrenaturalde la locura. Por lotanto podía ser uncastigo de los dioseso bien, un
donsagrado.
Por otro lado, el concepto de locurasegún los escritos hipocráticos
girabaalrededor de la combinación de cuatrohum ores del cuerpo
(sangre, bilisnegra, bilis amarilla y flema) que dabanpor resultado
cuatro temperamentoscorrespondientes: sanguíneo, colérico, melancólico
y flemático.

Platón describió en“Fedro” cuatrotipos de locura:profética, telésticao ritual,


poética yerótica.

Aristóteles afirmaba que la liberaciónde las emociones o


pasionesreprimidas era un requisito esencialpara el tratamiento eficaz
de laenfermedad mental, afirmación quese convirtió en uno de los
primerosantecedentes de la función terapéutica.

Se puede considerar a Cicerón como el autor de laprimera descripción detalladade


las pasiones. La másfuerte era la
libido,
tambiénllamada deseo violento.

LA EDAD MEDIA
Después de la caída del Imperio Romano,la inquietud en la Edad
Media se viointensificada por un estado de guerra casiconstante así
como por la peste negraque, junto con otras epidemias, mataron
acientos de miles de personas.

En este ambiente inestable,el teólogo y filósofo SanAgustín sobresale por


sucontribución para sentar lasbases de las teoríaspsicodinámicas
modernas,acentuando la importanciadel empleo de laintrospección.

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Sin embargo, el legado de racionalidadque los filósofos griegos heredaron a
lahumanidad, se abandonó con rapidez enel periodo medieval. La demonología y
lasuperstición vuelven a ser la explicaciónde la conducta anormal.

En Inglaterra

LA REFORMA
Philippe Pinel creía que lo que necesitaban losenfermos mentales era cuidado
humano ytratamiento.Gracias a Pinel yPussin, se prohibióla crueldad hacia
lospacientes.

El 25 de mayo de 1815 se ordenó unainvestigación parlamentaria en los


manicomios deInglaterra.También se creía en el tratamiento moral :horarios fijos,
trato bondadoso, dietaapropiada, ejercicios y actividadesapropiadas, visitas,
etc.Se crearon instituciones para el tratamiento deniños con problemas
psicológicos.

LA TRADICIÓN

El término
melancolía,
que aún se emplea,significa bilis negra.La Teoría de los humores es el
primer ejemplo de la asociación de los trastornospsicológicos con un desequilibrio
químico,idea muy difundida en nuestros días.

Además de recomendar descanso, una buenanutrición y ejercicio se idearon


dostratamientos.En uno,
las sangrías
, se extraía del cuerpocierta cantidad de sangre con sanguijuelas.Otro tratamiento
consistía en provocar el vómito.

La tradición biológica floreció en el mundooccidental en el siglo XIX.John P. Grey,


precursor de la actual
AmericanJournal of Psichiatry
(publicación que abandera ala APA) decía que la demencia siempre se debíaa
causas físicas.Esto dio lugar a que mejoraran lascondiciones de los hospitales
pero tambiéncontribuyó a que aumentara la poblaciónde pacientes.

En el siglo XX se empezaron a aplicar intervenciones como descargas eléctricas


ycirugías cerebrales.Durante los años cincuenta se crearon demanera sistemática
los primerosmedicamentos para los trastornospsicóticos, y más tarde,
otros psicofármacoscomo la reserpina, los neurolépticos y lasbenzodiacepinas.

Más tarde aparecieron nuevas aportacionescomo la humanista, representada con


CarlRogers y su Terapia centrada en la persona.Otra aportación de incalculable
valor es elmodelo cognitivo y por último, el modeloconductual.
Historia

Edad Media[editar]

Detalle de la obra Extracción de la piedra de la locura de El Bosco.

Durante la Edad Media, la concepción de la enfermedad mental adquiere un


carácter marcadamente religioso como consecuencia de la influencia de la
Iglesia sobre la mayor parte de los ámbitos de la vida cotidiana. Suele
establecerse una distinción en dos períodos. Durante el primero de ellos,
que abarca desde el siglo V hasta el siglo XIII, el enfermo mental es
considerado una víctima de la acción del diablo, y los tratamientos
encaminados a la sanación no resultan denigrantes o agresivos con el
enfermo (oraciones, exorcismos, agua bendita, peregrinaciones, etc.) Sin
embargo, a partir del siglo XIII, el enfermo mental pasa a considerarse el
culpable de su afección, que se entiende bien como un castigo divino a una
vida pecaminosa, bien como el resultado de un pacto voluntario con el
demonio a cambio de poderes sobrenaturales. En esta segunda época, los
tratamientos se endurecen considerablemente, y pueden incluir la tortura o
incluso la pena de muerte, al considerarse que el castigo iba dirigido al
demonio que poseía a la víctima, y no a la persona en sí.21 En la Edad
Media, en Occidente confluyen tres marcos culturales diferenciados:
el bizantino, el árabe y el cristiano. Bizancio se mantiene hasta el siglo
XV como un referente cultural de primer orden, sirviendo como vía de
transmisión de las aportaciones de la civilización greco-romana hacia el
mundo árabe, como la medicina basada en los principios humorales. Desde
el siglo IX hasta el XV, los árabes transmiten la cultura griega y romana al
resto de Occidente. Las aportaciones de la medicina árabe a la historia de la
psicopatología son notables: fueron los árabes los primeros en fundar
centros de cuidados para enfermos mentales en ciudades
como Bagdad, Damasco o El Cairo, entre otras. El tratamiento al enfermo
en estas instituciones era de tipo humanitario, al imperar la idea de que el
enajenado debía sus síntomas al hecho de haber sido escogido por Dios
para hablar por su boca. De entre las figuras más destacadas de esta época
(Avenzoar, Averroes o Maimónides, entre otros) resulta especialmente
importante para la psicopatología la figura de Avicena (980-1037), que en su
obra El canon de medicina dedica un capítulo a la psicopatología
descriptiva, donde específica las alteraciones de diversos procesos
psicológicos como la memoria, el razonamiento o la imaginación.2223

La Inquisición, cuadro de Goya.

El cristianismo es sin duda el factor que más ha influido en la


caracterización de la enfermedad mental en la Edad Media. Durante la Baja
Edad Media aún se observaba cierta tolerancia hacia los rituales paganos.
Pero a partir de mediados del siglo XV, con el declive de las civilizaciones
árabe y bizantina y la predominancia del cristianismo, la Iglesia
católica comienza la instauración de medidas de persecución hacia todos
aquellos actos considerados como formas
de herejía, brujería, magia o locura. Los participantes en este tipo de
prácticas eran considerados disidentes o peligrosos. En este contexto, el
papa Inocencio III crea la Santa Inquisición en el año 1119, inicialmente
destinada a la lucha contra los herejes, pero que en el siglo XIII amplía su
objetivo a la brujería, con lo que se establece una equiparación entre ambas
actividades. Así, se acusa a los herejes de cometer actos satánicos, y se
pasa a conceder a la brujería carácter de verdad. En el siglo XV, el
papa Inocencio VIII publica la bula Summis Desiderantes Affectibus en la
que reconoce la existencia de las brujas, en contra de lo que hasta entonces
establecía el Canon Episcopi. Se inicia así la caza de brujas, respaldada por
la posterior publicación de obras como el Malleus maleficarum («martillo de
las brujas») de los inquisidores dominicos Enrique Kramer y Jakob
Sprenger, ya en pleno Renacimiento. En esta obra se detallan de forma
pormenorizada las diversas técnicas de interrogación y castigo de las que
podía hacerse uso, así como las prácticas sexuales aberrantes llevadas a
cabo por las brujas de forma habitual.24. Se estima que entre mediados
del siglo XV y finales del siglo XVI se ajustició a más de 100.000 personas
bajo la acusación de brujería. En la actualidad se considera muy probable
que en muchos de esos casos, los síntomas que presentaban las víctimas
estuvieran provocados por algún tipo de enfermedad mental o neurológica,
como la epilepsia o la esquizofrenia.25

Una edición del año 1669 del Malleus maleficarum.

Sin embargo, en la Edad Media también existió una preocupación por


establecer una distinción entre los «locos» y los «endemoniados». Autores
como Alberto el Grande (1193 - 1280), Tomás de Aquino (1225 - 1274)
o Arnau de Vilanova (1204 - 1311) establecieron relaciones entre la
enfermedad mental y la enfermedad somática. Las teorías humorales
seguían estando presentes, así como la teoría de las facultades, según la
cual la locura podía deberse a la pérdida de alguna facultad de tipo
sensorial, intelectual o conativa. En los casos en los que se consideraba
que la locura no obedecía a una posesión demoníaca, los afectados podían
ser cuidados en sus casas por sus familiares cercanos si no se les
consideraba peligrosos, y en caso contrario podían ser recluidos en
cárceles.26 De entre las primeras instituciones dedicadas al cuidado de los
enfermos mentales en Europa, destaca el Hospital Real de Bethlem,
considerado el primer hospital psiquiátrico de Europa. Otros centros a
mencionar son los de Metz (1100), Braunschweig (1224), y Érfurt (1385).27
En Valencia, el religioso Juan Gilaberto Jofré fundó el primer centro
dedicado exclusivamente al cuidado de los enfermos mentales en el
año 1409, que se inauguró el 1 de junio de 1410 bajo el nombre de Hospital
d’Innocents, Follcs i Orats, conocido popularmente como Hospital de
Inocentes de Valencia. El papa Benedicto XIII autorizó el hospital con la
condición de que se encontrara bajo la advocación de los Santos Inocentes
Mártires. En el año 1412, el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona designó
un departamento para atender a este tipo de pacientes.28

Renacimiento e Ilustración[editar]
A partir del siglo XVI tiene lugar en occidente la que se ha considerado
como la «primera revolución en salud mental». El humanismo que
caracteriza al periodo del Renacimiento establece el centro de interés en el
ámbito del hombre, la razón, la ciencia y la naturaleza, aunque en el ámbito
de la salud mental, las creencias religiosas encuentran un arraigo muy firme
que se mantendría todavía durante mucho tiempo. No obstante, el estudio
de la salud mental abandona paulatinamente el modelo demonológico para
adoptar una perspectiva naturalista, organicista y biologicista; la idea del
pecado deja paso a la de enfermedad; los «endemoniados» pasan a ser
pacientes.29 Entre las causas de este cambio de perspectiva puede
señalarse un enriquecimiento de la infraestructura cultural: la aparición de
la imprentafavorece la difusión de los textos científicos; los avances
alcanzados durante el Imperio Bizantino fluyen hacia Occidente tras la
conquista de Constantinopla; y el descubrimiento de nuevos territorios
(América, Asia) amplía la visión general del mundo. Además, aumentan en
gran medida los conocimientos en las áreas
de medicina, anatomía y fisiología. Todos estos factores hacen que el
periodo comprendido entre los siglos XVI y XVIII se caracterice por una
densidad cultural muy superior a la de épocas anteriores.30

Juan Luis Vives, precursor de la organización de los servicios sociales en Europa y un


defensor del trato humanitario al enfermo mental.

La perspectiva humanística y psiquiátrica de la época se manifiesta en la


obra de diversos autores. Cornelio Agripa (1486 - 1535) rechazó con
firmeza el modelo demonológico y escribió en defensa de las mujeres, por lo
que se le considera un feminista adelantado a su tiempo. Juan Luis
Vives (1492 - 1540) enfatizó la necesidad de ofrecer un trato desprovisto de
crueldad a los enfermos mentales en la obra De subventione
pauperum (1526). Asimismo, en De anima et vita (1538), Vives propuso
para lapsicología una orientación empírica basada en
la observación. Andrés Vesalio (1514 - 1564) profundizó en los
conocimientos sobre anatomía humana. Otros autores representativos de la
época fueron Paracelso (1493 - 1541), Felix Plater (1536 - 1614) o Johann
Weyer (1515 - 1588), considerado por algunos como el primer psiquiatra de
la historia. Autor de la obra De praestigiis daemonum, realizó descripciones
clínicas en clave psicopatológica de diversos trastornos mentales, y
defendió un tratamiento al enfermo basado en la comprensión y la empatía.
Con la obra de della Porta (1535 - 1615) da comienzo el estudio de
la fisiognomía, que pretende analizar psicológicamente a las personas a
partir de determinados rasgos físicos, principalmente faciales, y cuya
influencia se extendió hasta el siglo XX a través de autores
como Lombroso o Kretschmer.31 Juan Huarte de San Juan (1529-1588)
escribió el Examen de ingenios para las ciencias, que se considera el primer
tratado de psicología diferencial de la historia,3233 y que fue censurado por
la Inquisición al ubicar en el cerebro el centro de la razón y rechazar las
explicaciones teológicas al respecto de la enfermedad mental.
Ya en el siglo XVII, el neuroanatomista inglés Thomas Willis (1621 - 1675)
clasificó la epilepsia, la histeria y la hipocondríaentre las enfermedades
nerviosas; y el también inglés Thomas Sydenham (1624 - 1689) aplicó por
primera vez a la medicina el método inductivo en la práctica clínica,
valiéndose de la observación para identificar los diferentes síntomas y
posteriormente poder agruparlos en síndromes. Otros autores que
posteriormente conceptualizaron la enfermedad mental como una alteración
de tipo nervioso fueron William Cullen (1710 - 1790), que acuñó el término
«neurosis»; J

eLa epidemiología es la ciencia que estudia la frecuencia de aparición de la


enfermedad y de sus determinantes en la población. Su interés se centra en la
población, para conocer quién enferma, dónde enferma y cuándo enferma, como pasos
necesarios para llegar a conocer el por que de la distribución del fenómeno salud-
enfermedad y la aplicación de este conocimiento al control de los problemas sanitarios.

Al epidemiólogo le interesa, primordialmente, saber cómo se distribuye la enfermedad


en función del tiempo, del lugar y de las personas. Trata de determinar, a lo largo de
los años, si la enfermedad ha aumentado o disminuido; si su frecuencia en un área
geográfica es mayor que en otra, y si las personas que tienen una determinada
enfermedad muestran características diferentes a los que no la tienen.

Las características personales que interesan a la epidemiología y al epidemiólogo


son:

 Características demográficas: edad, sexo y grupo étnico


 Características biológicas: niveles de anticuerpos sanguíneos, productos
químicos, enzimas, constituyentes celulares d la sangre; mediciones de la
función fisiológica de los diferentes sistemas orgánicos del cuerpo.
 Factores sociales y económicos: situación socioeconómica, antecedentes
educacionales, ocupación, circunstancias relacionadas con el nacimiento.
 Hábitos personales: consumo de cigarrillos, alcohol y medicamentos,
alimentación, actividad física.
 Características genéticas: grupo sanguíneo, etc.

Se trata de una ciencia observacional que se basa en el método científico.

No voy a extenderme aquí sobre la filosofía de la ciencia y el método científico, puede


ser que más adelante haga alguna referencia, pero como difícilmente voy a estar a la
altura de lo ya escrito en el blog de mi hermano, os remito a sus excelentes artículos
que podéis consultar en Un universo invisible bajo nuestros pies.

En los estudios epidemiológicos la imposibilidad de diseñar estudios experimentales para


investigar el efecto de los posibles factores nocivos para la salud implica la necesidad de
realizar dicha investigación en un contexto que intenta eliminar o al menos controlar la
presencia de sesgos y factores de confusión.
Cada estudio trata de poner a prueba la asociación observada entre el factor estudiado y
la enfermedad, no sólo frente al posible papel del azar, sino también frente a posibles
explicaciones alternativas ajenas a la exposición a ese factor cuyo efecto se pretende
medir.
El método epidemiológico, en el que ha de basarse cualquier estudio
epidemiológico,debe partir de una hipótesis formulada a priori, contar con un diseño
adecuado, comprobar que existe una asociación no explicable por el azar, eliminar o
disminuir el efecto de otras variables relacionadas con la exposición y con la enfermedad
que se estudia y, finalmente, realizar un juicio crítico sobre la posible existencia de una
relación causal.

Trastorno somato mofro

Los trastornos somatomorfos son un grupo de enfermedades


caracterizadas por molestias diversas, en mayor o menor grado difusas, que
aquejan al paciente pero que no pueden ser explicadas por la existencia de
una lesión orgánica, o al menos no de manera suficiente y concluyente.
Los pacientes suelen insistir en la presencia de síntomas físicos
como dolor, inflamación, náuseas, vértigo, debilidad o lesiones, pero niegan
tener problemas psiquiátricos,2 acompañado de demandas persistentes de
exámenes y pruebas diagnósticas a pesar de que los hallazgos
continuamente resultan negativos y de la garantía de los tratantes que los
síntomas no tienen justificación orgánica.3 La sensación física reportada por
los pacientes con trastornos somatomorfos no es ficticia o inventada, es
sintomatología real que no tiene explicación o causa física.4
El término es relativamente nuevo y se aplica a lo que con frecuencia se
denomina trastorno psicosomático.2 El diagnóstico de un trastorno
somatomorfo implica que los factores psicológicos son un gran
contribuyente a la aparición, gravedad y duración de los síntomas referidos.
Los trastornos somatomorfos no son el resultado de simulación consciente.

Qué es la ansiedad?

Liam siempre ha estado al cuidado de su hermano menor Sam. Pero cada


vez que Sam llega tarde de su entrenamiento de fútbol, se preocupa tanto
que no puede concentrarse en sus deberes. Liam mira el reloj, se preocupa
e imagina lo peor: vienen a su mente imágenes de accidentes de autobús y
teme, sin ninguna razón particular, que Sam pueda estar herido o muerto.
Sólo cuando Sam llega a casa sano y salvo, Liam puede finalmente
relajarse.

Es completamente normal preocuparse cuando las cosas se ponen


estresantes y complicadas. Pero si las preocupaciones se vuelven
abrumadoras, puedes sentir que están dirigiendo tu vida. Si pasas
demasiado tiempo preocupado o nervioso, o si tienes dificultades para
dormir por la ansiedad, presta atención a tus pensamientos y sentimientos.
Pueden ser síntomas de un problema o un trastorno de ansiedad.

La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al


cuerpo. Tiene una importante función básica de supervivencia: la ansiedad
es un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un
peligro o una amenaza.

Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro o la amenaza, una


persona siente sensaciones físicas de ansiedad: cosas como la aceleración
del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, las palmas de las manos
que sudan, un malestar en el estómago y temblor en las manos y las
piernas. Estas sensaciones son parte de la respuesta del cuerpo de "huir o
luchar". Están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y
otras sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar
rápidamente del peligro. Pueden presentarse como síntomas leves o
extremos.
La respuesta de lucha o huida ocurre instantáneamente cuando una
persona siente una amenaza. Pocos segundos después, la parte del
cerebro encargada de pensar (la corteza) empieza a procesar la situación y
a evaluar si la amenaza es real, y en tal caso, cómo manejarla. Si la corteza
envía la señal de no hay peligro, la respuesta de lucha o huida se desactiva
y el sistema nervioso puede relajarse.

Si la mente razona que una amenaza puede durar, los sentimientos de


ansiedad se prolongan, manteniendo alerta a la persona. Las sensaciones
físicas, como la respiración rápida u superficial, las palpitaciones, la tensión
muscular y el sudor en las palmas pueden continuar también.

Ansiedad normal

Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad de vez en cuando. La


ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud, nerviosismo,
preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede
ocurrir. Mientras que el miedo es la emoción que sentimos en presencia de
una amenaza, la ansiedad es una sensación de un peligro, problema o
amenaza que está por suceder.

Los sentimientos de ansiedad pueden ser leves o intensos (o intermedios


entre ambos extremos), dependiendo de la persona y de la situación. La
ansiedad leve puede sentirse como inquietud o nerviosismo. La ansiedad
más intensa puede sentirse como miedo, terror o pánico. La preocupación y
los sentimientos de tensión y estrés son formas de ansiedad. También lo
son el miedo escénico o la timidez ante la posibilidad de conocer a gente
nueva.

Es natural que ante situaciones nuevas, desconocidas o que suponen un


desafío se produzcan sentimientos de ansiedad y nerviosismo. Tener que
enfrentar un examen, una fecha especial o una presentación importante
para la escuela puede desencadenar una ansiedad normal. Aunque estas
situaciones no representan una verdadera amenaza para la seguridad de la
persona, pueden hacer que alguien se sienta "amenazado" por la posible
vergüenza, preocupado por cometer un error, por adaptarse a la situación,
por atrancarse con las palabras, por ser aceptado o rechazado o por perder
su orgullo. Las sensaciones físicas —como las palpitaciones, las manos
sudorosas o las molestias en el estómago— pueden también estar
presentes en la ansiedad normal.

Como la ansiedad hace que una persona se ponga en alerta, se concentre y


se prepare para enfrentar posibles problemas, la ansiedad puede ayudarnos
a hacerlo lo mejor posible en situaciones que requieren nuestra actuación.
Pero la ansiedad que es demasiado fuerte puede impedir que demos lo
mejor de nosotros. Demasiada ansiedad puede hacer que una persona se
sienta abrumada, cohibida e incapaz de hacer lo que necesita hacer.

Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son problemas de salud mental que se


relacionan con experimentar en exceso ansiedad, miedo, nerviosismo,
preocupación o terror. La ansiedad demasiado constante o demasiado
intensa puede hacer que una persona se sienta preocupada, distraída,
tensa y siempre alerta.

Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas de salud


mental más comunes. Afectan a personas de todas las edades, incluidos los
adultos, niños y adolescentes. Hay muchos diferentes tipos de trastornos de
ansiedad, con síntomas diferentes. Sin embargo, todos tienen una cosa en
común: la ansiedad se presenta con demasiada frecuencia, es demasiado
intensa, es desproporcionada respecto a la situación del momento e
interfiere en la vida diaria de la persona y en su felicidad.

Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden presentarse de repente o


aumentar poco a poco y persistir hasta que la persona empieza a darse
cuenta de que no está bien. A veces la ansiedad crea una sensación de
fatalidad y aprensión que parece producirse sin ninguna razón. Es habitual
en los que sufren de trastorno de ansiedad no saber qué está causando las
emociones, preocupaciones y sensaciones que tienen.

Los diferentes trastornos de ansiedad se denominan con nombres que


reflejan sus síntomas específicos.

 Ansiedad generalizada. Este común trastorno de ansiedad hace


que una persona se preocupe excesivamente sobre muchas cosas.
Alguien con ansiedad generalizada se preocupa excesivamente
sobre la escuela, la salud, la seguridad de sus familiares y el
futuro. Puede que siempre piense en lo peor que puede ocurrir.

Además de la preocupación y el terror, las personas con ansiedad


generalizada tienen síntomas físicos, como dolor en el pecho, dolor
de cabeza, cansancio, tensión muscular, dolor de estómago y
vómitos. La ansiedad generalizada puede llevar a que una persona
falte a la escuela o evite actividades sociales. En la ansiedad
generalizada, las preocupaciones se sienten como una carga,
haciendo que la vida se viva como algo agobiante o con una
sensación de no tener control.
 Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Para una persona con
TOC, la ansiedad toma la forma de obsesiones (pensamientos
negativos) y compulsiones (acciones para intentar aliviar la
ansiedad).
 Fobias. Son temores intensos a situaciones específicas o a cosas
que no son realmente peligrosas, como las alturas, los perros o
caerse en un avión. Las fobias normalmente hacen que las
personas eviten las cosas que le provocan miedo.
 Fobia social (ansiedad social). Esta intensa ansiedad se
desencadena por situaciones sociales o por hablar delante de
otros. Una forma extrema llamadamutismo selectivo provoca
que los niños y los adolescentes tengan demasiado miedo como
para hablar en ciertas situaciones.
 Crisis de angustia. Estos episodios de ansiedad pueden ocurrir
sin una razón aparente. Una persona que sufre una crisis de
angustia tiene síntomas físicos repentinos e intensos que pueden
incluir palpitaciones, sensación de ahogo o falta de aliento, mareo,
entumecimiento o sensación de hormigueo causados por una
hiperactividad de las respuestas normales del organismo ante el
miedo. La agorafobia es un intenso miedo a los ataques de
pánico que hace que la persona evite ir a cualquier lugar donde
sea posible que sufra un ataque de pánico.
 Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Este tipo de
trastorno de ansiedad es consecuencia de una experiencia del
pasado traumática o aterradora. Los síntomas incluyen recurrencia
de recuerdos de la experiencia, pesadillas y temor constante
después del acontecimiento.
Cómo afectan los trastornos de ansiedad a las
personas

Para las personas que sufren trastornos de ansiedad, los síntomas pueden
sentirse extraños y provocarles confusión al principio. Para algunos, las
sensaciones físicas pueden ser fuertes e inquietantes. Para otros los
sentimientos de miedo y fatalidad pueden presentarse sin ninguna razón
aparente que pueda hacerles sentirse asustados, desprotegidos o en
guardia. Las preocupaciones constantes pueden hacer que una persona se
sienta abrumada por cualquier pequeña cosa. Todo esto puede afectar a la
concentración, la confianza, el sueño, el hambre y el aspecto.

Las personas con trastornos de ansiedad pueden evitar hablar de sus


preocupaciones, creyendo que los demás podrían no entenderlos. Quizá
teman ser juzgados injustamente, o que se les considere débiles o
temerosos. Aunque los trastornos de ansiedad son comunes, las personas
que los sufren pueden sentirse incomprendidas o solas.

Algunas personas con trastornos de ansiedad pueden culpabilizarse. Tal


vez se sientan incómodas o avergonzadas, o piensen erróneamente que la
ansiedad es una debilidad o un defecto personal. La ansiedad puede hacer
que la gente evite ir a lugares o realizar actividades que les gustan.

La buena noticia es que en la actualidad los médicos entienden los


trastornos de ansiedad mejor que antes y, con tratamiento, una persona
puede sentirse mejor.

¿Qué causa los trastornos de ansiedad?

Los expertos no saben exactamente qué causa los trastornos de ansiedad.


Parece que hay varios aspectos que intervienen, como la genética, la
bioquímica del cerebro, una respuesta hiperactiva de lucha o huida,
circunstancias estresantes de la vida y comportamiento aprendido.

Alguien que tenga un familia con un trastorno de ansiedad tiene una


probabilidad mayor de de desarrollarlo también. Esto puede estar
relacionado con los genes que afectan la química del cerebro y la regulación
de unas sustancias químicas que se denominan neurotransmisores. Pero no
todo el mundo que tiene familiares con un trastorno de ansiedad
desarrollará problemas de ansiedad.

Las cosas que le ocurren a una persona en la vida pueden favorecer la


aparición de los trastornos de ansiedad. Los terribles acontecimientos
traumáticos que causan el TEPT son un buen ejemplo.

Criarse en una familia donde otros tienen miedo o están ansiosos puede
"enseñar" a un niño a ver el mundo como un lugar peligroso. Del mismo
modo, si una persona crece en un ambiente que es realmente peligroso (si
hay violencia en la familia del niño o en la comunidad, por ejemplo),
aprenderá a tener miedo o a esperar lo peor.

Aunque todo el mundo experimenta una ansiedad normal en ciertas


situaciones, la mayoría de las personas —incluso las que experimentan
situaciones traumáticas— no desarrollan trastornos de ansiedad. Y las
personas que desarrollan trastornos de ansiedad pueden encontrar alivio
con un tratamiento y cuidados adecuados. Pueden aprender maneras de
manejar la ansiedad y sentirse más relajados y en paz.

¿Cómo se tratan los trastornos de ansiedad?

Para el tratamiento de los trastornos de ansiedad se debe acudir a


profesionales de salud mental o a terapeutas. Un terapeuta puede estudiar
los síntomas que presenta una persona, diagnosticar el trastorno de
ansiedad específico e idear un plan para ayudar a que la persona encuentre
alivio.

A menudo se utiliza un tipo concreto de psicoterapia que se conoce como


terapia cognitivo-conductual (TCC). En la terapia cognitivo-conductual una
persona aprende nuevas maneras de pensar y actuar en situaciones que
pueden causar ansiedad y cómo manejar y enfrentarse al estrés. El
terapeuta proporciona apoyo y orientación y enseña nuevas habilidades de
afrontamiento, como técnicas de relajación o ejercicios de respiración. A
veces, pero no siempre, se utiliza medicación como parte del tratamiento
para la ansiedad.
¿Qué hacer?

Tratar el problema puede ayudar a que la persona se sienta que es otra vez
ella misma, que se encuentra relajada y preparada para las cosas buenas
de la vida. Alguien que esté experimentando un trastorno de ansiedad
debería:

 Hablar con alguno de sus padres o con otro adulto sobre sus
sensaciones físicas, preocupaciones y temores. Como los
trastornos de ansiedad no desaparecen a menos que se traten, es
importante decírselo a alguien que pueda ayudar. Si tus padres no
te entienden, habla con un consejero escolar, con un religioso o
con otro adulto en quien confíes.
 Acude a hacerte una revisión. Ve a ver a un médico que te
asegure que no hay ningún problema físico que pueda estar
causando los síntomas.
 Trabaja con un profesional de salud mental. Pide a un
médico, enfermera o consejero escolar que te recomienden a
alguien que pueda tratar problemas de ansiedad. Averiguar qué
está causando los síntomas puede ser un gran alivio.
 Haz ejercicio de manera regular y come y duerme bien. Esto
proporcionará a tu cuerpo y tu cerebro el combustible y el tiempo
necesario para recargarse.

Los trastornos disociativos1 se definen como todas aquellas condiciones


patológicas que conllevan disrupciones o fallos en la memoria, conciencia,
identidad y/o percepción.
Los cinco trastornos disociativos listados en el Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales son los siguientes:

 Trastorno de despersonalización (Código DSM IV 300.6).2 Supone la


presencia de periodos persistentes de distanciamiento de uno mismo, o
de sentirse como un observador ajeno, manteniéndose intacto el sentido
de la realidad.
 Amnesia disociativa (Código DSM IV 300.12),3 también conocida como
amnesia psicógena o amnesia funcional. Amnesia retrógrada de tipo
autobiográfica relacionada con la experimentación de un fuerte trauma
emocional.
 Fuga disociativa (Código DSM IV 300.13).4 Consiste en la realización de
viajes inesperados lejos del hogar durante los cuales al paciente no le
resulta posible recordar los sucesos de su vida pasada. En ocasiones
puede conllevar el abandono de la identidad previa y la asunción de una
nueva identidad.
 Trastorno de identidad disociativo (Código DSM IV 300.14),5 también
conocido como trastorno de personalidad múltiple. En este trastorno se
observa que el paciente alterna dos o más personalidades distintas,
existiendo una amnesia para una cantidad importante de información
relativa a las otras identidades.
 Trastorno disociativo no especificado (Código DSM IV 300.15).6 Se
utiliza para todas aquellas formas de disociación patológica que no
cumple los criterios diagnósticos de ninguno de los trastornos
disociativos descritos anteriormente.

La principal característica de la Depresión es la alteración del estado de ánimo,


más intensa y persistente que las manifestaciones que acompañan a la adversidad,
como por ejemplo la tristeza. Los síntomas nucleares de la depresión son:

 Tristeza severa, con llanto frecuente que no alivia.


 Humor depresivo. Se siente desdichado y afligido, con pensamientos
pesimistas:
1. Sobre el pasado: Culpa irracional y
autoacusaciones sobre actos de su pasado.
2. Sobre el presente: Solo filtran el lado triste de
todos los sucesos; se sienten fracasados y
consideran cualquier éxito como una casualidad.
No acostumbran a reaccionar positivamente a las
alabanzas.
3. Sobre el futuro: Esperan lo peor y anticipan
fracasos. Ideas de desesperanza.
 Apatía o desmotivación.
 Anergia: Falta de energía con tendencia a permanecer en la cama, y
sensación de agotamiento.
 Anhedonia: No sensaciones de placer en situaciones, o con personas, con las
que anteriormente se disfrutaba. Aislamiento de las actividades sociales.
 Retardo psicomotor, con lentitud de movimientos, alternando en ocasiones
con agitación e inquietud continuada, probablemente por la intensa
ansiedad acompañante.
 Ansiedad, con frecuentes elementos somáticos, lo cual puede confundir al
paciente y al médico, ya que la consulta es por síntomas de los que no se
encuentran las causas (depresión somatizada). Existe el trastorno a la
inversa, es decir, la depresión secundaria a una enfermedad médica, lo cual
implica un recuperación más lenta de la misma.
 Irritabilidad.
 Falta de concentración y memoria. Si bien acostumbra a reaccionar si se le
anima a hacerlo, en algunos casos –sobretodo en los ancianos- es tan grave
que incluso se confunde con una demencia (“pseudodemencia depresiva”).
 Empeoramiento de los síntomas en fragmentos del día, en función del
subtipo de depresión.
 Trastornos del sueño: Insomnio de mantenimiento (despertares frecuentes
y despertar unas horas antes de lo habitual), asociado a pensamientos
depresivos. En algunos casos se asocia a exceso de sueño durante el día.
 Descenso del apetito y adelgazamiento progresivo. En la depresión “atípica”
puede darse el fenómeno contrario (incremento del apetito).
 Decremento del interés por el sexo y dificultades de la respuesta sexual.
 Ideas de muerte. La pueden desear pasivamente para liberarse del
sufrimiento. Pueden desembocar en pensamientos de suicidio e intentos del
mismo, más frecuentes en mujeres pero más consumados en hombres.

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